**ANTES DE LEER**

Si eres alérgico a las palabras soez, a la ridiculez, a la sátira y a las mofas al fandom, te recomiendo no leer este fic, porque todo lo que hay a continuación es una vil imbecilidad.
Este fic está inspirado en la historia de mi estimado amigo Prota Makorrian "Apartamento 617" que escribió para el fandom de Legend of Korra. Pedí su autorización para inspirarme en esa historia, y hacer algo con Sakura Card Captor. Habrá muchas referencias de ese fic, pero toda la historia es creación de esta ociosa cabeza…

¡Espero que lo disfruten!


Departamento Clow

.

¿Cómo mierd# llegamos a esto?

En las afueras de una casa amarilla…

―¡Y me voy! ¡No pienso quedarme un minuto más en esta casa! ¡No quiero volver a escuchar los gritos de placer tuyos con Yukito! ―sacaba la lengua simulando asco.

La mujer en cuestión, de cabello corto castaño y ojos verdes, salía hecha una furia de su casa con maletas en mano.

―Has lo que quieras ―decía el hermano mayor de ella, aspirando otro poco de algo extraño.

―Perr#s escandalosas.


Confesionario: Sakura

Sí, así mismo como lo están viendo, tengo un hermano gay, y es un adicto al sexo. Me voy porque yo soy una mujer pura y casta y no puedo concebir que forniquen en casa como se les antoje. ¡Ah, sí! Me llamo Sakura Kinomoto. Tengo 18 años y sí, tengo un novio jodidamente sexy. ¿Qué? ¿Virgen? Obvio. Hasta el matrimonio.


La chica caminaba hasta llegar al departamento de su novio, pero lo que vio allí la sorprendió.

―¡Te vas de aquí con todas tus cosas! ¡Eres una deshonra para la familia!

Sakura estaba muda viendo como las cosas de su novio estaban esparcidas en el piso.

―¡Ah vete a la mierd#, vieja amargada!

―¿Qué se supone qué estás haciendo? ―preguntó Sakura.

―¿Qué no ves? Mi vieja me acaba de echar de la casa ―chasqueó la lengua.


Confesionario: Shaoran

¿Qué? ¿Tengo que hablar? ¿Qué es esta webad#?

Confesionario: Sakura

Di lo que sea, idiota. Tienes que presentarte a los que están leyendo.

Confesionario: Shaoran

¿Y para qué carajo? ¡Si ya me conocen!


―¿Y tú qué haces con esas maletas? ―preguntó el castaño, esperando que su madre terminara de arrojar toda su ropa por la puerta.

―Me fui de la casa. Ya no soporto los gritos de gato en celo de mi hermano y Yukito ―se cruzó de brazos Sakura―. Venía a quedarme contigo, porque es lo más obvio.

―¿Obvio? ―puso los ojos en blanco― Obvio sería que imitaras al gay de tu hermano y me dejaras tocarte una teta también.

―¿Qué mierd#? Ya te dije que no ―sacó su celular para realizar una llamada―. Llamaré a Tomoyo. Esa nos puede ayudar. No pienso quedarme bajo un puente contigo, por si lo estás pensando.

Shaoran seguía esperando que su madre detuviera de lanzarle las cosas a la calle.

―¡Más te vale que regreses cuando hayas madurado, pendejo de mierd#! ¡Y de paso te haces hombre con la insípida de tu novia y me das un nieto varón! ―le cerró la puerta en la cara.

―Bruja ―masculló.


Confesionario: Shaoran

¿Por qué a mi vieja le molesta que quiera ser un vago? ¡Estamos rodeados de dinero, respiro y hay dinero! ¡Voy al baño a cag#r y TENEMOS MÁS DINERO! Que se joda, yo sólo quería tirarme las bol#s, pero no, ella y su obstinada "Hiy qii mintinir il pristigii di li dinistii Li"


Más tarde…

―¿En serio? Me parece muy divertido… ¿Puedo hacer como que también soy pobre? Digo, ustedes están en las calles, podría imitarlos ¡y saber que se siente! ―decía una mujer de largo cabello negro y ojos azules, con una escandalosa y finita voz―. ¡Mamá, me voy de viaje con estos pobretones!

