Disclaimer: Bnha no me pertenece.
Advertencias: post UA, por lo tanto son adultos; posible OoC, netamente con fines terapéuticos (siendo que soy una persona con muchos fics que acabar, este es el hijo fácil de tratar) y cómicos. Muchas parejas... ¡Subido y avanzado en Wattpad!


El número uno

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—Me casaré y molaré un montón—


Es un hecho, todos lo tienen claro, digerido, ya poco les importa cualquier cosa que haga. El muy idiota pasaría por sobre cualquiera para volverse el héroe número uno, y está bien. A algunos les mueve el dinero, a otros la fama y a los estúpidos, la posibilidad de que muchas chicas les sigan. Él quiere ser el número uno con todo su ser. Pues le dejan, es su vida y a pesar de todo, un objetivo bastante respetable.

Sin embargo, su deseo de superioridad va más allá algunas veces. Sólo algunas, más aún si se trata de los dos que siempre le dan pelea por el primer lugar. Cuando se trata de ellos no importa si no están intentando ser héroes.

No pueden ser mejores que él.

Así consiguió muchas cosas, incluso si no era la manera más idónea. Era más bien egoísta hasta cierto punto.

Eso lo llevó a conseguir algo muy importante: a su novia.

—¡Katsuki, ya regresé!

Detuvo sus flexiones y se encaminó hacia la sala. Uraraka dejaba unas bolsas sobre las encimeras de la cocina cuando la vio.

—¿Trajiste el arroz? —preguntó, ayudándola a sacar las cosas.

—Es lo principal, no lo olvidaría.

—Lo mismo dijiste con el pulpo la otra vez y lo olvidaste —sonrió doblando las bolsas y dejándolas a un lado.

Uraraka guardó silencio, tampoco le dirigió la mirada. Sabía que tenía razón.

—Hoy vamos a usar la cuerda, haremos sentadillas, flexiones, abdominales y practicaremos lucha cuerpo a cuerpo. Usarás pesas de veinte kilogramos en los tobillos y en las muñecas. Y queda prohibido activar tu quirk en la pelea —enumeró. Uraraka lo escuchaba atentamente hasta que mencionó lo de su quirk.

Ella sólo asintió. No tenía caso, Katsuki sabía lo que hacía y si le decía que no lo usara, pues vale, no iba a usarlo. Se esforzaría mucho para darle una buena pelea.

—Por cierto, en la mañana, antes de venir, recibí una invitación de Momo —comentó con una sonrisa—. Al parecer ella y Todoroki van a casarse en cuatro meses.

Él se detuvo abruptamente. De inmediato la imagen de doble cara sonriendo con chulería y mostrándole el dedo medio se apareció en su cabeza. ¿Perdiste tu corona, princesa segundona?

Eso iba en contra de todo el carácter de Shouto, pero no podía verlo de otra manera. No podía evitar pensar en que sería inevitablemente humillado, y eso no estaría en sus planes ni ahora ni nunca.

A veces lo pensaba bien y se sentía como un crío al sentirse de esa forma. Pero gran parte de las veces no podía evitarlo.

—Siéntete libre de dejarme lo del regalo.

No volvió a tocar el tema. Uraraka lo tomó por el lado de que poco le importaba si Todoroki decidía casarse, así que lo dejó ser. Mientras ese día hiciera un pequeño esfuerzo y la acompañara estaba bien.

Luego de cocinar, comer y descansar para evitar malestares, comenzaron a entrenar. Hace un tiempo él estaba más en su cabeza que con ella, pero seguía pendiente de recordarle algunas cosas y echarle una manito si se le llegaba a complicar un poco. No era por nada, más de setenta ejercicios de sentadillas o flexiones era bastante para ella seguramente. Pensando en eso se permitía ser solo un poquito flexible. Ella podía lograrlo, estaba seguro de eso.

—¡Ah, estoy exhausta! —se recostó en el suelo al terminar las flexiones de brazos.

Katsuki la ignoró y se sentó en el suelo a un lado de ella, tirando la cuerda por ahí.

