EPILOGO V Y FINAL "Una conclusión, una revelación y una reencarnación..."

BASADO EN LA HISTORIA:

"The Story about a Prince and a Courtier"

By Crystal..-

Basado en los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.

Iniciado en agosto del 2005, concluido finalmente en agosto del 2006.

Nota previa. Me disculpo de antemano por la tardanza. Lamentablemente el archivo original fue perdido en el 2005 y luego de un año, es que se ha podido dar la conclusión a la historia.

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"Debe de ser entendido algo: la voluntad de una persona yace en su corazón, pero no en su mente. Hay deseos y anhelos que yacen allí, para poder impulsar nuestro cerebro a realizar nuestros anhelos. He ahí donde todo comenzó: por un deseo que yacía en mi corazón de concluir mi pasado para poder embarcarme sin arrepentimientos en mi vida y al lado de mis seres queridos.

Agradezco con todo mi corazón la ayuda de mis amigos: Kiddy me ha llevado a las viejas ruinas donde yacían en mi previa vida los santuarios de los Hijos y Hermanos de la Luna. Siento que hay secretos incluso en el aire que respiro y el sol que da contra mí.

Pero aun así, cuando busco respuestas, no puedo olvidarlo a el… el hombre que inevitablemente ocupa mis pensamientos noche y día. Cuando despierto a mitad de la noche, instintivamente busco su calor corporal. Busco sus brazos para que me cubran y me protejan como siempre prometió hacer. Pero abro mis ojos para encontrarme sola…

¡Dioses, como lo extrañó!

Es el amor de mi vida. Vi a Tomoyo despedirse de Eriol y este de su mujer e hijos. Shaoran de Sakura y su hijo; y veo lo que yo tengo con Touya: Estabilidad, confianza, apoyo y amor.

Pero hasta que no concluya mi situación con mi pasado

Jamás estaré totalmente en paz con mi presente.

No debería haberme marchado tan abruptamente. No con Yue fuera del libro. No dejando a mi esposo con aquel dilema de proteger a Yue y también controlar nuestro hogar. Aunque se que, Sakura ayudara en lo posible. Después de todo Shaoran también se ofreció a venir con nosotros…

Aunque trate de evitarlo y notar todas las personas que se preocupan por nosotros… no puedo dejar de pensar en el pasado…

Aquel pasado que aun no concluye.

Se detuvo de escribir en aquel diario. El fuego de la fogata se estaba extinguiendo y sus ojos esmeraldas jugueteaban con las imágenes que se reflejaban en su imaginación y veía en aquella hoguera que usaba el grupo para calentarse mientras dormía: Se imaginaba que en aquellos momentos sus preciosos hijos estaban dormidos en sus camas, apacibles, inocentes e ignorantes de todo lo que sucedía en el mundo de los adultos. En su mundo.

Su reunión con Sonomi no ayudo mucho. Confirmo lo arrojado por Matso. Pero era mas profundo que eso: Su pasado estaba aun más profundo que su vida como Iztume.

Descendía más allá de su vida como Itziar.

Iba mas profundo que cualquier vida reencarnada.

Su mirada fue a un par de ojos añiles que le observaban desde su lecho. Sonrió disculpándose por las incomodidades que hombres tan refinados como Eriol Hiragizawa y Shaoran Li, vivían desde que habían decidido compartir sus vidas con sus esposas y ahora se veían impuestos a veladas al aire libre y molestosos climas.

-¿Sueño ligero, eh? – pregunto el hombre incorporándose y ajustando la manta de piel alrededor de su cuerpo hasta llegar a uno de los troncos caídos que rodeaban la hoguera; se quedo observando la hoguera y añadió- o tal vez, melancólica?

-A veces creo que lees los pensamientos de las personas demasiado bien – respondió su vieja amiga y antigua encarnación de Itziar. – que el tiempo se detuvo vidas atrás y nosotros jamás hemos cambiado incluso de tiempo…

-Pero es diferente de aquel entonces…

-Tienes razón.

-Háblame de tu infancia – solicitó el hombre con gentileza. Ella le observo intrigada. – la madre de Li no fue muy elocuente en cuanto a tus orígenes… desde la unión de tus padres hasta su muerte.

-¿Cuando lo es ella? - pregunto con sarcasmo haciéndole sonreír y también asentir- no recuerdo mucho. Recuerdo un poco el rostro de mi padre. No recuerdo su voz… pero si su sonrisa… - abrigándose mas con la chaqueta de piel obsequio de Kiddy quien yacía a pocos metros de ellos e irónicamente, roncaba. Había decidido no quedarse en la casa de los Kinomotos, sino acompañarles. Contrario a ellos la mujer estaba confiada que su hijo estaría a salvo en la casa Kinomoto, en compañía de Touya y la falsa identidad de Yue. Si solo ella pusiera a descansar sus propias dudas. – Recuerdo cuando llegaba de cazar. Recuerdo… sus ojos. Cuando saludaba a mi madre al llegar a casa. A veces – mientras sonríe con cierta melancolía y tristeza –Creo ver la gentileza de su mirada en el brillo de los ojos de Touya cuando ve a nuestros hijos. – El sujeto sonrió ante su respuesta tan honesta.

-Hiciste una buena elección desde un principio. Kinomoto siempre ha sido alguien… especial – por encontrar una descripción para el explosivo y especial comportamiento del hermano de Sakura. – Es un hombre justo, cordial, algo receloso y desconfiado si, pero es un buen padre…

- Y un buen esposo, no te quede duda. Pero… - haciendo un silencio momentáneo.- ¿Cuándo te diste cuenta que amabas a Tomoyo?

-Me enamoré de su candidez de corazón. De su hermosa voz. – sonriéndole.- De sus ojos... se que suena un poco superficial pero ¿Acaso no son los ojos las puertas del alma?

-Siempre lo he entendido así también.—sonrojándose sutilmente.- Me enamoré de Touya en un principio de su mirada. Daba temor pero también no podías librarte de su mirada.

-Tomoyo me ha dado lo que en vidas pasadas creo que ha sido imposible lograr. Aquel sentimiento de hogar.- afirmó con convicción. Itzume sonrió. –Siento como somos una familia y cada día que pasa añoro mi vida a su lado.

-Creo comprender a veces, porque te inclinaste a esta búsqueda. Pero otras veces, me quedo aturdido.

-¿Aturdido?

-Por tu falta de complacencia en lo que tienes… tienes tanto Itzume. – Sorprendiéndole con la calidez y dulzura que transmitía en sus palabras.-Hijos prominentes, hermosos y especiales. Un marido que te adora como al sol. Sakura también te quiere mucho y nos tienes a nosotros sin contar con Ieran Li y el señor Kinomoto. ¿Que es lo que quieres encontrar en esta búsqueda?

Tardó un instante en responder. Pese a que tenía una respuesta, no podía analizar a profundidad su pregunta por el simple hecho que la tomo fuera de guardia.

-¿Recuerdas mucho de nuestro pasado¿Me refiero a como Itziar y Clow? – Preguntó ante un momento de silencio.

-Algo. Aunque no dejo que ello domine mi vida… en realidad, a Tomoyo no le cae muy en gracia que hagamos esos viajes al pasado…

-Será que no le gusta que hagas esos viajes al pasado cuando se trata de mí. – sonrió algo abochornada.

-Dilo como desees.

Itzume inmediatamente la comprendió. A ella misma no le gustaba cuando Touya alguna vez hablaba de Kaho. Ella misma, no comprendía como ella misma soportaba las indirectas de quien alguna vez se enamoro de su esposo o aun suena con el. Era una situación conflictiva cuando ella se encontraba con alguna vieja enamorada o amiga de su esposo sin causar una escena o aparentar notable frialdad a todos sus comentarios o indirectas acerca de las cualidades de su esposo.

Claro que conocía sus cualidades como afectuoso y candoroso amante. Se lo demostraba cada vez que la tomaba en sus brazos y la conducía a las nubes. Pero lo que ellas no podían tener era su corazón. Y a ella le pertenecía. Aunque cuando ella se marcho, el le dijo con una tristeza que si ella no hubiera tenido fuerza de voluntad, había hecho su corazón añicos.

"Se que nunca te he tenido para mi solo" Dijo mientras le pasaba las riendas del caballo y la veía partir acompañada de Eriol, Shaoran y Kiddy quienes se despedían de sus seres queridos. "Se que siempre te he tenido que compartir con aquello que aun no llego a comprender. Solo quiero saber algo: al menos he podido hacerte feliz en este tiempo?"

Ella extendió su mano enguantada a su mejilla y la mantuvo allí mientras le sonreía con las lágrimas a punto de salir por sus ojos. Quería decirle tantas cosas: Que no era su intención dejarle. Que lo amaba tanto que, su amor era lo que le daba fuerzas para emprender semejante viaje. Que si el quisiera y prohibiera su partida, ella se quedaría a su lado… que la llevara a su alcoba y le hiciera el amor para convencerle que jamás se marchara. Le miro a sus ojos y con aquello parecía Touya conformarse. Dio un paso atrás y se volteo para ingresar a la casa. La voz de ella se hizo escuchar cuando dijo- Te amo Touya. Jamás lo olvides… volveré a ti cuando pueda y tenga lo que necesito para regresar a tu lado y jamás alejarme de ti.

-Me conformo con que vuelvas. Recuerda… recuerda que aquí te estaremos esperando – Itzume lo vio marcharse al interior de la casa Kinomoto hasta que Shaoran le aviso que era hora de irse.

-Creo que Tomoyo comprende ciertas cosas que solo una mujer entiende – dijo al fin- Así como ustedes los hombres se reservan ciertas opiniones para ustedes mismos. – imaginando la perturbación en la mente de la señora Hiragizawa declara- Cuantas veces le has hablado… de Itziar y Clow?

-No desde que nos casáramos…

-Cuantas veces le dices que la amas?

-Todos los días…

-Por que la dejaste y viniste conmigo? – Dando justo en la llaga.

Eriol guardo silencio unos segundos mirando la fogata que casi se extinguía. Extendió su mano sobre las remanentes llamas buscando calor e inmediatamente estas volvieron a la vida. –Creo que, te lo debía… te debo tanto…

-No creo entenderte…

-Aquel día… la batalla contra la criatura. Debí de ayudarte… debí de … - sacudiendo su cabeza- No habrías arriesgado tanto aquel día… Si te hubiéramos ayudado.

-Tsubame peleo contra ella también aunque la perdimos…

"Tsubame" Eriol no sabia como tocar el tema con Itzume. No sabía como aproximarse al punto que le interesaba. Odiaba ocultarle aquel pequeño detalle. Aunque Tsubame tenía idea que podía nacer algo entre su querida amiga y el guardián de Sakura, era muy arriesgado que dependiera enteramente de sus poderes. Era como aquella anciana que murió una vida atrás: se estaba volviendo demasiado confiada. Si Matso se percataba de su presencia… la vida de Kagome, su infancia como niña, se vería afectada –Itzume…

-¿Si? – levantando la mirada a su amigo.

-No te he hablado con total sinceridad. A decir verdad… -hesitando.- Te acompañé por otras razones además de las obvias. – Dijo observándole con una seriedad que por un momento, aturdió a la mujer- Hay algo que… algo que, no sabes… ni Touya o tu… que debieron saberlo, pero quise… - suspirando – Dar un poco de tiempo…

-¿Que debería de saber?

-No me lo vas a creer… - añadió con paciencia tratando de reunir fuerzas para confesar el secreto que llevaba consigo.

-Buenos días, Tsukishiro – dijo la primogénita de los Kinomotos al llegar al comedor llevando consigo a su hermano menor. El hombre ya devoraba con ganas su desayuno.

-Buenos días. – sonrió con afabilidad el hombre. La muchacha entregó a su hermano a manos de una de las sirvientas de la casa y tomo asiento a pocas sillas de el. – Vendrás a pescar con nosotros hoy?

Yukito había programado para los jóvenes Kinomoto y el hijo de Kiddy además del de Eriol, una salida a la laguna que había a una media hora de la casa para ir a pescar. Era su manera de mantenerlos ocupados el de coordinar diversas actividades mientras que, Sakura y Tomoyo esperaban por noticias de sus correspondientes esposos y trataban siempre de hablar y razonar con Touya.

-No – anuncio Kagome- En verdad, pienso quedarme en casa- tomando un poco de queso y pan- Tengo unas cosillas que hacer… - poniéndose de pie y pregunto- ¿Ha visto a mi padre?

Yukito negó con su cabeza y suspiro – Seguro está en su estudio…

-Es probable. – Admitió

Kagome asintió y se despidió de él, dejando a su hermana en su compañía. Avanzo gran parte de la mansión Kinomoto hasta dar con la puerta entreabierta del estudio de su padre. Sus ojos añiles observaron por la ranura, la estilizada figura de su padre biológico observar por la ventana. Desde la partida de su madre estaba menos comunicativo. Ella misma sospechaba que, sino fuera por la presencia de sus tíos y parientes, los niños serian prácticamente ignorados por el hombre.

Kagome hesito y se quedo observándole. Poseía en su rostro un sutil vello facial que era algo usual verle en los últimos días. También eran notables las oscuras marcas debajo de sus oscuros pero expresivos ojos. Extrañaba a su madre y eso era notable.