Cerró la puerta y se paró frente a Sakura y Shaoran con lo que llevaba puesto.

―¿Me estás jodiendo? ―preguntó Sakura.

―No ―sonrió ella.

―¡Tomoyo! ¡QUE CARAJO VAS A HACER, ESTAMOS EN LA CALLE, NOS FUIMOS DE LA CASA! ¿Te lo deletreo o te hablo en cetáceo? ―gritó Shaoran.

―Exageras, jijiji ―volvió a reír descolocando a los castaños.

Sakura se llevó la palma de su mano a la cara y Shaoran pretendía arrojarle las maletas en el rostro a la chica sonriente.


Confesionario: Tomoyo

Al igual que Li, bueno Shaoran, porque se me da la reverenda gana llamarlo por el nombre, también estoy podrida en dinero, a diferencia de él, es que mi mami me consiente en todo y tengo mis tarjetas bancarias LLENAS de la pensión alimenticia que el inepto de mi padre me debe dar mensual. Obvio, mi madre lo demandó, ¿Acaso se iba a liberar de su responsabilidad? ¡No! Porque además de ser una Daidouji, mi segundo apellido es Dinero, y todo lo que caiga y sea dinero, es bien recibido…


―Ay por dios, se preocupan demasiado. ¿Hablaron con Eriol? Ese cretino tiene una mansión en las afueras de Tomoeda. Podría darnos hospedaje… ah, pero verdad que la vendió, la destruyeron y luego armaron un parque de diversiones, pero luego hicieron de nuevo una mansión… ¿A quién se le ocurre? ―pensaba Tomoyo―, ah pero hay otro hotel…

―¿Es muy caro? ―preguntó Sakura.

―Ay no te preocupes, jijiji ―dijo Tomoyo― puedes pagarle de alguna u otra forma al dueño… En carne, con favores sexuales, o le lavas y le planchas los calcetines…

―¡ESO NO! ―gritó Shaoran―. ¡Sólo a mí me debe lavar los calcetines!

―Pfff, como sea ¿Nos vamos? ¡Esto es en verdad emocionante!


Confesionario: Tomoyo

No, no llevo nada, solo lo puesto. Porque obvio, mis tarjetas y yo podemos comprar incluso el hotelucho ese, aunque no les dije quien lo atiende, jijiji.


En las afueras de Tomoeda…

―¿Me estas trolleando, cierto? ―preguntó Shaoran viendo hacia el frente.

En efecto, el hotel parecía una casa abandonada a la deriva. Los árboles a su alrededor estaba secos y ni los grillos acompañaban la escena.

―¿Esto es vivir como pobres? ―se asombró Tomoyo.

―Debí haber comprado tapones de oídos mejor, en vez de irme de casa… ¡QUE CLASE DE HOTEL ES ESTE!

Cuando llegaron al vestíbulo, un chico con los ojos cerrados los atendió.

―¿Y qué estás haciendo acá? ―preguntaron los tres.


Confesionario: Yamazaki

Hola, sólo soy el extra que viene a cagarle la onda a los castaños. Soy un mitómano compulsivo y estos son los únicos capaces de caer en mi palabrería, muahahahaha… Además, necesitaba trabajo y acá me lo dieron. Porque quiero estudiar, y necesito de esto y… ¡DÉJENME HABLAR!


―¿Hay alguna habitación disponible en este hotel?

―No es hotel, son departamentos…

―La webad# que sea. Queremos quedarnos acá.

―¿Traen dinero?

Tomoyo arrojó sus tarjetas de crédito sobre la mesa.

―De sobra, jijiji.

Yamazaki pasó la tarjeta por la maquinita y esta arrojó error más de una vez.

―No tiene cupo.

