Discleamer 1: Los personajes de Kuroshitsuji no me pertenecen, son propiedad de Yana Toboso, sólo los Oc son propiedad mía.

Disclaimer 2: Este fanfic es hecho sin fines de lucro.

Disclaimer 3: Esto se ha resubido con el objetivo de corregir errores y cambiar partes


Capítulo 3: Esa noble, se hace Reina

La noble despertó en los brazos del pelirrojo, como ratón atrapado en una boa constrictora. Intentando espabilarse, evaluó la situación y vio que el problema era cómo diablos iba a salir de ese enredo ahora. Primero lo movió, pero nada, luego trató de quitarse los brazos de encima, pero sólo la apretaba más, como si fuera un oso de peluche.

-Wiru... ven, dame un besito~-... corrección, la apretaba como si de William se tratase.

Con una gota en la sien, llegó a gritarle incluso, en vano, hasta que se le ocurrió picarle los ojos*, recién ahí la parca reaccionó, se sentó de golpe, regañándola.

-¡¿Pero qué te pasa, mocosa?!¡Casi me dejas ciego!

-¡¿Y qué querías si no despiertas?!¡Tú casi me asfixias!

-Bueno, debiste quedarte en el sillón anoche.

-Mejor cállate si no quieres que la clase sepa que tienes sueños extraños con Will.- sentenció mientras se levantaba.

Ese fue un golpe bajo, la chica siempre sabía cómo avergonzar a la gente, o incluso humillarla, en el caso del extravagante shinigami, su rostro quedó del color de su cabello.

El resto de la mañana se la pasaron compitiendo, desde quién tomaba una ducha primero, quién se vestía y se maquillaba primero, discutieron por el secador de pelo, incluso quién terminaba antes su desayuno. Y sin duda, esa fue la más estúpida de todas.

-Vamos a ver si puedes comer rápido, niñita.

-¿Me estás retando, idiota?- dijo la condesa, desafiante.

-¡No soy un idiota!- se molestó el otro.

Comenzaron a comer y a tragar como pavos, difícilmente podrían digerir bien la comida. El pelirrojo tomó un té caliente y lo escupió como si de manguerita de presión se tratara, mojando gran parte de su ropa, por parte de la otra, se reía a carcajadas de él, pero se atragantó con el cereal, aguantando a duras penas. El resto de la comida la dejaron y corrieron a la puerta, al abrirla estaban Will y Ronald, esperándolos.

-¡Ay!...Hola W-Will... ¿cómo te va?- decía nervioso el shinigami, temiendo por su vida.

-Venía a despertarte, pero veo que ya estás listo, me impresionas, Suttcliff.- emitió Will, bastante serio como para mostrar su impresión.

-¡Ah! Bueno... verás... - pero fue interrumpido por el castaño.

-También Knox me contó que estás alojando a una estudiante.

-Esa soy yo.- ahora habló la noble.

-Michelle Trancy.- Will mostró, ahora sí, su asombro.

-La misma.

-Esto...yo vine a buscarte.- dijo por primera vez en el día, Ronald.

-Ah, ok, vámonos.- musitó la chica mientras se retiraban junto al rubio bicolor.

-¿Se puede saber por qué la estás alojando? - preguntó el de traje negro cuando los estudiantes ya estaban lejos.

-Ah~ la pobre no tenía habitación donde quedarse y nadie quería alojarla.- aclaró mientras se apoyaba en el hombro de su superior.

-Ya veo... así que la cachorra Phantomhive terminó aquí.- dijo mientras se arreglaba los lentes con su guadaña.

-Bueno, al parecer no pudo aguantar su papel de Julieta.

-Entonces tú cuidarás de nuestra Viudita Negra, le hará falta un tutor siendo la única mujer en su clase.- la parca roja llegó a saltar de la impresión.

-¡¿Qué?! ¡Me niego! ¡¿Acaso no has visto cómo me trata?!

-La verdad no he visto que te trate mal, Suttcliff, además me importa la nada si quieres o no, ES UNA ORDEN.

-¡Esto no es justo, Wiru!~ ¡¿Por qué me haces sufrir de esta forma?! - el pelirrojo abrazó al castaño para "tratar" de convencerlo.

-Yo no te hago sufrir.- de la nada lo pateó, estampándolo contra la pared.- Y no te pases conmigo.- luego se dispuso a caminar a la salida.