Ella misma dudaba a veces, pero la extrañaba mucho. Su madre era una mujer admirable, valiente y amorosa pese a una crianza en donde era más bien una guerrera por encima de poseer instintos maternales. Sabia valorar a las personas a su alrededor, colocando cada una de ellas en una escala de valor en donde su esposo y sus hijos ocupaban un mismo peldaño.

-Pssss- escucho provenir detrás de ella. Ahí venia Tseo quien se aproximó observando por la ranura y suspiro al decir – La extraña demasiado… tiene desde ayer encerrado en su estudio. No ha comido nada según escuche a las tías hablar. Extraña a mama.

-¿Tu no?

-Es probable – abochornándose un instante- bueno, si. –haciendo un puchero y sonrojándose sutilmente - ¿Tu no?

-¡Claro! Es mama… pero… ¿por que no va a buscarla? – se pregunto en voz alta. – se nota que no le gusta estar sin ella. No es tan difícil… que tome un caballo y tome la ruta de los hermanos de la Luna y el antiguo palacio Li. Que busque a mama y la traiga a regañadientes si es necesario. Papá tiene la fuerza para hacerlo.

-Podría hacerlo… incluso le hice la misma pregunta – frunciendo su ceño – No me gustaba que saliera con los tíos solamente. Pero me dijo que no…

-¿Que no? Pero… ¡míralo! Se nota que extraña a nuestra madre…

-Si. Eso le dije. Que no importaba: que la echábamos de menos pero que fuera a buscarla. El me dijo que no. Que le daría el espacio que ella necesitaba para encontrarse a si misma… cosa rara: no sabia que mama se había perdido.

-Cabezota: no es a eso que se refiere…

El sujeto se encogió de hombros y se devolvió por el pasillo siguiendo el sonido de las voces y ecos de Pai y sus hermanos junto a Tsukishiro. Kagome siguió observando el comportamiento del sujeto y suspiro. Ella nunca había sentido un amor como el que sus padres se profesaban.

En su vida como Tsubame, nunca interfirió entre Xian Hue y Kiddy pese a que ella estaba prometida en matrimonio con el primero. Su vida como Asuka si fue con un amor. Lo recordaba: fue quien le dio más adelante sus hijos y fue un excelente líder de su sociedad Hermanos de la Luna. Una sociedad que aun se conservaba en la actualidad. Su melancolía en sus recuerdos hizo que se distrajera para que la puerta se abriera totalmente y se encontrara cara a cara con su padre quien parecía no sorprendido de verle allí.

Kagome retrocedió dos pasos. –¿Puedo ayudarte en algo? – Pregunto el sujeto con cierta tranquilidad que asusto un poco más a la infante.

Ella negó con su cabeza, sintiéndose por primera vez en mucho tiempo como una tonta. Una inútil quien probablemente causo todo lo ocurrido.

Touya se volteo y volvió a la silla de su escritorio. Kagome avanzo en pequeños y pausados pasos: De todas maneras el no le dijo que se retirara o cerro la puerta. Lo que quería decir que talvez, apreciaría un poco de compañía.

Touya no la observa a ella. Tiene debajo de una de sus manos en el escritorio, lo que parecía ser un enorme libro aterciopelado y rustico. Sus ojos añiles se posaron en el, lo que atrajo la atención de Touya – ¿Sabes que es esto? – La chiquilla negó con su rostro – Esto es un libro… de los hermanos de la Luna. Itzume lo esta escribiendo…

-No sabía que madre estuviera escribiendo un libro – aproximándose lentamente al escritorio. La portada era una rustica piel probablemente de ternera. Las paginas estarían pegadas con un pegamento que sacaban de salvia de algunos árboles de bosque y sus hojas eran hojas de una fibra fina como una tela que se usaba para escribir en tinta.

-Lo escribe cuando no esta dormida. O atendiéndoles a ustedes… cuando no puede dormir…

-¿Has leído lo que dice allí?

Touya no asintió. Le miro a los ojos que a Kagome parecieran dos rayos que trataban de traspasar directo a su mente y leer sus pensamientos. – Nunca tuve el atrevimiento de leerlo. Claro que siempre lo ha dejado cerca… por si sintiera curiosidad. Pero jamás la había sentido… hasta ahora…

-¿Que dice?

-Rituales… cánticos… danzas. Esta el ritual del solsticio de invierno. Algunas cosas del pasado como … - hesitando al recordar que sus hijos no sabían nada de su vida pasada. O al menos, el creía de esta chica.-Cosas que no pensé que conocía. Pero claro, a veces no llegamos a conocer enteramente a esos que viven con nosotros.

Aunque últimamente tenía sus sospechas. Touya apretó la cubierta del libro con firmeza debajo de sus palmas. Levanto su mirada a los ojos verdes azulados de su primogénita. –Tú no eres un Niño normal…

-¿…Que? – pregunto ella aturdida y sintiéndose descubierta. Sentía su corazón latir en sus oídos de tan fuerte que este se escuchaba.

-Los niños normales… - haciendo una pausa intencional – Tienen a su madre a su lado en estos momentos…

-Si, claro… extraño a mama – aparentando una actitud de inocente infante que extrañaba la presencia de uno de sus progenitores. – En especial de noche… solía contarnos cuentos a la hora de dormir…

Touya lanzo una sonrisa algo irónica que confundió aun más a la muchacha. Acaso tenia la impresión de que su padre parecía saber algo más de lo que dejaba entrever? Jugaban ambos el mismo juego?

-Tu… - empequeñeciendo sus ojos al hablar con su hija –¿Sabes algo que yo no se, Kagome?

-¿Que podría saber yo, papa?

-Esa es la pregunta que me hago todos los días. – mirando a la ventana donde observa las siluetas de sus otros hijos marchándose. – ¿Por que compartes con tus hermanos solo cuando tu madre esta cerca?

-No creo entender…

-Tu madre les da algunas lecciones. Lecciones que, digamos, para estar tranquilos o tu madre estar feliz, me hago la vista gorda y pretendo no saber que se las da. Pero lo se todo Kagome – empequeñeciendo tanto sus ojos que a la muchacha comenzaron a sudarle la planta de los pies. –O algunas cosas trato de comprenderlas… solo muestras interés en compartir con tus hermanos cuando, ella esta impartiéndole esas lecciones. Veo a Tseo jugar con sus hermanas menores. Pero no a ti. Siempre estas o leyendo o escribiendo. Tal vez sumergida en pensamientos demasiado profundos para alguien de tu edad. Cosa que no comprendo aun.

-¿…Comprender?

Touya se puso de pie y camino hasta la ventana viendo a sus sobrinos e hijos marcharse acompañados de Yukito.- Hay otras sin embargo, que escapan de mi comprensión… - Kagome observo al mismo sitio donde su padre miraba: a tres pasos de ella, estaba la vitrina con el libro rosado de Sakura protegido por la vitrina de cristal que la sellaba de manos y miradas curiosas. –Y creo que algunas personas son más de lo que aparentan…

Antes de que pudiera reaccionar, Touya ya la tenía aferrada por sus brazos y el arrodillado a la misma altura que ella escudriñaba sus ojos. Su mirada oscura como pozos asusto en un instante a la reencarnación de Tsubame. Era como si tratara de leerle la mente y escudriñar, sacando a la luz sus más oscuros secretos.

Aquello la lleno de temor.

No sabía que su padre poseyera tal don. Siempre había sabido que su don de ver fantasma era una de las características más impresionantes del sujeto además de poseer ciertos rasgos de magia no tan desenvuelta como la de sus tíos Sakura y Shaoran o como los de su madre.

Tal vez alucinaba cosas y no llegaba a comprender que pretendía su progenitor con tal modo de comportarse.

-¿Papa? – trato de llamarlo dulcemente adoptando una mirada infantil y sugerente que, le protegiera de que su progenitor descubriera lo que aun no estaba preparado de conocer. –Papa… ¿que te pasa¿Que ocurre?

A los pocos momentos, Touya la libera de su agarre, dejándole ir. Kagome sentía sus ojos húmedos. La última vez que lloro fue la noche antes de la partida de su madre cuando su padre la desafió en el salón familiar. Temía! Tenia miedo! Tenía miedo que su padre la descubriera… quien era en verdad, y estuviera decepcionado. Temía que, al momento que descubriera que ella libero a Yukito y ocasionó en parte la partida de su madre, la despreciara.

Salio con rapidez del estudio tropezando en par de ocasiones pero corriendo tan rápido como le permitieran sus pies.

Era inevitable: amaba a su familia. Pese a siempre haber sobresalido… al tener aquellos recuerdos de su vida pasada. A no parecerse en nada a sus demás hermanos o siquiera a sus padres, jamás había sido un obstáculo o un impedimento para siempre hacer o pensar lo que le viniera en gana.

Ahora… sentía que todo su mundo alrededor se derrumbaba.

Alguna vez tuvo razón la reencarnación de Clow: La vida nunca puede ir acorde a como uno lo planea… si fuera axial la vida seria demasiado perfecta para soportarla. Somos seres imperfectos y por tanto, este mundo es axial de imperfecto.

Touya la vio marcharse y suspiro profundo apretando sus ojos con sus dedos. Se sentía cansado. Cansado de mentiras, secretos y separaciones. Cuando se caso, juro proteger a su familia de todo aquello que le tratara de hacer daño.

Porque no podía entonces salvarlos de ellos mismos?

Recordó la conversación que sostuvo con Itzume antes de marcharse. Habían discutido el surgimiento de Yukito del libro y la posible implicación de uno de sus hijos, dado a que no había mas nadie exceptuándole a ellos que pudiera abrir e invocar al guardián de la luna.

Excepto que, tenia una extraña impresión que Kagome siempre ocultaba algo.

-Ambos sabemos que esa niña es mas de lo que cualquiera manejaría... ¿qué te dice que no...

.-Porque es mi hija.- dirigiéndose a la ventana sin mirarle a los ojos..- Eso quisiera decir que nos juega a ambos... nos engaña... no quiero que mi hija me engañe.

.-Tiene siete años. Somos adultos... pero ella a veces... – acercándose y abrazándole respiró cerrando los ojos y aspirando ese aroma tan característico en su esposa..- Es mas de lo que podemos manejar... – ambos observaban a Tsukishiro cargar a Saita al caballito y Tseo con Kagome y su hermana menor, gritando y correteando. La hermana pequeña, colocó una coronita de flores silvestres sobre Yukito. –Pero es nuestra hija... a veces me da la impresión que ella esconde siempre algo...

Touya se sentó, desesperanzado de que Kagome alguna vez confiaría en el.

Ahora más que nunca, se sentía abandonado.

-Itzume¿por que a veces, no te conformas que estoy aquí?- extendiendo sus manos al vació y observándoselas – que yo te amo y que a veces, eso era más que suficiente.

Itzume despertó repentinamente de sus pensamientos y observo a su alrededor. Vio a Shaoran a su derecha quien andaba tan taciturno y pensativo como ella mientras montaba su corcel. – ¿Me dijiste algo, Shaoran? – Pregunto atrayendo su mirada.

-No he hablado… en verdad, no he dicho nada en buen rato. – sonrió mostrando compasión. – Estas muy cansada. Te quedaste dormida hace unos instantes…

-Creí que… -hesito en decir. Cerró los ojos y suspiro- pensé que, escuche que alguien me llamaba… "Touya" – pensó esto ultimo.

-A esta velocidad, llegaremos mañana- Aviso un soldado que los flanqueaban observándoles atrás. –¿Están bien? Si quieren, podemos descansar.

-No. Estoy bien – declaro Itzume sonriéndole- Continuemos.

Eriol estudio su mirada y su rostro. Se veía algo aturdida y tal vez algo melancólica. Era comprensible. Ahora tenia muchas mas cosas que pensar y analizar además de tomar una decisión final que podría cambiar su forma de ver las cosas de las personas que ella amaba y de su alrededor para siempre.

Pero la pregunta era, cuando el momento llegara… ¿seria capaz de levantar la mano y actuar?

Kagome a veces tenia la impresión que su padre sabia quien era ella. Cosa ilógica dado a que solo Eriol lo sabía en aquellos momentos. Pero no podía dudar que Touya si tenia poderes mágicos y tarde o temprano, descubriría su identidad. Y cuando eso ocurriera… ¿Acaso su padre le aceptaría como era?

Era un buen hombre. Amaba a su madre y era un buen proveedor de cariño para ella y el resto de sus hijos. Pero seria capaz de aceptar las cosas que inevitablemente salían de su control? De todas maneras, el aun no aceptaba a totalidad que Itzume se marchase.

-Ahí estas- dijo su tía Sakura al verla sentada sola en los jardines. Estaban bajo un gran árbol a pocos metros de la casa Kinomoto y Kagome limpiaba sus ojos. Sakura inmediatamente cambio su semblante y pregunto – ¿Que es lo que te pasa Kagome? – sentándose a su lado. La pequeña negaba con su cabeza. –Acaso extrañas a tu mama?

La jovencita sintió como su tía tomaba su cabeza delicadamente para que la apoyase contra su figura. La brisa tibia que llegaba hasta ellas, era sentida como una caricia.

-Se que es difícil. Tú mama lejos y tú papa como esta. Tienes que entender que Touya, no sabe como manejar la situación mas allá de cómo lo esta haciendo.

-Me odia…

Aquello sorprendió a Sakura. Sus palabras salieron de lo más profundo de su corazón. Y aquello Sakura lo sentía por la manera como se escucho: como alguien muy arrepentido que confesaba algo doloroso. –Un padre nunca odia un hijo querida Kagome. ¿Por que piensas que tu papa te odia?

