Gracias por los primeros comentarios que recibió el fragmento piloto de esta historia, por el momento estoy un poco indispuesto, además, de que cuando me termine de recuperar seguiré centrado en mis otras dos historias principales, (Los Ninjas Son 2 y Fairy Dragon) no obstante y justo y como pasa con Dividiendo el corazón (otro fic mío) intentare traerles cada que pueda un nuevo capítulo.

Algunas cosas a aclarar y tomar en cuenta:

-Si bien usare al Bardock mostrado en la película de los años 90 este compartirá ciertas aptitudes de su versión de la película mas reciente de Broly, esto lo hago para que se pueda relacionar un poco mejor con los demás, aun que esto no afectara su forma de ser un tanto "huraña".

-Esta será una historia con o sin parejas, no sé, si me voy al harem ya tengo como mínimo seis mujeres que podrían estar en el harem, pero si no me voy por esos rumbos, al menos una pareja sentimental tengo para el patriarca Saiyajin, por lo que como ya lo he hecho antes, dejare elegir a quienes lean esta historia si les parece que haya o no harem, ya será decisión de los lectores.

-Intentare mezclar a Bardock en la historia de Deku, pero sin perder su propia trayectoria, es decir, el Saiyajin puede intervenir en ciertos momentos u ocasiones de la historia del Naruto verde, pero al fin de cuentas esta historia será de Bardock y solo de él. Pueden pasar muchas cosas, así que espero me acompañen a averiguarlas queridos(as) lectores(as).

Sin mas me despido y ¡Plus ultra! Nos leemos después…


Capitulo Introductorio: Un mundo extraño.

-¡Jajajajajaja! ¡Soldado Zarbon, soldado Dodoria, vengan a ver los fuegos artificiales! ¡Jajajaja Son hermosos jajaja!-

De forma demencial se escuchaba la risa de aquel tirano, observándose como su ataque por fin había alcanzado su objetivo final: El planeta Vegeta, el hogar de la raza guerrera más poderosa de todo el universo, los temidos Saiyajin.

[OST Recomendado: Bardock Falls - DBS: Broly /watch?v=AQDERlZFEuY&t=170s.]

-Ka-Ka-Kakarotto…- con una mirada nublada y sin apenas lucidez, un solo y único Saiyajin era engullido por aquel potente ataque enemigo a la par que decía aquel nombre, sin poder hacer nada para evitar el final de su raza, se sentía impotente, completamente humillado y de forma entera destrozado en su orgullo como guerrero, no había podido hacer nada, absolutamente nada para evitar ese desenlace tan trágico. -"Gine…"- pensó, recordando a una mujer, aquella Saiyajin no apta para el combate, la cual era su pareja, algo completamente anormal en dicha raza al juntarse solo con fines reproductivos. -"No pude hacer nada…"- continúo pensando, a la vez que toda su armadura era destrozada por las constantes corrientes de poder maligno que lo recorrían, cayendo de nuevo hacia su planeta, dentro de aquel ataque final por parte del maligno emperador del universo, aquel llamado Freezer.

Sus ojos se cerraron sin más, perdiéndose en el destello de la explosión que termino por acabar con su hogar, el planeta guerrero Saiyajin, el cual detono sin miramientos a la vista de Freezer que no paraba de reír complacido por el "espectáculo" tan retorcido y escalofriante.

La oscuridad reino completamente, sus músculos no parecieron responder, a la vez que sus ojos llorosos se miraban apenas abiertos, se sentía caer, caer en medio de una oscuridad absoluta y apenas entendible. Su cuerpo no respondió, siguió cayendo sin más, parecía que no había un fondo en donde chocar, simplemente estaba desvanecido en medio de un espacio extraño, con su cuerpo lleno de heridas y con un pequeño atisbo de lucidez residual. La idea de la muerte paso por su cabeza por un instante, un instante que pareció una eternidad por el concepto mismo de la mortalidad.