-¡Ay, qué cruel eres Will! - le gritó el de cabellera larga mientras se recuperaba del golpe, pero de repente sus "neuronas" hicieron "una especie de sinapsis" MUY equivocada. - ¿Dijiste "nuestra Viudita"? - preguntó coqueto, malinterpretando completamente el sentido de lo que realmente el castaño se refería.- ¡Sabía que me querías un poquito, Wiru! - gritó mientras se abalanzaba sobre su superior, este suplicaba, también a gritos, que se bajara.

-¡¿Pero qué?! ¡No! ¡Bájate, Suttcliff!- las súplicas eran en vano, ya veía que el otro lo iba a tirar al suelo.- ¡Grell, bájate de una vez!

En la academia

Todos estaban en clases, el salón estaba silencioso, quieto, se podía sentir un aire de temor en los estudiantes. La castaña no entendía que estaba pasando, después de todo era la nueva.

-Ronald, ¿por qué todos están asustados? - susurró muy bajo la chica.

-Es por el profesor Benett, a él no le gusta escuchar ningún sonido, ni siquiera el de una mosca.

Justo se vio volando dicho insecto, el maestro tiró un lápiz, dando en el blanco, ensartando el instrumento en la pared en el proceso, como si de un dardo se tratase. Todos de aterrorizaron más de lo que estaban.

-Wow, eso fue literal... ¿Y cómo hace sus clases entonces?

-No puedes hablar a menos que te lo indique.

-Ah, tiene algo de sentido.

-Y eso no es todo, te interroga y trata de hacerte dudar, si fallas te tira algo en la cabeza.

-Ah... eso no tiene mucho sentido...

-Veamos... ¿a quién interrogaré primero? - luego todos se pusieron a temblar. El señor Benett comenzó a pasearse por el salón, buscando a su víctima.-A ver... ¡tú!- se levantó un alumno que se sentaba atrás de la noble.- ¡Tú no!, ella.

"Mierda" pensó la castaña, para colmo le tocó siendo la nueva. Se levantó de su asiento algo nerviosa, pero un maestro no la iba a volver a humillar, iba a responder por todos los estudiantes que fallaron con este profesor.

-Preséntate.

-Soy Michelle Trancy, señor.

-Eres nueva, ¿eh?, y además mujer, ¿cuándo llegaste?

-Ayer, señor.

-Mmm... interesante.

Luego comenzó a interrogarle, le preguntaba cosas fáciles ya que era su segundo día, aunque en la última quería hacerle una trampa. La chica respondió correctamente a pesar de eso. El profesor trató de hacerla dudar, tal como lo dijo Ronald, pero no funcionó.

-¿Está segura?

-Sí, segurísima.

-Pues...- el hombre le lanzó uno de sus boli-dardos, pero la condesa tomó rápidamente un libro y lo bloqueó... un libro menos para Ronald. Todos quedaron asombrados, incluso el maestro.

-Bien, se acabó la clase.- el timbre sonó y los alumnos salieron corriendo, menos Michelle y su amigo rubio, este le reclamaba por su libro caído.

-¡Tú me debes un libro! ¡Este era importante!- le reprochaba el chico.

-Te conseguiré otro, tranquilo.- respondía paciente la otra.- Además, no te he visto abrirlo en ningún momento.

-¡¿Cómo que no?!

-No, Ronald.

-Usted es bastante decidida, señorita Trancy.- ambos chicos abrieron muy grandes los ojos al escuchar eso.

-¿Eh?- mascullaron ambos.

-Me ha impresionado, ojalá sea así todas las clases.- sentenció el hombre finalmente, les sonrió y se fue del aula. Los chicos se quedaron un poco para procesar las acciones del maestro y salieron al patio.

-¿Qué diablos fue eso?- aún seguían sin creerlo.

-No lo sé... eso no pasa con él.- trató de hablar el muchacho.

-Eso no pasa ni en Londres... sus prácticas docentes son extrañas… e ilegales.

-Bueno...cambiando el tema, ¿cómo dormiste anoche?

-Bien...en su mayoría.

-¿Por qué? ¿Acaso le tienes miedo a los truenos, lass? - le miró pícaramente el rubio.

-¿Qué?- se sobresaltó, ¿Grell se lo habrá contado? - ¡No! ¡¿Por qué todos piensan eso?!

-Por nada, sólo bromeaba, heh.

-Más te vale.- la muchacha lo miró con recelo.

-Bien, puede que suene algo infantil, pero... ¡Felicidades! ¡Segundo día de escuela! -dijo mientras la abrazaba.

