-que hermosa coincidencia-hablo el hombre, llamando la atención de ambas, al girarse Nozomi no se sorprendió con encontrarse al "amigo" de Aricee. Eran contados los días que no se topaban con él, para estas alturas sabía que el hombre las esperaba.

-buenas tardes-saludo Eli, de forma poco cordial. El hombre le sonrió, su mirada rebosaba de felicidad cada vez que veía a la rubia

-buenas tardes-saludo ahora Nozomi, sabiendo que el hombre la ignoraría, y así fue, en sus primeros encuentros él trataba de ser amable con ambas, pero después de un tiempo había notado que evitaba verla, y cuando lo hacía, había algo en su mirada, algo que le desagradaba.

-¿Cómo está tu madre?-solía hacer la misma pregunta cada vez que se cruzaban.

La madre de Eli les había confirmado que el hombre era amigo suyo, pero cuando lo hizo se había mostrado nerviosa e incómoda con el tema, algo que Eli no percibió, porque tampoco le daba la suficiente importancia. Pero Nozomi si lo noto, y sospechaba de la razón, así como también sospechaba la razón de esa mirada de desprecio que le lanzaba.

-ella está bien-respondió Eli, notando que el hombre no miraba con mucho agrado a su mejor amiga-disculpe, pero tenemos prisa-Erick, como el hombre quería ser llamado, solo asintió, manteniendo en todo momento una gran sonrisa dedicada únicamente para Eli.

Ninguna sabia como llamarlo porque jamás les dijo su apellido, y cuando en una ocasión Arisa le pregunto, él respondió que podían llamarlo por su nombre, algo que solo causo más desconfianza en las jóvenes.

-lo entiendo-en otras ocasiones solo sonreiría y las dejaba tranquilas, por lo general era amable, pero últimamente se había vuelto insistente-este es mi número, llámame si necesitas algo de mí-le alcanzo una tarje a Eli, su mirada azul solo se enfocaba en ella y Arisa, cuando estaba presente.

-gracias-Nozomi se sorprendió que lo recibiera-pero no necesitare nada de usted nunca-decía aquello mientras rompía la pequeña tarjeta en cuatro y se la devolvía

El hombre que en un inicio sonreía ahora la miraba sorprendido, incómodo y nervioso.

-si, lo siento-forzaba una sonrisa mientras guardaba los trozos de su tarjeta en el bolsillo-eso fue extraño ¿cierto?

Eli se giró, haciendo un gesto a Nozomi para que siguieran su camino

-espera-insistió tomando su mano, Eli no tardo en apartarlo y mirarlo con advertencia, porque empezaba a molestarle tanto acercamiento del tipo, ninguno de los amigos de su madre la trataba como él, y eso le incomodaba y molestaba-tienes un carácter fuerte… como el de tu padre.

Eli no se sorprendió, pero Nozomi no pudo disimular su sorpresa por esas repentinas palabras.

-o el de mi madre-respondió Eli de forma seca. Su mirada había perdido un poco de brillo, y ahora miraba al hombre desafiante.

-apuesto a que no sabes nada de él

-y no necesito saberlo, este vivo o muerto no me interesa-respondió Eli con seguridad-incluso si ahora mismo lo tengo frente mío no me importaría-decía estas palabras acercándose un poco mas al hombre, logrando intimidarlo

Estas palabras fueron suficientes para que el hombre no reaccionara, Eli una vez más hizo un gesto a Nozomi para que la siguiera. La mayor hizo una leve reverencia al hombre y se alejó con la rubia.

-eso fue descortés, Elichi-comento, luego de unos minutos en silencio. Echó un vistazo atrás, aun podía ver al hombre parado en la esquina, mirando la nada, aunque él no haya sido tan agradable con ella como lo era con las rubias sintió pena, incluso sintió ganas de pedirle a Eli que se disculpara.

Eli solo mantenía su vista enfrente, con una expresión relajada y tranquila, su mirada no reflejaba nada en particular.

-él se lo busco-respondió, mirándola ahora, cambiando ese azul intenso por uno más cálido y amable-sabes lo que insinuó ¿verdad?-quizás Eli no era tan densa como ella creía

-si-respondió, bajando la mirada, seguía poniéndose nerviosa ante la mirada zafiro de Eli, aun con el anterior incidente, eso no evitaba que su pulso siguiera acelerándose por la rubia.

-¿tú que crees?-Nozomi sintió la mano de Eli tomar la suya, como si pidiese con este gesto que la mirara.

Ambas se detuvieron, los turquesa de Nozomi se posaron sobre los azules de Eli

-¿Qué crees?-repitió su pregunta

-creo que deberías hablarlo con Aricce-san

Eli negó, rompió el contacto visual para seguir caminando

-ella se incomoda con el tema-respondió con calma-pero si es así…-dudó, porque si no era así ambas se estarían lastimando-nosotras… podríamos… no seriamos…-no encontró las palabras correctas, así que opto por guardar silencio.

Nozomi tampoco supo encontrar las palabras adecuadas. Ambas se miraron unos segundos para luego ver a lados opuesto, con un ligero rubor en las mejillas.

