Obsesión Artificial.

Tercera Parte.

Momo retrocedió un par de pasos, horrorizada por lo que acababa de escuchar y a la conclusión que su mente llegó.

Debía llamar a su marido inmediatamente, él sabría qué hacer, era mucho más inteligente que ella y la haría sentir segura y no tan aterrada e impotente como se sentía ahora. Su esposo sabría qué decir para hacerla sentir mejor, él sabría…

-¿Momo-chan?- brincó en su lugar ante la voz de Rangiku detrás de ella. Volteó, viendo su mirada preocupada y la mirada confundida de Megumi. -¿Estás bien?-

-S-sí, solo… ehh… estaba pensando en Izuru, olvide llamarlo y seguramente está preocupado por mí así que iba a mi habitación para hablar con él antes de cenar así que… umm…-

-Puedes hablar con él después de cenar, estoy segura de que entenderá.- la mayor negó con la cabeza y tomó su brazo para arrastrarla al comedor donde su hermano y el robot ahora completamente reparado estaban esperando por ellas con rostros serios.

-Al fin llegan.- dijo el único hombre en la habitación. –La cena se les servirá de inmediato, por favor siéntense.- una vez las tres se sentaron él aplaudió tres veces y los robots muñecos de nieve llegaron para entregarles sus platos de comida.

-Esto es delicioso, Toshiro-sama. ¿Los robots son los que cocinan?- preguntó Megumi llenándose la boca.

-En efecto, pero no son los que sirven, sino otros que se instalan en la cocina y están conectados al refrigerador, el horno y otros aparatos dedicados a los alimentos. Son unos de mis productos más populares, muchos restaurantes en todo el mundo los usan.-

-¿Eso no genera desempleo?- Momo lo miró preocupada.

Últimamente en muchos países se estaba prohibiendo cada vez más el uso de ciertas máquinas sí estas generaban demasiado desempleo por las protestas de los trabajadores que a finales del siglo pasado sufrieron una enorme crisis debido a este tipo de problemas y por eso había mucha presión internacional para solucionar eso.

-Yo tengo las versiones más avanzadas que se controlan solas, pero los modelos que están a la venta necesitan la constante supervisión y en algunos países no dejan comprar más de dos.- aclaró él. –Ya sabes que lo último que quiero es problemas con este gobierno o ningún otro.-

-Sí, lo sé.- ese era el motivo por el que se casaba en primer lugar.

Se mordió el labio, pensando en las cámaras del gobierno y en como probablemente a Aizen no le costaría mucho meter su mano allí para borrar a la verdadera Karin de las grabaciones. Y el miserable salió hace tres años, sin duda él estaba detrás de todo esto.

Tenía que hablar con su esposo de inmediato o la ansiedad se la comería, así que rápidamente se retiró del comedor dejando su plato a medio comer y después de beber un largo trago de agua subió a su dormitorio y marcó el número de su marido.

-Hola, querida. ¿Cómo estás?- dijo alegremente luego de atenderla.

-Mal. Terrible.- cerró su puerta con seguro y se sentó en su cama.

-¿Qué pasó?-

-Aizen.- soltó espantada. –Aizen salió de prisión ¡hace tres años!-

-¡¿Qué?! ¿Pero no le dieron veinte años?- sonaba tan horrorizado como ella.

-Parece que redujo su sentencia a la mitad por buen comportamiento.- murmuró frustrada. –Pero eso no es lo más me preocupa, él salió hace tres años. Y hace tres años Karin-chan desapareció.-

-¿Eso es lo que más te preocupa? Ese hombre te secuestro y casi te mata, sin mencionar que mató al esposo de Matsumoto-san. Es…-

-No necesitas recordarme lo que hizo.- sus ojos se aguaron ante el recuerdo. –Eso ya no importa, lo superé, tú me ayudaste a superarlo. Lo importante ahora es que ha vuelto a hacerle daño a mi familia, él es el responsable de lo que pasó con Karin-chan, él le hizo algo horrible y la borró de las cámaras del gobierno con su tecnología. Encontré a Karin-chan en la cámara de la estación de gas, así que sí la borraron intencionalmente y solo pudo haber sido él.-

-Tiene sentido, supongo.- suspiró. –Querida, sí él es quien realmente está detrás de todo esto… entonces no creo que sea prudente que continúes indagando más allí. Es un hombre muy peligroso y ya te ha lastimado antes. Y sí fue él el que desapareció a la ex prometida de mi cuñado entonces seguramente la mató y cubrió las huellas. No tiene sentido que te metas más en esto, busca la forma de ayudar a tu hermano de otra manera menos peligrosa.-

Ella jadeó, un poco indignada de que le dijera eso a pesar de que sabía que tenía un poco de razón.

¿Por qué estaba haciendo esto? Para devolverle la cordura a su hermano, y con la ligera esperanza de que la verdadera Karin siga viva, pero ahora esa esperanza, sabiendo lo retorcido que podía ser Aizen, estaba reducida a casi cero. ¿Por qué la mantendría secuestrada tres años? Obviamente sí esto era obra suya entonces la había asesinado sin duda.

Pero… su hermano creía que ella lo abandonó, y no iba a convencerlo de lo contrario a menos que le mostrara pruebas sólidas de que ella no lo dejó por voluntad propia. Para despertarlo de su locura tenía que conseguir esas pruebas. Y nada se lo impediría.

-Lo siento, querido, pero no puedo detenerme ahora.- dijo decidida. –Shiro-chan necesita saber la verdad, pero no la creerá a menos que le muestre pruebas. Solo tengo que reunir las suficientes para que me crea y entonces ya no indagaré más, pero no puedo parar ahora. Por favor entiéndelo.- suplicó con pesar, ya que odiaba pelear con su esposo o que estuviera enojado con ella.

-Momo, esto es demasiado peligroso.- murmuró obviamente muy preocupado. –Por favor piensa en ti y detén esta locura. Hisagi dijo que su amigo estaba nervioso de entregarle el expediente al principio, dijo que le dio la impresión de que alguien lo estaba presionando. ¿Qué tal sí ese alguien es Aizen? ¿Qué tal sí sabe que lo estás investigando? ¿Qué tal sí solo espera a ver si sigues o desistes y cuando te acerques un poco más a las pruebas venga por ti? ¡No puedes arriesgarte así, Momo! ¡¿De verdad quieres volver a lidiar con ese hombre?!- la regañó, provocando que sus ojos se aguaran.

-¡¿Crees que quiero?! ¡Por supuesto que no! Estoy aterrada, Izuru. ¿Pero qué otra opción tengo?- sollozó, luchando por contener las lágrimas. –Shiro-chan está enloquecido obsesionado con ese robot, Rangiku-san lo apoya y ni siquiera voy a considerar a Takaede-san. Solo estoy yo para resolver esto y te necesitó a mi lado, pero sí no vas a ayudarme entonces… entonces lo haré completamente sola sí es necesario.- no iba a retroceder.

Él permaneció en silencio por un largo tiempo, tanto que estaba a punto de colgarle cuando volvió a hablar.

-Está bien… Realmente nunca pude detenerte cuando te pones así.- suspiró profundamente. –Pero sé muy cuidadosa, por favor. Yo arreglaré unas cosas en el trabajo e iré allá antes de tiempo en una o dos semanas para ayudarte con esto sí tanto insistes. Pero por favor, por favor sé muy precavida. No soportaría que algo malo te pase.-

Momo sonrió temblorosamente, secándose las lágrimas.

-Gracias, querido.- realmente se había casado con el mejor hombre del mundo. –Quería pedirte un favor, por cierto.-

-¿Qué necesitas?-

-¿Podrías preguntarle a Hisagi-san por la fecha en la que Aizen salió de prisión? Quiero estar completamente segura de que él es el responsable, y también quisiera toda la información de él que pueda conseguirme. No sé sí es mucho pedir…-

-Está bien, querida. Veré que puedo hacer.-

-Te lo agradezco mucho, Izuru. Te habló mañana y… te amo.- dijo sinceramente.

-También te amo, Momo. Buenas noches.- se oyó un poco menos malhumorado.

-Buenas noches.- suspiró aliviada y colgó.

Eso fue muy pesado para su corazón ya abrumado con todas las terribles emociones negativas que le despertaron enterarse de que Aizen estaba fuera de prisión, pero al menos su esposo fue muy comprensivo y al final pudo convencerlo de continuar ayudándola.

Al día siguiente bajó a desayunar con ánimos renovados para avanzar en su investigación, pero en lo que bajaba las escaleras ya comenzó a escuchar los chillidos de Megumi por quién sabe qué cosa. Se apresuró a entrar al comedor, viéndola gritar histéricamente a su prometido que la miraba con indiferencia y un poco de cansancio.

-¡…Cancelar nuestra cita y decírmelo en el mismo día! ¡Prepare mil cosas para esta velada y ahora me dices que tienes que trabajar! ¡Eso es totalmente injusto! ¡No puedes tratarme así! ¡Soy tu prometida, vamos a casarnos, y mi padre te cederá una buena parte de sus acciones! ¡¿Acaso has olvidado eso?!-

-No he olvidado nada.- habló él con calma. –Lo que tú olvidas es que yo te dije que aceptaría esta cena solo sí no tenía ningún contratiempo. Lo tuve, por lo tanto la cena debe posponerse.-

-¿Posponerse para cuándo? ¡Nos casamos en un mes!-

-Nos casaremos de una forma u otra, tendremos mucho tiempo para hacer las actividades que desees después de la boda. Y sí no estás de acuerdo siempre podemos disolver el contrato, tengo muchas propuestas, algunas de compañías más grandes que las de tu padre.- entrecerró los ojos, la amenaza tacita claramente remarcada en su voz.

