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Cena familiar

Capítulo Único


La casa había quedado hedionda a humo y carne con vegetales chamuscados gracias a Ino, por lo que la familia Yamanaka había optado por cenar afuera mientras las ventanas abiertas se encargaban de purificar el hogar. Como familia solían salir a menudo porque Ino no era buena cocinera y Sai, que cocinaba mejor, no siempre estaba en casa para hacerlo, por lo que los restaurantes eran su mejor salvavidas.

Estaban terminando cuando el camarero que los atendió llegaba con un plato extra, uno que no habían ordenado.

—No pedimos postre —se apresuró a decir Sai, con la intención que el camarero se llevara el plato enseguida pero el aludido puso el plato más al centro de la mesa, como respuesta a su alegato.

—Es de parte de la casa —aseguró el camarero y le lanzó una mirada galante a Ino.

Inojin miró a su padre con recelo, curioso de su reacción, mientras ambos padres daban las gracias al camarero que se alejó con una sonrisa de oreja a oreja desde que su madre le hubiera guiñado un ojo.

—Esto sucede a menudo —dijo Sai con una sonrisa inocente—, no sabía que fuera una práctica tan común en los restaurantes —comentó después, robando una cucharada del postre de chocolate y naranjas. Ino se rio melosa y le acarició la barbilla como lo haría con un niño pequeño, e Inojin puso mala cara.

—Nunca logras decepcionarme, padre.

Para variar, Sai no comprendió lo que le decían.

—¿Por qué?

Inojin miró hacia otro lado con la barbilla apoyada sobre una mano, cómo era posible que fuera más inocente que él, un niño de doce años. A veces se preguntaba cómo Sai lo había engendrado.

—¡Inojin! —La reprimenda de su madre no se hizo esperar—. No le hables así a tu padre.

El moreno de piel de leche se sintió más confundido aún.

—Ningún restaurante regala postres porque sí —le dijo Inojin con aires de sabiduría—, todo lo que «es de parte de la casa» es porque le coquetean a mamá.

—¿Es eso cierto? —preguntó asombrado y cuando su hijo asintió en silencio, la mirada preocupada de Sai fue hasta su esposa—. ¿Están coqueteando contigo, Ino?

La florista hizo una mueca despreocupada y tras un intercambio de miradas, Ino terminó por asentirle a su marido.

—Sí, mi amor, pero no significa nada. Toma, Sai, disfruta del postre —le dijo ella, acercándole el plato para que siguiera comiéndolo. Sai, sin embargo, se quedó pensativo y no tocó el postre como le había sugerido su esposa.

Inojin se acercó el plato antes la negativa de su padre y comió una cucharada colmada de helado. Estuvo a punto de atragantarse cuando su padre volvió a hablarle.

—¿Qué debería hacer?

Ino también quedó horrorizada.

—Nada, mi amor, ¡es sólo un postre! No tienes por qué preocuparte.

Pareció que Sai iba a decir algo por la larga pausa que hizo mirando a su esposa, casi frunciendo el ceño. Luego miró en dirección al camarero que atendía a otros clientes, sin siquiera percatarse que un esposo supuestamente molesto lo recriminaba con la mirada.

Después, Sai simplemente suspiró y comió una cucharada colmada de helado como si nada hubiese pasado.


Nota de la Autora: Hola, quería publicar algo pero estoy mala para escribir, no me resulta nada. Gracias a mi versión pasada tenía esta historia sin terminar por ahí, todavía pienso que no está terminada. Pero mi barrita de reviews está vacía y lo último que recibí de ff fue un review demandándome una actualización jajaja

Besos!

Lady RP.