El nombre de los personajes de Candy Candy no me pertenecen. Esta historia es sin fines de lucro solo por entretenimiento.

MI CORAZÓN ES TUYO

INTRODUCCIÓN

Candy en su búsqueda por Albert se encuentra con una conocida que le cambiaría la vida. La llevaría a vivir al viejo continente, lejos del amor de su vida.

CAPITULO 1

—¡Buenos días, Dr. Martín!
—¡Buen día, Candy! ¿Por qué llegas tarde? ¿Pasó algo?
—En realidad, si Dr. Martín, vine a despedirme.
—¿¡Cómo Candy!?

—Bueno yo, Candy empieza a llorar —el Dr. Martín preocupado por ella, sé alarmó al observar que Candy lucía más delgada, pálida.
—Ven hija siéntate, ¿ya desayunaste?
—Si Dr. Martín.

Candy mintió no había cenado ni desayunado, pensando en Albert. Después que los vecinos empezaban a sospechar que no eran hermanos, tal vez Albert pensaba irse para que su reputación no fuera dañada. Había pasado un mes desde que Albert sé había ido del departamento de Magnolia, Candy presentía que algo le había pasado, su mochila estaba en su habitación, pero al parecer pensaba irse sin despedirse, tenía su poca ropa dentro de su inseparable mochila, Poupe también había desaparecido. Eso la tenía con la angustia, Albert con su amnesia podía caer presa fácil para cualquier maleante.

—¿¡Qué pasa Candy!? Cuéntame ¿has sabido algo de Albert?

—No, Dr. Martín, y eso me tiene muy preocupada, sabe su mochila sigue en el departamento… —Candy se mordió el labio. —Al parecer pensaba irse, Poupe tampoco está, no sé qué pensar Doctor.

—Bueno hija hay que pensar positivamente, Albert a pesar de su amnesia es un muchacho que sabe defenderse, no creo que sea un simple vagabundo Candy. —Candy abrió los ojos como plato.

—¿Qué dice Doctor Martín? Acaso Albert le comentó algo.
—No Candy, pero Albert da la impresión de ser una persona preparada.

—En eso tiene razón Doctor, Albert sabe usar los cubiertos, habla apropiadamente, en una ocasión tuvo una pesadilla estaba hablando en un lenguaje extraño para mí, le pregunte pero él no recordaba que había soñado, no había prestado atención a esos detalles de Albert, siempre lo vi como vagabundo así lo conocí.
—Bueno hija, cambiando de tema me preocupa tu estado de salud y te voy a tomar una muestra de sangre, no quiero que vayas a enfermarte y por lo que dice tu estómago no has desayunado verdad.
—Es verdad Doctor.

—Deja tomarte la muestra y desayunamos.

—No quiero molestarlo Doctor Martín.

—No es molestia hija, sabes que les tome mucho cariño a ustedes.

Después de tomar la muestra de sangre y desayunar. Candy le dice que regresara al hogar de Pony.

—¿Estás segura Candy? ¿Qué eso es lo que quieres?
—Si Doctor, sin Albert en el departamento no quiero estar, ya lo busque por todos lados, el retrato que me hizo fue de mucha ayuda.
—Te puedo hacer una pregunta hija.

—¡Claro Doctor Martín!
—Paso algo entre tú y Albert —Candy se puso roja y empezó a jugar con sus manos.
—Bueno no quiero incomodarte con mi pregunta, hija si ya decidiste regresar a tu hogar no podre oponerme, aunque eres una gran enfermera, tu lugar sería estar en un buen hospital hija.
—Si Doctor, pero ya sabe que no puedo trabajar en ningún hospital de Chicago.
—Prométeme una cosa Candy, qué cuidaras tu salud, en cuanto tenga los resultados te los enviaré al hogar de Pony.

—De acuerdo Doctor, sé lo prometo y gracias por todo.

El doctor Martín ve partir a Candy y pensaba si mi intuición no me falla, llevas en tu vientre un hijo tuyo y de Albert, será un hermoso bebe, como ustedes.
Candy caminaba cabizbaja cuando un carruaje sé detuvo y escucho una voz conocida.