-deberíamos salir de la duda-ofreció Nozomi-pero… si no es lo que pensamos…-Eli la miro, revelando temor en su mirada-deberíamos ignorar… estos sentimi hmm

Eli no la dejo terminar, la tomo del rostro y la beso, sin importarle que alguien las viera, o que algún conocido las descubriera, o peor aún, que alguna alumna las reconociera. No importaba nada de eso, no ahora, no con esos sentimientos que ambas sabían eran correspondidos.

Eli se separó solo unos centímetros, mirando fijamente las hermosas esmeraldas de Nozomi. La mayor por otro lado, evitaba la mirada de la rubia, aún estaba avergonzada por el beso.

-n-no lo vuelvas hacer Elichi-tomó más distancia, aun con la mirada insistente de Eli-no está bien

-pero…

-esto no está bien, Elichi-advirtió la mayor, con el ceño ligeramente fruncido, sabía que ese gesto lastimaba a Eli, pero cuando descubrieron y admitieron sus sentimientos, habían acordado no volver a besarse.

Claramente habían roto ese acuerdo varias veces, diciéndose cada vez que lo hacían que sería la última vez, pero ambas estaban llegado a un límite, y ahora no sabían cómo ignorar o persuadir esos sentimientos.

Nozomi prefería no pensar en ello, se convencía así misma que solo correspondía los besos por insistencia Eli, pero ella sabía que era lo que más quería, cada noche se acostaba pensando en Eli, y despertaba de la misma forma, incluso besaba a Eli cuando pensaba que ella dormía.

Por otro lado, Eli había decidido ignorar la voz de la razón, sabía que estaba mal, pero prefería aferrarse a la idea de que sus madres les habían mentido y ellas no eran hermanas. Pero también sabía que no podía obligar a Nozomi pensar de la misma forma, porque ni ella creía esa idea, solo era una forma de excusar sus acciones cuando besaba a Nozomi.

Aquello estaba mal.

-lo siento-respondió Eli, ahora sin verla. Miro hacia sus costados sintiéndose aliviada de que la calle estuviese vacía.

-no…-murmuro Nozomi-no donde nos pueden ver…

Al llegar a casa fueron recibidas por una relajada Arisa, quien descansaba tranquilamente sobre el sofá, con la cabeza apoyada a uno de los cojines, las piernas colgando por el respaldo y sus manos distraídas con el celular. Por su postura ambas imaginaron que sus madres no vendrían.

-¿y mamá?-pregunto Eli, al momento de entrar a la sala y sorprender a la menor, quien rápidamente se sentó correctamente en el mueble.

-tuvieron un viaje repentino-explico la menor-quizás vuelvan mañana por la noche…-la menor busco la mirada amable de Nozomi, porque Eli con los años se había vuelto demasiado estricta-… ¿puedo pasar la noche en casa de Yukiho-chan?

-no-Eli no le dio oportunidad a Nozomi a responder

-pero madres dijeron que Nozomi-one quedaría a cargo-reprocho la menor, Eli no contesto, era su última palabra así que subió a su habitación dejando a sus hermanas.

-no puedes hacerlo en días laborables-Nozomi tomo asiento al costado de la menor, acaricio con cariño su suave cabello rubio claro

-pero madres dijeron que saldríamos de viaje este fin de semana por las vacaciones de verano-se quejó la menor, haciendo un tierno mohín.

Nozomi no pudo evitar recordar a Eli cuando tenía su edad, solía ser bastante mimada y siempre quería salirse con la suya también.

-podríamos pedirles que Yukiho-chan nos acompañe-comento

La mirada triste de la menor ahora brillaba con intensidad.

-¿crees que acepten?-pregunto la menor, ansiosa por su respuesta

-porque no-se puso en pie-trata de convencer a Yukiho-chan para que nos acompañe, creo que Honoka-chan y sus amigas también harán un viaje

Apenas dijo estas palabras, la menor se apresuró en coger de nuevo su celular y proponérselo a su amiga castaña, para que no hiciera planes. Aunque las vacaciones comenzaban en solo unos días y quizás la menor de las Kouska ya tenía su propia agenda para las vacaciones.

-estaré arriba-informo Nozomi, saliendo de la sala, Arisa no respondió, miraba impaciente su celular

Soltó un largo suspiro antes de entrar a su habitación, quedaba al costado de la de Eli. Cuando ambas notaron lo "peligroso" que era que siguieran durmiendo juntas hablaron con sus madres para que cada una tuviese su espacio propio, había varias habitaciones que no tenían alguna función importante más que guardar muebles viejos, así que fue fácil ambientar dos habitaciones para ambas jóvenes, ahora la hermana menor de las Ayase dormía en la habitación que antes compartían.

-Nozomi-llamo Eli, cuando Nozomi ya había entrado a su habitación y se cambiaba de ropa. Afortunadamente para la mayor solo se había quitado el chaleco del uniforme y las medias.

-Elichi, ¿no te enseñaron a tocar?-pregunto la mayor con voz ligeramente severa, tratando de ignorar la mirada zafiro de su amiga que la recorría

-tu jamás tocas cuando entras a mi habitación-acuso la menor, olvidando la razón por la que había ido a buscar a Nozomi, pero tampoco importaba, entro a la habitación asegurándose de poner seguro.

-Elichi-protesto la mayor, empezando a ponerse nerviosa-¿en qué puedo ayudarte?

-ya se me olvido-Eli no se molestó en recordar la razón por la que estaba ahí, quizás y lo había hecho intencional y no lo recordaba, no importaba, Nozomi había dicho que no lo podían hacer en público, pero ahora no debería haber problemas.

