N.A: Hola! me vengo a dar una vuelta por aquí. ¡Estoy viva! Pero estoy tratando de hacer un trabajo original y se me acabaron la ideas/ganas de seguirlo. En un acto desesperado por mover a las musas puse una serie que terminé de ver en netflix y me puse a escribir drabbles. Que poco a poco y conforme pasaban los capítulos terminaron siendo más largos. ¡Estoy en marcha otra vez!
Para tener en cuenta: Se relata la primera temporada de la serie Grimm, pero no están todos los capítulos; Es preSlash/yaoi/chico-chico. Insinuación de Harry/San Renard Harry/Nick Burkhart. Por confirmar una continuación.
Inspirado en: Not as Grimm as it Seems por Whispering Darkness.
A partir de una traición
.
Se siente golpeado y adolorido. ¿Donde estaba? Hace apenas nada que se encontraba en lo más profundo del Ministerio de Magia, escapando de los aurores. Vagamente recordaba a un inefable hablar sobre ser un experimento y viajes dimensionales. Y ahora estaba solo en medio de un bosque por la noche, con una capa roja de auror en la mano.
Debido al frío decidió ponerse la capa con capucha antes de rebuscar por su baúl expansible. Desde hace mucho tiempo aprendió a llevar todas sus cosas con él. Hermione comentó que parecía un caracol o un cangrejo ermitaño por cargar el equivalente a una casa en su baúl. Ron agregó que estaba cada vez peor que Moody con su 'alerta permanente'. El pelinegro solo respondió con un encogimiento de hombros. Su supuesta paranoia le había servido en más de una ocasión. Como ese mismo momento.
Rebuscó dentro del baúl por un amuleto de glamour para reemplazar el hechizo que se había roto en el peor momento posible: en medio de un evento en el Ministerio de Magia. El intenso zumbido molesto de los asistentes gritando y acusando aun resonaba en sus oídos. Gente intolerante son los magos y brujas. Quizás Voldemort tenía razón en querer hacer cambios.
Una vez ocultos sus rasgos más destacables y con menos nerviosismo, Harry pensó en su siguiente movimiento. Estaba solo y sin idea de donde estaba. Lo primero era buscar alguna ciudad o pueblo para ubicarse. Usó su varita para que apuntó el camino. Satisfecho la guardó entre sus ropas antes de agacharse para tomar el baúl.
Nunca se dio cuenta del extraño en su espalda, ni tuvo tiempo de levantar una barrera para protegerse del golpe en la nuca antes de desvanecerse.
#
El hombre de apariencia común estaba confundido a pesar de su satisfacción. El olor de un forastero había llegado hasta su sensitiva nariz, obligándolo a buscar el origen. Y cuando vio la capa de rojo brillante en medio del bosque no pudo contener su perversa depravación, cambió por completo y atacó con inusitado brío. La figura cayó inconsciente en el piso del bosque sin otro ruido más que el de la hojarasca.
El blutbad destapó el rostro cubierto para ver un joven de cabellos negros hasta los hombros, tez pálida y rasgos aristocráticos. De cuerpo pequeño y delgado, llamaba la atención la estrecha cintura y caderas más anchas, algo poco común para un hombre joven.
Con algo de dudas se acercó para olerlo y confirmar su sexo masculino. Era hermoso. No andrógino pero tampoco bruscamente viril. Usualmente el blutbad prefería mujeres, sean niñas o adultas. Pero con este joven bien podría hacer una excepción. Lo cargó sobre los hombros dejando el extraño equipaje como algo sin importancia.
Una vez adentro de su cabaña cogió una cuerda de nylon antes de despejar el paso al subterráneo, donde la pequeña niña que atrapó hace un par de días temblaba en medio de la cama.
"Hola preciosa. ¡Te traje compañía!". Colocó en el suelo el joven aun vestido de rojo. Tomó sus manos y pies para amarrarlos. "Espero que no te moleste que no pueda hablar". Sonrió tranquilo a la asustada niña mientras rasgaba una tira larga de la capa para crear una mordaza.
Eso debería tener al joven tranquilo
#
Monroe hace tiempo que no se sentía tan fuera de lugar: estaba en medio del bosque, con un grimm en entrenamiento, acechando a un blutbad que secuestra niñas y con un fetiche por la ropa de color rojo. ¿cuando entró en la dimensión desconocida que no se enteró? Quizás no le llegó el memo informativo.
El detective recientemente ascendido a grimm, Nick Burkhardt, estaba nervioso y confundido. Supuso que por todo eso de los wesen lo tenía en el borde; no que lo culpara.
De vuelta en su misión de rastreo, pudo apreciar que el objetivo había salido de la casa.
"Estamos solos, pero no sé por cuanto tiempo estará fuera, quizás podamos acercarnos un poco más y enmascarar nuestro olor con esas hierbas". Dijo apuntando unas hojas que crecían bajo un árbol.
"Tú eres el experto". Dijo el grimm.
Monroe solo le dio una mala cara antes de guiarlos con cuidado en medio de la foresta. Juntos se quedaron observando. Nick no se quedaba quieto.
"¿Por qué no vas dentro y me dejas de molestar?"
"No tengo una orden ni causa probable". Niega Nick. "Y ya grité lobo. No me van a tomar en serio"
"¡No me digas! Pero no recordaste ese detalle cuando fuiste a husmear a mi casa"
"Ya te pedí disculpas"
Monroe iba a quejarse, sin hacer un mohín se dijo a si mismo, cuando sintió la presencia del dueño de la cabaña. Movió su brazo para detener una réplica de Burkhardt y esperaron.
El sospechoso se acercó con lo que parecía un cuerpo sobre sus hombros.
"Es él". Nick se levantó para retirarse. "Tenemos que irnos, voy a pedir apoyo"
"Claro, amigo".
Ambos regresaron con cuidado hasta donde aparcaron los autos.
#
Nick no tuvo que esperar mucho para que su compañero, el detective Griffin, llegara.
Tras una rápida charla, pidiendo confianza por la necesidad de 'tapar su olor' con una hierba y caminar por en medio del arroyo, ambos llegaron hasta la cabaña.
Entraron en la casa presentando la placa y se dedicaron a buscar por cualquier cosa extraña sin encontrar nada. Con la excepción de la melodía tarareada. Hank Griffin no necesitó más pruebas. Ambos policías se metieron en una gruñía con el sospechoso y Nick le vio hacer woge antes de que dejara a Hank inconsciente de un puñetazo e intentar atacar a Nick. Pero vio algo en Nick. Algo que lo asustó.
El Blutbad rugió con fuerza, congelando a Nick. Situación que aprovechó el asesino para salir corriendo, destrozando muebles e incluso la puerta en su huida.
Nick reaccionó tarde al momento de seguirlo, viendo acrecentarse la distancia que los separaba. "No lo lograré". Saca su arma de servicio. "¡Detente Blutbad o disparo!". Al no ver que se detuviera, disparó de advertencia. Pero el Wesen continuó. Soltó una maldición. Estaba muy lejos para darle.
"Avada Kedavra". Se escuchó a su espalda, seguido de un rayo de luz verde que dio en el blanco en medio de la espalda del medio lobo, que cayó de bruce sin moverse.
Nick se dio vuelta para ver quien había detenido al sospechoso.
A Pocos metro de la cabaña se encontraba un joven de cabellos como la tinta y ojos verdes. Por la mirada que portaba, no se encontraba en buen estado de salud. El buen corazón de Nick decidió cual era la pregunta más importante en ese momento. "¿Estás bien?" Pero el chico apenas le dio una mirada antes de desmayarse.
Al acercarse y constatar que el chico respiraba, Nick suspiró y sacó el teléfono para llamar al cuartel. Esta sería una noche larga y no estaba de humor para la explicaciones que vendrían.
#
Sean Renard, capitán de la policía de Portland, apenas se había preparado para dormir cuando lo llaman por el caso de la niña secuestrada.
Al llegar a la escena pudo ver a sus hombres hacerse cargo. Vio a Burkhardt y se acercó para entender lo que pasaba.
Rápidamente fue puesto al corriente. "¿Donde están las víctimas?". Le señalaron la ambulancia.
Al llegar pudo ver a la pequeña desaparecida. "Hola cariño, ¿estás bien?". Ella asintió. "Bien, tus padres están por llegar. Tendrás que esperar un poco más"
"Sí. Eso me dijo él. Que no pasaría nada malo"
"¿Quién?"
Ella apuntó a otra figura dentro de la ambulancia.
El paramédico lo vio antes de asentir y dejarlo con el joven sentado en la camilla. Sean apuntó a la niña y el hombre se la llevó para dejarlos solos.
El joven posó sus verdes ojos en Sean, interrogante.
"Hola. Mi nombre es Sean Renauld. Soy el jefe de policías de Portland. ¿Usted es?"
"Harry Potter". El fuerte acento inglés llamó la atención del policía. "Yo… me perdí en el bosque y ese hombre me atacó"
Y fue cuando lo sintió, el poder sutil del extraño. Contuvo a duras penas un respingo de sorpresa. ¿Quien era? No lo sintió en la ciudad cuando llegó ni fue alertado de su presencia. En su asombró hizo woge parcial y vio como desde la pupila del chico se expandía una niebla que oscurecía los iris verdes, dejando solo ojos negros como los de un tiburón.
"¿Grimm?". Esperó se increpado, atacado de forma violenta. No solo era wesen sino un zauberbiest. Uno de los wesen odiados por los Grimm, junto con las hexenbiest.
Pero el chico no se movió. Solo se quedó ahí, con una actitud preocupada. "¡Merlín! Necesitas un médico. ¡Esas heridas no deben ser buenas!". Se levantó rápidamente para perder pie al dejar la camilla.
Sean alcanzó a tomarlo para que no cayera al piso de forma dolorosa. "¿Está bien?"
"Es el golpe en la cabeza. Dicen que voy a estar mareado. Me llevarán a observación al hospital"
Sean lo estabiliza y vuelve a colocar en la camilla tras haberlo cargarlo en brazos. Pasado el susto inicial el hombre mayor mira severamente al joven. "Dime quien eres. Qué haces en Portland. Y cuales son tus intenciones, Grimm"
"Es la segunda vez que me llamas así. ¿Qué es un Grimm?". Se toca la cabeza. ¿Tendrá una jaqueca?. "¿Y donde queda Portland?"
