Voltron: Lost Memories
Capítulo 1:
"Abre los ojos"
Todo estaba oscuro. No podía ver, pero aún podía escuchar. Había disparos. Percibí ecos de voces. No sabía lo que decían, pero era claro que algo estaba pasando, y yo no podía hacer nada…
Abrí mis ojos, pero sólo veía formas y figuras distorsionadas. Parecía que el tiempo se estaba deteniendo, porque esas figuras se movían muy lento.
Entonces volví a escuchar voces. No. Una voz. O más bien el eco de una voz. Estaba cerca, pero ¿en dónde? No podía verla. No sabía de dónde provenía.
Sabía que estaba acostado. Sentía una superficie suave. Intenté moverme, pero sentí un intenso dolor que me obligó a quedarme quieto de nuevo. Y esa voz seguía ahí. Cada vez se hacía más clara, pero seguía sin entender lo que me decía. Porque yo sabía que me estaba hablando a mí.
Estaba tan cansado. Y no sabía por qué, sólo lo estaba. Mi cuerpo me dolía. Recuerdo haber cerrado los ojos y entonces la voz se volvió clara. Decía mi nombre. O eso es lo que supongo, porque cada vez que decía mi nombre yo lo olvidaba.
Parecía que estaba desesperado. Asustado. Sí, porque era la voz de un hombre, ¿pero quién? ¿Quién era él? Cuando cerré los ojos, y por fin entendía lo que decía la voz, pude sentir una mano sosteniendo fuertemente la mía. Esa sensación era… por algún motivo me sentía seguro. A salvo. Aún sin saber en dónde estaba o qué estaba pasando. Esa mano…
La voz me seguía llamando, así que me obligué a abrir los ojos. Aún veía borroso, y todo parecía estar cubierto por luz blanca. «¿Estoy muerto?» pensé. No. Sabía que estaba vivo. El dolor y el cansancio eran prueba de ello. Pero entonces, ¿por qué?
La voz volvió a decir mi nombre, y esta vez volteé. Aún no reconocí ninguna forma. Pero lo que sí reconocí, fue el color azul. Jamás había visto ese azul. Y era hermoso, ¿por qué pensé que era hermoso? Era sólo un color después de todo.
Pero ¿por qué vi azul? ¿Cómo podría haber visto el azul? Traté de concentrarme, y descubrí que había dos esferas azules frente a mí. Estaba muy confundido… y muy cansado… pero esa voz seguía llamándome. Aún sentía nuestras manos entrelazadas.
El cansancio estaba matándome. Poco a poco fui cerrando los ojos. Lo último que recuerdo haber escuchado es mi nombre. Y lo único que recuerdo haber visto fueron esos ojos azules.
No sé por qué… pero eran ahora mi color favorito.
…
…
…
No sé cuánto tiempo estuve dormido. Porque sé que dormía. Al menos así lo sentí. En realidad no era una siesta, en todo el sentido de la palabra. A veces mi mente despertaba, pero mi cuerpo se reusaba a abrir los ojos. Trataba de moverme, de decir una palabra, pero mi cuerpo simplemente no cedía.
Pero cada vez que me despertaba, por así decirlo, cada vez que gemía y trataba de moverme podía sentir su mano de nuevo. Y volvía a escuchar esa voz. Me decía —Tranquilo. Tranquilo. Estoy aquí. Estoy aquí— es lo que siempre decía.
No sé quién era el extraño. Porque sabía que era un hombre. Su voz me resultaba tremendamente familiar, pero no la reconocía. Pero no importaba, porque en cuanto lo escuchaba, una parte de mí se tranquilizaba. Me sentía seguro. Y entonces volvía a dormir. Sosteniendo su mano fuertemente.
Esto se repitió varias veces, aunque no sé cuántas. Sólo sé que cada vez que mi mente despertaba recuperaba fuerzas. Aunque no tan rápido como yo hubiera querido. Empecé a creer que estaba en una pesadilla interminable. Un sueño dentro de un sueño, dentro de un sueño… Pero esa mano y esa voz siempre estaban ahí, y me hacían sentir tranquilo. Se sentía real. Aunque en los sueños todo se siente real.
