Y en la habitación conjunta las cosas no iban muy diferente.

—Creo que no me queda de otra... - suspiró rendida la sonrojada preadolescente mientras su tímida mano por vez primera acariciaba por encima del camisón su pequeño pero respingado pezón.

Flashback

Si bien cuando llego de su peculiar travesía en el lago se enfocó en realizar rápidamente la cena, de su mente no salía ese duro bulto que había sentido esos pocos segundos al estar tan cerca del discípulo de su padre.

Sentía cómo desde ese momento hasta ahora las mejillas no dejaban de escocerle y algo extraño que nunca le había pasado, a menos que hiciera mucho frio, sus pequeños pezones se sentían duros al roce de la vestimenta que traía.

Eso sin nombrar el extraño cosquilleo cálido que sentía debajo de su vientre y una ¿humedad en su intimidad? No, imposible, debía ser que aún tenía agua del lago en la parte baja de su bañador.

—¡¿Qué te está pasando Riza Hawkeye?!-se reprochó mentalmente- tu no eres como las libidinosas adelantadas de tus compañeras... ¿O sí?

Y es que Riza podía ser joven, pero no tonta.

Ya había recibido lo máximo de educación sexual que la humilde escuela de su pueblo podría ofrecer, lo cual era lo básico; y también había obtenido conocimientos más "avanzados y detallados" en base a las experiencias que contaban sus compañeras de clase sin importar que ella estuviera presente, al fin y al cabo sabían que la callada niña no se habla con casi nadie, era como una tumba.

En ese momento al escucharlas disimulada, había entendido de forma lógica sus explicaciones y comentarios, pero habían cosas que por más que se esforzara mentalmente, no podía entenderlas... Hasta ahora que las había vivido en carne propia.

—No, definitivamente no creo que sea buena idea toparme con él por ahora... - llegó a una sabia conclusión sintiendo un calor creciendo en su pecho- quizás mañana sea mejor y menos incomodo.

Y acto seguido sirvió la cena del joven Mustang y de su padre, dejando la primera en la mesa para xuando este llegara y la segunda llevándosela al cuarto de su progenitor para rauda y veloz asearse y encerrarse en su propia habitación.

Su santuario.

El lugar donde podría descansar al fin liberando su mente de pecaminosos pensamientos...

O al menos es lo que ingenuamente pensó.

Fin del flashback

—Al final. Si fui un poco como ellas ... - dijo en un tono culposo pero creciente excitación.

Ella no era tonta, sabía que todas estas sensaciones que por horas la habian atormentado las producía pensar libidinosamente en el cuerpo de su ya de por sí guapo y joven compañero de casa... Y también sabía las posibles soluciones, pero como siendo toda una señorita de buenos principios no iba a correr de buenas a primeras a hacer cosas no aptas para su edad... Le tocaba decantar por su segunda opción, de lo que tanto escucho hablar a sus compañeras sin pudor, la masturbacion.

Y allí estaba ella timidamente explorando por vez primera su virginal cuerpo, los leves roces que en un principio daba a sus pezones fueron acentuandose hasta convertirse en pellizcos, jalandolos levemente con ojos cerrados sintiendo como esas sensaciones se transmitían por todo su cuerpo pidiendo poco a poco más.

—Roy... - Susurró algo avergonzada mientras en su mente no podía evitar imaginar que era el joven el que estaba otorgándole tales nuevas experiencias?-

Y en esas ansias crecientes se decidió a quitarse el camisón y el interior quedando desnuda sobre su suave cama siendo esta la única testigo y confidente de su inconfesable primer deseo.

Siguió las caricias en sus pechos, esta vez palpando de forma directa su blanca piel y poco a poco entre el tacto que la erizaban fue bajando por su cintura y caderas hasta llegar a su pubis.

Dudo unos segundos, después de todo para a alguien tan recta como ella hacer algo tan impropio era una lucha entre cuerpo y mente, era algo inadmisible... Era... Ya no había marcha atrás.

Con mano temblorosa comenzó a dar caricias en su monte de venus en el cual se vislumbraba una suave capa de vellos, indicio fehaciente de que su etapa de niña había acabado y la de adolescente estaba iniciando.

