Llegaré y dejaré rápido la actualización, porque sé que ya desean ya leer esto, acepto los tomatazos, sé que tardé y esta ha sido la fiesta más larga de toda la historia. Es hora de ponerle play a los personajes!

*Joss Sonoda: ¡Aquí la actualización! Tarde pero seguro : D ! Gracias por esperar.

*N0MBR3: La actualización de este fic tardó tanto, y la verdad no sé por qué xD, ya tenía todo el capítulo ahí, pero bueno, cosas pasan. Ah~ Kanan necesita superar el trauma que Nozomi le dejó, sin contar que su personalidad altiva y orgullosa no la dejarán con facilidad, pero el buen corazón de Mari la ayudará, esperemos xD. ¡Gracias por tu apoyo en mis fanfics! Lamento la tardanza.

*Another Dork: ¡Oh sí! Ella es Ohara Mari, hará todo lo que esté en sus manos por ganarse el corazón de esa pequeña omega herida, aunque quizá Kanan necesite un poquito más. El HanaChika vendrá con el siguiente capitulo, aunque si deseas algo 100 % de esta pareja, entonces te recomiendo "Romeo and Cinderella", otro fanfic mío donde la pareja principal es el HanaChika. Si gustas, ahí está. La historia de Eli con You va a contarse pronto, y entraremos por la puerta grande cuando eso pase! Muchas gracias por leer y lamento la espera, un saludo!

*DeadPanther: Vendrá más NozoEli! pero habrá que sufrir, como casi no es novedad en mis fanfics xD. Gracias por leer! y lamento la espera.

*NoMeDejaLoguear: Muchas gracias! tanto por leer como por tus palabras, espero te siga gustando! Perdón por la espera.

*KawaiiPotatoPawah: Aquí la actualización x2 xD, espero te guste, muchas gracias por tu review y gracias por esperar!

*You-chan: Siempre crack shipeadora, nunca in crack shipeadora, xD. Wow! No pensé que te pasearías por este fanfic también, gracias por tu apoyo! Lo aprecio mucho, y una disculpa por la espera!

*NinjaBritten1: Aws, qué nombres tan bonitos. Ahhh~ bueno, todas esas preguntas se responderán en algunos capítulos más xD. Gracias por esperar, y espero te guste el capítulo!

*Luka: asdjaskdhasjkdasjkda tienes el nombre de mi Diosa hermosa Luka Megurine. Ya, respondo. Bueno, tardaré en actualizar pero nunca abandonaré ~ . Espero te gute el capítulo y lamento la espera!

Wow! Son más personas de las que esperé, muchas gracias. Que tengan una genial semana!


Mine.

Capítulo 3:

"Tomaré tu mano aún en los peores momentos"


— Parece que te diviertes— dijo Kanan mientras se recargaba en la espalda de su hermana. Mirar a Mari de lejos era una cosa, pero estar tan cerca de ella, inhalando su suave aroma a lavanda y envuelta por su amable aura, era demasiado, sentía que se ahogaba.

Ara ara, pareces cansada, delfincito— Nozomi acarició el cabello de su hermana menor. Se esperaba algo así, después de todo, resistirte a la atracción era sofocante y cansino para la mente, sin embargo, no era imposible.

— Agotada, ya quiero irme— Kanan miró la pista de baile, buscando a la hija de Ohara —… ¿creés que fui muy grosera? — preguntó en voz baja, como si fuera más una pregunta para sí misma que para su hermana.

Nozomi sonrió y abrió los labios para soltar alguna broma acerca de Mari, pero la mirada quebrada que había visto en las amatistas de su hermana aquel día que la molestó durante la comida, le hizo cerrar la boca y, en vez de soltar alguna frase picante, tomó su mano en señal de apoyo.

— Siempre puedes disculparte— la mirada reprobatoria de Kanan no se hizo esperar —. No me refiero a que seas amable con ella o algo así, simplemente que seas cordial, ya sabes, como nuestras madres nos han enseñado— aconsejó.

