"Éramos amigos pero de vez en cuando mi corazón se confundía."

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—Espero que esta vez me traigas buenas noticias, Kinshiki.—dijo un joven hombre de piel pálida y tersa, sus ojos era de un azul cielo con tonalidades blancas, su cabello era de un pulcro tono blanco y a pesar de sus facciones amables sus ojos mostraban una crueldad y frialdad inimaginable.

Vestía un elegante yukata blanco que cubría sus manos y dejaba al descubierto un poco de su blanco pecho. En sus manos sostenía una foto de lo que parecía ser una chica sonriendo tiernamente, con mejillas sonrojadas y mirada brillante.

—Lo lamento joven amo, pero es como si la tierra se la hubiera tragado.—se disculpo Kinshiki haciendo una reverencia.—La princesa Hinata-sama, aún no a sido encontrada…

Pero Kinshiki se cortó abruptamente al ver la furia pintarse en el rostro de su joven amo. Sabía de lo que aquel joven hombre era capaz por lo que años de experiencia le habían enseñado a cerrar la boca en los momentos más precisos.

Kinshiki reprimió un escalofrío cuando la cruel y fría mirada de Toneri se posó sobre él, con una sonrisa tensa estirando sus labios.

—Es imposible que ella no aparezca, búsquenla hasta debajo de las piedras, no hemos llegado tan lejos para rendirnos a mitad de camino..—ordeno Toneri con voz suave, sin borrar en ningún momento su sonrisa tensa.

—Como usted ordene joven amo.—susurro Kinshiki sin deshacer aún la reverencia.

El sonido de los pasos de Toneri acercándose lo hizo tener un escalofrío, más aún así permaneció con el cuerpo doblado en una reverencia pese al peligro que su cuerpo le advertía corría.

Una mano se posó en su espalda con gentileza, dando suaves palmaditas.

—…Y Kinshiki, esta es tu última oportunidad, no habrá más ocasiones como está, encuentra a Hinata o paga con tu vida tu inutilidad.—ordeno con voz fría y al levantar la mirada unos segundos el horror le congeló los huesos al ver aquel amable rostro demostrar la pura crueldad.

Toneri no estaba bromeando. Esa sería su última oportunidad para encontrar aquella escurridiza chica quién era objeto de la obsesión de su joven amo.

[….]

Nerviosa observó su alrededor, había buscado una cafetería no muy popular, por lo que aquel lugar estaba tristemente casi vacío. Él tintineo de la puerta de entrada la hizo dirigir su rostro al frente suspirando con alivio cuando vio ingresar los rubios cabellos de él, y su mirada confundida.

Sus miradas no tardaron mucho en encontrarse y el pareció sonreír con alivio al verla, sus pasos inmediatamente lo acercaron hasta su mesa, él no vestía nada ostentoso, una simple playera naranja y unos vaqueros negros era su vestimenta, muy contrario a ella, quien sobre su cuerpo llevaba tres camisas del triple de su talla y unos pantalones negros bastante anchos. La peluca de color castaño le tapaba casi sus ojos claros los cuales protegía con unos gruesos lentes.

—¡Hey!.—saludo Naruto sonriendo y tomando asiento frente a ella.

Ella solo sonrió levemente correspondiendo al saludo.

—C-creo que ya lo sabe, el m-motivo por el qué lo cité aquí.—susurro observando su alrededor.—U-usted sabe que s-soy una c-chica…

—No te delatare Neji-chan…—la interrumpió Naruto sonriendo amistosamente, más ella solo lo observó sorprendida.

—…¿Neji…chan?.—susurro sintiendose extraña de escuchar el nombre de su primo ser dicho de esa manera tan infantil.

Naruto sonrió y asintió con un encogimiento de hombros.—Eres chica así que decirte Neji-kun sería raro, por lo tanto te diré Neji-chan.—explico Naruto con simpleza, ella lo observó aún sorprendida.—Asi que Neji-chan, confía en mí, no diré tu secreto, desde hoy y hasta el fin de mi vida juro guardar tu secreto a cualquier costó.—prometio sin dejar de sonreírle y por primera vez desde hace mucho, ella se permitió una sonrisa genuina.

—Muchas gracias…. N-Naruto-kun.—le sonrió de manera genuina, cálida y gentilmente.

Pero por alguna razón cuando termino de agradecer, se sorprendió al ver el rostro de Naruto un poco sonrojado.

—¿S-sucede algo Naruto-kun?.—pregunto confundida y un poco curiosa Naruto la miró sin entender unos segundos para después simplemente sonreír un poco apenado y restarle importancia a su leve distracción.

[…]

Debía tener cuidado.

Ese fue su primer pensamiento una vez que estuvo completamente solo, y observó la espalda de ella desaparecer tras una esquina.

Aquella sonrisa lo había tomado totalmente desprevenido, porque él no se esperaba ver aquella muestra de afecto tan genuina y cálida, ahora empezaba a entender un poco la confusión de Sasuke con ella.

—Ese maldito tiene el olfato muy desarrollado dattebayo…—susurrk con un poco de diversión.

De no ser cuidadoso hasta él terminaría embobado con aquella sonrisa y ojos perla. No podía permitirse eso, no cuando Sasuke estaba enamorado de ella, por el momento tendría cuidado de sus sonrisas y mientras tanto disfrutaría de la auto tortura de Sasuke pensando que era gay.

[…]

Era él, de eso estaba seguro, aquél andar torpe e inseguro solo podía pertenecerle a él.

Las malditamente irritantes mariposas en su estómago no dudaron ni un segundo en hacerse presente cuando sus ojos oscuros se encontraron con los claros de él.

Un asentimiento de cabeza fue lo único que recibió como saludo debido a la distancia que los separaba, y antes de que pudiera acercarse para saludar de manera correcta una sombra corpulenta unos metros atrás de Neji llamó su atención.