Eso llevó a que Sean levantara una ceja. ¿Estaba jugando?. "Estamos en Portland, Oregon, Estado Unidos"
Harry se llevo una mano a los ojos, cansado. "No puede ser ¿Estados Unidos?". Al retirar la mano lo mira, sus ojos volvieron a ser verdes; pero brillaban casi de forma sobrenatural, ahora que Sean estaba cerca para verlos mejor. "¿Qué eres? Si no te importa la pregunta."
"¿No sabes que soy yo?"
"Eres alguien que necesita un doctor, esas heridas no pueden estar al aire libre". Apuntó a la mejilla de Sean, la que presenta los rasgos de su tipo de wesen, a pesar de no estar en woge.
Eso asustó a Sean. "¿Puedes verlo?". Harry asintió. "Eso es imposible, no lo estoy mostrando". El ojiverde solo suspiró.
"Supongo que eres un tipo de criatura sobrenatural". Sean trató de ocultar su sorpresa, pero al parecer Harry era más perceptivo de lo que creyó, para estar padeciendo lo que al parecer era una conmoción cerebral. "Supongo que no estoy en posición para mantener el secreto. Me siento mal". Trata de tomar la mano de Sean con fuerza, pero apena es capaz de apretar la mano. "Necesito asilo. Soy un mago, Harry Potter. Creo que me… expulsaron. Yo… me da vuelta todo". Sean se preocupó pero no llamó por ayuda. Necesitaba saber a qué se enfrentaba. Aun así, comenzó a atender a Harry: lo recostó en la camilla e intentó ponerlo cómodo. Cuando estaba por quitarle un collar que emitía poder, Harry se exaltó. "No deben quitarlo". Dijo antes de desmayarse.
Sean se lo quitó curioso y vi como aparecía sobre la piel blanca una serie de escamas negro-azulado por el contorne de los ojos y el cuello, así como rizos rojo brillante entre los oscuros cabellos. El conjunto le daba un aire etéreo. Era muy diferente a un wesen porque mantenía los rasgos humanos, que eran marcados por los aspectos sobrenaturales.
Era obvio que debía estar pendiente de este joven hasta que pudieran hablar. Sobre todo si dependía de un collar para mantener lo que podría ser considerado un woge
Tendría que mover muchos hilos para mantenerlo vigilado en el hospital.
#
Harry estaba despierto. Miró su entorno antes de buscar signos visibles de sus peculiares características. Todo oculto. Parece que el jefe de policía, Sean Renard, había hecho caso de su advertencia.
Una enfermera entró en la habitación para tomar sus signos virales. Pasó también el doctor e incluso llegó a probar la comida del hospital sin problemas.
Se recostó en sus cómodas almohadas para mirar el techo. Parece que de verdad estaba en otra dimensión. Nunca escuchó de gente o criaturas como las que había visto: su secuestrador y Renard. Supuso que por la forma en que actuó el hombre mayor, no eran los únicos que existían.
¿Qué podría hacer ahora? Estaba solo en un mundo que no conocía, con un posible aliado o enemigo potencial que sabía de si mismo. Tendría que ir con más cuidado de ahora en adelante.
Estaba en medio de esos pensamientos que escuchó ruidos en la habitación de al lado. ¿Una pelea? ¿Aquí? Alcanzó a salir de la habitación para ver una mujer rubia saliendo presurosa por el pasillo. Ella se dio la vuelta y por un segundo sus miradas se cruzaron. Como acto reflejo usó 'legislimens' rápido para enterarse de que se trataba. ¿Ese era Renard? ¿Por qué se enfadaría por su fracaso contra la grimm?¿Qué intentó hacer la mujer?.
El pitido de máquinas sonando y gritos histéricos le recordó que estaba espiando. Dejó semi cerrada la puerta para poder observar el revuelo. Esa mujer rubia sembró mas dudas en Harry.
¿En donde se había metido?
#
Sean quitó a los policías que protegían a Marie Kessler y de paso a Harry, contra su mejor juicio. Se calmó pensando que el joven se mantenía inconsciente y que el collar fue amarrado al tobillo izquierdo, para mantener su apariencia humana.
El medio zauberbiest estaba nervioso. Necesitaba respuestas. Pero también estaba preocupado por la grimm en coma. Ambos eran factores desconocidos y sin control. Tenía que implementar medidas de contención antes de que pusieran en peligro todo por lo que a luchado en esa ciudad.
Por suerte ya tenía planeado como encargarse de ella. Se retiró del hospital esperando buenas noticias.
#
No pasaron muchos días para volver a escuchar lo que era una inconfundible pela en la habitación de al lado de la de Harry. Él se levantó y corrió para ver. Una mujer mayor, la residente temporal de la habitación siendo su bata de hospital la delatora, estaba golpeando a un hombre que al parecer intentaba herirla.
La mujer en medio del forcejeo increpó. "¿Quien te envió?". Perdió fuerza en el agarre. El hombre levantó un cuchillo de aspecto peligroso.
Harry no pudo contener su enfado por tal acción cobarde. Le recordó el caso de asesinato en Saint Mungo con el lazo del diablo. Levantó una mano para empujar con su magia al agresor, que cayó inconsciente tras estrellarse en el muro con un fuerte golpe.
La mujer cayó cansada al piso sacando a Harry de su estado furioso. Corrió a donde estaba ella mientras pedía ayuda.
Otra cosa que notó fue su magia. Era más libre, no necesitaba canalizar como con una varita; pero también era más difícil de hacer de forma consecutiva. Como si necesitara más tiempo para poder recargar.
¿A que clase de mundo lo llevó el conejo blanco?
#
Requería información. No sabia nada de donde había caído y tenía que entender le panorama general con urgencia.
Esperó hasta que cayó la noche y las enfermeras de guardia estaban en rondas al otro lado del pabellón, para acercarse a la sala de Marie Kessler. Una vez dentro cerró con pestillo, hechizó los vidrios y silenció la habitación para mayor privacidad. Se puso sobre el cuerpo dormido pensando.
El hombre que atacó a la mujer mayor dijo grimm, mismo nombre con el que Renard lo llamó. Esta mujer puede darle la información que necesita para poder emparejar la cancha con su supuesto aliado.
"¿Quien eres?". La mujer, Marie, apenas abrió un ojo. Pero se podía notar la calma antes de la tormenta en la tensión de su cuerpo. Como una serpiente esperando a atacar.
Harry estaba gratamente sorprendido por ella. "¡Vaya! Realmente eres alguien duro. Escuché que tienes cáncer, fuiste atacada ¿Y aun eres capaz de sentirme? Estoy impresionado".
"Tomaré eso como un cumplido. Ahora, responde mi pregunta"
"Soy alguien que está perdido. No busco herirla, pero necesito información y usted puede dármela". Era obvio que ella desconfiaba. Trató de sonreír para calmarla. "No hay mucha formas para abordar esto, así que aquí vamos ¿Qué es un grimm? ¿El ataque estaba relacionado con eso? ¿Sabe quien la atacó?"
"¿Qué eres tú? ¿Para quien trabajas?"
Harry pudo ver como se acercaba al botón de alarma. Entonces, no le permitirían obtener lo que queria con suavidad y por el camino fácil.
Con un movimiento de mano paralizó a la mujer con un 'pertrificus', provocando que ella se aterrara al no poder moverse. "Lo siento señora Kessler, pero la necesidad puede sobre la cortesía". Se sentó al lado de ella en la cama y con delicadeza tomo sus demacradas mejillas. "Legislimen".
¡Era increíble! La mente de ella era extraña y fascinante. Pudo enterarse de: qué es un wesen, los tipos que habían, los que ella había visto y los que asesinó brutalmente, todo ordenado a la perfección; al mismo tiempo, la sentía luchar con fuerza y cuestionando la existencia de Harry. Porque claro, ella se estaba preguntando qué tipo de wesen era el mismo Harry, compartiendo esos pensamientos junto con el temor de sentirlo en su mente. El respeto por ella aumentó por la tenacidad de ella al olvidar el miedo por la necesidad de encontrar la respuesta al cotejar sus habilidades con cada wesen que conocía.
En le momento que vio a Nick y a una pareja, uno de ellos su hermana, un periódico con la imagen de un accidente de automóvil, se detuvo. No quería ser más invasivo así que se retiró.
La mujer estaba jadeando y lloraba.
"Lo siento". Otra cosa que pudo saber fue que ella estaba desahuciada, su enfermedad la estaba acabando como ninguna pelea con aterradoras criaturas lo había hecho. Sabía que no debía, pero su conciencia no le permitiría dejar a la mujer así cómo estaba; sobre todo, después de sacarle a la fuerza la información sobre su mundo. "Espero que no crea que esto es aun más espeluznante, que asesinar a sangre fría a un grupo de Blutbaden". Trató de bromear mientras abría la boca a, la aun paralizada mujer antes de acercar sus ojos verdes. "Odio hacer esto, me hace sentir utilizado". Unas lágrimas se acumularon en sus pestañas, hasta caer directo en la boca.
Tras unas cuantas gotas Harry se levanto y secó con el dorso de la mano, ignorando las convulsiones de Marie Kessler. Los pitidos de las máquinas comenzaron a asonar descontroladas en una terrible cacofonía de agonía. "Esa es mi señal". Alcanzó a destrabar el cerrojo y aparecer en su habitación, cuando escuchó a las enfermeras gritando órdenes.
Se acostó pensando en los wesen. Este mundo era fascinante. A Luna y Hermione les habría encantado.
#
Sean fue informado del alta de Marie Kessler por el mismo Nick Burkhardt. ¿En donde se había equivocado? Adalind y el sicario fracasaron estrepitosamente.
Ahora la mujer mayor estaba sana e incluso curada del cáncer por lo que comentaba Burkhardt como un milagro. ¿Qué estaba pasando?