-Gracias...supongo.- el timbre sonó y todos volvieron a clases, aunque técnicamente no tuvieron, porque el profesor llegó, dio un par de tareas, y se sentó en su escritorio lamentándose de quizás que cosa.

-¿Y a este qué le pasa? - preguntó la castaña.

-Ah, él es el profesor Hills, siempre se lamenta cada vez que viene porque su novia le termina, sólo deja tareas o trabajos.

-¿Y el de ayer quién es?

-Es el profesor Reed, él es el que nos da proyectos hasta no más poder, y más encima nosotros somos su jefatura. **

-Ah, interesante.- la condesa comenzó al instante un análisis sobre sus profesores.

Sr. Reed.

Cabello negro y corto, con unos lentes sin montura, usa camisa blanca y pantalón de tela. Profesor jefe, su sistema de estudio es dar proyectos e ignorar a las mujeres.

Sr. Benett.

Cabello y bigote canosos, de contextura algo gruesa. Pasa materia, odia el ruido y es buen tirador de dardos, es muy estricto, pero respeta el esfuerzo de ciertos estudiantes, o así lo parece. Tiene prácticas docentes muy violentas, demasiado para lo permitido.

Sr. Hills.

Un hombre delgado, cabello castaño claro, al parecer padece insomnio. Da ejercicios, en conclusión, deja que los alumnos hagan los que quieran. Un fracasado y arrastrado ante su novia.

-¿En qué piensas, lass? - Ronald la sacó de su ensimismamiento.

-¿Eh?...sólo analizaba, mejor hagamos la tarea.

-Tenemos mucho tiempo.- dijo el rubio mientras estiraba las piernas y ponía sus brazos detrás de su cabeza en actitud relajada.

-¿Es en serio?, después vas a estar alterado.

-Naaah, lo entregaré mañana.

-No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.

-Lo tendré listo para mañana.- el chico estaba muy confiado, pero vio que la chica estaba haciendo la tarea.- ¿En serio vas a hacerla?

-Se llama responsabilidad, algo que TÚ no tienes.

-Ay, qué mala eres, Chelle-chan.- se hizo el ofendido.

-Te dije que no me llamaras "Chelle-chan".- la condesa se molestó, no le gustan para nada los diminutivos.

-¿Y Mi-chan? ¿Ni siquiera Miche-chan?

-No, ninguno.

-Oh vamos, hazlo por tu amigo Ronald que te quiere tanto.- sentenció el rubio fingiendo melosidad.

-Recién nos conocimos ayer.- masculló la castaña con fastidio.

-Pero ya te cogí cariño... ¡Por favoor!- insistió con ojos de cachorro. Aunque, tal vez era algo más que sólo cariño.

-Aish... vale, sólo s… - fue interrumpida por el chico.

-¡Yeei! ¡Verás lo bien que lo pasaremos! - emocionado la abrazaba con todas sus fuerzas, se alcanzó a escuchar un casi inaudible "Ronald, me asfixias".

Después de un par de horas tocaban las clases de "Educación física", que según Ronald era "la clase de estrategia de batalla y ver cómo se golpean". El sr. Reed (les hace casi todo) la sacó a ella adelante, junto con un alumno.

-El ejercicio es bastante simple, ambos contrincantes tendrán una guadaña extensible, el primero que se la quite al otro gana.

-Tch, esto será pan comido.- dijo desafiante el muchacho.

-Yo no estaría tan segura.- le retó la noble.

El chico saltó muy alto, la chica sólo activó su guadaña extensible y le quitó el arma de las manos.

-Listo, gané.- musitó sin interés.

-¡Eso no es justo! ¡Ni siquiera se movió!- reclamó el alumno al aterrizar en el piso.

-Ok, segunda ronda, esta vez muévase, srita. Trancy.

-Agh, ok.

Se posicionaron frente a frente y comenzaron. El muchacho daba estocadas y la castaña las esquivaba rápidamente, luego ella se agachó y le hizo una zancadilla al chico con su instrumento. La guadaña del chico voló y la pequeña la atrapó.

-Bien, ¿quieres una tercera ronda?

Pronto se presentó un joven alto de cabellera colorina, se veía bastante serio, tenía un broche en su chaqueta. Todos vociferaban "¡Oh! ¡Es el King!", "¿Qué hace aquí?"

-Veo que hay una nueva alumna.- mencionó con una expresión muy seria, arreglándose los nudillos de la camisa.- Es hora de hacerle una bienvenida.- agregó mientras la retaba con su guadaña.

-Por mí está bien.- dijo la otra de la misma forma.