-Porque cree tal vez… que tuve algo que ver con que mi madre se fuera…

-¿Y por que Touya podría creer eso?

Kagome se mordió el labio: Alguna vez Touya le refirió que tenía aquella quisquillosa conducta de morderse el labio cuando algo no estaba bien. Suspiro resignada y sacudió su cabeza. Pero aun así, las lágrimas no dejaban de salir por sus ojos. Sakura se resigno con acariciarle sus cabellos oscuros y consolar su tristeza.

No entendía de donde la pequeña había sacado aquello. Era obvio y hasta más que obvio que Touya adoraba a sus hijos. Kagome jamás había hecho nada para ganar nunca una mirada de rencor de su padre. Si, era la más traviesa de los Kinomoto pero aquello no era razón suficiente para odiarla.

Cuando pudiera, hablaría con Touya del asunto. Y mientras mas pronto, mejor.

Mientras Itzume observaba a su alrededor sobre el caballo Eriol declaro al llegar al lugar que ambos guiaban –Hemos llegado.

Itzume asintió descendiendo junto a Eriol del corcel. –No recuerdo este lugar- Admitió la mujer –Pero coincide con lo dicho por la señora Ieran.

Eriol asintió e igual Shaoran. Este ultimo pensó como fue que Ieran les revelo la información que habían ido a buscar a la casa.

La llegada de ellos, tomo por sorpresa a la casa Li. Ieran no lo creía mientras avanzaba rápidamente acompañada de su sirviente por los pasillos del antiguo castillo. Cuando llego al salón principal sorprendida vio a sus invitados a quiénes conocían como su hijo, Itzume, la líder de los hermanos de la Luna y de Luna de plata y finalmente a Eriol Hiragizawa delante de ellas. Aun llevaban sus capas de viaje y se notaban muy cansados.

-Están aquí…- saludo cortes pero fríamente la mujer – sean bienvenidos. – avanzando a donde Shaoran a quien beso en su frente – Debieron avisarme de antemano con algún sirviente de su visita…

-Fue algo muy imprevisto – revelo Shaoran mirando un instante a Eriol. Este asintió observando a Itzume quien dio unos pasos adelante- Es decir… vinimos a que nos aclares unas cuantas cosas.

-Es una lastima que no vinieran con Sakura o los chicos – sonrió a sus invitados- Siempre serán bienvenidos… - mirando a Itzume añadió – Me sorprende querida que ese marido tuyo decidiera dejarte viajar sola… sabemos que tan dominante puede ser contigo.

-No es dominante… es sobre protector – discutió la mujer.

-Como sea que lo llames. Recuerdo una ocasión que fui de visita y no pudiste pasar tiempo conmigo por más allá de un día. – Itzume repentinamente se sonrojo. Eriol sonrió picara mente las razones por las cuales la mujer estuvo "Secuestrada" por el sujeto. – Siempre tu marido te requería… de una manera u otra.

-No vinimos a esto. Prometo que, para solsticio vendremos Sakura con el pequeño e Itzume con los suyos… pero ahora, tenemos que tener unas respuestas de su parte Madre.

Ieran les invito a sentarse y ella lo hizo luego. Shaoran espero en silencio y Eriol por igual mientras que la muchacha que la mujer crió como una de sus hijas, comenzó hablando.-¿ Que sabe con exactitud de mis padres?

-No creo entenderte querida. – respondió de manera algo distante y frívola.

-De mis padres. Como los conoció… que sabia de ellos… quienes eran…

-Los padres de Itzume… - comenzó Eriol revelando e interrumpiendo pues veia que la mujer no tenia ganas de hablar – Tenían algún tipo de conexión con Akihito Matso. – Ieran mostró su mirada de aturdimiento y cierta sorpresa.

-Matso hizo una visita en casa estos días… - Explicaba Itzume.

-¿Que quería?

-Parecía… parecía… quererme a mi. Pero dijo que, usted tendría la respuesta…

-¿Así que eso te dijo? – pregunto después de unos instantes de silencio. La mujer de mirada esmeralda asintió apenada por su actitud casi infantil de salir de su casa. Luego pensó en el hombre que le esperaba en su hogar. –Akihito Matso siempre ha sido un histérico…

-Recuerdo que cuando Itzume estaba inconsciente, visitaba mucho palacio – hablaba Shaoran. –Nunca le gusto que se hubiera casado con Touya Kinomoto.

-¿Que secreto tan enorme hay tras mi vida? – Pregunto poniéndose de pie.- Necesito saberlo… ¿que sabe el que no se yo? Acaso hay algo penoso en mi vida que…

-No. No. No es eso- suspiro resignado – Es… algo difícil…

-¿Difícil?

La mujer asintió poniéndose de pie. – Tus padres… eran especiales…

-No llego a comprenderle – dijo ante la pausa de la mujer.

-Ella… tu madre… era una miembro de una especie de antigua Monarquia antes la dinastía del emperador, subiera al poder. Pero tu padre no, practicaba la hechicería. Akihito Matso es pariente sanguíneo de tu madre. Y en resumen, tú lo eres… - sorprendiéndole. No solo a ella, también a Shaoran. – Para el, eres una princesa… una princesa escondida de Cho y sus locuras por hallar toda prueba y miembros de la Sociedad.… y escondida de tu gente también.

-No llego a…

-La unión de tus padres era una unión prohibida en aquel entonces. Matso aun así lo vio. – poniéndose de pie pues no soportaba la tensión. – Para Matso eres invaluable pero al mismo tiempo no puede decirte la verdad.

-¿Acaso discrimina a Itzume por quien es? –Pregunto Shaoran dejando entrever su inquietud en todo eso.

-Debes de entender que había una gran segmentación en aquel entonces. Los nuestros, la aristocracia no se mezclaba con los que practicaban hechicería. Mucho menos los Miembros de los Hermanos de la luna. Se conocieron cuando tu madre vino a pasar una temporada a estas tierras. Conoció a tu padre en el pueblo. Se enamoro de su belleza. Y también pudo leer ciertos rastros de magia. Magia antigua y poderosa.

-¿Mi madre tenia magia aun perteneciendo a la aristocracia?

-Sabes tan bien como yo- interrumpió Eriol- Que eso no es un prerrequisito necesariamente. Los miembros de la sociedad siguen una idea. Los que son externos a la sociedad, nacen con el poder. No se consigue con solo practicar. Se tiene que nacer. Y en todos los extractos, se ven personas con rasgos mágicos.

Ieran asintió débilmente estando de acuerdo por lo dicho por Eriol. – Cuando… cuando tus padres murieron, en realidad, fueron asesinados. Tu padre antes de enamorarse de tu madre, era un conocida miembro de la Sociedad Hermanos de la Luna. Un guerrero y pudo haber ocupado el puesto de líder. Luego que huyera para casarse con tu madre, perdió su posición en la sociedad y fue prácticamente exiliado. Su posición como líder, fue conservado por el abuelo de Tsubame quien tenia la esperanza que su nieta y el guerrero Xian Hue ocuparan el trono de la sociedad. – revelo Ieran. Itzume estaba sorprendida y lo dejaba entrever. – Tus padres, sacrificaron sus vidas para salvar la tuya.

-Que papel juega Matso en todo esto? - pregunto Eriol sorprendido e indignado por todo lo ocurrido en aquella mujer.

-Acaso supo lo que paso? Como llego ella a nosotros madre? – pregunto Shaoran.

-Luego de la matanza, Matso fue quien te encontró. Pero dado tu origen, no podía llevarte consigo. Su familia jamás permitiría que fueras criada entre los suyos.

-Que? Después de lo ocurrido… - alegaba Eriol sorprendido – debe de estar bromeando.

-Ellos no la aceptarían? – pregunto Shaoran dado a que parecía que Itzume prefería guardar silencio y escuchar.

Ieran negó con su rostro-. Así que, recurrió a mí. Yo tenía la armada y el poder para protegerte y educarte. – Ahí Itzume se fijo en sus ojos: estaban llenos de la rectitud y firmeza que siempre había conocido en la mujer. Pero también había en ellos una pizca de orgullo e ironía en su expresión. Orgullo de haber ayudado a vivir a aquella mujer - Touya Kinomoto esta casado con una princesa sin saberlo – sonrió con ironía – y yo te crié como una guerrera. Y por un momento, llegue a pensar que Shaoran se fijaría en ti y se casaría contigo. – mirando un instante a su hijo.

-Tenias esos planes?

-jamás interferí entre ustedes claro. – admitió. – yo sabia sus orígenes pero estaba muy orgullosa de ellos. De la mujer que eras. Y aun lo estoy.

-Donde vivía?

-A un par de días al sur- dijo la mujer –no se la localización con exactitud pero Matso me informo que te hallo a unos doce o quince kilómetros al norte de los viejos territorios de la sociedad. Es una vieja villa donde había unos cien habitantes llamada Tchio.

-Tchio? En serio? – pregunto Eriol sorprendido. Ieran asintió. Ahí observo a Itzume.

-La antigua aldea de los Hermanos de la Luna – concluyo Itzume.

-Hace un par de siglos y vidas atrás. La sociedad se mudo y vivió en otros lugares. Tchio fue vuelto una villa de alfareros y sembradores. Tu padre tenía un sembradío de calabazas. De eso vivía después de ser exiliado.

-Sembradores cuando eran de la realeza- dijo Eriol mirando y estudiando los alrededores y las ruinas de las viejas casas. Ya no quedaba mas nada que madera y ladrillos de barro cubiertos por maleza y hierba. – Gran cambio Princesa- sonrió su viejo amigo.

Itzume había tenido bastante tiempo para asimilar todo aquello. Miro a su alrededor mientras Shaoran opinaba – Que Kinomoto no te escuche diciendo eso…

-Aun no me imagino la cara de Kinomoto cuando se entere…

-Este lugar…- les interrumpió la mujer observando a su alrededor. Cerró sus ojos y sonrió: Sonidos de su pasado se arremolinaban en su cabeza.

-Que pasa con el? – Pregunto Shaoran avanzando lentamente hasta colocarse a su lado.

Itzume comenzó a caminar y sus amigos le seguían. Ella atravesó lo que parecía una cerca en donde solo que quedaban eran piedras colocadas simétricamente una seguida de la otra. Pero llegaban solo hasta sus tobillos.

-Que seguimos con exactitud? – Pregunto Shaoran. Eriol frunció su rostro.

-Solo sigamos su instinto.

Y así lo hicieron: Itzume recorrió lo que parecían ser calles. Llegaron al centro de aquel lugar y se encontraron que, las casas y los negocios rodeaban aquello lo que se suponía que era la plaza.

-Aquí estaba el centro… había una figura de piedra… el sol hacia una sombra en el suelo… era fascinante.

La reencarnación de Clow se aproximo a su lado para declararle- Eso no es de tu tiempo. Perteneció a los tiempos de Clow e Itziar. Recuerdo ese reloj- arrodillándose y tocando con sus manos alrededor – Pero eso desapareció de aquí mucho antes Itzume nacer. Tienes que concentrarte- le insto- es necesario para que, recuerdes cosas de este tiempo. No de otra vida.

-Lo se- respondió bruscamente y exasperándose. Volvió a mirar a su alrededor. Observaba algo que le pareciera conocido y avanzo nuevamente hasta un árbol. –Esto … estaba aquí… lo recuerdas?

-Ese árbol no debe de tener más de cincuenta años por su complexión en el tronco- opinaba Shaoran Li.

-Exacto – Sonrió Itzume débilmente. – Mi madre… hacia coronas de las flores de este árbol. Eran amarillas. – Recordando débilmente una voz que decía "Pareces una princesa, Pequeña Itzume" –Estoy recordando algunas cosas…

-Estas recordando las cosas alegres… - Itzume le hizo caso omiso a Eriol y avanzo mas adelante. Estaba cortando paso entre los árboles y malezas- Itzume… - Advirtió Eriol. – No te introduzcas en el bosque – reclamaba siguiéndole el paso. Pero ella, parecía no escucharle. –Grandioso… vamos…

-Yo los esperare aquí. – declaró el soldado observándoles marcharse atrás de la señora Kinomoto.

-¿Entonces, eso crees? – pregunto Yukito tratando de aparentar ingenuidad de lo que su mejor amigo le revelaba entre sus dudas. – En serio Touya: necesitas descansar…

Estaban con Sakura y Tomoyo en uno de los salones de la gran casa. Kiddy los observaba en silencio sin decir nada y se sobresaltó cuando la voz de Kinomoto rugió en el salón.

-¡Demonios Yuki! No me trates como a un mocoso. Sabes de qué hablo… -Sakura se sorprendió de su presencia allí pero no le sorprendía la explosión del humor de su hermano. Tampoco a Tomoyo quien tomaba lentamente una taza de te. Ambas estaban sentadas en el sofá del salón familiar y era muy tarde ya.

Touya había esperado que todos se fueran a dormir para revelar aquello.

-Creo que estás paranoico hermano- admitió Sakura después de escucharlo- He estado con la joven desde que era una bebé y nunca he detectado rastros de gran magia. Cuando una persona posee poderes mágicos, puede ser detectado.

-Me parece irracional que acuses a la pequeña, Touya. – Defendió Yukito cumpliendo su promesa a la chiquilla.- Dudas demasiado de Kagome siendo tu hija mayor.