La rubia se acercó lentamente, revelando en su mirada lo que quería, Nozomi no dijo nada, tampoco la reprendió ni se quejó, solo la espero. Y cuando por fin quedaron frente a frente.

-Arisachi esta abajo-de nuevo Nozomi se mostraba nerviosa, y ligeramente temerosa

Eli no respondió, ambas sabían que la menor estaba distraído en la planta baja. Acaricio el rostro de Nozomi, con delicadeza y lentitud fue acercándose.

La mayor cerró los ojos, con fuerza, esperando algo que nunca llego.

-¿Elichi?-entreabrió un ojo, la menor estaba frente a ella, sonrojada, respiraba con fuerza pero ahora la miraba con timidez

-Arisa esta abajo-repitió las palabras de la mayor, aunque tenía demasiadas ganas, aunque había puesto seguro, no podía, no quería correr riegos.

-lo sé-sonrió la mayor aliviada-será mejor que salgas-se dio vuelta hacia uno de los mueble para buscar su ropa de cambio-¿Qué quieres cenar?

Eli la abrazo con fuerza, su mente ya no podía formular algo más coherente que estar cerca de la mujer que amaba.

-E-Eli…chi-detuvo el rostro de la rubia que quería bajar hasta su cuello-Arisa esta abajo y podría subir-le recordó, mostrándose de nuevo nerviosa, pero el rubor en sus mejillas solo motivaba a Eli-e-esto no esta... bi...

Con habilidad la giro y la beso, había esperado demasiado, aunque solo unos minutos atrás lo habían hecho en la calle, pero sentía que había pasado una eternidad desde la última vez que probo los dulces labios de Nozomi.

-hmm… Eli-protesto la peli morada, separándose al segundo siguiente que Eli la beso, no dándole oportunidad a continuar

-solo un poco, Nozomi…-la mayor no pudo seguir rechazando esa mirada zafiro que la hipnotizaba.

Ambas se besaron, con el temor siempre presente de ser descubiertas.

.

-¿entonces podrás venir con nosotras?-pregunto la rubia, queriendo confirmar las palabras de su amiga castaña

-no habría problemas, pero ¿segura que está bien?-se escuchó desde el otro lado de la línea-tus madres aun no te dan permiso

-mi hermana Nozomi-one me lo dio-respondió la menor con seguridad y positivismo

-b-bien, pero me confirmas de todas formas si te dieron permiso, sino tendré que ir con mi hermana y sus amigas-lo último lo dijo soltando un pesado suspiro, como si la idea no fuera mucho de su agrado

-¿ira…Umi-senpai?-pregunto la rubia, agradeciendo de estar hablando con Yukiho por celular, sino habría visto su notorio sonrojo.

-aun no es nuestra senpai-le recordó Yukiho, con ligero tono bromista, y algo más que la joven rubia no pudo identificar-todos los años van de viaje las tres, aunque creo que esta vez van con tres kouhais y una senpai… , creo que también invitaron a tus hermanas, aún están haciendo planes

-¿te han invitado?-preguntaba ahora la menor, mostrando cierta emoción, y quizás esperanzada con la posibilidad de colarse, aunque las probabilidades eran mínimas. Para empezar sus madres no la dejarían, y aunque las jóvenes también fueran amigas de sus hermanas, probablemente Eli también se opondría.

-s-si-respondió con ligero temor la castaña-pero si tus madres aceptan que vaya con ustedes iré-se apresuró en explicar y dejarlo claro, sabiendo quizás la razón del interés de Arisa.

-aún queda tiempo-respondía la Ayase menor con ligera duda

Yukiho ya no tuvo oportunidad de responder. Se escuchó la voz de la hija mayor de la familia Kousaka, luego de un intercambio de palabras empezó una pequeña riña entre ambas castañas, una que Arisa no logro entender bien, pero con tantos años siendo amiga de Yukiho ya se había acostumbrado a esas interrupciones.

-se lo consultare a Nozomi-one-corto la llamada y se puso en pie, deseando hablar con su hermana peli morada sobre la posibilidad de irse esas vacaciones con su sempai Umi y sus amigas.

Quizás si Nozomi intercedía por ella las posibilidades podrían aumentar a su favor, no perdía nada tampoco con intentarlo, pensando esto se dispuso a buscarla.

.

-espe… ¡Elichi!-protesto la mayor al sentir una mano ajena perderse bajo su falda-n-no…-se quejó, frunciendo ligeramente el ceño y cogiendo a tiempo esa mano traviesa.

Pero la rubia no le hizo caso, era más fuerte y quizás un poco más rápida. No se detendría, no ahora que tenía a Nozomi bajo de ella, estaban solas, o relativamente solas.

-Nozomi-murmuro contra los labios de la mayor, sus labios se rozaban, aunque siempre tenía ganas de ellos prefirió bajar a su cuello.

La mayor soltó un quejido, sus manos estaban aferradas a los hombros de Eli, aun haciendo algo de fuerza para quitarla de encima, pero lo cierto es que no hacía mucho esfuerzo por apartarla.

Eli podía ver su nerviosismo en esas esmeraldas, así como su ansiedad, Nozomi quería aquello tanto como ella.

