Luka sonrió de medio lado cuando Andree terminó de hacer sus anuncios y florituras sobre el escenario, pero compuso una mueca cuando le cedió el paso a Marinette y a Kagami para que las chicas pudieran agradecerle a la gente por acompañarlas en esa noche de apertura.

No, no lo malinterpreten. Adoraba ver a su musa en eventos grandes porque sabía que cumplía uno a uno, todos los sueños que siempre había tenido, verla ahí era un deleite que le hinchaba el corazón, lo que no le gustó fue el gesto de disculpa que la chica compuso cuando le dedicó una mirada zalamera antes de sonreírle a Kagami y asentir al mismo tiempo.

—Mi amor... —dijo Marinette levantando una mano hacia Luka y arrancándole un suspiro pesado antes de levantarse y dirigirse al escenario.

—Cantaré para ti cuantas veces me lo pidas —prometió el muchacho tomando la mano de la chica antes de llevársela a la boca y plantar un beso en sus nudillos, sonriéndole seductor y cómplice.

Oliver se quedó admirando esa escena.

Kagami bajó del escenario dejando a Marinette y a Luka solos.

Y Oliver no pudo evitar suspirar al ver ahí a sus padres, reafianzando por enésima vez que el apodo que les habían dado en esa época era perfecto. Marinette llevaba un vestido rosa pálido de corte griego, cola de pato que caía envolviendo sus piernas y caía hasta la mitad de sus pantorrillas, llevaba sandalias de estilo romano y el cabello suelto y en caireles, adornado por una corona de flores. Luka llevaba un pantalón de mezclilla negra lleno de desgastes y agujeros, camiseta negra de manga larga, la cazadora de los reptiles y botas militares, el cabello negro recogido por una especie de corona de espinas negras viendo hacia el cielo y una sonrisa de medio lado.

Hades y Perséfone.

Sí, también los demás trabajadores del Inframundo, también Kagami tenía algunos detalles en su vestimenta que delataban la temática del bar, pero sus padres parecían relucir entre las sombras, a pesar de llevar ropa casual, lucían de verdad como dioses griegos.

Podría haberse quedado mirando esa escena el resto de su vida, a sus padres en el escenario, hablando en voz baja mientras se ponían de acuerdo. Colette llegó hasta su lado y sonrió sentándose con una mirada de curiosidad cuando Oliver suspiró por enésima vez mientras sus padres intercambiaban algunas palabras por lo bajo, ininteligibles para la audiencia gracias al ruido y a las charlas, mientras el guitarrista se colgaba su instrumento electroacústico y acercaba un banco alto.

—Supongo que debe ser importante verlos así —murmuró la guitarrista alzando su vaso y brindando con Marinette en la distancia cuando la aludida les dedicó media sonrisa.

—Amo sus fotos de esta época, jamás creí que los vería en un concierto en vivo cuando todavía era solista.

—Supongo que permanecerá con Kitty Section un buen rato.

—Sí, la banda era inseparable.

—¿Era?

—Es, era, será, se separaron para hacer estos proyectos individuales ¿no?

Colette compuso un puchero, no muy convencida de aquella respuesta, pero asintió desviando la mirada cuando Luka dirigió el gesto hacia ellos y sonrió socarrón.

Marinette y Luka bajaron del escenario en dirección a sus amigos y fue el guitarrista quien habló primero, sonriendo de medio lado.

—¿Estás de humor para probar tu talento en el escenario?

—No —sentenció Oliver con nerviosismo —, no creo que sea buena idea. Yo no...

—Oh, vamos, mi padre se la pasa adulando tu trabajo, me entró la curiosidad.

—Sí, y mi madre me ha dicho que no hable con extraños —ironizó divertido el muchacho, cruzándose de brazos, consiguiendo que Marinette hablara alzando la nariz.

—Oh, vamos, estoy segura de que a tu madre le encantaría ver esto.

Oliver compuso una expresión de sorpresa y Colette soltó una carcajada, clara burla ante las palabras de Marinette, consiguiendo que la diseñadora le dedicara una mirada pesada. No, la guitarrista no hizo amago por frenar sus carcajadas, se rio con más ganas mientras las mejillas de Oliver enrojecían como un par de cerezas, brillando en la penumbra.


