PARTE 2

Sin Escape

-Lo siento – Karin bajo la mirada sin sentirse capaz de ver a las personas más importantes de su vida.

Se sentía avergonzada, llena de miedo y con las lágrimas amenazando con escaparse de sus ojos. El silencio no lo podía tomar como nada más que decepción pura de su familia. Ahí estaba con su mirada clavada en el piso y sus manos apretadas en puño sobre sus rodillas, sentada en el sofá de la casa de sus padres esperando alguna reacción después de haberles confesado todas las estupideces que hizo.

Dejó la universidad.

Y estaba embarazada de un hombre casado que la engaño.

Fue una estúpida, lo sabía, nunca debió meterse en la cama con el bastardo de Hitsugaya sin medir las consecuencias, pero estaba tan dolida que simplemente no quería recordar nada de esa mañana en la que sus ilusiones y dignidad fueron destrozadas por completo. Se arrepentía tanto y ahora no solo debía cargar con esa consecuencia por años, sino que también cargaría sobre sus hombros el hecho de ser una vergüenza para todos los Kurosaki.

-Karin-chan – sintió la mano de su hermana posarse sobre su hombro y sintió su cuerpo tensarse, siempre trato de ser fuerte para defenderse a sí misma y a su dulce gemela, pero ahora se sentía tan débil y pequeña, peleando consigo misma para no llorar, un intento patético pues no pudo soportarlo más cuando un par de brazos la rodearon – no tienes por que tener miedo, estamos aquí para ti.

- ¡Pero claro que estaremos apoyándote Karin!, ¡Masaki, al fin tendremos un nieto!, y mira que fue más rápida que el torpe de nuestro primogénito – al fin se permitió levantar la mirada encontrándose con su padre loco en pose triunfal mientras su madre lo miraba divertida.

Tuvo que contenerse de golpearlo por bromear con una situación tan delicada, pero el alivio que sentía era más grande que cualquier cosa, ese apoyo y cariño era lo único que necesitaba y estaba agradecida de que se lo dieran aun después de lo idiota que había sido.

Tener un hijo no entraba en sus planes de ninguna manera, al menos no en ese momento de su vida. Mentiría si dijera que no pensó en esa tontería de no dejar que naciera, estaba asustada y esa fue la única opción que cruzo por su mente, pero solo sería una cobarde si lo hiciera, además no era culpa de ese bebe que su padre fuera un maldito desgraciado mentiroso.

Tendría a ese bebe cueste lo que cueste y trataría de ser una buena madre, así al menos sentiría que hizo algo bien en su vida.

Claro que no toda su familia se mostró feliz ante la noticia de su embarazo, su hermano mayor puso el grito en el cielo cuando se entero y quiso salir a buscar al desgraciado que "deshonro" a su pequeña hermana y lo habría logrado de no ser porque su prometida Rukia logro calmar ese temperamento explosivo que tenía Ichigo. Tal parece que él era quien había reaccionado como esperaba, su hermano le exigía una respuesta, ¿Por qué se había metido con un hombre así?, ¿Por qué no fue a buscarlo para que se hiciera responsable de ese hijo que también era suyo?

Karin sabía que debió haber hecho eso en un principio, pero, no lo iba a negar, tenía miedo de que la rechazara y pisoteara aún más su dignidad. Recordaba a la perfección lo que Toshiro le dijo ese día cuando estaba encerrada en el baño, le dijo que la amaba y si su orgullo no se hubiera levantado en lo más alto, seguramente habría salido de su encierro para gritarle que también lo amaba. Que estúpida habría sido. Incluso después de eso, él no volvió a su departamento durante varias semanas demostrándole lo mucho que la "amaba".

Por eso había regresado a casa, el único lugar en donde sentía el verdadero cariño de las personas a quienes si le importaba, aunque tal vez era demasiada atención puesto que casi no la dejaban hacer algo, su hermana hacía que se quedara sentada todo el tiempo mientras que su madre decía que era bueno caminar un poco, la confundían con tantas indicaciones tan contrarias entre sí, incluso su padre queriendo ser de apoyo se ofreció para bajar las escaleras con ella en brazos para evitar algún accidente. Obviamente se ganó un buen golpe de parte de la pelinegra porque se sentía lo suficientemente inútil a pesar de sus ya casi cinco meses de embarazo.

-Karin-chan, no debes estar en la cocina mientras hago la cena, es peligroso – comentaba Yuzu con un cucharon grande lleno de una crema extraña de color café, la castaña estaba preparando la cena para toda la familia pues Ichigo y Rukia estaban de visita.

