Lucy y Caspian caminaron durante un tiempo mas observando las casas y la feria hasta que decidieron que era tiempo de volver al muelle.

Cuando ambos entraron de vuelta a la zona de los barcos notaron que ya todo estaba empacado y varios de los soldados tenían sus caballos listos.

—¿Viven todos aquí? —Preguntó Lucy curiosa.

—Algunos, otros son de la ciudad cerca del castillo o viven en él. —Respondió Caspian

—Ya veo. —Asintió Lucy con tranquilidad había asumido que la gran mayoria de los marinos eran de lugares costeros pero parecía que habían llevado una gran cantidad de guardias del castillo al rescate de Caspian.

—Sin embargo se quedaran en el pueblo unos dias, en caso de que ocurra algún ataque o planeemos algo. —Explico el rey.

Cuando llegaron con el resto los dos hombres del consejo se acercaron a ambos.

—Rey Caspian, el carruaje esta listo. —Dijo Eduarth sonriendo.

—Gracias, vamos Lucy —Le dijo tranquilo.

La joven caminó junto con Caspian, cuando llegaron al vehículo se encontraron a Aaron ajustando las sogas de los caballos, al verlos el joven sonrio.

—Majestades, ¿Disfrutaron el paseo? —Preguntó el comandante.

—Fue divertido. —Dijo Lucy con una sonrisa, el soldado sonrió.

—Si me permite decirlo, le sienta mucho mejor ese vestido que los pantalones viejos de su majestad, alteza. —Comentó Aaron con cierto tono de burla.

La joven inglesa solto una carcajada.

—Gracias por el comentario innecesario, la proxima vez que estemos en alta mar tú lavaras mis pantalones. —Le dijo Caspian al soldado con una sonrisa mientras ayudaba a Lucy a subir al carruaje.

—Majestad era solo una observación. —Comentó haciéndose el santo. El rey nego con la cabeza mientras reía para así subirse al vehículo y cerrar la puerta.

Cuando Aaron acabó con los caballos todos partieron.


Capítulo 4:

Viejo conocido.


—¿A donde iremos? —Preguntó Lucy curiosa mientras miraba por la ventana.

—No nos alejaremos mucho del pueblo, le debemos una paliza a esos piratas además ellos tienen mi espada.

—¿La que te dio Peter?

—Si, se la quedaron cuando nos emboscaron. —Habló observando el paisaje, era un bosque bastante frondoso, varios destellos de luz atravesaban las hojas de los árboles dandole un toque místico.

—Ya veo, pero ¿Donde iremos exactamente? —Preguntó Lucy curiosa.

—Ya lo sabras cuando lleguemos. —Dijo Caspian con una sonrisa.

Lucy lo observó con una mirada curiosa y luego rió levemente.

—Y dime ¿Que relación tienen tú y Aaron? Se ve que hay camadería entre ustedes.

—Pues él tiene mucho talento con la espada y es valiente, lo trasladaron al castillo hace al menos tres años y desde ese momento no hizo mas que conseguir mejores puestos. —Comentó Caspian riendo. —Nos conocimos en una reunion con la armada y al tener la misma edad nos volvimos buenos amigos enseguida.

—Ya veo. —Hablo Lucy con calma.

El resto del camino fue tranquilo y sin complicaciones, por fuera se oían las risas de algunos soldados, sus conversaciones y los pasos de los caballos. Lucy se acomodó mejor en el asiento y se mantuvo enfocada en el paisaje, por alguna razón ese bosque le sonaba.

—Oye, me aburro, ¿Alguna vez haz jugado veo veo? —Le preguntó Lucy a Caspian mirándolo de reojo.

—No, ¿De que se trata?

—Yo tengo que observar algo del entorno y luego te digo: Veo veo. Tú me preguntas: ¿Que ves? y yo te digo el color de lo que vi, basándote en eso tienes que adivinar que es lo que observé. ¡Es fácil! Anda juguemos. —Le pidió la inglesa con una sonrisa.

—Bien, comienza tú. —Habló Caspian, no podía negarle nada a la reina de Narnia con esa sonrisa.

La joven estuvo observando el lugar un rato hasta que encontró algo con lo que comenzar.

—Veo veo. —Le dijo ella.

—¿Que ves? —Preguntó el rey.

