Capítulo 01: "El verdadero poder"
La tarde se convertía en noche como todos los días, en su habitación al igual que siempre, yacía Midoriya Izuku, acostado en su cama con el ante brazo sobre sus ojos, meditaba con pesar lo ocurrido hace unas horas, se encontró en el parque con su "amigo" que lo despreciaba, Bakugou Katsuki, no entendía que fue lo que hizo en el pasado para que comenzara a odiarlo, pero, así estaban las cosas ahora, no le quedaba más que aceptarlo.
-¿Por qué?- se preguntaba Izuku, Kacchan de nuevo lo había agredido con saña hostilidad, dejándolo en ridículo frente a todos, y lo peor es que en medio de la riña se enteró de algo, no muy alentador, estudiaría en la misma escuela secundaria que él, a un semestre de graduarse.
-Ahhhh… no puede ser…- se lamentaba suspirando sin moverse, no tenía ganas de nada.
No odiaba a Bakugou, no podía, solo sentía frustración en su alma, en su ser, el no tener una particularidad como los demás, el ser un "fenómeno" para la época que vivía, un simplón mukosei, el… bueno… el no poder hacer nada frente a la presencia de su ex amigo… quedarse quieto esperando su golpe… como un cobarde, cuando su más grande sueño siempre ha sido ser un héroe, un gran héroe, similar a su ídolo… All Might…
Toc, toc* -Izuku…- lo llamo su madre tocando ligeramente la puerta de su habitación.
-Ah, ¿sí?- respondió sin entusiasmo.
-Alguien quiere verte…- continuo la voz de su madre tras la puerta.
-¿Quién?- despertó cierto tono de interés ante la inusual razón.
-Dice que es el profesor de un colegio interesado en ti… pregunta ¿si puede pasar para hablar contigo?- le pregunta también con extrañeza en su voz la madre.
-E-está bien…- responde algo dudoso.
Se abre la puerta, apareciendo ante el peliverde un sujeto… un tanto particular, vestido con un sombrero de paja, lentes oscuros, un abrigo largo hasta las rodillas de colores militares, con jeans azules y zapatillas deportivas blancas, como un modelo de pasarela fracasado. La expresión de Midoriya reflejaba obvia sorpresa y extrañeza.
Lo primero que me llego a la cabeza en esa ocasión… fue asombro… asombro ante tan extravagante persona, claro cualquiera sentiría lo mismo, lo que ignoraba por completo era el hecho de que este hombre tan raro, se ganaría mi respeto, confianza, admiración y afecto… debiéndole más de lo que podía pagarle en esta vida.
Estuvieron parados sin decir nada por unos minutos, solo viéndose a los ojos, la verdad es que Izuku solo miraba sus oscuros lentes incrédulo, hasta que su madre, detrás del sujeto, rompió el muy incómodo silencio…
-Ehhh… les dejare conversar en privado… sensei…- llamo la atención de ambos, dirigiéndose al profesor.
-Sí, está bien- respondió simple, asintiendo ligeramente. Inko reverencio ligeramente cerrando la puerta al salir, dejándolos solos.
La tensión en el aire era casi visible… el mukosei trago saliva nervioso, -este hombre… ¿es realmente un profesor?-
-Si lo soy…- respondió sereno.
-Eh, en s-serio… ¿¡QUE!?- era más que evidente que al chico le daría un ataque.
-¿Qué cómo lo supe? Sí, es lo que piensas… leí tu mente…- su voz seguía siendo de lo más calmada, sin embargo, el hombre frente a él no estaba hablando, siquiera moviendo su boca, esa voz, la escuchaba alto y claro en su cabeza.
-¿¡Que, como!? ¡No exis- jamás escuche de un kosei similar!- salto de su cama alterado y maravillado a la vez.
-Por qué no lo es… ni tampoco magia…- hablo de nuevo acercándose a él.
Intimidado por completo, Midoriya retrocedió al instante, cosa que el profesor noto, se detuvo y sonrió para ya no alterar al chico…
-Mi nombre es Sakata, pero, puedes llamarme Mr. Sakata o Sakata-sensei- se presentó confiado y amigable.
