Hola, mis queridos lectores. He venido con el capítulo final de esta interesante historia. Espero que puedan ayudarme dándole like a mi página de Facebook EAUchiha-Fanfiction y a mi Facebook personal Anne Kristina Rodríguez (en mi perfil está el enlace directo a ambos perfiles) desde allí estaré pendiente de ustedes y publicaré sobre mis próximas actualizaciones.

Agradecimientos especiales a mi Beta: Hikari Takaishi Y

Espero que la lectura sea de su total agrado.

Los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.


Capítulo 5.

Los años pasaron volando para él, la vida para Sakumo no ha sido tan fácil como lo hubiera querido. Y es que, veía cómo su hermana sufre en silencio por la ausencia de su esposo. Los altos mandos de Konoha decidieron mandarlo a una misión que no tiene un rumbo fijo, ni fecha de culminación definida. Así que antes de partir, el Uchiha le hizo prometer que cuidaría de sus mujeres, con su vida incluso, y él lo ha cumplido al pie de la letra.

— Hermana, ¡Qué bueno verte!— Sakura le había pedido que fuera a visitarlo.

— Necesito hablar con alguien— acomodó su largo cabello sobre su hombro y lo miró con desesperación.

Sakumo supo que ella ya no podía lidiar las preguntas de su hija.

Sakura y él se instalaron en el sofá. Sakumo esperaba pacientemente que su hermana se dignara a decir algo.

— ¿Dónde está Sarada?— interrogó tratando de romper el hielo.

— Se quedará con mamá y papá un par de días— suspiró.

— ¿Algún problema con ella?— preguntó de nuevo.

— Han pasado solamente tres años desde que Sasuke-kun fue enviado a su misión, pero Sarada... Ella era muy pequeña para recordarlo, apenas tiene cinco años, cualquier cosa que yo le diga para evadir el tema debería ser suficiente. Pero no es así— cubrió su rostro con ambas manos— ya no sé que hacer, ella duda del amor que su padre nos tiene y tal vez duda de nuestro matrimonio...

— Incluso yo dudaría de su matrimonio— Sakura lo miró enojada— Piénsalo bien, nadie estuvo allí, hermana. No hay evidencia de esa unión...

— ¿Entonces crees que cambié mi apellido legalmente por puro capricho?— debatió ofendida.

— Pero...— ella se mostró confundida— Si hay algo que jamás pondría en duda, es el amor que ese hombre tiene por ustedes dos.

— Hay una foto— admitió sonrojada.

¿Foto de qué?— preguntó con nerviosismo.

Él nunca le había hablado a su hermana de las fotografías que tomó el día que nació su hija.

— De nuestra boda, idiota— se levantó del sofá y le pidió que la siguiera— Nunca se la he mostrado a alguien, porque no lo creí necesario. Es como nuestro dulce secreto, por eso nadie, además de él y yo, sabe de su existencia. Ahora tú también lo sabrás y quizás Sarada algún día...

La Uchiha sacó la fotografía y su acta de matrimonio de un cofre bajo llave que tenía en su sótano, Sakumo se dio cuenta que también habían pergaminos y fotografías del masacrado clan Uchiha. Incluso un libro bingo, seguramente se trata del libro que tuvo la fotografía de Sasuke en él alguna vez.

— Sarada conocerá la historia del clan cuando tenga la capacidad de entenderla y esté su padre aquí para explicársela— explicó.

— Sólo espero que cuando lo hagan, no sea demasiado tarde— divagó.

— Sí, también me preocupa que ella busque sus propios medios para saberlo todo. Sarada es una niña muy correcta, quizás al saber que su padre fue enemigo de la aldea, ella comience a odiarlo y odiarse a sí misma— musitó con tristeza.

— Sarada lo entenderá— afirmó con seguridad— Subestimas mucho a tu hija, ella sabrá entender la razón de las acciones de su padre y su tío, ella no va a odiarlo.

— Gracias— hizo una reverencia en señal de agradecimiento— Ten— le tendió la foto.

Una sensación de regocijo se formó en su pecho cuando vio a los esposos con sus kimonos ceremoniales. Y en el fondo lamentó haber dudado de la palabra de su hermana. Y si alguna vez, la niña llega a él con dudas, no dudará en hablarle de la trágica historia de amor de la que ha sido testigo desde la infancia.

— Uchiha se ve ridículo con ese traje— bromeó.

— No vayas a comenzar— dijo riendo— Mejor volvamos a la sala, no vaya a ser que Sarada quiera volver a casa y nos consiga aquí.