Esto le olía a algo que el joven Potter había hecho. ¿Pero qué? Con eso en mente se acercó a la habitación. Harry Potter estaba sentado y comiendo.
"Es un gusto verle despierto, señor Potter"
"Es un pacer volverlo a ver, jefe de policías ¿o es capitán?"
"Por favor. Llámeme Renard". El ojiverde asiente e incluso muestra una silla como un anfitrión hospitalario. "Estoy aquí porque tengo preguntas"
"Que coincidencia, señor Renard. Yo también". Se limpió con la servilleta y retiró la bandeja. "Quiero comenzar por agradecerle su asistencia cuando me desmayé, tras mi secuestro". Levantó su mano antes de ser interrumpido. "Dejando de lado tal situación. Quiero saber qué quiere un zauberbiest, jefe de policías, enviando a una hexenbiest y asesinos tras una mujer mayor enferma". Eso frenó a Sean en seco. ¿Cuánto sabía Potter?. "No me mire así. Tengo mis caminos para recolectar información. Quiero saber cuales son sus planes". Los ojos verdes brillaron peligrosos. "Le diré que no quiero ser parte de sus juegos".
Sean retomó su compostura. Se inclinó sobre su asiento, amenazante. "Usted es él que no sabe en qué se está metiendo. Viene a mi ciudad, se mete con los wesen, se mezcla con los grimm ¿Y exige respuestas? Usted es el que no pertenece aquí. Él que debe responderme o irse". Pudo ver como sus palabras herían al pelinegro. "Pero puedo llegar a ser generoso. Puedo darte permiso para que te quedes. Si te haces leal a mi"
En cuanto lo dijo, Sean se dio cuenta que no debió decirlo. La figura delgada y poco intimidarte se cubrió con un poder pesado, agresivo. Sean pudo diferenciar la probadita que tuvo de esa magia en la ambulancia y la que estaba en frente ahora. Era como comparar una mota de nieve y una tormenta en la montaña.
Estaba asustado. Era demasiado poderoso para enfrentarlo. Y entonces lo sintió en su cabeza. Era evidente que Potter estaba tratando de buscar algo en su cabeza a través de una especie de hipnosis o control mental, no estaba seguro. Costó resistirse y solo su fuerte voluntad, de años de luchar por su vida, logró sacarlo.
Ambos estaban jadeando en medio de la sala de hospital. Sean presentaba más sudor en su rostro y ropa que Potter. Incluso, pudo sentir su woge completo, expectante por otro ataque.
Ambos se miraron, esperando algo que no ocurrió. El ambiente era pesado en ansiedad, pero no violencia. Los dos a la defensiva.
"¿Qué viste?"
"Nada claro. Gritos de una mujer y el llanto de un niño en un lugar oscuro. Podrían haber estado hablando en ruso".
Sean cerró los ojos y tragó el nudo en la garganta. Admitió para sí que estaba acorralado. No sabía cómo volver a obtener la ventaja. Miró de reojo al forastero. La poderosa magia había vuelto a ser guardada por el marco delgado.
Pero la postura había cambiado e incluso Sean creyó ver arrepentimiento en esos ojos brillantes.
Si le preguntaran después por qué decidió ser totalmente sincero a continuación, Sean no podría responder. Quizás fue ese atisbo de compasión mezclado con respeto que vio en el ojiverde.
"Mi historia viene con mi linaje. Mi madre, una hexenbiest logró llamar la atención del Rey de los wesen. De su unión ilegítima nací yo. Por lo que me tildaron como Príncipe bastardo. Soy un medio zauberbiest. Lo que se traduce en menos poder mágico; incluso, soy incapaz de realizar un saubertrunk o poción. Esto me hace menos a los ojos de los de mi tipo. En cuanto a la sangre real, al ser un bastardo, no tengo poder ni influencia. Soy un problema para ellos. Mi vida fue puesta en juego desde muy temprana edad, siendo mi madre el único protector que tuve". Si bien la historia no era un secreto en los círculos wesen, no era lago que doliera menos admitir y Sean trataba de no mostrar el conflicto de emociones que tenía.
Y no obstante, parecía que el joven Potter podía entender. Sus propias manos eran un reflejos de lo que sentia, al apretarlas según lo que Sean relataba.
"Yo… quiero venganza por los intentos de asesinato y por la mala vida que tuve. Lo admito. Pero también sé que no es cosa de ir de frete, por lo peligrosa que es la familia real. Sé que no tengo el poder ni la influencia para ese. Y mientras tanto, quiero forjarme un lugar al que pertenecer. Que ellos no puedan quitarme. Un territorio". Sean pensaba en cómo hacer ver sus intenciones sin que parecieran argucias o con intenciones maliciosas, pero también pensó que el 'mago' podría darse cuenta si estaba intentando torcer la verdad. Por lo que decidió seguir con la misma línea. "Soy conocido en algunos grupos de wesen. Ellos saben que hay realeza en Portland pero no todos saben quien es. Es mi intención lograr unificar los clanes y obtener el poder para mantenerlos seguros. Debido a las tensas relaciones, no siempre ha sido un juego limpio. Y debo confesar que tengo tratos por demás sórdidos con gente depravada, e incluso mis propias manos están manchadas". Tomó un respiro antes de continuar. "Mis intenciones no eran del todo malas cuando te pedí lealtad. Temo que con un poder como el tuyo, no solo desequilibres el status quo de la ciudad generando pánico entre los wesen, o que me derroques de manera sangrienta". Eso le valió una ceja arqueada de parte de Potter, que respondió con una sonrisa irónica antes de continuar. "También temo que los reales te descubran y caigas en sus manos".
El joven Potter se lamió los labio. "Cuéntame sobre el grimm"
Sean resopló y cambió de postura para relajar los hombros tensos. "Ellos son… una raza peligrosa. Son parte del mundo wesen porque saben de nuestra existencia, pero al mismo tiempo son nuestros enemigos, porque tienden a cazarnos. Sobre todo aquellos que llaman su atención con actos sangrientos". Esperó hasta que su oyente asintiera, confirmando su entendimiento. "Al parecer, la familia Kessler es un linaje de grimm, por lo que logré averiguar. Su último descendiente, Nick Burkhardt, recientemente está dando señales de ser un grimm. Y no, no sé cómo es eso. Su clase tiende a guardar sus secretos celosamente. Ellos, históricamente, han sido controlados en parte por la realeza". Sean estaba comenzando a darse cuenta de lo expresivo que era la mirada del joven 'mago'. De hecho, en ese momento, apostaría 20 dólares a que Potter estaba molesto e incómodo. "Algunos grimm fueron tomados bajo el ala de la familia real, como segadores de wesen que rompían las leyes. Esto permitió que otros wesen aceptaran el dominio real, al mismo tiempo que limitaba la carnicería que realizaban los grimm".
"Entonce. ¿Quieres matarlos?"
"No. En realidad quiero a Burkhardt de mi lado. Tener un grimm me pondría en mejor posición que a la familia real, que actualmente no tiene ninguno. Pero su tía es otra cosa. Es una grimm asesina. No creo que esté dispuesta a hacer una alianza, por más tenue que sea"
Potter movió sus manos pensativo. "¿Qué quieres de mi?"
Esa, era la quid de la cuestión. "Eres poderoso. No sabía cuanto. Creí que podría controlarte. Es evidente que me equivoqué. No sé el alcance de tus poderes ni cómo puedes usarlos". Sean fijó su mirada en la contraria. "Te tengo miedo". Como respuesta, pudo ver el dolor y la aceptación en Potter, como si eso fuera algo que siempre le decían. Sean apretó las manos molesto. "Pero también temo una rebelión wesen. Temo por mi vida si la familia real se propone eliminarme. Temo la muerte de los que me importan solo para hacerme daño. Temo perder todo por lo que he trabajado". Vuelve a encorvarse, como tratando de llegar más cerca. "Creo que puedes ayudarme a mantenerlo. Según lo que dijiste cuando nos conocimos, fuiste desterrado. No puedes volver con los tuyo. Yo puedo darte un lugar donde vivir, ayudarte a rehacer tu vida aquí, en Portland. Solo te pido que estés de mi lado".
El ojiverde sonrió sardónico. "Quieres que esté a tu lado con el mundo en contra".
Sean se relajó. "Se puede decir así". Se recostó en la silla con una sonrisa divertida.
"Estuve inconsciente mucho tiempo ¿mi secreto...?"
"Protegido. Mandé alguno de los míos para que se aseguraran de mantener tu collar en todo momento"
"¿No piensas chantajearme con eso?
"¿Cómo podría? Eso sería lo mismo que descubrirnos a todo"
"Mi magia puede ser volátil. Puedo hacerte daño"
"Soy un medio zauberbiest. Soy resistente a la magia violenta".
Esta vez Potter sonrió divertido. "No tengo papeles, estoy indocumentado"
"Dejame hacer unas llamadas. Sólo debes confirmar tu nombre y fecha de nacimiento"
"Realmente arreglarías cualquier problema con tal de que acepte". Negó con la cabeza, incrédulo. "Tengo mis propias condiciones, si acepto". Sean asintió. "Primero, no me gusta pelear, y entiendo que si quieres un grimm, necesitas buenos peleadores. Yo… luché mucho antes, con los míos, y estoy cansado de la sangre. Segundo, me gusta mi independencia; no voy a preguntarte qué puedo hacer o a donde puedo ir; soy libre. Tercero, no me gusta depender de nadie; quiero poder trabajar, tener mis cosas. A cambio, puedo ayudarte a proteger tu casa o a una persona, con mi magia. Puedo ayudarte a hacer protecciones en parte de la ciudad o la estación de policías. Con… los míos, me especialicé en alzar y derribar todo tipo de barreras".
"Estoy de acuerdo con los términos, pero quiero dar mis propias observaciones. No pretendo quitarte tu libertad, pero preferiría que te quedares cerca para que te acostumbres a la ciudad y aprendas un nuevo oficio para trabajar. También debemos ver cómo ocultar tus ojos". Al ver el desconcierto, aclaró. "Cuando ves un wesen hacer woge, se oscurecen, revelando que puedes verlos. Eso te confundirá con un grimm y querrán atacarte".