Luego los alumnos empezaron a hacer barra***, el profesor no estaba muy interesado que digamos, la mayoría apoyaba a King diciendo cosas como "¡Vamos King! ¡Aplástala! ¡Demuéstrale quién manda!", mientras que un animado Ronald gritaba "¡Vamos Chelle-chan! ¡Tú puedes!"

Ambos oponentes se posicionaron frente a frente, con guadañas en mano. El profesor dio inicio al combate y saltaron. Mientras, a lo lejos, dos figuras observaban.

-Vamos a ver si después de esto te convences.

-Ah~ admite que no puede ser tan buena como Sebas-chan.

-Primero mira y después opina, Suttcliff.- le ordenó Spears muy enojado a causa de la mención del demonio.

El muchacho daba estocadas en el aire mientras la noble las esquivaba, luego aterrizaron en el piso, después el atacante volvió a saltar y activó la guadaña extensible en dirección de la pequeña, esta volvió a esquivarla haciendo una invertida, el colorín perdió la paciencia.

-¡¿Vas a atacarme de una vez o te vas a dedicar a esquivar?!

-Bueno, cómo gustes.- sentenció burlona la joven.

El King dio una estocada directa estirando su arma y la muchacha esquivó el ataque agachándose, luego se paró rápidamente sobre ella e hizo un salto alto de trapecista. Activó su guadaña en el aire y con esta atrapó la de su oponente, enterrándola en el piso, aunque el chico aún no la soltaba.

Se deslizó sobre su arma y al llegar al final, pateó al muchacho en la cara dando un giro hacia atrás, luego lo volvió a patear en el estómago, dejándolo fuera de combate. Después reguló ambas guadañas y declaró su victoria.

Todos estaban atónitos, a excepción del profesor que no le importaba. Michelle había vencido al King, el mejor de la academia, se acercaron emocionados hacia ella, saturándola de elogios como "¡Wow! ¿Cómo lo hiciste? ¡Eres increíble! ¿Dónde aprendiste a luchar así? ¡Enséñame, por favor!" y algo así por el estilo. Por fortuna, Ronald vino al rescate.

-¡Beep, beep! ¡Despejen!, vamos, déjenle espacio para respirar.- dijo mientras alejaba un poco a la multitud.

-Gracias, Ronnie.- le agradeció divertida la noble, el mencionado se sonrojó un poco. El King se acercó a ella con el broche que antes estaba en su saco, y se lo dio.

-Este broche lo lleva el mejor de la academia, al ver que me has... vencido... te pertenece ahora.- el colorín estaba muy decepcionado de sí mismo, su título le fue arrebatado (aunque justamente) por una mujer, encima nueva, pero aún así, la chica se ganó su respeto.

-Ah... emm... gracias.- recibió el broche y lo examinó con detalle. Tenía un escudo de ramas, con una calavera en el centro. Se lo colocó en su chaqueta.

-Entonces... ¿ella es la nueva King? - preguntó un alumno.

-Sí, pero ella es mujer.- emitió otro.

-Entonces será Queen, ¿cierto, Chelle-chan? - dijo el rubio.

-Bueno...supongo que...- la castaña estaba en duda, no pensó que sería la mejor de la academia en dos días.

-¡Queen! ¡Queen! ¡Queen! - gritaron todos sus compañeros a coro, la menor encontró bastante irónico el hecho de que la mayoría estaba en su contra hace apenas unos minutos. A lo lejos los otros dos shinigamis estaban observando todo.

-¿Ves?, ella es buena, no sé por qué te quejas tanto, Suttcliff.

-Bueno...es buena, pero ¿qué pasa con sus calificaciones?

-Ella manipula a la gente, uno debe ser bastante inteligente para eso. Aparte no dudo ahora de sus capacidades de aplicación.

-Aish... ¿y por qué debo cuidarla?

-Porque tal vez así cambie tu actitud.- le increpó mientras se daba media vuelta y se iba.- Y yo que tú le compro algo por su victoria.

-¿Mmh?, sólo fue una pequeña riña.

-Entonces, por aguantarte a ti.- el castaño ya estaba lejos, dejando al pelirrojo solo.

-Claro, como eres tan frío.- masculló con su socarrona sonrisa.

De vuelta en el salón, todos hablaban sobre "la gran batalla" en Ed. Física, aunque para la chica no era gran cosa, además se estaba incomodando con tantos murmullos, no le gustaba ser el centro de atención en esas circunstancias.

-Entonces... ¿hay reglas para esto?- preguntó la condesa.