El resto del camino se la pasaron jugando y riendo, estaban bastante entretenidos y eso hizo que el camino pasara mucho más rápido. Luego de una hora de viaje Lucy observó por la ventana de reojo mientras buscaba algo para elegir cuando un castillo a medio construir al borde de un risco llamo muchísimo su atención, casi al instante la sonrisa de la joven se extendió y observó a Caspian.

—¿Es Cair Paravel? —Preguntó Lucy emocionada, aunque ella podría haber apostado lo que fuera por que si lo era.

—Así es. —Dijo Caspian sonriendo. —Reconstruir este castillo fue una de las primeras cosas que pedí cuando me volví rey, aun no esta terminado le falta muchísimo trabajo, pero las cosas básicas están asi que se puede vivir dentro de él.

Lucy no tenía palabras sobre lo que veía, ya no pensaba volver a ver Cair Paravel de esa forma, aun le faltaba mucho para que volviera a la gloria pero eso ya era algo.

El carruaje comenzó a subir el camino hacia el castillo y cuando se detuvo por fin la joven inglesa fue la primera en salir, estaba embelesada por el lugar.

Varios constructores iban y venían por aquí y por alla moviendo cosas y colocando piedras, ella nunca había visto la construcción de un castillo pero se notaba que era mucho trabajo, lo mas probable es que no lo completaran hasta que Caspian terminara su reinado, incluso más.

Subieron las escaleras hasta la entrada del castillo y les abrieron las enormes puertas, luego de cruzar un pasillo decorado con cuadros y bustos entraron en el salon recibidor, era amplio, elegante y parecía haber sido limpiado hace poco. Lucy lo observó con cuidado.

—Majestad. Bienvenido a Cair Paravel. —Dijo un hombre alto y delgado que parecía desbordar elegancia.

—Muchas gracias. —Dijo el rey con una sonrisa. —Te quiero presentar a alguien —Lucy volteo su vista a Caspian y se acercó sonriendo a su lado mientras miraba al otro hombre. —Ella es Lucy Pevensie, Lucy el es Enrique, el jefe del castillo, se encarga de mantenerlo mientras yo no estoy en él.

—Es un placer joven Lucy. —Dijo mientras se inclinaba cordialmente

—Lo mismo digo. —La castaña hizo la misma acción.

—Vengan por aquí, les mostrare sus habitaciones.

Ambos lo siguieron con tranquilidad mientras observaban curiosos la decoración de las salas restauradas. A medida que avanzaban se cruzaban con bastante gente del personal que saludaba a Caspian inclinando la cabeza en señal de respeto, la castaña tocaba con los dedos las paredes a medida que caminaban y por alguna razón se sentía en casa a pesar de que hace años que no pisaba ese lugar.

Cuando llegaron al tercer piso del castillo les mostraron sus habitaciones y Lucy entró al suyo con lentitud, era bastante grande y habían varias mujeres arreglandolo.

—Con permiso —Habló la castaña algo tímida y saludo a las mujeres —Buenos dias.

—¡Bievenida jovencita! Soy Denis la jefa de limpieza de este castillo.—Habló una mujer bastante elegante y algo gorda, lo que mas resaltaba eran sus cabellos rubios, el resto de mujeres solo se inclinaron en señal de respeto.

—Es un placer, me llamo Lucy. —Se presentó la castaña.

—Lucy... Ese nombre me suena... —Comenzó a hablar Denis— ¡Oh bueno! Conozco a tanta gente que me suenan todos los nombres. —Lanzó una carcajada y tomó a la joven inglesa de la mano para guiarla por el cuarto —Me avisaron de su repentina llegada hace muy poco así que nos pusimos a preparar este cuarto para usted, espero que no le parezca muy pequeño.

—No para nada, está muy bonito. —Dijo la joven mientras se acercaba a la cama.

—En esta puerta tiene un armario donde le colocamos algunos vestidos, —La mujer se movió por la habitación hasta la otra esquina. —Aquí tiene este biombo y detras de el una bañera por si requiere bañarse, llamenos en caso de que necesite que la llenemos.

—Por supuesto, muchas gracias.

—Oh y una cosa mas, en unos minutos vendrá una jovencita llamada Annais para atenderla y prepararla para la cena, así que despreocupes.

—Pero, aun falta mucho para la cena...

—¿Nunca se a preparado para la cena? —Pregunto Denis, Lucy entonces se mordió el labio inferior, había olvidado lo mucho que se tardaban para esas cosas.