Megumi se cruzó de brazos y se dispuso a comer su desayuno aun refunfuñando por lo bajo.

Luego de un desayuno muy incómodo, volvió a su habitación para planear otras formas de encontrar pistas que convencieran a su hermano de lo que verdaderamente había pasado.

Veamos… la última vez que Karin fue vista fue en aquella estación de gas. De allí para llegar a la mansión Hitsugaya solo existían cuatro caminos, pero al final tenías que terminar pasando por la ruta 316 sí o sí antes de tomar el camino por el monte que te dejaría directamente en la entrada. ¿Pero ella habría llegado tan lejos o la atacó antes?

Los otros cuatro caminos eran muy concurridos, incluso a las seis de la mañana, entonces tendría que haber testigos así que pensando como un criminal tal vez él esperaría a que ella entrara a la ruta 316 mucho menos transitada para hacer su movimiento. Y eso reducía mucho más su área de búsqueda.

Podía intentar buscar a lo largo del tramo necesario de la ruta 316 para llegar a la mansión más cámaras privadas que le dieran una pista de qué pasó con ella. Tal vez sea una pérdida de tiempo pero tal vez no. Valía la pena tratar. Sin embargo sería difícil porque era muchísimo que caminar y aquí en Seireitei no se podía rentar un auto, aunque podría rentar un caballo pero la verdad les tenía un poco de miedo… No, no, debía hacerlo ¡iba a hacerlo! No importa lo que cueste.

Ahora… ¿qué excusa podría dar para escaparse de Megumi por un par de días? Bueno, su vieja amiga de la infancia Tobiume todavía vivía aquí, así que podría decir que iba a visitarla ya que ellas solían ser muy unidas en su adolescencia.

Por suerte su excusa funcionó y al día siguiente pudo escaparse de la mansión dejando a Matsumoto lidiando con la niña rica para ir a alquilar un caballo y empezar con su investigación ya que Izuru le dijo que Hisagi iba a tardar en conseguirle la información que quería.

No había muchos negocios alrededor de la ruta 316, había pocas casas por allí y solo vio un par de tiendas pequeñas, pero ninguna con una cámara. ¿Tal vez perder el tiempo en esta búsqueda no valdría la pena al final? No, iba a seguir adelante, incluso aunque varias veces casi se cae del caballo.

Luego de horas de cabalgar se cansó mucho y el animal también, así que lo devolvió y regresó a la mansión. Continuaría con eso en otro par de días, porque realmente los caballos no eran lo suyo. Extrañaba un poco las comodidades de las grandes ciudades, con el auto de su marido o un taxi siempre a su disposición cada que saliera de casa. Bien que se crió en Seireitei pero ya no era una jovencita llena de energía a la que no le importaba dar largas caminatas.

Apenas regresó no tuvo ánimos de cenar, se fue directo a su habitación y solo pudo tener una pequeña conversación con su esposo antes de que el sueño la venciera. Sin embargo no pudo dormir mucho porque a las pocas horas de caer dormida sintió un frío y duro brazo metálico envolverse alrededor de su cuello.

Jadeó, abriendo los ojos solo para horrorizarse al tener frente a ella el rostro del robot que fue construido para ser un reemplazo y replica perfecta de Karin. ¡Esa cosa quería matarla! ¡La estaba ahorcando!

Gritó horrorizada con toda la fuerza de sus pulmones a través de su garganta obstruida y no pasó mucho hasta que su hermano entró a la habitación corriendo, encendiendo la voz y gritado frenético por su bienestar.

El brazo metálico la apretó más fuerte por un segundo, haciéndola pensar que le rompería el cuello, pero entonces se aflojó por completo y por fin pudo respirar, soltando lágrimas por el puro horror que acababa de pasar. No era su primera experiencia cercana a la muerte, pero de todos modos fue tan horrible como cuando Aizen mismo casi la mata.

-¡¿Qué pasó aquí?!- Rangiku entró a la habitación vestida con su camisón, con una mirada llena de pánico en su rostro.

-¡Shiro-chan!- Momo corrió a abrazarse a su hermano, llorando desesperadamente. -¡Tu robot quiso matarme! ¡Te dije que nunca podría ser Karin-chan, es solo una fría y despiadada máquina y quiso matarme!- estaba temblando de miedo.

-Momo-sama, no entiendo por qué dice eso.- esa cosa asquerosa habló. –Yo la salvé, fue este robot el que quiso matarla.- ella volteó sorprendida, viendo un robot muñeco de nieve con la cabeza destrozada en la mano de la copia de Karin. –Lo vi entrar a su habitación hace pocos segundos. Los robots de servicio no tienen permitido entrar a las habitaciones, me pareció raro y teniendo en cuenta los incidentes de robots de servicio siendo manipulados creí que esto podría pasar, por eso entré sin su permiso y llegue justo a tiempo para detener a la unidad corrompida.- hizo una reverencia. –Me disculpó profundamente sí la asuste.-

-Pero… pero… yo vi… yo te vi a ti…- ¿acaso había visto mal? Estaba oscuro y seguía medio dormida, pero… -Yo te vi…-

-Le suplicó use la lógica. El brazo que sintió en su cuello no podría haber sido mío, mi amo me ha reparado por completo y mis brazos están recubiertos de piel otra vez.- eso era cierto, lo que decía tenía sentido, pero aun así…

-Deberías agradecerle a Karin, Hinamori, no acusarla y dudar de ella.- su hermano la alejó bruscamente, con su mirada llena de reproche. –Entiendo que estés nerviosa y asustada, pero sí no fuera por Karin estarías muerta. Muestra un poco de gratitud y por favor no vuelvas a hablar de ella de forma tan despectiva.- negó con la cabeza. –Matsumoto, por favor llévala al hospital para que verifiquen que está completamente sana y salva. Yo revisaré este robot y también todos los otros para instalar mejores sistemas de seguridad y asegurarme de que esto no vuelva a pasar.- suspiró. –Será una noche larga.-

Todavía aturdida y asustada, Momo dejó que Rangiku la llevara al único hospital de la ciudad, donde comprobaron que el robot no había llegado a romper nada y solo le dejó unos feos moretones a los que le aplicaron unas pomadas. Le dieron pastillas para el dolor y volvió a la mansión sin soltar el brazo de la rubia, temiendo que en cualquier momento una máquina saltara de la nada a tratar de matarla. Y con mucho más miedo de que esa fuera la máquina que tenía una réplica perfecta del rostro de la chica que tan desesperadamente trataba de encontrar.

Durmió en la habitación de Rangiku junto con esta para poder sentirse un poco más segura, y al despertar ellas fueron las encargadas de preparar el desayuno ya que todos los robots fueron desactivados, y cuando Megumi bajó esperando tener todo ya servido ellas solo dejaron todo a su alcance listo para que se sirviera a sí misma con solo estirar las manos. La niña rica las miró con profundo desagrado, luego notó los moretones en el cuello de la de ojos marrones.

-Uhh, ¿intentaste suicidarte?- preguntó con una mueca de incredulidad.

-No.- suspiró rogando por paciencia. –Uno de los robots de Shiro-chan se salió de control e intentó ahorcarme mientras dormía, pero su asistente robótica me salvó.- aún tenía problemas para creer eso, pero era lo que parecían apuntar los hechos. –Ahora los está revisando a todos para mejorarlos así que puede estar encerrado en su laboratorio por un par de días y por mientras no tendremos personal así que las tres deberemos encargarnos de las comidas y la limpieza.-

-¡¿Las tres?!- se horrorizó.

-Las tres.- confirmaron las dos mayores al unísono.

-¡Eww, nunca! Voy a llamar a mi papi para que traiga a mis sirvientes aquí ¡de inmediato!- sacó su celular y se retiró pisoteando furiosamente de la cocina.

Las dos bufaron, negando con la cabeza. Al menos los sirvientes serían una buena ayuda.

El pequeño ejército de sirvientes llegó al atardecer para cumplir todos los caprichos de su adorada Megumi-sama, insistiendo en limpiar todo por lo que era como sí los robots nunca se hubieran ido.

Fue tres días después del intento de asesinato que Toshiro salió de su laboratorio y los robots volvieron a trabajar en la casa, por lo que los sirvientes de la casa Takaede volvieron a marcharse porque ya no tenían nada que hacer y porque su hermano prácticamente los echó apenas se enteró de que su prometida los trajo sin su permiso.

A pesar de que la lógica señalaba que la copia de Karin no podría haber sido la que intentó matarla, Momo no pudo evitar dejar de verla solo como una amenaza a la cordura de su hermano, sino también a la vida de todos y cada uno de los presentes en esa casa.

Pocos días después recibió la llamada de Hisagi Shuuhei, y lo que dijo la desalentó enormemente.

-¿De verdad no pudiste conseguir nada?- su ánimo se desinfló enormemente.

-Lo siento, todos sus datos fueron borrados. No se sabe ni dónde está ni dónde estuvo ni qué estuvo haciendo en los últimos tres años, todo lo que puedo decirte es que salió un mes antes de la desaparición de Kurosaki Karin, así que es muy posible que sea el responsable, pero no hay pruebas. Hay rumores de que inició una compañía clandestina, un imperio tecnológico ilegal que sirve al mercado negro, pero solo son rumores no confirmados. Él estaba en la prisión de alta seguridad de Tokio, y no tengo muchos contactos allá así que esto es lo máximo que pude sacar. Lo siento.- se disculpó otra vez.

-Está bien, apreció mucho tu esfuerzo.- suspiró. Otra vez se sentía perdida. –Gracias por todo, ya veré qué puedo hacer con lo poco que tengo para llegar al fondo de esto.-

-Tu determinación es admirable, pero también peligrosa. Estos son terrenos donde hasta los policías temen pisar. Por favor ten cuidado, no quisiera ver a Kira tan solo y triste como era antes de casarse contigo.- dijo con preocupación.