-Sip, debes tener las mejores calificaciones en toda la escuela, con todos los ramos*^, si alguien llega a superarte, debes entregar el título.- le contestó el rubio bicolor.

-Ah, ok, supongo que esto es como una tradición.

-Sí, creada recientemente hace apenas 50 años.- esta vez respondió el ex-King, que venía hacia ellos.- La idea de ser King es alcanzar la perfección en todo aspecto, si alguien llega a ser mejor que el King, significa que no sirve para esto y se convierte en un estudiante promedio.- musitó serio.

-Ya veo, por cierto, no nos hemos presentado correctamente, soy Michelle Trancy.- la castaña le estiró la mano al mayor.

-Yo soy Stanley Miller.- el chico tomó la mano de la joven y besó el dorso de esta, en forma de saludo. Ella se sonrojó un poco por el gesto y quitó la mano rápidamente. Ronald se molestó un poco por su reacción, pero no le tomó importancia.

Justo en ese momento sonó el timbre.

-Nos vemos luego, supongo.- se despidió la chica.

-Sí, eso espero.- masculló el joven caminando a la salida del aula.- Y le recomiendo que tenga sus lentes cuanto antes, así no se mete en problemas.

La noble se le quedó viendo unos minutos, cuando se fue, Ronald le miró con una sonrisa pícara.

-Vaya, vaya, parece que tendrás que elegir entre Stanley-san y Grell-senpai, ¿no, Chelle-chan? – lo dijo en tono de broma, asegurándose que no se había enamorado a primera vista del ex King.

-¡Claro que no! ¡Yo soy casada!, además, Grell ni siquiera estaría en la lista.- se defendió la menor, algo avergonzada.

-¿Pero con Stanley-san sí, Quinny?- la sonrisa pícara del rubio se ensanchaba más aún.

-Ya es suficiente, chistosito... ¿Quinny? ¿De dónde salió eso?

-No es mucha ciencia, sólo convine Queen con lo pequeña y tierna que eres~.- el muy animado de Ronald la abrazaba y frotaba su rostro en la melena castaña.

-Aish...esto va para largo.- se dijo a sí misma la pequeña, algo fastidiada.

Pasó un rato de la clase en que el profesor explicaba cosas ya incomprensibles para Ronald, que se divertía más jugando con la tapa de su lápiz. Por otro lado, a Michelle le parecía interesante la clase.

El rubio bicolor miró de reojo a la chica, fingiendo interés.

-Oye, Chelle-chan.- comenzó.

-¿Sí?- contestó la otra sin prestar mucha atención tampoco.

-¿Cómo te gustan los chicos?

"PAH"

Un golpe secó resonó por toda la sala, llamando la atención de todos hacía la recién proclamada Queen.

-¿Tiene algún problema, srita Trancy? – preguntó molesto el profesor.

-N-No, lo siento mucho.- respondió ella. Todos después se voltearon y volvieron a lo que estaban haciendo.

-Eemm… ¿Chelle-chan?

-¿A qué mierda lleva esa pregunta?- le reprendió molesta y avergonzada.

-Solo por curiosidad.- dijo como excusa él.- ¿O acaso te gustan las chicas?

-No.

-Bueno, ¿entonces?

-No te vayas a reír, ¿sí?

-Tranquila, hay gente aquí con gustos muy extravagantes.

-Bueno… siento cierta atracción por los rubios…

Ronald abrió más los ojos de la sorpresa y comenzó a sonrojarse igual que en esos animes shoujo.

-¿D-De v-verdad?- tartamudeó el chico.

-Pue, sí.

-¿Pero esos rubios europeos de ojos azules o…?

-Da igual, sólo rubios.

-¿Y-Y por qué? – se le hervía más la cara con cada respuesta.

-No sé, siento que es un lindo color.

El joven estaba que explotaba ahí mismo, pero quería asegurarse aún más.

-Oye… ¿y cómo crees que me queda el rubio?

La condesa volteó y lo miró extrañada.

-Se te ve bien.

-¡¿E-En serio?!

-Sí, es más, me recuerdan al color de las hojas de los arces en la mansión de mi abuelo.

Listo, era hora de explotar.

-¡Profesor!- levantó el brazo.- ¿P-Puedo ir al baño?

-Sí, pero no te pierdas por ahí, Knox.

El chico caminó rápido a la salida y se paró en medio del pasillo.

-¡SÍÍÍÍÍ!