Torpeee
Candy voltea y grita Mery Jane
—Qué hace una de mis enfermeras favoritas, caminando en horas de trabajo, ven Candy sube, ¿a dónde te diriges Candy?

—Voy a mi departamento, vengo de despedirme del Doctor Martín.
— ¡De despedirte! ¿Acaso trabajabas con él?

—Lo conoce Mery Jane.

—Si es un buen doctor lástima que se dio a la bebida. ¿Por qué trabajabas para él?
—Bueno yo.
—¿Tienes prisa, Candy?

—La verdad no Mery Jane.
—Cochero al café azul, por favor.

—Mery Jane yo…

—Nada Candy hablaremos, ayer llegué a Chicago, vine a visitar a una amiga que no veía hace mucho, tuvo un accidente y no ha podido regresar a Francia.
Sentadas en el restaurante, Mery Jean observa a Candy y sé da cuenta que algo pasa con su ángel blanco torpe.

—Ahora si Candy cuéntame por qué unas de mis mejores enfermeras no trabaja en un hospital.
—Mery Jane es una historia larga.
—Tengo tiempo Candy y no te iras hasta contarme, veo que tu salud no anda muy bien.
—Bueno Mery Jane fui despedida de todos los hospitales de Chicago.

Mery Jane casi escupe el café, sabía de su ángel torpe, pero despedida de todos los hospitales que habría hecho para llegar a ese extremo.

—¿Qué hiciste, Candy? Dime la verdad hija no te voy a juzgar, hasta dónde recuerdo te ibas a ser cargo del paciente del cuarto cero.
—Y así lo hice Mery Jane, a nadie le dije pero yo conocía a Albert él me salvó la vida sabe cuándo tenía trece años…de morir ahogada desde ahí nos encontramos en diferentes lugares, hasta que llegó al hospital sin memoria. —A Candy sé le resbalaron las lágrimas, para Mery Jane no fue difícil entender que su enfermera sé enamoró de su amigo.

—Busqué un departamento y nos fuimos a vivir juntos fingiendo ser hermanos, el Doctor Leonard sé enteró y me despidió.
—Es inaudito que el doctor Leonard llegará a ese extremo.

—Ahí empezó mi calvario, tenía que conseguir un trabajo urgente, entre como personal de limpieza en el hospital.

Bueno Mery Jean estaba asombrada por lo que había pasado con su enfermera, en esos tiempos era mal visto que una pareja vivieran juntos sin estar casados, entendía la valentía de Candy por ayudar a su amigo.

—Gracias a Alice unas de las enfermeras que fue a la guerra y lamentablemente falleció, las enfermeras abogaron por mi ante el doctor Leonard, Alice dio su vida en el frente cuidando a los soldados heridos, si ella se enteraba que un paciente que estuvo en la guerra fue desamparado del hospital dónde ella trabajaba, sé iba a sentir muy triste, fue así que regrese a mi puesto, no hacía guardia, porque las enfermeras me dijeron que tenía que cuidar de mi paciente.

Mi pesadilla no terminó ahí, sé enamoro de mí el hijo de los Legan o al menos eso decía él. Su madre fue amenazar al doctor Leonard para que me despidiera y sé me prohibiera trabajar en cualquier hospital de Chicago.

—Es increíble que el doctor Leonard haya caído en ese chantaje y dejar ir a una excelente enfermera.
—Entiendo al doctor Leonard, los Legan amenazaron con quitar las donaciones al hospital, yo tampoco podría permitir eso.

Mery Jane se dio cuenta del buen corazón de Candy y era una injusticia lo que habían hecho con ella. Pero ahora que la encontró no la iba a dejar desamparada, sabía que era huérfana y era perseverante, pero tenía una pregunta sobre el paciente del cuarto cero.

—Candy, ¿sigues viviendo con tu amigo? —Tomo por sorpresa esa pregunta a Candy.

—No Mery Jane.

Fue todo lo que pudo decir Candy no quería que Mery Jane se diera cuenta que se había enamorado de Albert al grado de entregarse a él.

Continuará…

Nos leemos XOXO