~ El final del sistema ~

Efectivamente, era Sero quien se encontraba en el camino, con la ropa un poco desarreglada, pesadas lágrimas cayendo de sus ojos y, para el eterno horror de los otros dos, con una enorme marca roja (que no tardaría en volverse un moretón) en el rostro, señal de que le habían golpeado.

El rubio y el ojimorado se apresuraron a ir a su lado, mil palabras de preocupación derramándose de sus labios mientras acunaban al pelinegro entre sus brazos, revisando por otras heridas con dedos cuidadosos.

-E-Estoy bien- dijo Sero después de unos segundos, estaba un poco aturdido, no había pensado que se los encontraría- No es nada grave y no tengo más heridas, sólo fue el i-imbecil de mi c-cita- explicó, nuevas lágrimas en sus orbes almendrados al recordar la experiencia.

-¿Tú cita te hizo esto?- se escandalizó Kaminari, sus ojos grandes con horror.

-¿Dónde está?- la voz de Shinsou prometía violencia y su rostro dejaba ver claro como el día lo furioso que estaba.

Sero negó con la cabeza.

-Le expulsaron inmediatamente- aclaró todavía con cierto temblor.

Shinsou hizo un ruido de frustración, cuanto no hubiera dado por poder ponerle las manos encima a ese hijo de perra; no obstante, se sacudió la molestia en favor de acariciar con delicadeza el rostro del ojialmendra.

-¿Seguro que te encuentras bien?- interrogó el pelimorado.

-Sólo algo sacudido- respondió el pelinegro con una sonrisa temblorosa- P-Parecía tan normal y en cuanto me presenté su cara se descompuso y comenzó a gritar que no iba a ser emparejado con alguien t-tan...común- la palabra salió de su garganta como un sollozo.

-¡Ese tipo está ciego!- exclamó Kaminari realmente ofendido.- ¡¿Cómo se atreve?!-

-G-Gracias por intentar animarme, p-pero no es necesario- Sero bajó la mirada, una sonrisa triste y resignada en sus labios- Ya sé que soy alguien plano y simple, mi apariencia no resalta y mi personalidad tampoco, no como ust-

-Eso no es cierto, Hanta- le detuvo Shinsou, su voz era amable, pero firme- Eres alguien sereno, agradable y puedes hacer que incluso personas con personalidades tan radicales, como la de Denki o la mía, te hagan caso. Cuando yo me cierro, eres tu quien logra sacarme, nunca me presionas, pero me dejas saber que siempre vas a estar ahí; tampoco tienes miedo a señalar cuando alguien se está comportando como una basura y eres un verdadero caballero y...otro millar de cosas que no se como expresar.- expuso con una mano en la barbilla del otro para que le mirara a los ojos, un poco frustrado por no ser lo suficiente bueno con sus palabras.

-Y logras que me calme y piense un poco antes de actuar, pero nunca me haces sentir tonto y también estás feliz de seguirme en mis travesuras cuando son moderadas- prosiguió Denki con ojos brillantes y reemplazando la mano del ojimorado con la suya.- El físico no lo es todo, y aunque lo fuera, seguirías ganando. Eres muy guapo, deberías saberlo. Me encanta la forma en que tu cabello enmarca tu rostro y tu cuerpo lleno de ángulos y la forma en que tu piel se sonroja con cualquier cosa- una pequeña sonrisa se pintó en sus labios al notar, precisamente, el inicio de un sonrojo en las mejillas contrarias- Sí, justo así- simplemente porque no podía resistirse, se elevó en la punta de sus pies y besó al pelinegro.

Era un beso lento y hecho para que pudieran sentir cada parte de la boca contraria, el deseo y el amor se mezclaban perfectamente en una pregunta tras otra: "¿Puedes sentir cuanto te amo? ¿Cuanto te quiero aquí con nosotros? ¿Cuanto te anhelo?"

Después de que se separaran, Sero apenas pudo tomar una bocanada de aire antes de que Shinsou invadiera su boca. Su beso era un poco mas áspero, no por eso menos cariñoso, mordiendo sus labios y haciendo que siguiera su ritmo, era una afirmación: "Te deseamos para nosotros y deseamos ser tuyos".

El ojialmendra sentía que sus piernas iban a colapsar de la mejor manera. Sus labios respondían sin emitir sonido "Sí, sí, sí, mientras sea con ustedes, sí".

La atmósfera se rompió cuando las Tutoras de Denki y Shinsou sonaron al mismo tiempo; al sacarlas ambas pantallas mostraban el mensaje "Recalibrando tiempo", algo que sólo hacían cuando se había hecho una decisión que afectaba las bases de la relación, generalmente de manera negativa.

No había que ser un genio para saber que lo estaban haciendo porque habían besado a Sero.

-Larguemonos de aquí- dijo Shinsou dejando caer su Tutora con un resoluto "clack".

-Yeah, estoy harto de que me condicionen a estar sólo con uno de ustedes- estuvo de acuerdo Kaminari, lanzando su dispositivo sobre su hombro con gesto de hastío.

Sero los miró con ojos conmovidos y acepto sus manos cuando se las ofrecieron.

Llegaron al borde del muro sin mayores problemas. En algún punto representantes del Sistema los habían seguido, pero consiguieron perderlos entre las calles.

Hallaron una escalera de emergencia en un punto de la pared de concreto y comenzaron a trepar; sonreían y hablaban de lo que harían una vez fuera, aunque por todo lo que sabían no había más que un desierto, igualmente era preferible a esperar que a alguno de ellos les dieran su bendita pareja definitiva y los separaran para siempre.

Sin darse cuenta, en algún momento de la escalada, el mundo comenzó a pixelearse y a perder consistencia, cada vez con más espacios en blanco, hasta que, entre un parpadeó y el siguiente, se encontraron en un enorme espacio negro.

