NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

HOLA DE NUEVO.

EN ESTE VIAJE LOS LLEVARÉ A UNA HISTORIA DIFERENTE, CON AVENTURAS, CONFLICTOS ROMANCE… UNA HISTORIA MUY DESDE EL FONDO DE MI IMAGINACIÓN. NO ES LA PRIMERA DE ESTE GÉNERO NI SERÁ LA ÚLTIMA, PERO ESPERO QUE SEA UNA DE LAS MÁS ENTRETENIDAS.

MIL DISCULPAS POR DEJAR PASAR TANTO TIEMPO EN ACTUALIZAR, CON ESTA PANDEMIA TAN HORRENDA, ESTAMOS TODOS ALTERADOS, CON MÁS RAZÓN ESCRIBIRÉ CADA VEZ QUE PUEDA, SI EN ALGO PUEDO ALEGRARLOS UN POCO,ESO ME HARÁ INMENSAMENTE FELIZ.

SIEMPRE LES DIGO QUE NO SUBO UNA HISTRORIA HASTA QUE TERMINO LA ANTERIOR, PERO DADAS LAS CIRCUNSTANCIAS EN QUE ESTAMOS TODOS O CASI TODOS ENCERRADOS EN CUARENTENA, SUBIRÉ TODO LO QUE TENGA, PARA ENTRETENERLOS.

UN ABRAZO GIGANTE Y QUÉDENSE EN SUS CASAS, CUíDENSE MUCHO.

GRACIAS POR SU CARIÑO, TIENEN EL MÍO.

Capítulo 31

En Hakurei

Souta ingresaba al pasadizo que se utilizaba en casos de emergencia. Aún era muy oscuro y pronto llegaría la comitiva de aliados, no quería despertar o alarmar a las sacerdotisas, trataría de llegar tranquilamente hasta la empalizada.

Lejos estaba de saber que nadie dormía en Hakurei, su aura sagrada había sido detectada hacía varios minutos y las guardianas estaban atentas a su arribo.

-" Okaerinasai Higurashi Sama"

La katana fuera de su vaina en segundos, sorprendido y a la vez perplejo, se encontraba rodeado de Mikos armadas y muy peligrosas

-"Oya-oyasuminasai! Perdonen la manera de irrumpir, no quise asustarlas"

De a poco retiraban las armas del rostro del Señor del Este.

-"Hidoriko Sama lo está esperando, pase por aquí, mi Lord"

Las sorpresas no terminaban

Cuán poderosas eran estas mujeres? Subestimarlas no era una opción nunca más.

-"Después de usted, Miko San"

Reverenciando mutuamente se dirigieron al salón principal del templo.

Allí junto a Hidoriko estaba un emisario del Oeste.

-"Hido…?"

-"Higurashi Kun"

Sesshomaru era más astuto de lo que pensaban.

Había enviado a un soldado para avisar de la inminente llegada del poderoso ejército del Oeste junto a los imponentes humanos sagrados.

Sabido era que dicho ejército occidental, estaba mayormente compuesto por youkai y algunos hanyou, muy poderoso en verdad.

Debían preparase ambas partes para evitar daños innecesarios.

-"Pase Lord Higurashi, siéntese, únase a nosotros, bebamos té antes de ir a meditar. Los aliados están muy cerca de aquí y debemos sujetar nuestras energías para no dañar a nuestros visitantes"

-"Gracias, Hidoriko Sama… Higurashi Souta, Lord Cardinal del Este"

Reverenciaba al soldado del Oeste y el pobre youkai al verse reverenciado por un Lord casi se desmaya

-"No, no Higurashi sama! Yo soy solo un soldado"

-"Descanse soldado, la suprema sacerdotisa tiene razón, sentémonos y bebamos un poco de té, la jornada será dura para todos"

Cerca del amanecer ya

Un par de horas de sueño y los aliados retomaban el viaje.

Kikyo bastante adormilada se había quedado cerca de su abuelo por la noche.

Estaba muy interesada en las extrañas sensaciones que había percibido durante la noche. Para peor las caras de sus primos estaban más que raras. Todos actuaban como lunáticos y ella se estaba molestando.

En voz muy baja ya junto a Kagome

-"Hey Kagome… Qué fue todo eso anoche?"

-"Qué cosa"

-"Todo ese youki, Sesshomaru estaba enojado verdad?"

-"Sesshomaru?"