Sonrais777: Colette y Oliver son un tema que, te lo juro, no me dejó dormir durante mucho tiempo jajaja, ahora, veamos cómo nos va con esto, disfrútalo, nos leemos pronto

Manu: Vi Naruto hace muchos años, ahorita estoy viendo Bleach, son más de trescientos capítulos jajaja, honestamente, con todo lo que pasó en Naruto, con tanto relleno y eso, le saco la vuelta, pero luego investigo cuáles son los capítulos buenos, no prometo nada, porque con Bleach no voy ni a la mitad. Jajaja no he visto el comercial, lo voy a buscar y te digo qué me pareció, gracias por avisarme de eso.

Cherry Love Fanfiction: Gracias por cada comentario! De verdad no sabes cómo me hace feliz saber que una historia tan larga pueda seguir teniendo lectores nuevos, se me fue de las manos, qué te digo jajajaja empecé escribiendo un arco y luego ya no pude parar. Espero mantener tu atención hasta que llegues a este mensaje, porque de verdad quiero extenderte mi gratitud (inserta corazones aquí, me los borra el servidor jajaja)

Sisters: Sorry, de verdad no era mi intensión desmadrar tanto todo jajajjaja pero ahí estaban las señales jajajajjajaa, dejo esto en compensación a mi desmadre y espero les guste, ahora me pondré a los fragmentos Ichigo x Rukia para seguir reivindicándome, porque esto sigue jajaja. Las amo!


Los rasgueos inundaron el lugar con armonía, la gente no pudo evitar silenciar sus charlas y levantar la mirada hacia el escenario cuando la voz de Luka llenó todo el espacio.

Estaban sentados lado a lado, ambos Couffaine portando sus guitarras con elegancia mientras se bamboleaban de un lado al otro, dejándose invadir por la música. Al final, Oliver había accedido a tocar al lado de su padre cuando Marinette le había dedicado una sonrisa zalamera y pestañeado a toda prisa, arrancándole un gruñido al muchacho antes de asentir para su padre y preguntar por la guitarra.

Hoy es el mejor día de mi vida
Hoy mi vida tiene otro sabor
Hoy me tengo que sacar la espina
Hoy, quiero entregar el corazón

Marinette sonrió ante el gesto de Oliver, la sonrisa de medio lado que el muchacho compuso haciendo algunas percusiones contra la guitarra mientras agarraban mejor el ritmo, mientras Louis entraba al bar y se acomodaba al lado de su nuera, bajo su mirada coqueta y chantajista, misma que había hecho a Oliver caer. Louis suspiró una vez, asintiendo desganado mientras miraba de reojo la mesa que había ocupado junto con sus compañeros de la banda, sabiendo que no se salvaría esa noche de complacer a la esposa de su hijo.

Las preguntas me aturden y quieren confundirme
El pasado es un enemigo, un rayo
Tengo ganas de enamorarme, y de reírme
De olvidarme de las reglas, y soñar mirando el sol

Las voces de ambos muchachos se alzaron en perfecta sincronía. Oliver había cantado al lado de su padre en incontables ocasiones, entrelazando sus voces con una cadencia natural, complementando perfectamente sus tonos y tesituras, dos voces entrenadas para encontrar los acordes más armónicos, aunque las notas fueran difíciles. Incluso la gente que se encontraba en Inframundo comenzó a aplaudir con fuerza, llevando el ritmo de la pieza con las palmas, impulsando a los músicos a poner más corazón a la interpretación de la pieza.

Hoy es el mejor día de mi vida
Hoy me perdoné y pedí perdón
Hoy están sanando mis heridas
Hoy estoy sintiendo amor
Hoy estoy sintiendo amor

Colette y Marinette se quedaron solas en la mesa, primero prestando atención a los músicos en el escenario, pero la diseñadora sonrió ladina antes de cambiar su atención hacia su amiga y murmurar:

—Así que sabes lo de Louis...

Colette no pudo evitar escupir el trago que había dado, consiguiendo que Marinette ensanchara su sonrisa y se llevara su propia bebida a los labios.

Hoy he pisoteado, las mentiras
Hoy el miedo, al verme se asusto
Hoy voy a dormir sin pesadillas
Hoy pude entender lo que hago aquí
A dónde voy

Marinette levantó la mirada hasta la mesa de su suegro, Louis asintió consiguiendo que la chica soltara un grito agudo y ahogado mientras el jazzista sacaba su trompeta del estuche y se disponía a colocar las piezas antes de subir al escenario, poniendo los labios sobre la boquilla y atrayendo hacia sí las miradas de todos los presentes, sorprendidos por la intromisión de un nuevo instrumento.