Paso con cuidado y cariño sus labios sobre esa piel blanca y suave. Sabía que Nozomi siempre fue sensible en el cuello, aprovecho esto para molestarla un poco. Sus manos seguían jugueteando entre sus faldas, pero aún no se atrevía a tocarla directamente, solo rozaba de vez en cuando la cálida piel de la mayor, pero estaba siendo cuidadosa y precavida, no quería presionar el momento, porque ella sabía que en cualquier momento una de las dos lo detendría.

La mayor se tensó al sentir la mano de Eli acariciar su muslo, contuvo otro quejido y suspiro mordiendo su labio inferior, aunque Arisa estuviese abajo no podrían correr riesgos de ser escuchadas, y tampoco quería darle el gusto a la rubia, quien seguía molestando la piel de su cuello con gentiles y lentos besos. Sentía sus mejillas arder, cerro fuertemente los ojos y espero, sabía que Eli la molestaría un rato y luego se calmaría.

-Nozomi-hablo con voz ligeramente ronca, algo que estremeció a la mayor, aunque aún se negaba a demostrarlo-Nozomi-ahora su voz sonó como una protesta, una protesta amable.

-¡E-Elichi!-Nozomi trato de aparta la mano de la menor una vez más, pero esto solo provoco que ella subiera un poco más, y siguiera explorando aquel nuevo territorio.

-estas caliente-murmuro contra su oído, ambas siendo conscientes que la mayor también tenía debilidad allí-tu piel quema…-se burló, sonrojando más a la mayor, quien se removía bajo de la rubia, pero aun sin hacer muchos esfuerzos de apartarla.

-Arisa esta abajo-le recordó, aunque sabía que la información tardaría en llegar a la mente nublada de la menor, su mirada seguía siendo oscura e intensa.

-¿Quién?-pregunto confundida, volviendo a retomar los besos en su mandíbula, cuello y mas abajo.

La otra mano de Eli no pudo quedarse quieta mucho tiempo, aunque la usaba para sostenerse y no dejar que Nozomi cargara con su peso, ya no pudo mantenerla allí. Astutamente empezó a perderse bajo la blusa de verano de la peli morada, no tardo nada en tocar una suave y cálida, casi caliente, piel.

Nozomi soltó otro suspiro, aun tratando de reprimirlos. Eli disfrutaba de esos suaves sonidos que lograba escuchar de la mayor, no podía darse el lujo de pedir más.

-n-no subas tanto-reprocho la mayor, tratando de detener la mano que subía por su abdomen. A causa de lo holgada que le quedaba la blusa, Eli no tendría mucho problema en llegar a otra parte sensible de su cuerpo, y el que tampoco tuviese prisa era una tortura mayor.

-¿Por qué no?-se hizo la desentendida, deteniéndose a solo unos centímetros de su objetivo, disfrutando de la rápida y agitada respiración de la mayor, aunque trataba de moderarlo era algo que no podría disimular como su voz, también encontró lindo su sonrojo, aunque parte del dorso de la mano de Nozomi le impedía apreciar ese hermoso rostro.

-Elichi…-trato de hablar, pero le estaba costando hacerlo, y más mantener su mirada conectada con esos intensos zafiros que la devoraban y miraban burlones-t-tu mano… n-no ahí…ghmm…

Nozomi se cubrió el rostro, reprimiendo apenas otro quejido al sentir la mano surda de Eli sobre su pecho, la otra mano tampoco se quedaba quieta, frotaba con calma sus muslos, subiendo en ocasiones, tentándola, pero luego regresando a una zona segura.

-¿Dónde no?-volvió a burlarse, eran pocas las veces que podía molestar a Nozomi así, quizás disfrutaría de esto un poco mas antes de detenerse.

-¡Elichi!

Sin poder prevenirlo Eli quedo bajo la mayor, siendo devorada ahora ella por esas hermosas y oscuras esmeraldas que la estremecían.

-¿No-Nozomi?...-trato de apartarla, pero Nozomi sostuvo sus manos a cada lado de su cabeza

-Elichi llego muy lejos-y aunque trataba de ser intimidante, no tuvo mucho efecto. Eli estaba distraída mirando parte de su sujetador, y lo poco que este le dejaba ver-¿d-dónde estás mirando Elichi?-Trato de separarse y poner orden, pero Eli aún no se lo permitiría.

La rubia la rodeo con sus brazos y la mantuvo allí, sobre ella, ahora sin besos ni caricias insinuantes, solo compartiendo calor y respiraciones.

-hueles bien, Nozomi-murmuro Eli, olfateando el cuello de Nozomi, pero sin intenciones de mas

-eso sonó raro Elichi-susurro con calma, regresando su respiración a la normalidad.

Sabían que deberían tener más cuidado, no solo corrían el riesgo de ser descubiertas, sino que además podrían perder el control en cualquier momento, esto ultimo era mas difícil para ambas. Quizás el hecho de ser algo prohibido lo hacia mas tentativo.

-raro porque-se quejó la menor, mostrando un tierno mohín, uno que Nozomi solo tenía permitido ver-es la verdad-se había separado un poco para mirar los hermosos turquesa de Nozomi, pero de nuevo empezó a olfatear cerca de su cuello, para corroborar sus palabras-hueles a lirios-olfateo un poco más-lirios dulces

Nozomi solo sonrió, sin preocuparse esta vez de ocultar su rubor. Movió su rostro para poder depositar un tierno beso en la frente de la menor.

