Hello everybody!
¿Están disfrutando o sufriendo por los partidos del Mundial? En mi caso, que todo se vaya… al olvido. Perú no comenzó bien, y no es por ser pesimista, pero creo que una victoria en su debut definía el resto de los partidos.
Como sea, alejándose de esto, decidí tomar un nuevo proyecto en cuanto a Star vs The Forces of Evil, en este caso GB. También quisiera explicar algo importante, el primer GB que hice hace más de un mes estará dentro de otra lista de capítulos GB, solo que estos últimos se basarán en capítulos de la serie; y esta, según mi originalidad. Sin embargo, yo los voy a relacionar. Por ejemplo, si el primero que hice fue el de Lava Lake Beach, entonces el de ahora va a seguir después de ese; así sucesivamente.
¿Se entendió?
Pd: La serie no me pertenece, sino a la gran mente (villana) Daron Nefcy.
Fuera de los planes
Tenía todo preparado para esta noche: gaseosas, un tazón repleto de nachos, tres películas de diferentes géneros con más de dos horas de duración, el televisor encendido usando energía directa de la magia de cierto amigo.
Marcia Díaz había estado organizando un día como este solo para ella y Comet. A pesar de haberse mudado a Mewni, no tuvo un tiempo que haya compartido de verdad con su amigo, al menos no a solas. No sabía si Comet lo haya pensado así también, pero no le importa, lo único que quería por ahora era pasar lo que quedaba del jueves con él.
—Bien. Todo debe salir perfecto y… —emitió un pequeño grito, pero no era de enojo, sino algo más de confusión— ¡¿Por qué sigo pensando en eso?!
Desde aquella escena para nada de su agrado, en aquella playa del inframundo, su mente estaba más ofuscada de lo que nunca ha estado en su vida.
¿Por qué le incomodó y le molestó tanto que Comet besara a Tamara?
Sea cual sea la razón, hoy la descubriría. No estaba segura si estaba enamorada de su mejor amigo, pero no tenía duda de que, después de ya casi un año de conocerlo, se sentía algo atraída por él.
Miró el reloj de pared, ya eran las nueve de la noche. Al igual que en la Tierra, Comet nunca fue muy puntual. Sin embargo, ahora sus tardanzas tienen justificaciones lógicas, considerando que es un príncipe y ahora está tomando mayor importancia como tal.
Escuchó un par de golpes en la puerta de su habitación. Era él.
— ¿Marci? ¿Estás vestida? —preguntó el rubio, asegurándose primero de evitar algún bochornoso incidente.
— ¡Sí! Entra, Comet —le dio un poco de gracia aquella pregunta, ya que aún no vestía su pijama; llevaba su camisa gris tapada por su típica sudadera roja y pantalón marrón.
Como una estrella fugaz, recordó esos días en los que el rubio entraba a su habitación sin permiso. Supone que quizás fueron los hechos durante todo el tiempo que pasaron juntos que cambiaron ciertos aspectos en él.
Al pasar, Comet vio todo lo que organizó la castaña.
Siempre detallista.
— ¡¿Listo para jueves de películas?! Jean me recomendó algunas y, típico de él, una es de terror, así que no es de esperarse si en una escena los zombis se alimentan de algún cerebro humano. Como sea, eso da igual —no paraba de hablar casi de manera rápida; estaba nerviosa y le daba coraje, debía para ahora mismo— También están listos los nachos. Entonces, esto será como en la Tierra, entretenimiento asegurado.
— ¡Sí! ¡Los tres!
La chica estaba a punto de afirmar hasta que…
—Espera, ¿los tres? —preguntó sin saber a qué se refería.
—Sobre eso… —comenzó con un poco de vergüenza el rubio— Perdón por no avisarte antes, Marci, pero…
Antes de que terminara, una llama intensa apareció de la nada en la mitad del cuarto, dando a aparecer a cierta demonio.
— ¡Hola chicos! ¿Listos para entretenimiento asegurado? —preguntó Tamara con suficiente entusiasmo que hasta podría incendiar toda la habitación si no controlara sus poderes.
Marcia, por un lado, estaba algo confundida y decepcionada. Había programado justamente esta noche solo para ella y Comet. No había planes para una tercera persona.
Miró a su amigo con ganas de preguntarle qué hacía su novia aquí. Sin embargo, se contuvo. No era correcto si hiciera esa pregunta.
—Te iba a avisar —se excusó Comet— Pero no creo que haya problemas. Es más, ¡¿porque no podemos los tres disfrutar de estás pelis?! Ya sabes lo que dicen, mientras más grande el grupo, mejor.
Tal vez esta no era la forma que quería pasar el tiempo con él, pero no podía decirle que no, quedaría mal como amiga frente a los dos.
Afirmó con la cabeza, con molestia en su interior.
Tamara cogió las películas y mostró una expresión de diversión.
—Se ven buenas.
