ºDISCLAIMER: Los personajes y serie no me pertenecen, son propiedad de la mangaka Rumiko Takahashi. Únicamente el fanfic y su temática son de mi propiedad. No se permiten adaptaciones, copias y/o plagio.

ºSUMMARY: Inuyasha y Kagome están en peligro, han insistido en tener más participación en el fandom y me han obligado a ayudarlos. No se sentirán satisfechos hasta ver una lluvia de reviews hacia su pareja y para ello han ideado un plan infalible que me mantendrá escribiendo cuarenta y dos drabbles durante todo el año. #DesafíoDeRescate ¿Qué esperan? ¿Los ayudarán a ser más famosos en el fandom?

Sabor

Entró en el pequeño local somnolienta, estudiar y trabajar no era sencillo, pero tenía que ganarse la vida. Estaba atándose el cabello cuando un ligero tintineo a su espalda llamó su atención.

Hoy no, por favor, que no sea un cliente. Estoy agotada —pensó.

Su jornada ni siquiera había iniciado, pero esperaba que el día de hoy no hubiera tanta clientela —algo difícil de pedir si trabajas en un lugar que le hace competencia a Starbucks—, no quería ser un trompo andante. A pesar de su notorio cansancio se decidió a girarse dispuesta a saludar a quién sea que hubiese llegado tan temprano al local.

Llegaba ligeramente tarde al trabajo, pero no podía evitar pasar por ese lugar casi todos los días. Miró su reloj una vez más y comprobó que tenía una demora de diez minutos, para su fortuna su socio lo estaba cubriendo mientras daba la introducción del siguiente proyecto a sus nuevos inversionistas. Tomó el pomo de la puerta y la abrió, pediría un capuchino con crema y cacao para llevar, así no se tardaría tanto. Al ingresar se encontró de frente con una abundante melena azabache siendo graciosamente sujetada hacia arriba por su dueña en un intento por amarrarla. Le sonrió a forma de saludo —aunque interiormente también reía por la escena con la que fue recibido— y ella le correspondió con una sonrisa multiplicada por diez.

—Buenos días, espero no haber llegado muy temprano —se disculpó—. La alarma no sonó y me quedé dormido, seguramente querrán matarme en cuanto llegue al trabajo —no entendía por qué le decía aquello, pero cada vez que se topaba con esa mesera no podía evitar contarle sobre su vida.

La vio reírse y soltar su cabello, dejando que cayera sobre sus hombros y enmarcara su rostro. Por primera vez se dio cuenta de que ella no llevaba el uniforme.

—Di-disculpe si… si llegué demasiado temprano, veo que no se ha cambiado y seguramente no tienen nada listo… yo…

—No hay problema —lo interrumpió—, yo también me quedé dormida —comentó mientras señalaba su enmarañado cabello, claramente apenas se había despertado— ¿Quiere lo de siempre?

Iba a negarse y a pedirle ese sencillo capuchino para calmar su hambriento estómago, pero vio esos ojos chocolate brillar y no pudo evitar someterse, una vez más, a sus deseos.

—Sí —musitó.

—Ya se lo traigo.

La chica desapareció detrás de la encimera y él tomó una de las mesas cercanas a la cocina desde donde podía verla por los pequeños redondeles transparentes de la puerta.

Se colocó el sencillo delantal verde y se apresuró a encender las máquinas. Desde hace casi dos meses ese hombre venía a desayunar a diario. Incluso había veces que venía a desayunar, almorzar y cenar en un mismo día. Después se dio cuenta de que eso ocurría solo los jueves, que era su día libre de la universidad. También se dio cuenta de que nunca venía los sábados, que era cuando tenía que cursar en diferentes cátedras y eso consumía todo su tiempo por lo que no trabajaba. Sonrió ampliamente mientras espolvoreaba azúcar impalpable sobre los croissants hechos a base de manteca, una receta que trajo de su casa cuando empezó a trabajar allí. Desde que ese hombre supo que la receta era casera comenzó a pedirlo más seguido o eso le pareció.

Miró nuevamente su reloj comprobando que llevaba cerca de media hora de demora, ocultó el reloj bajo la manga de su traje en cuanto vio que la chica se acercaba con su pedido. Que Miroku se jodiera, llegaría tarde de todas formas aún si hubiera tomado la vía rápida de camino a la empresa.

La joven se acercó a su mesa y depositó un café negro con crema y pequeños trocitos de chocolate encima junto con tres pequeños croissants. Si supiera lo que le costaba bajar todas esas calorías que a diario consumía…

—Me encanta este sabor —confesó mientras se llevaba uno a la boca y ella le sonrió abiertamente como agradecimiento a su cumplido.

Esos croissants y su sabor fueron el principal motivo por el cual Sango, prometida de Miroku, los había llevado a esa cafetería para darle la noticia y su invitación a la boda. Una camarera se acercó, pero parecía abatida por varios pedidos por lo cual se demoró demasiado. Estaba por perder los estribos y sacarlos de ese lugar para ir a cualquier otro local que no estuviera tan abarrotado de gente. Pero entonces lo escuchó…

—Yo me encargo Yuka, tú descansa —una melodiosa y dulce voz llegó a sus oídos, se giró con la intención de encontrar a la dueña de esas palabras y un par de ojos marrones entraron en su rango de visión— Disculpen la demora, el día de hoy tenemos poco personal —se disculpó— ¿Qué les sirvo? ¿Un chocolate caliente? ¿Tostadas?

—Eso no será necesario, querida. Tráenos dos frappes de chocolate, un café negro sin azúcar y esos croissants tuyos —la castaña le guiñó un ojo a la camarera que no tardó en apuntar eso en su libreta y les sonrió antes de irse.

Desde entonces no había podido dejar de asistir a ese lugar, el sabor de esas masitas era en serio una maravilla. Miró el pequeño plato de porcelana vacío solo con un par de migas sobre él. Ya había terminado de desayunar y aún así no quería irse, ¿Realmente compraba allí solo por el sabor o había algo más? Una delgada y blanca mano entró en su rango de visión, solo atinó a mirar como la joven retiraba el plato de la mesa y volteaba a verlo.

—Espero que no le moleste —se disculpó, debió de verse muy entrometida, pero llevaba ya un buen rato de haber terminado y no creía que fuera a pedir algo más.

—N-no… No hay problema —tomó su billetera y pagó la cuenta.

—Nos vemos al mediodía —se despidió. Hoy era jueves.

Fin

Volví a meterme en este tipo de cosas que me sacan canas verdes :D ¿Qué les pareció? ¿Merece un review? ;)

Este es el reto anual. El próximo drabble será publicado el 14 y el otro el 21. Algunos drabbles serán de universo alterno y otros no así que ¡Estén atentos! Recuerden que no tienen co-relación entre sí :o

A continuación dejaré las palabras del reto por si alguna quiere hacerlo o por si llego a perder la imagen (si llegara a borrarla o me robaran el celular entonces este reto quedaría abandonado y NO queremos eso, por lo tanto hay que estar precavidas).

Enero: Sabor, amanecer, lazos.

Febrero: Dinamita, electricidad, lagunas.

Marzo: Hijo, irresistible, auto.

Abril: Tuerca, ukelele, salmón.

Mayo: Calcetines, ojos, nadar.

Junio: Enemigo, solvente, taza.

Julio: Memorias, agua, risas.

Agosto: Ataduras, ligas, monedas, aventar.

Septiembre: Bucear, ostras, retorcer, imán, salvar.

Octubre: Elástico, ninfa, zapato, oreja.

Noviembre: Remar, otoño, básico.

Diciembre: Termales, inocente, maullido, ocaso.