—Si, sólo que eso del mar y lo demas me afecto un poco, lo siento. —Intentó excusarse.

—No se preocupe, a todas nos pasa por ahora relajese. —Dijo Denis con una sonrisa para luego salir del cuarto.

Lucy suspiró cansada y se recostó por completo en la cama mientras observa el docel por encima de ésta. Se sentía como una princesa o algo por el estilo, se rió como boba pensando en como sus hermanos se burlarían de ella por ese pensamiento, evidentemente no era una princesa y reina solamente de titulo ya no tenía poder sobre Narnia y tampoco quería tenerlo, Caspian era el rey y respetaba eso, confiaba en él completamente. A veces le resultaba triste saber que Narnia ya no la necesitaba ni a ella ni a sus hermanos pero por otro lado estaba feliz, cada vez que llegaban a Narnia era usualmente una señal de guerra, el que ya no dispusieran de ellos significaba que todo estaba en paz.

Sonrió con tranquilidad, en cuanto acabaran con esos piratas ella volvería a su mundo y seguiría con su vida aun habían cosas que debía hacer ahí, tenía una pasarela importante y debía mantenerse en su peso.

Al pensar en aquello se levantó de la cama con un rostro preocupado, igual debería hacer algo de ejercicio para perder algo de peso que había ganado. En Narnia no habían básculas asi que debía guiarse por vista y eso no siempre era muy saludable.

Caminó hasta su armario y rebuscó en él algo comodo de usar para trotar, lo único que había eran vestidos y mas vestidos, luego de hacer un gesto pensó que hubiera sido mejor quedarse con los pantalones y camisa de Caspian.

En esta momento vio un tipo de ropa interior que consistia en un pantalon hasta las rodillas con unos elásticos en las puntas y una camiseta con el mismo tipo de mangas, asi que decidió poner a prueba sus habilidades para la moda y el diseño que había adquirido al trabajar de modelo y luego de colocar las prendas en la cama busco unas tijeras en el tocador que había junto a una de las ventanas de la habitación.

Cuando las encontró caminó hasta la cama y comenzó a recortar el pantalon para hacerlo mas corto y cómodo, lo mismo hizo con la remera cortándole las mangas y parte inferior de la tela. Cuando se lo probó ni siquiera parecía la ropa interior de esa época, era simplemente un conjunto de deporte un poco refinado puesto que la tela era de ceda. Una pena, luego vería como se las arreglaría para coserlo de vuelta pero por ahora era lo único que tenía.

Se puso los zapatos y salió de la habitacion con cuidado de que no la vieran, si habían intentado replicar el castillo entonces debía saber mas o menos donde encontrar una salida al jardin.

Una vez encontró la puerta al exterior se dispuso a trotar por los jardines siempre intentando no estorbar en la obra.


Mientras tanto en un salón con una gran mesa redonda y un mapa se encontraban Caspian, sus dos consejeros, Aaron y un par de hombres mas de la milicia hablando sobre cual sería la mejor manera de atacar a los piratas.

—Podríamos entrar por el éste y caminar unos metros, de esa forma no nos verán llegar. —Dijo uno de los hombres.

—Supongo, ¿pero que haremos con los barcos? —Preguntó otro.

Caspian sólo los escuchaba dar ideas, a decir verdad estaba algo aburrido quería ir ya a patearle la cara a esos piratas pero hasta el sabía que ir sin un plan sería estupido.

Movía su pluma de un lado a otro mientras esperaba a que pasara o dijeran algo interesante hasta que de repente oyó a Aaron decir:

—Oigan, ¿Esa de ahí no es la reina Lucy? —Preguntó. El chico estaba igual de aburrido que el rey así que había abierto la ventana para observar el paisaje cuando Lucy apareció trotando por su vista.

Todos se acordaron a la ventana para mirar, incluso Caspian se asomó con curiosidad hasta que el rojo se le subió a las mejillas.

—¿Que se supone que hace trotando y con tan poca ropa como si nada? ¿Que acaso no tiene decencia? Con razón los Narnianos no los extrañaron durante quinientos años. —Despotrico Lucius con un rostro enfadado.

—Pues yo creo que se le ve muy bien. —Dijo Aaron tranquilo, Caspian lo miró con el ceño fruncido. —¿Que? A Aslan lo que es de Aslan, además parece que tiene algunos abdominales marcados, de repente quiero vivir en su mundo.