-Yuki… no estuviste aquí para saberlo… esa niña… - apuntó a su mejor amigo con un dedo.-Siempre ha sido "Especial" – Observando a Sakura de reojo y esta se encogió de hombros. En verdad no sabia si adjudicar la actitud de su hermano ante la verdad que representaba la hija de la reencarnación de Itziar o era en verdad una paranoia total. – a los tres años murió una de las aves de Itzume. La pequeña la tomo en sus manos y a los pocos segundos, salió volando…

-Seguro no estaba muerta, Touya.

-Yuki… - empequeñeciendo sus ojos.- Debes de saber o recordar como saliste del libro. No saliste tu solito así nada más…- insistiendo en ello.

-Yukito – llamo la dueña de las cartas rosa. –Por favor… ¿podrías dejar venir a Yue?

Ante la petición de su ama, Yukito inmediatamente cayo en el trance donde cerrando sus ojos era cubierto por un enorme par de alas que le cubrieron. En pocos instantes las alas se desplegaban para mostrar la figura halada del guardián de cabellos platinados.

-Hola Yue – saludó Sakura. El guardián ni siquiera se inmuto o le saludó de vuelta. Observaba a su alrededor sin ninguna curiosidad aparente de su parte. –Queremos dado a que Yukito pretende ocultar la verdad de nosotros que nos digas, quien es el responsable de haberte extraído el libro.

Yue guardó silencio. Observaba el rostro de Sakura con intensidad. – La reencarnación de Asuka esta aquí… entre ustedes…

Touya se enderezo al escuchar aquello. Igual Tomoyo quien se había puesto de pie de repente.

-¿Quien es Asuka? – Interrogó Sakura no acordándose de haber escuchado nunca aquel nombre.

-Asuka era la Líder de la Sociedad Hermanos de la Luna en tiempos de Clow.

-¿No era ella Tsubame también?

-¿Tsubame¿La misma Tsubame que me entrenó? – Preguntaba Sakura aun mas confundida de lo que pasaba.

-Si Sakura.- Respondió Tomoyo.- Eriol me ha hablado de la relación Tsubame y Asuka: era una anciana que protegió y finalizó el entrenamiento de Itziar con los Hermanos de la Luna. Según Eriol, - Tomoyo hesitó en continuar- Era la abuela del prometido de Itziar…

Ahí Touya estaba más que atento.

-Según tenía entendido, Itziar quería a Clow. – concluyo Sakura, no fijándose en la expresión que cruzó el rostro de su mejor amiga.

-Clow la quería… No como Itziar pensaba que era amor. Pero si la quería; pero Asuka creyó conveniente que uno de los suyos se casara con Itziar. La prometió en matrimonio a su nieto quien heredaría el trono. Recuerden que el matrimonio nunca se llevo a cabo. La persecución contra los hermanos de la Luna dio inicio y los que practicaban la magia. Itziar fue uno de los perseguidos por las autoridades. Clow no llegó a salvarla. Ella huyó de quienes eran hasta aquel momento de los suyos… y murió.

-¿Qué pasó con su prometido? – Aquí quien preguntaba era Touya sin mirarle a la cara.

-Clow nunca lo supo. – habló Yue. – Si la sociedad siguió y Tsubame era descendiente directo de la sociedad, sobrevivieron. – Touya volteo su mirada a Sakura y de ahí a Tomoyo.

-¿Itziar alguna vez amó a ese sujeto?

-No sabría decirte. No conozco ese concepto.- contestó Yue con sinceridad.

-Para ella ¿Era especial aquel sujeto?

Yue no afirmó no negó nada. Aquellas preguntas no podía responder.

-¿El sujeto la quería¿Le preocupaba¿Era cariñoso con ella?

Yue tardó en responder.- La última vez... – Hesitando.- Si. Podría decirse que si. Tenía un particular interés en ella.

-¿Quién es la reencarnación de Tsubame? –Preguntó Sakura. El silencio en que se sumió su hermano le hizo hacer la pregunta ella -¿ Por que te trajo Yue?

Yue guardó silencio observando la mirada penetrante y algo inquieta de la ojiverde. Cerró sus ojos y declaro- Reencarnó hace siete años. –Observando a Touya agregó- Puedo sentir la tensión de mi otro yo. No quiere que sepas que tienes razón en sospechar…- Touya aunque comprobaba su teoría, no evitó que abriera los ojos ampliamente sorprendido. En aquel momento Yue volvió a convertirse en el guardián Yukito recibiendo las miradas de los allí presentes. Ya con arrepentimiento declaro – Gracias por llamarlo. No podía romper la promesa a la pequeña Kagome.

-¿Por qué te ha invocado Yukito¿Alguna clase de peligro nos acecha?

-No sabría decirte con exactitud. Solo se que, las cosas no están saliendo como ella las esperaba.

Touya aguantaba la respiración. Tomoyo se aproximó a él y dijo en voz baja mientras Yukito y Sakura hablaban siendo observados por la pelirroja- Al menos sabes que tus sospechas son certeras. Tu hija es la reencarnación de una gran hechicera.

Touya sonrió sarcásticamente para replicar- habría preferido problemas con chicos sobre esto Tomoyo.

-Al menos sabes que puedes confiar en ella. Cuidará de si misma y los chicos.

-En estos momentos Tomoyo ella es tan indefensa en sus sentimientos como una chiquilla. – Pensando en su mirada de la mañana.- Es una chiquilla… - Sacudiendo su cabeza- Y esta tan confundida como nosotros. Pero le prometí a su madre que velaría por cada uno de ellos. Y para mi sigue siendo mi hija. Nada más…

-Eso es cierto. Touya: ella cree que la odias… - declaró Sakura llamando la atención de los presentes. Había escuchado lo que había dicho a Tomoyo – Es una pequeña no importa los recuerdos y poderes de quien tiene. Esta es su vida ahora… y creo que deberíamos considerar, darle una vida normal.

Touya entendía lo que su hermana decía. Pero ahora había algo mas que le preocupaba y enormemente.

¿Acaso Itzume buscaba a la reencarnación de su prometido?

Mientras Tomoyo observaba la mirada que la gran líder de la Sociedad y miembro del Senado le arrojaba a Yukito. Su mirada le revelaba muchas cosas que ella misma podía observar en la mirada de su esposo. "¿Podría ser posible..." Se preguntaba en silencio.

Se encontraban en las ruinas de una casa. Estaba en un claro del bosque. Eriol comenzó a hurgar entre los restos del lugar y encontró quitando escombros lo que parecía una muñeca. Eriol se aproximo a Itzume y se la mostró.

-¿Amiga tuya?

-Es posible. – Mirándole con cuidado. – Creo que… aquí vivía.

-Tiene que ser- dijo Shaoran - Nos has guiado hasta aquí. ¿Recuerdas algo? – preguntó mientras ella acariciaba aquella muñeca.

A los pocos momentos respondía. – Sonidos... voces... olor a humo y sangre...- sintiéndose momentáneamente perturbada y se apoyó de una de las paredes. Su palidez llamó la atención de ambos hombres.

-¿Te encuentras bien?

La mujer se llevó su mano a su boca y negó con la cabeza. Se había puesto como un pedazo de mármol. Comenzó a sudar repentinamente.

-Busca un poco de agua- le indicó Shaoran a Eriol y este no perdió tiempo yendo a los caballos dejados atrás. Shaoran acariciaba su espalda mientras ella tomaba un poco de aire.

De repente sentía como el aire se tornaba muy espeso y le costaba respirar.

-...Con...ju...ro...- supo decir mientras sus pulmones ansiaban aire.

-¿Qué¿qué dices? – comenzando a preocuparse mucho mas. - ¡Itzume! – gritaba alarmado y comenzaba a zarandear a la mujer. -¡Itzume! – gritó que Eriol le escuchó y se devolvió antes de llegar a su destino.

Cuando Eriol llegaba a donde ellos a los pocos segundos, notó como una gran cantidad de magia se sentía en el lugar. -¡Itzume, Shaoran: Salgan de ahí! Es un conjuro de regresión.- pero era un poco tarde. Vio como una columna de luz se levantaba rodeando a Shaoran y a la señora Kinomoto.

Temeroso y exaltado, conjuró sus poderes para ayudar a su amiga. No entendía que pasaba pues eran algo desconocidos desde años aquel tipo de convocación mágica. Trató de pasarla pero fue sorpresivamente lanzado por los aires y dando contra unos árboles metros atrás de su posición original. Esto le hizo caer bruscamente y perder el conocimiento.

Shaoran observó entre sorprendido, preocupado, intrigado y petrificado, como el cuerpo de la mujer parecía estar dentro de un trance: Sus ojos se volvieron blanco y exhaló un suspiro profundo sacudiéndose bruscamente en sus brazos. De repente la columna de luz se deshizo tan pronto como se levantó y Shaoran abrió los ojos para notar el cuerpo inmóvil de su amiga de infancia en sus brazos.

Observó a su alrededor buscando a alguien que hubiera sido testigo de lo ocurrido. ¿acaso no había escuchado a Eriol? Observó para su sorpresa aun mas enorme, que su amigo yacía inconsciente a metros de ellos. Fue entonces cuando se fijó en el suelo.

Él junto a Itzume se encontraban en el centro de aquello. Era un sello. Un sello mágico. Notó que no estaba ahí cuando ellos llegaron lo que podía significar que fue o hecho al tiempo de ellos llegar ahí o fue convocado en cierto tiempo para llegar a la hora y lugar exactos que la persona que lo creó quería.

Pero ¿Qué era con exactitud? Decidió que era mejor no mover a Itzume de su posición y tampoco él al menos hasta que Hiragizawa recobrara la conciencia. Pero ¿Y si estaba herido? Esperando unos instantes notó que nada mas podía pasar: no detectaba magia alrededor.

Dejó a la mujer en el centro del sello y se quitó su túnica para cubrirle. Entonces notó como era que Itzume ¿No tenía pulso¡Imposible! Sus manos frías y suaves. Trató de palpar en el cuello pero no sentía pulso tampoco.

¡Se sentía en medio de una pesadilla!

Si alguien podría tener respuestas, ese era Eriol. Corrió hasta donde su viejo amigo y revisó que solo tenía una contusión en su cabeza. –Vamos despierta...- zarandeándolo.- Necesitamos tu ayuda...

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Tomoyo daba de comer a su bebé en la solitaria alcoba nupcial y lanzó un melancólico suspiro. Toda la tarde se había sentido bastante nerviosa y perturbada. Era como si algo dentro de su persona le avisara de algo que pasaba o pasaría. Pero ¿Qué era?

Le dio de comer a su hijo mayor pero ella no probó bocado y se sentía nerviosa . Aunque Touya comió con ellos y sus casi todos sus hijos, Kagome no estaba presente a la hora de la cena. Lo revelado en la tarde por parte de Yue traía mas interrogantes de las que podía responder.

Dejó a su bebé un momento en su cuna y se apresuró con ayuda de una doncella a tomar un baño. No descuidaba su higiene ni siquiera por haber tenido un hijo. Eriol algunas veces le repetía que tanto baño podía ocasionarle un resfriado. Y es que en el día podía darse tres baños regulares y entre medio del día cuando cargaba a su bebé subían el promedio a seis baños.

"No me reclames." Le había dicho ella un día "Sostengo parte del día a un pequeño. Nuestro hijo y hay que, mantener cierto nivel de limpieza en mi cuerpo para él"

"Eriol" Tomoyo se sintió un poco dolorida por todo lo que ocurría. ¿Por qué aun no comprendía aquello que rodeaba a Eriol? Sentía celos de Itzume cuando esta hacía algún comentario referente al pasado de Clow e Itziar que hacía que su marido soltara una de sus particulares y enigmáticas sonrisas. Después se sentía avergonzada.

Porque aquellos celos eran injustificados ¿no?

No podía decirse que si lo eran a su corazón. Habían momentos y circunstancias en las cuales no comprendía la relación de amistad que llevaban ambos y no podía menos que, intrigarle. Aquello era una de las afinidades que compartía con su primo.

Unos débiles toques en la puerta le hicieron despertar de su ensimismamiento. Puso al bebé en su moisés .y caminó presurosa a la puerta. Cuando la abrió pudo notar la mirada de su primo quien sorpresivamente venía a visitarle.- ¿Vine en mal momento? – preguntó educadamente.

-.¿Touya? no, para nada. – respondió inmediatamente. Abrió la puerta y el mayor Kinomoto la cerró mientras su anfitriona se colocaba una bata sobre sus ropas de dormir.

.- Una tarde extraña ¿no? – interrogó Touya. cuando Tomoyo iba a responderle su hijo comenzó a llorar desde la cuna y ella rápidamente lo tomó en brazos acurrucándole. Touya sonrió melancólicamente al observarla. Cuando notó que el bebé no se callaba, dijo.- ¿Puedo intentarlo? – extendiendo sus brazos.

Tomoyo, aunque entendía que aquel comportamiento departe de su primo era un tanto irregular, dadas las circunstancias por las cuales pasaba, accedió y permitió que el pequeño Hiragizawa fuera acurrucado por su primo segundo.

Casi inmediatamente cuando el hombre comenzó a extrañamente masajear su espalda con movimientos circulares se detuvo de llorar y Tomoyo estaba mas que sorprendida. –Tiene unos fuertes cólicos.- Explicó Touya. – Papá hacía esto con Sakura y yo aprendí a hacerlo con Saita.

-¿Acaso los demás no te daban este tipo de problemas? – preguntó su prima observándole atender a su hijo. Se sentó en una silla delante de él y el sujeto, se sentó en otra. Negó con su cabeza.