"Yo puedo verlos incluso sin hacer woge. De hecho, puedo verte; aunque es borroso, poco definido"
"Creo que si vas por la calle, llamaras la atención si te quedas viendo a los wesen en mitad de la acera. Te propongo que te quedes en mi edificio por un tiempo. Puedo costear otro departamento por uno par de meses, hasta que puedas ver qué hacer por ti mismo". Al verlo asentir conforme, Sean se levanta y ofrece su mano. "Entonces, ¿tenemos una alianza, señor Potter?"
El hombre joven sostiene la mano ofrecida. "Por favor, llámeme Harry, Señor Renald"
"Entonces, dime Sean"
"Sean, necesito pedir un favor"
"¿Tan pronto? Creí que antes podríamos tomar un trago". A pesar de la broma, la sospecha se escondía bajo la sonrisa irónica.
Harry respondió con un encogimiento de hombros. "No lo pediría si no fuera importante". Miró sombrío al jefe de policías. "Tengo que recuperar mi baúl que dejé en el bosque". Cambió su expresión por una sonrisa picara. "No puedo dejar mis cosas tiradas para que cualquieras las vea. Faltaría a la decencia".
Sean estaba pasmado por la broma hecha, por el que hace poco no era más que un adversario peligroso. No obstante, su lado competitivo no permitió que se quedara atrás. "No podemos hacer eso. ¿Qué diría la opinión pública?". Los expresivos ojos verdes brillaron entretenidos.
Nunca fue un adepto por el destino. Siempre hizo su propio camino, decidiendo por si mismo. Pero frente a Harry Potter, tal vez, era el momento de comenzar a creer.
#
Harry salió del hospital un par de días después para trasladarse al departamento de Sean. Tras su acuerdo de alianza, Sean dijo que buscó otro departamento para arrendar en el mismo edificio; pero que curiosamente, no había ninguno disponible. Lo que los trajo a la situación de compartir espacio.
Harry no se tragó la excusa, pero no fue algo demasiado molesto. Y a decir verdad, no estaba seguro de estar completamente solo. Por la noche se despertaba buscando posibles agresores, traidores, tranquilizándose al escuchar la suave respiración del medio zauberbiest.
No era que no desconfiara de él, pero podía confiar en sus ambiciones. Sean no lo traicionaría por el temor de quedar en el lado malo de Harry. Convertirlo en su enemigo.
Miró el techo pensando en su compañero de piso. Sean era un caballero. Nunca molestaba el espacio personal ni imponía quehaceres. Incluso había intentado convencer a Harry de que no necesitaba que hiciera la limpieza, por tener a alguien para eso. El ojiverde evitó toda réplica al decir que podía ayudar si iba a estar de alojado. Una de las cosas que más discutió fue la autoridad en la cocina; ganando su posición al servir una comida de tres platos; que no tenía nada que envidiarle al mejor restaurante de la ciudad. Sean mostró maravillado y elogió la cocina de Harry. El ojiverde se sonrojó e intentó quitarlo valor, pero el calor en el corazón se mantuvo hasta la hora de dormir.
Con esos pensamientos más optimistas, se levantó de la cama para hacer le desayuno.
#
Eso era uno de los cambios que su estilo de vida había sufrido el último tiempo: el olor del café recién hecho cuando se despierta por la mañana, acompañado por el de tostada, huevo, jamón y salchichas. O las cenas deliciosas que le daban razones para llegara casa después del trabajo.
Con un brinco apenas disimulado Sean se acercó a la cocina. "Buen día, Harry"
"Buen día, Sean". Harry se dio la vuelta con un sartén con huevos revueltos, un delantal de cocina azul claro y sus rasgos acentuado por escamas. Sean sonrió viendo el reflejo de su woge parcial en la tetera de metal.
Eso era otro cambio. Con Harry no era necesario mantener su apariencia humana. A él no le molestaba, por el contrario, parecía molesto cuando no lo hacía y se contentaba con un cambio parcial. Y como retribución, Sean le pidió que la menos entre ellos, Harry se mostrara también como era.
Y era algo injusto, pensó Sean. Harry se veía absolutamente precioso. Los rayos del sol sacaban nuevos colores de sus escamas y lo que supo después, plumas rojas en el cabello. Casi no podía sacarle la vsita de encima tratando de ver todos los colores. Era fascinante.
"Espero que no tengas problemas en el trabajo".
"No, gracias a ti". Sean bebió de su taza de café. "Los amuletos de protección que me diste lograron evitar la muerte de las Hexen que me apoyan. El veneno que debió ser letal, fue detenido a tiempo, permitiendo que llegaran al hospital y fueran atendidas. Al final, Burkhardt logró encontrar a los mielíferos responsables y ahora están en la cárcel".
Harry colocó los alimentos faltantes en la mesa. Se sentó frente a Sean en la mesa de la cocina. "El grimm se adapta rápido".
"Sí. Sobre todo porque está siendo educado por su tía"
"¿Esto te preocupa?"
"Me pone ansioso. Ella es más tradicional que Burkhardt y temo que pueda influenciarlo, en un mal sentido"
Harry unta de mantequilla su tostada. "Es bueno que ella pudiese salir adelante a pesar de todo lo que vivió"
Sean le da una mirada sardónica. "Es un milagro su recuperación. Lástima que no recuerde mucho su estadía en el hospital. Ni siquiera pudo reconocer a sus atacantes"
Sean sabía que Harry hizo algo de magia para lograr la recuperación, y que Harry intuía sobre que él tenía esa impresión. En resumen, era el elefante en la habitación. O más que eso, un juego. Confirmado por la sonrisa ladeada del ojiverde que comía su tostada. "Sí, es una pena".
#
Harry pasó los siguientes días viendo en qué podría trabajar revisando los anuncio del periódico. Descontado estaban los trabajos de guardia y policía, porque no quería estar envuelto en peleas. Taxista y técnico de electrodomésticos también quedaron fuera, el primero porque no sabía conducir y el segundo porque las cosas electrónica seguían teniendo problema con su magia. Mejor estar en el lado seguro y evitar tal enfrentamiento.
Estaba a medio camino de terminar el periódico que un anunció le dio la idea. Tomo las llaves del departamento y un abrigo antes de salir disparado. Llegó al ascensor con una sonrisa casi maniática.
Esperaba que Sean no se enojara mucho por su idea.
#
Nick estaba abrumado por la cantidad de información que su tía estaba colocando en su cabeza. Eso incluía también la sesiones de entrenamiento.
Al menos tenía dos cosa por las que estar agradecido: la primera era que Juliett no cuestionara su 'tiempo de tía Marie' y la otra, que Monroe y Marie no se estaban matando. Eso fue realmente algo que no quisiera volver a repetir.
Ambos se lanzaron al cuello del otro como… lobos. Nick casi tuvo que noquear a su tía tras ponerse en medio para poder separarlos. Desde entonces prefería visitar a Monroe sin la temible presencia de la grimm veterana.
Y, a pesar de todo, agradecía que su tía haya sanado como lo hizo. Su experiencia le estaba ayudando mucho en sus nuevos tratos con los wesen.
Pero podía ver que ella no se quedaría mucho en Portland. Actuaba como si en cualquier momento partiría sin mirar atrás. Y eso lo entristecía más de lo que quería admitir.
#
Monroe estaba algo molesto por el pegajoso grimm, que buscaba constantemente su sapiencia en cuanto al mundo wesen. ¿por qué no se quedaba con su tía asesina? No era que no le agradara Nick, pero había derramado mucha sangre como para ignorarlo y su tía era una grimm peligrosa.
Al menos encontró algo que lo animaría. "¡Miren nada más! Una nueva pastelería". Al entrar se dio cuenta del ambiente agradable y el olor delicioso de las masas dulces.
"¡Bienvenido!"
Monroe vio al joven que esperaba atenderlo detrás del mostrador. Era bajo, de piel muy pálida enmarcada por cabellos negros; y sus ojos era tan verdes como gemas, que se habrían perdido si no usara gafas sin marcos.
"¡Eres precioso!"
"¿Disculpe?". El ojiverde miró desconcertado.
Monroe se sonrojó furiosamente. "¡Lo lamento! Suelo hablar de más. ¡Pero es cierto! Es decir, tienes uno rasgos muy definidos y delicados, como un cuadro victoriano o una escultura de Miguel Ángel. Y tu colorido, resaltas entre la multitud, seguro. ¿No has pensado en ser modelo? Digo, incluso uno de manos. Se ve que tienes una piel suave y sin marcas". Si bien en toda la perorata el joven lo miró aturdido, fue su ultimo comentario el que lo molestó por alguna razón. Porque escondió sus manos bajo el mostrado y su rostro se endureció. Monroe no quiso incomodarlo. "¡Lo siento! Soy un hablador. No puedo detenerme. Lamento si te molesté de algún modo. Yo… mejor me voy". Estaba por darse la vuelta e irse con la cola entre las patas, metafóricamente hablando.
"¡Espere!". Monroe se dio vuelta para mirar al joven, que se veía tan sorprendido por el llamado como el blutbaden. "Creo que… podríamos comenzar de nuevo..."
"Eh, bien. Yo…. ¡Buen día! ¿es nuevo el local? No lo había visto". Monroe trató de buscar algo para mantener la charla incomoda. "Eh, ¡mira estos pasteles! Son hermosos. Con su colores y delicados adornos de crema. Me recuerdan las molduras artesanales de mediados del siglo XIX. Aunque más parecen a los hechos en el siglo XVIII. Mi tío abuelo trabajaba como restaurador, y me dejó fotos sobre sus trabajos, aunque nunca fui muy bueno como para datar bien. Sin embrago…
La melodiosa risa del joven cortó el monólogo de Monroe, que dejó de prestar atención a los pasteles para ver al tendedero, que casi lloraba por tanto reír. Se demoró un par de minutos para detenerse por completo, aunque dejó el ambiente más distendido. "¡Perdón! Es solo que todo fue demasiado"
"El que lo lamenta soy yo". Admitió avergonzado.
"¿Tiene alguna preferencia o busca algo especial?"