Tengo ganas de enamorarme, y de reírme
De olvidarme de las reglas, y soñar mirando el sol

—Sabes que Louis eligió la canción ¿verdad? —Murmuró Marinette mirando a Colette de reojo, consiguiendo que la chica le bufara, ofendida.

—¿Qué sabes al respecto?

—Sé quién es.

—¿Te lo dijo? —Espetó la chica llenándose de celos, considerando que Oliver no hubiese sido honesto con ella al jurarle que no se lo podía contar a nadie más, ni siquiera a sus padres.

—No. Lo descubrí sola. Conozco a los Couffaine por Juleka, sabía que no existía ningún Oliver en la familia, y tiene un lunar que Luka tiene, esos no se heredan entre primos... Además...

—¿Además?

—Puedes llamarlo intuición si quieres —murmuró Marinette al final, reacia a admitir que ella misma había hecho alteraciones al tiempo en algún momento de su historia como portadora. —Supongo que una madre siempre sabe —añadió mirando a Colette directo a los ojos, haciéndola sonreír y asentir una vez.

—Supongo que ahora es cuando me dices que me aleje de tu polluelo.

Marinette soltó una carcajada ante aquellas palabras, consiguiendo que Colette ampliara su sonrisa y le diera otro trago largo a su bebida.

—Quién diría —añadió la guitarrista con el vaso pegado a su boca. —Tres generaciones compartiendo el mismo escenario en una noche tan importante.

Hoy es el mejor día de mi vida
Hoy me perdoné y pedí perdón
Hoy están sanando mis heridas
Hoy estoy sintiendo amor
Hoy estoy sintiendo amor

No, de nuevo Colette escupió su bebida luego de la siguiente respuesta de Marinette, puesto que la chica profirió un suspiro corto antes de murmurar: —Si no fueran de tiempos distintos, me encantaría verlos juntos.

Hoy estoy sintiendo mucho amor
Hoy estoy sintiendo tanto, tanto amor
Amor, amor, amor

Colette no se atrevió a mirar de nuevo a su amiga, no se atrevió a buscar los ojos de Marinette hasta que Luka, Oliver y Louis llegaron hasta su mesa, sonriendo y codeándose entre ellos, hablando de la música y de la armonía.

Las similitudes eran impresionantes, de verdad tenías que estar muy ciego para no percatarte de ello, así que Colette se relajó con el tema de Marinette sabiendo la verdad, preguntándose si Luka estaría enterado como ella. No, esa era una pregunta con la que no se iba a quedar, pero debía hacérsela a Marinette en privado.

Andree volvió a subir al escenario y todos los reptiles presentes esa noche guardaron silencio. En la distancia, Celine le dedicó una última mirada de furia a Colette, revolcándose en su propia rabia y desesperación al saber que, si le ponía una mano encima a los contendientes que todavía estuvieran jugando, se las vería con Andree en persona.

Por supuesto que una polilla revoloteó en el aire, y luego todas las demás se levantaron a su alrededor, incitando con el batir de sus alas al caos y a la desesperación.

—Cometiste un desliz —murmuró Colette en el oído de Oliver cuidando no ser escuchada por nadie. —Ten cuidado.

—¿Qué se supone que hice? ¿Cantar con mi padre?

—No, dijiste que venías de Liverpool. ¿No venías de Milán?

Oliver miró a Colette con el entrecejo fruncido antes de suspirar y asentir una vez, comprendiendo el tamaño de su desliz. —Un músico en busca de oportunidades ha vivido en muchos sitios, Liverpool podría ser uno de ellos.

—Cuida tu discurso, niño bonito —amenazo la serpiente con una sonrisa lasciva —, o alguien más aparte de mamá y yo, sabremos el secreto.

—¿Marinette te lo dijo?

—Lo descubrí solita —mintió antes de volver la vista a Andree, que había golpeado el micrófono una vez para llamar la atención de todos.

