Título: Renacer
Resumen: Gon se enfrasca en una nueva aventura. Sin Killua a su lado, y sin poder usar Nen, se había vuelto a una persona normal. Pero quizás ... no todo estaba perdido todavía.
Número de capítulos: 1 / ¿?
Finalizado: No.
N/A: AAAAAh, han pasado tantas cosas que finalmente me decidí a hacer este un fanfic Hisoka x Gon. En primera instancia pensaba en que si debía haber algún emparejamiento debía ser KilluGon, pero como soy harta fan del HisoGon, y vo poco material en español, aporto mi granito de arena con esta historia.
No habrá nada muy explicito, o al menos eso espero. Estén pendientes a un posible cambio de Rated.
Espero que disfruten este capítulo, lo subo emocionada asi que capaz se me pasó algun error ortográfico o de gramatica, lo siento!
La inspiración voló y son casi 3.000 palabras alv.
Sin mas que decir, disfruten, y hasta la proxima!
Ah! y muchas gracias por su review a Mikane20!
Capítulo 2
Llegada X Encuentro X Sorpresa
Hisoka miraba por la ventana, aburrido.
Se preguntaba cuándo fue la última vez que algo entretenido había pasado en su entorno. Sin dudas fue la vez que Illumi había contratado su ayuda para matar a Alluka ¿Cuánto tiempo había pasado desde eso? ¿Un mes? ¿Dos? No lo sabía. Pero el aburrimiento era palpable y eso no le agradaba para nada.
Suspiró, observando la vista que le otorgaba la ciudad de YorkShin desde su apartamento en la Torre Celestial. Vagamente recordaba que su tiempo límite para retar a un peleador o a un amo de piso se terminaba; pero el realmente no quería pelear. Todos en este lugar son tan aburridos… La última persona que llegó a hacerle estremecer y querer luchar contra ella, fue Gon. Gon… ~ oh, mi niño. Me pregunto qué tan bien estará madurando ~. ¿Se habrá vuelto más poderoso? Oh~
Con su sola imaginación Hisoka comenzó a sentir un cosquilleo subir por su cuerpo. Era la emoción, la excitación que Gon le provocaba al ver su fuerza. Sin dudas, quiero matarlo, ¿Qué expresiones pondría? ~ Ante tal pensamiento, su aura se comenzó a soltarse inconsciente y ligeramente, su sed de sangre aumentaba. Sonrió de forma felina, jugando entre sus dedos con la carta del joker. Soltó una pequeña risa apagada, mientras su aura no hacía más que aumentar mientras dejaba fluir su imaginación.
Gon. Gon… peleando contra él. Mirándolo con odio, suplicándole que se detuviera… gritando de dolor.
No supo en que momento su aura no fue lo único en aumentar. Comenzó a sentir una pequeña opresión en sus pantalones y sonrió, mirando hacia la ciudad. Es una lástima… ¿Quizás debería ir a verlo? Eso sin dudas sería divertido~ Hisoka suspiro sonriente. Pero imposible mientras quiera mantener este departamento. Tendría que luchar. Queriendo despejarse y olvidar su problema entre pantalones, ya más calmado y un poco desilusionado, salió del apartamento entrando en el ascenso; Al menos, pensó, puedo salir a dar una vuelta en vez de sumergirme en este aburrido lugar. Al ir bajando los pisos, la Torre Celestial se volvía más y más ruidosa. Siempre había gente yendo y viniendo. Gritos, risas, alientos, llantos. A Hisoka le encantaba observar a las personas a la espera de ver a alguien que fuera capaz de llamar su atención, pero eso era casi imposible. Incluso se atrevería a decir que todas las personas de la Torre Celestial le molestaban de sobre manera. Todo esto no hacía más que hacer crecer si aburrimiento. Todos son tan débiles.
Caminó entre la multitud en dirección hacia la puerta de forma desinteresada, con las manos dentro de sus bolsillos, antes de que pudiera suspirar nuevamente debido al alboroto que se desarrollaba a su alrededor, lo sintió.
Paró en seco, y sus ojos se abrieron enormemente, iluminados. Una sonrisa se formó en su rostro y dejó escapar su aura. Las personas a su alrededor temblaron, y se alegaron lentamente de la presencia del mago.
Esa presencia… Sin dudas era…
Hisoka silbó feliz, caminando animadamente fuera de la Torre Celestial. Quizás, pensó, no me aburriré tanto como esperaba.