―¿QUEEEE? ¡DEBE HABER UN ERROR! ―esta le restregó las demás tarjetas y todas daban el mismo resultado―. V-voy a llamar a mi m-mamá… ―dijo mientras le aparecía un tic nervioso en el ojo.

Sakura y Shaoran se miraron y fue este quien sacó un par de billetes roñosos para pagar.

―Bueno, con eso les alcanza para una semana, en el departamento 617. Pero tienen que compartirla con alguien…

―¿Con quién? ―dijeron al unísono.

Yamazaki apuntó al chico que estaba sentado en una esquina del lugar, donde la luz no llegaba y solo se reflejaban unos lentes.

―Hola men, what's up!?

―El inglesito ―vociferó con molestia Shaoran.

Sakura se acercó a él con sus ojos brillositos y Shaoran solo torció la boca al ver como esta coqueteaba con el anteojudo.

―Eres Inglés, ¿por qué hablas como nigga? ―preguntó ella.

―Es sólo para causar una impresión errónea.

Shaoran revoleó por enésima vez los ojos en lo que va del día, y Yamazaki llamó la atención del castaño para entregarle las llaves del departamento.

―¡Bienvenidos a los Departamentos Clow! Disfruten su estadiaaaa ―dijo en tono cantarín.

Los cuatro en hospedarse comenzaron a subir las escalas hasta el piso 6, ya que el ascensor estaba descompuesto.

Cuando llegaron al piso, con la lengua afuera por la falta de aire y las piernas adoloridas. Shaoran procedió a abrir la bendita puerta y entrar a lo que sería su nuevo hogar.

Sorpresa fue cuando un golpe de olor a muerto llegó a sus narices y todo lucía absolutamente oscuro.

―¿Qué put#? ¿Qué es esto? ―decían sin poder creerlo.


Confesionario

Sakura:

―Debe ser una joda.

Shaoran:

―Estoy pensando seriamente en hacerle caso a la bruja.

Tomoyo:

―¿Así viven los pobres? Iugh…

Eriol:

―Oh meeeen, que loco.


Los cuatro individuos quedaron en silencio observando su espacio.

―Tomoyo, llama a tu viejo, dile que te deposite en las malditas tarjetas… ¡NO QUIERO VIVIR EN ESTE CUCHITRIL! ―gritaba Shaoran espantado.

―¡CALLATE! E-estoy en shock… la put# madre… ¡NO ME CONTESTA!

Sakura caminó entre las porquerías de cajas botadas en el piso, hacia la ventana y corrió las cortinas, creyendo que así entraría algo de luz. Caso error porque lo que había al otro lado era papel de diario pegado al vidrio.

―Es lo que hay.

Se miraron entre sí.

―Oh meeeen, sólo hay dos habitaciones. It's so bad… ¿Dónde voy a dejar mis plantitas?

Los tres restantes se miraron entre si, al escuchar a Eriol.

Shaoran caminó hacia las puertas para averiguar cuáles eran las habitaciones.

―¡La matrimonial es mía y de Sakura! ―dice rápidamente, tomando de la muñeca a la susodicha y encerrándose ambos en ella.

―¡ESTO HUELE A MUERTO! ―Sakura se tapaba la nariz ante el podrido olor.

―Muerto de ganas estoy yo ―farfulló Shaoran.

La otra habitación, donde se quedarían Tomoyo y Eriol contaba con un camarote nada más y parecía más limpia que la matrimonial.

―¿Arriba o abajo? ―preguntó Eriol.

―Ay depende, jijiji ―insinuó Tomoyo.

Eriol la miró, más no dijo nada.

―¿Ok? Te quedaste pegado… me quedo abajo.

―¡AAAAAAAAAAHHHHHH! ―escucharon el grito de Sakura.

―¿Wow? Ya empezaron… ―alucinó Eriol.

―Pfff lo dudo. De los 3 años que llevan juntos, Sakura no ha dejado ni siquiera que le hagan una mirada de cocodrilo.

―Una… ¿Qué? ―preguntó Eriol.