No había pasado los primeras treinta minutos de la película de zombis y ya consumió de miedo a Marcia, dejándola boquiabierta, los ojos muy abiertos y con deseos de ahorcar a Jean. Comet estaba concentrado en la trama, sintiéndose parte de la película, moviéndose como si esquivara a los monstruos. Mientras que Tamara solo le divertía, literalmente; las escenas de muertes parecían ser sus favoritas, sus risas lo decían todo.
La castaña se estaba lamentando al haber tomado el consejo del peliazul. Por suerte, uno era de alguna comedia romántica; y el otro, de drama. No eran de su total agrado, pero cualquier cosa era de seguro mucho mejor que la de ahora.
Lo mataría. No dejaría vivo a Jean por más que lo suplique. Una cosa era una sola película de terror, y otra cosa muy distinta eran tres; solo lo habrá cambiado los estuches para aparentar que nos lo eran.
Quizás sea la peor broma que le habrá hecho en toda su vida.
La última película estaba por terminar, o eso creía. Ya habían pasado dos horas, tenía que acabar en algún momento.
Miró a su costado como lo estaban pasando los otros, y se dio con la sorpresa de que estaban durmiendo.
La cabeza de Comet estaba apoyado en el respaldar del mueble; y la de Tamara estaba, en el hombro de su novio y su brazo sujetando el de él, durmiendo con una sonrisa.
No me pierdo de nada.
Salió de su habitación y fue directo al baño. Quizás están dormidos, pero no se arriesgaría a que cierto chico mirara accidentalmente algo más allá de lo que sus ojos le permitan.
Se lavó el rostro como unas cinco veces, no para quitarse el sueño. Necesitaba despejar algunas inquietudes de su mente. No había sido la noche que esperaba desde hace días. Ni siquiera podía sacar algo positivo de esto; Comet y Tamara habían estado abrazados casi en todas las películas, cosa que incomodó a Marcia, y no porque haya sido indecente por parte de ellos, sino que se sintió como alguien de más, como si lo que no fuera lo correcto haya sido que ella estuviera ahí.
¡Maldición!
No tenía idea de lo que le pasaba; pero sí sabía algo, se sentía igual de raro como cuando estaba enamorada de Jack, quizás más raro. Y eso le molestaba.
Comet era solo su amigo, no tenía por qué estar celosa de Tamara.
¡¿Celosa?!
Sí, no había duda que estaba en un dilema emocional, otra vez.
Ya era tarde. Ya habría tiempo para pensar en eso, necesitaba descansar ahora. Giró la manija de la puerta cuando…
— ¡Comet! —exclamó al ver al rubio delante de ella con su mano en el aire queriendo abrir la puerta— Veo que ya despertaste —¿en serio?
—Ah, sí. Tamara ya se fue, disfrutó mucho lo de hoy.
Me imagino.
— ¡Qué bueno! —fingió un tono y una expresión alegre. Cualquiera pudo disfrutar esta noche menos ella— Creo que me iré a dormir.
— ¡Espera! —Comet sujetó suavemente el brazo de Marcia, deteniéndola antes que entre a su cuarto. La castaña estaba algo nerviosa. Jamás he estado nerviosa con él. ¿Por qué ahora sí?— Escucha, en realidad llamé a Tamara porque no he tenido tiempo suficiente con ella, no desde que intento asumir estas cosas de príncipe con seriedad. Pero sé que no fue correcto invitarla cuando hoy íbamos a ser tú y yo —ahí Marcia no pudo evitar un sonrojo no tan obvio ante esas palabras— Okey, tal vez me expresé mal, pero me disculpo. No debí…
—Comet, Tamara es tu novia, no me molesta que decidas pasar tiempo con ella. Después de todo, esta no será la última ocasión para divertirnos, siempre habrá otras ocasiones.
El rubio mostraba algo de duda ante lo que dijo. Conocía a Marcia, sabía que no debió llamar a Tamara.
—Te prometo que te lo compensaré —dijo el chico dando una sonrisa como disculpa. Marcia pensó que no debió quedarse callada, pero por alguna razón decidió hacerlo.
Asintió con la cabeza y se despidió de su amigo.
Era su culpa. No debió planear lo que hacían ellos un día en la Tierra, en Mewni. Las cosas son distintas desde hace mucho. No lo pensó de esa manera, pero la realidad es diferente ahora.
Si había algo en su lista de problemas por resolver, era este. No obstante, no podía solucionarlo sola.
¿Cómo se llamaba la psicóloga de Tamara?
No los voy a mentir, recibí ayuda en este cap, así como algunas otras ideas en cuanto a los caps GB que publicaré en un futuro no muy lejano. Agradezco a Yeid Master, un gran amigo, por esto.
Ya saben, si tienen alguna duda en cuanto a mi explicación previa, no duden en preguntar.
¡Hasta una próxima ocasión!