La pelimorada sabía que era cuestión de tiempo para que Kanan y Mari estuvieran juntas, si la rubia lograba poner así a la peliazulada, era obvio lo que pasaba, y naturaleza o no, lo cierto es que esas dos se atraían de una manera más romántica, lo suficiente como para que Mari no rebasara la línea que la omega había puesto entre ellas, y para que Kanan, a pesar de decir que quería marcharse, no hiciera nada para que eso sucediera; en lugar de protestar, fingir un dolor terrible en el abdomen o insistir a Mei para volver, buscaba con la mirada a Mari, parecía arrepentida de su trato, aunque su orgullo no dejaría que la alfa Ohara lo supiera. Iniciaba una especie de juego en que tiraban de una soga, intentando arrastrar a la otra de su lado, lo que no sabían, es que ambas estaban en el mismo sitio, y la cuerda era tirada por el miedo de Kanan.

Imitó a su hermana y buscó con la mirada a Eli. Hacía un momento había sido llamada por su padre, así que ella y Mari habían tenido que retirarse.

Sus ojos la ubicaron en la pista de baile, era simplemente hipnotizante verla reír y bailar con tanta gracia, pero el hechizo se rompió cuando miró el sonrojo de la omega ante algo que su acompañante le decía al oído. ¿Quién era esa alfa? Nunca la había visto e Yaora, y la familia Toujo conocía a todo el mundo.

Sintió su mandíbula tensarse, su aura comenzó a crecer, intentando alcanzar a la de esa chica de cabello grisáceo, y una vez lo hizo, zafiros y esmeraldas se encontraron y ardieron como el sol. Los celos de Nozomi eran notables, pero la seguridad de You era lo suficientemente fuerte como para no alejar su aura de Eli, mientras retaba a Nozomi con la mirada. A la pelimorada le pareció ver un poco de confusión en el rostro de la alfa, y entonces recordó algo importante: Ella apenas había conocido a Eli, no tenía ningún derecho en especial como para intentar reclamar de esa manera a la rubia. Miró a su alrededor, algunos alfas y omegas tenían su atención en ella, al menos los más jóvenes, los adultos, al notar la edad de las involucradas, decidieron no intervenir, era un juego de niños, al menos de momento, y si algo ocurría, simplemente bastaría con separarlas antes de que alguien resultara lastimado. Nozomi Toujo era una persona racional y así la conocían, no armaría una escena. Kanan había tomado su mano con más fuerza, en un intento de llamar su atención, no era la primera vez que la veía tan molesta, pero sí la primera que lo hacía tan notable a los demás. Esa omega estaba haciéndole algo a su hermana, y no le gustaba. Podía sentirse arder al estar cerca de Nozomi, su aura era hostil y amenazante, así que intentó abrazarla con la suya.

Nozomi, al sentir el temor e inseguridad de su hermana mezclarse con la sensación agradable que siempre le producía el aura de la amante de los delfines, logró calmarse, apretó la mano de la peliazulada y le sonrió con impotencia. Kanan dirigió una mala mirada a Eli, quien observaba la escena con una ceja alzada.

— ¿Qué haces? — le preguntó mientras la llevaba la mesa de bebidas para servirle algo de tomar.

— Yo… no lo sé— Nozomi recibió el vaso de ponche que Kanan le daba. Sabía que la pregunta de su hermana era más un "¿por qué hiciste tan evidentes tus celos?".

— No puedes ponerte así de la nada, el prestigio de nuestra madre depende mucho de cómo nos comportamos en estas fiestas— la pequeña de las Toujo volvió su mirada a la pista, pero la pareja de la discordia ya no estaba en su rango de visión —. Incluso se ve más joven que yo… Si te sirve de algo, parece que a Eli le gustas más.

— Um…— Nozomi no quiso responder, internamente sabía que primero debía enfriar su cabeza, sentía la sangre hervir en sus venas sólo de imaginar las manos de aquella alfa en la cintura de la rubia, le jodía más que Eli no mostrara siquiera incomodidad para poder darle la oportunidad de irrumpir entre ellas, con la excusa de proteger a la omega. En cambio, parecía que le agradaba, sus auras se mezclaban perfectamente, y eso dolía, no en su orgullo de alfa, sino en su corazón de humana.

Estaba inestable, ella no era así. Pasó su brazo por los hombros de Kanan y comenzó a caminar, en busca de Kaede y Mei. No quería quedarse más en ese lugar, con suerte, el sueño y el arduo trabajo que le esperaba al día siguiente le harían olvidarse de Eli Ayase, y si no volvía a buscarla, podría seguir con su vida.

— ¿Nozomi?

— Vamos con nuestras madres, yo también quiero irme.