La última vez que mi mente despertó, no me dejé vencer por el cansancio. Reuní todas mis fuerzas y traté de mover mis brazos. Mis manos. Pero aún no podía hacerlo. Él seguía ahí, y no me dejaba en paz. Seguía hablándome y seguía tomándome de la mano.
¿Por qué no me incomodaba? Yo detestaba el contacto… No porque no me gustara, sino porque jamás había sido bueno para demostrar afecto. No sabía hacerlo. Por eso lo evitaba. Pero aquí, en este sueño perpetuo, que él sostuviera mi mano era lo que me reconfortaba. Así que, cuando volví a sentir su piel, lo sujeté tan fuerte como pude y me obligué a abrir los ojos.
La luz blanca había perdido intensidad, pero aún me costaba enfocar. Al menos ahora identifiqué el techo, la luz y las paredes de mi habitación. Si es que era mi habitación. No le di importancia. Lo que yo quería era ver a esta persona. Quería saber quién era.
Cuando giré la cabeza ahí estaba él. Lo primero que vi fueron esos bellos ojos azules. Su piel era morena, y su cabello castaño. Sabía que me era familiar. Yo lo había visto antes. Yo debía recordarlo.
—Hola greñudo.
El tono de su voz. Su sonrisa, ¡maldita sea, yo lo conocía! ¡No podía recordar su nombre!
—¡No, no! No hagas eso. Está bien.
En mi intento desesperado por hablar. Por saber quién era él, comencé a quejarme y forzaba a mi cuerpo para levantarse. Eso dolió, lo admito, pero ya no quería dormir, quería por fin despertar… pero mi cuerpo no tenía las fuerzas para hacer lo que yo le pedía. Entonces él pasó su mano por mi cabello. La forma en que me acarició también me resultó demasiado familiar.
—Vas a estar bien… yo te voy a cuidar.
Cuando lo vi llorar me quedé congelado. Cuando lo vi sufrir mi corazón comenzó a latir muy fuerte. No tenía idea de quién fuera esta persona, pero yo sabía que no quería verla sufrir. Lo único que podía hacer era apretar su mano. Y sin querer, me volví a quedar dormido.
...
…
…
…
Abrí los ojos una vez más. La vista borrosa casi había desaparecido, y claramente noté que no estaba en mi habitación. No tenía idea de dónde estaba. A mi izquierda había una gran ventana. Era de noche, y sólo alcanzaba a ver el cielo oscuro.
Entonces sentí movimiento a un lado de mí. En la misma cama en la que estaba recostado. Era él. Seguía a mi lado. Estaba sentado en una silla, pero había recargado su cabeza en mi cama. Dormía tranquilamente, pero se veía cansado… y no sé por qué, pero me pregunté si sería culpa mía. Aún no sabía lo que ocurría, pero estar ahí con él… con… con… L…
Su nombre llegó a mi mente. Pero el esfuerzo por recordar su nombre me arrebató todas mis fuerzas, y el sueño se apoderaba de mí otra vez. No lo iba a dejar, no…
Mis movimientos lo despertaron. Se veía preocupado.
—¡Keith! ¿Qué es? ¿Qué ocurre?
—…Ke-Keith…
¿Cómo es posible que no hubiera pensado en mi propio nombre? Tal vez no me preocupaba. No era mi nombre el que quería saber. Era el suyo. Y ya lo sabía.
—…L-La…
—¿Keith?
Había una expresión en su rostro que no reconocía. Miedo. Esperanza. Tal vez ambos.
—…La-Laaaa…
«¡Habla ya maldita sea!»
—…Lance…
Él me sonrió. Y otra vez lloró.
—Sí —dijo entre sollozos —¡Sí! Soy Lance.
—Lance…—Mi garganta estaba rasposa. Mi voz era apenas un susurro, pero él lo pudo escuchar.
—Lance… Lance… Lance…
Lo dije, y lo dije. Al fin lo había recordado. Sabía quién era él.
Lance.
Lance.
Lance…
Justo cuando volvió a sujetar mi mano, caí en un sueño profundo.
Tengo una impresionante manía por comenzar historias sin haber terminado previamente las anteriores. No significa que no voy a terminar las otras, pero sí que seguramente me tomará más tiempo del que debería. Ni modo, qué le podemos hacer. Además, ya tenía tiempo queriendo comenzar este FanFic, y al fin me sentí con la capacidad y la disposición para empezarlo... Ojalá sigamos adelante.