-"¿Estoy muerto…?"- con ese pensamiento continuo su descenso, apreciándose por fin como los rayos del Sol le golpearon en toda su cara, haciéndolo ver de forma nublada y casi como si se tratara de algo creado por su mente, un amanecer. Sus ojos se abrieron un poco más, luchando por no quedar inconsciente cuando pudo ver como el verdor debajo de él se extendía completamente, su destrozada mente no podía entender lo que estaba sucediendo. Sin mover si quiera un musculo de su cuerpo se encontraba en una caída que para su percepción parecía infinita y sin final. -"¿Qué…? ¿Qué está pasando?,¨¿Por qué…? ¿Por qué miro esto?"- su mente acribillaba a su ser con aquellas preguntas, sintiendo como su cuerpo rompía el aire, descendiendo sin contratiempos hasta que.

-*¡PUUUUUM CRAAAAAAAAAAASH!*-

El choque fue rotundo, levantando una buena cantidad de tierra y polvo, provocando que el guerrero quedara enterrado en un pequeño cráter, inconsciente y sin darse cuenta que algo extremadamente raro había pasado, algo que, al despertar, cambiaría por completo su vida y el cómo la viviría.

[Fin de OST anterior.]


Héroe dorado


Cerca del lugar del impacto:

-¡Izuku, la comida esta lista!- una mujer de cabellera verde se miraba hablar, era delgada y muy hermosa, sonriente había elevado su voz para llamar a alguien o eso parecía, apreciándose como esta tenía sus manos hechas puño y recargadas a los lados de su cintura, con un atuendo casual que consistía en un suéter de tela delgada de color marrón claro y unos pantalones de mezclilla, su cabello estaba recogido en un pequeño moño situado en su nuca, a la vez que el resto de este se dejaba caer a cada lado de su rostro.

[Nota del autor: No tengo nada en contra de la madre de Izuku en su versión "madura", pero personalmente y por razones de la historia usare su versión delgada. Fin de nota.]

-¿A dónde se habrá ido este chico? ¡Izuku!- volvía a llamar la mujer, mas no parecía haber recibido respuesta alguna.

No muy lejos del lugar, un chico de también cabellos verdes veía asombrado lo que parecía ser un hombre, de piel bronceada, casi desnudo, inconsciente y sumamente herido. Estaba asustado por obvias razones, pues no sabía qué hacer.

-¿Qué…? ¿Qué hago?- su voz parecía temblorosa, pues de la nada y sin esperárselo, alzo la vista al cielo azul, encontrándose con que ese raro y extraño hombre estaba cayendo desde grandes altitudes. Dio varios pasos hacia el pequeño cráter formado por el impacto, sintiéndose especialmente ansioso al no decidirse si continuar acercándose o ir por su mamá y contarle lo que acababa de acontecer, pero si hacia esto tal vez ese hombre terminaría muriendo, claro suponiendo que aún no lo estuviera, pues era obvio que sería imposible para un humano ordinario sobrevivir semejante caída y más sin protección alguna. -O-Oiga…- llamo, estirando su cuello lo más que podía, apreciando el rostro lleno de sangre del Saiyajin, fue cuando de nuevo dio varios pasos más, acercándose mucho más, apreciando con mayor detalle el cuerpo lastimado del extraño aquel. Estaba completamente desnudo, a excepción de algo que parecía una especie de calzoncillo que le tapaba la entrepierna, además, había otra cosa, una cola parecida a la de los monos que sin dudas fue lo que llamo más la atención del chico de cabellera verde. -¿Un-Una cola? ¿Se-Sera su Quirk?- se preguntó a sí mismo, apreciando aquella cosa extendida en el suelo, la cual no parecía moverse, hasta que de repente ante sus ojos esta se retorció levemente provocando que. -¡AAAAH!- gritara asustado, cayendo sobre su trasero y arrastrándose hacia atrás rápidamente, moviendo sus manos frente a él de forma desesperada al creer que esa cosa se le iba a abalanzar como si fuera una especie de serpiente.

Con sus ojos cerrados y desviando su cara hacia otra parte el chico se "defendió" durante un par de segundos, hasta que se dio cuenta que no estaba pasando nada, volviendo abrir sus parpados, solo para darse cuenta que el hombre aquel continuaba tendido sobre la tierra fracturada. Se paro rápidamente, respirando aceleradamente y sintiendo como su corazón parecía como si fuese a explotar por esa exageración suya, pero siendo justos, cualquiera hubiese actuado igual al ver como un ser humano tenía una cola de mono que de la nada se mueve.