-debe ser el perfume-susurro, sintiéndose ligeramente nerviosa por las manos traviesas de Eli, las cuales en ocasiones bajaban amenazando con llegar más abajo de su espalda.

-tu no usas perfumo-le recordó la menor, volviendo a unir miradas, pero el contacto duro solo unos segundos, ambas bajaron las miradas hasta pasarse en los labios de la otra-es tu aroma natural…-revelaba ansiedad en su voz, pero también control.

-eso puede sonar pervertido, Elichi-se burló la mayor, tratando de sonreír, pero se sentía ansiosa por los labios dulces de Eli.

Una sonrisa se formó en los labios de Eli, aprovechando que la mayor estaba distraída se atrevió a bajar las manos, sorprendiendo a Nozomi y obligándola a soltar un suave quejido.

-¡Elichi!-protesto, tratando de separarse, pero al igual que minutos atrás, no lo hizo con mucho esfuerzo-saca tu mano de ahí-advirtió al menos

-no quiero-se burló la menor, sacándole la lengua

Tuvo que parar cuando Nozomi le dio una mordida suave en la clavícula, aunque fue amable le dejo una leve marca, que al menos duraría un día.

-¡Nozomi!-fue su turno de protestar, a lo que ahora fue la mayor quien se burló y le saco la lengua.

-Arisachi no tardara en subir-volvió a recordarle a la rubia, sabiendo que esta vez si la escucharía.

La menor empezó a reflejar preocupación en su mirada, aunque haya puesto seguro no podían corres riesgos.

-tienes razón-la libero de sus brazos, dejando por fin a la mayor ponerse en pie

-me despeinaste Elichi-Nozomi trato de arreglar sus coletas, pero como si no hubiesen tenido suficiente, Eli otra vez la abrazo.

Ahora ambas permanecían sentadas en la cama de Nozomi

-estas muy cariñosa-apoyo su cabeza en el hombro de la rubia, cerrando los ojos y disfrutando de las cálidas caricias de la menor en su rostro.

-no me has dejado acercar los últimos días-volvió hacer un mohín que debilito el corazón firme de la mayor

-no podemos correr riesgos con nuestras madres patrullando por las noches-le recordó-se nota que tienen mucho trabajo-comento más para ella que para la rubia, ligeramente pensativa al recordar las voces y pasos en las noches.

-¿realmente crees que trabajan?-Eli se separó un poco, lo suficiente para que sus miradas volvieran a unirse.

-ya lo hemos hablado, Elichi-trato de cerrar el tema, pero la rubia se veía decidida a no dejarlo pendiente otra vez

-pero aun no me dices lo que piensas-reprocho

-Nozomi-one-Nozomi agradeció que su hermana menor interviniera, no quería decir lo que pensaba porque tampoco tenía claras sus ideas, una parte de ella quería creer que Eli tenía razón y sus madres les habían mentido para protegerlas, pero otra parte, una más temerosa e insegura, le decía que saldrían lastimadas si aquello no eran más que deseos de ambas, deseos de no querer ver la realidad-¿Por qué tienes seguro?

Ambas se miraron nerviosa, Eli fue la primera en ponerse en pie y arreglar su condición, también estaba un poco despeina, y su uniforme algo arrugado.

-lo siento…-miro a Eli, esperando que se le ocurriera algo para decir, porque ella era mala mintiendo.

La menor negó, un poco desesperada porque tampoco era muy buena improvisando, y menos bajo tanta presión.

-Elichi se hizo algo y le da vergüenza que la vean

Eli se golpeó en la frente, pensando que mejor hubiese sido ella la que hablara. Ambas tuvieron una pequeña discusión de miradas, donde se reprochaban mutuamente lo que la otra estaría pensando.

-¿Qué te hiciste one-chan?-aunque estaba con seguro Arisa seguía intentando abrir la puerta

-n-nada-respondió nerviosa, mirando acusadora a Nozomi antes de quitar el seguro y abrir la puerta-s-solo…-fue su turno de buscar la mirada de Nozomi, para que continuara con la mentira

-algo le pico abajo del cuello-respondió Nozomi, con una sonrisa nerviosa y gestos forzados

-¿y eso te da vergüenza?-pregunto la menor confundida, afortunadamente la densidad de las rubias venia de familia, así que no detecto la mentira-a ver-se puso en puntillas para tratar de ver más de cerca, podía ver una ligera mancha rojiza pero no parecía nada serio ni peligroso-¿Qué te pico?, ¿quieres un beso?

-un bicho-respondió la rubia mayor mas nerviosa, mirando de forma severa a Nozomi, de todas las mentiras ¿Por qué tuvo que mencionar la marca que le dejo minutos atrás?, aunque su pequeña hermana no lo entendiera eso no evitaba que se sintiera avergonzada y culpable si llegaba a manchar la mente pura de Arisan-n-no es nada, no t-te preocupes

-¿Qué quieren cenar?-interrumpió Nozomi antes de que Arisa hiciera otra pregunta.

Ambas rubias se miraron emocionadas, Nozomi cocinaba realmente deliciosa y solía cumplir sus antojos, era otra de las ventajas cuando sus madres salían de viaje.

-¡sorpréndenos!-respondieron a la vez ambas rubias. Ambas olvidando la razón por la que estaban allí.