"Si soy sincero, solo tenía curiosidad". Monroe se rascó apenado. Soy vegetariano, no creo que tenga algo para ofrecerme, en realidad"
El joven alegremente se acercó hasta un mostrador para apuntar con una espátula. "Todos estos son vegetarianos y libres de gluten"
"¿De verdad? ¡Que maravilla!"
Pasado la terrible presentación, ambos se divirtieron comentando los diferentes pasteles. Monroe salió de la tienda con un gran paquete lleno de delicias dulces y un nuevo amigo: Harry Potter.
#
"Harry, debes tener más cuidado cuando salgas"
"Sean, no comiences con ello. Puedo cuidarme solo"
"Casi te atropella una motorista descuidada. No me diga que no me preocupe".
Ese día fue uno extraño para Sean. Comienza con el informe de una explosión accidental, continua con la posibilidad de que un agente esté implicado en un par de asesinatos y Harry casi es atropellado al cruzar la calle por una mujer vestida de cuero, conduciendo una motocicleta, que termina siendo una de los sospechosos. Se le permite estar molesto, maldición.
Ahora estaba curando los rasguños en los brazos y cara de su renuente compañero de piso. Sin su amuleto puesto puede ver la diversas cicatrices que contrastan en la pálida piel. Pensó en el tipo de vida que el pequeño mago habría vivido.
"Puedo sanar por mi mismo"
"No me importa así fueras inmortal. Te lastimaste y te duele. Me preocupo". Ajustó la última venda, sin notar el leve rubor en las pálidas mejillas.
#
Harry estaba por cerrar la pastelería. Se acercó a la puerta para poner el cartel de 'cerrado' que vio caminando cabizbajo a Monroe.
"¡Monroe! Hola ¿Qué tal?". Los ojos enrojecidos por las lágrimas no derramadas le dijo todo. "Pasa, te invito un té".
El pobre hombre estaba devastado por alguna razón. Su habitual balbuceo estaba perdido y sus hombros caían como si soportaran un gran peso.
Harry sirvió con calma un kuchen de manzana para acompañar el té y se sentó en silencio; esperando, acompañando.
"¿Sabes? Es gracioso. A veces te pones a pensar, qué habría sido si hubieras tomado otro camino. Otra decisión. ¿Serías quien eres? La gente que amas ¿Estaría contigo? Viviendo y siendo felices".
Harry bebió de su taza antes de comentar. "Somos lo que escogemos. Son nuestras decisiones los que nos forman. No serías ni estarías aquí de ser lo contrario. Ni tus seres queridos serían ellos mismos de ser diferente". Harry movió el líquido tibio al jugar con su taza. "No podemos cambiar lo sucedido, ni ver hacia el futuro. Sólo podemos hace cosas en el presente. Jugamos con la cartas que podemos ver y esperamos que el juego nos sea favorecedor". Con cuidado tocó la mano más grande y velluda. "Mientras que los que amamos sigan en nuestro corazón, no importa donde estén, o a donde nosotros vayamos, siempre estarán con nosotros".
La mano de Monroe apretó la pequeña de Harry.
La velada terminó tras varias tazas de té y unos cuantos pastelillos, junto con historias de un cerdito que se enojó con el lobo por soplar demasiado.
#
Ese día Marie Kessler se fue de Portland.
Tras una breve despedida, una serie de palabras confusas y un beso, la mujer mayor se fue en su auto. Su único recuerdo, el remolque con todas las cosas grimm.
Nick se fue donde Monroe para poder hablar sobre eso. Juliett estaba fuera de cuestión. Al llegar encontró al blutbad saliendo de casa silbando.
"¡Ah! Nick"
"Hey, Monroe. A donde vas tan alegre"
"Voy a la casa de mi placer culpable. La pastelería Encanto. Te juro amigo, sus pasteles son adictivos. No te sugiero que los pruebes si quieres conservar tu figura, o la de tu novia". Al notar el aura deprimida del grimm preguntó. "¿Qué necesitas? ¿Todo bien?".
"Mi tía se fue"
"Eso… eso es… ¿bueno? Ella me ponía nervioso".
"Lo sé. Solo que ella me crió. Es toda la familia que tengo y… me duele que se vaya y me deje así"
"Siento eso por ti, amigo"
"Gracias"
Al llegar al local el mayor se anima. "Te invito algo, Nick. Ya sabes, para endulzar la vida"
Bastó con poner un pie dentro que Nick sintió erizarse el vello del cuerpo. Frente al mesón estaba el extraño, que lanzó la luz verde al blutbad y lo mató en el acto. Era peligroso.
"¡Hola Monroe! Llegas a tiempo, tengo queque de zanahoria y otros pasteles que te gusten."
"¡Harry! Traigo un amigo, está algo triste. ¿Que nos recomiendas?"
"¿Detective Burkhardt?"
"¿Se conocen?"
"Me salvó de un secuestrador". Apuntó a uno de los mostradores. "Les recomiendo el pastel de chocolate. O el de tres leches. Puede levantar el animo de un zombie. Estos son por parte de la casa"
"En ese caso, dame los dos para servir. Después compro algo para llevar"
Nick ayudó a cargar el pedido sin dejar de mirar al joven.
"¿Pasa algo Nick?"
"No lo sé. ¿Hay algún wesen que pueda usar magia?"
"Amigo, eso es muy específico. Las hexenbiest son conocidas por ello. Malos bichos. Son muy vengativas y peligrosas. Otros son los zauberbiest. Son como su contraparte masculina. Tiene mucho poder. Por suerte son menos y siempre están escondidos dentro del aquelarre".
"¿Cómo se ven?"
"Como zombies recién salidos de la tumba ¿Por qué? ¿Viste uno?"
"No aun. Pero creo que Harry Potter puede ser uno. Mató con una luz al secuestrador que confundí contigo, el día que nos conocimos"
"¿Estás seguro?"
"Sí. Yo mismo le tomé el pulso". Miró el pastel en el plato. "No confío en él"
"Es un buen chico". Monroe tomó el tenedor con un trozo de pastel de chocolate, peor no lo comió. Intentó otra vez, pero lo dejó en el platito con una mirada sospechosa. "Pero ahora me ha entrado la duda". Apartó el bocadillo.
Nick en tanto seguía el movimiento del pelinegro quien atendía a otros clientes. No se veía como un mal chico. Siempre sonreía y amablemente indicaba sugerencias a los clientes indecisos.
Al parecer el chico Harry tenía un buen instinto, otra cosa más para agregar a la lista de cosas extrañas, porque el ojiverde se dio cuanta de que era observado. Los vio y llegó preocupado.
"¿Todo bien? No está bueno Monroe?"
El Blutbad se puso un poco nervioso. "No, todo está muy bueno. Solo que la conversación a bajado un poco el estado de ánimo"
"Si quieren, puedo envolverlo para llevar"
Era evidente para Nick que Monroe estaba por declinar. "Eso sería…". Pero no quería llamar la atención, por lo que le pateó la pierna. "¡fantástico!"
Así que ambos hombres se llevaron dos paquetes en papel marrón con las delicias de la pastelería. Uno con más preguntas, el otro con ansiedad y sospecha.
#
Hank estaba preocupado por los crímenes. Era innegable que era por el asesino que llevó a juicio, con la evidencia desaparecida. La fiscal muerta así lo confirmaba.
Lo peor llegó al escuchar sobre el ataque a Nick. Casi lo matan al tratar de esconderse. No podría dejar que eso volviera a ocurrir o que le suceder a otra persona cercana.
Estaba decidido a ir a buscar al mal nacido después de un viaje rápido al hospital, pero en su camino a ver a Nick vio una pastelería. Y como si fuera llamado por sirenas detuvo su auto para ir dentro del local. El aire olía maravilloso en la pastelería vacía, con excepción del joven vestido con delantal negro que llevaba el logo del local.
El tendedero se dio cuenta de la presencia de Hank y se acercó sonriente. "Hola. ¿Qué busca?"
"Hola. Yo… no sé por qué vine. Yo iba de camino al hospital para ver un amigo y yo, miré afuera y quise entrar". Respondió el policía confundido.
"Eso a veces ocurre". Lo miró conspirativo. "Son las tortas y galletas en la vitrina". Su semblante cambió a uno abiertamente amable. "Quizás necesite un poco de café ¿o quizás un té?"
"Yo… no puedo. Me tengo que ir"
Pero el pelinegro no lo dejó. "Tómese unos minutos. Le ofrezco té de la casa. Eso puede ayudarlo". Y para terminar de convencerlo dijo "¿Y si escoge algo para su amigo?"
"Eso… eso podrías ser bueno".
Hank apuntó un par de bocadillos cuando le entregaron el té. Su olor le recordó una flor aromática. Se lo bebió y suspiró con agradecimiento por el líquido caliente que bajaba hasta su estómago. Y un leve zumbido recorrió su cuerpo, quitándole la tensión que sentía desde que comenzó el caso.
El pelinegro lo miró con simpatía. "Es un té que ayuda a traer equilibrio interior. Puede darnos la claridad que necesitamos antes de tomar una decisión". Él mismo bebió de su taza. "Por cierto, mi nombre es Harry"
"Soy Hank. Detective"
Harry tarareó sorbiendo de su taza. "Y bien Hank, ¿podrías compartir lo que te da vueltas en la cabeza?".
Hank tomo un poco más de la infusión, no quería hablar con el desconocido, pero su lengua se aflojó sola. "Yo… hice algo que no estaba bien, para encerar a alguien terrible. Pero se escapó. Y ahora busca venganza. Mató a todos los demás que estuvieron involucrados y ahora falto yo. Me escondí y al no encontrarme, hirió a mi compañero"
"¿Él es el que está en el hospital?"
"Sí. Y no quiero que algo más ocurra"
"Vas tras él, entonces". Hank asintió. "¿Sin apoyo?". Harry le estaba dando una mirada severa que llegó a hacer removerse a Hank como un niño reprendido.
"No quiero a nadie más herido". Trató de justificarse.
Harry suspiró. Se fue detrás del mostrador para tener la orden lista. "Y cual es tu plan. Llegar a donde sea que este criminal esté y ¿darle unos tiros?