—Una palabra más y te corto la lengua —Habló Caspian en un suspiró para luego apoyarse en la venta y gritar —¡Lucy! —La joven pareció no haberlo oído —¡LUCY! —Ésta vez la joven si volteo a verlo y le sacudió la mano con una sonrisa en forma de saludo, Caspian pensó que se veía adorable pero sacudió esos pensamientos de su cabeza —¡CUBRETE!

La castaña se asustó por el grito y miró el cielo preocupada poniendo sus manos en su cabeza.

—¡¿PORQUE?! ¡¿QUE VIENE?! —Le gritó preocupada.

—¡NO! ¡QUE CUBRAS TU CUERPO! —Le volvió a gritar el rey intentando explicarle.

—Ah, era eso. SÍ SÍ, LUEGO LO HAGO —Le dijo ella y decidió continuar con su ejercicio.

—¡¿COMO QUE LUEGO?! ¡LUCY!—Gritó en vano porque la chica ya se había ido.

—Una completa indecente como su pueblo. —Dijo Lucius mientras se alejaba de la ventana con cara de asco, los demas hicieron lo mismo y volvieron a sus cosas.

Aaron puso una mano en el hombro de Caspian y lo miró con una media sonrisa para luego decir:

—¿Vas a ir a buscarla verdad?—Sus risas eran evidentes.

—Vuelvo en unos minutos. —Dijo siplemente y luego salió del salón.


Cuando salió del castillo la busco por todos los lugares que conocía hasta que al fin la encontró debajo de un arbol descansando, nadie parecia haberla visto. Se acerco a ella la cual estaba completamente transpirada, le toco la mejilla levemente y ella abrió los ojos.

—Caspian, ¿Que ocurre? —Preguntó en medio de un bostezo.

—¿Como se te ocurre salir así vestida?

—Necesitaba hacer ejercicio y no tenía ropa. —Respondió Lucy.

—No se como se vistan en tu mundo pero aquí eso es llevar ropa interior. —Le reprochó Caspian.

—Oh vamos, ni que hubiera salido desnuda. Además procuré que nadie me viera, ustedes lo hicieron de casualidad.

—Así como nosotros pudo haber habido otros, debes tener mas cuidado Lucy.

—¿Sabes lo complicado que es hacer deporte con el vestido y el corsé?

—Entonces abstente de hacer ejercicio aquí.

—¡No puedo permitirme engordar! Tengo una pasarela en una semana y debo mantenerme en cierto peso, podría despedirme si se enteran que subí y eso significa que perderé mucho dinero que uso para vivir. —Le dijo ella con una mirada de enfado —En mi mundo soy una ciudadana normal, y como tal no puedo perder mi trabajo.

Caspian la observó tambien con el ceño fruncido y se mantuvieron así unos minutos hasta que el rey suspiró mientras observaba el castillo.

—Bien, vamos a mi cuarto. —Habló él mientras se volteaba.

—¿Que? ¿Por que? —Preguntó Lucy mientras se levantaba.

—Te daré algo de mi ropa para que uses. —Caspian comenzó a caminar hacia castillo.

—¡Bien! ¿Te he dicho que eres el mejor rey del mundo? —Lo alago ella mientras se ponía a la par de él.

—No, pero bueno es saberlo. —Respondió con una sonrisa Caspian.

Mientras subian las escaleras hacia es primer piso ambos escucharon un par de risas provenir del final así que Caspian se quitó la camisa y se la coloco a Lucy para que se cubriera, la joven se sonrojó bastante y procuró no ver tanto a Caspian. Los pasos continuaron hasta que se encontraron a Enrique y Denis muy contentos bajando las escaleras.

Los cuatro se miraron entre ellos y se quedaron unos segundos procesando, a Denis y Enrique no les costó mucho entender la situación, Caspian sin camisa, Lucy con la suya y las piernas descubiertas. Denis fue la primera en enrojecer y comenzó a empujar a Enrique escaleras abajo.

Sólo en ese momento el Jefe del castillo comenzó a entender todo.

—¡Majestad necesito una explicación! —Gritó el hombre.

—¡No es lo que creen! —Intentó explicarles Caspian.