-Soy precavida, tengo muy en cuenta a mi esposo.- se llevó una mano al cuello que afortunadamente ya casi sanaba por completo. No le había dicho a Izuru lo del ataque y había hecho que Rangiku prometiera no decirle nada también, no quería preocuparlo de más.

-Muy bien, solo me queda desearte suerte. Cualquier otra cosa en la que pueda ayudar házmelo saber.- se despidieron y colgó.

Quedaban tres semanas para la boda, y su esposo vino una semana antes de lo que debería para estar con ella tal como prometió.

Él se sorprendió mucho al ver a la copia de Karin después de haber saludado a Rangiku y Megumi, y apenas y sí saludo a Toshiro, muy impresionado por el robot tan realista.

-Wow, es… realmente parece humana.- dijo muy aturdido.

-Usted debe ser el esposo de Momo-sama, Kira-sama, es un placer conocerlo.- hizo una reverencia.

-U-un placer.- correspondió a la reverencia un poco más que muy sorprendido. –Es impresionante, ¿tiene cuerdas vocales en vez de un altavoz? Incluso mueve la lengua al hablar.- él siempre fue muy observador.

-Por supuesto.- su hermano alzó la barbilla con orgullo. –Es mi obra maestra. Como una humana cualquiera, pero mejor.-

Momo frunció profundamente el ceño al escucharlo. ¿Acababa de insinuar que esa máquina era mejor que la verdadera Karin? No le gustó nada su elección de palabras.

-Incluso pestañea periódicamente. ¿Ese no es un gasto inútil?- Izuru alzó una ceja.

-Claro que no, da la ilusión de que están hablando con una persona real. Quiero que casi no se note la diferencia.- su hermano frunció el ceño, obviamente molesto de que su cuñado cuestionara al trabajo de su vida.

-¿Qué le da energía?-

-Un generador especialmente creado por mí.- el ceño del albino se profundizó.

-¿Cómo funciona?-

-Daré detalles de eso en mi próximo libro.- respondió entre dientes.

-¿Por qué no dar detalles ahora? Estamos tomando el té y la ciencia me interesa.- sonrió mientras tomaba por primera vez la taza de té que un robot muñeco de nieve había dejado frente a él cuando se sentaron en los sofás de la sala de estar.

-No lo entenderías de todos modos.- el hombre más joven parecía enojarse más y más con cada pregunta. ¿Pero por qué?

-No lo sabrás si no me lo dices.- sus ojos azules se entrecerraron.

-No tengo por qué decirte nada.- los ojos turquesa normalmente fríos echaban fuego.

-¿Por qué no? ¿Acaso ocultas algo?-

Su hermano llevó su mano al mango de la katana que siempre traía en la espalda y Momo se levantó con pánico, agitando las manos.

-¡Shiro-chan, tranquilo!- chilló asustada. –Ya conoces a Izuru, desde que se volvió psicólogo le gusta jugar estos tontos juegos mentales que no tienen ningún sentido y no son graciosos.- volvió a sentarse al lado de su marido y apretó su hombro con fuerza. –Discúlpate con mi hermano por bromear así, Izuru. Dile que solo bromeabas y discúlpate.- susurró lo último en voz muy baja.

-Lo siento, Hitsugaya-san.- suspiró. –Solo estaba bromeando.-

-Eso espero.- los dos se miraron mal por un momento, pero luego su hermano se puso en pie y tomó a su robot favorito de la muñeca. –Karin y yo iremos a seguir trabajando en el nuevo antivirus para actualizar a los robots en el mercado. Bienvenido de nuevo, Kira.- sin más se retiró.

Momo rápidamente inventó una excusa y arrastró a su esposo de la muñeca para ir a su habitación, donde rápidamente le dio un codazo en el estómago.

-¡¿Qué fue eso, Izuru?! ¿Por qué estabas tratando de molestar a mi hermano? Sabes lo inestable que es.- se mordió el labio. La verdad últimamente no estaba segura de qué era capaz su adorable hermanito que tanto amaba.

-Tenías razón, Momo. Hay algo raro con ese robot.- sus ojos eran frenéticos. –Ella no tiene la mirada de otros robots que pretenden parecerse a humanos. He visto pupilas tan reales como las que tiene, pero las suyas tienen algo diferente.- se pasó una mano por el rostro. -¿No viste como lo miraba?-

-¿De qué hablas?- no estaba entendiendo nada.

-¡La chica! El robot, ¿no viste como miraba a tu hermano?- ella negó, más que confundida. –Ella primero fue cordial y servicial conmigo, pero en el momento en el que todos le quitaron la mirada de encima, ella miraba con… con ira.-

-¿Qué?- sacudió la cabeza.

-Parecía enojada.- soltó viéndose tan incrédulo como ella se sentía. –El robot que tú me dijiste que es inexpresivo, estaba furioso. Y ella nos vigilaba, nos vigilaba a todos. Cuidaba que nadie la viera mirarlo así… cuando tú, Rangiku-san, Takaede-san o su mismo creador la miraban siquiera de reojo, ponía un rostro inexpresivo.- se sentó en la cama con los hombros caídos. –Sé cómo disimular el estar mirando a mi paciente, para que no sienta que lo juzgó cuando lo estoy analizando por su bien, así que pude escaparme a la detección del robot. Y cuando cree que nadie la ve… ella mira con desprecio a tu hermano.- Momo se estremeció.

-¿Cómo puedes estar seguro?- empezó a sudar frío.

-En medio de nuestra discusión, en vez de estarme mirando mal a mí por discutir con su amo, lo miraba mal a él, lo miraba como si fuera a saltar sobre él y matarlo en cualquier momento, Momo.- volteó a verla con horror. –Esa cosa es un peligro. Y lo peor es que creo que tu hermano lo sabe.-

-¿Ehh?- justo cuando creía que no podría confundirla más. –No entiendo nada. ¿Cómo puedes sacar todo eso con solo diez minutos de haber llegado?- esto era ridículo.

-Analizar a las personas es mi pasión, y conozco a tu hermano desde que fue un niñito. Algo oculta, debe haber una razón por la cual está tan preocupado por su imagen ante el gobierno, debe haber una razón por la cual todos saben que ha inventado al robot más parecido a un humano pero realmente solo muy pocas personas lo han visto y debe haber una razón por la cual hasta la fecha casi nadie en la comunidad científica ni en el mundo en general sabe cómo lo hizo.

-¿Cuáles razones? ¿Qué es lo que sospechas?- se sentó a su lado y colocó una mano en su hombro.

-Hay demasiadas posibilidades, todas horribles y dudo mucho que legales, pero ninguna termina de encajar todas las piezas.- frunció el ceño. –Hay algo que nos está faltando, algo que no entendemos. Lo único que puedo afirmar es que tu hermano no está en peligro de enloquecer, Momo, él ya ha enloquecido por completo, creo que eliminara todo y a quien sea que se interponga en su camino de la obsesión, va a seguir aferrándose a esa máquina con uñas y dientes.- suspiró. –Y sí, Rangiku-san me contó del incidente donde un robot intentó ahorcarte.-

-¡E-esa traidora!- se indignó de inmediato.

-Tranquila, solo me alegró de que estés bien, pero me preocupa la reacción que él tuvo ante este incidente. Parecía más ofendido por que sospecharas de su robot que molesto porque casi te matan. Eso ya no es simple obsesión, él se volvió loco.-

-Aun así…- bajó la mirada. –No puedo rendirme en intentar recuperarlo. Es mi hermanito.- hizo una mueca de tristeza. –Él está así porque cree que Karin-chan lo abandonó, cree que ella huyó de él por la tontería de escapar de la ley de matrimonio y eso le rompió el corazón y lo orilló a toda esta locura. Pero tengo fe en que solo necesitamos mostrarle la verdad con pruebas y finalmente estará dispuesto a escuchar y mejorar el modo en el que está viviendo ahora.-

-Y yo voy a apoyarte, por supuesto.- tomó su mano entre las suyas. –Pero debes estar preparada para lo que sea, incluso al fracaso de todos tus esfuerzos.- advirtió con una mirada muy seria.

-Estoy lista.- afirmó muy segura de sí misma.

-Bien.- suspiró resignado. –En ese caso, señora detective, ¿por dónde empezamos?- sonrió divertido.

-Bueno, estaba examinando la ruta 316 para ver sí había otra cámara privada que pudiera mostrarnos sí ella llegó a pasar por allí antes de desaparecer.-

-Hmm, brillante, querida. Aunque es muy poco probable que encontremos alguna cámara aparte de la de ese científico Szayel que siempre está copiando los inventos de tu hermano.-

-¡Oh, cierto! ¡Me había olvidado de ese horrible hombre!- aplaudió felizmente. –Aunque… él sabe que soy hermana de Shiro-chan y tú su cuñado, nunca nos querrá ayudar.- hizo pucheros.

-Bueno, ¿hay alguien que no conozca que pueda pedirle el favor por nosotros?-

Momo hizo una mueca. Solo se le venía alguien a la mente, y no iba a ser nada bonito.

-¿Qué quieres que yo haga qué?- Megumi la observó con espanto después de que le hiciera su extraña petición.

-¡Por favor, Takaede-san! ¡Eres mi única esperanza! Solo tienes que convencerlo de darte las grabaciones del día y hora que te pasaré y listo ¡te daré lo que quieras a cambio!- la miró suplicante.

-Oh, por favor. ¿Qué podrías conseguirme TÚ que yo no tenga o pueda conseguirme fácilmente?- agitó su largo cabello castaño, mirándola con altanería.