- No pueden prohibirme estar aquí, no porque este embarazada significa que debo alejarme de la cocina solo porque hay fuego y cuchillos – se llevó otro bocado de pastel de chocolate a la boca, postre que no podía faltar nunca en esa casa – Nada le pasara al bebe, yo lo voy a cuidar – acaricio su vientre con ternura y una sonrisa asomándose en sus labios, últimamente estaba demasiado sensible y no pudo evitar sentir aquel instinto de madre del que le habían advertido.

- Verte de esa manera es como un sueño hecho realidad – chillaba su gemela con las mejillas rosadas evitando gritar de la emoción.

- Por favor Yuzu, yo siempre creí que tu serias la primera en pasar por esto, tu eres más maternal de lo que yo podría ser en toda mi vida, simplemente siento cariño por este bebe, lo cuidare y hare todo lo que sea necesario porque yo me metí en esto y es mi responsabilidad, eso es todo.

- ¿Pensarías igual del bebe si ese hombre no te hubiera engañado y se hubiera quedado contigo? – esa pregunta de verdad no se la esperaba y casi se atraganta con otro pedazo de pastel - ¿Por qué no me cuentas como sucedió todo en realidad?, lo único que mencionaste fue que te engaño porque era casado, pero jamás nos contaste como fue que lo conociste y cómo fue que permitiste que estuviera contigo.

Era algo que de verdad no quería mencionar, no quería sentirse más patética aun, ¿Cómo les contaría que lo conoció en una noche de borrachera cuando decidió probar suerte en un club nocturno y pasaron la noche juntos? Y la parte que no quería recordar era cuando torpemente se enamoró del idiota de Hitsugaya solo porque era atractivo, lindo y amable con ella además de que soporto sus pésimos intentos de cocinar siempre con una sonrisa en su rostro.

No quería contestar pues su corazón aun dolía de recordar aquellos ojos de color turquesa mirándola con miedo mientras rogaba por una oportunidad para explicarse, o esos mismos ojos mirándola de esa manera en que la hacía sentir única. No quería recordar el amor que llego a sentir por Hitsugaya Toshiro.

Y como un regalo del cielo, un fuerte ruido llamo la atención de todos dentro de la casa librándola de contestar esa pregunta, de inmediato Yuzu camino fuera de la cocina siendo seguida por Karin para averiguar de dónde venía tal escándalo. Pero no lo podía creer, ahí estaba Ichigo en el piso golpeando sin piedad a un hombre que no le era difícil reconocer debido a la extraña cabellera blanca.

Toshiro estaba en su casa.

Su padre intervino de inmediato alejando a su hermano del tipo que de inmediato se reincorporo aun con su labio ensangrentado y su ojo hinchado.

- ¡¿Qué demonios pasa contigo?! – gritaba su padre sin poder comprender la situación.

- ¡Este es el maldito bastardo que abuso de Karin! – el entendimiento lleno el rostro del hombre mayor, quien de inmediato guio su mirada hacia sus hijas, siendo seguido por la mirada del albino que palideció al instante.

Sus miradas se cruzaron después de tanto tiempo, Karin se había quedado en shock por un segundo mientras que Toshiro parecía haberse congelado en su lugar, aterrorizado al ver su vientre mostrando su evidente embarazo.

-Creo que ambos necesitan hablar a solas – como pocas veces en su vida, el viejo estaba actuando con mucha seriedad. Se llevo arrastrando a su hijo escaleras arriba para encerrarlo en la habitación con Rukia quien probablemente lo amordazaría para evitar que interfiriera con la inevitable situación. Yuzu ayudo a Karin llevándola del brazo al sofá en la sala de estar casi como un zombi, aun no podía creer que él tuviera el valor de buscarla de nuevo.

- Parece que les hablaste de mí, sin duda tuvieron la reacción que esperaba, venia preparado para que me dieran una golpiza, pero la esperaba de parte de tu padre, no creí que tuvieras un hermano – se quedó un momento en silencio antes de fijar su mirada de nuevo en su vientre y estuvo a punto de hablar al respecto de no ser porque ella callo sus palabras de forma tajante.

- ¿Qué haces aquí Hitsugaya? – el pareció herido al escucharla llamarlo de ese modo – creí haberte dicho que no quería que volvieras a buscarme.

- Lo lamento mucho Karin, en verdad lo siento y sé que eso no bastara para que me perdones por lo que te hice, pero, al menos espero que sea un buen comienzo.

- Vaya Hitsugaya, que gran idea hacer que tu maldita disculpa llegue casi medio año después de lo que paso, lamentablemente para ti, yo ya no soy una estúpida que confiaría ciegamente en tus palabras, ¿crees que te aceptaría después de todo este tiempo?, ¿Quién demonios te crees que eres?