Hank pensó en eso. "Él no siente dolor. Fue apuñalado y disparado antes."
Harry le entregó la bolsa de papel café. "Entonces ¿qué piensas que puede hacerlo caer?
Hank tomó el paquete antes de pagar. "No lo sé, pero espero que más balas hagan el trabajo". Se fue tras un asentimiento y una despedida rápida.
Llegó a su auto y se sentó. 'Idiota. ¿Cómo se le ocurrió decirle a un civil que pensaba hacer un asesinato? de todas las cosas. En su nerviosismo sacó un croissant del la bolsa de papel. No era un dulce que le gustara pero sentía que era bueno para calmarse. Lo metió a la boca y saboreo la masa de hoja. Al terminar trató de recordar qué lo tenía tan nervioso. ¿Algo que no quiso decir al pastelero? ¿Qué era?. Al no recordar se encogió de hombros y fue con rumbo al hospital, con una idea de qué hacer; después de todo, el té había sido bueno para aclara la mente.
#
¿En qué estaba pensando el detective Griffin? Para creer que podía enfrentarse a un ogro. Monroe no lo sabía.
Estaba viendo cómo la enorme mole de carne que era el ogro golpeaba al afroamericano como pulpa. Sus manos se movían inquietas por la escopeta tratando de cargarla con las balas con veneno, pero se resbalaban dificultando su labor.
Su corazón casi se detuvo al ver al detective en el suelo con el ogro con un enorme palo a punto de aplastarlo ¡Y aun no tenía lista el arma!
Apuró la carga lo mejor que pudo al intentar dividir su atención en lo que estaba en frente y lo que trataba de hacer. Hasta que notó que el detective Griffin se deslizaba por el suelo al menos unos veinte metros, de espaldas. ¿Qué estaba pasando?
El ogro también quedó confundido, pero aun así volvió a arremeter. Monroe estaba listo y apuntó. Solo tenía un tiro. Maldición. ¡No podía con un blanco en movimiento!. El desgraciado se lanzó contra wl detective.
Y lo más fascinante pasó ahí: fue como si se estrellara con un escudo invisible. Cayó al suelo en sus posaderas, tan estupefacto como Monroe, que no atinó a disparar. Instinto que volvió al ver ponerse de pie al ogro. Tuvo el tiempo justo para apuntar y disparar.
Con la adrenalina a cien, Monroe se escabulle hasta el auto donde trató de calmarse antes de encender el motor. Al levantar la vista por sobre el manubrio vio una figura conocida a la distancia. "¿Harry?"
El joven pastelero estaba al otro lado del basural mirando al rededor como buscando algo. ¿Al que disparó?. Parecía desaliñado, incluso llevaba sus gafas en una mano ¿No tenía problemas de visión? Salió de su aturdimiento con el sonido de las balizas de los automóviles de la policía. Encendió el motor pero no las luces y pudo apreciar antes de marcharse como desaparecía Harry. ¡En el aire!
Se retiró del lugar tratando de darle sentido a los últimos minutos. Esto era grande ¡Tenía que contárselo a Nick!
#
Sean llegó al departamento para ver a Harry recostado en el sillón. Algo estaba mal con él porque estaba cubierto de sudor. Aun con su collar encantado puesto.
"Hola Harry ¿Todo bien?"
Los ojos verdes lo vieron por entre las largas pestañas, adoloridos. "Creo que debo practicar mi magia más seguido". Se acarició el pecho, ganando la atención de Sean.
El mayor masculló una maldición antes de caminar y abrir más la camisa, para mejorar la exposición del enorme moretón que se expandía entre el pecho y el vientre.
"¿Qué ocurrió?". Alcanzó uno de los frascos con pociones verde claro que Harry había hecho días antes.
Harry apenas se quejó por el contacto de las manos foráneas. "El detective Griffin se enfrentó al ogro y perdió. Casi lo matan. Tuve que empujarlo con magia y me puse en medio, invisible. Puse una barrera". Siseó de dolor al ser tocado en un punto sensible. "Pero, no conseguí hacerla lo bastante fuerte. El ogro se estrelló y recibí parte del impacto al romperse la barrera. Poco después alguien disparó. Me aparecí fuera de ahí e intenté buscar al tirador, pero el dolor no me permitió quedarme mucho tiempo. Lo siento"
Sean palpó el torso de Harry en busca de otras lesiones. Un fuerte alarido le mostró que estaba en lo correcto. "Dos costillas rotas además del moretón. ¿Tienes algo para eso?". Harry indicó el color del frasco y su etiqueta; también tomó unas vendas. "No tienes que lamentar nada ni pedir perdón. Te contactaste conmigo para avisarme de la temeraria decisión del detective. Lograste detener en seco a ese monstruo y darle tiempo al tirador para acabarlo. Y a cambio ganas estas lesiones. Soy yo quien debe pedirte perdón". Tomó las vendas para ayudar a sanar a las costillas de Harry. "No debí pedirte que buscaras y protegieras a Griffin, cuando vi que no podríamos llegar a tiempo". Terminó su labor.
Sean se estaba responsabilizando por enviar a Harry a un lugar tan peligros. Cielos, ¡Era un ogro! Máquinas asesinas increíblemente fuertes. Detener a uno que estaba en 'modo lucha' era una acción digna de admiración.
Siente un suave tacto en su mano. Era la mano de Harry. "No te culpes. Fue mi decisión ayudarte"
"No eres policía. No era tu lugar estar ahí. Tampoco eres un asesino a sueldo, un miembro de la Verrat, ni del consejo. ¡Cielos! Ni siquiera eres un Wesen. No debías inmiscuirte". Se tomó la cabeza con ambas manos. "Mi necesidad de tener al grimm me cegó. Te pedí que salvaras a su compañero y te puse en riesgo". Se enderezó. Clavó su mirada en las de Harry. "No te voy a prometer que nunca te pondré en riesgo. Pero te puedo jurar que haré todo en mi mano, para no necesitar tus servicios en el frente de una pelea".
Harry se quedó inmóvil, con la respiración contenida. Nunca nadie le había dicho algo así. No sabía qué decir a eso. Cuando volvió a respirar, el movimiento hirió sus heridas costillas. Sean vio su mueca.
"No creo que el sofá sea un lugar para que descanses tus lesiones. ¡A la cama!". Se puso de pie para ayudar al ojiverde que rígidamente se movía.
"Cielos, desearía que la pociones trabajaran como en mi mundo. Al menos el moretón se habría ido y las costillas dolerían menos".
"Dijiste que eran los ingredientes. Que tuviste que adaptar mucho de las recetas por no tener exactamente las mismas plantas". Sean intentó ayudar apoyando el peso de Harry en su lado izquierdo. Pero el morocho mostraba claros signos de cansancio, con apenas unos pasos.
"Tuve que comprar todo lo de la tienda para poder experimentar. Al dueño Fuchsbau casi se le cayeron los ojos. Que bueno que pude cambiar monedas de oro por dinero muggle". Sonrió divertido. "Y el cambio me benefició". Perdió pie y tropezó. "Lo siento".
Con una decisión rápida Sean se pone en frente del más bajo. "Siempre me dices que debo mostrar mi woge aquí, en casa". Cambió en su forma zauberbiest, tomó debajo de las nalgas a Harry y lo levantó. Harry se movió por instinto y encerró las caderas contrarias con ambas piernas, manteniendo el tronco lo más erguido posible para evitar molestar las costillas. "No tengo habilidades mágicas ni puedo hacer trunk. Pero a cambio tengo más fuerza que el zauberbiest promedio". Dijo burlón.
Las habitualmente pálidas mejillas mostraban un rojo intenso. "Eres un engreído, fanfarrón".
Sean soltó una carcajada libre de máscaras. Sincera. "Eso lo dices porque eres una cosita pequeña que no podría levantar un saco, sin magia".
Harry trató de ocultar su bochorno golpeando los hombros de Sean con los puños. "¡No es cierto! Puedo hacer muchas cosas ¡Blasfemo!". Pero todo el movimiento lo dejó completamente agotado y sus heridas se hicieron notar.
Sean se inquietó. "No te muevas tanto. No estas en condiciones para hacerlo. Mejor quedate quieto. ¿Puedes tomar un analgésico?"
Harry estaba respirando quedito para detener el dolor. "Puedo tomar otra poción. Me hará dormir hasta mañana, creo".
Sean lo sentó en la cama, bajándolo de la misma manera en que lo levantó, para ir a buscar entre los frascos. Trajo uno de color lila que Harry bebió de un tiro. Era parecido a un relajante muscular mezclado con 'sueños sin sueños'. Sus párpados comenzaron a bajar y si no fuera por el apoyo contante de Sean, se habría quedado dormido encima de las mantas.
"Que tengas una buena noche". Dijo Sean a un inconsciente Harry.
#
"¿Qué Harry estaba ahí?. Nick estaba apoyado en varios almohadones en su cama de hospital.
"Sí. Él estaba ahí, cómo buscándome"
"¿A ti?"
"Sí a mí. Bueno, no a mí en realidad, sino al que disparó al ogro. Que fui yo". Monroe se rasca la cabeza. "Esto es confuso"
"Entonces. Harry estaba en el basural. Cerca de donde Hank estaba. Buscando al que disparó la escopeta. Mismo lugar donde Hank, qué ¿Fue hechizado y arrojado a un lado?
"¡No lo sé, Nick! Te conté lo que vi.
"Todo esto es muy extraño"
"Dímelo a mi amigo. Oye, me voy. Tengo una reparación que hacer". Se dio la vuelta para irse del hospital pero cambió de parecer a pocos pasos; se dio la vuelta. "Fue de lo más emocionante. Estar en el remolque, lleno de historia. Sujetar un 'mata ogros'. Increíble. Llámame para la próxima"
"Gracias Monroe, por todo"
"Ni lo menciones".
#
Monroe acababa de llamar a Nick. Estaba adolorido por los golpes. No puede ser que lo atraparan unos intolerantes que lo amenazaban con los sicarios 'matagrimm'. ¡Todo por ayudar a Nick! Esto era… ¡No sabía que era! Pero no los dejaría así.
