Queridos lectores antes que nada quería agradecerles de antemano el que se tomaran su tiempo para a entrar a esta historia donde obviamente los personajes de CCS no me pertenecen a mi sino a CLAMP y esto es solo una manera de lidiar con el vacío que me dejó la falta de emisión semanal de Clear card.

Como sinceramente no sé cuál va a ser la resolución de este nuevo arco decidí tomar la historia original de CCS hasta la carta sellada inclusive con tal vez algún diálogo del nuevo anime, así que la casa de Eriol nunca se demolió y Mei Ling, SI EXISTÍS.

Si mas preámbulos los dejo con la historia y espero le guste.

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SYAORAN

Podía sentir los primeros rayos del sol golpear sin reparos directamente sobre mi rostro, cruzando sin dificultad las gruesas y costosas cortinas que yo mismo me había encargado de comprar y colocar para evitar que lograran su cometido. Casi me atrevería a decir que este ataque mañanero era adrede, obligándome a abrir los ojos para afrontar la monotonía de otro día.

Intenté moverme un poco, más un peso ya conocido imposibilito mi tarea...Yi jie… susurré para mis adentros.

Descendí mi mirada solo un poco para observar a la joven que descansaba plácidamente sobre mi pecho, pero apenas podía visualizar ese rostro femenino, ya que su largo cabello azabache se encargaba de cubrirlo casi en su totalidad.

¿Alguna vez conocería a una mujer que abandonara el lecho o al menos abriera los ojos antes que yo?.

Daba igual, ya me había cansado de buscar, y con mis casi veinticinco años, el consejo del clan también se había cansado de esperar a que yo presentara una prometida medianamente decente.

A regañadientes debo admitir que pese a que mi compromiso con Yi jie Zhang fue arreglado, es la única mujer con la que me he acostado y pude tolerar más de dos días seguidos, la única después de...

Sacudí mi cabeza para interrumpir mis pensamientos e inmediatamente voltee hacia el reloj que se encontraba sobre la mesita de luz y así poder corroborar la hora.

-¡Ya son las diez!.- Grité inconscientemente.

Maldición era tardísimo, y si no fuera porque era el presidente y dueño de la compañía, seguramente ya habría perdido el empleo hace un tiempo.

-Xiao Lang, ¿Por qué gritas así?.- Me recrimino Yi jie, quien ni siquiera había abierto abierto los ojos.

¿Acaso eres sorda?.- Dije sin mirarla, levantándome rápidamente de la cama para dirigirme al armario.

-Eres el presidente de la compañía, puedes llegar cuando quieras o incluso no ir. No desaparecerá si te retrasas o ausentas un día.- Me contestó con un tono somnoliento.

-¿Cómo puedo pretender que mis empleados sean responsables y cumplan con sus obligaciones en tiempo y forma cuando su superior no lo hace?.- Repliqué como lo más obvio del universo, a la par que terminaba de abotonarme la camisa.

-Recuerda que en menos de seis meses es nuestra boda, que-ri-do.- Comentó haciendo hincapié en esa última palabra con un tono sumamente irónico, Yo solo me limité a terminar de arreglarme sin prestarle mucha atención. - Deberías irte acostumbrando, ya que estarás al menos dos semanas en el exterior, en nuestra esperada luna de miel lejos, lejos, muy lejos de tu amada oficina y tus amadas responsabilidades .-Terminó su frase con una victoriosa sonrisa.

Literalmente la fulmine con la mirada, pero ella no se quedó atrás. Ambos poseíamos una mirada ámbar profunda, sin embargo su color era más rojizo. Si, en muchos rasgos me recordaba a Mei Ling, sobre todo ese carácter irritante que podía sacarme de mis casillas en menos de un minuto.

-Y tú deberías acostumbrarte a levantarte antes que tu futuro esposo a prepararle el desayuno, para que vaya con algo en el estómago.- Le sonreí y guiñe el ojo en son de paz. Vamos, no quería pelear con ella, no la amaba obviamente, no obstante, era una de las pocas personas en las que podía confiar últimamente, si es que no era la única.

Sin embargo lo que dijo volvió a descolocarme.

