Una extraña calma se había adueñado de Wakanda. La gente ya no corría de un lado a otro preguntando por sus seres queridos, ni se dejaba llevar por el pánico ante lo que había pasado y lo que podría pasar. La histeria colectiva había dado paso a la conmoción, y las grandes multitudes habían evolucionado en pequeños grupos que hablaban en susurros. Era una sensación de falsa serenidad, como la calma que se siente después de una gran tormenta. O antes.

Tony era quien más lo notaba. Rodeado por los brazos de Steve, con la cabeza apoyada en su hombro, miraba sin ver los cuadros que había en la pared frente a ellos. No recordaba que Steve le hubiera trasladado al sofá, pero lo agradecía; dudaba ser capaz de volver a mantenerse en pie. Su compañía, sin embargo, no era tan bien recibida. Quería pedirle que se marchara, que llamara a Rhodey o a Pepper o a quien quiera que quedara con vida y que le dejara en paz, pero sabía que nadie conseguiría aplacar sus nervios como él lo hacía. Steve tenía la capacidad de inspirar seguridad y tranquilidad incluso en las peores situaciones. Y le odiaba por ello.

- ¿Quieres agua? - y además era atento. Tony pensó rechazar su oferta por puro rencor, pero terminó asintiendo; que estuviera enfadado no significaba que no quisiera beber. Steve se separó de él y se levantó en busca del mueble-bar, pero Tony no le prestó atención hasta que le tuvo delante de nuevo.

- Tu labio…- Steve tenía la mitad del labio inferior de un rojo brillante, con un pequeño hilo de sangre seca bajando hasta la barbilla. Tony estuvo a punto de limpiárselo, pero se contuvo a tiempo.

- No es nada- dijo tendiéndole el vaso- Es una herida reciente, iba a sangrar de una forma o de otra.

- Tendría que haberte pegado más fuerte- Steve no tenía claro si lo decía en broma o no, de modo que se limitó a sentarse junto a él- ¿Herida de guerra?

- Algo así- Steve se limpió la boca con el dorso de la mano, haciendo una mueca de dolor cuando la herida entró en contacto con la piel- Digamos que Thanos no se tomó muy bien que intentara frenar su ataque genocida.

- Si te sirve de consuelo, a mí me atravesó con mi propia cuchilla por intentar apuñalarle- Tony estuvo a punto de tirar el vaso cuando Steve se incorporó para examinarle- No. No me toques- dijo alejándose todo lo que le permitía el sofá- No me toques, estoy bien. Ya me he ocupado de ello- hubo un silencio incómodo, durante el cual Tony tuvo la sensación de que Steve se abalanzaría sobre él para rematarle de un puñetazo, antes de que el Capitán suspirara y se alejara de él, no de vuelta al sofá sino hacia el mueble-bar- En serio, estoy bien- dijo suavizando el tono. Steve había sacado una cubitera rebosante de hielo y buscaba algo en el fondo del armario- No hace falta que...

- No voy a disculparme por los acuerdos- interrumpió Steve dejando una botella de whisky medio vacía sobre el aparador.

- ¿Qué has dicho?

- Que no voy a disculparme por los acuerdos- sus palabras fueron acompañadas por el sonido de hielos golpeando el fondo de un vaso- Sé que esperas que me disculpe, todo el mundo lo espera, pero no lo voy a hacer. Sigo estando en contra de lo que dicen y no me arrepiento de no haberlos firmado. Si quieres odiarme por ello, adelante. Estás en tu derecho- vertió media botella en el vaso y se lo bebió de un trago- Pero no esperes que me retracte de mi decisión. Hice lo que hice porque creí que era lo correcto, y lo sigo creyendo. Y si tuviera que repetirlo todo de nuevo lo haría. Así que no pienses que con todo lo que ha pasado me vas a tener de rodillas suplicando que me perdones por ello porque no lo voy a hacer. Tú elegiste tu bando y yo el mío. No hay nada más que decir- sopesó el vaso durante unos segundos antes de beber directamente de la botella- Lo de Siberia, sin embargo... De eso sí que me arrepiento.

- Basta- Tony no sabía si quería matarle o quitarle la botella para bebérsela él- No tenemos que hacer esto ahora. Ya habrá tiempo para...