— Andando— Sakumo se vio en la necesidad de jalar a su hermana del brazo y abrazarla con fuerza— No te preocupes más, todo saldrá bien con ella. Y si no es así, entonces yo estaré allí para hacerla entender. Has sido una madre y esposa maravillosa, Sakura. No mereces nada de esto, ni su ausencia, aunque dudo que él esté feliz de perderse años valiosos de la vida de su hija, ni tampoco las dudas tontas de tu hija.

— Te amo mucho, hermano— apretó con fuerza las mangas de su camiseta y se permitió llorar en su pecho.

Necesitaba desahogar todo lo que había estado conteniendo en los tres años que han pasado desde que su marido fue asignado a esa misión.

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El pelirrosa se levantó de su escritorio cuando la puerta de su oficina fue tocada con insistencia.

— ¡Sarada!— exclamó con alegría al ver a su sobrina de once años en la puerta.

— ¡Tío, no finjas estar alegre de verme. Sé que tú lo sabías!— decretó con brusquedad.

— Pasa— no hizo falta que lo preguntara, sabía que el momento había llegado— ¿Qué sucedió con tu madre?

— ¿Mi madre?— preguntó con ironía— ¿Tú de verdad crees que ella es mi madre?

El Haruno frunció el ceño, ¿Qué demonios había pasado para que Sarada dudara de su consanguinidad con Sakura? Supuso que tendría que indagar más y ponerle los pies en la tierra a su adorada sobrina. Esa niña se parecía más a Sasuke de lo que quisiera admitir y esa actitud solamente iba a herir los sentimientos de Sakura, ¡Eso definitivamente no lo iba a permitir!

— ¿Qué te hizo llegar a esa conclusión?— preguntó con severidad.

— Todo— se desplomó sobre la silla frente a su escritorio— ¿Por qué mi papá no regresa? ¿Por qué mi mamá desvía la atención del tema cada vez que le hago preguntas? ¿Acaso no le importamos a él? ¿Ellos de verdad están casados? Le pregunté a mi mamá si papá usaba lentes, porque ella no los usa y yo si; y ella ¡No supo que responderme! Y lo más importante ¿Quién es esta mujer?— sacó una fotografía de Sasuke con los miembros de Taka y señalaba a la pelirroja— ¿Por qué mis lentes son parecidos a los de ella? ¿Mi mamá de verdad es mi mamá? Yo lo estuve averiguando, no hay registros en este hospital de mi nacimiento. No hay nada, absolutamente nada.

— ¿Karin?— pronunció extrañado— ¿Qué tiene que ver ella en todo esto?— lo único que esa niña tenía de esa mujer eran las gafas y eso es porque ella se las regaló cuando ésta era pequeña.

— ¿Tú la conoces?— preguntó intrigada.

— Claro que la conozco, coqueteamos un par de veces— decir que fue simple coqueteo es muy poco, la vez que Karin vino a visitar a Sakura y Sarada, ellos tuvieron un encuentro casual en la cama. Sólo que eso no va a decírselo a la niña— Vayamos a mi casa, te mostraré algo que aclarará todas tus dudas.

Ambos salieron del hospital en silencio, Sarada había omitido la parte en la que discutió con su madre y ésta colapsó después de haber destruido su casa de un puñetazo.

— Espérame aquí, iré a buscar una cosa que quiero que veas— la pequeña Uchiha acató la orden de su tío y se instaló en el sofá.

— Sarada— tomó asiento frente a ella, no tenía ni la más mínima idea de cómo abordar el tema— Tu madre es tu madre, un par de gafas iguales no cambia ese hecho. Yo estuve allí cuando naciste, también estuve allí cuando te dieron esas gafas y la razón detrás de ellas.

— Tú dirías de todo con tal de defenderla, incluso mentiras— escupió con rabia.

— Esto es lo que quería que vieras, eso aclarará todas tus dudas. Obviamente no hay registros de tu nacimiento en el hospital porque no naciste en Konoha— relató

— ¿Qué hay de mi papá?— preguntó a la defensiva— ¿Él nos ama? ¿De verdad sus sentimientos están conectados a los de mi mamá como ella tanto afirma?

— Mira el contenido de ese sobre y lo sabrás— insistió en que ella tomará el folder que él le tendía.

La niña lo tomó dudosa, su tío siempre la ha escuchado cuando va a quejarse de su padre. Incluso parece disfrutarlo, pero al ver tanta severidad en sus ojos jades, le ha hecho entender que ella ha cruzado un límite que no debía.