Se giro, alejándose un poco, solo para detenerse y girar su rostro y mirar a Bardock aun tirado. -Creo que debería regresar con mamá y contarle sobre este hombre, si es lo mejor… Debo darme prisa o de lo contrario puede morir, bueno…- callo por un instante. -Si es que sigue con vida- termino de pensar, volviendo a caminar lentamente, dispuesto a ir por su madre y contarle lo que había descubierto, pero en eso.

-¿Qui-Qui-Quien eres tú?-

Izuku se quedó hecho de piedra cuando escucho aquella pregunta, sintiéndose paralizado por el instantáneo y genuino miedo que sintió al escuchar semejante voz que aun que lastimada, transmitía cierto respeto y fuerza. -E-E-E-EH- tartamudeo audiblemente, a la vez que su dentadura comenzó a temblar y a chocar evidentemente, sintiéndose inundado por el temor, al no saber qué demonios le iba a pasar.

-¡Re-Responde, ¿Q-Q-Quién eres?!- Bardock con todo su esfuerzo y la poca consciencia que había logrado recuperar volvió hablar, su voz jadeante y su expresión molesta delataban el increíble intento sobrehumano de mantenerse lucido, aunque fuese por un par de segundos.

Izuku se fue girando lentamente, sin ocultar el temblor que a cada paso se trasladaba a cada fibra muscular de su cuerpo, incrementándose su terror a cada instante, hasta que por fin quedo frente al Saiyajin que le aprecio levemente.

-Yo…- apenas pudo decir, cerrando sus ojos cuando. -*¡PUM!*- un azote le hizo abrirlos de golpe, topándose al hombre bronceado dar de cara en contra del suelo, pues había vuelto a perder la consciencia al estar sumamente debilitado y herido.


-¡Rápido…! ¡Necesitamos llevar a este hombre a urgencias!- se podía ver a una enfermera hablar con prisa y fuerza, siendo ayudada por varias personas más para transportar la camilla en donde Bardock descansaba.

[OST Recomendado: Hero's Shadow - BNH /watch?v=NbiBBbipP9Y.]

-"¿Do-Donde estoy?"- dentro de su mente el Saiyajin se preguntaba, escuchando voces muy lejanas y distantes, casi imperceptibles.

-¡Inyecte cinco miligramos de ibuprofeno para el dolor!- ordeno un doctor, llevando en su boca la característica mascarilla de tela, moviéndose rápidamente para comenzar a curar las incontables heridas del guerrero.

-"¿Qué está pasando?"- volvía a preguntar, vagando dentro de su mente, volviéndosele a presentar imágenes de lo que había pasado momentos antes de creer que había muerto. -"¿Es-Estoy en el infierno?"- sin conocer una respuesta clara una tercer pregunta fue creada por su mente, escuchando un gran barullo inentendible, voces extrañas y palabras que no lograba comprender.

-"No, no estás en el infierno…"- una voz se manifestó en lo profundo de su mente, confundiéndole completamente.

-"¿Quién…?"- intento preguntar, pero antes de que terminara.

-"Estas en un mundo completamente diferente, te logre salvar en el último instante de ese ataque tan poderoso, al menos dame las gracias…"- sonaba con eco, dándose a entender que alguien se estaba comunicando a través de su subconsciente, la voz en cuestión era claramente de una mujer, mas no se mostraba ante la enorme penumbra que en esos momentos envolvía al Saiyajin de tez bronceada. -"Da igual…"- volvió hablar.

Fuera, en la realidad, los médicos continuaban estabilizando al guerrero, poniéndole una mascarilla de oxígeno y limpiando sus heridas, suturándolas y desinfectándolas.

-"¿Po-Por qué me salvaste?"- inquirió confundido a mas no poder, vagando en las profundidades de su mente lastimada, escuchando aun aquellos murmullos inentendibles y aquellas voces sin sentido alguno.

-"Porque me pareció injusto lo que te estaba pasando, debo admitir que viole varias leyes del tiempo, pero no importa… Lo único que debes saber es que jiji"- rio de forma juguetona, extrañando al débil guerrero. -"Pronto tu vida cambiara"- termino de decir, solo para después apreciarse como una luz increíblemente fuerte se manifestó frente a Bardock el cual se tapó los ojos dentro de su subconsciente, sin entender completamente nada. -"Ve y conviértete en un héroe, que yo te estaré viendo siempre"-

-"Un héroe…"- repitió extrañado a la vez que aquella extraña luz lo termino de engullir, tomándolo por sorpresa y sin saber qué demonios hacer. -"¡Espera, ¿Qué está pasando?!"- con desespero hablaba, mirando como su cuerpo de forma completa se comenzaba a desvanecer ante sus propios ojos.