—Vamos, los abdominales.

—¡Pero...! —antes de que él pudiera decir algo ella sonrió, deteniendo su queja, y se sentó al frente.

La miró extrañado. Algo iba a hacer esa tonta.

Entrelazaron sus piernas y se echaron al suelo. En el primer abdominal Ochako se acercó más de lo que esperaba y le dio un breve beso en los labios. Él chasqueó la lengua al notar que por eso de pronto parecía muy dispuesta a seguir con los ejercicios. Le dio un golpecito en la frente con su dedo antes de volver al suelo.

Así estuvieron por mucho tiempo antes de que Katsuki pusiera su mano entre los dos, por lo que ella besó su palma.

—Oye, basta —frunció el ceño.

—Pero así es divertido.

Guardó silencio por un momento.

—Cásate conmigo, Ochako.

Ella lo miró como si le hubiera salido una segunda cabeza. Le tomó un poco darse cuenta de lo que le estaba diciendo. Ni siquiera se lo estaba preguntando, aunque tampoco parecía una orden que no admitiera réplica alguna.

Después de eso no le tomó mucho darse cuenta de por qué lo decía.

Ochako sonrió.

—No.

—¡¿No?!

—Eso dije: no.

De pronto su sonrisa no daba una sensación muy agradable. Cuando Katsuki le pidió que se lo explicara esta cambió, ahora parecía más bien triste.

—Es por lo de Todoroki y Momo, ¿cierto? —suspiró— Ni siquiera vale la pena preguntar, te conozco, aunque por un momento pensé que lo decías en serio —decía mientras intentaba ponerse de pie.

Él la atajo por los pies, evitando que lo hiciera.

—¡Lo digo en serio!

—¡No lo dices en serio! —gritó de vuelta— ¡Es solo tu egoísmo y complejo de inferioridad hablando!

Sabiendo que no la dejaría ir, le tocó la pierna y lo hizo flotar para pararse. A pesar de las quejas de Katsuki no lo dejó caer en ningún momento.

—¡¿A dónde vas?! —exclamó al verla tomar su bolso y echar unas cuantas cosas.

—A donde no pueda verte la jodida cara.

—¡Devuélveme al suelo, maldita sea!

Después de un corto rato le habría sido posible salirse del efecto del quirk, pero con el tiempo Ochako se había vuelto más fuerte y ahora podía mantener cosas en el aire por un par de horas sin siquiera sentirse un poco mal.

—Lo haré cuando aprendas la lección.

—¡No eres mi puta madre, has lo que te digo Ochako!

—¡Cierra la boca, me estoy aburriendo de tus estupideces! —frunció el ceño— ¡Por mi que se te vaya la jodida sangre al lugar en donde se supone deberías tener el cerebro!

—¡Uraraka! —la llamó cuando vio se que dirigía hacia la salida.

—¡MUERE!

Seguido del portazo que dio se formó un gran silencio. Hasta que comenzó a gritar insultos y maldiciones por doquier. Estaba furioso. Aún más sabiendo que en realidad era su culpa, la había cagado en grande. No le sorprendería si no volviera a hablarle en mucho tiempo.

Pero él hablaba en serio, no era una broma, jamás jugaría con algo así.

¿Qué iba a hacer ahora?
No tenía con quien hablar de eso, y los que habían probablemente se reirían de él en su cara. Y si se lo contaba a su madre su muerte estaba asegurada, para la satisfacción de Ochako.
¿Cómo iba a casarse ahora? No podía pensar en estar con alguien más que no fuera ella, incluso si lo que quería era ir un paso adelante que Todoroki.

Con un demonio. Sabía que eso le traería problemas algún día.

De pronto sintió su cuerpo pesar, sabía lo que venía.

—¡Mierda! —gruñó tomándose la cabeza— ¿No pudo soltarme cuando no estuviera de cabeza?

Más importante, tenía que hacer algo con eso y pronto. De todas formas hablaría con Kirishima, arriesgándose a las burlas.