-Tseo fue dentición... las demás no daban casi problemas- dejando de hablar.

-Lo siento. Debes de estar pasando por un momento difícil. Con lo de Itzume y...

-Adelante: puedes decirlo. Con Kagome, Asuka y Tsubame. – Acurrucando a su primo.- ¿Dónde está el otro monstruo?

-Ha estado durmiendo en la habitación de Tseo con el hijo de Kiddy y el de Sakura. – suspirando.- Eso me ha ayudado a pensar...

-¿Pensar?

-.¿Cómo puedes soportarlo? – preguntó finalmente Tomoyo.- ¿Cómo puedes soportar que Itzume tenga aquella vida y aquellos recuerdos que no puedes ni siquiera imaginar? – sonrojándose súbitamente pero no podía detenerse de hablar. No quería detenerse de hablar. -¿Cómo puedes escuchar aquel pasado que jamás vimos y sobrellevarlo...¿Cómo...

-¿Cómo puedo soportar que tiene una historia de la cual no soy parte? – preguntó finalmente.- ¿Cómo puedo aguantar que hable de cosas, eventos y sucesos que pasaron siglos atrás y no pude estar ahí, a su lado para defenderla? – Tomoyo se abochornó mucho mas ante su reacción y destape de sus sentimientos.

Pero nadie mas la comprendería.

Nadie mas que Touya.

Este continuaba mirándole con una mirada entremezclada entre simpatía, ironía y comprensión. Aun seguía cargando al pequeño Hiragizawa en sus brazos y este se había quedado dormido. Con el mismo tono de voz para no alterar al pequeño a quien habían escuchado en la casa llorar largas horas en la noche. El pequeño parecía cansarse de llorar a las dos pasada la media noche todos los días. Tomoyo la noche anterior salió a los jardines de el casa para no molestar a los habitantes e invitados de la misma.

-Tal vez por el hecho que algo en mi corazón dice que no tengo de que preocuparme.

-Ojalá tener yo tu confianza...- murmuró ella pensando que Touya no le habría escuchado.

-Escúchame chiquilla: - dijo sorprendiéndole y abochornándole con aquel sobrenombre. –Faltan muchas vidas y muchos años para que crucemos al otro lado. Dado por ello mis conocimientos acerca de la vida y la muerte, solo se lucen a las pequeñas apariciones de mi madre cuando éramos pequeños y luego de adultos, la llegada de Yukito a nuestras vidas. Mas tarde el surgimiento de Sakura con magia, guardianes, Hiragizawa, el mocoso ese – haciendo sonreír a Tomoyo.- y mi esposa. – bajando el tono de su voz.- me llamarás tonto melancólico pero creo que aunque no recuerde que estuve con ella en aquellas vidas, no quiere decir que, no haya estado.- sorprendiéndole y él asintió.- Así como escuchas chiquilla. Recuerda esto: Ellos recuerdan sus historias, sus pasados porque tienen mas poder que nosotros y también circunstancias para recordarlos. No sabemos cuales. No sabemos porque, pero aquí están. Debemos y tenemos dos opciones: tomarlos como vienen o retirarnos. Y no soy de los que se dan por vencido. ¿no?

-Supongo que no.

-Si ese sujeto con quien te casaste nunca te ha dado razones para dudar de él, jamás debes de hacerlo. Yo tampoco dudo de mi esposa pero a veces me dan ganas de ahorcarla- murmuró para si ocasionando que Tomoyo en vez de asustarse, se riera sutilmente. – Le hizo caso a Matso en el primer instante y se larga.

-Suenas enojado.

-Lo estoy – afirmó Kinomoto.- Pero no con ella. Conmigo.

-¿Contigo?

-Debí de seguirle. – admitió derrotado.- Debí de seguirle y hacerle volver. De irnos juntos en ese viaje. no quedarme atrás.

-Pero quería que tu cuidaras de sus hijos.

-Tengo la impresión de que estos cuatro demonios se cuidarían mas bien ellos mismos que lo que he podido hacer- admitió con vergüenza- Estuve todo este tiempo enojado. Rabioso. Encerrado en mi mismo. Mientras, ustedes cuidaban de mis hijos. ¿Por qué no hice lo mismo que debí haber hecho desde el principio y dejarlos aquí con ustedes o Yuki? Por mi maldito orgullo.

-¿Orgullo?

-Ese nunca me abandona. Tomoyo: a pesar que esa mujer sabía que soy un condenado celoso de todo aquello que ella sabe y yo no... a pesar que sabía que era un bruto... a pesar... de no entender todo lo que ocurre con ella, me sigue amando como el primer día. Y yo la amo tanto como aquel día que entró a la taberna años atrás acompañada de la prima del mocoso y ese sirviente. Comencé a vivir el día que esos preciosos ojos vieron los míos. Pero no pude seguirle ni retenerla aquel día. Y por ello, siempre me sentiré culpable.

Tomoyo iba a decirle algo cuando algo en la mirada de él cambió. Observó a la ventanas tan de repente y se puso de pie aun mas rápido que sobresaltó por un instante a Tomoyo. -¿qué pasa Touya? – viéndole caminar al alfeizar con su hijo en brazos.

Era una sensación que no podía describirla y creía que no era posible. Aquél presentimiento de que algo se avecinaba. Algo de lo cual no estaba preparado.

-Itzume...- fue lo único que fue capaz de decir.

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Abrió los ojos pesadamente y sentía como algo cubría su visibilidad. Escuchaba el sonido de aves y ¿Personas? Pensó por un instante que se trataba de Eriol o Shaoran pero aquellas voces eran mas distantes. Se aturdió y se sentía mareada. Sentí algo frío sobre sus ojos y ahí palpándolo notó que se trataba de un pedazo de tela húmedo. Los aromas a menta y lo que parecía incienso llenaba sus sentidos.

Se incorporó lentamente retirando el vendaje de sus ojos y observó a su alrededor. - ¿Qué...? – notando una especie de tienda enorme, que estaba alfombrada con tejidos y era blanca. Estaba en lo que era un catre mediano y observó sus vestimentas: estas no eran las que usualmente usaba, pero las recordaba.

La pregunta era ¿De donde?

Las voces en aquel momento eran mas claras. Y también su dolor de cabeza. Se sentía con nauseas.

-¿Shaoran? – llamó con precaución. - ¿Eriol¿alguien¿Hola? – se perturbó un segundo al notar que su voz era un tanto diferente. Se tocó el cuello temiendo que le habría dado un resfriado cuando notó una extraña marca en su muñeca. - ¿Qué... ¿Un tatuaje? – interrogó perturbada.

La mujer observó a los pocos instantes como alguien de rostro gentil y cabellos cafés que llegaban a sus hombros sin rasurarse ingresaba a la tienda.- ¿Ya te sientes mejor? – preguntó con amabilidad llevando un cuenco con agua. Itzume notó inmediatamente que existía un grado de confianza y era aun mas notable la mirada llena de consternación que le arrojaba.

Aquella mirada...

Ella parpadeó dos veces y con toda la fuerza que le permitieron sus pulmones a los pocos segundos solo pudo emitir.- ¡AHHHHHHHHHHHHHHH! – que detuvo de sus labores a casi toda la comunidad. Volvió a gritar cuando el sujeto extendió sus manos hacía la mujer para controlarla y ella se cubrió enteramente con las mantas. Sobre sus piernas.

El hombre trató de sujetarla. Sus ojos oscuros la miraban ahora mas que nunca con mucha mas consternación y decían .- Por todos los santos... cálmate... ¿Por qué gritas? – tratando de aferrarle. Ella optó por abofetearle.

-¡Suélteme Ahora mismo¡Eriol¡Shaoran¿Dónde están? – mirando a todas partes y poniéndose de pie pero se apoyó de unas mesillas pues se sentía mareada.- ¡ERIOL¡SHAORAN! No es gracioso...

-Tranquilízate Pequeña...-Tratando de acercarse a ella.

"Pequeña... ese sobrenombre" pensó unos instantes pero luego sacudió su cabeza. -¡LE ordeno que ahora mismo me deje ir¡O Se verá en serios problemas! – dijo tomando una vara de un lado de la tienda y blandiéndola delante del sujeto. -¡No me escuchó¿Dónde estoy¿Quién rayos es usted¡ERIOL¡SHAORAN!

-¿Qué es todo este griterío? – preguntó una anciana ingresando a la tienda. Al observarla Itzume parpadeó dos veces y sonrió nerviosamente pero sacudió su cabeza enérgicamente mareándose un poco mas.- Hija ¿Te encuentras bien? – preguntó con serenidad.

Pero Itzume reconoció a la anciana inmediatamente. Volvió a llamar a Shaoran o Eriol pero pronto entendió que, era un error. La anciana y el hombre se observaron mutuamente y luego a la mujer.

-¿Quiénes...- perturbada y tartamudeando preguntaba.- ¿Cómo...

-Parece estar muy aturdida... confundida...

-¡Déjenme ir! Esto no puede estar pasando...- mirando a uno y otro.- Usted...- ahí fijándose en la anciana.-¡Quiero irme ahora!

-Pequeña...- trató de decir el sujeto de barba y mirada cálida parecía querer explicarle pero al acercarse a ella, solo terminó con un golpe en medio de la cabeza dado por la mujer con la vara. Ante aquello el sujeto retrocedió y la anciana sonrió sutilmente.

-¡SI vuelves a llamarme nuevamente así o te acercas mas, juro que te daré en otra parte... y esta vez si te dolerá mas! – Mirando suspicazmente a sus partes privadas y el hombre se sonrojó sutilmente, viéndole el sonrojo en sus mejillas mas allá de la línea de la barba.

-Baja eso niña. – Le solicitó la anciana con un ademán mientras se apoyaba de su báculo.-Sabes quien soy... es razonable que dada las circunstancias estés un poco confundida.

-No tiene ni idea- respondió con un sarcasmo inusual para quienes le conocían. Sin soltar su vara replicó.- Quiero que me regresen ahora...- mirando a uno y otro.- Necesito volver a casa... a mi esposo...- sorprendiéndoles.- A mis hijos... quiero volver a casa- insistió cerrando sus ojos con fuerza. Al abrirlos, aun estaba allí y cayó al suelo de rodillas aferrando su rostro y soltando la vara.

La anciana aguardó en silencio. La escuchó sollozar y tratando de recuperar el aliento.- Es notable que estés confundida... después de lo ocurrido...- trató de explicar observando de reojo al hombre quien parecía querer comprender que pasaba o se lamentaba de una jaqueca proporcionada por el golpe de la mujer. –Pero si te dieras una oportunidad, te darías cuenta que...

-¡No hay nada que explicar! – dijo ella mirándoles desde el suelo.- ¡Asuka! – sorprendiendo a la anciana y agregó.- ¡Así es! Se quien eres... Te conozco... bueno, te conocí. Aunque ... estas un poco mas descuidada de lo que te recuerdo...

-Estábamos en huída.- admitió la anciana. Observó un instante al hombre a su lado.- Mas o menos...

-¿Mas o menos? – aturdiéndose un instante.- Un segundo...- observando al hombre a su lado y miró sus ojos. Por su barba casi no lo reconoció.- ¿Kusanabe?

El hombre asintió en silencio y sonrió sutilmente. Itzume observó nuevamente a la anciana y sin prever, perdió el conocimiento cayendo sutilmente al suelo. El hombre que respondía al nombre de Kusanabe, la tomó en sus brazos y la colocó en el catre el cual descansaba por días ya.

-Está muy aturdida... pero que bueno que recobró el conocimiento...- sin preverlo el báculo de la mujer se estrelló en su cabeza, haciéndole chillar y mirarle furibundo.- ¡Abuela¿por qué rayos hiciste eso¡No soy un niño para que hagas eso! .- pasando la mano en su golpe. Sabía que pronto le saldría una contusión.

-¡Eres un tonto! – le dijo la anciana notándose mas que enojada. Kusanabe jamás le había visto así. –Digno hijo de tu padre... ¡Ella no es ella!

-¿que dices abuela? Claro que es ella.- dijo con intensidad. Acarició sus mejillas antes de dirigirle una mirada furibunda a su abuela.- Es ella... ¿Es que no la ves?

-Es Itziar por fuera. Pero ella no es Itziar.

-Abuela: no estoy para acertijos y gracias a ti tengo una jaqueca.

-Muchacho tonto: Esto te pasa por probar poderes que van mas allá de ti... ¿De que vale que la hayas traído cuando tu te irás pronto? – dijo con insistencia tratando de hacerle entender su error.- cometiste un error al probar poderes que aun no estás preparado para conjurar.

-Hice un pacto Abuela. Sencillo como ello- dijo poniéndose de pie y avanzando mas a un lado de la tienda para no despertar a Itzume. – La quería a ella y lo he obtenido.- cruzándose de brazos.

-¿A costa de tu propia vida¿Crees que has hecho un buen trato?

-¡No la tuve el suficiente tiempo a mi lado! La perdí en manos de esos malditos soldados...- declaró con ira. – Tuve que actuar rápido...

-Eso no es actuar rápido. Es ser estúpido. –Le sancionó la sabia anciana.- ¡Te metiste con poderes y elementos que se hayan mas allá de nuestra compresión¿Para que? Para que tuvieras de vuelta a tu prometida...