.

.

No pudo evitar sonreír al ver la pequeña canasta de regalos, y más por ese tierno mohín que Eli trataba de disimular, tratando de ignorar los dulces que sobresalían.

-sabes que puedes comerlos, ¿verdad?-pregunto con un ligero tono burlón, ese que causaba nervios en la menor, lo sabía, y era más divertido si Eli trataba de negarlo

-no tengo hambre-respondió su media hermana, inflando más las mejillas, mirando de reojo algunos chocolates que resaltaban de entre todos sus obsequios.

Nozomi solo pudo sonreír ante la respuesta infantil de la menor, estaba claro que era algo que quería.

-¿segura?-insistió, queriendo burlarse un poco más de la rubia.

Las mejillas de la menor solo se inflaron más, ahora la miraba con ojos brillosos y un tierno sonrojo.

-si me lo como sería como aceptar sus sentimientos-respondió la menor, ya no tratando de ocultar sus mohínes o expresiones infantiles, unos que solo Nozomi tenía permitido ver.

-ellas saben que no aceptarías sus sentimientos-respondió con calma, jugando con una carta de tarot-pero ellas aun así querían dártelos como muestra de su cariño, está bien comerlos si los recibiste

La menor solo se ruborizo más, ahora evitaba su mirada, su respiración era un poco agitada, algo que preocupo a Nozomi.

-¿eso está bien para ti?-volvió a tener sobre ella esos intensos azules-quiero decir… ¿no te molesta que reciba obsequios?

Nozomi la miro confundida, pero termino por sonreír, ciertamente la situación entre ambas no era la más clara, pero algo que si podía asegurar eran los sentimientos que compartian

-Elichi me quiere a mí, así que… no hay problema…-aunque sintió como su pulso aumentaba y sus mejillas quemaban, eso no evito que empezara a preocuparse, incluso ponerse triste-… esto solo es entre las dos Elichi, pero… creo que ya es tiempo de dejarlo…

Eli no la escucho, o no quiso hacerlo, volvió su atención al papeleo, era el último día laborable, tenían que dejar todo listo si querían disfrutar bien sus vacaciones.

-Elichi-insistió la mayor, pero una vez más Eli la ignoro-Elichi-soltó un suspiro volviendo también a su trabajo-esto no está bien...

-si está bien para ti y para mí, entonces está bien-respondió Eli, sin despegar su mirada de los documentos

-no es correcto-murmuro la mayor, queriendo dar por finalizada la charla. Estaban llegando a un camino sin salida, y no aclarar lo que eran podría traerles más problemas, incluso podrían llegar a lastimarse.

-Nozomi-Eli dejo los documentos, en un movimiento ligeramente brusco-sé que esto está mal, pero… ¿Qué deberíamos hacer entonces?

-dejar de…

-eso jamás pasara-sentencio la menor. Poniéndose en pie y abrazando a Nozomi por atrás-no renunciare a ti Nozomi

Nozomi volvió a suspirar, sintiendo el agradable aroma de la menor, acaricio con cariño las manos de Eli que rodeaban su cuello.

-yo tampoco quiero hacerlo… pero Elichhm-no pudo oponerse mucho a los labios de la menor... ni cuando profundizo el beso-Elichi-protesto cuando la menor empezó a bajar sus besos

-lo siento-se separó la menor, un poco agitado, ruborizada y con la mirada arrepentida-lo siento…-repitió, acariciando su rostro, tratando de ocultar un par de lágrimas. Era demasiado doloroso para ambas.

Eli camino hasta la ventana para abrirla, y refrescarse con la cálida brisa de verano, necesitaba calmarse, no podía seguir así. Sabia que estaba mal, sabia que aferrarse a la idea de no ser hermanos ya no era suficiente, estaba presionando a Nozomi, pero ¿que podía hacer?... no quería renunciar a ese sentimiento.

-Elichi…-susurro Nozomi, poniéndose en pie también, ahora siendo ella quien la abrazaba por atrás. Apoyó su rostro a la espalda de la menor-hablemos con nuestras madres…

Sintió en sus brazos como Eli se tensaba, la menor trató de girarse, pero no se lo permitió.

-que dices Nozomi-susurro, revelando nerviosismo en su voz-eso no estaría… bien

-lo que hacemos no está bien

-pero te gusta-cambio el tema y el humor de la conversación.

Nozomi se apartó, ligeramente sonrojada por las burlonas palabras de la menor, ahora se giraba y la miraba con confianza. Cerró los ojos al sentir las suaves caricias de Eli en sus mejillas.

-te gusta, ¿no?-pregunto, con ligero tono provocativo pero también inseguro.

Nozomi sonrió, sonrojada pero mirando de frente a Eli, no podía ocultar ese hecho aunque quisiera. Acaricio las manos de Eli, que aun sostenían su rostro, movió ligeramente su rostro para besar ambas manos.

-supongo que Elichi lo hace bien-se burló ahora ella, rompiendo el contacto visual y físico, volviendo a tomar asiento-aún tenemos trabajo.

-deberíamos decirles…

.

.

-… somos pareja

Habían dicho que tenían algo importante que decirles, estaban reunidas en la sala, disfrutando de una calurosa reunión de familia, porque aun con ventiladores el calor de verano estaba presente.