A unos metros de distancia por las calles atestadas de personas Gon caminaba sin detenerse y con cuidado de no chocar contra nadie mientras leía la carta que le habían enviado. Torre Celestial, Padakoa, YorkShin… realmente no hacía una ubicación u hora exacta. Suspiró, guardando la carta en su bolsillo y observando su alrededor sigilosamente. Mentiría si dijera que no estuviera, un poco, quizás, algo alterado… la última vez que estuvo en este lugar con Killua, conocieron personas realmente fuertes y peligrosas. Obviamente, para él no había sido un problema; aunque en ese entonces él había estado con Killua.
Y tenía nen.
Ahora se encontraba solo.
Y no poseía nen.
Se vio mentalmente aturdido. Espero no meterme en muchos problemas… podía confiar en su fuerza física. Había entrenado en la Isla, había tonificado su cuerpo y se había vuelto mucho más fuerte físicamente que antes; pero sin el nen, realmente, sólo era una persona normal. Pensar en eso le aterraba. Alguien con uso de nen podría mandarlo a volar sin mucho esfuerzo. Un escalofrío recorrió su cuerpo y sonrió débilmente, intentando reír para aligerar un poco la carga de los pensamientos negativos que se arremolinaban en su cabeza.
Tampoco puedo sentir la presencia de los demás. Suspiró.
Estaba acabado.
Mientras más se acercaba a la Torre Celestial, más apretaba con fuerza las correas de su mochila sonriendo. Algo extraño me pasa, pensó. Entre más se acercaba, no podía evitar preocuparse por su estado; pero… había algo más. Se emocionaba al mismo ritmo que se preocupaba. ¡Hace tanto tiempo no veía una ciudad tan llena! Se sentía feliz de estar allí. Quizás algo abatido por la soledad, pero feliz de poder salir a recorrer cosas nuevas otra vez. Lo único que tenía que hacer, era evitar a las personas peligrosas.
¡Pan comido!
–Oh~ pero miren a quién me encontré, un pequeño cachorro perdido ~
… Mierda.
– ¡H-Hisoka! – El mago se encontraba justo detrás de él y le había susurrado en el oído. Gon inmediatamente saltó para separarse del hombre unos centímetros. Se puso en guardia, observándolo sorprendido. El mayor sonrió, ocultando sus labios con la carta del joker. – ¿¡Qué haces aquí!?
El aludido rió.
–Yo vivo aquí, Gon. ¿Ya se te olvidó? ~
Hisoka se sentía emocionado, la sangre corría por sus venas y hacía todo lo posible para controlar su aura. Aunque Gon se mantenía alerta y con la guardia alta, sus expresiones no ocultaban su sorpresa al verlo, como si fuera un pequeño animal curioso observando algo nuevo para él. Tan transparente como siempre, oh Gon ~. Sin embargo, había algo que le había dejado extrañado. Acercarse al joven había sido demasiado sencillo, no lo notó ni cuando estuvo a un paso de distancia, y Hisoka no era alguien que pudiera confundirse con los peatones normales de la calle. Era como si no hubiera sentido su presencia en lo absoluto, lo cual era difícil de creer para el mago, porque de la emoción repentina le costaba controlar que su aura escapase de su cuerpo. Hmn ~ sin duda extraño.
Por otra parte el menor estaba sorprendido, y aturdido. Se había olvidado por completo de la conexión existente que había entre la Torre Celestial y Hisoka; Justo en este momento…tenía que encontrarme con él. Gon no consideraba a Hisoka una persona de temer, sí, le causaba escalofríos su forma tan sombría de actuar y las cosas que solía decir; no quería realmente tener que pelear con él, porque sabía por sus propios medios lo tenebroso y fuerte que era el mago. Aunque el dijera abiertamente que quería asesinarlo, no sentía realmente que la presencia del mayor fuera una amenaza. Al menos no cuando él quería.
Aunque Hisoka siempre era impredecible.
Fue entonces cuando su mente abrió paso a otro pensamiento; ¿Y si Hisoka fue el que mandó la carta…? No, aquello no tenía sentido alguno. Gon bajó la guardia en ese momento, y Hisoka lo notó.
–Creo que la pregunta correcta sería: ¿Qué haces tú aquí, Gon? ~¿No estás con tu amigo? No lo veo por aquí. – Dijo Hisoka, no fue difícil para él notar que el menor estaba pensando en algo mientras le veía.
–No, no vengo con Killua – contestó Gon cauteloso, parándose en una posición normal pero sin bajar la guardia completamente. – Esta vez estoy aquí sólo.
–Hmn ~ ¿Sólo, eh? – El ex cazador se estremeció al escuchar la vos del mago, se tensó, sabiendo lo que vendría. – Entonces ~ Asumo que tendrás tiempo para que tú y yo nos divirtamos, como la última vez que estuviste aquí, ¿No?
