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Tenten tocó la puerta.

El silencio que rodeaba la mansión Hyuga era tranquilo, no como algo incómodo y solitario. Aunque su corazón latía fuertemente en sus oídos, el ambiente a pasible y el día soleado le sonreían dándole buenos ánimos. Con el kimono de Hinata en la mano y su valentía en la otra, Tenten esperó a ser recibida.

La pequeña heredera Hanabi le abrió.

—¡Tenten-onee-san!

—¡Hola! V-vengo a regresar lo que me prestó Hinata-chan—señaló su pertenencia. La pequeña Hyuga meditó unos instantes hasta que la realización llegó a su rostro.

—¡Claro! Puedes pasar, ya sabes dónde está la habitación—le dijo.

Tenten se adentró, y Hanabi le alzó dos pulgares en símbolo de buena suerte.

Nerviosa por mirar hacia los jardines, Tenten se concentró en su tarea. Ella iba a devolver la ropa, si de casualidad llegase a toparse con Neji hablaría con él, pero de no ser así…

La mansión parecía solitaria, ni una sola alma o sirviente se atravesó en su camino. Tenten se movió con lentitud entre los pasillos tratando de recordar el camino, pues no siempre se tenía la oportunidad de divagar en una de las casas más antiguas de la aldea. Ni un solo ruido de la calle, o la gente, lo cual la hacía un lugar perfecto para tomar siestas.

—¿Tenten?

La voz de Neji le hizo dar un salto, y su compañero se asomó hacia ella como si estuviera viendo un fantasma. Tenten sintió su cara arder como el sol y apretó la prenda pesada hacia ella. Neji dudó en tocarla, pero al final terminó apretando su brazo ligeramente para asegurase de alguna manera de que fuera real.

—¡H-hanabi dejó que entrara! Hinata me prestó su kimono y realmente no quería dañarlo—balbuceó con rapidez, usando la tela pesada como protección— No quería perderme en tu casa, ¡juro que estaba buscando el cuarto de tu prima!

La mano de Neji la soltó y Tenten aspiró temerosa.

—Eso explica por qué me dijo que debía buscar algo en la habitación de Hinata-sama—dijo su compañero. Estaba…incómodo, podía notarlo en su cara. Tenten lo estaba haciendo incómodo.

Aquello era un desastre

—Tenten…

—¡Solo vine a devolverlo! No fue una excusa para verte.

—Sé que no lo es—le dijo, su cabello caía sobre sus hombros enmarcado su rostro. Tenten olvidaba lo bello que podía ser mirar a Neji de cerca.

Evitó sus ojos, estaban fijos en ella.

Debía huir de ahí.

Neji tomó su mano de nuevo, sorprendido de su acción. Tenten no forcejeó, pero la impresión la dejó estática, ¿qué demonios le pasaba a esa familia y su manía de tocar a la gente? No la sostenía fuerte, pero Neji jamás tocaba a la gente sin su consentimiento.

Era un silencio incómodo.

—Pensé que estaba alucinando cuando te vi—le dijo, sonaba avergonzado— de anoche a hoy, mi mente ha estado distraída.

La garganta de ella se cerró.

—Debemos hablar de eso.

—¿Y si no quiero? —dijo Tenten

—No puedo obligarte, pero al menos uno debe ser claro con sus sentimientos—La acercó, en definitiva su compañero estaba delirando y ella también. Tan cerca, podía notar lo clara y perfectamente limpia que estaba la piel de Neji.

Estaba atrapada.

—¿v-vas a besarme?

—Solamente si tu quieres—le susurró. Tenten se había ido al espacio, a la luna. El cabello de Neji rosaba su rostro— Estoy aquí, ¿no te lo dije?

Si esta era una de sus fantasías, no quería despertar nunca. Es más, si estaba aún atrapada en el sueño eterno no le importaba.

Estaba ahí con él, siempre había sido él.

Tenten nunca fallaba en dar en el blanco.

La tela cayó y pasó sus brazos por el cuello de él, uniendo sus labios como siempre había deseado hacer. Era real y ligero, las manos de Neji rodearon su cintura y la sostuvieron para evitar que resbalara al suelo pues sus piernas ya no respondían.

Una pequeña risa escapó de ella, las cosas no podían ser más irreales y tontas. La guerra había terminado, Neji estaba con ella así como todos sus amigos.

Era feliz.

Aaaaaaaaaaaaaaaaa

—A alguien se le subió a la cabeza que es la señora Hyuga.

Ino tomó su vaso completo en un trago.

—Bueno, ¡ya era hora de que sentaran cabeza! Llevamos apuestas desde que teníamos 12 años. Lo bueno es que mantienes tu promesa Ino-cerda.

—¿No creíste que fuera a conseguirlo? —preguntó Tenten. Sakura soltó una carcajada.

—Ino apostó con que serían pareja, pero no que te propusiese matrimonio.

—Hinata lo vio todo con su super Byakugan—dijo Ino con sake en la mano— Ella lo predijo y Sakura apostó.

Tenten miró a su amiga, Hinata sonrió con timidez.

—El Byakugan no es necesario para asuntos del corazón, Ino-san.

—Mentiras, ¡Ella lo sabía todo!

Tenten sonrió, de alguna forma ella también lo sabía.


¡Final!

Muchas gracias por sus comentarios (: estoy preparando otra historia con Neji y tenten para el futuro,

le debo mucho al fandom de Naruto, aunque ya hayan pasado años jajajaja