—¡Dejalos Enrique! El amor joven es lo mas hermoso que hay, ¡No les arruines eso! —Defendio Denis mientras empujaba a Enrique del brazo para bajar las escaleras.

—¡Denis! No digas esas cosas. —Le reprochó Enrique bastante rojo.

Lucy miró algo nerviosa y avergonzada a las paredes para luego tomar el brazo de Caspian y empujarlo escaleras arriba.

—Vamos, hay que llegar a tu cuarto antes de que alguien mas se atraviese. —Le dijo la reina en voz baja. —A proposito, ¿Donde ésta?

Caspian sólo se resigno, luego le explicaría a Denis y Enrique lo que sucedía. O no, no tenía porque darle explicaciones a nadie.

—Sigueme. —Esta vez fue él quien la empujo del brazo acelerando el paso.

Cuando llegaron al cuarto de Caspian y se aseguraron de que las dos grandes puertas estuvieran cerradas el rey se dispuso a buscar entre su ropa mientras Lucy observa el cuarto, tenía cierto aire que lo hacía sentir familiar.

—¿Este cuarto lo crearon de cero? —Preguntó ella.

—No, de ésta parte del castillo habían algunos planos que lograron ser salvados, estaban en una habitación subterránea con estatuas de ustedes junto con otras muchas cosas. De allí vienen las ropas que tienes en tu armario, algunos son tuyos y otros de Susan, lo único que pedí fue que los lavaran. —Explicó Caspian con calma.

Lucy asintió comprendiendo y observó el techo del cuarto hasta que algo llamó su atencion, la puerta del balcón.

—¿Puedo ir al balcón? —Preguntó ella.

—Claro —Respondió Caspian.

Cuando abrió las puertas camino por el lugar hasta apoyarse en el balcón, tenía una vista al mar increible y el olor a agua salada la inundaba, por alguna razón supo que eso iba directo a los mares de oriente.

De repente a su cabeza llegó como un flashback la imagen de ella con un largo vestido observando esas vistas, inmediatamente se volteo para volver a observar el cuarto. Éste había sido su cuarto durante su época de reinado.

Entonces volvió a mirar el mar y caminó dentro de la habitación.

—Lucy, tengo esto que creó que te servirá. —Dicho eso Caspian le dio unos pantalones y una camisa.

—Gracias. —Le respondió ella tomándolos. —¿Te molesta si voy detrás del biombo a cambiarme?

—No, para nada. —Dijo el Rey mientras se iba al balcón para no incomodar a Lucy.

La joven sonrió y se colocó en su lugar para comenzar a desvestirse y ponerse la ropa de caspian. Una vez lo hizo tomó la camisa que el rey le había dado antes y la dobló para luego ir al balcón junto a él y entregarsela.

—Aquí tienes, gracias por la ropa y por todo lo demás —Le dijo Lucy.

—¿Lo demás? —Preguntó Caspian mientras tomaba su camisa y se la colocaba.

—Ya sabes, por ayudarme y eso.

—Diría que me has ayudado mas tu a mi que yo a ti. —Le dijo el rey con una sonrisa.

—Tu me sacaste del agua. —Dijo ella.

—Y tu de la celda, estamos a mano. —Habló el joven mientras levantaba los hombros levemente.

—¿Que haremos con los piratas? —Preguntó Lucy.

—Aun estamos planeandolo pero supongo que mañana ya lo tendremos decidido.

—¿Estan en eso ahora?

—Si, estábamos en plena reunión.

—Y no me llamaste —Dijo Lucy fingiendo estar ofendida.

—Creí que querrías descansar un poco. —Comentó Caspian con calma.

—En eso tienes razón, pero podría ayudarlo un poco, o al menos ser consciente de lo que vamos a hacer.

—Supongo que tienes razón, seguiremos con la planeacion después de cenar.

—Me parece bien. —Dijo Lucy con calma— Me tengo que ir a mi cuarto, ¿Nos vemos en la cena?

—Claro, yo debo volver al salón con los demas.


Cuando Lucy llego a su cuarto se recostó en la cama y tomó una pequeña siesta hasta que escuchó a alguien tocar la puerta, cuando la abrió se encontro con la joven llamada Annais la cual le dijo que venía a ayudarla.

Lucy la dejó pasar con calma sin embargo se sorprendió por la cantidad de jovenes que venían con cubos de agua dispuestas a llenar la bañera, una vez lo hicieron todas se marcharon dejando a Annais sola con Lucy.