-Xiao Lang, ¿Algún día vas contarme quien es realmente "Ying fa"?.-

Me paré en seco y le respondí tan serenamente como pude, como siempre intentaba hacerlo cuando me hacía esa pregunta.

-Pronto.- Dije sin más

-Pronto...- Repitió ella en un tono melancólico.

Salí de la habitación y del departamento con la mente en blanco.

Entre al ascensor y recosté mi espalda sobre una de sus metálicas y frías paredes, cuando sin evitarlo se me escapó su nombre de mis labios. -Sakura…-

Susurré y agradecí que no hubiese nadie más en el ascensor, ya que instantáneamente apenas termine de pronunciar ese nombre, di un golpe con todas mis fuerzas a una de las paredes, sin importarme si me hacia daño o no.

¡Maldición! ¿Cuanto había pasado desde la última vez que escuché su voz?.

Todavía sentía como si fuese ayer la última vez que ella me contactó, la última vez que la había llamado.

Habían pasado tres meses desde que volví a Hong Kong, el día después de que ella decidió terminar para siempre nuestro amor... El día en que pese a todas nuestras peleas , errores y engaños, accedí a dejarlo todo atrás para ser felices nuevamente. Sin embargo ella finalmente decidió rendirse en vez de darnos una nueva oportunidad.

-¿Syaoran…?.- Escuché su voz en un tono casi inaudible al otro lado del teléfono.

Escucharla me estaba matando, lenta y duramente, agradecía que ella no pudiera verme.

Recobre la postura y finalmente la enfrente.

-Me pediste que te llamara...usaste magia para meterte en mis sueños y pedirme que te contactara.-

-Per- perdóname fue lo único que se me ocurrió… es que… intenté llamarte, mandarte correos electrónicos pero…- Respondió de forma atolondrada

-Pero cambie mi numero y casilla para evitar que lo hicieras, lo sé.- Terminé lo que ella quería decir con un tono cortante.

Si, apenas llegué a Hong Kong, había hecho todo lo posible para evitar que ella me contactara. Sin embargo yo nunca pude olvidar su número, su casilla, nada de ella, a ella...odiaba,la odiaba por hacer que la ame tanto.

-Dime de una vez que es lo que quieres.- Le requerí con enojo.

-Yo, veras...nosotros,estoy... .-

Estaba muy nerviosa, ¡Maldición!. La conocía demasiado.

-¿Tiene algo que ver con la magia?.- Pregunté. Si alguien se atrevía a tocarla, yo...

-¡No!.- Respondió en forma casi inmediata.

-Entonces no le veo sentido a esta conversación.-

-Magia.- Pronunció, creería que se lo dijo más para si misma que para mi.

-¿Qué?.- No lograba comprender qué quería decirme en verdad.

-Es cierto...tú mismo lo dijiste...si no hubiese sido la sucesora de las cartas Clow, tú nunca… .-

Iba a contestarle sin embargo un voz femenina gritó mi nombre, sacándome de mis casillas.

Separé mi celular del rostro y me limité a poner en su lugar a aquella molesta secretaria que no solo se tomaba el atrevimiento de entrar por décima vez a mi oficina sin avisar, sino también a interrumpir mi conversación con Sakura Kinomoto. Podrían ser mi primeros días como aprendiz en la compañía de mi familia, sin embargo ya sabía que debería re ubicar a esta mujer.

Cuando finalmente volví a ponerme al habla con ella solo me dijo -Olvídalo, estaremos muy bien sin ti. Que tengas una buena vida Li.- No solo me había llamado por mi apellido, sino que inmediatamente cortó la conversación.

¿En verdad me estaba haciendo esto?

¿En verdad después de todo, solo me llamaba para decirme que la vida de todos en Tomoeda era mejor sin mi?.

De inmediato marqué su número nuevamente, pero la muy insolente me había bloqueado.

No, esta mujer definitivamente quería matar mi cordura, pero no caería en su trampa.

Esa fue la última vez que hablé con ella, pero no la última vez que la vi, y solo recordarlo me hacía hundirme en un vacío absoluto.

Continuará