JA! VOLVÍ! Y ESTA VEZ CON DOLOR Y ANGST!(LO SE, LO REPETÍ)

Pero ya en serio... estaba escuchando a Mago de Oz y escuche la de Hoy toca ser feliz y no se... solo llego. como su te abofetera. no se si alguna vez lo hayan experimentado...

Pero estoy divagando...

ªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªª

NO ES UN PECADO ENAMORARSE

No puedes amar a alguien a menos que te ames a ti mismo.

No tienen idea de lo de acuerdo que estoy con esa frase. Porque me denomina exactamente perfecto a mí.

Pueden creer que es una broma, o solo estoy jugando, pero es en serio.

Cuando escuché de primera mano la última pelea de mis padres esa idea quedó profundamente arraigada en mi alma.

Escuché con toda claridad como mi padre le recriminaba a mi madre de cómo era ella, que al principio le encantaba esa forma de ser de ella, pero que esperaba que cambiara… o madurada.

Madre le reprochó que él todo lo tomaba demasiado a pecho, que no sabía cómo divertirse… que creía ciegamente n las leyes y lo correcto, cuando a veces lo mejor era no pensar y solo dejarse llevar. Que él no amaba la música como ella.

Eso fue la gota que colmó el vaso.

Padre empezó a gritar, decía que madre solo se interesaba por la música, que su familia estaba obsesionada con ella por su culpa… que desearía no haberla amado ni tener a Juleka… ni a mí.

Aun a la edad de 6 años, entendí que lo que había dicho mi padre fue demasiado lejos.

Madre se volvió una histérica. Lo corrió de casa y el gritó que nunca volvería aun hogar donde no podría amar a nadie.

Ninguno pareció notar que estaba sentado frente a ellos en el sillón del barco. Viendo y oyendo todo.

En cuanto padre se fue, madre se levantó hecha una furia, tomo su boldo y salió.

Yo no la detuve. Sabía que necesitaba estar a solas. Y yo debía cuidar a Juleka, que había comenzado a llorar.

Han pasado 10 años desde entonces…

Y todavía lo recuerdo como si fuera ayer, nunca le dije a madre que sabía por qué se fue padre. Cuando Juleka preguntó por él. Ella endureció el rostro.

-Teníamos diferentes formas de ver la vida. Eso es todo.

Yo nunca me he amado.

Yo traté de quererme… Dios sabe que lo intenté… pero es difícil cuando tu padre renegó de ti de una forma tan dura y… directa. Aunque no me dijo en la cara. Técnicamente hablando.

Traté por todos los medios… pero nunca pude. Hasta que te conocí. Nunca había podido amar a nadie aparte de mi madre y hermana. Y creía que estaba bien odiarme a mí mismo. No necesitaba a nadie.

Pero tu…oh dios.

Eras tan brillante… iluminabas a cada paso que dabas y no parecías notarlo. La gente a tu alrededor te miraba con amor. Y no pedías nada a cambio.

Te amo tanto.

Amaba tu pequeñas mañas, amaba como fruncías la nariz cuando algo que encajaba en tu diseño, amaba como te concentrabas y olvidabas todo a tu alrededor cuando se inspirabas… eran tantas las cosas que amaba de ti, pero…

La primera vez que me di cuenta de este sentimiento, me entro un pánico atroz. Después de todo, no me amaba ¿Cómo podía pensar siquiera en amarte? ¿A ti? Un ser tan perfecto que no lo notaba. Se sentía casi como un pecado quererte. Siendo tú tan perfecta… siendo imperfecta. Y yo… un músico roto.

Pero por eso mismo…

Cuando estaba a tu lado… se sentía tan bien…

Que sentí como olvidaba que me odiaba.

Deseo estar a tu lado… a lo mejor… solo tal vez… me podrías enseñar… a quererme… a amarte a ti no, en esa materia tengo una excelencia y doctorado.

Solo espero que no me rechaces.

E incluso si así es, no me voy a rendir, porque ahora sé que no es un pecado enamorarse.