No le habían dado mucha importancia, imaginaron que serían los planes para esa semana en Okinawa, sumado a esto la invitada de Arisa.

-…¿Qué?-pregunto la menor de la familia, la joven rubia miraba sorprendida a ambas mujeres que toda su vida había considerado como madres.

Por otro lado, Nozomi y Eli cruzaron miradas, ambas no tan sorprendidas con la noticia, pero sin poder ocultar su ansiedad por más información, porque aun con esas palabras, necesitaban escuchar toda la verdad, realmente lo necesitaban casi como respirar.

-Nazami y yo somos pareja-volvió a repetir la madre rubia, mirando en especial a sus dos hijas. Arisa bajo la vista, asimilando las palabras, pero Eli, su hija mayor solo la observaba, pidiendo con su mirada azul que continuara, podía ver el deseo en su mirada por saber toda la verdad detrás de esas palabras, porque estaba claro que había más, mucho más, y quizás tendría que omitir algunas cosas para proteger la inocencia de sus hijas.

-eso significa…-Nozomi tomo la palabra, sin poder ya ocultar su ansiedad por esa respuesta, esa respuesta que la había torturado tanto a ella como a Eli los últimos años-que… Elichi y yo…

-siempre pensé que lo eran-interrumpió la menor de las Ayase, ahora mirando a ambas mujeres curiosa y confundida-desde que tengo memoria Nazami mamá me ha tratado como a otra hija… y bueno… no se ven como…-un rubor se apodero de sus mejillas-… no se ven como solo amigas…-busco con la mirada a sus hermanas, pensando que ellas también lo veían así-¿verdad?

Tanto Eli como Nozomi volvieron a cruzar miradas, dándose cuenta de lo ciegas e inseguras que habían sido todo ese tiempo, la pequeña Arisa acababa de decir lo obvio, como algo tan obvio, algo que siempre estuvo ahí, ¿Por qué no lo habían visto?... por miedo.

Era irónico, pensar que la menor y la más inocente de la familia siempre había tenido la respuesta.

-entonces…-esta vez Eli tomo la palabra-¿Nozomi y yo no somos hermanas?-quizás esa pregunta revelaría su relación con Nozomi, pero ya no podía resistir tanta incertidumbre, aunque su hermana menor acababa de resolverles la duda, aun necesitaba escucharlo de sus madres.

Esta vez fue el turno de ambas adultas de cruzar miradas, era una extraña comunicación que aun las jóvenes no lograban descifrar, sus madres podían quedarse viendo por horas, las jóvenes sabían que lograban comunicarse de esa forma, pero seguía pareciéndoles extraño.

-no-respondió Nazami-no comparten sangre

-pero crecieron como hermanas-completo Aricee, ligeramente confundida por la pregunta, temiendo que esto influyera en la relación de sus hijas.

-bueno, ustedes siempre fueron mis madres y ellas mis hermanas-señalo Arisa tranquila. Algo que los Tojo envidiaban eran esas respuestas despreocupadas de las rubias.

Ambas mujeres sonrieron, aliviadas de que la menor de la familia lo haya aceptado y tomado bien, ahora se mostraban preocupadas por lo que Nozomi y Eli pensarían.

Lo cierto es que ambas jóvenes no sabían cómo responder, estaba confundidas, aliviadas, felices… tenían un conflicto de sentimientos en su interior, pero sin duda predominaba la felicidad.

-lo cierto es que también lo sospechábamos-Nozomi respondió ante la expectante mirada de las adultas-me alegra saber que así es y son felices-aunque aun tenia algunas dudas sobre el pasado de sus madres, no queria arruinar el momento.

Nazami se puso en pie para abrazar a su hija, sintiéndose orgullosa de su madurez y comprensión, por otro lado, Aricee aun esperaba la respuesta de Eli.

La rubia solo rasco su cabeza, mostrándose nerviosa y ligeramente incomoda, ¿Qué pensaran sus madres cuando sepan su relación con Nozomi?, solo podía pensar en ello, y le preocupaba que aun no siendo hermanas no lo aprobaran.

-me siento feliz por ambas-tuvo que responder, porque se sentía más avergonzada que tanto su madre como hermana la miraran, esperando su respuesta- p-por… ¿Por qué no lo habían dicho antes?... creo que lo habríamos entendido.

Nazami se separó de su hija, quien siendo casi una mujer seguía emocionándose con sus abrazos, cruzo miradas una vez más con la madre rubia.

-para protegerlas-respondió la mujer peli morada

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Escucho otro suspiro salir de sus labios, era la tercera, así que esta vez ya no lo ignoro. Despejo su vista del mar, lo poco que podía ver por la oscuridad, y observo esas cálidas esmeraldas.

-¿Qué sucede?-pregunto suavemente, tomando la mano de la mayor, sabiendo que no había riesgos, porque además de ser las únicas que estaban acampando allí, era lo suficiente oscuro dándoles así mayor privacidad.

-¿crees que lo acepten?-respondió con temor, correspondiendo el contacto de sus manos sobre la arena. Ambas estaba sentadas, apoyadas en la otra con un delgado cobertor sobre sus hombros, a un par de metros de ellas había una carpa.