-Y-yo so-soy… M-M-Midoriya Izuku, es un gus-to-to… Sakata-sensei- contesto aun pasmado el chico peli verde.
-Buen inicio…- sonrió de nuevo -…y tranquilo… no te hare daño, no soy tu compañero Bakugou… solo quiero hablar contigo…- levanto las manos inocente y burlesco, procediendo a sentarse en el suelo con las piernas cruzadas, como si fuera un monje a punto de meditar -ven… siéntate frente a mi…- invito señalando con su mano.
-¡¿Ah?! Ahhh, si- rápidamente se posiciono frente a él, su mirada seguía incrédula.
-Eres libre de hacer la pregunta que quieras- él dijo enérgico al ver el desconcierto del chico.
Izuku medito un minuto, analizando lo ocurrido hace un momento… -¿Cómo puedes hacer "eso", si dices que no es un kosei?- pregunto firme y curioso.
-Excelente pregunta Deku-kun…- contesto modesto mientras se limpiaba sangre que escurría de su nariz. La mención de su apodo dejo atónito al chico…
-¿¡C-c-como l-lo su-po!?- apenas pronuncio.
Terminando de limpiar su nariz con un pañuelo… -por qué no soy como los demás- …contesto, guardándolo en su bolsillo, -soy un homo sapiens... igual que tu- siguió explicando.
Midoriya no entendía de qué hablaba, sin embargo deseaba saber más, toda su atención estaba en ello… Sakata "noto" eso continuando...
-Ambos, Izuku… somos homo sapiens, el primo menos evolucionado desde que nacieron las generaciones de personas con "particularidad", es por eso que teniendo mi mente y cuerpo intactos, sin desarrollar ninguna mutación de mejora biológica, como nuestros semejantes… logre adquirir habilidades psíquicas-
El asombro, sorpresa y entendimiento de las palabras de Sakata, formaban una radiante esperanza en los ojos brillosos del peli verde… no era estúpido… creía saber a dónde se encaminaba la conversación…
-Hablando específicamente, domino la telepatía y cronoquinesis… pero mi punto, o la razón por la que te busque es…- tardo unos segundos en encontrar las palabras adecuadas para él, hasta que las encontró… -…que sí, puedes convertirte en un héroe… tu Midoriya Izuku- finalizo sonriéndole con compresión.
Fue entonces que el mundo se detuvo a su alrededor, era inesperado, repentino y casi irreal, pero, allí estaban, las palabras que ni su madre le había dicho y tanto ansiaba, segundos después, de balanceo hacia delante, junto la cabeza contra el suelo sollozando, se agarró fuertemente del pecho y comenzó a llorar de nostalgia y dicha. Aquel que le trajo tanta "felicidad" ya se sentía muy incómodo con la situación, esto si qué no se lo esperaba… inseguro solo palmeo ligeramente su espalda, como un intento por consolarlo.
-Sensei, Izuku, les apetece un bocadillo…- muy inesperadamente la puerta de la habitación se abrió, dando paso a la madre del mukosei, la cual quedo atónita por la escena… -¿m-me perdí de algo?- …pregunto al ver a su hijo llorando en el suelo y al frente suyo al profesor Sakata, sin saber qué hacer.
[AL PASAR UN RATO]
-Es una institución privada, soy docente en ella, mi interés en su hijo yace en la curiosa condición con la que nació, el campus es grande, las instalaciones de calidad y al compartir conmigo su situación física perpetua, me doy a la tarea de darle una segunda oportunidad…- el profesor termino su explicación ya sentado en la sala del apartamento Midoriya, específicamente dirigida a Inko, quien escucho todo atentamente, leyendo el folleto promocional que se le entrego.
-Me agrada mucho el ambiente, pero, no sé si pueda pagarlo…- indago la señora Midoriya, con preocupación.
-Ah, Midoriya-kun tiene un promedio escolar excelente, así que si entra ahora, será acreedor de una beca muy provechosa- agrego confiado y empático.
