En la habitación de Marinette, la chica estaba con la máquina de coser, haciendo un antifaz negro. Una idea que tuvo hace poco, mientras trataba de encontrar una solución o al menos un tratamiento para su problema, el cual, se trataba de que la chica puede estar cerca de Chat Noir, pero irónicamente no de Adrien; después de que Marinette y Adrien descubrieron sus identidades mutuamente

En eso Chat Noir, aparece en el cuarto. En sus usuales e inoportunas visitas.

—¡Te quería ver, My Lady! —exclama con efusividad.

—Ya me viste en la escuela, gatito —dice muy calmada.

Cuando tenía a su alter-ego enfrente de ella. Marinette puede hablar de lo más natural. Al contrario de cuando ve a Adrien, y sus piernas se vuelve como gelatina, las palabras se traban, queda paralizada. O en el peor de los casos siente como si tuviera un paro cardíaco y se desmaya en sus brazos.

—¿Que estás haciendo? —pregunta acercándose más y ojeando lo que está creando Marinette.

—Un antifaz.

Chat Noir arquea la ceja no entendiendo para qué es eso. Incertidumbre que deja salir en una interrogante.

—Es para reducir los nervios entre nosotros.

—Tu nerviosismo —expresa Chat Noir sonriendo de oreja a oreja—. Yo estoy perrrfectamente bien a tu lado— Abrazándola por detrás.

—Bueno —confiesa con las mejillas levemente rojas, por la vergüenza—. Mi nerviosismo.

Da las últimas puntadas la chica y termina el trabajo.

—Destransfórmate —Mas tarde, dice la chica.

—¿Estas segura? —pregunta—No quisiera que vuelvas a desmayarte por mis encantos. —bromea.

—Segura —espeta ella y le tiende el antifaz—. Recuerda ponerte esto—dice mientras cierra los ojos y al rato siente la luz verde envolverla.

—¡Ya está, My Princess! —Poniéndose a un costado.

Ella gira el cuello y lo mira. Por un instante siente que no respira, su corazón detiene sus latidos. Luego parece que su alma vuelve a su cuerpo y que las palabras no se enredan con su lengua, que las palpitaciones de su corazón son normales. Es Adrien, es su ropa, es su piel, sus manos, su cabello, sus ojos. Esta el antifaz, pero solo es una accesorio. Indicándole por la similitud que también es Chat Noir. El gatito que estaba enamorado de ella y era Adrien, el chico, quien ella estaba enamorada.

Estaba funcionando el tratamiento. Ahora al menos su cerebro estaba asimilando que eran las mismas personas. Podía amoldarse y estar calmada aun si Adrien es quien la ama y sus sentimientos son mutuos. Así que ahora, ya pueden tener una casa, tres hijos y un hámster... ¡Ahhh! ¡Bien, se estaba emocionando mucho!

—¿Estas mejor?

Ella asiente.

—Entonces, —Y sonríe ante el pensamiento— ¿Puedo besarte?

Marinette deja reaccionar y se desmaya. Adrien debe sostenerla entre sus brazos.

—No funciono —refuta él. Por la ineficacia que tuvo ante un mísero comentario.