Corría por un espeso bosque tratando de que aquella persona no la encontrara, sus pequeñas piernas quemaban de todo el esfuerzo que le estaba aplicando a estas pero el miedo acumulado en su corazón podía más que su enorme cansancio, no sabía si aquel plan iba a funcionar, ella no era un genio pero había estado ideando aquello durante semanas y esperaba que todo le saliera como había planeado.

— Hinaataa—sintió la sangre correr por sus venas cada vez más rápido, su corazón palpitaba tan dolorosamente contra su pecho que sentía que en cualquier momento rompería sus huesos para ser tan libre como ella quería ser.

—No creerás realmente que puedes escapar así de fácil ¿verdad? —y de la nada apareció aquel hombre frente a ella, un grito de miedo salió de su garganta, tuvo que usar toda su energía para detenerse antes de chocar contra él y tratar de huir por otro lado pero su intento de huida fue frustrada por el hombre, la tomo del brazo demasiado fuerte, un crujido la hizo estremecer y pudo ver su extremidad caer antinaturalmente, el dolor no tardó en llegarle, grito de nuevo tratando de zafarse pero aquella persona era más fuerte que ella con sus apenas ocho años

—Go-gomen—lloraba tratando de zafarse, el contrario la tomo del cuello alzándola del suelo, se vio a si misma pataleando al aire y rasguñando su brazo con el propio que aún obedecía sus órdenes, el miedo la recorrió, no deseaba morir, no quería, cerró los ojos soltando las lágrimas que ahí se acumulaban y lo sintió, el chackra recorrer sus ojos, al abrirlos podía ver a través de su agresor y por puro instinto junto más chackra en sus dedos y golpeo un punto en su muñeca y brazo, escucho un grito y luego la soltó, cayó al piso tosiendo fuertemente recuperando el oxígeno, alzo su mano a su cuello sobándolo y miro a su secuestrado y se enfrentó a él, corrió aprovechando que estaba gimiendo de dolor y cerro otros puntos que podía ver, el hombre al verse atacado la golpeo en la cabeza haciendo que esta cayera al suelo de cara, su boca se llenó de tierra y su propia sangre, pero aquella era su oportunidad, se levantó a pesar que la vista se le nublaba y ataco al corazón del contrario que se veía a si mismo entorpecido por los anteriores golpes de la chica, aquel último golpe había sido mortal, su corazón se paró de inmediato y el tardo unos segundos en caer al suelo lamentándose del dolor por un minuto antes de que sus ojos perdieran aquel brillo de vida.

—Q-que… ¿Qu-que hice? —se miró las manos asustada, acababa de matar a alguien, se tapó la boca llorando cada vez más, de pronto escucho ruidos provenientes de los arbustos, se giró y miró a un chico unos cinco años mayor que ella, solo lograba ver su capa negra con nubes rojas, este se acercó a ella mirándola sin ninguna expresión en el rostro

— ¿Qué debería hacer contigo? —la niña sintió como su vista regresaba a la normalidad, fue entonces que lo vio con claridad, cabello largo negro y ojos del mismo color, un par de marcas a los costados de su nariz, frunció el ceño, lo reconocía y no sabía exactamente de donde—Tal vez matarte sea lo mejor…

No alcanzaba a escucharlo, su mente cada vez se nublaba más y solo trataba de recordarlo, y fue entonces cuando toda su mente se estaba apagando que lo reconoció

—Itachi-san—susurro sonriendo antes de caer en la inconciencia sin saber todos los sentimientos que había removido en el contrario, ahora recordaba a la niña, ¿Cómo es que estaba viva? Según recordaba hacía cinco años se había informado del intento de secuestro de la menor que según los rumores había terminado en el asesinato de la heredera Hyuuga, o claro eso era lo que los ancianos de aquel clan habían dicho, ahora estaba claro que había sido una mentira, todo para enterrar a lo que según ellos había sido una decepción para la rama principal, aquella niña que cuando la veía en las reuniones siempre tenía una cálida sonrisa para él, la habían dejado esperando que fuera asesinada, se preguntaba si el Hokage lo sabría, y si lo sabía cómo había permitido que aquello sucediera, apretó los puños hincándose frente a ella

—Hinata-chan—la tomo en sus brazos alzándola del suelo, trato de ignorar el deplorable estado en el que la menor se encontraba, solo trataba de pensar que era lo mejor para ella, si llevarla a su aldea o por el contrario que fuera con él. Al final la idea de que el Hokage probablemente estaba enterado de que la primogénita de los Hyuuga estaba viva cuando se la llevaron ganó en su mente, aquel anciano tenía conocimiento de todo lo que sucedía en la aldea y el destino de su clan había sido prueba de ello, por lo cual no podía regresarla a una aldea que nunca había movido ni un dedo para salvarla, todos le habían dado la espalda a su dolor por lo cual, lo mejor era que todos creyeran que ella estaba muerta, y él se encargaría de la niña.

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Despertó sintiendo el sudor en su nuca, había tenido aquel sueño que había creído superado, se limpió la frente levantándose de su cama, era hora de empezar con su plan, los de konoha estaban cada vez más cerca y les daba tal vez un mes antes de que llegaran a su escondite, se dirigió al baño y se miró al espejo mientras lavaba su cara, iba a necesitar olvidarse de cómo se veía actualmente, tenía que cambiar, hizo aquel jutsu que gracias a su Byakugan había logrado perfeccionar a tal grado que ni siquiera el Sharingan podía detectar que era un jutsu, su cabello antes largo se hizo corto a la altura de sus hombros y de color café, su piel se mantuvo del mismo color blanquecino y sus ojos de un color marrón, había visto una chica así hace mucho tiempo, no recordaba exactamente en donde pero no importaba, sentía aun así que algo le faltaba para parecerse a aquella chica pero era mejor así, hizo también un Kage Bunshin no jutsu, escucho la puerta, abrió encontrándose con alguien de su edad que identifico de inmediato como el Henge de Itachi, este frunció el ceño de inmediato al verla

— ¿De dónde conociste a Rin? —ella solo atino a verse de nuevo sin saber de quien hablaba

—No sé de quién me hablas—miro de nuevo al chico, su cabello era corto y de color blanco, sus ojos eran azules, moví la cabeza, no sabía exactamente quién era pero era normal, su maestro había viajado por muchas naciones

— La chica… bueno no importa no eres idéntica, tal vez viéndote así Kakashi no se fije demasiado en ti—le resto de inmediato importancia, la contraria solo atinó a alzar los hombros

—Bien… en ese caso… que empiece el plan

Listoo, ojala les guste este cap nwn y muchas gracias por sus comentarios