Se supone que acamparía toda la familia junta, pero sus madres optaron por quedarse en el hotel a última hora, al parecer tenían algo de trabajo pendiente y aprovecharían esa noche para estar libres los siguientes días. En cuando Arisa y Yukiho, dormían profundamente en una de las habitaciones, aunque fueron las más animadas en eso de la acampada, pero sus cuerpos estaban rendidos luego de esa intensa mañana en que la aprovecharon para jugar, bañarse y competir.

-incluso si no lo hacen no importa-respondió con seguridad Eli, usando su mano libre para acariciar el rostro de su… ¿hermana?, ¿amiga?... ¿Qué eran?-nosotras… podemos estar juntas-se vio obligada a desviar la vista ante esas confundidas esmeraldas-quiero decir… ya sabes… nosotras no somos…

Quedaron en silencio, Eli volvió a buscar la cálida mirada de Nozomi, ella la miraba confundida, nerviosa y ligeramente avergonzada, al parecer percatándose también de eso, de lo que ahora eran.

-¿q-que seremos ahora?-pregunto con timidez la mayor

-nosotras ya no somos hermanas…-Eli respiraba con fuerza, ¿Qué le pasaba?, había besado varias veces a Nozomi, habían hecho muchas cosas, ¿Por qué le daba vergüenza?-ahora… nosotras podríamos…

Cubrió su rostro rojo con ambas manos, era realmente vergonzoso, aun cuando ambas sabían que se gustaban, ¿Por qué sentía tanta vergüenza?

Nozomi empezó a reír, mirando atenta a la rubia, quien salía de su escondite para verla con un ligero mohín.

-no te burles-se quejó la rubia, inflando más las mejillas-… es vergonzoso

-¿lo es?-ahora ella acaricio el rostro de la rubia, sosteniendo con ambas manos su bello rostro-¿Qué quieres que seamos, Elichi?... ¿n-no… novi?-fue su turno de ruborizarse, ahora comprendía la vergüenza repentina de la menor.

Esta vez la menor sonrió, disfrutando del lindo sonrojo en las mejillas de su…

-es lo que quiero-acaricio ambas manos que aun sostenían su rostro, tratando de mantener su mirada azul sobres esos brillantes turquesa-… ¿tú quieres... ser mi novia?

La mayor se sonrojo más, apenas logrando sostenes la mirada zafiro de la menor. Bajo unos segundos la mirada, sintiendo como sus mejillas quemaban.

-s-si quiero Eli… chi-volvió a conectar miradas, la menor estaba igual o quizás un poco más avergonzada, la miraba sin reaccionar, realmente habían esperado demasiado para esto.

Decidió tomar la iniciativa al ver que la menor aun no respondía. Acerco su rostro al de Eli, a unos escasos centímetros la menor reacciono correspondiendo el tímido beso.

-entonces… ¿somos… no-novias?-pregunto Eli luego de ese corto contacto, pero sus rostros permanecían aún cerca, lo suficiente para sentir la tibia respiración de la otra.

-si Elichi-respondió con una hermosa sonrisa, esas que Eli adoraba se las dedicara solo a ella-a partir de ahora Elichi es mi novia.

La idea hizo más que feliz a la rubia, no sabía como demostrar esa felicidad, bajo su mirada a los rosados labios de la mayor, ahora nada impedía que se besaran. Volvió acercarse para besarla pero…

-pero si nunca fuimos hermanas-se separó confundida, dejando a Eli con las ganas-¿Qué fuimos?-se preguntó, acariciándose con el índice su mentón, burlándose internamente de la menor-¿amigas con derecho?-le pregunto, como si ella tuviese la respuesta

La menor no se molestó en pensar una respuesta, tomó el rostro de Nozomi queriendo intentarlo de nuevo.

-no me gusta cómo suena eso-Nozomi volvió a separarse, sonriendo de forma juguetona, tentando más a la rubia-quizás siempre fuimos novias, hacíamos lo que una pareja hace

-¿Cómo qué?-le siguió el juego la menor, a regañadientes

-besarnos por ejemplo-respondió con ligera duda-pensábamos que estaba mal al ser hermanas, pero si no lo somos entonces estaba bi… hmm

Eli no iba a resistir mucho, y ahora que si podía hacerlo, sabiendo que ya no era algo prohibido, la besó, no dándole la oportunidad a Nozomi para separarse, la rodeo con sus brazos atrayéndola más a su cuerpo. Se sorprendió ligeramente que Nozomi terminara dominando. La mayor termino sentada sobre sus piernas, rodeo su cuello y profundizo el beso.

-No-Nozomi…-se separó agitada, sorprendida de la astucia de la mayor.

-ahora puedo asegurar que Elichi siempre fue mía-se burló la mayor, dando besos cortos en los labios de Eli

-entonces tú también lo fuiste para mí-respondió la menor, aun agitada

Nozomi sonrió, volvió acortar la distancia, esta vez tomándolo con calma.

-¿deberíamos decirles?-pregunto la peli morada al momento de separarse

-podríamos-llevo su mano derecha al rostro de la mayor, aparto un pequeño mechón de su rostro-pero no importa si lo aceptan o no-aclaró-tu y yo estaremos juntas

-siempre lo hemos estado-se burló Nozomi-al menos desde los cinco años-le recordó

Eli volvió a besarla, Nozomi tenía razón, siempre habían estado juntas, quizás no como novias, pero realmente los títulos no eran tan importantes, solo sus sentimientos, y ahora podrían demostrarlos con libertad.

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