―Mirada del cocodrilo… pfff, ya sabes… como miran los cocodrilos en el agua… ¡entremedio de tuspiernasYASABES…! Uff no debí haber visto ese video ―Tomoyo se estiraba en su cama. ¿Y ahora qué se hace?

―Yo quiero escuchar mejor ―dijo apuntando a la habitación de al lado.

Cuando salieron de su habitación, se acercaron a escuchar por encima de la puerta de donde venían los gritos de Sakura.

―Sácalo… ¡SÁCALO! ―gritaba Sakura.

―¡DIOS! PARA DE QUEJARTE ―refunfuñaba Shaoran.

La puerta se abrió rápidamente, dejando en el piso a los oyentes, para luego percatarse de que Shaoran llevaba entre sus manos un gato muerto envuelto en una rancia sábana.

―Te lo dije ―dijo Tomoyo recuperando su postura― ¿Pedimos pizza?

―No tienes dinero, my darling ―argumentó Eriol.

―A propósito… ¿Que mierd# haces acá? ¿No estabas en Inglaterra?


Confesionario: Eriol

Bueno, así como ven, otra vez me ven de vuelta en Tomoeda. Y no, no vengo a joder, el momento se puede ir a la mierd#. Ahora vengo porque bueno, Kaho me pateo el cul#... nadie sabe, pero ¡YO LA AMO TANTO! Digamos que estoy en un retiro espiritual… yo y mis plantitas obvio.


―Nada. Vine porque los extrañaba.

―¿Y si nos comemos el gato? ―preguntó Shaoran antes de botarlo a la basura.

―Podemos asarlo y le echamos hojitas mágicas… ―acotó el de anteojos.

―¡Hecho!

―¡NO! ¡MI PALADAAAAAAAR! ―reclamó Tomoyo.

―¿Por qué? ¿Por qué? ―decía Sakura en posición fetal― ¡DEBÍ QUEDARME CON EL GRITÓN DE MI HERMANO!

La puerta sonó en ese momento. Tomoyo quien estaba mirando a los que cocinaban, se acercó a abrir, para ver a una chica de cabello claro, y ojos azules que los miraba con una extraña sonrisa.

―Bienvenidos hermanos míos, a este hotel. ¡Esperábamos con ansias nuevos huéspedes! ¡DIOS HA ESCUCHADO MIS PLEGARIAS!

―¿Quién coñ# eres tú?

―La vecina de al frente. Me llamo Akiho-des. Además doy misas los martes y los domingos, por si desean unirse a la palabra del señ… ―Tomoyo cerró de un portazo la puerta para no seguir oyéndola.

―¿Qué haces blancucha? ¡PODRÍAS HABERLE PEDIDO COMIDA! ―reclamó Shaoran.

―¡A la mierda! No estoy para oír sermones religiosos.

―¡Yo! ¡Yo! Necesito hablar con ella ―apareció de pronto Sakura saliendo a la siga de la vecina― Oye… aquijodés

―¡NO JODAS! ¡SAKURA, NO LA ESCUCHES! ―gritó Shaoran persiguiendo a la castaña.

Eriol siguió preparando el gato mientras Tomoyo se sentaba esperando por la cena.

―¿No piensas ayudar?

―No.

―¡Esta mierd# huele mal! ¡Voy donde la vecina a escuchar su palabra! ―dijo dejando la cocina de lado.

―¡Oye no! ¡La conch# de tu…! ―dijo resignada Tomoyo, quien siguió los pasos de sus amigos, para oír la eterna plática de la monjita de al frente, con tal de comer un buen plato de comida, que no fuera el jodido gato muerto.


Hola a todos. Espero que estén bien. ¿Les gustó esta mierd#? Jajaja, lo que menos pueden esperan de esto es algo cuerdo, porque no lo será xD

Si aguantaron leyendo hasta acá, de verdad que se los agradezco… y los admiro jajaja.

En los siguientes episodios, veremos como va la convivencia de estos cuatro. Les informo desde ya, que serán capítulos independientes.

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