Shidou, Yoshino y el matrimonio

Esta era una escena típica en un sábado en este hogar humilde de solo una planta, eso sí, la casa tenía bastante espacio al fondo, cosa que no se notaba en la parte frontal, tampoco poseían un jardín como otras casas de la colonia, pero sí que había flores, pasto natural y un árbol del que, de una rama fuerte, colgaba un columpio, todo esto en el patio trasero.

Justamente ahí era el lugar donde, obviamente, más se la pasaba el niño que habitaba en esta casa, tenía como cuatro años, cabello corto de color azul y unos azules como el cielo. Estaba siendo felizmente columpiado por su madre, quien tenía largo cabello esponjoso de color azul, pero de un tono más claro que el del niño, pero sus ojos eran iguales y más grandes.

—Yuki, solo unos minutos más, recuerda que debemos ir con papá para su cambio de turno, tu tía Mana ya se está preparando —explicó la joven mujer mientras seguía columpiándolo sin mucha fuerza para evitar cualquier accidente.

—Sí, mami. Pero ¿por qué papá tiene trabajo hasta los domingos y tú no? —preguntó al poner las piernas en el suelo y después de derrapar un poco, logró detenerse—. ¿Hm…?

—Oh, bueno… eso es porque papá es genial en el trabajo —dijo con una sonrisa y sus ojos brillaron un poco—. La comida que hace papá es deliciosa, ¿no es así?

—Ah, eso es verdad, una vez probé la de tía Mana, pero no me gustó mucho… —dijo tímidamente y miró al frente, aunque agachó la cabeza un poco—. Papá cocina delicioso, no sé cómo lo hace, debe ser usar ingredientes mágicos.

—Jeje, bueno, tal vez cuando seas más grande, también te enseñe sus habilidades mágicas —dijo con una sonrisa y lo tomó en brazos para cargarlo.

—¡Ah…! Pero, mami… —dijo al mirarla mientras ella se retiraba del jardín para entrar a la casa nuevamente.

—¿Si?

—L-La comida de mami también es deliciosa. —Sus palabras junto a su rostro un poco tenso, hicieron sonreír cálidamente a su madre, quien terminó besando su frente con suavidad—. ¡…!

—Papá le enseñó a mamá a cocinar, Yuki. Pero si dices que… mi comida es igual de deliciosa… um… ¡Estoy muy feliz…!

Para Yoshino, su esposo era su héroe más grande, siempre podía contar con él, tanto ahora como en el pasado, y siempre estaba ahí para ella desde que le había conocido. Cuando recibía un cumplido como este, simplemente no podía evitar sonrojarse y ponerse muy feliz, justo como en el pasado.

Algunas cosas nunca cambian.

Otro claro ejemplo de esto es que Shidou, sea por la razón que sea, terminaba teniendo problemas en la vida, o en este caso, su trabajo y todo porque cierta Idol súper famosa se le ocurrió decir que: "Los postres del pastelero Shidou son deliciosos, vayan ahí y pruébenlos, tal vez me encuentren~".

«Miku, no soy pastelero, soy repostero y…»

—¡Nii-sama, necesito otro pastel de fresas con crema para la mesa cuatro! —dijo su hermana menor, quien se le parecía mucho y había entrado para dejarle otra nota de pedido.

—¿¡Otro?! ¡Pero si ya pidió cuatro en menos de una hora! —El joven hombre gruñó un poco y se limpió la cara con una toalla.

Este hombre era Itsuka Shidou, tenía cabello azul algo largo por no tener tiempo de ocuparse en él, por lo que se lo ataba en una pequeña colita usando una liga, era una medida higiénica, ya que él cocinaba todos los postres de esta pastelería. Y vestía como un cocinero y hasta usaba unos guantes de cocina de color blancos.

—Vamos, sabes que Tohka-san es nuestra cliente número uno, ¿qué te sucede? —preguntó la joven con una gotita en la cabeza—. Miku-san nos hizo un gran favor con esa publicidad gratuita.

—Pero gracias a eso no puedo… estar con mi familia en sábado, se supone que Origami me ayudaría hoy, pero resulta que se enfermó, uuh… cielos… —Suspiró con cierta pesadez.

—Oh, bueno, sí… lo siento por eso, pero no lo vimos venir. Es culpa del destino, pero podemos… —En ese momento, la puerta donde solo debía usar el personal, fue abierta. Mana se giró para verlos—. ¿Yoshino-san? ¿Yuki-kun?

—¡…! —Shidou abrió más los ojos y se acercó a ellos.

—Papá, ¿tienes problemas…? —preguntó preocupado y en voz baja, Shidou hizo una sonrisa amarga, típica suya, pero negó con la cabeza.

—Papá sí tiene problemas.

—¿¡Yoshino-san…?! —Mana retrocedió un paso al escuchar eso y abrió más los ojos por lo directa de sus palabras.

—Por eso. —Yoshino sonrió con determinación se acercó a Shidou para tomar su mano entre las suyas—. Mamá ayudará a papá.

—¡…! Yoshino… eso no es justo… —susurró levemente sonrojado, pero sonrió levemente. Ella negó con la cabeza.

—No. Lo haré, así que, confía en mí.

Shidou abrió un poco la boca, pero asintió con la cabeza al momento en el que apretó una de sus manos levemente, luego sonrió más animado.

«Gracias, Yoshino».