-"No te preocupes, a su debido tiempo sabrás porque te traje aquí, Bardock"- le nombro, sorprendiéndolo aún más.

-"¡EH! ¡Pe-Pero, ¿Qué…?!"- no pudo terminar de hablar, cuando su cuerpo brillante termino de desaparecer y sin entender nada, su figura se perdió en aquella luz.

[Fin de OST anterior.]

Un par de horas después:

Comenzó a escuchar un constante. -*¡bip, pip, bip, pip!*- sonido similar a pitidos, a la vez que sus ojos se abrían lentamente, apreciando como justo en frente de él, otra luz intensa le molesto, cerrándolos de nuevo, solo para después, volver a abrirlos, adecuándolos a esa molesta brillantes. Parpadeo varias veces más, aclarándose su mirada y dándose cuenta de que tenía algo en su boca, sintiéndolo muy similar a las máscaras de oxígeno que les ponían al estar dentro de las cámaras de recuperación acelerada, de hecho, podía sentir el oxígeno en cuestión siendo bombeado a través de esa mascara, brindándole la oportunidad de respirar de forma consciente de nuevo.

Intento moverse, pero no tuvo éxito, al sentir como el dolor evidente por estar vivo le ataco, doliéndose de forma silenciosa, movió su cabeza hacia sus laterales, dándose cuenta de los extraños aparatos que había en ese lugar, no sabía en donde demonios estaba, pues prácticamente no recordaba nada después de lo de Freezer y aquella caída tremenda que tuvo. -No… No tengo tiempo de estar aquí…- a pesar del dolor recorriendo su cuerpo, se intentó mover de nuevo, quitándose la mascarilla de oxígeno y tirándola sobre la cama, además, también se quitó los cables que median sus signos vitales y se desencajo las agujas que le estaban inyectando suero vía intravenosa, se dolió enteramente al estar por completo desorientado y lastimado, pero apretó sus dientes, parándose de la cama sin importarle nada. -Este patético dolor no me va a detener, soy un Saiyajin y esto no es nada- se rio con los dientes apretados, tensando sus músculos y sintiendo como cada parte de su cuerpo dolía horrores.

En la sala de espera, la mamá de Izuku era interrogada por la policía, la cual había sido notificada por esta misma al ver como su hijo regreso con toda prisa hacia donde estaban de día de campo, contándole cosas sin sentido como que había visto como un hombre caía desde muy alto, creando un pequeño cráter por su caída, que este se había levantado a pesar de estar completamente herido pero que se volvió a desmayar al verle y preguntarle quien era él. Inko, pues ese era su nombre, continúo contando el como ella misma miro tirado aquel extraño hombre con cola, pero a pesar de sentirse muy confundida y con miedo no tardo en llamar a al número de emergencias para reportar lo que había pasado.

-Entonces, déjeme entender, ¿Ese hombre cayo desde una gran altura, prácticamente desnudo y a pesar de eso aún estaba vivo cuando su hijo lo encontró?- el policía que había estado interrogando le realizo aquella pregunta a la mujer de cabellera verde, la cual no tardó en responder.

-Así es, me asusté mucho cuando yo misma lo vi, pensé que se hombre estaba muerto- sintiéndose un poco ansiosa miro a Izuku el cual estaba sentado, pensando sobre lo que había pasado durante ese día con su madre.

De forma paralela mientras continuaba aquel policía conversando con Inko, una enfermera caminaba tranquilamente por los pasillos del hospital, llevaba entre sus manos una bandeja con un vaso de agua y un pequeño contenedor con pastillas, presumiblemente para algún enfermo, cuando se dio cuenta de cómo la puerta de una de las habitaciones de los pacientes estaba abierta, desconcertándose en el proceso. -Eh… Pero…- sin perder más tiempo se encamino hacia la puerta abierta, mirando el numero de la habitación y dándose cuenta de que esta misma pertenecía aquel hombre sumamente herido que habían traído de urgencia. -¡¿Qué…?!- exclamo por fin, al darse cuenta como sangre se notaba en la cama, la cual estaba destendida, un charco de suero sobre el piso y la mascarilla de oxígeno sobre la cama. -¡Debo informar!- dejo las cosas que traía sobre una pequeña mesa que se encontraba en esa misma habitación solo para después comenzar a correr con prisa para avisar sobre la desaparición tan repentina de un paciente.