-"No te hagas, yo conozco el aura del Señor de Oeste, es pesado pero ese de anoche… ese aura era mortal...De nuevo te preguntaré…"

-"Shh. Está bien, está bien pero, NO le digas al abuelo"

-"Qué pasó"

-"…"

-"Kag…"

-"Bien, pues fuimos a tomar un baño Sango y yo"

-"Gracias por invitarme"

Apenas un susurro las palabras brotaban de su boca

-"Si, lo siento es que…Tenía apuro y fuimos, Kohaku vigilaba pero él es bueno con el youki"

-"No comprendo"

-"No se da mucha cuenta del reiki y menos si lo suprimen al mínimo"

-"Continúa"

-"Pues ya en el río de pronto sentimos el aura molesta y Kohaku apareció de pronto preguntando por Sesshomaru, nosotras no entendíamos hasta que lo vimos a un costado del río, entre los juncos…aplastaba algo…Más bien a alguien"

Kikyo estaba completamente perdida. Su mente divagaba por diversos escenarios hasta que… La poza, mujeres, desnudas…Sango… Todo apuntaba a una persona, Miroku.

-"Mi hermano!"

-"Sip"

El pánico se apoderó del corazón de la Miko.

La fluctuación del ambiente áurico provocó que todos vieran hacia ella

-"Lo siento?...Vi una rata!"

Los soldado sonrieron algunos otros simplemente la ignoraron. Los youkai mayores en potencia revolearon los ojos.

El Daiyoukai imaginó el porqué de su reacción desde que las vio conversando entre "cuchicheos".

Sesshomaru caminaría ahora al frente de nuevo junto al anciano.

Mantenía un férreo control sobre todo el ejército aliado. Sabía perfectamente dónde estaba cada uno de sus integrantes.

En especial el monje degenerado, a ese lo había mandado a caminar muy lejos de Kagome junto a Danaka y el joven taijiya.

En unas horas llegarían y una vez allí aclararía las cosas con el futuro cuñado de su medio hermano o como fuera que los humanos le llamaran a esa relación política. Si lo iba a ver a menudo no quería terminar asesinándolo. Nada debía importunar a su novia humana.

Novia…No podía cortejarla abiertamente ni demostrar pertenencia tampoco.

Eso lo estaba volviendo loco.

Al parecer las hembras y el grupo más allegado a ella se habían percatado de su interés y no parecían estar en contra, pero no estaba seguro, Inuyasha sabía y siempre que Kagome no sufriera lo apoyaría, al menos tenían algunos aliados en su relación furtiva.

Relación…

Apenas habían cruzado una palabras en las últimas horas y se sentía extraño…Deseaba tenerla cerca y poder acariciarla o conversar…Besarla era mucho pedir?

Mirando al anciano que reía mientras caminaba conversando con él y le señalaba unas aves que cruzaban el aire…Ni cuenta se daba que no lo escuchaba, era un buen hombre, justo y honorable, no quisiera indisponerlo, pero su interés hacia la Miko cada minuto que pasaba, era más profundo. Pronto vería en persona el mismísimo templo contra el que iba a perder a Kagome.

Elevando su mirada al cielo sus cabellos se hamacaban con la brisa, tan bello arrancaba sin saber suspiros enamorados en la joven Miko que lo observaba desde cerca.

En las montañas del Sur las cuevas se iban vaciando de sus ocupantes. Los reptiles iban despertando y moviéndose lentamente para intentar acrecentar el flujo sanguíneo en sus cuerpos.

Una vez fuera y medianamente en condiciones comenzaron su viaje

Náraku estaba exultante, en el Este encontraría a Kikyo, la Miko más hermosa de la que había tenido noticias jamás. La había visto cuando visitaba a Kagura en el Oeste escabulléndose entre las sombras del palacio de la Luna durante las ausencias de Sesshomaru, O cuando esperaba a su amante youkai entre la fronda de los árboles cercanos al Jardín de palacio. Era tan bonita y poderosa. Era la prometida del mestizo de Occidente…Por el momento, hasta que él cambiara eso.

Y para ello, desviaría el ejército a Hakurei. Sólo faltaba convencer al idiota de su tío…Cómo hacerlo…

Ah, la idea maravillosa…

-"He decidido unirme a una Miko"

Kokuryu lo miró confundido

-"Hm?"

-"Eso, me uniré a una Miko en Hakurei, una Higurashi, la prometida de Inuyasha"

-"Es una sagrada…Te purificaría el culo ni bien te acercaras"

-"Te olvidas de los beneficios de ser un mestizo… Mi parte humana me protege de la energía sagrada y mi parte youkai me protege del youki"

Era cierto…Ser hanyou lejos de ser una desventaja era una bendición! Cómo no había pensado en eso! Náraku estaba en lo cierto, y al unirse a una Miko Higurashi su descendencia sería muy poderosa…

Eso lo hacía más que peligroso…Kokuryu se daba cuenta por fin la clase de peligro que significaba su sobrino. Un peligro que le convenía tener de su lado

Afinaba los ojos y lo veía de costado, vaya cosa que tenía en su familia, el ser más peligroso que se pudo haber creado…

Jugaría de tonto un tiempo más…

Dejaría que Onigumo secuestrara a su Miko y después se la quitaría. Lo asesinaría para quedarse con ella y criar un ejército de hanyou que arrasaran con todo lo que se opusiera a su comando.