—¡Felicidades, contendientes! —Exclamó con una sonrisa que rezaba locura. —Al menos felicidades a los que aún permanecen en la contienda —añadió con palabras filosas mientras le dedicaba una sonrisa socarrona a Celine (jamás admitiría que estaba feliz de ver a esa víbora rastrera fuera de su torneo) —, aunque estemos celebrando esta noche, la función debe continuar.

—Esto no me gusta nada —murmuró Marinette en el oído de Luka, observando a detalle el rostro de Celine, percatándose de que la rabia bullía en su interior, como un volcán en erupción a la espera de la tormenta.

—Lo sé, tendremos que intervenir —respondió el guitarrista tomando la cintura de su esposa y atrayéndola hacia su cuerpo antes de besar su sien y suspirar con la nariz pegada a la coronilla, evadiendo las flores con cuidado.

—Me encantaría no tener que llegar a esto.

—No tenemos opción.

—Kagami está preparada para tomar una misión esta noche.

—Yo estoy a tu disposición —admitió Luka mirando a Celine de reojo —, y me encantaría estar en la misión, después de todo, si algo pasa es porque nosotros lo provocamos.

Marinette lo consideró un momento, todo el tiempo que el bullicio tardó en apagarse de nuevo puesto que el rey caimán había hecho una pausa dramática, sonriéndole orgulloso al caos que había provocado, como un dios observando todo desde su trono.

—En un momento más —el sonido de los teléfonos recibiendo mensajes sacó a Andree de su discurso, el rey caimán sacó su propio celular y sonrió de medio lado antes de volver la atención a su audiencia —, corrijo, hace un instante, llegó a sus teléfonos la siguiente ronda de la contienda. Tienen esta semana para completar los pedidos de la lista, no hagan trampa o lo sabremos, recuerda que siempre tenemos ojos en todos lados —añadió con un gesto sombrío, consiguiendo que algunos de los contendientes se encogieran en sus sitios.

Colette paseó la mirada por todo el lugar, contando la cantidad de personas a las que se le había dado una corona de flores.

Maldito Andree y su necesidad de hacer de las circunstancias más complicadas un circo interminable, le había pedido a Marinette coronas de flores blancas para los ganadores esa noche, o al menos para un representante de cada equipo. Ahora Colette se había cruzado de brazos, enfurruñada porque Luka se había mantenido reacio a renunciar a su corona de Hades, y Erik había dicho tajantemente no.

Ocho coronas de flores. O sea que todavía quedaban veinticuatro contendientes.

Colette suspiró preguntándose cómo harían para eliminar a la competencia si es que todos lograban cumplir sus encomiendas, pero entonces leyó en sus mensajes la única petición que tenía. Evitar los robos del equipo de Belmont.

Le mostró su teléfono a Luka y el asintió, apesadumbrado al darse cuenta de que su lista era de robos, al igual que la de Erik.

—Habrá un miembro de cada equipo tratando de detener al resto —dedujo el guitarrista mirando a su equipo, sintiendo que una nueva chispa se encendía entre ellos, como en los viejos tiempos cuando salían juntos a sembrar el caos en las calles.

Marinette no pudo evitar sonreír de medio lado al verlos cómplices, por un momento pudo ver a los adolescentes que solían reunirse en las noches parisinas para salir a dar la vuelta, beber alguna cerveza en la calle, meterse en problemas con los policías.

Adrien llegó hasta la mesa de sus amigos, mirando a Marinette con curiosidad al percatarse de que todos los reptiles estaban encaramados en sus celulares, revisando algo con apremio, como si les fuera la vida en ello. Luka tomó un segundo para saludar a Adrien con un abrazo y murmurar en su oído —Estamos en la siguiente contienda.

—Felicidades.

El gesto de Luka se volvió sarcástico y ladino, un paso más cerca de la victoria cuando levantó una mano, sosteniendo la cartera de Adrien y exclamando:

—¿Me cuenta si ya logré el primer objetivo de la lista?

—¡Qué demonios! —Gritó Adrien al darse cuenta de lo que sostenía su amigo, arrebatándosela en un movimiento brusco y revisando su contenido antes de mirar a Luka. —¡Maldita sea, dame mi identificación!

—Sigue leyendo —canturreó Andree ladeando el rostro.

Y entonces la sonrisa de Luka se disolvió, convirtiéndose lentamente en una mueca de incredulidad que dejó paso a la rabia.