Bardock caminaba de forma pesada y recargando uno de sus brazos en la pared derecha de un largo pasillo, sin saber cómo y a pesar de su falta de fuerza había sido capaz de llegar hasta ese lugar con enormes esfuerzos, estaba sudando por el desgaste de energía que su cuerpo estaba haciendo, notándose como las suturas de su brazo izquierdo se habían abierto, lo que daba explicación a la sangre que la enfermera había visto sobre la cama en donde había estado minutos atrás. Jadeando audiblemente continúo dando un paso descalzo tras otro, hasta que se detuvo y bajo su mirada, tomando grandes cantidades de aire para no perder el conocimiento, ya que después de todo continuaba extremadamente debilitado y lastimado. -No sé en dónde estoy…- hablaba con dificultad. -Pero tengo que salir de este lugar, además, aun esta esa voz de mujer que escuche antes de despertar en este extraño sitio- termino sus palabras, volviendo a dar un paso más, falseando un poco y yéndose casi de cara contra el duro piso, solo que había alcanzado a sostenerse para no caer. -Maldición, mi cuerpo…- jadeaba y tenía uno de sus ojos cerrados al decir aquello, volviendo a detenerse para estabilizarse.

[OST Recomendado: Go seize it! - BNH /watch?v=7OzxYom4XkM.]

-¡¿Cómo que no está?!- uno de los tantos doctores corría junto a varios enfermeros y aquella enfermera de antes, deteniéndose en la puerta aun abierta, mirando lo mismo que la mujer. -¡Tenemos que encontrarlo, en su estado no pudo ir tan lejos!- hablo mostrando su frustración, girándose para ver a los enfermeros que le habían acompañado. -¡Muévanse y encuentren a ese paciente! ¡Rápido!-

-¡Si señor!- sin perder tiempo se dividieron, comenzando la búsqueda de Bardock.

El movimiento dentro del hospital era cada vez más evidente, notándose a personal buscando de arriba hacia abajo, en cada planta y habitación posible, ¿Tanto alboroto por un simple paciente? La respuesta era mucho más compleja de lo que se podría pensar, ya que cuando se analizaron muestras de sangre del Saiyajin, lo que sin dudas les dijo a los médicos e investigadores de ese lugar que tal vez estaban ante un descubriendo asombroso, de ahí el semejante escandalo cuando se supo que ese extraño había desaparecido.

-¡Ese extraño hombre ha desaparecido!- llegaba uno de los tantos enfermeros con prisa al lugar en donde estaba el policía en compañía de Inko y de Izuku, los cuales obviamente también se sorprendieron a escuchar eso.

-¿Qué acabas de decir?- sin comprender nada el policía pregunto, notando el apuro en la cara de aquel otro hombre.

-¡Ayúdenos a encontrarlo, es muy importante!- sin relevar nada más pidió, a lo que el policía miro a la mujer de cabellos verdes solo para hablar brevemente.

-Espere aquí señora, aún tengo varias preguntas que hacerle- y sin más comenzó a seguir al enfermero, alejándose de la madre y su hijo.

-Pero, ¿Por qué tanto alboroto?, ¿A caso ese hombre es peligroso?- se estremeció la mujer, al pensar que sin saberlo habían ayudado a un criminal, más Izuku simplemente se quedó pensando, sintiéndose tentado a saber que más estaba pasando.

La voz se corrió rápidamente por todo el hospital, a la vez que Bardock intentaba por todos los medios salir de ese sitio extraño y que para nada le tranquilizaba, desorientado y herido no tenía muchas fuerzas, pero a pesar de eso, nadie, absolutamente nadie se iba a burlar de él, porque él era un Saiyajin.

[Fin de OST anterior.]


Ojalá les haya gustado y espero no tardar meses para traerles a hora si, el inicio de esta historia en donde Bardock luchara contra todo aquello que no le guste o le moleste, especialmente si son tipos con Freezer jeje. Su amigo SaiyajinSannin se despide, nos vemos.