Era brillante…Su plan era verdaderamente brillante.

En el templo la meditación se detuvo ante los primeros chisporroteos del choque de energías.

Las sacerdotisas se formaban e intentaban dominar sus poderes. Abajo en el pie del monte, Danaka daba órdenes a sus soldados

-"Contrólense! Bajen sus energías a cero!, Nada va a sucederles, las Miko de Hakurei son aliadas del Oeste!"

Los youkai intentaban con todas sus fuerzas, pero algunos fallaban miserablemente. Algunos debían ser asistidos por los sagrados del Este y alejarse del pie del Hakurei

Sesshomaru gruñía molesto ante la torpeza y mal desempeño de sus soldados. Tantos años entrenando junto a los sagrados y ahora esto?

-"Soldados! Bajar el youki y contrólenlo!"

-"Esto parece imposible Mi Lord"

Danaka resoplaba y continuaba dando órdenes

Kagome se acercaba a Hiten y a Sesshomaru

-"Qué sucede?"

-"El miedo se apodera de las bestias de los youkai, no logran contener su youki"

-"Hay algo que se pueda hacer abuelo?"

-"Mm…No lo sé… Tal vez si tú y Lord Taisho intentaran entrelazar sus energías como hacían con Inuyasha cuando eran jóvenes…"

El Daiyoukai se interesaba por aquello, un tanto molesto por que él ni se había enterado de aquello…Qué clase de entrenamiento era ese?

-"Entrelazar energías? Eso podría funcionar!"

-"Qué opina Lord Sesshomaru?"

El ejército aliado se asombraba de aquella posibilidad, pero si funcionaba hablaría del enorme poder de los líderes en cuestión, y eso aplacaría sus temores e inseguridades…O no?

Kagome tenía una mano en su cadera esperando la respuesta del Inu. Los ojos dorados le recorrieron el cuerpo ante su pose tan arrogante. La joven Miko acusó el golpe abrumada por la timidez de sentirse escudriñada y a la vez desnuda. La mirada penetrante de su "novio" Le hacía temblar las rodillas. Tenía que componerse, pero fallaba miserablemente. Su aroma especiado se disparaba ante la cercanía y miradas del macho Inu…Debía componerse y AHORA!

Con un arranque de valentía enfrentó al Daiyoukai

-"Y bien?"

El Lord aspiraba el aire y apenas sonreía exhibiendo un colmillo, acaso se sentía atraída por él? Qué emocionante…Mirando fijamente a su onna

-"Este Sesshomaru colaborará"

Kagome sonrojada tragaba el nudo que se le formó en la garganta

-"Todos hacia atrás!"

Danaka indicaba a los youkai que retrocedieran

Los sagrados se sentaban a meditar y bajar sus energías al mínimo para no interferir.

El ejército aliado se sentía un poco incómodo.

Estaban por presenciar algo sin precedentes.

El Daiyoukai más poderoso enlazaría energías con la Miko más poderosa…

También estaban preocupados

-"Debemos avisar al templo para que su energía no se defienda y arremeta contra los soldados."

Kóhaku reverenció y se ofreció a ir.

Mientras Hiten indicaba a los novios secretos lo que debían hacer.

-"Siéntense en posición de loto con sus espaldas enfrentadas"

Así lo hicieron mas no se tocaban

-"Cierren sus ojos y escuchen su corazón latir"

-"Ahora respiren lenta y profundamente"

Y así se mantuvieron hasta que el joven taijiya regresó del templo

-"Ya están avisados Jiisan"

-"Bien… Ahora Kagome chan y usted Sesshomaru Sama…Observen en su interior la enorme chispa de energía que late al ritmo de su corazón"

Sus cabezas lentamente dirigían hacia el cielo, sus espaldas rectas, sus energías los rodeaban ella brillaba en rosa y él en verde.

Danaka estaba de pie cerca de Sango y Miroku

-"Recuerdo cuando Inuyasha San practicaba con la Miko Sama…Sus energías danzaban una alrededor de la otra…"

-"Hai…Se supone que eso hagan"

-"Es para que se reconozcan y no se ataquen entre ellas, ni se defiendan de una agresión inexistente…"

Hiten se mantenía cerca

-"No está en peligro Higurashi Sama?"

Krisstal y Kleinez se encontraban alejados, su sangre youkai pura no estaba acostumbrada a semejante despliegue energético.

Pero ella estaba al pendiente de cualquier cosa al igual que Miroku, esperaban no tener que lamentar ningún suceso ni tener que sanar a nadie.

