Intolerable Atracción
Por: Fjola Lovely.

Lelouch tiene mala suerte con las mujeres, porqué: Shirley le confesó sus sentimientos y le prometió conquistarlo, dejándolo a él confundido al no serle indiferente la chica. Luego Kallen le hace algo similar. Y para empeorar, sus padres lo comprometen en matrimonio con una misteriosa e inaguantable desconocida. ¡¿Podría ser peor?! Oh sí, sí puede. Su "querida" prometida se lo demostrará.

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Categoría T » ¿M?

Género: Romance |Drama | Humor | Hurt/Comfort | Family.

Protagonista(s): Lelouch vi Britannia. & C.C.

ADVERTENCIAS: Universo Alterno. /-/ Lenguaje vulgar (blasfemias). /-/ OoC (Fuera del personaje) es algo inevitable, pero intentaré que no exista mucho. /-/ ¿Amor Lento? /-/ Triángulos amorosos e insinuaciones de parejas múltiples. /-/ Contenido adulto, erótico e insinuante durante la historia (Y por ello, a largo plazo pueda que la historia sea cambiada a Categoría M).

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Disclaimer: Code Geass NO me pertenece, así como también sus personajes. No obstante, la historia SÍ es de mi total autoría, motivada por mi insatisfacción de querer ver más escenas Lelouch x C.C.

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CAPÍTULO I

La Tragedia del Bishōnen

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— Te amo, Lelouch Lamperouge.

En un rincón de la biblioteca, vacía en esos momentos por ser hora de clases; se efectuaba una declaración de amor, y como hablamos del siglo veintiuno, la chica era quien se declaraba al chico que parecía todavía no asimilar la situación…

O siquiera concebirla, ya que no todos los días una de tus amigas se te confiesa.

—…Shir-Shirley… yo… —Comenzó un tanto incómodo. No sentía repudio por ser dueño en despertar tales sentimientos de la joven allí presente, pero tan poco sentía una absoluta satisfacción…

Más bien era complicado ¿Qué sentía exactamente?

La joven Fenette miró con ternura la confusión y nerviosismo de su amigo, quien con su encanto natural le robo el corazón sin ni siquiera saberlo. Pronto ella cabeceo en negativa, callando momentáneamente al originario de Bretaña, tomando así la palabra:

— Lulu. No tienes que decir nada, ni siquiera corresponderme… —El ojivioleta se mostró más desorientado, causando una leve risa en la pelinaranja al admirar como esos rasgos adultos y varoniles se tornaban adorables e infantiles. — Por ahora —Aclaró, mirándole determinada con un suave rubor en sus mejillas. — Pero un día hare que te enamores de mí, de verdad. Ya te lo dije ¿Cierto?, ¡El amor es poder!

Lelouch que recupero la voz, hizo el ademan de hablar, pero fue interrumpido al escuchar la puerta de la biblioteca abrirse y oír voces. Motivo de que ingresaron un par de estudiantes junto con la bibliotecaria, pasando por inadvertido el dúo para los nuevos visitantes. Así como también dándole fin a esa comprometedora confesión, trayendo de regreso a la pareja adolescente a la realidad. Especialmente a la pobre Shirley que le invadió los nervios y su cara se clonó en un rojo tomate, perdiendo todo rastro de la anterior jovencita valerosa de expresar determinada sus sentimientos. Uno que ha guardado desde los doce años hasta la presente fecha.

— Só-Sólo quería… que lo supieras…

— Ah, Shirley…

Volvió él a intentar hablarle por enésima vez, así como también su hiperventilada amiga se negó a dejarle hablar. Interrumpiéndole nuevamente, al hacer una pronunciada reverencia…

— ¡Con Per-Permiso!

A continuación, se marchó a tropezones de ese alejado pasillo de la biblioteca, fuera de la vista y oídos curiosos para una posible confesión. Totalmente hecha un manojo de nervios, dejándolo a él con la mano ligeramente extendida en su dirección sin atreverse a retenerla, como también plantando la semilla del caos en su prodigioso intelecto a la hora de sentimientos y relaciones.