-Bueno…- fingió pensar, porque realmente ya había platicado con su marido qué podría ofrecer para convencerla. –Tal vez podría… no lo sé… ¿conseguirte esa velada con mi hermano que tanto quieres?- propuso con falso tono de inocencia.

La menor se enderezó de inmediato, obviamente interesada.

-¿Cómo harías eso? Todo lo que le importan son sus preciosos robots. ¡Si no escucha a su prometida no te escuchara a ti!- pisoteó.

-Soy una experta en el arte de manipular a mi hermano.- fue su turno de sonreír con altanería. –Él hará lo que le pida, te lo aseguró.-

-Umm…- la chica dudó. Momo iba a lanzar otro anzuelo cuando volvió a hablar. -¡E-está bien! ¡Pero primero quiero que él venga frente a mí y me invite a cenar esta misma noche o no hay trato!- se cruzó de brazos.

Ok, eso iba a ser difícil, pero tenía que lograrlo sí o sí.

-De acuerdo.- fingió estar despreocupada al respecto.

Estrecharon manos y más tarde le preguntó a Rangiku a qué horario podría encontrar a su hermano solo fuera de su laboratorio y ella le dijo que él todavía tenía el mismo horario para hacer su rutina de ejercicios, así que a la tarde fue a visitarlo al gimnasio, entrando sin tocar.

Sorprendentemente, la copia de Karin no se veía por ningún lado. Qué extraño.

-Hinamori.- él se tomó un descanso de hacer sus abdominales y se puso en pie, pasando una toalla por sus hombros y tomando una botella de agua en una banca. -¿Qué haces aquí? ¿Necesitas algo?- dio un largo sorbo a su botella.

-Sí, de hecho.- sonrió nerviosamente. Esperaba que su debilidad por los ojos de cachorrito siguiera funcionando tan bien como antes. –Necesito pedirte un favor… uno que tal vez no te guste mucho.- comenzó a hacer pucheros.

-¿Qué?- alzó una ceja con frialdad.

-Verás… Izuru y yo realmente queremos salir a pasar un tiempo junto en pareja, no nos hemos visto en semanas.- lanzó un gran suspiro de tristeza. –Pero Takaede-san es muy insistente en que la ayude con los preparativos para la boda, ya que faltan apenas tres semanas y eso es comprensible, pero realmente, de verdad, en serio que quiero recuperar un poco de tiempo con mi esposo.- juntó las manos. –Entonces podrías… ¿mantenerla distraída por mí y llevarla a cenar fuera por una noche? Esta misma noche. ¿Por favor? ¿Por mí?- puso sus mejores ojos de cachorrito.

Su hermano hizo una mueca.

-Hinamori, sabes que estoy muy ocupado.- se cruzó de brazos. Mala señal.

-¡Pero incluso tú necesitas descansar de vez en cuando! ¿Qué mejor manera que conociéndote mejor con tu futura esposa?- sonrió forzadamente, sabiendo mejor que nadie que el peor lugar para relajarse era al lado de esa jovencita parlanchina.

-Estoy descansando ahora mismo, y estoy seguro de que puedes encontrar otra forma de librarte de ella. Has estado haciendo eso muy bien últimamente…- murmuró en voz baja.

Momo lo miró confundida, pero en ese momento su asistente robótico salió del baño adjunto al gimnasio.

-Oh, buenas tardes, Momo-sama.- se inclinó profundamente, con su mirada siempre demasiado amable fija en ella.

-¿Qué hacías en el baño?- preguntó curiosa. -¿Lo estabas limpiando?- lo dudaba mucho, se supone que Toshiro odiaba rebajarla a tareas de limpieza, entonces ¿qué demonios estaba haciendo allí?

-Yo… estaba s…-

-Se estaba cambiando de ropa.- él la interrumpió bruscamente. –Yo la cree pero aún me incómoda verla… en paños menores, así que le ordenó cambiarse allí. Volviendo a tu cuestión, accederé a tu petición pero solo le dedicaré una hora de mi tiempo a Takaede, nada más. Puedes retirarte.- le dio la espalda para ir a buscar su camisa.

Ella decidió irse rápidamente antes de que cambiara de opinión. Ya tenía lo que quería, aunque no del modo que imaginó.

Esa noche Megumi felizmente arrastró a su hermano al mejor restaurante de la ciudad y aunque sea por una hora lo entretendría allí, pero Momo no tenía planeado sacar ventaja de eso, fue su esposo quien quiso aprovechar la oportunidad para entrar al cuarto piso.

-¿Por qué tanto interés en el laboratorio?- le preguntó confundida mientras se escabullían allí sin que Rangiku los viera.

-Porque tu hermano oculta algo, y quiero saber qué tan malo es.- ella suspiró, ingresando la contraseña que había adivinado anteriormente como el cumpleaños de Karin.

-Esto no me gusta nada.- dijo mientras entraban al laboratorio lleno de más cables y más maquinaria que la última vez. -¿Qué tan malo podría ser lo que oculte? Es Shiro-chan, él no es una mala persona.- tal vez hubiera enloquecido un poco, pero no podía ser un psicópata como su marido parecía estar insinuando.

-No lo sé, pero lo que vi cuando le hice preguntas fue absoluta paranoia y miedo a ser descubierto en sus ojos. Piénsalo un poco, querida. Hace tres años nadie podría siquiera haber soñado con un robot tan parecido a una persona como el que tu hermano creó. Ayudó que él fuera el creador de las máquinas que pueden crear piel y tejidos artificialmente, uno de sus inventos más famosos y que cambió mundialmente el campo de la medicina, pero ¿cómo crear tan rápido y salido de la nada un robot como el que tiene? Solo tardó un par de meses, lo hizo completamente solo, no reportó sus avances a medida que los hacía como con otras invenciones para ayudar a la comunidad científica a mejorar y después de años con el producto completo sigue siendo un misterio su creación. He visto a muchos cuestionarse sus motivos, pero como dice que eventualmente revelara la información nadie se preocupa demasiado. Bueno, yo estoy preocupado.- llegaron a la oficina y fruncieron el ceño al ver que estaba cerrada con seguro.

-¿De qué estás preocupado? ¿Por qué no me dices qué es lo que realmente piensas?- se llevó las manos a la cintura. –Te conozco, no dirías todo eso sí no tuvieras algo concreto en mente.- lo desafió con la mirada para que dijera lo que tenía que decir.

-Bien.- suspiró. –Estoy pensando en las hipótesis de Aizen, antes de que fuera a la cárcel. Ya sabes lo que él planeaba hacer ¿verdad?- Momo lo miró horrorizada.

-Él… quería crear personas de cero, primero con metal, y después…-

-Ir reemplazando el metal con órganos, carne y tejidos.- completó él. –Dejaría que el metal se quedé para reemplazar los huesos, pero poco a poco convertiría al robot en un súper humano.- apretó la mandíbula. –Por supuesto, eso fue ampliamente rechazado, tu hermano fue uno de los que estaban en contra. Sobre todo porque para que esto funcione… los órganos, carne y tejidos deberían ser retirados en el acto inmediatamente de una persona viva.-

-¡Shiro-chan nunca haría eso!- le plantó cara a su esposo tomando bruscamente el cuello de su camisa. -¡Él despreciaba a Aizen por sus métodos! ¡Jamás los imitaría! ¡Jamás mataría a alguien solo por la ciencia!-

-¿Y no mataría a alguien por la mujer que ama?- la miró sombríamente. -¿No sería capaz de hacerlo si con eso creyera que tendrá de vuelta a Kurosaki-san? Solo imagínatelo, desesperado porque cree que el amor de su vida lo dejó, entonces crea un robot y con su creador de fibra y piel la hace físicamente idéntica, y hasta logra darle los mismos ojos y voz, pero no es realmente humana. Su desesperación crece, la quiere de vuelta y rápido, entonces no le importa apoderarse de las teorías del científico que tanto odia para lograr su cometido. Él te dijo que quiere hacerla lo más humana posible, pero incapaz de volver a dejarlo. ¿Cómo crees que lo lograra? Podría hacerlo con un método ético, quizás, pero eso le llevaría más tiempo, entonces él…-

-¡No!- lo interrumpió, soltando sus hombros para llevarse las manos a la cabeza. -¡No lo haría! ¡Nunca lo haría!-

-Quiero creer que no.- tomó sus manos gentilmente. –Pero algo muy extraño está pasando aquí y ese es el peor pero el más lógico de los escenarios que puedo pensar. No quiere decir que tenga razón, tal vez de verdad su inteligencia va más allá de nuestra comprensión y él realmente pueda lograr algo tan radical manteniéndose en los límites de la ley y la moral, no lo sé, por eso quiero juntar pruebas. Tal como tú, quiero investigar para lograr unir todos los cabos de esta historia.-

-Entiendo… pero no me gusta.- suspiró. -¿Y qué piensas buscar en su laboratorio? Sí se da cuenta se enfadara mucho con nosotros.-

-Seremos cuidadosos, solo quiero encontrar algunos planos o lo que sea de cómo hizo a su asistente robótico, cualquier información sobre ella me sería útil para saber un poco más de qué es lo que realmente planea.- empezó a buscar en los cajones, siempre asegurándose de regresar todo a su lugar.

Momo le siguió la corriente. No le gustaba tratar a su hermanito como un delincuente, pero Izuru la ayudó mucho en sus locos planes así que le debía su ayuda en sus propios planes locos. Por lo tanto buscó en los cajones y estantes, siempre con cuidado de mantenerse lejos de todo lo que se viera peligroso y tratando de regresar cada cosa al lugar y posición en la que la encontró.

Luego de varios minutos de búsqueda, encontró algo curioso.

-Querido.- lo llamó. -¿Crees que esto te sirva?- le tendió el papel que acababa de encontrar.