La calma y profunda voz del anciano monje se adentraba retumbando en las mentes del Lord y la joven sacerdotisa.

-"Ahora vislumbren el tenue hilo de luz de energía que brota de sus manos y los rodea primero a sus cuerpos y luego…Lentamente, suavemente se encuentran en la cumbre de sus cabezas"

Los soldados observaban curiosos.

Krisstal se atrevía a acercarse a Danaka y los demás. Le preguntaba a Miroku acerca de lo que esperar.

-"Pues se supone que las energías formen como una espiral ascendente una alrededor de la otra para luego bajar a sus orígenes y ya"

Danaka agregaba

-"Sería más o menos como ver a dos serpientes lumínicas danzando intentando enroscarse"

-"Ah, si eso lo entiendo"

Kleinez detrás de su prometida volvía sus ojos al par que meditaba en posición de loto…

Su cara se transformaba en desconcierto, al igual que la de Hiten

Las energías se encontraban en la cabeza de ambos pero no danzaban separadas tratando de enroscarse, se mezclaban en una única energía color índigo que los envolvía a los dos.

Las piernas del anciano flaquearon y casi cayó. Kohaku lo atrapó antes de que colapse

-"Abuelo?!"

El Leopardo preguntaba más alejado, junto a los otros

-"Se supone que hagan eso?"

-"Mh?"

Mientras veían la brillante luz índigo que rodeaba a la pareja y se expandía por todo el sector las mandíbulas de algunos se abrían en incredulidad.

-"Qué?"

-"Cómo?"

-"Por qué?"

El anciano se recobraba de la impresión

-"Bi-bien… Ahora… Ahora expandan sus energías por todo el lugar hasta llegar al templo"

Nadie sabía qué sucedería ahora al acercarse la energía de ellos a la de las Miko de Hakurei.

La mínima energía sagrada del templo apenas se mantuvo a centímetros del suelo, todo se cubrió de la mezcla índigo. Nadie se sintió incómodo ni atacado, ni siquiera un poco.

Las sacerdotisas y Souta inclusive el emisario del Oeste se sentían a gusto y sin novedades.

Ya estaba hecho.

En el pie del monte los soldados se enderezaban levantándose del suelo y lentamente en silencio.

La voz del viejo sacerdote alentaba a la pareja a ponerse de pie lentamente manteniendo el flujo de su energía estable

-"Ahora abran los ojos y traten de recobrar sus sentidos sin alterar la energía"

Ambos estaban extasiados. La sensación de la energía del otro acariciándole la piel y el alma los mantenía al borde de arrancarse la ropa y devorarse…Pero debían resistir y mantener las apariencias ahora más que nunca.

Sus miradas ardientes se escondían detrás de una máscara e indiferencia, pero Kami sabía cuánto les costaba guardar las apariencias. Frente a frente.

-"Lady Higurahi"

-"Sesshomaru Sama…"

Hiten sabía que aquello no era normal. Las energías de Kagome e Inuyasha danzaban alrededor una de otra… Así supo que ellos no llegarían a ser pareja jamás. Pero esto ahora? Sabía lo que significaba, pero solo él. El arte de la combinación de energías se había perdido con los siglos…Sólo él permanecía de los entrenadores, y lo que había podido transmitir a los jóvenes sagrados que eran aprendices, no había llegado a este ítem todavía. Justo había estallado la guerra. Sólo él era testigo de aquello y por todo lo que sabía de Sesshomaru y Kagome, debía callar.

El Daiyoukai despreciaba a los humanos, en general, con algunas excepciones en el Este, pero emparejarse con una Miko estaba seguro que antes preferiría morir.

En cuanto a ella…Estaba destinada a tomar el claustro en Hakurei, continuando la labor de Midoriko protegiendo el Este y honrando a su memoria.

Un poder como el de ella no podía ser arriesgado.

NUNCA.

Lo mejor era protegerla, alejarla del mundo y recluirla, por el bien de la vida, la humanidad y la raza youkai.

Debía callar y dejar que las cosas siguieran su camino.

Suspirando para sí, acomodó su toga púrpura y sacudió un poco la tierra del camino

-"Ya estamos listos Taisho Sama"

-"Hn"

La mirada se encontraba con la de Kagome. Sus corazones latían en sus gargantas

La llevaba a su encierro, a su celda, al Templo y debía dejarla allí.

Su corazón recién descubierto se constreñía dolorosamente, sin embargo, su rostro no demostraba ningún gesto.

Ella por su parte sostenía su pesar dentro de su alma y retenía sus lágrimas detrás de una leve sonrisa y una suave reverencia, para caminar hacia su abuelo y encabezar juntos los tres, la comitiva aliada para cumplir con la misión de entregar a la suprema sacerdotisa a su última morada, El Templo sagrado del Monte Hakurei.