El manga y el animé de Go-Tōbun no Hanayome no son de mi propiedad. Pertenece a Negi Haruba. Todos sus derechos reservados.

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Por: Cristian Reynolds

Capítulo 0: Prólogo.


Enseñar a 5 hermanas era demasiado complicado para el estudiante y tutor, Fuutarou Uesugi. Cada día era demasiado exigente verificar las constantes fallas de cada una, a tal grado de pasar muchos días enteros sin descansar, todo por verlas con buenos méritos académicos. Pero ese no es el caso.

Aprendió a conocer cada cualidad de las hermanas Nakano en las muchas sesiones de estudio, tratando de utilizar estrategias no solo para incentivarlas a aprender, sino que además para llevarse mejor con ellas, ya que cuando se vieron por primera vez, la situación era demasiado complicado y tenso para conocer con más profundidad.

Sin embargo, ese conocer fue transformando en una especie de vínculo, un vínculo que era más difícil de romper.

Casa sesión que brindaba, independiente de la materia, era la situación perfecta para que las Nakano estuvieran por mucho tiempo, muy interesadas en él, algo que Fuutarou no esperaba; sin embargo, no solo era en las clases dadas en la residencia independiente que vivían en la actualidad, tras huir de las exclusividades que daba su padre; sino que además también en sus ratos o días libres. Cada vez que iba de compras, o dejaba libros en la biblioteca, se topaba con ellas por coincidencia, era incómodo, pero no podía negar que eran las únicas amigas de confianza que tenía.

Pero concluyó que ellas habían hecho lo imposible: cada acción conllevó a que sus sentimientos comenzaran a salir, como si su corazón de piedra se hubiera ablandado a tal grado de sentir lo que era el amor, desde Yotsuba hasta Itsuki, todas estaban complacidas por haber logrado la unidad de hermanas con más fuerza, y pudo notar que cuando pasaba tiempo con cada una de ellas, sentía una felicidad confortante, notándose con sus sonrojos o intenciones.

Sin embargo, ocurrió algo que nunca aceptaría. Cayó en las trampas del amor de las que no podía escapar.

Estaba enamorado… pero de las quintillizas.

No podía negar que sentía emociones fuertes con cada una, pero enamorarse de las cinco era un riesgo muy serio. Tenía muchas premoniciones sobre lo que podía causar con tan solo elegir a una, recordando que sentían lo mismo, es decir, Fuutarou no era tonto, de forma inesperada supo que ellas lo querían ya sea de forma directa, como cuando Nino se le confesó huyendo de Maruo en una situación complicada; o indirectamente cuando una Itsuki aun sin identificar lo besó apenas sonó la campana cuando fue de viaje en sus vacaciones veraniegos. Reconoció que sería una batalla campal.

Aunque no descuidó sus estudios como sabía, tuvo un momento para pensar en sí mismo sobre las posibilidades de mantener el equilibrio entre ellas sin causar algún remordimiento, pero todas iban al mismo lado, sólo eligiendo a una. Estaba pensativo en su mesita de estudios, calificando algunas pruebas de matemáticas.

"He entendido que cada una de ellas, tiene algo que me atrae. Una cualidad que las hace diferentes y me gusta esas diferencias. Ay, no sé qué hacer…"

De pronto, la peor de las ideas surgió.

"¿Y si pudiera amar a todas?" De repente se tumbó al suelo y respiró con fuerza, pero en silencio, sabiendo que su hermanita, Raiha estaba descansando en su futón a unos metros de la sala; suspiró de preocupación, atragantándose un poco. "Es demasiado arriesgado, pero es la única idea que sirve para que ellas se sientan bien. Es estúpida pero no hallo otra alternativa. No me puedo multiplicar para dar mis sentimientos a cada una, y otro punto en contra sería mi bolsillo, ellas son millonarias y yo solo soy un hombre, humilde y pobre pero honrado. Hhmmm. A ver Fuutarou, piensa"

Pensó en algunos otros planes, pero de nuevo resultarían en un fracaso eligiendo solo a una. No quería herirlas, era un circulo vicioso en que no podía escapar. Así que se levantó de golpe y suspiró, concluyendo que…

"Está bien. Después de hacer algunas pruebas, mañana al atardecer confesaré cuanto las quiero a ellas. No estaría tan mal, si me rechazan podré quitar al menos un gran peso de encima. Sólo espero que no cometa errores."