Él lo tomó con el ceño fruncido, notando que era una foto del rostro de la copia de Karin con una extraña imagen adjunta que parecía una especie de circulo deforme color azul con extrañas manchas negras, verdes, amarillas y naranjas alrededor en lugares aleatorios. Había anotaciones por todo el papel, pero estaban en un idioma que no lograba entender, ni siquiera reconocer.

-Tu hermano sin duda es muy inteligente.- murmuró su esposo. –Esto está en otro idioma, quizás inglés, pero está cifrado. Me tomará un tiempo resolverlo.- hizo una mueca. –Le tomaré una foto y lo regresaremos a su lugar, creo que con esto será suficiente por hoy.-

Después de tomar la foto y guardar el papel, salieron cuidadosamente del laboratorio, pero justo antes de cerrar la puerta escuchó ruido adentro y ambos se congelaron.

Observó por una rendija a la réplica de Karin salir por la puerta de la oficina que encontraron cerrada, con pasos lentos y su mirada inexpresiva hacia el frente. Lentamente, ella comenzó a voltear con sus ojos muy abiertos, y Momo entró en pánico y cerró la puerta de golpe, rezando por que no los haya visto.

Su esposo se tensó y tomó su muñeca para jalarla a su habitación.

-Ella nos vio.- susurró una vez cerraron la puerta. -¡Ella nos vio y le va a decir a Shiro-chan! Él se va a enojar mucho con nosotros, ¡nunca nos perdonara!- casi quería llorar.

-Tal vez no nos vio. Tal vez piense que fue alguien más, como algún robot de los que sí tienen permitido entrar allí o no sé. Cálmate, todo saldrá bien.- se acercó a abrazarla.

Al ver que seguía preocupada, se inclinó para besarla, y pasaron el resto de la noche en los brazos del otro sin preocuparse por lo que vendría después. Se sentía bien estar de nuevo junto a la persona que más amaba, incluso aunque se metieran en problemas juntos.

Despertaron muy preocupados por lo que encontrarían al bajar a desayunar, pero todo lo que hallaron fue a la copia de Karin tan indiferente como siempre y al Hitsugaya más irritado de lo normal con Megumi excesivamente alegre abrazada a él parloteando sin cesar acerca de lo maravillosa que fue su cita. Nadie les dedicó una segunda mirada al verlos entrar.

Una vez Toshiro se encerró en su laboratorio donde su prometida no podía seguirlo, Momo decidió enfrentarla para cobrarle el precio que acordaron por el favor.

-Bien, pero solo porque la cita fue maravillosa.- murmuró ella mientras se dirigían a la salida para ir por el chofer que los llevaría a la casa de Szayel. -¡Incluso nos besamos! ¡Y él es increíble besando! Aunque desearía que hubiera durado más…- hizo un puchero. -¡Pero me conformó! Tendremos mucho tiempo para nosotros luego de casarnos. Oh ¡hola, Karin-chan!- ante ese saludo, Momo dejó de ignorar a su futura cuñada y volteó, viendo a la copia de la chica que verdaderamente deseaba como cuñada parada junto a las escaleras que daban al segundo piso. -¿No estabas con mi Toshiro-sama?- preguntó con su tono azucarado.

El robot fijó sus ojos en Momo por un momento, antes de darle a Megumi la sonrisa más falsa que nunca le había visto.

-Él me pidió pasar tiempo con usted, Megumi-sama. ¿Podría acompañarla a donde sea que vaya?- había algo en su expresión demasiado excesivamente amable que le dio muy mala espina.

La mayor entró en pánico de inmediato y le hizo señas a la de ojos verdes para que rechazara la oferta, pero ella ni la notó y de inmediato sonrió complacida.

-¡Claro, Karin-chan! Siempre es bueno tenerte alrededor. ¡Vamos, vamos! ¡Terminemos con esto lo antes posible para poder seguir planeando mi linda boda con mi Toshiro-sama!- las arrastró a ambas por la muñeca.

Momo miró con temor al robot, notando sus ojos sombríos que sumados a su falsa sonrisa cordial solo lograba lucir perturbadora.

Llegaron con el chofer y este no hizo preguntas y condujo a la dirección que le dio, por mientras dentro del auto empezó a armar un plan para conseguir lo que querían, aunque con cautela debido a la presencia de la máquina.

-Szayel es un hombre muy difícil, no es amable así que dudó que te de la información sí se lo pides por favor incluso aunque le des buenos motivos. Así que…- frunció el ceño, pensando profundamente en cómo convencer a ese sujeto tan desagradable.

-Agh, solo déjamelo a mí, Momo-chan.- sonrió arrogantemente. –Estoy segura de que lograre convencerlo.-

-Pero…-

-¡Tú confía!-

Una vez llegaron cerca de la casa de su objetivo, Megumi bajó del carro y la copia de Karin quiso seguirla pero Momo le ordenó quedarse y ella obedeció aunque visiblemente a regañadientes.

Su actitud últimamente de verdad le daba escalofríos. Antes no era así de… expresiva. ¿Por qué de repente parecía ser una persona, o más bien máquina, completamente diferente? Algo raro estaba pasando con la obra maestra de su hermano. Algo muy raro.

Esperaron en el auto en completo silencio junto con el chofer mientras observaban a Megumi golpear a la casa del científico copión, que le abrió con hastío y estuvo mirándola con mala cara por unos buenos diez minutos mientras ella hablaba hasta que la vio sacar un buen fajo de billetes. El rostro del científico de lentes blancos y cabello rosa cambió completamente, le hizo una reverencia y al poco tiempo volvió con una memoria USB y la intercambió por el dinero para luego irse sin más.

Wow, eso fue muy fácil.

Megumi volvió al auto sonriendo triunfante y le entregó la memoria.

-¿Tengo que pagarte por lo que le diste a Szayel?- preguntó temerosa.

-Pff, claro que no. Eso no fue nada de todos modos, ni la quinta parte de lo que mi papi me envía cada semana, el precio de ese hombre es tan bajo.- se rió ruidosamente.

La miró con una gotita bajando por su sien, pero sonrió de todos modos. ¡Lograron obtener otra grabación donde ella posiblemente saldría! No podía esperar para verla.

Desgraciadamente, luego de eso se quedó atrapada para ayudar con más preparativos de la boda. Ya habían seleccionado casi todo así que solo usarían la aplicación donde se podía armar una boda virtualmente en su celular o laptop para darle una mejor idea a la agencia de bodas de cómo querían que se viera la ceremonia. Eso en realidad fue un poco divertido, incluso sí Megumi apenas las escuchaba y mayormente hacía lo que quería de todos modos la ayudó un poco antes de correr a su habitación para ver la grabación.

-¿Lo consiguió?- su esposo se sorprendió bastante mientras ella conectaba la memoria USB a su portátil. –Vaya, esa chica no es tan tonta como parece.-

-Ella cree que todos pueden venderse por un precio, supongo.- murmuró mientras examinaba los archivos. Le dio todas sus grabaciones del año en el que Karin desapareció. –Y en caso de Szayel eso es cierto.- seleccionó el mes en el que desapareció y luego buscó el día.

-Bueno, él era un hombre de una gran ciudad que se mudó aquí para poder copiar mejor a tu hermano.- ambos rodaron los ojos. –Al final todo es por dinero.-

-Para personas como ellos supongo que sí.- bueno, conoció muchas personas buenas al mudarse a Tokio, pero es cierto que muchos de ellos le daban al dinero más importancia de la que deberían. El dinero nunca debería ser capaz de comprar la dignidad. –Hmm… veamos, Karin-chan mandó el mensaje a Yuzu-chan desde la estación de gas a las seis de la mañana, así que debería haber pasado frente a la casa de Szayel más o menos a las siete ¿verdad?- preguntó mientras buscaba la hora correcta en la grabación.

-Depende cuánto tiempo se quedó en la estación de gas y a qué velocidad iba. No la conocí muy bien, pero parecía el tipo de persona que iría lo más rápido que la ley permite o tal vez un poco por encima.- Momo sonrió. Eso era cierto, Karin-chan era una chica temeraria, siempre lo fue.

-Entonces empezaremos a mirar desde las seis treinta, solo por las dudas.-

-Me parece bien.- él estuvo de acuerdo. –Dijiste que su auto es rojo y tiene una abolladura en el frente causada por un pelotazo ¿verdad?- preguntó para confirmar.

-Oh, sí. A ella le gustaba muchísimo el futbol, siempre arrastraba a Shiro-chan a jugar cuando eran pequeños, y a él terminó gustándole tanto que hasta se volvió el capitán del equipo de futbol en la secundaria, por eso Rangiku-san a veces lo llama así.- sonrió nostálgica. –Él siempre estaba tenso y preocupado con algo, pero no con ella ¿sabes? Siempre lo sacaba de su caparazón y lo hacía relajarse, se divertían mucho y actuaban como deberían los jóvenes de su edad. A Rangiku-san y a mí nos gustaba espiarlos junto a Yuzu-chan solo porque eran tan lindos.- se rió avergonzada. –Siempre nos gritaban al descubrirnos, pero valía la pena.-

-Es extraño imaginar a alguien tan frío como tu hermano siendo tan feliz y relajado como un joven normal.- comentó su esposo llevándose una mano a la barbilla, aunque sus ojos seguían fijos en la pantalla. –Pero supongo que eso le provocaba el estar realmente enamorado de una buena chica como Kurosaki-san y no obsesionado con la máquina que creó para reemplazarla.-

-Sí…- hizo una mueca de tristeza. En parte deseaba no encontrar nada en el video, para así conservar la esperanza de que ella realmente había huido y estaba viva en alguna parte, pero después de todo lo que descubrió dudaba mucho que esa fuera la verdad. –B-bueno… y… ¿lograste descifrar algo del papel que encontramos en el laboratorio?- preguntó para cambiar de tema a algo menos doloroso de pensar.