— ¿Quién era ella? ¿La conoces? — le preguntó You a Eli, una vez el breve combate de auras terminó. No quería admitirlo, pero esa alfa daba miedo, la miraba como si en cualquier momento fuera a saltarle encima.

— Podría decirse que lo hago— contestó mientras miraba a Nozomi irse con Kanan a la mesa de bebidas. A una parte de ella le gustaba saber que ya tenía tal control sobre el estado de animo de la mayor de las Toujo, era una pequeña victoria que le gustaba llevarse siempre que notaba que alguien la miraba con la misma intensidad que Nozomi, aunque no era completa si la ponía igual de nerviosa cada que se acercaba a ella. Sin embargo, otra parte se sentía molesta, ¿a qué venía esa hostilidad con su amiga de la infancia? Estaba claro que, si una pelea se daba lugar, ella defendería mil veces a You, era quien siempre había estado a su lado, quien la apoyaba, quien escondía sus instrumentos cuando tenía prohibido hacer esculturas o soldar. Nadie lastimaba a sus personas importantes, ni a Mari ni a You, y esa mala mirada de Kanan le restaba puntos que le costarían si le llegaba a pedir ayuda con su prima—. La conocí en una herrería cercana.

— ¿Pasó algo entre ustedes? — esta vez fue el turno de You para poner mala cara. Los ojos de Eli siguieron a Nozomi, mientras pasaba su brazo por encima de los hombros de su hermana, podía sentir su aura arder en molestia, una parte de ella se sintió mal, pero daba igual, no iba a ponerse a llorar como Mari lo hacía cuando una chica que le gustaba se enojaba con ella, no se iba a lamentar por alguien que acababa de conocer.

— Si te refieres a algo más personal, no, no ha pasado nada— respondió —, pero creo que le gusto.

El semblante de You se tornó serio, pero casi de inmediato sonrió.

— Bueno, lo que ella sienta es irrelevante para mí.

Mari había visto la escena desde la distancia, y aunque su atención estaba en Kanan en un inicio, aquella pequeña batalla de poder no había pasado inadvertida a sus ojos. Suspiró, deseándole suerte a ambas alfas. Aunque era verdad que la chica de ojos color zircón era la más atolondrada de las dos, lo cierto es que su prima podría poner el mundo de cabeza si se levantaba de humor para hacerlo, y cuando se trataba de amor, no podría importarle menos: Ella lo sabía, You lo sabía, sus padres lo sabían, Japón lo sabía, pero la chica Toujo no, así que era posible que se volviera loca antes de poder entender lo que a ellos les había tomado años ver. Eli no iba a ir tras Nozomi, y parecía que la pelimorada esperaba que lo hiciera. Aunque el temor en el aura de su prima le dejó ver que quizá, la mayor de las Toujo le llevaba ventaja a You, aunque no era demasiada.

Bad luck, my friend— susurró —. Te encontraste con una omega difícil.

A su mente vinieron los miles de regaños que Elichika alguna vez le había dado, todo por entregar su corazón por completo, le decía que no valía la pena hacerlo si no era alguien que conocías de años y sabías que valía la pena, pero el amor no sabía de tiempo, y mucho menos iba a esperar a que pasara, si te enamorabas, te enamorabas. Y Mari no quería quedarse con nada.

— ¿Mari? — una voz suave la llamó a sus espaldas.

— Eh, ¿Riko? — los ojos de la rubia se posaron sobre los orbes ambarinos de la pelirroja, años habían pasado, pero la sonrisa juguetona que poseía Riko Sakurauchi no menguaba.

Ambas se acercaron para compartir un fuerte abrazo. Hacía algunos años eran inseparables, Eli, Mari y Riko, sin embargo, la pelirroja había tenido que partir a oriente medio para poder tratar la enfermedad de su madre. Parecía que estaba de regreso por fin, su madre le había hablado de ello, pero no había pensado que las alcanzaría justamente en Yaora.

— Wow, eres tan alta— midió la diferencia de estatura con su mano.

— Tiene tiempo que nos vimos— Mari sonrió —. No sabía que vendrías hasta aquí, mi madre sólo dijo que te veríamos pronto, ¡estaba muy emocionada!

— Yaora se está haciendo famosa en el viejo continente, así que mi padre apoyó el hecho de que viniera con los Watanabe ni bien escuchó que estarían codeándose con Kaede y Mei Toujo.

— Quién diría que el rey dejaría venir sola a su princesa— Mari volvió su vista a la pista de baile —. ¿Cómo está tu madre?