Continuó estudiando y realizando las plantillas de sus evaluaciones el resto de la noche.


Al día siguiente

Era las 7:30 de la mañana y el joven indiscreto se levantó, realizó sus necesidades básicas antes de ir al colegio que quedaba lejos de su residencia arrendada, caminó toda la mañana aun pensando en cómo zafar sus intenciones de romance con las Nakano. Obvio que en la escuela no iba a decir eso, tenía que continuar con sus estudios como de costumbre.

Si bien se concentró en los repasos de las materias básicas, no pudo evitar voltear su rostro hacia su compañera de clase, Itsuki. Ella se veía linda con sus lentes; ella le responde viéndolo casi fijo, haciendo que Fuutarou voltee al frente, sintiendo algo de sonrojo y nervios.

"Concentra en tus estudios y luego ya hablaremos…"

El resto de la mañana fue todo normal, exceptuando que Yotsuba lo tiró dos veces cuando lo saludaba. Y comiendo curiosamente con sus "amigas".


En la tarde, Fuutarou quería refrescar su mente, no estaba entre sus planes ir con ellas en el camino hacia la casa donde vivían. quería saltar la tutoría de hoy, pero no podía dejarlas descuidadas del estudio. Casi lo lograba, pero…

— ¡Uesugi-saaan! — Yotsuba dio un fuerte palmazo en los hombros, demostrando su fuerza debido a sus constantes ejercicios, haciéndolo casi caer al muchacho. — Te encontré otra vez.

— Y…!Yotsuba! Es…Es la tercera vez que me empujas. — La chica solo ríe de sus comentarios, tan cálida como siempre, algo que gustaba ver a Fuutarou.

— No te dejaríamos ir solo ésta vez. — La mayor de todos, Ichika se acerca al joven, haciéndolo temblar al sentir el calor externo. — Aprovecha que tengo éste día disponible, no hay grabaciones en el estudio. — y le hace guiño, haciéndolo sonrojar.

— ¿No se supone que tendrías que enseñarme sobre historia japonesa? Periodo Takeda, ¿recuerdas? — Esa era Miku con su puchero tratando de ganar algo de atención.

— Hay que hacerlo rápido, Fuu-kun; recuerda que tenemos que trabajar en la noche en la pastelería. — Nino estaba casi pegada a él, pero se aleja si no fuera por los pucheros que hizo Miku.

— Uesugi-kun, ¿podemos ir a comprar pastelillos cerca de aquí? — Itsuki, la menor de todas tambíen hacía pucheros, pero por que tenía hambre.

— Chicas, cálmense. — Fuutarou tocó su frente, señalando agotamiento. — Miku tienen razón, hoy estudiaremos historia japonesa sobre el periodo Asuka y haremos diálogos en inglés. Más adelante les haré un test para ver si… ¡¿eh?! — se dio cuenta que las hermanas habían corrido, distanciándose del tutor; al parecer se asustaron cuando mencionó la prueba.

— !Alcánzanos si puedes! — Yotsuba gritaba animándolo a correr.

No pudo evitar sonreír, eran idiotas, pero muy amigables, algo que apreciaba mucho. Podría decir que al menos pudo refrescar su mente pesada un momento todo gracias a ellas.

— ¡Muy bien! Primero iremos a comer pastelillos y luego a los estudios. pero !espérenme! — y comenzó a correr "persiguiendo" a sus amigas. Ellas reaccionaron de la manera más sorpresiva con esa reacción, pero le siguieron el juego.


— ¿No creen que Fuutarou-kun está actuando extraño? — Ichika podía observar a su tutor viendo la ventana del atardecer. Habló en voz baja ya que estaba en modo examen.