¿Y ahora que hacía? ¿Podría corresponderle del mismo modo a Shirley?

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~ Un Rato Después ~

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Un grupo de amigo, conformado por tres estudiantes se encontraban en uno de los sectores de la azotea del gran plantel de Ashofrd. Apartados de los chismosos, y por encima de todo, de los chismes. Porque sí, una vez que Shirley se marchó de la biblioteca bajo miradas inquisitivas, seguido posteriormente de Lelouch; la noticia de que la talentosa nadadora del Club de natación, finalmente le confesó sus (obvios) sentimientos al codiciado Vicepresidente del Consejo Estudiantil. Espaciándose como pólvora por toda la academia para la vergüenza y martirio de Fenette, e incomodidad de Lampeoruge.

— ¿En serio no lo sabías? —Cuestionó divertido Rivalz Cardemonde, un simpático moreno de cabello azulino y compañero de juerga de Lamperouge. Siendo uno de los pocos que, conoce lo que hay detrás de la perfecta imagen del estudiante ejemplar Lelouch Lamperouge y, por supuesto, lo apoya en sus fechorías.

Totalmente opuesto a Suzaku Kururugi, un joven caballeroso, pacifista y con un espíritu luchador por la justicia. No obstante, por estas cualidades que a veces rayan a la exageración, provoca que sea el objetivo de las burlas de Lelouch y Rivalz, quienes lo tachan de mojigato.

— Por supuesto que lo sabía. Seré algo distraído, pero tan poco crédulo.

El castaño al oír tal comentario, no pudo contenerse en desternillarse en estridentes carcajadas. Acompañado de Rivalz que no tardo en imitarlo, haciendo que el pelinegro gruñera irritado al ser objeto de su diversión a costa suya. ¡Simplemente imperdonable!

— Pues para haber sabido todo el tiempo que Shirley gustaba de ti, quedasteis noqueado —Indicó Suzaku socarrón. — ¡Es más! Apuesto que balbuceasteis cuando te lo dijo.

El ojivioleta gruño, desviando su rostro lejos de la vista de los dos impertinentes que llama en el mal nombre de "amigos". Mientras que internamente maldecía que Suzaku le fuera atinado, demostrando una vez más que los años en que se criaron prácticamente juntos, no pasaron en vano.

— ¿Entonces? —Intervino el peliazul, dando por finalizada las bromas para hablar del verdadero dilema que atormentaba la compleja mente del joven genio. — ¿Qué harás con Shirley? Ella se ve muy decida a conquistarte.

— No lo sé —Contestó, revolviéndose el cabello un tanto frustrado.

El prodigio en artes marciales, se enderezo en su lugar y situó su mano en el hombro del moreno, preguntándole condescendiente: — ¿Si quiera te gusta?

Suspiró pesadamente. — No lo sé… —Rivalz y Suzaku intercambiaron miradas, sabiendo que pensaban en lo mismo respecto a la situación de Lamperouge. Estaba jodido, y aunque a simple vista pareciera indiferente a los sentimientos de Fenette, sabían que, en el fondo, meditaba seriamente su confesión. Algo que usualmente no solía hacerlo con el centenar de chicas que se le han confesado a Lelouch y eso, ya era decir mucho de él.

— Bueno, tendrás tiempo para considerarlo ¿No? —Adujo el peliazul despreocupado. — Al estar horita en boca de todos, por el momento Shirley en lo menos que piensa es en seducirte.

Los amigos de la infancia sonrieron al imaginarse que la pelinaranja seguramente ahora sería un manojo de nervios ambulante, deseando que la tierra la tragara viva. En esos aspectos, la chica era (demasiado) predecible.

— Sí, supongo.

La idea no alentaba del todo a Lelouch, y Suzaku lo sabía. Porque ambos conociendo lo perseverante y algo acosadora (sin mala intención, claro), pero a la vez optimista, que puede ser Fenette, no tardaría mucho en dejar de carcomerse en la timidez y vergüenza para poner manos a la obra de ganar el corazón del confundido moreno.