- Soy el padre del hijo que estas esperando, ¿no es así? – se estremeció al escuchar esa frase salir de boca de Toshiro, quien tomo esa reacción como la respuesta positiva a su pregunta - ¿Por qué diablos no me lo dijiste?, tenías mi número de teléfono y no me mientas diciendo que lo olvidaste porque se perfectamente que tienes una excelente memoria.

- ¡¿Y por qué demonios tu no me buscaste?! – y ya no pudo contener sus emociones – a pesar de todo te esperé un par de semanas como estúpida porque creí en las palabras que dijiste cuando te marchaste, pero de nuevo me hiciste quedar como una idiota y nunca apareciste – las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, pero se negaba a derramarlas.

- No lo hice porque quería buscarte cuando fuera un hombre libre, sabía que si insistía en volver contigo estando aun casado me mandarías al diablo, por eso traté de apresurar el proceso de divorcio, para estar contigo cuanto antes porque no pensaba en renunciar a ti. Si tan solo me hubieras dicho de tu embarazo le habría dejado todo a la bruja de mi exesposa con tal de terminar con eso de una maldita vez – ambos se habían levantado de sus asientos solo para poder gritarse más cómodamente – y si no me quieres perdonar ahora está bien, tengo todo el tiempo del mundo para hacer que me perdones pero, lo que no puedes evitar es que me haga responsable de mi hijo – ¿Por qué tenía que ser así?, el imbécil estaba actuando correctamente al querer hacerse cargo del bebe pero, Karin no lo aceptaba, no quería darle la oportunidad, su orgullo la dominaba y no le iba a permitir una segunda oportunidad, no había ni una sola razón para darle su perdón… - Te amo Karin y no quiero que me alejes de ti.

Había sido muy diferente, cuando escucho esa frase por primera vez su corazón dolía por el engaño y la humillación, no había podido tomar esas palabras en serio al principio después de lo sucedido, pero, ahora era totalmente distinto. Ver esos ojos turquesas tan sinceros y suplicántes por una oportunidad hicieron que sus emociones estallaran con una terrible confusión que la hizo dudar de todo el odio que había estado acumulando en su contra.

Una mirada fue suficiente para hacerla recordar los buenos momentos que pasaron, los besos que compartieron, el hijo que estaban esperando. Sus ojos se llenaron de lágrimas sintiéndose patética de nuevo porque no pudo evitar recordar lo que un día sintió por el y darse cuenta de que ese amor seguía con vida dentro de ella.

-No te lo mereces… - su voz se quebró, pero se negaba a derramar una sola lagrima – No mereces nada de mi – fueron sus ultimas palabras antes de salir casi corriendo al patio trasero en donde nadie pudiera verla estando tan débil.

Claro que eso no duro mucho tiempo pues al pasar algunos minutos vio como su madre salía también para hacerle compañía.

-Hitsugaya-san se acaba de ir, dejo esta tarjeta con su numero y el lugar donde puedes encontrarlo – le tendió una pequeña tarjeta con el nombre de la empresa de la que supuestamente es dueño.

- ¿Por qué la aceptaste?, no quiero saber nada de él.

- ¿Estás segura? – Karin asintió repetidas veces para convencerse más a si misma que a su madre – cariño, creo que deberías darle una oportunidad – La pelinegra levanto la mirada sorprendida por las palabras de su madre, ¿Por qué ella le estaba diciendo semejante tontería?, ella mejor que nadie debería apoyarla y mandarlo al diablo – Se lo que piensas Karin, pero escuche todo lo que paso y pude darme cuenta de por que te enamoraste de ese joven, no se conocieron en las mejores condiciones y sin embargo el te busco ahora que nada le impedía estar junto a ti, parece ser alguien amable y pude notar que estaba siendo completamente sincero cuando dijo que te amaba, lo que vi fue a un hombre de pie listo para enfrentar sus errores y hacerse responsable de sus acciones, tú debes entender que él está haciendo lo correcto, además, esto ya no trata solo sobre ti, también es sobre tu hijo, el bebé necesita de su padre y lo sabes perfectamente, no te digo que lo perdones solo que aceptes su ayuda y así tal vez con el tiempo puedas volver a decir que lo amas, porque aun lo amas, ¿no es verdad?

No.

No lo amaba.

No podía amarlo, no después de lo que paso. La humilló y la embarazo, ¿Por qué amaría a ese maldito?

Eso era lo que creía, sin embargo, esas palabras tampoco podían salir de su boca.


Bien, lo siento, todo un año y a penas pongo la continuacion :c

Pero mas vale tarde que nunca, ya tengo casi lista la tercera parte, solo que lo recorte para que pudiera ser incluido en la semana hitsukarin en la cetegoria "Tristeza"

Gracias por leer :D