—Puedo bañarme yo sola —Le comentó Lucy sonriendo algo nerviosa.

—Esta bien señora, no es una molestia hacerlo. —Respondió Annais, era una joven alegre y servicial además de risueña.

—Supongo que no puedo evitar que hagas tu trabajo. —Habló la castaña en un suspiro

—No señora. —Le respondió con unas pequeñas risas mientras masajeaba su cabeza —Cierre los ojos. —Lucy lo hizo y Annais tomó algo de agua de la bañera con un cubo y lo hecho sobre la cabeza de Lucy. —Digame, ¿Es usted algún pariente de su magestad?

La joven reina la observó extrañada.

—¿Por que lo dices? —Preguntó Lucy.

—Se los ve muy cercanos. —Comentó Annais.

—¿Osea que no lo saben?— Cuestionó Lucy extrañada.

—¿Saber qué?

—No, nada.

—Bueno, salga de ahí que voy a secarla.

Una vez acabaron con el baño y se aseguraron de que ya no goteara mas agua pasaron a colocarle el vestido, era rojo con flores blancas y detalles dorados. Lucy recordó haberlo usado en mas de una ocasión aunque no podía distinguir cuales, sin embargo si sabía que era uno de sus favoritos.

Le colocaron los zapatos y luego la sentaron en el tocador para vestirla y maquillarla. Una vez terminaron Lucy se miro al espejo suspirando.

—Lo que debe hacer una mujer para cenar. —Comentó bastante cansada.

Annais rió ante el comentario de la castaña y luego se dispuso a salir del cuarto.

—Luego vendran a vaciar su tina. —Le comentó antes de salir.

—Bien. —Le respondió simplemente.

Annais se fue del cuarto y unos minutos después Lucy salió hacia la puerta esperando encontrarla por el pasillo, había olvidado preguntarle donde estaba el comedor.

Al final decidió caminar y buscarlo ella, el castillo estaba en construcción así que no podia ser tan complicado encontrarlo.

Luego de unos minutos de caminata encontró una sala de dos puertas enormes, las abrió esperando que fuera el comedor pero en su lugar se encontró con una gran sala donde estaban los cuadros de ella y sus hermanos colgados en las paredes, también estaban las estatuas de ellos y habían varios sillones y sillas para sentarse, en medio de la habitación había un piano de cola bastante bonito.

Ella caminó por la habitación observando los cuadros hasta que se detuvo en uno particular, uno de ella. Asumió que tenía veinticinco o veintiséis años. Realmente era bastante bonita, aquel rey que la había insultado décadas atras debía haber tenido un terrible gusto, o una terrible elección de palabras.

De repente se sorprendió al oír unos pasos en la habitación y volteo a ver quién era.

—Joven Lucy, la estaba buscando, es hora de cenar y...

El hombre se quedó de piedra, Lucy era identica a la antigua reina Lucy, pero no podía ser ella, ella no podía volver ¿O si?

—Lamento haberlo hecho corretear por ahí. —Dijo ella con una sonrisa mientras se acercaba a Enrique.—¿Vamos?

—Eh, si. —Dijo él y ambos salieron del gran cuarto para luego cerrar las puertas. —Por curiosidad, usted no es la reina de Narnia, ¿O si?

—Si. —Le dijo ella con tranquilidad, como si le hubieran preguntado si el rojo era su color favorito. A Enrique casi le daba un ataque. —¿Vamos a cenar? Muero de hambre.

Enrique sólo atino a asentir y la guió hacia el comedor, no lo podía creer. Que ella estuviera en Narnia no sabía si eran buenas o malas noticias.

CONTINUARA...


Bueno, holis! FELIZ AÑO NUEVO

Y que año nuevo ¿No? casi tenemos una tercera guerra mundial y salio un nuevo virus to' peligroso.

En noticias mas bonitas aca en Argentina se descubrió una especie de gatos salvajes que habían creído extintos, así que ¡Bien por los gatitos! ya los tienen en una reserva para preservar la especie, ahora mismo sólo están en peligro de extinción.

Y aquí termina este capitulo, espero que les haya gustado, super light este capitulo igual xd

no se que mas contrastes asi que ¡Nos vemos en el capitulo que sigue y gracias por el apoyo!

¡bye bye!