Marinette no entendió lo que ocurría cuando Luka levantaba la mirada en dirección al escenario, donde el rey de los reptiles sonreía con desprecio.

La diseñadora recibió en sus manos el teléfono de su esposo mientras Luka hacía un gesto con la cabeza, indicándole a Andree que lo vería afuera, la chica paseó los ojos por la lista del guitarrista, percatándose de que, en efecto, la cartera de Adrien formaba parte de sus robos. Y el último punto en la lista la dejó helada.

El título de invicto de Cobra...

Ahora tenían un problema.

Y Marinette salió corriendo a toda prisa tras Luka para tratar de evitar una catástrofe, corrió cuando se percató de que Andree se dirigía hacia la entrada, corrió cuando sintió la sangre abandonar su rostro, pero ambos se detuvieron en seco cuando el ruido dentro de Inframundo los hizo volver la vista.

—¡Así que quieres una lista de requerimientos! —La voz de Celine estaba distorsionada por el efecto de su casco. —¡Bien, pues hagamos la lista entonces!

Luka asomó por la entrada y sostuvo la cintura de Marinette para mantenerla a sus espaldas, la chica se colocó rápidamente la diadema y encendió el comunicador, suplicando porque sus compañeros se pusieran en contacto.

Tratar de buscar a Kagami para que tomara un turno sería inútil, lo ideal era tratar de tomar acción antes de que todo se fuera al carajo, antes de que las cosas se complicaran más de la cuenta, así que Marinette asintió para Luka y se alejó unos pasos, escuchando la estática previa a la conexión de sus amigos. Fue la voz de Adrien la que sacó a Marinette de sus cavilaciones.

¿Qué hay, Bugaboo?

—Necesito que le entregues el anillo a Luka —urgió Marinette buscando un lugar dónde transformarse y poder correr para auxiliar a los civiles.

No se va a poder, querida, él te entregó a ti el anillo hace tiempo.

—¡Chat! No estoy para tus bromas.

Lo siento, My lady, ya sabes que es mi forma de contribuir —dijo alegremente, sin embargo, su voz se tornó seria y el héroe añadió —, lo veo en la entrada del bar, Panthère llegará en seguida.

—Gracias.

Dentro del bar, la historia no fue tan distinta. En cuanto Oliver vio el cambio en Celine, se puso de pie sobre la mesa en un salto y gritó —¡Todos los contendientes fuera! Va a por ustedes.

Algunas personas entendieron la indicación, otras cuantas más se quedaron pasmadas en su lugar, y luego se desató el caos.

La akumatizada ahora portaba un vestido loli con franjas negras y blancas en circular, pretendiendo ser una espiral de hipnosis, botas altas, casco de motociclista, y en las manos llevaba una especie de batuta que seguramente contendría el akuma.

—¡Saca a Colette de aquí! —Gritó Erik tirando de la camiseta de Oliver y corriendo hacia Celine con intensión de embestirla. —Les compraré unos segundos contra Celine.

—Celine se fue —exclamó la villana extendiendo la batuta hacia Erik y disparando una espiral blanca y negra. —Ahora, Simone dice: eres un mono.

El muchacho se encogió en su sitio y comenzó a hacer ruidos guturales con la boca, frunciendo los labios y balanceándose de un lado al otro.

—No con mi equipo —espetó Colette haciendo amago de lanzarse hacia el frente, gesto que Oliver aprovechó cuando la chica saltó para tomarla de la cintura, cargarla cual costal, y salir corriendo pr la puerta trasera, ganándose gritos, reclamos y golpes por parte de la chica. —¿Qué crees que haces? Erik es parte de mi equipo, Celine es una reptil, no los voy a dejar a su suerte.

—No los vamos a dejar a su suerte, pero primero necesitamos organizarnos.

—¿Organizarnos? ¿Qué te parece esto? Yo golpeo, tú preguntas qué pasó.

—Colette, piensa frío un momento, por piedad.

Dieron con el callejón vacío y Oliver depositó a la chica con cuidado en el suelo, y aunque ella hizo ademán de volver a entrar, las manos fuertes del muchacho la sostuvieron por la cintura antes de obligarla a retroceder.

—¿Qué pretendes, Oliver?

—Si quieres ayudarlos, replantea tu estrategia.