— No pienses mucho, Lelouch —Aconsejó Kururugi, comprensivo. — Pensar demasiado sólo te dará jaqueca. Como sea. Cuando sea el momento, sabrás la respuesta.

— Es verdad. Más tarde, que temprano.

El luchador miró desaprobatoriamente al peliazul que se disculpó con la mirada por el impropio comentario. Sin embargo, lograron el objetivo deseado y fue sacarle una risa al ojivioleta, viéndose menos tenso de su situación con la chica Fenette.

Lelouch solo deseaba que en el proceso, no lastimar a Shirley, porque, a fin de cuentas, era una persona que apreciaba en su reducido círculo de amistades.

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~ (…) ~

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— ¿Eh?

Lelouch parpadeo, totalmente desorientado que cualquiera que lo viera cuestionaría si realmente era un genio como le adjudicaba su fama. Aunque hay que ser comprensibles, todo ser humano tiene sus defectos, incluso el más sabio e inteligente; tiene sus debilidades. Y en el elegante joven de imagen principesca, su debilidad era las mujeres.

…Era su calvario mental, y no precisamente porque se desviva producto de las hormonas como cualquier muchachito adolescente. La razón era su popularidad e inexperiencia con el género opuesto, convirtiéndolo en la victima predilecta para los engaños y embrollos femeninos. Incluso se podría decir que Lamperouge era un poco ingenuo…

Además, en defensa del pelinegro, también estarías confundido si de un momento caminabas por el pasillo con tus dos amigos y al otro eras jalado del brazo para verte (en un parpadear) en una estrecha habitación oscura. Todo para ser abordado por una chica pelirroja de voluptuosa figura.

— Ya me escuchasteis —Contestó su secuestradora, con cierta rudeza en su tono de voz. Cruzándose de brazos y ruborizada, desviando su mirada azulada de la violeta. — No pienso repetirme.

El moreno nuevamente parpadeo, sin darle crédito a la significativa y profunda confesión de Kallen acompañado de un beso que lo tomo desprevenido. Siendo al principio el beso dominante e impetuoso, pero luego se tornó suave…

Un gesto que no pudo corresponderle a la chica ¡Su cerebro quedó en blanco!, a pesar de dejarle un agradable cosquilleo en los labios cuando la pelirroja deshizo el beso ¡No pudo! Y no sabía si lamentarse, por no haber disfrutado del momento, o reñirse seriamente su estupidez por subestimar aquellas señales en la conducta de la temperamental pelirroja, en sentir una atracción por él.

Suzaku, Rivalz, Milly, Nunnally, Rolo ¡Hasta su madre! Le dieron las pistas. ¡Pero no! Tenía que él minimizarlo, restándole importancia. Además, que, en su defensa, Kallen era medio bipolar. Prácticamente Tsundere. De un momento estaban bien, hablando normal y después, era víctima de una bofetada por la mitad japonesa que pasaba de ser tratable y razonable, a actuar a la defensiva e impetuosa ¿De dónde podía argumentar que la chica gustaba de él, si siempre le vivía marcando los cinco dedos de un tortazo en la cara?

Será un genio, pero tan poco hace milagros.

Y ese es, entender a las mujeres. Bueno, con la única excepción de sus hermanas, Cornelia y Nunnally, esas dos por lo menos son fáciles de entender ¿Por qué las chicas no pueden ser así como ellas dos? Le haría más llevadera su vida…

— Pues Kallen, yo…

Ella alzó su mano, en señal de silencio. Y eso irrito a Lamperouge ¿Qué bicho le pico a todos? ¡Está es la sexta vez en el día que lo interrumpen!

— No tienes por qué responder. Mis sentimientos por ti son unilaterales, y sólo eso.

— ¿Sólo… eso?

Asintió, seria y tranquila (aunque todavía persistía un débil sonrojo). — No niego que me gustas. Sería como negar la realidad —Agrego esto último por lo bajo, pero fue audible para él. Después de todo, estaban en un pequeño depósito de la academia. — Pero no quiero tu lastima ni mucho menos pienso llevar estos sentimientos a algo más. Ese beso, está confesión, son solamente "una despedida". ¿Me entiendes?