-¡La amo! Lo sabes... sabes que la amo.- dijo con vehemencia. Una vehemencia un tanto familiar en otro tiempo y otras circunstancias. Señalando el catre donde yacía la joven añadió.- Si puedo tener otro día a su lado... otro día feliz a su lado, lo conseguiría y me juré que así sería. Y lo he logrado. – sonrió con orgullo.- Está aquí. A mi lado. Proseguiremos la vida que jamás debió dejar de existir por culpa de ese sujeto.

.-Clow no tuvo la culpa...

-Al demonio con Clow- notándose ahí los celos que tenía contra del hechicero.- Fui capaz de hacer lo que él no quiso jamás hacer.

-¡Porque sabía las consecuencias!

-Porque no estaba dispuesto a sacrificar su cuello por ella... ahora te pregunto ¿Quién pudo mas¿Quién la ama mas? –Reclamó con orgullo.

-Estamos siendo exterminados Kusanabe- dijo con seriedad. Jamás mencionaba su nombre y el hombre lo sabía. Al menos que a ella no le gustara algo que hiciera.

Algo terrible.

-Falta poco para que den con los pocos de nosotros. Sin embargo, hiciste el conjuro en el pueblo de Tchio... antes de partir. Casi mueres en ese maldito conjuro... creí que te perdería pero volviste a la vida a una que estaba muerta en una caverna...

-¡Sabes que la amas tanto como yo!

-Tal vez la ames mas tu. Porque la amas como yo jamás podría amarla. Pero Kusanabe ¿HA valido la pena? – preguntó desafiadoramente.- Recuerdo que estabas lleno de heridas... pensaba que te perdería. Que la tribu perdería a su líder. Y ella en un sueño profundo. Tardaste semanas en curarte.

-Abuela: pasé cuatro meses tratando de hallar su cadáver. Otros tres cuidándole. ¿No me estarás pidiendo ahora que me rinda, cierto?

-Solo te digo que ella no es tu dulce Itziar. – mirando al lecho.-Nos conoce, cierto. Tal vez tenga vestigios de los recuerdos de Itziar.- deduciendo algunas conjeturas por su actitud.-pero habló de esposo... habló de hijos Kusanabe.

-Ella es mía abuela-. Dado por sentado aquel punto. –Y no voy a permitir que nadie la arrebate de mi lado.- saliendo con violencia de la tienda.

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Cuando despertó pensaba antes de abrir los ojos que era parte de una horrible pesadilla y al abrir los ojos, se encontraría en su cama en casa Kinomoto y su esposo a su lado observándole dormir. Cuando se incorporó notó que muy lejos de casa estaba.

Que no estaba con su esposo.

Y que en efecto su pesadilla parecía ser su vida en aquel momento.

No entendía que ocurría. En un momento estaba con Eriol y Shaoran y al siguiente despertaba, para encontrarse cara a cara con una mujer que murió siglos atrás y con su hijo.

El hombre que supuestamente iba Itziar a desposar. Entonces notó a su alrededor que reconocía las cosas que habían allí. Todo aquello pertenecía a Kusanabe. Notó el catre al fondo donde una figura dormía de espaldas a ella. Notó el torso desnudo y se puso de pie. Caminó lentamente hasta él. después de Touya, jamás había visto a un hombre dormir desnudo y de espaldas.

"Su forma de ser... me recuerda a..." dejando de pensar en aquello y saliendo de la tienda. Parecía que todos dormían.

Estaba muy confundida. Sabía quien aclararía sus dudas. Y esa era Asuka. Buscó a su alrededor tratando de identificar cual sería su tienda. Notó como varios de los hombres y mujeres que hacían guardia le observaban como si se tratara de un fantasma. Ella trataba de ignorar esas miradas y proseguía hasta una de las mujeres que se aturdió al verla dirigirse a ella.-Disculpa ¿Cuál es la tienda de Asuka?

-A...Asuka no está en su tienda...- dijo la mujer.- Se encuentra en el río... haciendo el ritual de purificación.

Asuka agradeció la información y solicitó que le indicaran el camino. Lo siguió y con antorcha en mano se aproximó al área del río. Notó a la anciana en el agua que le llegaba hasta las rodillas. El báculo estaba apoyado a una roca junto con sus sandalias y la anciana hacia una plegaria. Itzume se preguntaba como era posible que ella pudiese caminar en momentos sin su báculo. La mujer parecía percatarse de su presencia y se volteó haciéndole señas para que se aproximara.

Itzume se quitó las botas que tenía que había tomado de la tienda de Kusanabe y se introdujo en el agua levantando su falda. Notó que el agua estaba fresca y no fría como suponía.

Permanecieron en silencio una al lado de la otra hasta que Asuka dijo.- No eres Itziar.

-No. No lo soy- admitió.

-Sin embargo, me llamaste por mi nombre... y a mi nieto también.

Itziar asintió y por alguna extraña razón sintió un poco de melancolía al pensar en Kusanabe. –Oiga... no por ser mal agradecida por haberme traído pero...

-¿Crees que acaso yo te invoqué?

-Es la única que conozco con el poder suficiente para...

-Lamento decepcionarte, pero no fui yo quien te trajo.- dijo ella con honestidad.- Fue Kusanabe.

-¿Qué? Pero ¿Por qué¿Para que?

-Quería pasar un día mas a tu lado niña. – ella le miraba con los ojos abiertos totalmente. – El amor es tonto consejero...

-¿Amor?

-¿Qué recuerdas¿Quién eres?

-Mi nombre es Kinomoto Itzume.- respondió.

-Hablaste mas temprano de unos niños.

-Así es. Tengo cuatro niños- dijo la joven mujer orgullosa.

-Y un esposo.

-Si.

-¿Es bueno contigo?

-Es el mejor.

-¿Qué haces aquí entonces? –Preguntó con firmeza.

-No entiendo.

La anciana se enderezó dándole la cara. – El conjuro usado por mi nieto fue de equivalencia... "No puedes querer algo sin dar algo a cambio" ley primaria de la equivalencia. Kusanabe deseó tanto tenerte de vuelta, que sacrificó una parte de su existencia en esta tierra para tenerte a su lado. O mejor dicho, tener a Itziar a su lado. Por esto, sacrificó una parte de su vida. Kusanabe no vivirá tanto como sus antecesores. Tal vez, no sobrepase los próximos diez años. Pero quería al menos esos diez años viviendo a tu lado. O al lado de Itziar.

Itzume le escuchaba incrédula ante aquella historia. ¿Era posible que un amor así existiera verdaderamente"

-"Si"- se respondió.-"Es el mismo tipo de sacrificio y de amor que siento al lado de Touya..." – No soy...- dudando un instante.- Esto me aturde... mucho. Asuka: lo siento... pero yo...

-Aun así estás aquí. Tienes que estar aquí por una razón.

-No puedo quedarme aquí- insistió.- Tengo a mi esposo... tengo a mis hijos... ellos me necesitan. Tengo que regresar.

-El fue quien te invocó. No puedo hacer nada.

-Claro que puedes... Asuka: tengo que volver. Allá me necesitan.

-No, no es así- dijo una voz a sus espaldas. Itzume observó sorprendida como el hombre se aproximaba a ellas. ¿Acaso no estaba dormido en la tienda? –No puedes volver... yo te necesito.

-No. Esta no es mi vida... no es mi tiempo...

-No digas eso. Eres mi prometida- acariciando su mejilla cuando se aproximó a ella. Mirándose a los ojos mutuamente, Itzume percibió aquella calidez y melancolía que observó una vez. Cuando como Itziar ella huyó de su lado para buscar a Clow.

-Kusabane.

.-No me puedes dejar. No cuando te he traído de vuelta. – Tomándole por el mentón con firmeza. Asuka se sentía de mas pero aun así, sentía que debía intervenir.

-Ella no pertenece a este tiempo. O al lugar.

-A ambos- admitió Itzume.- Tengo familia. Tengo un esposo que me espera...

.¿De que te sirve el? Pequeña: Yo te amo. Te amo como nunca lo imaginaste- sonrojándole.- ¿Acaso no lo entiendes? Te traje de vuelta de la muerte porque no pienso vivir un día mas sin ti... no podía... –Chocando su cabeza con la de ella y hablando con su mirada sobre la verde de ella.- Eres mi vida... no podía vivir con otra. Tu eres para mi...

-Kusanabe. – dijo avergonzada por sus palabras. –Por favor...- declaró con sus ojos cerrados. – Por favor... no me digas eso...

.-¿Por qué no puedes quedarte conmigo? – aferrándole por sus manos.- Vivir con nosotros... aquí... podemos tener hijos... muchos hijos...

Entonces fue cuando Itzume comprendió: aquel sentimiento de que algo faltaba en su vida; que no había terminado su ciclo con el nacimiento de sus hijos y permanecer al lado de su esposo era por el hecho que aquel conjuro, el que le hizo llegar a aquel lugar, aun no se cumplía.

Y ella debía cumplir aquel camino para cerrar un ciclo. Era el conjuro que alguna vez llamó a Itziar a la vida, buscaba aun a la mujer. aquel conjuro permaneció activo por siglos hasta que, dio con el alma de Itziar.

Solo que en una época diferente.

-Kusanabe. –tomando una de sus manos entre la de ella. – Escúchame por favor: no puedo quedarme...- insistió con vehemencia.- No soy aquella chiquilla enamorada de Li Clow. No soy aquella de quien te enamoraste... no soy para nada ella. Trajiste al cuerpo de Itziar a una mujer que vive en otro tiempo.- él negaba con su rostro negándose a creer aquello.-Estoy casada ... siglos adelante.- sorprendiéndole.- Tengo unos preciosos niños.

.-No es verdad... ¡Tu me perteneces!

-Itziar te pertenecía- insistió con ternura.- No yo. Tienes que ayudarme a regresar a casa... necesito regresar.

El hombre se separó bruscamente de ella y salía del agua para perderse entre los arboles y matorrales. La mujer iba a seguirle para tratar de convencerle, cuando la mano de Asuka se posó sobre la suya.- No hija: Deja que se marche...

-Pero...- suspirando.- Tengo que volver.

-Lo se. Y lo harás. Pero a su tiempo.

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Touya despertó violentamente de su sueño. Se incorporó en su cama, teniendo la extraña sensación de que algo no andaba bien. Había soñado con ella. Ella le pedía algo. No recordaba que ella pero se sentía ahogado y encerrado. No soportando unos instantes después aquel encierro, se colocó unos pantalones, botas y una camisa desabotonada. Salió de la casa a los establos y ensilló uno de sus caballos. Momentos después cruzaba la llanura montando su corcel y en una velocidad que no era recomendada. Saltaba arroyos, arbustos y árboles caídos con innata habilidad.

La velocidad siempre ayudaba a aclarar sus pensamientos.

"Itzume..." pensó para si.

.-¿Cómo que no está? – preguntó Sakura sorprendida aquella mañana. estaba desayunando con todos los pequeños y Tomoyo. Aun Kiddy y Yukito no habían ido a desayunar.

-Así es mi señora- respondió una sirvienta.- Salió antes del amanecer. Nadie sabe a donde ha ido.

-¿Sin dejar nota si quiera?

-No mi señora- respondió la mujer. Sakura exhaló derrotada.

-Típico de Touya.- dijo Tomoyo atrayendo su mirada.

-Debió al menos avisarnos Tomoyo. Estamos a cargo ahora de esta enorme casa... Meiling está a punto de dar a luz y no estoy allá.

-Pensé que tus cuñadas se harían cargo. Y Kaho Mitzuki...¿Acaso no dijo que iría a tu casa cuando pudiera?

-No sabemos si aun han llegado... ¿Que vamos a hacer Tomoyo? – Preguntó aturdida.- Si mi hermano ahora se marcha... ¿Por qué se marcharía sin decir nada?

-Sakura : Creo que Touya ha llegado a su limite. Sabes que siempre ha sido muy dependiente de su afecto por Itzume. Fue a buscarla y eso está claro...- Declaró Tomoyo con decisión.

.-Espero que esté bien.

-Claro que está bien. – afirmó su prima.- Estamos hablando de Touya. les seguirá el rastro. Estoy mas que segura...

-Espero que tengas razon. – En aquel momento, entra Kiddy al salón para desayunar. Un poco sonrojada se disculpa por su tardanza. Segundos después, mientras la pelirroja saluda a su hijo, Yukito entra después, tomando asiento al otro lado de la mesa.

Tomoyo sonríe sutilmente observando a uno y otro.

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No me abandones así

hablando sola de ti

Ven y devuélveme al fin

la sonrisa que se fue:

Una vez mas,

tocar tu piel;

el hondo suspirar

Recuperemos lo que se ha perdido...

Kusanabe la observaba tímidamente desde lejos. ¿Cómo podía decirle ella que no era Itziar¡Claro que era ella! Su sonrisa, su mirada... la profundidad de sus ojos, el ademán de sus manos. Su forma de caminar. Era ella.

Excepto que ella jamás le habría amenazado con golpearle. ¡O mucho menos hacerlo! Tomando una bocanada de aire, se aproximó a ella con paso decidido atrayendo su mirada a su figura.

¡Dioses! Era muy difícil verla allí nuevamente a su lado y no querer besarle.

Solo una vez la había besado. La tradición entre ellos, prohibía alguna clase de contacto físico sexual sin haber estado casados. Pero aun así, él había experimentado secretamente algún beso con ella conscientes que si la tribu se enteraba iban a ser castigados con casarse. Para él no era castigo. Estaban comprometidos. Deseaba volver a besarle.