—¿Replantear? ¡No hay tiempo! —Gritó interrumpiéndose a sí misma —Aunque estuviéramos en una contienda, es en parte mi culpa que esa zorra esté akumatizada, no puedo darme el lujo de sentarme a ver qué pasa.

—No te estoy pidiendo eso —reprochó el muchacho jalando la solapa de su chaqueta y permitiendo que Sass saliera del interior y le dedicara una sonrisa a Colette. —No es la primera vez que hacemos esto.

—No voy a volver a portar ese miraculous...

—No, pero tienes el propio —recordó Oliver con una sonrisa de medio lado, consiguiendo que a Colette se le iluminara la sonrisa.

La chica sacó la peineta del bolsillo y se la puso en la parte posterior de la cabeza, por encima de las flores, Pollen apareció zumbando alegremente hasta que se percató de la expresión seria de ambos portadores.

—¿Momento de zumbar? —Murmuró la abeja, emocionada.

—Momento de zumbar —corroboró Colette con una sonrisa feroz. —¡Pollen, transforme-moi!

.

(Sing to me – Delain feat Marco Hietala)

Ladybug recibió de lleno el golpe de una silla en el escudo de su yo-yo, Panthère aterrizó a su lado y la tomó por la cintura para saltar por la ventana y despejar el inframundo. Su prioridad era poner a salvo a todos los civiles y llevar a la villana a un área abierta, alguna avenida o incluso una plaza, algún sitio en el que pudieran pelear contra ella sin ponerla en peligro.

—¡Simone dice, traigan a los héroes! —Gritó la villana hechizando a los pocos reptiles que quedaban dentro del bar, gente que salió corriendo a toda prisa, en persecución de los héroes.

Ladybug agradeció con una mirada a su pantera cuando él saltó hasta el siguiente tejado, cargando con ambos y ella usó su yo-yo para balancearse por los tejados, aferrándose el uno al otro y combinando los impulsos del bastón de Panthère con los hilos de la catarina.

—Necesitamos apoyo extra —murmuró el felino cuando por fin aterrizaron en la azotea de un edificio, al borde de la plaza más cercana.

—Pero no necesitamos más héroes, primero tenemos que despejar la zona —murmuró la heroína mirando la plaza con ojo crítico.

No había tanta gente, las nubes de tormenta amenazaban con quebrantarse en cualquier momento y cubrir la noche parisina, eso ayudaría a que la gente se metiera en los bares y cafés aledaños, y entonces podrían enfrentarla abiertamente.

—Necesitamos a Queen B —murmuró Ladybug pensativa, ganándose una mirada de dudas por parte de su felino.

—Todo el mundo sabe quién es Chloe.

—Lo sé, por eso la necesitamos a ella, así Simone no prestará atención. Ella quiere al equipo de Luka Couffaine, una niña rica no debería representar un problema, pero con el entrenamiento que ha recibido, podrá paralizar a todos los secuaces que están bajo la hipnosis del akuma.

—Esa es mi chica —murmuró Panthère antes de apresar la cintura de Ladybug y besarla apasionadamente, haciéndola gemir por lo bajo.

¿Quieren enfocarse? —Escucharon en los comunicadores a Adrien. —Dios, a veces creo que es mala idea dejarlos pelear lado a lado.

—No era mala idea cuando tú y yo peleábamos lado a lado —bromeó la chica divertida, comenzando a correr hacia el hotel de Chloe y dejando a Panthère en el tejado, observando a la gente y analizando a algunos esclavos de Simone que ya habían llegado hasta la plaza, mirando en todas direcciones, preguntando por los héroes.

Yo no me frenaba a besarte en medio de una misión.

—No, terminabas usándote de escudo humano —se quejó la heroína antes de aterrizar en el balcón de su amiga y sonreír ante la mirada de autosuficiencia que Chloe le dedicó.

—Ya era hora.

—Tengan listos sus miraculous —murmuró la heroína cubriendo su rostro y dándole el costado a Chloe, para evitar que escuchara la indicación. —Podríamos necesitar refuerzos.

Entendido, my lady.

—Chloe...

—Lo sé —bromeó la rubia extendiendo una mano hacia Ladybug y terminando con la distancia a pasos rítmicos. —No puedes vivir sin mí. —Chloe se puso la peineta y se transformó en un movimiento rápido, sonriendo soberbia, petulante, pero luego su gesto se transformó en una sonrisa de confianza —Lo devolveré al terminar la misión.