Los dos hombres se miraron a los ojos. Los ojos avellanas de Gon chocaron contra los dorados de Hisoka oscurecidos por el morbo y el placer. El pequeño sentía escalofríos en su cuerpo, aun sin poder ver o sentir el aura de Hisoka, su cuerpo si notaba una extraña presión en el aire y le decía a Gon que estar cerca de él en ese momento no era bueno.
Apretó lo puños, tomó aire y miró a Hisoka con determinación. El mago, lo miró expectante alzando una ceja.
–No puedo pelear contigo, Hisoka. – Dijo el menor.
– Así que tendré que obligarte, ¿Eh? Bien ~ Pe-
–No puedo pelear contigo, Hisoka. – Interrumpió al mago antes de que siguiera hablando. – No creo que te diviertas peleando conmigo, ya no puedo utilizar nen. Lo siento.
–Oh.
… ¿Eh?
Espera.
¿¡QUÉ!?
– ¿¡Ya no puedes utilizar nen!? – Hisoka abrió los ojos, sintiendo que estaba teniendo un deja-vú. – ¿Por qué?
Gon se sorprendió un poco al ver la reacción del mayor, jamás había visto a Hisoka con una expresión como esa. Eso era nuevo. Inconscientemente, se encontró respondiendo las preguntas del mago.
–Oh, no; no puedo. Tuve una pelea, forcé mi cuerpo demasiado y no puedo ni utilizarlo ni sentir el aura de los demás.
La voz de Gon salía monótona, miraba estupefacto las reacciones de Hisoka. Por otro lado, el mago suspiró dejando caer sus hombros, haciendo una mueca de rendición.
–Ah, sí… escuché hablar de eso.
Esto no podía estar sucediendo. Fue un pensamiento que cruzó tanto en la mente de Gon, como la de Hisoka.
El menor no supo cómo, pero en menos de media hora se encontraba en una cafetería con Hisoka sentado frente a él tomando un batido de helado de frutilla. El mago tenía una taza de café en frente, tenía la cabeza apoyada en su palma, con una expresión de molestia algo chistosa en su rostro. Sin saber por qué, Gon le había contado todo a Hisoka, como si hubiese tenido un ataque de sinceridad; sobre NGL, las hormigas quimera, el presidente, su hospitalización, y como había perdido el nen. Obviamente, omitiendo muchas cosas y detalles. Jamás le habló sobre Pitou y su muerte. No podía entender aún como lo había hecho; le había contado cosas a Hisoka que ni el mismo Killua sabía, su mejor amigo. Y eso le hacía sentir extraño. Aunque estar sentado en una cafetería con Hisoka, ya era más que suficientemente extraño.
Por otra parte, Hisoka no había dicho nada mientras el chico hablaba, ni el mismo podía entender como había terminado en esa situación, se sentía aturdido. Esto no puede estar pasando, tiene que ser una broma. Primero Kuroro, y ahora Gon; tenía el sentimiento en que su única fuente de entretenimiento se había esfumado.
–Ya veo… – Su voz salía con un tono de aburrimiento que no pasó por alto Gon. – Illumi me había comentado algo de que estabas hospitalizado, así que era por eso.
Gon asintió, sorprendido de que Illumi supiera algo como eso, luego recordó que Alluka, también era su hermana.
–Y ahora, llegué aquí por una carta que decía que podría recuperarlo, pero aparte del mensaje solo tiene unos números sin sentido escritos. Así que no valió la pena. No sé qué hacer.
Al escuchar eso, las orejas de Hisoka se alzaron como si se trataran las de un felino. ¿Poder recuperar su poder?
– ¿Me dejar ver?
El menor se sobresaltó cuando dio a Hisoka erguirse y recuperar un tono interesado. Dudó, no quería que alguien como Hisoka se metiera en algo tan privado de su vida, pero no tenía nada más que perder, o hacer. ¿O sí? Después de todo, pensó, ya le he dicho todo…
Hizo una mueca, y le entregó el sobre negro a Hisoka.
Vio los dorados ojos audaces examinar el papel, el reverso, arriba, y abajo. Hisoka tenía una mirada tan concentrada y penetrante que Gon sintió un escalofrío subir por su columna vertebral, no sabía si eso era bueno o malo. Por otro lado, Hisoka examinó la carta. 0000 1978 era el número que estaba escrito en pequeño, en la esquina inferior derecha de la carta. No era un número de teléfono, eso estaba claro. Pensó, cerrando los ojos en el progreso. 0000… ¿Podría ser la media noche? Eso tendría sentido. Y 1978, ese es el número de una intersección de calles aquí, en YorkShin, si no mal recuerdo, está en una zona bastante tétrica y es la entrada a un complejo laberinto de callejones de la ciudad.