-Ah, eso. Estuve investigando, pero aún no logró encontrar qué tipo de criptograma está usando. Además que esté en otro idioma lo dificulta, espero que sea ingles porque no conozco otros y en ese caso estaríamos en un callejón sin salida.-

-Hmm, creo que debería ser ese. Shiro-chan no está muy interesado en otros idiomas, solo aprendió inglés en la escuela y luego estudió por su cuenta chino y griego antiguo, y no parece ser ninguna de esas.-

-Bueno, eso me ayuda a descartar muchas posibilidades.- le sonrió, aunque sus ojos seguían sin dejar la pantalla. Luego de unos minutos se tensó y se lanzó a tomar la portátil. -¡La vi! ¡Vi a Kurosaki-san!- exclamó emocionado mientras atrasaba el video.

-¡¿De verdad?!- también se emocionó y se abrazó a su cuello, mirando atentamente a la pantalla.

-Ahí.- el tiempo marcaba las seis con cincuenta y dos minutos de la mañana cuando un auto rojo pasó a toda velocidad por la cámara de Szayel, casi como un borrón, con otro auto negro siguiéndolo de cerca. –Es ella, no hay duda. Tiene la abolladura y todo.- volvió a retroceder para verla otra vez.

-Umm, yo no veo nada.- entrecerró los ojos.

-Espera, voy a ralentizar el video para que se vea mejor. Voy a hacerlo lo más lento posible ya que quiero ver sí podemos alcanzar a ver su rostro y confirmarlo al cien por ciento.- hizo un par de clics y luego retrocedió otra vez.

Momo miró atentamente y esta vez sí que fue capaz de notar todo. El auto apareció con su abolladura y color rojo oscuro y claramente era conducido por una chica de cabello negro atado en una coleta. De repente ella se volteó y se mostró claramente que se trataba de la verdadera Karin, solo que… su expresión, sus ojos… ella se veía aterrada, con pánico, totalmente asustada por algo o alguien. Volvió la vista al frente y su auto desapareció poco a poco del foco de la cámara, solo para ser seguido rápidamente por un auto color negro con las ventanas polarizadas que también iba a gran velocidad cuando el video estaba normal.

Para ella fue dolorosamente claro lo que pasaba, y su corazón dolió al imaginar lo que debió haber sentido la chica en ese momento, los últimos momentos de su vida.

-La estaban persiguiendo.- sus ojos empezaron a arder con lágrimas. –Entonces… es verdad.- se llevó la mano a la boca para ahogar un sollozo. –La mataron… fue asesinada.- no pudo evitar comenzar a llorar.

Acababa de recordar los buenos momentos que pasó en su juventud observándola hacer tan feliz a su hermanito, la niña tan buena que era, como siempre sonreían al estar juntos y su personalidad tan energética y rebelde pero dulce a su manera. Y ahora… no había duda de que alguien, probablemente el hombre que más odiaba en el mundo, la había asesinado cruelmente. No era justo. Nada de esto era justo. ¿Por qué tuvo que terminar así? ¡Ni siquiera le hicieron un funeral por creer que se fugó de esa tonta ley!

Su esposo la abrazó y dejó que llorara en su pecho hasta calmarse, pero sin darse cuenta acabó durmiéndose.

Cuando despertó al día siguiente él le trajo una bandeja con un desayuno bastante abundante ya que se perdió la cena de ayer, además de que comerían juntos. Hicieron una pequeña charla irrelevante hasta que se puso serio y ella tragó saliva, sabiendo que era hora de hablar de lo que tanto temía.

-Finalmente tenemos las pruebas, Momo.- fue lo primero que dijo. –Con este pequeño trozo de video era obvio que ella tenía pensado ir a casa de tu hermano para casarse con él como acordaron, y es obvio que alguien la estaba persiguiendo con intenciones hostiles, eso se nota fácilmente por su expresión aterrorizada. Ella estaba intentando escapar de ese auto, y si te fijas bien se notan unos golpes en la parte trasera del auto que seguramente antes no estaban allí. Esto será más que suficiente para convencer a la policía de que no fue una fuga, también para convencer a tu hermano. ¿Pero cómo se lo dirás? Será un golpe muy fuerte.-

-Lo sé.- suspiró, abrazándose a sí misma. –Tal vez debería esperar hasta después de la boda… o unas semanas después ya que Takaede-san probablemente no me perdonará arruinar el estado emocional de su esposo justo después de casarse.-

-Comienzo a sentirme realmente mal por tu hermano, tal vez deba dejar de meter mi nariz en sus asuntos.- sacó la copia del papel que hizo imprimiendo la foto que sacó con su celular. –De todos modos no puedo encontrar la forma de descifrar los escritos, así que no tiene sentido que continúe.-

-¿Por qué no se lo envías a Hisagi-san? Él es detective así que debe saber de estas cosas.- propuso.

-¿Tú no estabas en contra de que investigue a tu hermano?- alzó una ceja.

-Sí, pero… me da un poco de curiosidad ese papel, tal vez tenga que ver con la razón de por qué se volvió tan… obsesivo. Y también me preocupa la actitud del robot y lo que dijiste acerca de que lo mira como furiosa, así que esto tal vez resuelva alguna duda.-

-En ese caso supongo que pediré su ayuda.- suspiró. -¿Tú estás segura de que quieres esperar hasta después de la boda y unas semanas para mostrarle las pruebas que hallaste?-

-Muy segura. No quiero arruinar su boda.- por más que Megumi no fuera enteramente de su agrado, tal vez lo ayude a sanar aunque sea un poco la herida que dejó Karin, o al menos sí mejor que ese robot que se construyó.

Izuru le envió el papel a Hisagi y ambos estaban esperando su respuesta, pero aparte de eso su investigación cesó. Y no estaba muy segura de qué hacer con lo que encontró. Su hermano iba a estar devastado, y le prometió a Yuzu que le diría lo que encontrara, pero no se sentía preparada para eso.

Una parte ingenua de su mente todavía esperaba que se tratara solo de un secuestro, pero después de hablarlo con su esposo llegaron a la conclusión de que eso no tenía sentido. Pasaron tres años, no hubo intentos de pedir un rescate y tampoco quedó ningún rastro de ella. Este trabajo fue hecho con el estricto propósito de hacerle daño a Toshiro. Y lo lograron.

Pasaron los días hasta que estuvieron a poco menos de una semana de la boda. Megumi y Rangiku estaban frenéticas asegurándose de que todo estuviera bien para tener la boda perfecta, mientras que Momo ayudaba en lo que podía, todavía un poco deprimida por los resultados de su investigación. Todavía no sabía cómo se lo iba a decir a Yuzu.

-Querida.- un día después de cenar, Izuru entró a su habitación mientras guardaba su celular en su bolsillo. –Recibí la llamada de Hisagi-san, no pudo descifrar el código pero me dio una idea muy buena, aunque necesitare tu ayuda.- cerró la puerta y se sentó a su lado en la cama, sacando la hoja para observarla los dos. –Según Hisagi-san esto podría tratarse del cifrado de Vigènere, que desplaza a las letras del alfabeto inglés utilizando una palabra clave en específico. Sí encontráramos esa palabra clave, entonces tal vez podríamos descifrarlo.- dijo un poco emocionado. -¿Pero qué será? Tú eres la que mejor lo conoce así que…-

-Debe ser Karin.- dijo inmediatamente.

-Eh…- la miró con sus ojos azules muy abiertos. -¿No es eso demasiado obvio?-

-Eso pensé yo cuando introduje su fecha de cumpleaños como contraseña de su laboratorio y aun así funcionó. Inténtalo.-

-Bien, bien.- suspiró. –De todos modos ese cifrado es viejo y no muy conocido en Japón, así que tal vez solo pensó que nadie lo adivinaría y no le importó ser tan obvio al respecto.- murmuró mientras buscaba en internet por una extraña tabla llena de letras.

-¿Para qué sirve eso, querido?- preguntó sin comprender.

-Es lo que usaremos para descifrar lo que escribió. Empezaremos con las dos palabras escritas en letra más grande junto a la imagen adjunta.- señaló al extraño círculo deforme con manchas multicolores. –Necesitare que me prestes tu libreta.-

-Oh, claro.- rápidamente se la dio, observando como escribía allí a las letras sin sentido al lado de la imagen adjunta.

Escribió LRRQA KCKQISTP y bajo estas letras escribió KARIN KARINKAR y le explicó que de este modo usarían la tabla para hallar las letras intermedias entre unas palabras y las otras y así encontrar el verdadero mensaje.

-No debería tomarme mucho tiempo, incluso aunque esté en otro idioma.- dijo él comenzando a sacar letras. La primera fue una B.

-Esperó que esto pueda resolver alguna de nuestras dudas, incluso yo he notado lo mal que mira el robot a Shiro-chan últimamente.- se mordió el labio, más que muy preocupada.

-Honestamente estoy sorprendido de que aún no lo haya atacado, o tal vez sí lo hizo y él no dice nada.- la siguiente letra que encontró fue una R.

-No me sorprendería que intentara proteger su creación a toda costa, realmente su obsesión es peligrosa para todos, incluso él mismo.- ahora Izuru encontró una A. –Por lo menos ya no tuvo incidentes con los otros robots desde que ese me atacó… aunque todavía no puedo quitar de mi cabeza que realmente fue la copia de Karin-chan y no uno de los muñecos de nieve.- murmuró temerosa. Él ahora encontró una I.

