Skip Beat no me pertenece.

Capítulo 3:

El día pasó de maravilla para ambos. Se sentían realmente en paz al estar juntos.

Ren estaba decidido a lograr que la Kyoko real regresara pero sin olvidar todo lo sucedido. Para ello necesitaba llamar a su jefe para saber un poco más de su condición.

A la hora de la cena, Kyoko intentaba alcanzar una olla que estaba arriba en las gavetas, pero tuvo que pedirle ayuda a Ren para alcanzarla y que no volviera a pasar lo mismo que aquella noche en su entrenamiento para Dark Moon.

Afortunadamente no sucedió, pero al bajarse del banco dónde se encontraba, no se dio cuenta y se golpeó con la punta de la gaveta en la cabeza.

—Kyoko, ¿estás bien?—le preguntó Ren preocupado.

—Sí, no te preocupes, solo fue un pequeño golpe, nada gra…

Ren pudo ver en ese instante algo diferente en la mirada de la chica. Ella parpadeó varias veces y lo miró horrorizada, enseguida su rostro se volvió totalmente rojo.

— ¡No!—gritó con fuerza y se fue corriendo lo más rápido que pudo de ahí.

El grito de Kyoko dejó aturdido a Ren y tardó un poco en darse cuenta de lo sucedido.

— ¿Volvió a la normalidad?—se preguntaba el actor.

No parecía adecuado ir a verla en esos momentos, pero no respondía a sus llamadas, así que por el momento llamó al Presidente de LME.

—Hasta que hablas. Te dije que mantuvieras informado, pero ya no es necesario ahora que ya está bien.

— ¿Cómo sabe eso?

—Me habló para disculparse y decirme que mañana regresará al trabajo.

— ¿Sabe dónde estará?

—En TMB. ¿Por qué lo preguntas? ¿No estabas con ella? ¿Acaso pasó algo entre ustedes? Le pregunté pero me colgó la lla…—pi pi pi fue lo que escuchó Lory al teléfono— ¡me colgó la llamada al igual que tú, ingrato!—su jefe colgó el teléfono de golpe y suspiró irritado—bueno, por lo menos parece que mi plan fue un éxito.

Ren también volvió al trabajo al día siguiente y apenas tuvo una oportunidad, pasó a TMB para buscarla, aunque lo consiguió una vez que huyó de las múltiples preguntas de su representante.

Hubiera querido preguntarle a Lory en qué parte de TMB encontrarla, estaba siendo un poco difícil dado que ni siquiera sabía qué trabajo tenía que hacer allí. Poco después, lo único que encontró fue un gallo conocido que le daba la espalda. Iba a llamarlo para preguntarle por ella, tal vez la conociera, pero en ese momento su amigo sin nombre se quitó la cabeza de gallo y volteó hacia dónde él estaba.

— ¡¿Kyoko?!—gritó sin creerse del todo cuál era la identidad de ese gallo sabelotodo.

— ¡Tsuruga-san!—la chica se puso pálida al verse descubierta.

— ¡Tú eres…!

La chica gallo intentó huir de ahí, pero dado que aún llevaba el resto del disfraz se le dificultó y Ren logró alcanzarla enseguida.

—Entra—le dijo jalándola a un camerino vacío. Ella no consiguió hacer nada para evitarlo. Una vez dentro la obligó a darle la cara y él se quedó junto a la puerta para evitar que huyera.

—Dejando de lado por el momento que tú eres el gallo que se cree cupido, creo que tenemos mucho de qué hablar, ¿no es así?

— ¡No recuerdo nada de los últimos dos días!—le gritó.

—No te creo.

— ¡Hablo en serio!

—Tu cara me dice que lo recuerdas muy bien.

La cara de Kyoko estaba roja como un tomate y solo veía el interesante piso.

— ¡No! ¡No recuerdo absolutamente nada!

—Entonces, ¿no recuerdas esos sexys baby doll que utilizabas? ¿Esos besos que me diste? ¿Esos chupetones que me dejaste mientras me desnudabas? ¿Ese ofrecimiento para ayudarme con mi problema? ¿Esa vez que querías bañarte conmigo? ¿Ni tampoco esos te amo que me dijiste? ¿En verdad no lo recuerdas?

Probablemente estaba siendo demasiado cruel con ella, pero era una pequeña venganza de su parte. Ren casi podía ver vapor salir de ese traje de gallo.

Se acercó a ella para ayudarla a quitárselo.

—Ya quítate ese traje por favor.

— ¡Es cierto!— ¡todo lo que dije e hice es cierto! ¡Lo recuerdo perfectamente! ¡Todo! ¡Fueron mis más impuros deseos los que me hicieron actuar de esa manera tan desvergonzada!

Él sonrió más que feliz. Le ayudó a quitarse ese estorboso traje antes de seguir hablando.

—Eso supuse Kyoko, aunque era difícil de creer. Pero dime, si tú eres el gallo, ¿por qué no te habías dado cuenta de que la chica de preparatoria de quien hablaba eras tú?

— ¿Yo? Entonces desde hace tiempo que usted… ¡Lo siento!

— ¿Cómo no te diste cuenta de eso pero sí de que yo era en Corn?

—Como le dije en Guam, fue por su estructura física… ¡Oh por Dios!—Kyoko había recordado algo importante. ¡El beso en Guam!

—Ese fui yo—aceptó Ren.

—Y su con…fe…

—La confesión que Corn le hizo a Kyoko-chan y también la que Cain le hizo a Setsu eran reales.

— ¡No me lo creo!—dijo la actriz incrédula.

—También esos besos que te di ayer. No sabes que martirio fue para mí no poder tocarte—de repente su expresión cambio, ahora era el Emperador de la Noche—, pero Kyoko, ayer te dije que no te daría nada más que besos hasta que regresaras a la normalidad y habláramos de esto, así que ¿sigue en pie tu oferta para ayudarme con mi problema?

— ¿Problema?—Kyoko enrojeció de golpe al entender— ¡Kuon! ¡Pervertido! ¡Ni siquiera tienes el problema ahora!

—Contigo el problema puede aparecer en cualquier momento. Además, ya he soportado demasiada tortura, necesito mi recompensa—le terminó diciendo con su carita de cachorro.

— ¡Ni loca!—le gritó.

—Pero ayer bien que te me lanzaste encima…

— ¡No fui yo!

Ella recogió aprisa sus cosas y tomó el picaporte dispuesta a escapar de él, pero antes de abrir la puerta se arrepintió….

— ¡Si no te apuras no pienso ayudarte con nada!—lo aceptaba, era una total pervertida.

Y se fue corriendo hacia el coche del hombre que la hacía salirse de control, el cual con una sonrisa de satisfacción la siguió rápidamente.

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Próximamente: My fairy