El rostro del ojivioleta era un poema de la más pura contrariedad, confusión e inconformidad. Porque para ser una confesión de amor, no podía evitar sentirse rechazado ¿No se supone que deba ser al revés? ¡Y eso que ni siquiera le ha respondido!

— Eso… creo.

La seriedad reflejada en la agraciada fisonomía de Kallen se suavizo, asintiendo ya tranquila. — Bien, nos vemos el lunes Lelouch.

Cuando él quedó solo, llevó su mano a presionar entre sus dedos el puente de su perfilada nariz. En un intento de mitigar la migraña que amenazaba darle. Abordado por dos confesiones en un día, perfecta forma de finalizar la semana.

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~ (…) ~

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— ¿Sucede algo, Onii-sama?

Lelouch salió de sus reflexiones, viró su rostro para percatarse que sus hermanos menores llegaron a la entrada principal de Ashford. Ambos de quince años al ser mellizos, estudiantes de secundaria de Ashford y de rasgos similares, teniendo esa apariencia frágil e inocente. Rolo, el mayor, y Nunnally.

Los mellizos estaban tomados de la mano, y Rolo, como buen hermano, en su otra mano llevaba la cartera de su melliza junto a la suya. Era una imagen bastante encantadora de no ser que los castaños le miraran preocupados con sus grandes ojos morados al moreno, analizándolo en silencio (Eran Lamperouge, después de todo).

— ¿Es por lo de Shirley, y Kallen? —Cuestionó sin rodeos Rolo. Aunque los mellizos tenían varias similitudes, en momentos como éste, se recalcaba sus esencias independientes.

— ¿Kallen-chan también? —Intervino Nunnally sorprendida, virando su rostro hacía el castaño que asintió. — Oh, Onii-sama debió ser un día agotador —Se liberó del enlace de manos que mantenía con Rolo para aproximarse a Lelouch y darle un abrazo confortable.

— Estoy bien, Nunnally. Gracias —Contestó el mayor Lamperouge, acariciando fraternalmente la cabeza de su hermanita. Sintiéndose un poco más animado ante la compañía de los mellizos, siempre le alegraba verlos. — Lo de Kallen no fue la gran cosa.

— Oi, Onii-sama no debes minimizar los sentimientos de una chica —Le reprochó sumisamente. En cuanto a Rolo se mantenía en silencio, inmutable y observando…

— No lo hago. Fue ella.

Nunnally miró intensamente con sus grandes ojos al pelinegro que, con tan sólo ver esa cara de niño confundido en él, comprendió rápidamente que Lelouch no le mentía ¿Por qué lo haría? Su hermano es amable y la persona más honorable que conoce. Su ceño fruncido se esfumo de un soplo, recuperando su gentil sonrisa.

— Lo entiendo, tranquilo. ¿Y…?

— Ya llegaron por nosotros —Interrumpió Rolo, aproximándose a paso tranquilo al filo de la acera donde se estacionaba un lujoso auto negro. Enviado por sus padres que habían regresado de sus viajes de negocios, por lo que ese fin de semana tocaba reunión familiar, en vez de estar en los dormitorios de Ashford. — No es necesario —Refutó al chofer que salió del vehículo, apenas al estacionar para emplear el protocolo formal de abrirles la puerta. — Vamos.

— ¡Ah, claro! —Exclamó ella, reaccionando y corriendo al lado de su mellizo que, en un acto caballeroso, le extendió la mano como punto de apoyo para cuando se adentró al vehículo.

Rolo le paso sus maletas escolares a Nunnally que lo acepto, y a continuación se arrimó hasta el otro extremo del auto. Teniendo el lado de la ventana.

— Onii-sama.

Lelouch se aproximó para subir al auto, no sin antes dedicarle una mirada de agradecimiento a Rolo por la oportuna interrupción, ya que no quería abordar el tema de Shirley. Y, afortunadamente, Nunnally también lo capto de su mellizo, por lo que el trayecto en auto fue tranquilo con una que otra charla trivial entre los hermanos Lamperouge.