Y había aun un deseo mas profundo y mas carnal en su ser que no llegaba a comprender.

-¿Si? – preguntó ella cuando él llegó hasta su figura y se mantenía erguido delante de ella.- ¿Ocurre algo malo?

-Yo...es decir...- tartamudeando y finalmente quedándose mudo.- ...Quisiera saber si...

-Chorus-

Regresa a mi:

Quiereme otra vez

Borra el dolor

que al irte me dio

cuando te separaste de mi

Dime que si

Ya no quiero llorar

Regresa a mi

No puedo, vida

Suspiró profundamente.- ¿En serio, no eres ella?

La mujer tardó unos segundos en comprenderle. Sonrió sutilmente y declaró.- No, no lo soy...

.-Lamento haber complicado tu vida. Con esto... llamándote aquí. – hesitando y mirando a otra parte. Su sonrisa le robaba el aliento. Recordó la primera vez que la besó: fue en el arroyo que había a un kilómetro de Tchio… la muchacha estuvo muy nerviosa y preguntó inocentemente. "¿Esto significa que estamos prometidos?" el hombre asintió y ella se abrazó a él, no con amor.

Sino con cariño. Y él lo sabía. Jamás podía suplantar a Clow. ¡Si había que ver como ella se ponía cada vez que Asuka hablaba del sujeto¿Por qué no podía ver que él la necesitaba¿Por qué huyó aquel día¿Por qué no se quedó a su lado?

.-No puedo realizar el conjuro nuevamente...- inició el hombre lentamente.- No es fácil...

-Asuka me explicó.

-Te notas muy tranquila.

-He tenido estos dos días para pensar... – dijo la mujer con calma. Sonrojándose declaró.- Debí de importarte mucho y lastimarte mucho mas para que sacrificaras así tu vida por mi.

.-Itziar... yo te amo...

Extraño el amor que se fue

Extraño la dicha también

Quiero que vengas a mi

y me vuelvas a querer

No puedo mas

si tu no estás

Tienes que llegar

Mi vida se apaga

Sin ti a mi lado...

Aquellas palabras penetraron en lo mas profundo de su ser: Aquella profundidad al decir aquello. Aquella calidez en su mensaje. Su intensidad al decirlo.

Entonces lo comprendió. Y no se apenó en decirlo.- Touya...- sonriendo sutilmente y mirando al sujeto con una mirada muy diferente a momentos antes o días atrás. La mujer sin salir de su asombro, se apoyó contra su pecho y le rodeó con sus manos, aturdiendo aun mas al hombre.

Y atrayendo las miradas de todos a su alrededor.

No Me abandones así

hablando sola de ti

Devuélveme la pasión de tus brazos

Dijo muy bajito en su oído.-. Vamos a otra parte... por favor...- imploró ella asombrando aun mas al sujeto.

Este asintió y juntos se marchaban por un lado del camino.

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-Me duele la cabeza- dijo Eriol finalmente aquélla noche delante del fuego. Tenía una venda que no permitía que siguiera sangrando en su frente.

.- Demos gracias a que Sakura siendo tan precavida empacó unas cuantas cosas...- declaró mirando a donde una mujer yacía inconsciente en el medio de un sello.- Ya que al menos no estás vomitando y te sientes mucho mejor, me podrías explicar que le pasó a ella.

.-Si quieres una respuesta honesta, no se que decirte.- encogiéndose de hombros. –Pareciera que estuviera muerta.

-Por nuestro bien, espero que no – explicó alarmado y Eriol asintió su comentario.- O terminaremos muertos, cortesía de mi querido cuñado.

.-Es un conjuro muy antiguo. Es obvio que fue activado por su presencia.- atrayendo la mirada de Shaoran.- Tu estabas sobre el sello con ella pero no fuiste afectado.

.-También pensé eso- analizando unos segundos aquello.- ¿Crees que Matso esté detrás de todo esto?

.- No deduzco nada. Lo que si puedo decirte es que quien quería que pasara esto quería una mujer. o quería a Itzume.

Después de unos segundos, Shaoran expresó.- No siento su presencia. Ni su aura.

.-Su cuerpo ha sido abandonado por su alma. .-Dijo Eriol confirmando las sospechas de Shaoran. Hasta ahora es que habían podido hablar pues Eriol había estado entre la semi conciencia e inconciencia por día y medio ya. Habían mandado uno de los soldados a la casa Kinomoto para que Touya fuera y les diera alcance. Claro que le dijeron al soldado que no dijera nada de su condición para no perturbar al hombre sin saber nada definitivo.

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.-¿En serio lo crees así? – preguntó el hombre mirándole incrédulo. - ¿No me estás tomando el pelo?

.-¿Acaso crees que diría algo como esto tomándote el pelo¡No! Es cierto...

.-Parece increíble.

.-Ni tanto. Pudiste invocarme ¿o no? A esta altura, me atrevo a creerlo todo.

.-Para lo que estoy escuchando si es posible. – sonrió el hombre sutilmente. Se notaba mas tranquilo. – Gracias... muchas gracias por esto...

.-No es nada. No se que hago aquí... y que poder te influenció llamarme pero, gracias a ti- tocándole sus manos.

Pero aquello hizo que ambos se quedaran mirando sus ojos. No se percataron cuando sus rostros se aproximaban uno al otro, sin siquiera ordenarlo. Era un magnetismo que Itzume podía sentir en cada fibra de su ser. El hombre hesitó en aproximarse un poco mas pero aun así no retrocedió. Cuando sus labios hicieron contacto, para el hombre fue una revelación.

Para Itzume, fue una afirmación.

Fue un beso profundo y extenso. Itzume entreabrió sus labios y él profundizó en su beso, mientras le rodeaba su cintura con sus brazos. No se percató cuando la arrastró con ella a la hierba. Tampoco se percató cuando sus brazos le apretaban mas contra su figura. Cuando el beso fue roto por la falta de aire en sus pulmones la mujer abrió sus ojos y vio con quien se besaba.

Inmediatamente se retiró con aprehensión de su figura. El de una vez se incorporó diciendo.- Por favor, perdóname...

.-No perdóname tu a mi- dijo ella apresuradamente. –Yo me dejé llevar por el momento y es que...- suspirando .- Te pareces tanto a él.- acariciando su barba y mirando a sus ojos.- Me has demostrado cuanto significa él en mi vida.

El hombre asintió brevemente. Cuando iba a decir algo, escucharon el grito ensordecedor. Ambos observaron de la dirección de donde venía y otros gritos se le sumaron.- ¡Viene del campamento! – gritó avanzando delante, sacaba su espada.

-Los soldados... la matanza- dijo Itzume alarmada. ¡Había estado tan concentrada en todo lo que pasaba con ella que se había olvidado de la matanza que acaecería sobre la tribu! – haló del brazo al sujeto. .-¿Qué haces¡Tengo que ir a pelear!

-No! Tu debes de sobrevivir...

-.Iré a defender a los míos... tu quédate aquí... .-los gritos y los sonidos de caballos ensordecían el área.

.-¡Si haces eso no sobrevivirás!

.-Sino los ayudo mas morirán.- le gritó con persistencia. Notaba el fuego de decisión en su mirada. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¡Tienes que sobrevivir! – comprendiendo al fin porque estaba allí. Este hombre era el antepasado de Tsubame. -¡Tienes que vivir para que tus descendientes vivan Kusanabe!. ¡Escúchame por favor!

.-Mi abuela y mis amigos están allá. No sobrevivirán. -.Escuchando los gritos desgarradores.- ¡Tengo que ir allá! .- Soltándose finalmente de su agarre y dirigiéndose a donde provenían los gritos. Itzume hesitó en seguirle. Hacía años que no tomaba una espada. Estaba mas que fuera de forma. Tenía que pensar que Touya la esperaba de regreso.

También sus hijos.

Escuchaba los gritos ensordecedores de dolor y llanto de los habitantes. Lanzó un grito mientras corría hacía el campamento. Al llegar a este vio mucha de las tiendas incendiadas. Notó como algunos pretendían huir a caballo y lograban escapar mientras otros, eran arrojados de sus caballos y asesinados al instante. Los mas pequeños, eran tomados y dándole fuertes golpes en la cabeza y en la nunca los dejaban inconscientes. Una espada era sujetada por uno de los cadáveres y la tomó, rezando para recordarse de cómo se luchaba y que las fuerzas no le abandonaran.

Perdió de vista en un momento al nieto de Asuka. Aun así con espada en alto, luchaba en contra de los soldados con notable agilidad, matando a unos cuantos e hiriendo mortalmente a otros. Pudo ver el celaje de la figura de Kusanabe quien quitó un par de esos soldados de su alrededor.

Cuando en un momento luchaba contra un soldado, una flecha fue arrojada en contra de su persona hiriéndole en el brazo. Con la flecha aun injerta en su piel, luchaba contra otros soldados.

Fue entonces cuando la estocada final, la hizo caer al suelo. Escuchó el grito desgarrador de Kusanabe que se percató de sus heridas. Ella le sonrió y asintió con su mirada. Sin siquiera decir palabra, él continuó luchando por su vida, al lado de mas guerreros que se sumaban a la batalla.

Y con espada en mano ella cayó en el letargo de la muerte de aquel cuerpo.

Pero para su suerte, era aquel también su despertar a su vida nueva.

"Porque es necesario que hiciera ese viaje y mas necesario aun, que su vida siguiera el curso escrito en su destino en esta tierra"

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Touya avanzaba bajo aquella llovizna nada piadosa. Aquella llovizna era fría y el viento que soplaba mucho mas. Habían pasado ya cuatro días desde que dejó su casa. Sabía que iba en el camino correcto gracias a los mapas que Kiddy le había suministrado antes de su partida pidiéndole la localización exacta del antiguo palacio Li, creyendo que allí sería que le encontraría. Tenía mucho vello facial que mostraban su gran cansancio además de las oscuras marcas debajo de sus ojos y la inclinación de sus hombros mientras iba a caballo.

Cuando fijó la vista hacía adelante, notó un grupo de viajeros que venían lejos en caballo. Touya frunció su rostro al divisarlos. ¡Pobres! Debió de atraparles la lluvia también en el camino. Enfocando una vez mas su mirada en ellos, notó que uno de los corceles, que no iba montado por nadie pero iba siendo dirigido por otro de los jinetes, le resultaba extrañamente familiar. Notando los cabellos mojados de los otros dos jinetes, aceleró el paso, sintiendo como el corazón quería salírsele por la boca.

¡Eran solo tres jinetes y eran cinco en un principio!

Cuando alcanzó a los jinetes reconoció a ambos y dijo antes de saludar-¿Dónde Está?

.-Gusto en verle también Kinomoto .- declaró Eriol con sarcasmo.

.-¿Dónde demonios está? – rugió.

.-Está bien- afirmó Shaoran mirándole con intensidad.- Ha sufrido una recaída...- tratando de no hesitar en su mirada al ofrecerle esa información. – Ahora mismo no creíamos que...

.-¿Qué clase de recaída? – Interrumpiéndole.

.-Se enfermó- dijo Eriol pues notaba que Shaoran iba a insultarle su falta de tacto en dejarle terminar.- Está mejor. La dejamos en el antiguo palacio Li para que se recuperara y nosotros íbamos a nuestros hogares...

.-¿En el palacio Li¿Por qué¿Para que?

.-No se encontraba en condiciones de caminar... mucho menos cabalgar... y no creíamos conveniente que saliera tampoco en carruaje. – Explicó Eriol.- Era la opción mas factible. Ahora mismo íbamos a casa a informarles.

-¿Por qué demonios no mandaron un soldado a avisarnos adelante?

A Shaoran le surgió una gota en su cabeza. ¡Este hombre tenía un mal genio insoportable! Y un vocabulario mucho peor.

Sin embargo, Eriol soportaba las ganas de reírse a carcajadas. Itzume le había contado aquellos eventos que pudo ver en su vida pasada y no dudaba que, ellos estaban en efecto hechos el uno para el otro.

Importaba o no importaba aquélla revelación de su vida como Itziar y aquel conjuro.

.-Un soldado avanzó unos días atrás... me sorprende que no se haya encontrado con él en el camino Kinomoto...

-.He encontrado muchas personas en mi camino...- haciendo una pausa.- ¿Qué hago hablando con ustedes? Avancen y nos veremos en la casa... iré a buscar a Mi esposa...- dándole orden al corcel de agilizar el paso. Ambos hombres lo vieron dirigirse con agilidad por el camino.

-Viste la barba que tiene... pareciera que no se cuida desde días atrás...

-Eso mismo pensaba- respondió Eriol observando a Shaoran .- Y tengo que decirte que no luces mejor que él.-Burlándose.

.-Me imagino... ahora lo que quiero es llegar a casa, tomar un baño y estar con mi esposa... y olvidarme de los sustos que pasamos en este viaje.

-¿Precisamente en ese orden, Li? – preguntó Eriol para provocarle. Un ligero sonrojo se posó en las mejillas del hombre.

.-No necesariamente...- murmuró entre dientes.

.-Si. Podrías hacerlo al mismo tiempo si supieras...- su mirada brilló con anticipación y una sonrisa traviesa apareció por su rostro al pensar en su querida Tomoyo y sus dos hijos.

Pero mas en la amatista que otra cosa. Aquellos días lejos de su tierno abrazo, el aroma tan particular de su piel y de su voz, le hacían ansiar su retorno a la casa Kinomoto.