Se fue a la cocina por una cerveza. Vio su rostro herido en el reflejo de un reloj de pared.
El timbre lo sacó de su contemplación. "¡Ya voy, Nick!". Se dirigió hasta la puerta. "¡Que rápido! Si te acabo de llamar". Mas al abrir la puerta, vio un rostro familiar, aunque no el del detective Burkhardt. "¿Harry?"
"¿Monroe? ¿Qué te pasó?". El ojiverde se acercó preocupado. "¿Fuiste al médico? ¿Quien fue?"
"Sí, sí, estoy bien. ¿Pero que haces aquí?"
Harry se apenó un poco. "Hay muchos clientes que me piden cosas para comer, por lo que estaba pensando en expandirme y hacer platos preparados. Pero dentro de lo que me piden es comida vegetariana y no conozco muchas recetas. Recordé que tu eres vegetariano y que te encanta hacer cosas nuevas". El rubor en sus mejillas se acentuó. "Busqué tu casa preguntando por el mejor relojero de Portland".
El pecho de Monroe se hinchó de orgullo. "¡Vaya! Ah… No creo que sea el momento para hablar de eso".
"¡Por supuesto que no! Estas herido". Movió el bolso que colgaba de su hombro para sacar dos frascos, uno de ellos llamo la atención de Monroe por ser de color lila. "Toma estas. Son… medicina alternativa. Esta es para las heridas abiertas. Es antiséptico y ayuda acelerando la curación de los moretones. Y esta es para antes de dormir, te ayudará con el dolor. Para mañana te sentirás mejor".
"Gracias Harry. ¿Por qué traes estas contigo?"
"Tuve un par de golpes difíciles el otro día. Y mi compañero de piso, no me deja en paz. Lo calmo trayendo éstas conmigo para aplicármelas en la pastelería". Se encogió de hombros
"Si estabas como yo ahora, entonces es un buen compañero de piso". Monroe se acordó de la vez que lo vio en el basural. Eso fue hace unos días ¿Se hizo daño?. " Y ¿Cómo los aplico?"
"El antiséptico es de uso tópico. El relajante muscular hay que beberlo. ¡Ah!". Volvió a buscar algo de su bolso. "Te traje esto, como soborno por tus recetas". Sacó un pastel pequeño, del tamaño de una mano. Era de terciopelo rojo con un pequeño reloj cucú hecho con fondant de color marrón, blanco y negro.
"¡Eso es hermoso! Y tan detallado. Gracias Harry. No era necesario". Tomó con delicadeza el obsequio con la mano desocupada.
"Te considero más que un buen cliente Monroe". Harry sonríe con simpatía. "Creo que mejor me voy. Te dejo Monroe"
"Gracias Harry. Te tendré escritas un par de recetas"
"Nos vemos"
Monroe cerró la puerta feliz. El reloj cucú estaba muy bien hecho para ser hecho con masa de azúcar. Por un momento se preguntó que otras cosas podría hacer Harry, antes de negar con la cabeza. El pelinegro era sospechoso de Nick y lo había visto en la pelea con el ogro. No se podía fiar de él.
Miró el pastel otra vez.
¡Cielos! Era demasiado tentador como para dejarlo así. Se fue a la cocina para dejar los frascos y el pastel. Quitó el reloj de su base de terciopelo rojo y lo puso en una bolsa transparente que cerró con una cinta. El pastel fue a parar a la basura. En cuanto a los frasco, no creyó que Harry sabría de su pelea recientemente. Pero aun así no quería correr riesgo. En eso tuvo la idea de que si lo que estaba en los frascos era dañino, tendría la prueba que necesitaba para desconfiar de Harry.
El timbre volvió a sonar. ¡Ese debe ser Nick! Con cuidado guardó los frascos en la alacena. Tomó la bolsa de agua para la hinchazón de sus heridas y fue a ver si era realmente el detective.
De camino dejó en una repisa el reloj de azúcar.
#
Harry estaba muy ocupado con la expansión de los productos de su pastelería. Por suerte, cuando había pedido el permiso para su tienda lo hizo con el rubro alimenticio y no específico para repostería, lo que le permitió hacer todo sin problemas legales. Algo que agradecía enormemente.
Se puso a hacer inventario de sus ingredientes, cuando se acordó que estaba bajo de algunas hierbas y tipos de té.
Algunas de esa hierbas eran exclusivas para encargos de pasteles de parte de sus clientes wesen. Y la única parte donde podía conseguir duchos productos era en la tienda 'especias y tés'.
Resignado a ir a buscarlos personalmente siguió con su trabajo.
El timbre de su celular sonó en su bolsillo. "¿Aquí Potter?"
"Hola Harry"
"¡Sean! ¿Cómo estas?"
"Bien. Pero tengo un caso de máxima prioridad"
Harry carcajeó divertido. "Eso es más frecuente de lo puedo contar"
"Sí. Lo siento. Te llamo para avisar que no llegaré temprano esta noche"
El ojiverde dejó el cuaderno en la mesa del almacén. Se puso serio enseguida. "¿Todo bien?"
"Es… complicado. Tenemos lo que parece ser comercio de órganos humanos". El silencio a continuación subió la tensión de Harry. "Son de adolescentes". Harry apretó los dientes y empuñó la mano. Odiaba que involucraran niños. "No sé a donde vamos con esto". Esa fue la forma sutil de Sean de decirle que no estaba involucrado con sus juegos de poder. Eso era bueno. "Pero el departamento está de lleno en la investigación". Y esa era su forma de indicarle que no se entrometiera.
"Entiendo". Realmente admiraba el ahínco de Sean por mantener en paz la ciudad. Tomó el cuaderno y cambió de tema. "También me demoraré. Tengo que cerrar temprano hoy e ir a la tienda de especias"
"Está bien. ¿Llevo algo para comer?"
"Podría ser vino. Yo llevaré comida Francesa. Nos vemos". Cortó la llamada y siguió con el inventario.
#
Monroe estaba completamente cubierto en el momento en que entró en la tienda. ¿Cómo logró convencerlo Nick para ir a comprar vesícula humana? Cielos. Esto se gana por ayudar a un grimm.
La campanilla sonó en lo alto de la puerta. La tienda estaba levemente iluminada. Se sacó el sombrero y deambuló hasta llegar al mostrador donde vio a otro cliente.
"¿Harry?"
"¿Monroe? Hola"
"¿Qué haces aquí?"
"Vine a buscar cosas para la pastelería. Ofrezco diversos tipos de té para acompañar con los pasteles y galletas"
"Sí. Pero ¿Eres?". Hizo un gesto vago a su propio cuerpo y sobre todo al rostro.
"¿Qué cosa?". Monroe confuso y atontado hizo woge parcial. "¡Ah! Eso. Digamos que sí.
Monroe no pudo decir lo descortés que era Harry por no hacer woge como respuesta al suyo, por la llegada del dueño de la tienda.
"Aquí tiene su pedido señor Potter"
"Gracias". Se despidió y se fue con su bolsa de papel en la mano.
Monroe lo vio marcharse y el dueño tuvo que llamar su atención. "Eh… tengo un par de cosas que pedirte". Sacó los dos frascos de medicina. "No sé que son estos. Me dijeron que eran un antiséptico y un antiinflamatorio, creo. Pero quería ver si lo puedes confirmar"
"Puedo echarles un vistazo. Tomará tiempo. Unos veinte minutos"
"Puedo esperar"
El dueño se fue dejando a Monroe solo, que se puso a vagar por los estante. "Hay cosas muy raras". Dijo viendo una raíz de mandrágora con forma de un bebé feo.
El tiempo se fue volando y el dueño fuchsbau volvió. "Debo decir que estoy impresionado. Nunca he visto algo como esto. Son realmente trunks muy poderosos y complejos de hacer. Creo que una hexenbiest talentosa los creó, porque no hay ninguna referencia en ningún libro sobre esta receta en particular. Y efectivamente son lo que le dijeron que eran". El dueño incluso tomó un cuchillo delgado y se cortó el dorso de la mano para consternación de Monroe. Y antes de que que el blutbad abriera la boca, el herbolario untó un dedo con el trunk verde claro. La imagen de piel regenerándose fue algo extraño y sorprendente. "¿Me dirá quien se la dio? Quiero comprar un lote de esto para venderla en la tienda"
"En realidad fue un regalo. Voy a consultarlo primero". Monroe guardó ambos frascos con una calidez cerca del corazón. Harry le dio dos pociones curativas increíbles, ¡extraordinarias! Tan solo para que sanara sus heridas. A pesar de si mismo se obligo a recordar que estaba ahí por el pedido de Nick. "Entonces, quisiera un poco de vesícula humana".
#
¡Qué fastidio! Pensó Harry mientras caminaba por la calle. El dueño de la tienda de especias se equivocó con la cantidad de sangre de salamandra. Le faltaban al menos unas 12 onzas para la poción o se descompondría el bálsamo para quemaduras. No podía darse el lujo de perder nada de eso si trabajaba con hornos y ollas calientes.
Llegó justo cuando el detective Burkhardt arremetía contra el dueño de la tienda hasta la parte de atrás.
"¡Merlín! ¿Qué ocurre?". Pero ninguno de los dos lo escuchó. "Harry corrió hasta la parte de atrás hasta escuchar sobre los órganos humanos que se vendían en la tienda. "¡Qué! ¿Es cierto?"
"¡Harry! ¿Qué haces aquí?"
"¿Lo que dijo el detective es cierto?". Su voz sonó dura y completamente envuelta en imperius.
El Fuchsbau quedó en un trance leve, pero su mente débil no evitó ser influida. "Sí. Vendo de manera ilegal órganos humanos para consumo wesen"
Y algo en el cerebro de Harry hizo click. Y como de un viejo video el recuerdo de la conversación con Sean volvió: órganos humanos, adolescentes, sin hogar ni familias, sin reportes de persona perdida, completamente desvalidos. Los ojos verdes de Harry se oscurecieron llenos de furia fría. "¿Cómo te atreves?". Usó magia sin varita para levantar al fuchsbau a medio metro del piso. "¿Donde está tu vendedor?". El wesen hechizado les dio toda la información con una voz calmada, cosa que Nick notó mientras escribía en su libreta. Tras terminar, Harry lo liberó dejándolo caer desparramado en el piso, olvidado en su salida del local, con Nick pegado a sus talones.