Ignorantes que apenas que llegaran a casa, la caja de pandora se abriría en sus narices…

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~ (…) ~

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— ¿Qué ocurre? —Preguntaron al unísono Rolo y Lelouch al ver a Nunnally llevar una mano empuñada a la altura del pecho.

Apenas que el vehículo estacionó enfrente de la lujosa mansión, los tres descendieron. Siendo la última la castaña que, al salir, miró fijamente la propiedad efectuando el mencionado gesto cuando se siente nerviosa e insegura.

— Yo… —Vaciló de seguir, prontamente cabeceando en negativa y retomando su afable sonrisa. — No es nada.

— ¿Segura? —Insistió Lelouch no muy convencido. Después de todo es un hermano mayor sobreprotector y haría lo imposible por sus hermanitos.

— Sí, de verdad.

— Bueno —Cedió no muy convencido, pero confiaba en ella y de ser algo importante, Nunnally se lo diría sin titubear. Además, de ser lo contrario, podía estar tranquilo porque Rolo es lo suficientemente capaz para protegerla y de ser grave, él no tardará en comunicárselo.

En cuanto el castaño tomo la mano de su melliza, intercambiando miradas por unos segundos donde tuvieron una breve conversación. Demostrando el estrecho vínculo fraternal que poseían y que el tiempo compartido no ha transcurrido en vano, por lo que Rolo rápidamente comprendió que la ojimorado había tenido uno de esas corazonadas que presagiaban algo malo. Quizás no fuera relevante de no ser que ambos lo sentían.

Cuando ambos compartían ese mal presentimiento, entonces las cosas se tornaban serias porque se cumplían. La relevancia o gravedad de ello, usualmente lo sabrían cuando ya el evento se consumaba antes de poder advertirlo. No es que sean supersticiosos, solamente es un poder… que está fuera de la lógica.

Solamente rezaban que no fuera nada grave.

— ¿Quién eres tú?

Los mellizos salieron de sus reflexiones al oír a Lelouch quien iba delante de ellos cuando se adentraron a la mansión, y de repente se había detenido. Ellos al no poder ver por encima de la prominente estatura del moreno, tuvieron que inclinarse a los lados para ver la causa que se detuviera.

Hallando una mujer joven de estatura media, largo cabello de un peculiar verde limón claro y penetrante mirada gatuna de un exótico e intenso color dorado. No se le calculaba menos de dieciséis años, pero era un tanto contradictoria su aparente juventud con su presencia tan imponente, a través de su semblante pragmático como su porte elegante, soberbio y mítico.

La adolescente de mirada felina parecía admirar un cuadro colgado en la pared, antes de ser interrumpida por el mayor Lamperouge, a quien, por cierto, ignoró porque ingresó a paso tranquilo al salón contiguo. Perdiéndola de vista ante las miradas violetas de diferentes tonos.

— ¡Hey! —Reclamó Lelouch, dirigiéndose por donde se fue la desconocida seguido de sus hermanos. Cuando ingresaron al salón contiguo, vieron extrañados que la desconocida estaba bajo la compañía de sus padres quienes parecían tratarla amenamente (de por sí genuina, lo cual es insólito porque esos tratos suelen guardárselo es para la familia).

— ¿Papá? ¿Mamá? —Llamó Nunnally, atrayendo la atención de los adultos junto a la peliverde.

— ¡Oh niños, llegaron! —Saludó Marianne, apartándose de la desconocida joven y aproximándose a sus hijos. Abrazando a Lelouch quien le devolvió el abrazo sin dejar de cuestionarle con la mirada a su padre la presencia de la chica. Luego a los mellizos, envolviéndolos a ambos en un gran abrazo que les fue correspondido con gusto. — ¿Cómo les ha ido hoy?

— Nos fue bien, no sabía que cenaríamos con uno de sus amigos —Contestó Rolo, tomando la palabra y siendo tan directo como siempre. Por supuesto, todo bajo esa careta actoral de niño bueno, frágil e inocentona.