Aunque él y Tomoyo no compartieran una vida pasada como en el caso de Touya e Itzume, si estaba complacido que en esta vida, compartieran una historia. Era feliz a su lado y le hizo entender la dicha de tener una compañera.

Cosa que como Clow, nunca llegó a analizar a profundidad.

Pero Itziar y Kusanabe si llegaron a experimentar.

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La mujer terminaba de escribir una nota y el mensajero esperaba. Delante de ella Ieran Li le observaba en silencio mientras terminaba su taza de té. Hacían tres días que la reencarnación de Clow y su hijo habían partido. Delante de la Señora Kinomoto estaba un mensajero que esperaba pacientemente la segunda carta que la mujer escribía.

-Necesito que, esto llegue a casa lo mas pronto posible.- Explicaba la mujer que se notaba pálida pero mas recuperada de su condición. –La primera se la darás a Eriol Hiragizawa que seguro permanece en la residencia hasta que yo arribe. – explicaba con paciencia. – Esta segunda se la presentarás a Sakura Li y luego a mi esposo. – extendiéndole la segunda nota una vez le selló con cera y el sello Li.

El hombre hizo una reverencia y se marchó. Ya a solas, Itzume tomó su taza con té caliente de hierbas y menta y estudiaba su superficie. Tenía muchas cosas en que pensar y muchos días para disculparse con ellos.

En especial, con Ella...

Ieran Li no hacía nada para interrumpir sus pensamientos o su silencio.

.-¿Por qué no me lo dijo? – Preguntó al fin la mujer.- Quienes eran mis padres y de donde provenía.

.-Te había criado como uno de los míos. Tenía esperanzas que mi hijo contrajera nupcias contigo si Meiling desistía de aquel encaprichamiento. Pero me equivoqué. Lo que si no sabía con certeza si al final mi hijo dejaría de verte como una de sus hermanas y te tomaría como esposa. Solo eso me importaba.

.-Pero sabía que era de la Sociedad de la Luna. Mi entrenamiento debió de hacerse como dictaba su cultura.

.-Como Itziar recordarás estos entrenamientos pero como Itzume se te inculcó la educación de los Li. Akihito no te aceptaba en su familia, yo si. – atrayendo su mirada. Notaba el desconcierto de su mirada y cierta preocupación por su persona. – Jamás pensé que él trataría de arruinarte la vida...

-.Oh no- declaró unos instantes después.- No me arruinó la vida. – Sonriendo sutilmente.- al contrario... pude descubrir muchas cosas gracias a él.

-Me has contado parte de esas cosas...- afirmó Ieran Li tratando de comprender su punto de vista. –Pero ¿Importa mucho esa historia entre ustedes? Me refiero a que tengan una vida pasada juntos.

.-No. Amé a Touya antes de que ese hechizo me hiciera ir al sitio del sello y del conjuro. Por el simple hecho de haber existido ese conjuro era que me llamaba hacía el lugar. –Sonrió dulcemente y sus ojos brillaron para añadir.- Pero no puedo esperar a verlo.

.-¿Le dirás de tu descubrimiento?

.-No se aun.- negó sutilmente.- No creo que tenga relevancia.

.-Para ti tiene.

.-No necesariamente. Lo cierto es que vuelvo y repito: Mi vida en el pasado como Itziar era ignorada por mi en que alguna relación guardaba con mi presente o mi insistencia de encontrar aquellas respuestas que me hacían dudar en mi vida. Ahora puedo decir que he encontrado más de lo que andaba buscando.

.-¿Qué hay de Matso? – atrayendo nuevamente su mirada e Ieran notó cierta molestia en sus ojos..- ¿Hablarás con él?

.-No porque vaya yo a buscarle.- borrando su sonrisa.- Él, traicionó a mi madre al no ayudarle cuando le necesitó; cuando necesitaba que cuidase de su hija. No se en verdad que razones lo motivan ahora a buscarme y tratar de ponerme en contra suya quien si se preocupó por mi todos estos años. No quiso criarme cuando era su deber como tío. En lo que a mí respecta él tiene dos opciones: volver a casa y disculparse con mi Esposo y ofrecer sus disculpas a nosotros u olvidarse que llevamos la misma sangre. Para mi, Los Li son mi familia... para mi, usted es mi madre...

Ieran tomó su mano en un gesto que sorprendió a la joven. Buscó su rostro y halló una sonrisa gentil y cálida por sus palabras.

Unos toques a la puerta, interrumpieron la magia del momento. Una doncella ingresó y declaró con gesto torpe- Disculpe señora.. .pero hay un caballero aquí adelante que desea una audiencia con la señora Kinomoto.- Mientras ella decía aquello se escuchaba la voz de Touya que parecía discutir con alguien fuera del salón.

Los ojos de Itzume brillaron por la alegría de escuchar su voz y que había ido por ella. Ieran mientras tanto decía.- Pero mi hijo o Hiragizawa no habrán llegado aun a la casa... – en aquel instante la alta figura de Touya, todo empapado, sucio y con una barba de días, se hacía presente en el salón.

Mientras Ieran le observa con gesto sancionador su desaliñado aspecto, Touya buscó con su mirada a su esposa, encontrándole a pocos pasos de Ieran Li. Avanzó e igual la mujer de ojos verdes quien apuró sus pasos para finalmente ser abrazada por las cálidas extremidades de su marido y sollozó en su hombro al tenerlo junto ella.

.-Cariño... ya estoy aquí- decía torpemente Touya abrazándole y alzándole del suelo. Ieran aun así lo observaba con reproche.

.-Debió aceptar la orden de mi sirviente de tomar una ducha y ponerse presentable para la presencia de dos damas...- decía por encima de los sollozos de Itzume. Touya la miró con desafío y puso a su esposa en el suelo nuevamente.

.-Lamentablemente no tenía tiempo para ello... – cortando contacto visual con la madre de Shaoran e inclinándose un poco hacia el rostro de su esposa.- Te ves pálida...

Ella sonrió; Ahí estaba la forma tan especial que Touya cuidaba de todos. En especial de ella. Aquella barba en su rostro le recordó la cara de aquel hombre que sacrificó su existencia para tenerla nuevamente a su lado.

Eso era amor.

.-Estoy bien. Solo que ...- mirando a Ieran.- Tuve una recaída – observando ahí a Touya a los ojos. No me alimentaba bien... pero estoy mejor.

.-Grrrrr ese mocoso y ese sujeto no podían cuidarte mejor...

.-Ellos hicieron lo mejor que pudieron.

.-Los dejaré solos para que se pongan al día- dijo Ieran.

Una vez se marchó por la puerta y cerró tras ella, Touya opinó. – Es la mejor idea que ha tenido desde hace tiempo.

.-¡Touya! – sancionó su mujer.- Cuéntame de los niños. ¿Cómo están¿Kagome cuida de los chicos? – indicándole que se sentara.

Touya pensó en Kagome en aquel segundo. ¿Era correcto que a los minutos de haberse reencontrado con ella, abrumarle con los secretos de su hija? No sabía que hacer al menos ahora. Viéndole aun recuperándose de su enfermedad, no era correcto abrumarle.

.-Si. Cuida de las pequeñas bien. Y Tseo cuida de ellas.

.-Que bueno. Estoy loca por verlos nuevamente...

.-¿En serio?

.-¡Claro que si! Toda madre quisiera ver a sus hijos después de tanto tiempo sin verlos. – admitió su esposa.

.-Y...- Hesitando mientras acariciaba sus delicadas manos con su pulgar en unos movimientos que hacían que su interior se tensara. Aquel movimiento sugestivo y circular le hacía despertar en ella deseos dormidos durante su viaje. -¿Ya encontraste las respuestas que buscabas?

Pero que a su lado siempre llegaba a despertar. .-Mas o menos – Ella respondió aproximándose a su rostro.- Excepto una...- sonriéndole mientras con su mano derecha acariciaba los labios masculinos que ante su contacto exhalaron un gemido sutil. – Si me has echado de menos...

.-Pequeña: no sabes cuanto – dijo Touya antes de tomarle por sorpresa y llevarse de sus instintos le aferró en sus brazos besándole con profundidad, insistencia y pasión. Aunque aquella barba era algo inusual en el rostro masculino, aquel cosquilleo contra su piel era excitante.

Touya se separó de su abrazo y declaró con voz grave.- ¿Qué decía Ieran de un baño?

.-¿Ahora pretendes hacerle caso a Ieran? – preguntó aturdida.

.-Solo si tu lo tomas conmigo- declaró con voz grave y un brillo bastante lascivo en su mirada. Aquel brillo hizo que las rodillas de la mujer chocaran y casi perdiera el equilibrio.

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Cuando se reunieron en el pasillo era muy tarde en la noche y cuando se observaron asintieron en silencio. Las órdenes eran claras.

Y Eriol sabía como acatarlas.

Con libro en mano, iba al lado de Sakura, Tomoyo y Shaoran. No tardaron mucho en dar con la habitación y abrieron sigilosamente la puerta para que su ocupante no despertara.

Eriol se aproximó al lecho quedándose Tomoyo atrás. Sakura y Shaoran también avanzaron y se observaron mutuamente.

.-¿Estás seguro que quieres hacerlo ahora? – pregunto su esposa observando la cabecita de la jovencita que dormía apaciblemente en su lecho.

-Son las ordenes… - dijo Eriol abriendo el libro en la pagina marcada. Sakura se puso de su lado y Shaoran también. Con una seña con sus miradas, Eriol extendió su mano hacia la cabeza de la jovencita que dormía. Sakura y Shaoran por igual.

Por unos instantes no se veía nada. Una extraña luz comenzó a palpitar proviniendo de las manos extendidas de los hechiceros. La luz comenzó a rodear lentamente el lecho y parecía arroparlo por completo. Tomoyo observo que la niña seguía durmiendo apaciblemente.

Unos momentos después, supo que habían terminado cuando Eriol abrió sus ojos y dejo caer su brazo. Shaoran y Sakura por igual.

En silencio salieron de la habitación de la joven y ya en el pasillo se miraron unos a otros. Sakura fue la primera en hablar. –Creen que hicimos lo correcto?

Shaoran le abrazo, para ofrecerle apoyo con su gesto. El mismo no estaba muy seguro de aquello o sus resultados.

-Touya e Itzume lo decidieron juntos- hablo Tomoyo – Son sus padres, aunque se trate de una mujer que ha vivido muchas vidas ya. – Hesitando un instante- Aunque siento algo de envidia…

-¿Envidia?

-Ella recordaba tantas cosas… tantas experiencias…

-Una niña no debería tener dentro de si tantos recuerdos. Aun así, no razona como adulto sino como niña y sus ideas han traído un par de problemas a nosotros.

-No son problemas graves- dijo Tomoyo.

Eriol le observo deteniendo el caminar de ambos. El le observo con ternura y declaro- Aun así, creo que es lo mejor mientras tanto, que ella no recuerde nada de sus vidas pasadas. Cuando tenga la edad conveniente, devolveremos sus recuerdos y todo estará bien.

Tomoyo sonrió y el acaricio su mentón antes de besarle lentamente los labios.

Mientras ellos caminaban distraídamente por los pasillos solitarios de la casa Kinomoto, en el bolsillo de Eriol descansaba una carta con el puño y letra de la señora Kinomoto que decía más o menos así. "El deber de una madre cuando el momento lo amerita es tomar decisiones difíciles. Decisiones que sobre todo involucran el bienestar y correcto crecimiento de nuestros hijos. Por ello recurro a nuestra amistad y a la de Sakura. Se que Touya, cuando se entere estará aliviado de la decisión que he tomado y seguro la apoyara cuando el momento llegue de revelárselo. Por eso confiare que le informaras de lo que he decidido. Kagome debe de crecer sana, feliz… como una pequeña normal. Esos recuerdos que ella conserva y el don de sus poderes, son una dificultad para su sano desarrollo. Es por eso que pido, en pos de nuestra amistad, que por el momento de su infancia y crecimiento prescinda de dichos conocimientos de sus vidas anteriores y poderes. Se que es mucho pedir dado a que si lo analizamos, no nos gustaría que nos ocurriese a nosotros. Pero es algo que debe hacerse. Pienso que en el futuro cuando el momento llegue de despertar sus recuerdos, ella llegue a perdonarme, pues aunque hacemos las cosas por el bien de nuestros hijos, no siempre es por ello que es lo correcto. Confiando en el buen criterio tuyo y de Sakura. Cuenten siempre con mi agradecimiento. Kinomoto Itzume"

------------- Fin.

AHHH lo terminé. Después de muchos apuros y jaquecas por doquier, he finalizado este quinto epilogo. Muchas gracias a ustedes por su paciencia. Se que esta estuvo a punto de agotarse y no los culpo. Lamentablemente tuve muchísimos problemas con el archivo original hasta que finalmente lo perdí. Por insistencia de ustedes, es que he decidido darle continuidad y culminación a este epilogo, que espero sinceramente que haya sido de su agrado.

... "No puedes querer algo sin dar algo a cambio" ley primaria de la equivalencia Extraído de la teoría presentada en la serie Full Metal Alchemist. A mi me gusta la serie jijiji. Así que están advertidos. La canción de "Regresa a Mi" pertenece la interpretación al grupo "Il Divo" que son muyy guapos y grandes interpretes como tenores. Gracias por vuestro apoyo y nos veremos en las nuevas historias.

Atte.

Crys.