— Si lo dices porque sonrió más de lo debido cuando comía pastelillos además de ser muy amable con nosotras... definitivamente sí. — Miku estaba en la prueba con su lápiz, respondiéndole del mismo modo. — Aunque Itsuki se comió todo lo que pedimos.

— No es mi culpa, es que estaban tan deliciosos que no podía dejar la sensasión de comerlos. — Itsuki se sonrojaba mientras hacía un ligero puchero. — Pero me sorprendió el hecho de que Uesugi-kun fuera más comunicativo que nosotras, es más, es increíble que diga esto pero pagó toda la cuenta que ganó mientras trabajaba en la pastelería.

— Fue muy caballeroso con nosotras, sin duda me siento feliz de convivir con mi Fuu-kun — Ese comentario de Nino las hizo desconcentrar un poco de esa evaluación, haciéndolas sonrojar. Aunque se miraron algo molestas al sentir esas reacciones.

— ¿Y qué? Uesugi-san es amable con nosotras, yo en mi caso me siento feliz de convivir con él, aunque sea malo corriendo. — Yotsuba da su señal de victoria.

— Chicas, están en exámenes. No se distraigan por favor. — Fuutarou había regresado de la ventana y como su papel de profesor tomó su autoridad. Todas se vieron con temor, no por la orden, sino por las buenas declaraciones que, por suerte, Fuutarou no pudo oír.

Del otro lado, el chico listo se encontraba con la mente totalmente revuelta, viendo al frente sin rumbo.

Finalmente habían culminado su prueba si bien estaban algo agotadas, tenían algo de pereza, pero se encontraban satisfechas de sus progresos. Pues sus notas mejoraban, aunque paulatinamente.

— ¡Bueno! ¡Iré a tomar una ducha! Tengo que prepararme para ir al trabajo con Fuu-kun. — Nino alzaba sus brazos, no sin antes guiñarle el ojo de una forma amorosa.

— Saldré a comprar algo de ropa. ¿Itsuki podrías acompañarme? — Yotsuba iba al cuarto a cambiarse.

— No creo que pueda, quiero ir a la feria de comidas. Había una oferta de banderillas que no pienso perder.

— ¿Es enserio? — Yotsuba se enojó por un instante.

— No te preocupes. — Ichika se manifiesta. — Yo iré contigo. Además, debo conseguir trajes para mis papeles en el estudio. — Y sonríe con confianza.

— ¡Muchas gracias! Iba a pedirle el favor a Uesugi-san, pero él irá a trabajar al rato. — baja un poco su rostro y mientras eso pasaba, Ichika hacía un gesto celoso. — No iremos a las tiendas de lencería como la otra vez ¿No? — Yotsuba se ponía roja de la vergüenza al mencionar ese lugar con Fuutarou presente.

— Nino, yo también iré con Fuutarou. recuerda que aunque trabajamos en diferentes lugares, quedan en la misma calle. — Miku se puso casi al lado del hombre de forma posesiva, pero sin tocarlo. — No voy a dejar que vayas antes que yo. — Esa frase sonó algo amenazante, provocando algo de celos internos a Nino.

"Es ahora o nunca. No hay marcha atrás." Se dijo mentalmente Fuutarou mientras actuaba como observador. — Chicas… ¿Pueden quedarse por un momento?

— ¡Woah! ¿Para qué sería, Uesugi-san? — Yotsuba se puso al frente, haciendo temblar al chico de cabello azabache. Sus hermanas también voltearon hacia él, algo sorprendidas por la solicitud.

— Chicas… Tengo que hablar con ustedes de algo muy serio y importante.

El ambiente quedó tenso y muy silencioso, Fuutarou sabía que no debería haber margen de error para evitar una futura batalla incestuosa.


Aquí concluye el epílogo, en un nuevo debut en éste gran lugar. Sé que no es el mejor intro, pero a medida que avance la historia, ojalá mejore el curso, y sí, antes de malentendidos el fic será harem, por algo el nombre del título, y será tomado a partir del capítulo 93 del manga. En fin, nos vemos luego en un nuevo cap. Apreciaré sus reviews para poder mejorar las historias. Gracias por leer. ;)