- ¿Cuándo, Tony? ¿Cuando volvamos a casa? ¿Cuando matemos a Thanos? ¿En serio piensas que vamos a tener tiempo de hablar del tema cuando salgamos de esta habitación? - Steve se obligó a respirar hondo antes de continuar- No sabemos lo que ha pasado. No sabemos lo que va a pasar. Ésta puede ser la última vez que estemos a solas o incluso que estemos juntos. Así que vamos a hacerlo, aquí y ahora, porque puede que no tengamos otra ocasión- Tony bajó la vista al vaso todavía sin beber, incapaz de seguir aguantándole la mirada más tiempo. Una parte de él quería salir corriendo de allí y no volver a verle jamás. Una parte de él le pedía dejar el tema para otro momento, para otra ocasión, para siempre. La otra parte, sin embargo, sabía que debía quedarse, a pesar de no estar preparado para lo que estaba a punto de escuchar. Abrió la boca para responder, pero las palabras se negaron a salir, de modo que se limitó a asentir. Steve tenía razón: mejor acabar con el asunto cuanto antes. El Capitán se tomó unos segundos para vaciar la botella antes de volver al sofá y sentarse a su lado- El doctor Zola fue quien me contó la verdad acerca de la muerte de tus padres- dijo después de lo que pareció una eternidad de silencio- Fue hace unos seis años, cuando Hydra se hizo con el control de Shield. Al principio no reparé demasiado en ello porque no sabía quién era el Soldado de Invierno, pero cuando descubrí que era Bucky...- silencio de nuevo. La cabeza de Steve era un torbellino de recuerdos y remordimientos. Ira, culpa, dolor... Sobre todo dolor. Apretó los dientes y se obligó a continuar- Quise decírtelo. De verdad que sí. Pero no sabía ni por dónde empezar, y con Bucky desaparecido...- una excusa. No se lo había dicho porque no había sido lo suficientemente fuerte, porque temía la reacción que Tony pudiera tener; porque no quería perderle- Pensé que sería mejor cuando él regresara, que era algo que debíais hablar los dos- otra excusa- Y entonces pasó lo de Ultrón y todo el asunto de Sokovia, y yo... yo...- la granja de Clint. Tendría que habérselo dicho en la granja de Clint- No supe qué hacer. Y luego murió Peggy, y la firma de los acuerdos, y que Bucky fuera sospechoso del ataque a las Naciones Unidas...- excusas, todo excusas. Cada palabra que pronunciaba parecía una excusa más que una disculpa- Debí habértelo dicho antes. No debí haber dejado que el asunto llegara tan lejos. Y lo de Siberia...- cada vez que pensaba en Siberia se le encogía el estómago- Sólo quería mantener a Bucky a salvo- tendría que habérselo dicho antes. De haberlo hecho no les hubiera perdido a los dos- Lo siento de veras, Tony. Siento no haber sido sincero contigo, siento no haber estado ahí cuando me necesitabas. No te pido que me perdones porque sé que nunca lo harás. Sólo quiero que sepas que siento mucho lo que te he hecho pasar- Tony mantuvo la vista clavada en el agua. Había esperado que las palabras de Steve tuvieran algún tipo de efecto sobre él, pero curiosamente no sentía nada. Ni ira, ni dolor; nada. Y lo agradecía. No debía dejarse llevar por las emociones, no en aquel momento. Si se dejaba llevar por el dolor acabaría perdonando a Steve al instante, y si se centraba en la ira no le volvería a hablar jamás; ninguna de las dos opciones les convenía. No, si de verdad querían resolver aquel problema tenía que mantener la mente lo más fría posible, por muy doloroso que pudiera resultar. Vació el contenido del vaso de un trago y se secó la boca con el dorso de la mano antes de responder.

- Me dejaste en Siberia para morir, Steve- su voz sonó tan calmada que a Steve le dio un vuelco el corazón- Me partiste el traje, te llevaste a Barnes y me dejaste allí tirado, en medio de la nieve y sin forma de regresar a casa. Eso no lo puedo perdonar- esa vez fue su turno de levantarse en dirección al mueble-bar- También me mentiste durante años sobre la muerte de mis padres y ayudaste a ocultar a su asesino. Eso tampoco lo puedo perdonar, pero entiendo que lo hicieras para proteger a tu amigo. Aunque yo quería mucho a mi madre, ¿sabes? - paseó los dedos por las botellas y se decidió por tomar otro vaso de agua; mejor tener la mente clara- En cuanto a los acuerdos, como todo en política, es un tema bastante delicado. Tú no te quieres disculpar por ellos y yo no tengo claro si lo haría de estar en tu lugar, así que vamos a dejarlo aparcado de momento- se sirvió el agua y por primera vez reunió el valor suficiente para alzar la vista y mirarle a los ojos- En resumen, no voy a perdonarte. No aquí, no ahora. Tal vez no en mucho tiempo. Sé que lo sientes de corazón y que estás arrepentido, pero no puedo hacerlo- Steve bajó la vista al suelo y asintió. Había esperado algo así. Quizás con un poco más de rabia, pero así de todos modos; era imposible perdonar el daño causado en dos años durante el transcurso de una conversación. Pasó la botella de whisky de una mano a otra, deseando que volviera a estar llena. Por lo menos habían conseguido hablarlo...- Lo bueno de todo esto, si es que hay algo bueno, es que sé por qué hiciste lo que hiciste y, aunque no lo comparto, lo entiendo. No lo apruebo, pero lo entiendo. Y si lo entiendo puedo llegar a lidiar con ello- se bebió la mitad del vaso sin apartar los ojos de él- De modo que tal vez no esté todo perdido entre tú y yo. No será como la dinámica que teníamos antes y desde luego no pienses ni por un segundo que voy a volver a confiar en ti, pero creo que con un poco de trabajo conseguiremos llegar a un nivel que nos permita estar... bien, en lo que a términos de combate se refiere- no sabía si sus palabras tenían sentido, pero Steve pareció comprenderlas; no hacía falta que se llevaran bien, sólo tenían que tolerarse lo suficiente como para poder luchar juntos contra Thanos. Era justo. Tony dejó el vaso sobre el aparador y volvió a sentarse en el sofá- Además, no es a ti a quien debería perdonar- Steve alzó la vista y frunció el ceño- He estado informándome. Sobre el asunto del Soldado de Invierno y lo que Hydra le hizo hacer. Aún no sé cómo sentirme al respecto, pero hablaré con Barnes en cuanto pueda para aclarar las cosas- la botella que sujetaba se hizo añicos cuando Steve apretó los puños. Tony se puso en tensión, preparado para cualquier golpe que el Capitán pudiera lanzarle, pero Steve no se movió. Se limitó a desviar la mirada, primero a su mano ensangrentada y luego al suelo lleno de cristales. Fue entonces cuando Tony reparó en los restos de cenizas que tenía entre los dedos. No...- ¿Steve? - el Capitán se incorporó y se dedicó a recoger uno a uno los trocitos de cristal sin molestarse en protegerse las manos- ¿Barnes está...?