— Queríamos que fuera una sorpresa —Intervino Charles, ignorando olímpicamente la mirada del mayor de sus hijos que le hacía un riguroso escrutinio. Disimulado a ojos inexpertos y carente de perspicacia. Desafortunadamente para Lelouch, además de los mellizos, nadie en esa habitación era tan crédulo.

La mirada de Marianne sobre su esposo, fue una clara advertencia silenciosa de que fuera prudente. Así que Charles Lamperouge como el hombre complaciente que era para su mujer, seleccionó bien sus siguientes palabras:

— Ella es C.C.

— ¿C.C.?

La aludida hizo una educada reverencia, en modo de saludo.

— Sí, su nombre es muy complicado de pronunciar. Así que para evitarnos enredos innecesarios, llámenla por las iniciales de su nombre.

Los hermanos Lamperouge miraron extrañados a sus padres ante semejante explicación. ¿Ni siquiera podían usar algún diminutivo del nombre o apellido? Más que aclararle dudas, sólo le generaba más sobre la identidad de la joven.

— Oh, pues es un placer conocerte C.C. —Saludó Nunnally, rompiendo el hielo. Siendo seguida por sus hermanos que saludaron con la misma cortesía (fingida en su caso, no eran tan inhumanamente condescendientes como su hermana).

— C.C. es muy querida, por lo que más que una amiga de nosotros. Considérenla un miembro más de la familia ¿Cierto querido?

Ignorando la evidente (pero comprensible) incredulidad de sus hijos o de que la peliverde alzó una ceja inquisitiva, Charles secundó: — Sí, cariño. Así que… —La careta afable se desvaneció, bufando exasperado de tanto teatro y precaución: — Al demonio, Lelouch te comprometidos con C.C. en un matrimonio arreglado.

— ¡¿QUÉ?!

— ¡CHARLES!

Los mellizos observaron boquiabiertos tan absurda e inesperada revelación y la esperada reacción de los pelinegros de la familia. Querían creer que era una mentira, una broma siquiera. Pero el reproche de Marianne por la falta de tacto de Charles y no apegarse al plan de contarlo después de la cena…

Les mostraba la veracidad de las palabras de su padre. A la vez, que eso confirmaba que el mal presentimiento se había cumplido. Y en sus narices ¡Menuda locura!

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FIN DEL CAPÍTULO I.

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Unas aclaraciones de la historia & primer Capítulo:

En esta historia, Nunnally no es ciega ni anda en sillas de ruedas. Es una chica sana, por lo que perfectamente puede caminar y ver.

En esta historia, Charles posee su apariencia de joven adulto. Así que, en apariencia, no parece un vejerete magistrado de alguna asamblea.

En esta historia, Charles y Marianne no son unos padres de ****. Son padres amorosos que se preocupan por sus hijos, pero serán excéntricos para fines humorísticos y a la vez que se justificara porqué a veces son insufribles para sus hijos (especialmente para Lelouch).

En esta historia, Charles estuvo casado anteriormente antes de conocer a Marianne. De la primera unión tuvo (únicamente) fue a Schneizel y a Cornelia. De la segunda unión y a la vez que es su actual esposa, tuvo a Lelouch y luego a Rolo y a Nunnally, quienes son mellizos.

Todavía no sé si habrá Lemon o no. A medida como avance la historia, veré si existirá o no. Porque de que habrá escenas subidas de tono y eróticas, habrá. Comentarios o mensajes de connotación sexual, habrá. Más no sé a la hora de si habrá escenas de sexo explícito (lemon). Si lo desean: pueden decirme su opinión, me ayudarían a decidirme.

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…Y esas son todas por ahora. Dejen Review para saber si están interesados en el desarrollo de la trama, al igual que la actualice o no. Así que está en ustedes si motivarme, o matarme a la primera las ganas de continuar la historia :'v

¡Bye-bye! ;)

De si nos seguimos leyendo o no, dependerá en ustedes. GRACIAS si llegaron a leer hasta aquí.