— Mejorando, en cuanto su salud esté estable ellos vendrán también para apoyar en las obras.

— Las cosas se van a poner interesantes entonces— sonrió la rubia. Riko caminó a su lado, ubicó rápidamente con la mirada a You, bailando animadamente con Eli. Hizo una mueca de descontento… parecía que la alfa de ojos azules no iba a cambiar, y eso incluía a su eterno amor por la hija de los Ayase.

Secretamente, también había accedido a ir a Yaora para seguirla. Ridícula, se dijo, pero no podía hacer otra cosa, esa necesidad de estar al lado de la peligrisácea podía más que ella, pero si encontraba a alguien en aquella ciudad, ella estaría más que feliz de librarse de ese maldito amor que la llevaba lastimando desde hacía tantos años atrás.

— ¿Eli ya rompió otro corazón? ¿O ya te lo rompieron a ti? — preguntó, buscando distraerse.

— Auch— Mari le dio un golpe a Riko en el hombro —. Bueno, no sé cómo esté mi corazón, pero lo de Eli podría ser acertado, darling.

— ¿Está aquí?

— Estaba hace un momento, ya no la veo cerca.

— ¿Quién es la víctima esta vez?

— Nozomi Toujo.

— ¿Toujo?

— Sí, la hija de Kaede Toujo.

— ¡Oh por Hades! Eli en serio que va por los peces gordos.

— Es su encanto— la expresión de Riko le causó cierta gracia, pero prefirió no decir nada, sabía muy bien de dónde había tomado esas expresiones, o más bien, de quién—. ¿Yoshiko igual vendrá?

— No lo sé— Riko recargó su barbilla en su mano —, parece que le está yendo bien en París, así que quizá no la veas por aquí pronto.

— ¿Riko? — la voz de su prima las hizo voltear. Eli había visto al par desde lejos, pero decidió acercarse para confirmar que se trataba de su amada amiga.

— Eli, ¿cómo has estado? — se abrazaron.

— Bien— los ojos de Riko se encontraron con los de You, quien le sonrió con amabilidad.

— ¿Ya conocen la ciudad? — preguntó Eli.

— Llegamos por la tarde, así que no tuvimos mucho tiempo de explorar— respondió You.

— Bueno, dicen que Yaora es hermosa por la noche— citó a Nozomi —, ¿les parece si vamos de paseo? El baile va a durar hasta bien entrada la madrugada, después de todo— animó Eli.

— Bueno… no sé si mi madre nos dé permiso— dijo You.

— Yo me encargo de eso, no te preocupes— Mari infló el pecho —. Ustedes esperen en la puerta del salón.

— Te lo encargamos— la despidió Eli.

La chica de ojos color zircón bajó la escalera con rapidez, pero terminó chocando con alguien en medio de su carrera.

— ¿Mari?

— Perdón tío, ¡ah! Justo contigo quería hablar.

— Yo estaba buscando a Elichika, ¿no la has visto?

— Está en la puerta del salón, iba a pedirte permiso para salir con ella, You y Riko a la ciudad.

— Um… ¿la conocen lo suficiente?

— Eh… sólo por los alrededores…

— Disculpen— la voz de Kaede sonó detrás de ellos.

— Amiga mía, ¿todo bien? — el hombre se volvió a la alfa.

— Sí, simplemente nos estamos retirando, muchas gracias por todo— dijo, mientras extendía la mano al señor Ayase.

— ¿Tan temprano?

— Mis hijas no se sienten bien, así que hemos decidido regresar ya— Kaede miró a Nozomi y Kanan, quienes ciertamente no se veían en las mejores condiciones, Mari se preocupó por la notable molestia en el rostro de la amante de los delfines, pero decidió mantenerse a la distancia. Sus ojos se encontraron, Mari sonrió, y un adorable sonrojo coloreó las mejillas de la omega, haciendo que su ceño dejara de estar fruncido. Nozomi miró la escena y dio un pequeño empujón a su hermana para que se acercara a la alfa. Al menos si su noche no había ido como deseaba, quería que Kanan terminara con el pie derecho esa fiesta.

— ¿Qué? — preguntó su hermana, sin apartar la vista de Mari.

— ¿No estabas con la pregunta de si fuiste muy grosera con ella? Al menos si te disculpas podrás sacarte ese peso de encima— se excusó Nozomi, dándole el pretexto perfecto a Kanan.