El folder tenía una par de fotografías. En la primera, su madre sostiene el rostro de su padre con ambas manos y sus frentes están unidas, dedicándose una leve sonrisa. El fondo era claro, estaban en una especie de laboratorio. A juzgar por la posición de su madre en la cama con las piernas ligeramente flexionadas, cubiertas por una sábana, ella se estaba preparando para dar a luz. Su corazón se agitó al notar la panza de embarazo de la pelirrosa. En la siguiente fotografía estaban sus padres embelesados, con lágrimas en sus mejillas, mirando la pequeña criatura de cabello negro que estaba en los brazos de la mujer. Al fondo se veía la pelirroja con las manos en su cintura y su rostro adornado por una sonrisa de satisfacción.

La pelinegra rompió en llanto y se lanzó a los brazos de su tío. Sakumo acariciaba su cabello, con una sonrisa tenue en sus labios.

— Tu padre las ama más de lo que crees— comenzó sin dejar de acariciar su cabello— Jamás olvidaré aquella vez que tu madre y yo discutíamos por él, porque tu padre no aclaraba sus sentimientos por ella. Y eso, admito que fue por mi culpa. Yo ya sabía lo que él sentía, pero yo siempre los interrumpía.

— ¿Por qué lo hacías?— preguntó.

— Por diversión— rió levemente— Porque era divertido ver su cara de frustración cada vez que yo aparecía para frustrar sus planes, yo sabía que él era el único que la podía hacer feliz, pero no le dejaría el camino fácil al bastardo. Así que ese día, mi madre le dijo a Sakura que si él realmente quisiera tener algo con ella, haría hasta lo imposible para hacérselo saber. A Sakura eso le rompió el corazón y huyó de la casa. Cuando salimos a buscarla, ella lloraba abrazada por Uchiha y él, dejando de lado ese estúpido orgullo que lo caracteriza, la besó en medio de la calle. Delante de nosotros tres, delante de los habitantes de Konoha que transitaban por la calle en ese momento.

— Cuéntame más— pidió la Uchiha esperanzada.

— Uchiha nunca había mostrado sus debilidades en frente de mí, pero cuando estabas por nacer, me dejó ver todas, aún sabiendo que yo podría usarlas en su contra algún día. A él sólo le importaba que tú— acarició la mejilla de la niña— y tu madre estuvieran bien...

La puerta de su departamento fue tocada con fuerza, estaba seguro que si la persona del otro lado seguía haciéndolo, la misma se iría a abajo.

— Quédate aquí y no salgas— ordenó.

Se acercó con cautela y la abrió, esperando el encuentro con el enemigo. Pero solamente estaba Sasuke, con una expresión psicópata que hace años no veía en él.

— Haruno— su voz sonó ronca— ¿Qué le pasó a mi casa? ¿Por qué Sakura está en el hospital? ¿Dónde está Sarada?— el pelirrosa no entendía nada de lo que estaba sucediendo— me juraste que...

— A ver, detente un segundo— respiró profundamente— No sé de qué me estás hablando.

— Yo sí— Sarada salió de su escondite, con la cabeza gacha.

— ¿Sarada?— masculló el Uchiha con cierto alivio en su voz.

— Papá— no se atrevía a mirarlo, no después de haber dudado de él por tanto tiempo.

Su corazón se agitó de la emoción al verlo, sus ojos ardieron. Pronto el negro de sus ojos, pasó a ser rojo carmesí. La emoción de tener a su padre frente a ella, había ocasionado que despertara su sharingan.

— ¿Quieres decirnos qué sucede?— exigió el pelirrosa, dado que Sasuke sólo miraba mudo a su hija y ella no parecía querer decir nada— ¿Acaso tiene que ver con lo que hablamos hace unos momentos?

— ¿Sucedió algo de lo que no estoy enterado?— Sasuke dejó su mutismo de lado y se dirigió a su hija.

— Si estuvieras con nosotras, sabrías lo que pasa— reclamó la niña— ¿Por qué no estás en casa? ¿Cuál es la razón de tu ausencia por años?

— Eso no es de tu incumbencia— decretó en tono solemne, lo último que deseaba era involucrarla en su misión de vida y arriesgar su seguridad.

— ¡Eres de lo peor!— Sarada salió corriendo de la casa, dejándolo con una terrible culpabilidad en el pecho.

— Deberías tener más delicadeza— acusó el Haruno.