- Muerto- dijo levantándose en busca de la papelera- Bucky está muerto- otra vez. No había dolor en su voz. Tampoco desesperación. Si Tony hubiera podido verle la cara no hubiera encontrado ni rastro de las lágrimas que suponía estaría ocultando. Steve no estaba triste, ni furioso, ni asustado; estaba cansado. Muy cansado. Cansado de que las personas que más le importaban en la vida fueran desapareciendo una a una para no volver. Cansado de sufrir una pérdida y superarla, sólo para tener que enfrentarse a otra. Cansado del ciclo de muerte que parecía acompañarle allá donde iba. Cansado... Si aquello era vivir, tendrían que haberle dejado morir en el hielo.

- Lo siento...- las manos de Tony comenzaron a temblar. Aquel "muerto" en boca de Steve había pinchado la burbuja de serenidad que había conseguido formar a lo largo de la conversación. Ahora volvía a sentir un nudo en la garganta, y maldecía haber tenido que dejar el vaso de agua tan lejos. La mitad. Tragó saliva e intentó mantener la voz lo más calmada posible- Quién... ¿Quién más ha...? - Steve soltó de golpe los cristales en una papelera de metal antes de responder.

- Sam- enumeró quitándose las esquirlas que se habían clavado en las palmas de sus manos- Wanda. El rey T'Challa. La mitad del ejército de Wakanda. Groot. Hill y Furia, aunque no es seguro. Tal vez Clint y Scott- dudó un momento antes pronunciar el último nombre- Visión- Tony se pasó una mano por el rostro. Sabía que Visión había muerto. Lo supo en el momento en que comprendió que Thanos se había salido con la suya; no podías eliminar a media humanidad sin todas las gemas del infinito, y no podías hacerte con la gema de la mente sin matar a su portador. Cerró los ojos un instante, obligándose a respirar hondo. Para cuando los abrió Steve volvía a estar frente a él con un vaso rebosante de agua, solo que esa vez eran sus manos las que estaban manchadas de sangre. ¿Por qué siempre que le miraba estaba manchado de sangre?

- Clint está vivo- dijo aceptando el vaso y dejando que Steve volviera a sentarse junto a él- Tiene demasiada buena suerte como para que esto le afecte. De Scott no puedo opinar porque no le conozco. En cuanto a Hill y Furia... Supongo que habrá que esperar a llegar a casa- casa. Tony apretó los dientes. No quería volver a casa. Tenía miedo de lo que podría encontrar allí, aunque se hacía una ligera idea: caos, destrucción, montones de ceniza dispersos por todas partes... Incluso cosas que podría no encontrar. Todo era más sencillo dentro de aquella habitación, donde su única prioridad era no ser demasiado duro con su antiguo compañero. Una vez que salieran de allí...- ¿Qué vamos a hacer, Steve? - silencio. Steve había esperado que Tony tuviera un plan o algún tipo de estrategia que pudieran seguir, pero ahora comprendía que el ingeniero estaba tan perdido como él. Quizás incluso más. Trató de pensar en algo que pudiera ayudarles, o simplemente que consiguiera darle esperanza, pero acabó suspirando.

- No lo sé- admitió- No tengo ni idea- en otra situación, Tony hubiera sonreído. En otra situación, Steve le hubiera pasado el brazo por los hombros, asegurándole que todo saldría bien, que ya pensarían en algo. Aquella vez, sin embargo, ninguno se movió. Se limitaron a permanecer en silencio uno junto al otro, sin siquiera mirarse pero con la misma idea en mente: pasara lo que pasase, lo afrontarían juntos.

FIN