Sin embargo, no estaban solos, había muchas más parejas, la mayoría solo con dos personas, pero todas con apariencias, color de piel y género variado. Algunas los miraron con interés, otras estaban muy ocupadas mirando alrededor, e incluso hubo una pareja de chicas que los saludo con la mano y les dieron unos pulgares arriba, en señal de que los apoyaban.

Miraron sobre sus cabezas y se encontraron con un número "218", ¿qué era todo aquello?

Un instante después, una esfera transparente apareció en el centro del espacio: "Mil simulaciones completadas" se podía leer sobre ella. A continuación, ellos y todos los demás presentes, se convirtieron en pequeñas burbujas verdes que fueron llenando la esfera transparente.

"998 Huidas Realizadas" se pudo leer un instante antes de que todo se apagara.

Hitoshi casi derramó su bebida cuando su celular sonó en su mano; debían de haber pasado casi diez minutos desde que aquella cosa estaba cargando y ya se había olvidado de la aplicación que su mejor amigo le había convencido de probar junto con él.

Con dedos un poco temblorosos debido al susto, jamás admitiría que estaba ansioso por ver el resultado, presionó sobre su pantalla, abriendo el mensaje emergente con la leyenda "Simulación Completada". Aparecieron tres triángulos: En el de la parte superior, morado, estaba su foto y su nombre, el de abajo a la izquierda, dorado, mostraba la foto de un rubio con una enorme sonrisa llamado Kaminari Denki, y el último, naranja, enseñaba la foto de un pelinegro con una sonrisa más serena cuyo nombre era Sero Hanta.

-¿Dos personas?- murmuró confundido.

-He oído de eso- la voz de Izuku llegó desde su derecha, no se había dado cuenta que su amigo había estado pendiente; tenía una sonrisa de emoción mal disimulada en sus labios- Dicen que es muy raro que pase. Quiere decir que tienes dos personas compatibles, pero no cómo separadas, sino que deben estar los tres juntos- le explicó cada vez sonriendo más- Deberías ir a buscarlos- sugirió y podía decir que estaba conteniendo sus ganas de soltarse a darle felicitaciones, lo cual agradecía- Yo tengo que ir a buscar a este "Bakugou Katsuki"- dijo enseñándole la pantalla de su celular por un momento (apenas vio la imagen de un rubio cenizo con una cara muy agresiva), antes de perderse en el mar de gente.

Él no estaba muy seguro de que hacer. Nunca había creído que el sistema le encontraría una persona compatible, mucho menos dos, era algo sobrecogedor y seguía teniendo un poco de desconfianza.

Respiró hondo, no había necesidad de estresarse, no era como si estuviera obligado a iniciar una relación con esos muchachos, bastaría con conocerlos y decidir desde ahí. Bien, ahora ¿dónde podrían estar?

-¡Ahí está!- exclamó una voz llena de energía, haciéndole voltear.

Sus dos personas compatibles iban hacia él y oh dios, sus fotos de perfil no les hacían justicia. Se quedo de pie, algo tieso, hasta que se acercaron lo suficiente para hablar sin tener que gritar.

-H-Hello t-there- saludo el rubio, Kaminari, repentinamente cohibido, a pesar de que era él quien había gritado.

-Eh, hola, m-mucho gusto, soy Shinsou Hitoshi- saludo extendiendo una mano de manera muy formal y sintiéndose imbécil inmediatamente después, sus habilidades sociales apestaban.

-Mucho gusto, yo soy Sero Hanta- el pelinegro lo salvó, aceptando su mano y, en un movimiento que no se esperaba, dejando un beso en sus nudillos.

Sentía que la cara le ardía.

-P-P-Perdón- se disculpo Sero, sus mejillas coloreándose- Espero no haberte ofendido.-

Negó con la cabeza, todavía intentando recordar cómo respirar.

-O-Ofendido es lo ultimo que me siento- admitió logrando una pequeña sonrisa.

-¡Hey, no es justo! ¡Yo también quiero coquetear con el tipo guapo!- se quejó Kaminari haciendo que voltearan en su dirección- ¡Quiero usar mis piropos!

-¿T-Tipo guapo?- repitió, si subía más sangre a su cara le iba a explotar.

-¿No te ha bastado con los que me has tirado a mí?- inquirió Sero con una expresión entre divertida y exasperada- Te estás tomando todo esto muy bien y muy rápido.

-¡Claro que sí! ¡Voy a darle una oportunidad al sistema!- afirmó el rubio y luego lo miró con una sonrisa seductora- ¿Podemos darte un beso? Si no te gusta siempre puedes regresarlo.- al mismo tiempo que decía esto lanzó en su dirección un guiño y los dedos de sus manos en forma de pistolas.

Su cerebro hizo cortocircuito, en el mejor de los casos, en el peor, tendría que aprender a vivir sin uno. Aquello había sido...lindo, en varios sentidos, desde sus movimientos exagerados, la frase en sí hasta el hecho de que había incluido a los dos, de manera sutil dejando en claro que eran ambos o nada.

-E-Eso ha sido...- soltó una risa, no recordaba haberse sentido así nunca, era una energía fuerte y no reconocida, pero nada desagradable.

-¿Te gustó?- Kaminari no parecía decepcionado de que no estuviera proclamando lo romántico que había sido.

-Creo que le has roto- comentó Sero mirándolo con una expresión cariñosa.

-Lo único que puedo decir es...- comenzó cuando pudo controlar su risa- Mis padres siempre me dijeron que siguiera mis sueños, así que ¿les importa si los sigo a casa?-

Fue turno de los otros dos para sonrojarse.

Y cualquiera que los viera desde afuera, podría decir que veía una futura y larga relación en ellos.

~ FIN ~