-Podría ser, aunque de ser así lo sorprendente es que no te haya matado instantáneamente, la vi retorcer el brazo de un robot para devolverlo a la normalidad como si fuera papel. Es muy fuerte.- encontró la letra N y se detuvo. –B, R, A, I y N, es…-

-¿Cerebro?- frunció el ceño, luego volvió a mirar la imagen adjunta al dibujo de la copia de Karin. -¿Ese círculo es…?-

-Tal vez, todavía tengo que descifrar la otra palabra.- volvió a concentrarse en la tabla llena de letras y encontró una A. –Y por cierto, también me quede preocupado por el incidente con el robot, así que conseguí algunas… precauciones, en caso de que se vuelva a repetir.- encontró una C.

-¿Precauciones? ¿Qué precauciones?- ahora encontró una T.

-Solo una forma de defendernos de un robot, son pequeñas bombas que al ser accionadas provocan una pequeña explosión que aparte lanza una carga electromagnética que desactiva al robot si es que la explosión no lo destruyó lo suficiente como para dejarlo inservible.- encontró una I. –Aunque no ha sido necesario, por suerte. Pero sí esto es obra de Aizen entonces nunca se sabe cuándo puede volver a atacar.- encontró una V.

-Él ha estado extrañamente tranquilo desde que ese robot casi me mata… eso probablemente fue obra suya.- pero sí era verdad que fue la copia de Karin la que la atacó, entonces… Jadeó ruidosamente al darse cuenta de algo.

-¿Qué pasa?- él encontró otra I.

-Aizen.- dijo nerviosamente mientras lo veía encontrar otra T. -¿Qué tal sí la razón por la cual ha estado tan tranquilo, es porque intenta hackear el robot más poderoso de Shiro-chan, al robot en el que más confía?- Izuru se congeló en medio de escribir la última letra que le faltaba para descifrar las dos palabras, que parecía ser una Y, pero ambos dejaron de prestarle atención a eso.

-Eso… tiene sentido.- murmuró pálido. –Pero sí Aizen se apodera de un robot tan poderoso como Karin entonces…-

-¿Entonces qué?- la puerta se abrió de golpe, haciendo estallar el seguro mientras el robot con apariencia de mujer entraba a su habitación sin permiso, con sus ojos extremadamente abiertos. –Por favor, no salten a conclusiones.- dijo mientras se acercaba a ellos a toda velocidad.

Momo quiso gritar, pero su boca de inmediato fue cubierta por la mano del robot, que rápidamente hizo lo mismo con su esposo, usando su fuerza para dejarlos a ambos agarrados por la cabeza bajo sus brazos (teniendo que caminar inclinados ya que ella no era mucho más alta que Momo) con sus bocas firmemente cubiertas mientras salía de la habitación arrastrándolos hasta las escaleras.

Los dos se retorcieron desesperadamente, intentando liberarse de su agarre de hierro, pero fue inútil. Aun a pesar de todo, Momo no pudo evitar estar más sorprendida que esperanzada cuando vio que la copia de Karin estaba teniendo más problemas conteniéndola a ella que a su marido. ¿Pero cómo era posible? Ella era mucho más débil que su esposo. ¿Sería por esa lesión que sufrió salvando a su hermano del robot que se salió de control un mes atrás? Pero según recordaba ese fue su brazo izquierdo y era con ese brazo con el que sujetaba a Izuru sin ningún problema, sin dejarlo moverse siquiera un centímetro, mientras que con el brazo derecho Momo podía retorcerse libremente, no escapar pero al menos se movía.

No tuvo más tiempo para pensar en eso, porque rápidamente llegaron al laboratorio y la máquina los empujo a ambos al suelo, a lo que cayeron sentados con pequeños gemidos de dolor.

El robot cerró la puerta del laboratorio y se colocó frente a ella, volviendo a mirarlos otra vez con sus ojos sumamente abiertos con una emoción que no lograba descifrar muy bien, sí es que esa cosa incluso podía tener emociones.

-Entonces es cierto.- sollozó, temiendo por su vida. -¡Aizen te controla! ¡¿Desde hace cuánto tiempo?!- miró alrededor del laboratorio con pánico. -¡¿Y dónde está mi hermano?! ¡¿Qué le hicieron?!-

-Por favor, ya le he dicho que no salte a conclusiones.- murmuró con voz apenas audible. –Pronto entenderán todo.-

-¿Qué piensas hacer con nosotros?- preguntó Izuru con el rostro muy serio. Momo notó que su mano estaba muy cerca de su bolsillo, y se preguntó sí tenía con él esas pequeñas bombas de las que le habló.

Se preguntó sí aun podían salvarse.

-Nada que no me ordenen.- contestó ella de nuevo con esa voz distante y baja.

-¿Y por qué te ordenaron espiarnos? ¿Por qué nos atacan ahora sí llevamos semanas con esto? ¿Todo esto es para cubrir el asesinato de Kurosaki Karin?- su mano se acercó aún más a su bolsillo.

-Yo…-

-No tienes por qué decirles nada, Karin.- una voz muy familiar hizo que el matrimonio Kira-Hinamori se estremeciera hasta los huesos.

Ambos voltearon lentamente, encontrándose con la mirada vacía del hombre que controlaba a la poderosa máquina.

-¿Shi-Shiro-chan?...- Momo lo miró sin poder creerlo.

Su hermano se acercó a ellos y se colocó a un lado de Karin, cerrando los ojos con pesar por un segundo antes de volver a mirarlos.

-Cuando mi informante en la policía me dijo que querías el expediente de Karin, al principio dude, pero luego le permití dártelo.- dijo él con voz fría e indiferente. -¿Qué podrías hacer tú con eso? Siempre fuiste débil e ingenua. ¿Qué sí intentabas encontrar la verdad? Nunca lo lograrías.- se encogió de hombros. –Eso fue lo que pensé.- suspiró largamente.

-Tú… ¡Tú eras el que presionaba al amigo de Hisagi-san!- no podía creerlo, definitivamente no podía creerlo.

-Y tú eres un científico con la capacidad suficiente como para eliminar la presencia de Kurosaki-san de las cámaras del gobierno.- murmuró Izuru, viéndose tan sorprendido como Momo se sentía.

-Tan fácil como dar declaraciones falsas de que últimamente había notado a Karin indecisa respecto a nuestra boda, que ella había intentado cancelar el compromiso una vez y yo la presioné para que aceptara porque sí no faltaríamos a la ley.- sonrió amargamente. –Se lo creyeron completamente, aunque me aseguré de que nada de eso llegué a la prensa y por supuesto que mi informante lo quitó antes de darte el expediente. Es tan absurdamente fácil que casi estoy decepcionado de nuestro sistema policial.-

Ante esas palabras tan despreciables viniendo de la boca de su hermanito, Momo sintió ganas de vomitar.

-Bastardo…- su esposo la abrazó al verla luchar para contener el vómito. –Todo este tiempo, tú eras la mente maestra detrás de este enredo. Eso era lo que ocultabas. No eres un loco obsesivo, ¡eres un psicópata criminal!- gritó lleno de ira.

-Sí quieren llamarme así, llámenme así, realmente no me importa.- rodó los ojos. –Nunca entenderían mis motivos.-

-¿Motivos?- Momo empezó a temblar de la ira. -¡¿Qué motivos podrían justificar asesinar a la persona que amas?! ¡Tú fuiste quien la mató! ¡Por eso haces todo esto! ¡¿Cómo puedes vivir con la sangre del amor de tu vida en tus manos?!- gritó entre lágrimas.

-No hables de lo que no sabes, Hinamori.- suspiró con hastío. –Iba a dejarte estar, podrías haber seguido con tu vida como sí nada, pero entonces llegó tu esposo y llegaron más lejos de lo que puedo permitir.- negó con la cabeza. –Siempre has sido una mente manipulable, una más en la multitud de personas mediocres, pero te casaste con un hombre inteligente, debo reconocer. Aprobé su matrimonio pensando que te mantendría fuera de problemas, pero acabó siendo quien te llevó a ellos. Oh, la ironía.- bufó.

-Fuiste descuidado.- murmuró Izuru de repente, entrecerrando sus ojos azules. –Dejaste la cámara en esa estación de gas y la cámara de Szayel sin manipular, pero probablemente no porque las hayas olvidado.-

-En eso me atrapaste.- pareció irritado. –Simplemente creí que no había necesidad. La familia de Karin fue molesta, en especial Kurosaki Ichigo, todos sin aceptar la conclusión de la policía, pero todos ellos eran estúpidos, sin la capacidad cerebral suficiente para pensar en algo así, además de que no han pasado tanto tiempo en esta ciudad como ustedes antes de mudarse. En eso los has superado, Kira. Mis felicitaciones.- aplaudió con puro sarcasmo.

-¿Y qué hay de los robots que se salieron de control? ¿También fueron obra tuya?- Momo lo miró sintiéndose absolutamente traicionada. -¿Tú los mandaste a matarme?-

-Sí usaras la mínima lógica, Hinamori, verías que eso es imposible.- rodó los ojos. –Por eso te digo que no te consideré una amenaza, no eres estúpida, pero no piensas lo suficiente. No, yo no mande a nadie ni nada a matarte, ese sí fue Aizen. Y lo creas o no, eres mi hermana y te amo, así que me ocupé de Aizen también.- de repente sonrió con tanta crueldad que le heló el corazón. –Está muerto. Yo lo asesiné hace un par de semanas, ya puedes agradecerme.-

Eso fue suficiente, Momo sintió una violenta arcada invadirla antes de que se inclinara hacia adelante y vomitara todo lo que comió en la cena en el piso frente a ellos.

Había tenido nauseas desde que lo vio salir de las sombras, pero escucharlo admitir que era un asesino, ya sea que asesinara al hombre que más odiaban en el mundo o no, realmente le revolvió el estómago. Sus lágrimas no dejaron de caer.