"¡Harry, espera!". Nick estaba más que impresionado por la furia del pelinegro.
El increpado enfrentó. "Ahora no, grimm. Tengo que encontrar a unos traficantes"
"Espero. ¡Sabes que soy un grimm?". La noche estaba siendo cada vez más extraña. Movió la cabeza para espabilar. "Eso no importa. Eres un civil, no puedes involucrarte". Al ver que iba a ser ignorado, amenazó. "Si te vas, voy a acusarte de desacato y detenerte por 24 horas".
"Intentalo, grimm". Al rededor de Harry el aire se movió y dio a Nick la impresión de que se volvía más pesado. También sintió aumentar la estática, que erizó los vellos en su piel descubierta.
Nick tragó saliva. Sus instintos le gritaban que corriera. Que no era contendiente para ese enemigo. "Puedo llamar a la estación y pedir refuerzos". Eso hizo le truco porque Harry se calmó casi de inmediato. Curioso.
"Está bien. Lo siento detective Burkhardt". Se abrazó con sus propios brazos. "No me gusta el abuso a lo niños"
A Nick le pareció ver un animal asustado, herido. Cotejó rápidamente los signos con su experiencia en las calles, llegando a una conclusión: abuso. ¿Como no lo había visto antes?. "Está bien. A mi tampoco. Por eso voy a perseguirlos de inmediato"
Harry posó su mirada en la determinada de Nick, y parece que se convenció. "Está bien. Yo… creo que mejor me voy a casa".
Antes de irse, Nick lo detuvo. "¿Me das tu número de teléfono?". Y vio la confusión de Harry por la pregunta. "Para informarte del caso"
Nick recibió una tenue pero agradecida sonrisa. "Gracias, detective"
"Puedes llamarme Nick"
#
Hank estaba asqueado por la gran cantidad de frascos con cosas que deberían estar dentro del cuerpo de alguien. ¿Qué estaba pasando en la ciudad?
Al menos se pudo liberar a una decena de jóvenes antes de que los trataran como trozos de carne en el matadero. Qué horror.
Se movió para dejar espacio a los paramédicos cuando vio a Nick hablando por el celular.
"Sí, todo bien. Muchos salvados. No te puedo dar detalles pero puedes estar tranquilo. Sí, no hay de qué".
Hank se acercó. "¿Juliett? Porque no sé cuando comenzaste a llamarla 'él' "
"Muy gracioso. Era un conocido. Lo vi cuando me enteraba de la ubicación del camión donde comerciaban los órganos. Estaba tan enojado que casi mata a mi fuente y se disponía a ir en dirección del camión. Lo convencí de alejarse mientras le informara de cómo iba la investigación"
"Eso puede ser peligroso Nick, para ti. No puedes hablar a nadie de una investigación en curso"
"Lo sé. Es un buen chico con demasiadas ganas de ayudar"
"¿Cómo se llama?"
"Su nombre es Harry Potter y es dueño de una pastelería"
"¿La nueva cerca de la estación? Yo fui ahí, cuando estabas en el hospital. Me ofreció té con los pastelillos que compré". Hank se rascó el montón. "Sabes. Siempre sentí que había olvidado parte de la conversación"
"¿Cómo es eso?"
"No es nada". Pero vio en Nick una expresión tosida, qué no dejaría el tema, por lo que Hank decidió explicarse. "Yo estaba con la terrible idea de ir solo a por el criminal. Hablé con Harry sobre mis planes, pero no recuerdo exactamente qué le dije. Eso me ha dado vueltas un par de veces. Pero creo que fue por los nervios de enfrentar a ese tipo y verte casi muerto".
"Ni lo menciones". Alguien los llamó dese afuera. "Vamos, parece que nos necesitan"
#
Nick quería darse de cabezas en un árbol ¿Por qué cada vez que encontraba algo para confiar en Harry algo llegaba para aumentar sus sospechas? Hace un par de horas pudo ver un lado vulnerable del chico. Uno que le mostró que no era el tipo de persona que hacía daño a otros. Pero después llega Hank, comentando algo que se parece mucho a los poderes que Harry mostró la noche que Monroe salvó la vida de su compañero. ¿Magia?
También estaba el hecho que sabía que era un grimm. ¿Quien era realmente Harry Potter? Y lo más importante ¿Qué pretendía?.
#
Nick estaba cansado. Hace un par de días que cerró el caso de la spinnetod y no podía quitarse de la cabeza la situación de la hija del matrimonio. Condenada a envejecer y morir joven, o convertirse en asesina para sobrevivir.
Él, como policía, no podía dejarla suelta. Y como grimm, debía matarla. Pero ¡era una niña inocente! No podía ¡No quería!
Hank se dio cuenta de su estado de animo, al igual que Juliett. Pero ¿qué podía decirles? Ellos no conocían esta nueva faceta de su vida. Y estaba asustado que lo dejaran si les contaba. Monroe dejó bien en claro lo que suele suceder cuando se le cuenta a una persona normal sobre los wesen.
En eso se acerca Hank. "Vamos Nick. No me has dicho nada. ¿A caso te rechazó Juliett?"
"No, no es eso"
"¿Entonces?"
"Es complicado"
"Sabes que puedo manejarlo, ¿no?". Pero Nick no abrió la boca. "En fin, vamos. Necesito salir de aquí para le almuerzo"
Nick se dejó guiar por su compañero asta el auto. No prestó atención al camino, por no dejar de dar vueltas a la situación de la spinnetod. Al detenerse un dolor de cabeza comenzó a crecer desde sus cienes.
"¿La pastelería Encanto, Hank?"
"¿Qué puedo decir? Son una adicción sus productos"
Ambos entran. La concurrencia era notable con apenas asientos y mesas libres.
"¡Hola! ¿En qué puedo ayudarles?". Les preguntó una voz femenina
Nick tuvo que observarla bien para poder identificarla . "¿Gracie?"
"¡Detective!". Una cara conocida se acercó al par. "Qué coincidencia. No le puedo estar más agradecida por ayudarnos a mi hermano y a mi"
"¿Gracie? No tienes que agradecer. Era lo correcto y parte del trabajo". Notó su atuendo, muy parecido al que Harry usaba. Camisa con el diseño de la tienda en dorado, pantalones a juego y un delantal amarrado a la cintura. Todo en negro. "Y hablando de trabajo ¿Ahora atiendes mesas?"
"¡Sí! Mi hermano ayuda en el mesón y con las mesas. Nuestro empleador, Harry, nos contactó mientras estábamos recuperándonos en el hospital. Nos ofreció alojamiento y trabajo, a cambio de que estudiáramos."
Hank se sentó en una mesa disponible. "Eso fue muy amable de su parte"
"También le ofreció el mismo trato a los demás. No todos estamos aquí. Otros están ayudando con la limpieza y arreglos de la casa hogar"
"¿Cual?"
"Una que Harry está habilitando. Dijo que era una vergüenza que no se hiciera más para mantener a los jóvenes fuera de la calle. Está trabajando con el gobernador, el servicio de salud pública y el departamento de educación de Portland para crear un sistema de apoyo para la juventud". Ante la mirada atónita de ambos detective, la chica se encogió de hombros divertida. "A Harry realmente le molesta que vaguemos sin protección por las calles".
"Eso es un tremendo esfuerzo". Comentó Hank.
Nick estaba por comentar algo pero vio a Harry tratando de llamar la atención de Gracie. "Te llaman". Vieron irse a la niña para atender el mesón, cambiando de lugar con Harry, que se acercó al par.
"Hola Nick, Hank. ¿Tomaron sus pedidos ya? ¿Puedo sugerir por el pastel de queso y frambuesa?"
"Eso suena deliciosos, pero tendrá que ser para el postre. Venimos a almorzar."
"Entonces, tengo pollo al coñac con arroz y verduras salteadas"
Hank golpeó con las palmas la mesa. "¡Eso quiero! Tú si lees mi mente"
Nick no estaba convencido. "¿Tienes pastas?"
"Ravioles hechos en casa rellenos con riccota, acompañados con salsa alfredo". Hank se disculpo para ir al baño, dejando a ambos en la mesa. "Me quedo con eso". Nick bajó el menú. "Supimos que estas organizando un sistema de apoyo y construyendo un hogar de acogida"
"Sí. No puedo creer que hicieran daño a esos niños. También me enteré del… mal que acompleja a una niña de un caso reciente"
Nick tentó con información al ojiverde. "La spinnertod". Harry asintió distraído y Nick pudo confirmar su sospecha: Harry tenía un conocido en el departamento de policías, uno wesen si sabía de la niña araña. "¿Qué crees que se puede hacer?". Fue en ese momento que Harry se hizo consciente de donde y con quien estaba. Su semblante abierto se cerró de golpe. Nick levantó las manos de forma inocente. "La verdad es que yo no sé que hacer. Es un riesgo mantenerla suelta y no la puedo encerrar sin un delito".
Harry se cruzó de brazos molesto. "Ella no es culpable de su genética". Se mordió el labio inferior. "Creo… que puedo ayudarla… Debo investigar un poco más sobre su condición. Sé que estoy cerca de hacer una poción que le impida envejecer tan rápido. Si logró hacer eso, las ansias de… realizar el ritual debieran ser menores"
"¿Puedes hacer eso?"
Harry se encogió de hombros. "No lo sé. Pero no pierdo nada con intentar
Nick se inclina en la mesa. "¿Qué eres?"
Harry lo estudió atentamente, después sonrió divertido. "Puedes llamarme 'mago'. Y relájate. Mi intención no es dañar a nadie"
"Mataste a un hombre. El día que nos conocimos"
"Circunstancias atenuantes"
"¿Qué me dice que no volverá a ocurrir?"
"Tendrás que confiar. Como con cualquier otra persona que haya cometido un delito". Harry escogió ese momento para irse y Nick no pudo volver a llamarlo por la llegada de Hank.
"Y ¿Qué me perdí?"
Nick no pudo contener la risa.