—Gracias.

.

Panthère había terminado en medio de la plaza, recibiendo en los bastones los golpes que la villana atestaba contra él, llena de rabia. Su batuta se había transformado en una especie de bastón largo, cuya punta estaba reforzada por una bola de metal, haciéndolo pesado y letal.

—Ya estoy harto —espetó saltando de espaldas y cruzando las manos frente a su rostro, guardando los bastones en las pistoleras. —¡Claws out!

El recubrimiento metálico en sus manos hizo sonreír a la akumatizada, que se acercó a pasos lentos pero que convirtió su andar en una carrera antes de saltar y atestar otro golpe con todas sus fuerzas, Panthère recibió de lleno el ataque y se arrodilló frente a la villana para poder lanzarla lejos de sí mismo, echándose sobre su espalda en el último momento y aprovechando el vuelo para saltar de nuevo y ponerse en pie. La chica se recompuso en un instante y levantó el bastón hacia él, como apuntándolo. Esperó unos segundos y luego repitió el gesto antes de mirar su arma, confundida.

Cuando levantó la mirada se percató de que todos sus súbditos estaban petrificados a los costados de la plaza, Ladybug y Queen B sonreían socarronas, la primera con los brazos cruzados, la segunda lanzando arriba y abajo su trompo, como confesando su crimen.

Simone soltó un grito de rabia y luego sonrió de medio lado, lanzando un ataque con su batuta hacia las heroínas, y tal como lo esperaba, Panthère se metió en su campo de visión.

Un movimiento rápido, el felino podía tener reflejos veloces, pero jamás se compararían a los que adquiría cuando se convertía en Cobra o en Viperion, así que, debajo de la máscara, Luka se maldijo por caer en una trampa tan pobre como aquella.

—Simone dice, traeme los miraculous.

Panthère se agachó en una rodilla y bajó el rostro —Como usted ordene.

—Si Andree tiene su propia lista de requerimientos, yo también haré la mía —dijo la villana con una sonrisa, viendo cómo el felino se lanzaba a atacar a sus compañeras con fiereza y velocidad.

—¡Necesitamos apoyo! —Gritó Ladybug en los comunicadores repeliendo los ataques de su compañero, pero cada vez era más difícil mantenerlo lejos, habían entrenado juntos, pero nunca había peleado contra Panthère, así que cuando el muchacho llamó su cataclism y tocó el comunicador de la heroína, ella sólo pudo petrificarse en su sitio mientras Queen B trataba de ayudarla, atacando con el trompo, dando picotazos a Panthère para alejarlo de ellas.

Ambas manos del portador bullían con volutas negras de energía negativa, no dudó antes de lanzarse a atacarlas con fiereza, obligándolas a retroceder para ponerse a salvo.

—Ahora sí —murmuró la villana apuntando en dirección a Ladybug con su batuta, preparada para disparar su ataque. —Simone dice, dame tu miraculous...

Disparó.

El destello negro y blanco salió disparado, pero salió desviado puesto que las botas de tacón alto golpearon el brazo de la villana cuando la nueva portadora aterrizó, salvando a las heroínas.

La portadora aprovechó el vuelo para saltar de espaldas, apoyándose en las manos antes de aterrizar de nuevo, con la gracia de una gimnasta artística, pero su porte se tornó feroz cuando la chica adoptó una postura de batalla y encaró a su enemiga.

—¿Ahora qué? —Gritó Simone furiosa antes de analizar a su adversaria.

Botas negras altas por encima de las rodillas, brillantes como si fueran de charol, tacón alto (¿Cómo demonios hacían las heroínas para pelear con tacón alto?), leotardo de manga larga y cuello de ojal, dejando los ojos al descubierto, líneas negras y amarillas. Llevaba encima un chaleco ceñido en la cintura, con cola amplia que caía en forma de diamante, antifaz negro, dos coletas altas rayadas a negro y amarillo. Y en sus manos llevaba un trompo más estilizado que el de Queen B, alargado y afilado hasta rayar lo letal.

—Tú no eres la reina abeja —acusó la villana, pasmada.

—No —dijo divertida la nueva portadora —, yo soy la diosa de las avispas, y tus segundos de maldad se irán zzzumbando.