Al final de la jornada de clases la chica salió de la academia, se sentía orgullosa, por lo menos estaba en el primer paso de su objetivo, bueno, uno de los dos.

Su objetivo a corto plazo era poder destacar en la sociedad shinigami y ser respetada.

Su objetivo a largo plazo era vengarse de Claude Faustus.

Se sentía tan bien, que tenía ganas de bailar.

La joven comenzó a bailar un flamenco con delicados pasos, moviendo los brazos y dando piruetas, al terminar aplaudió y susurró un "Olé", todo esto en memoria de su prometido. No se había sentido bien en mucho tiempo, siempre estaba preocupada, enojada, o llorando.

-Vaya, bailas bien ¿eh?- musitó una voz conocida.

-¡Aah!- gritó la noble del susto.- ¡¿Qué haces aquí?!

-Vine a buscarte, ¿no es obvio? - le preguntó el pelirrojo con ironía.

-Me asustaste... ¿viste todo?- la castaña estaba muy avergonzada.

-Bueno, desde que estabas fuera del portón.

-M-mejor vámonos.

-Ah, toma.- recordó Grell, entregándole una cajita.

-¿Qué es esto?

-Ábrelo y lo sabrás.

La pequeña abrió la caja y sacó un par de lentes con montura azul, bastante bonitos y a su medida.

-¿Lentes? ¿Para qué?

-Son parte de la indumentaria de un shinigami, si no los usas serás considerada una desertora.- aclaró la parca roja.

-Ya veo.- se los colocó, para su suerte, no tenían casi nada de aumento, pero se mareaba un poco.- Tienes buen gusto para estas cosas, aunque me costará acostumbrarme.

-Después de todo soy tu tutor.- a la joven se le erizaron los pelos al escuchar eso, ¿dijo tutor? ¿o acaso no escuchó bien?

-¡¿Cómo que eres mi tutor?! ¡Imposible!

-Lo mismo le reclamé a Will, pero ya sabes cómo es él.- emitió el shinigami mientras se limaba las uñas.

-Y sólo esto me faltaba... ¡maldito Will!¡juro que si lo encuentro lo desmiembro!

-Mo~ vamos, será divertido, Chelle-chan.- le dijo apoyando sus manos en las rodillas con un tono meloso.

-¡¿TÚ TAMBIÉN?! - le bastaba con que Ronald le pusiera apodos, ahora tenía que aguantar a este.

-Ronnie no es el único que te puede poner apodos, tarde o temprano lo iba a hacer también.- luego la ahorcó... digo, abrazó como si fuera un osito de felpa.-¡Además es imposible no apodar a una lindura como tú!

-S-senp-pai, m-me asfi-ixi-as~- acaba de decirle "senpai", y entre decirle "senpai" a "esa cosa" y la asfixia, la pequeña no sabía que era peor.

-¡Oh~ me dijiste "senpai"!- ahora el mayor daba piruetas con ella en los brazos.

-¡Grell! ¡DETENTE! – le gritó a la parca y la soltó. Quedó completamente mareada, y asqueada a la vez.

-Ok, mejor vamos a casa, ¿vale?

-Pero si eso es lo que yo...agh, no importa, vamos.- y se dispusieron a caminar al departamento.

-Will puso una cama en la sala, así que ahora tendrás dónde dormir.- masculló el mayor.- Sobre lo de su desmembramiento, si quieres se lo hago llegar.

-Ah, está bien.- emitió la menor, sin querer se formó una sonrisa en el rostro.

"La persona menos esperada puede hacer algo por ti"


Well, aquí vengo con el capítulo 3 de esta historia, para ustedes y sólo por ustedes.

Como ya se me había ocurrido anteriormente, metimos aquí la extravagante idea de un cargo jerárquico y poderoso en la escuela: el King. Es una idea reciente para el resto de los shinigamis, inventado para los más jóvenes, por eso los profesores no le toman demasiada atención.

Como ven, Ronald le está empezando a gustar a Michelle, pero lo hace más "disimulado", aún no quiere que se entere. En el anterior se enamoraba perdidamente de golpe, ahora no es la idea.

*: es meter los dedos en los ojos de alguien

**: que es su profesor jefe

***: apoyar, o más bien, hacerle porras a alguien o algo

*^: materias o asignaturas

Caché que mi insta tampoco se anotó en el cap pasado, medio fail. Pero bueno, no me voy a gastar, busquen la misma mona china de la portada

Y compartan esta historia, ya que, por lo que veo el fandom está más muerto que mi amor por mi ex.

Hasta la próxima.