Continuó su autoexploración delineando sus labios mayores, concentrandose en las sensaciones placenteras; nunca habia tocado su sexo más que para el aseo cotidiano, esta sin duda era toda una nueva experiencia. Con timidez pero deseo abrió sus labios mayores sintiendo su palpable humedad. Era abundante pero calida, algo bizcosa y que la incitaba a tocar más.

Esparció su elixir analizando mentalmente su propia e intima anatomía de arriba hacia abajo:comenzo por aquel botoncillo de la felicidad, clitoris recorsaba que se llamaba, el cual estaba pidiendo a gritos atencion, palpitando espectante en busca del roce añorado. Con roces torpes fue jugando con el, de arriba hacia abajo y en circulos, aprendiendo qué movimiento le gustaba más a su cuerpo, sintiendo como ese pequeño pedacito de carne se ponía duro y hacia que su piel se erizara, que una corriente eléctrica la recorriera, sentía que podía pasar todo el día tocando aquel lugarcito especial que tanto gusto le generaba pero la curiosidad de la exploración la hizo seguir en su trayecto; bajo sintiendo sus ninfas hasta llegar al lugar de donde emanaba la fuente, la entrada de su vagina era el punto más húmedo y cálido hasta ahora, una interesante contradicción que la lleno de una mayor curiosidad.

—¿Qué pasa si...? -lentamente metio su índice- Wow... - susurro abriendo los ojos y viendo hacia abajo-

Se sorprendió al comprobar que su vagina era tan estrecha, lo suave pero flexible de su interior y que estaba aún más cálido y húmedo que su vulva. Su palpitante vulva, era como si tuviera un corazón ansioso allí abajo.

Esto sin duda era un mejor aprendizaje que lo escuchado en la escuela y de parte de sus compañeras.

Con la mano sobrante volvió a acariciar sus pechos enfocandose en pinzar sus pezones mientras que la otra empezaba a entrar y salir de su canal con mayor fluidez mi entras sus pensamientos sin poderlo evitar iban hacia el joven de la habitación contigua, hacia "eso" que había sentido de él...

—Mustang-san... R-roy... - dijo entre suspiros y arremetidas en su sexo-

Su piel se erizaba con cada penetracion de su ya no tan tímido dedo, primero lento y ahora más rápido, pedía más y más por lo que bajo sunotra mano hasta su clitoris y comenzó a tocarlo de la forma que más le había gustado sin dejar de penetrarse, los movimientos de sus manos aumentaban tanto como su respiración y latidos cardiacos, algo en su interior crecía, era como si fuese a alcanzar el cielo y cuando sintió que ya no podia más un gemido salió de su boca que alcanzo a acallar con la almohada para que en el silencio de la noche no fuera en tal acto pillada.

Acto seguido sintió las contracciones vaginales oprimiendo satisfactoriamente su dedo.

Sacó la almohada de su rostro, Perlas de sudor decoraban su palida piel y una sonrisa satisfactoria decoro su normalmente parco rostro.

—Wow... eso se sintió bien... Realmente bien...

Esperó a calmar un poco su corazón y cuando ya no sintió las contracciones sacó despacio su dedo lo levantó a la altura de su rostro y juntandolo con el pulgar y corazón vio la consistencia de sus fluidos ... Líquido, elástico, viscoso y lujurioso comprobante de la gran satisfacción que había experimentado. Se sentía grande, se sentía relajada, se sentía en paz.

Y así por fin pudo dormir tranquilamente hasta su siguiente despertar.

Soñando estar en una cita con el joven de cabellos azabaches, que este tomaba su mano y la besaba dulcemente observando ambos el atardecer con tranquilidad, mostrando a final de cuentas una palpable contradicción y combinación entre su inocencia e incipiente sexualidad.


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Hace tiempo que no actualizaba, agradezco a la la lectora que me motivo a hacerlo. Con uno o dos capítulos más termino este fic y con dos más termino el de Sentidos para así no dejar incompleta mi corta aportación en este fandom.

Espero el capítulo sea de su agrado.

Saludos.