Sintió unas manos en su hombro y por un momento pensó que era su esposo, pero las manos eran demasiado pequeñas, y el grito de su marido exigiéndole a la máquina que se alejara de ella lo confirmó.

-¡Aléjate de mí!- gateó para alejarse de la réplica de Karin.

-No se siente bien, déjeme ayudarla. Puedo…-

-No, Karin, no será necesario.- su hermano levantó una mano para frenar al robot de acercarse más a ella. –No lo apreciaría de todos modos. Todo lo que ha hecho es tratar de alejarte de mí desde que llegó, y planeaba dejarla salirse con la suya, pero ha llegado demasiado lejos y tomaré acciones al respecto.- de pronto sacó de su bolsillo una jeringa.

-¿Qué es eso?- Izuru lo miró horrorizado. -¡¿Qué planeas hacerle a tu propia hermana?!-

-Karin, mantenlo quieto.- ante la orden de su amo, el robot apretó los puños y los dientes, antes de acercarse a Kira y envolverlo en sus brazos manteniendo los suyos quietos a sus costados. –Tranquila, Hinamori, esto solo dolerá unos cuantos minutos, luego te sentirás como nueva.- se acercó a ella con la jeringa en alto. –Son diminutos nanobots que afectaran el hipocampo de tu cerebro, haciéndote olvidar los últimos meses… o bueno, en realidad aún no están lo suficientemente refinados, así que puede que te quite años, décadas o toda la vida de recuerdos, pero esperemos que no.- se encogió de hombros como sí no le importara en lo absoluto. –Nunca te mataría, por supuesto, y no puedo dejar que vayas por ahí diciendo lo que sabes, así que tuve que recurrir a esto y lo mismo le pasará a Kira, pero descuida, incluso sí se olvidan me aseguraré de que sigan juntos. Los amantes deben estar juntos pase lo que pasé…- murmuró con la mirada distante, antes de carraspear. –Créeme que lo siento.- la tomó de la muñeca para ponerla en pie, apuntando la jeringa a su cuello.

-¡No, no por favor!- se retorció salvajemente, sin poder creer que esto estaba pasando. Ella hizo todo por él y él quería hacerle algo horrible. Este no era el hermano que amaba ¡este era un monstruo! -¡Suéltame! ¡Por favor!- la aguja rozó su cuello.

De repente oyeron un estruendo y lo siguiente que supo fue que la jeringa se alejó de su cuello y su esposo ahora estaba libre, pero en el suelo, y era la copia de Karin la que detuvo a su amo, sujetando con su fuerza monstruosa su muñeca mientras él todavía tenía presa la muñeca de su hermana.

-Karin…- él la miró con sus ojos turquesas brillando con ira y sorpresa. -¿Qué demonios estás haciendo?-

-Amo, le ruego que lo reconsideré.- susurró con sus ojos todavía muy abiertos, pero ahora Momo vio perfectamente el sentimiento en ellos. Tenía miedo, estaba horrorizada. –Mis escáneres lo detectan, Momo-sama está embarazada.- todos se congelaron ante esa pieza de información.

-¿Qué?- susurró ella, sin poder creer lo que acababa de escuchar. Izuru se puso en pie con los ojos llenos de sorpresa.

-No sabe los alcances de los nanobots, puede que el daño que hagan la vuelva incapaz de cuidarse a sí misma y ¿cómo podría cuidar a su bebé en esas condiciones? Por favor reconsidere su decisión.-

Toshiro frunció el ceño, luego cerró los ojos por un momento, antes de suspirar.

-No hay nada que reconsiderar.- negó con la cabeza. –Este embarazo no es más importante que nuestro secreto, Karin. Ellos podrán tener otros hijos cuando se recuperen, pero yo no voy a perderte.- quiso zafar su muñeca, pero ella no lo soltó. -¡Maldición, Karin, suéltame! ¡Te lo ordenó!- rugió enfadado.

-N-no…- susurró con voz apenas audible.

-¿Qué?- la miró incrédulo.

-¡He dicho que no, Toshiro!- le dedicó su propia mirada llena de furia. -¡Dejaste en condiciones horribles a todos esos hombres para luego matar a ese tal Aizen a sangre fría sin ningún remordimiento! ¡Y ahora podrías ser el responsable de que el hijo de Momo-san no sobreviva! ¡Estás loco sí crees que te dejare!- uso su otra mano para obligarlo a soltar la muñeca de Momo, que de inmediato corrió hacia su esposo.

-¡Estoy haciendo esto por nosotros! ¡Estás muy cerca de ser mi Karin! ¡No puedo retroceder ahora!- se zafó del agarre de su mano derecha como si no fuera nada, pero no pudo zafarse de su mano izquierda. -¡Suéltame, Karin! ¡Esto es por tu propio bien!-

Momo los vio forcejear sin poder creerlo, sin entender nada de lo que estaba pasando aquí, aún con lágrimas corriendo por su rostro y una mano abrazándose a su vientre. ¿De verdad estaba embarazada del bebé que su esposo y ella buscaron por tantos años? ¿Y aun así su hermano estaba dispuesto a hacerle algo horrible? No podía decidir sí este era el peor o el mejor día de su vida.

Contrario a ella, Izuru observaba la situación con ojos calculadores, tampoco entendía nada pero al menos sabía lo que quería hacer ahora mismo.

-Tienes que salir de aquí, Momo.- dijo con voz frenética. –Tu hermano está desquiciado y no sabemos de lo que es capaz. ¡Corre! Yo…- tragó saliva. –Haré lo que sea necesario para detenerlo.- llevó su mano a su bolsillo.

-¿Qué?- lo miró aterrada. -¡No puedes hacer eso!- se horrorizó al verlo sacar una pequeña granada de su bolsillo. -¡Lo matará! ¡Va a matar a mi hermano!- chilló escandalizada, provocando que tanto la creación como su creador voltearan a verlos.

Toshiro sacó un arma extraña de un bolsillo interno de su bata y la apuntó a Izuru.

-¡No hay otra opción! ¡Rápido, Momo, corre!- activó la granada y la lanzó directo a su hermano.

La granada voló directo al rostro de su hermano y Momo gritó horrorizada mientras su esposo intentaba alejarla para que no saliera herida, sin embargo, justo antes de que la pequeña bomba llegue muy lejos, Karin se colocó frente a Toshiro y atrapó la granada entre sus manos.

Explotó.

Tal como Izuru dijo, la explosión fue muy pequeña, y las manos del fuerte robot lograron contenerla… o eso pensó a primera vista.

Cuando el humo se disipó, Momo pudo ver mejor lo que pasó. Trozos de piel colgaban de la mano metálica de Karin tal como la vez que se destrozó el brazo izquierdo, y esa era su mano izquierda que estaba desprovista de piel dejando ver su composición metálica, pero su mano derecha…

-¿Qué…?...- Karin alzó su mano derecha frente a su rostro mientras la sangre corría por su brazo.

Su dedo meñique había volado, ya no estaba, y el resto de sus dedos seguían allí pero todos excepto el pulgar estaban desprovistos de piel y chorreando sangre, pero allí no había metal alguno.

Su mano derecha estaba hecha de carne y hueso.

-¿Qué demonios?- Izuru la miró con la boca abierta.

-Me duele…- dijo Karin con voz temblorosa. –Y sangró. Y…-

-Y la descarga electromagnética no te desactivo.- completó Izuru con ojos horrorizados. –Tú… tú no eres un robot.-

-No, no lo es.- los tres voltearon para ver a Toshiro, que tenía la mirada clavada en el suelo y los hombros encorvados. –Nunca lo fue. El término más adecuado para definirla es… Cyborg. Es una humana a la que se le han introducido partes robóticas para mejorarla o ayudarla a recuperar alguna capacidad pérdida, aunque en este caso… la convertí en Cyborg como mi intento para salvar su vida.- levantó la cabeza, con los ojos cristalizados por las lágrimas. –Pero no vas a creerme ¿verdad, Karin?- la miró solo a ella. –Te lo he dicho miles de veces, y aun así insistes en que eres solo una máquina, insistes en comportarte como una herramienta para mí. No importa lo que haga, te perdí ese día cuando te encontré muerta, destrozada en ese acantilado. ¿No es así?- susurró dolorosamente.

Karin, la verdadera Karin en carne y hueso y metal, lo miró con los ojos muy abiertos pero esta vez llenos de sorpresa e incredulidad, y las lágrimas se deslizaron desde su ojo izquierdo hasta su barbilla… antes de que cayera desmayada frente a ellos, con su cuerpo aun goteando lágrimas desde su ojo izquierdo y sangre desde su mano derecha.

Sin poder soportar la carga de todo lo que acababa de escuchar, Momo no pudo culpar a la mitad robot/mitad humana y también se desmayó en brazos de su marido.

Fin.

¿O no?

Tal vez no, todavía me falta hacer la resolución del problema y explicar muchas cosas, pero no sé cuando lo haga xP

Decidí escribir otro capi para este fic y me salió mucho más largo de lo q esperaba o.o Es el doble de los otros caps combinados xD Pero bueno, ojala q les haya gustado n.n

¿Alguien se esperaba lo de Karin? Me da mucha curiosidad saber si alguien ya lo adivino, di varias pistas a lo largo de todo el fic pero las pistas en los caps anteriores fueron muy vagas, en este cap estaba temiendo ser muy obvia :P

Y claro tambien me interesa mucho saber q opinaron de todo el cap en general, de los giros y los momentos y... todo nwn Si quieren uwu

Bueno, ojala q les haya gustado y nos leeremos luego aunque no sé si en este fic XD

Los personajes de Tite! Las amo~

COMENTEN! *o*

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!