— B-Bueno… supongo…

Kanan comenzó a avanzar hacia Mari, quien, sorprendida, sólo pudo quedarse en donde estaba, manteniendo sus miradas enlazadas. A medida que la distancia entre ellas se cerraba, el aire faltaba en los pulmones de la chica de ojos violetas, pero, más erguida que nunca, no detuvo sus pasos hasta llegar a una distancia prudente de la alfa Ohara.

— Hey— Mari saludó.

— Lamento si… si fui demasiado descortés… Mi madre no me enseñó eso— se disculpó, sin rodeos.

La ternura hizo presa al corazón de la rubia, quien casi salta a abrazar a la omega, pero se contuvo, era la primera vez en la noche que Kanan por sí misma se dirigía a ella, así que no quería arruinarlo y terminarla alejando más de lo que ya estaba.

— No, no te preocupes— sonrió —. La verdad también quería disculparme, por si hice algo demasiado descortés, lo siento…

— N-No— Kanan bajó la mirada —. Fuiste muy atenta, gracias por ello.

— Menos mal.

Se quedaron en silencio por un momento, sonriendo la una a la otra, pero el hechizo se rompió cuando Kaede llamó a Kanan, avisando que ya se irían.

— Bueno, me tengo que retirar— el arrepentimiento nació en la peliazulada, ahora que hablaba con cierta honestidad con Mari, no le quedaban deseos de irse, pero su orgullo no le iba a permitir perder ante la alfa, así que hizo una reverencia de despedida.

— Espera— Mari había alzado la voz un poco, pero quería llamar su atención. Separó algunos centímetros su aura de Kanan, esperando que con eso aceptara lo que estaba por proponer —. ¿Puedo verte de nuevo? No importa dónde— casi suplicó.

La peliazulada abrió los ojos con la sorpresa marcada en sus pupilas amatistas. Lo pensó un momento, pero casi de inmediato asintió, involuntariamente, su expresión iba cambiando entre la felicidad y un pequeño regaño interno, pero finalmente, volvió su vista a Mari.

— Mañana salgo de trabajar a las seis de la tarde… En la herrería Kunikida— hizo una nota mental de golpear a Nozomi cuando llegaran a casa, podía sentir su mirada burlona en sus espaldas, pero cuando se volvió ligeramente, se encontró con la sorpresa de que su hermana simplemente miraba la salida con insistencia.

— Estaré ahí entonces— Mari sonrió con emoción, cautivando el corazón de Kanan, quien ahora, en verdad, no quería irse, sin embargo, y esta vez no era una excusa, su hermana la necesitaba más en ese momento. La llevaría a tomar una cerveza de mantequilla y escalarían hasta el techo de su hogar para ver los dirigibles iluminados por la luna, y así, calmar un poco el conflictuado corazón de Nozomi.

— Hasta entonces— volvió a despedirse y alcanzó a su familia.

— ¿Todo salió bien? — le preguntó Nozomi, sonriendo de manera juguetona para ocultar su mal estado.

— Todo bien— respondió Kanan, mientras la tomaba de la mano con amabilidad.

— Me sorprende que se quisieran ir tan temprano, chicas— habló Mei, una vez estuvieron en el auto.

— Queremos tener nuestra propia celebración— se adelantó la omega —. Recientemente mejoramos nuestro pulso para delinear piezas, así que quiero invitarle a Nozomi una cerveza de mantequilla y quizá… tacos, tal vez— a Kanan no le agradaba esa comida para nada, pero sabía que Nozomi la amaba, así que sólo por esa noche, la acompañaría.

— ¿Tacos? — los ojos de la mayor brillaron, haciendo sonreír a la peliazulada.

— Bueno, sólo no bajen muy tarde, no se vayan a caer— advirtió Kaede, sabiendo que cuando sus hijas compraban cerveza de mantequilla, solían subirse al techo de su hogar y beber ahí. Admitía que era una gran vista, pero en la oscuridad de la noche, le provocaba temor que fueran a dar un mal paso.

— No muy tarde, entiendo, ¡ah! ¿Nos pueden dejar en la cafetería de camino entonces?

— Seguro— respondió Mei.

Nozomi recargó su cabeza en el hombro de Kanan, agradecida por su intención.

Ahora más que nunca deseaba que le fuera mejor que a ella en ese extraño, doloroso y espinoso camino que era el amor.