Hmn ~ Hisoka abrió los ojos sólo para que su mirada cayera en Gon. El ex cazador, se encontraba degustando el batido que había pedido. Cómo es posible que alguien mandara un código tan difícil de entender a alguien que no es de la ciudad… ku, ku, ku ~ Esto podría ponerse interesante. ¿En qué clase de lío te has metido ahora, pequeño Gon?
Hisoka sonrió, analizando todas las posibilidades de juego que se abrían delante de él. Esto, sin dudas, podría volverse algo muy interesante de presenciar. Ayudar a Gon… eso sin dudas sería entretenido. Era el pase a fuera del aburrimiento que estaba esperando.
¡Cómo esperaba de ti, Gon~! Nunca dejas de sorprenderme ~. No puedo esperar a ver en lo que podrías llegar a convertirte… Ah ~ como ansío destruirte.
Fue entonces cuando lo decidió.
–El número – dijo – es de una dirección. Más específicamente, una dirección de esta ciudad.
– ¿¡En serio!? – Dijo el menor asombrado, Hisoka soltó una risita.
–Así es, Gon ~ Sin embargo, es un lugar muy difícil de encontrar, y peligroso para alguien que no está acostumbrado a las calles y personas de esta ciudad ~ Y ahora que no puedes utilizar nen, no sé si sería realmente conveniente que te metieras por ahí sin compañía…
El mago sonrió de forma felina y sus ojos brillaron en emoción cuando la expresión del rostro de Gon cambió.
–Ya veo… – Dijo, algo desganado. Entonces no había nada más que hacer; podría encontrar a alguna persona de la ciudad que quisiera guiarle, pero a decir verdad, no tenía la fuerza suficiente ni para cuidarse el mismo, entonces, era una misión perdida. Además, podría ser simplemente una trampa. – Entonces, supongo que simplemente regresaré a casa.
–Oh ~ no digas eso, Gon ~ Parece que hoy estás en un día de suerte.
–¿Por qué lo dices?
Hisoka rió.
–Porque me ofrezco voluntariamente a ser tu guía personal ~ ¿Qué me dices, eso no es genial?
– ¿Eh? ¿Me ayudarás? – El tono de Gon no era del todo confiado; y a decir verdad esta situación no le daba muy buena espina. Jugó con la pajilla de su batido, pensativo. Para luego levantar sus ojos, y mirar directo a los ojos de Hisoka, él se sintió estremecer de placer ante tal intensidad. – ¿Por qué? – preguntó.
El mago, apoyó su cabeza contra la palma de su mano jugueteando con la carta del joker en la otra, mirando a Gon, intentando contener la energía en sus palabras mientras su mirada se tornaba peligrosa.
–Porque… sería un desperdicio dejar que una valiosa fruta se eche a perder sin haber madurado si quiera… –Eso, era verdad. – También, podría ser divertido ~.
Y eso, también lo era.
Gon lo examino, notando la sinceridad en sus palabras pero sin confiar en aquella mirada peligrosa que persistía en el rostro de Hisoka. Golpeó la mesa con sus dedos y trató de pensar en todas las posibilidades posibles que podría desencadenar este hecho. La mayoría no eran agradables, pero tampoco es que tuviera muchas opciones disponibles ahora. Y además de guía, Hisoka podría servirle de una especie de guardaespaldas con lo ridículamente fuerte que era.
… Pero tampoco creo que lo haga gratis.
Colocó sus dos manos sobre la mesa, mirando al mago, que lo observaba expectante permaneciendo en la misma posición sin moverse ni un milímetro, y con una sonrisa burlona en la cara.
– ¿Y qué vas a pedirme a cambio?
Oh ~ Hisoka gimió internamente al ver la ferocidad en los ojos de Gon y escuchar la seriedad en sus palabras. Este niño ~ Este niño nunca deja de cumplir mis expectativas~.
–Inteligente, Gon-kun ~ – respondió, el menor hizo una mueca al escuchar la muletilla. – No tienes de qué preocuparte, por el momento; me conformaría con algo sencillo, luego, podrás ir pagándome lentamente ~.
– ¿Algo sencillo? ¿Cómo qué?
Hisoka rió, parándose de la mesa. Como todavía estaban manteniendo una conversación Gon hizo lo mismo.
–Algo como esto.
Gon no comprendió muy bien lo que sucedió después. Sólo sintió que algo jalaba de su rotro, y vio al mayor agacharse a su altura.
Entonces, sus labios se encontraron.