— Mientras menos sepa, mejor— dijo.

— Entiendo que no quieres involucrarla, pero es tu primer encuentro con ella después de años y le sales con eso. Tú de verdad nunca cambiarás— se cruzó de brazos con una sonrisa burlona.

— Ya cállate, idiota— gruñó entre dientes— Vengo de tener un encuentro con unos tipos con sharingan, llego a mi casa y está destruida, mi esposa en el hospital. Enloquecí con la idea de que esas personas le hicieran daño, la verdad no estoy de humor para tus juegos.

— Pero debes estarlo para aclarar las cosas con tu hija— aseveró.

— Iré a buscarla, ella está en peligro con esos sujetos rondando por aquí.

— Y más ahora que en sus ojos aparecieron el Sharingan— el Haruno siempre temió ese día, él conocía todos los peligros que ella correría el día que sus ojos cambiaran por su línea de sangre.

Sasuke salió y trató de seguir el rastro de chakra de su hija, pero pronto se dio cuenta que un presencia maligna iba directamente a atacarla. Corrió como si su vida dependiera de ello, en ese instante sus ojos no tenían la fuerza suficiente para moverse entre las dimensiones.

Sarada estaba indefensa, ella lloraba sobre una roca, abrazando sus piernas. Justo cuando el hombre que se atrevió usar el nombre de su familia estaba por llegar a ella...

— ¡No te atrevas a tocar a mi hija, Shannaroo!— Sakura cayó sobre el sujeto y lo mandó a volar de un puñetazo.

Sasuke se quedó paralizado en su sitio de la impresión, se supone que hace menos de media hora él la había visto desmayada en una cama de hospital y ahora, había derribado al enemigo de un solo golpe.

¡Mamá!—gritó Sarada asombrada.

— Si le hizo eso a ese sujeto que trataba de dañarla, ¿Cómo crees que te irá a ti cuando sepa que no tuviste nada de tacto con tu hija?— Sakumo le habló a esta espaldas con burla. El Uchiha se estremeció al imaginarlo.

La pelea con esos Uchiha falsos no duró mucho, el pelinegro se sorprendió de ver lo fuertes que eran sus mujeres. Lo demás, lo dejó en manos de Naruto, él y un escuadrón se encargarían personalmente de encontrar la guarida de esos sujetos y hacerlos entrar en razón, típico de Naruto.

Después de haber relatado todo lo que pasó, siendo el punto de encuentro el departamento del pelirrosa, él les había dado un espacio a la familia Uchiha para que hablaran con su hija.

— ¡Shannaroo! claro que eres completamente mi hija, niña idiota— bufó Sakura.

— Lo sé— sonrió avergonzada.

— Te pareces a mí en ese aspecto— dijo con una sonrisa tenue.

— Por cierto...— la pelirrosa pareció haber recordado algo importante— ¡Sakumo, ven acá, maldita sabandija!

— ¿Sí?— preguntó inocentemente, asomándose a la habitación con cautela— ¿Qué sucede, Sakura-chan?

— ¿Por qué diablos me ocultaste que había una fotografía del nacimiento de mi hija por tantos años?— reclamó.

— Porque es obvio— ella arqueó una ceja— Es una prueba irrefutable de que Uchiha es un cursi de mierda, pero como nadie iba a creerme, retraté las pruebas. A tu hija le encantaron.

— Hoy es el día, lo voy a matar— Sasuke se levantó del sofá con intensiones claras de saltar sobre su presa.

— Aquí no vas a matar a nadie, siéntate— ordenó.

Al Uchiha no le quedó de otra más que obedecer a su esposa.

— Quien lo va a matar va a ser otra persona— su expresión se tornó sombría, comenzó a tronarse los puños mientras se acercaba a él con lentitud.

— Piénsalo bien, tener esas fotos para ti será una buena ofrenda de paz— trató de negociar con ella, sin resultado alguno.

Parece ser que ese día, otra casa iba a ser destruida por los puños de Uchiha Sakura.

Fin.


Debo decir que me encantó el final, esta fue mi idea desde el inicio. Cinco capítulos nada más, pero bueno, quizás algunos quisieran tener un poco más del simpático Sakumo. Jajajajajaja me encanta ese personaje. Gracias por darle la oportunidad a esta historia, de verdad que estoy muy agradecida por todos ustedes.

Pd: No habrá extras xD

Espero que se tomen la molestia de dejarme su opinión por medio de un review.

Nos leemos en la siguiente historia, hasta la próxima.

EAUchiha.