-¡Eh, en serio! Eso es muy bueno para ti Izuku…- le dijo su madre sonriente y feliz por esta oportunidad.
-Sí, me interesa mucho- contesto entusiasmado.
-La decisión es tuya hijo- le sonrió su madre como ya hace tanto tiempo no lo hacía.
-Sí, esto lo que quiero- su voz se escuchaba segura y seria, ya no tenía dudas en su corazón, todo lo que había escuchado lo convenció y volvió a encender su espíritu. Su madre regreso sus palabras con una sonrisa sincera y volteo su atención de nuevo a Sakata…
-Entonces… contamos con usted sensei- reverencio ligeramente Inko, al igual que su hijo.
Cuando el mukosei levanto su cabeza, se dio cuenta de que su madre seguía en la misma posición, estática, -hey, mama, ¿qué te ocurre?- exclamo con angustia el chico.
-No te preocupes… soy yo…- hablo Sakata -…solo bloquee su cerebro momentáneamente para que podamos hablar, estará bien- le explico con calma. Ante esto, Izuku solo asintió, entendiendo sin alterarse.
-Escucha Izu-kun…- llamo su atención -…lo de la escuela, es real, pero no lo es todo, el verdadero propósito de mi interés en ti, es ayudarte… quiero ayudarte, a alcanzar tu verdadero potencial… porque… yo sé… lo que es ser un mukosei…- se notaba la nostalgia en su voz, -…no solo tengo la capacidad de leer la mente, también puedo ver el pasado de la persona que quiero, su vida, todo…- entonces toco ligeramente su nariz, -…y al igual que todo, posee un límite-
El chico asintió dando a entender, que comprendió la indirecta por completo, -en verdad… Sakata-sensei, ¿puedes hacer de mi un héroe?- pregunto concreta y sin rodeos al comprender el hecho de que ese extraño hombre, vio su pasado.
Medito un momento en silencio, su mirada estrecha analizaba las palabras de su pequeño aspirante… -no te puedo prometer eso, pero, para bien o mal, si tomas este camino… no volverás a ser el mismo… jamás…- le respondió sincero y muy en serio.
Midoriya Izuku, desvió su mirada pensativo, la duda y cuestionamiento llegaron a su cabeza como nunca antes, -si doy este paso… no hay vuelta atrás- pero, sabía a qué se refería Mr. Sakata cuando dijo que "ya no sería el mismo", y eso era suficiente…
-Yo…- hablo volteando su vista de nuevo al frente -…acepto, ¡no tengo ninguna razón para rechazarlo!- seguridad y determinación se deslumbraban en sus ojos verdes como esmeralda.
-Al mirar en tu pasado, vi tu espíritu fuerte como el acero, pero…- pauso para esbozar una sonrisa desafiante, -…no te será fácil… necesitas voluntad… ¡¿La tienes?!- casi grito para motivarlo.
-¡S-si!- contesto intentando sonar firme.
-Bien…- el profesor se levantó de su asiento -…no le menciones nada sobre los poderes psíquicos a tu madre... te explicare con más detalle luego, te contactare por teléfono para reunirnos cuando te diga, debemos tratar un asunto- explico, esperando paciente una respuesta del chico.
-Sí, sensei- sonrió de nuevo, levantando el pulgar.
-De acuerdo…- murmuro su ahora mentor, respondiendo con el pulgar de la misma forma y despertando del trance a la señora Midoriya.
[TRES DÍAS DESPUÉS, PLAYA DE DAGOBA/TEMPRANO EN LA MAÑANA]
-Buenos días, lamento el quitarte tu domingo, especialmente por citarte en este vertedero, pero esto es importante- Sakata llamaba la atención de Izuku, estando sentado sobre una pila de desechos.
-Buenos días…- saludo muy entusiasmado Izuku -…no hay problema, tu dijiste que no sería fácil- hablo seguro de sí mismo.
-Si es verdad…- bajo de donde estaba con un salto, quedando frente al chico -…hoy determinaremos si eres capaz...- puso una mano sobre su hombro.
-¿Capaz de qué?- pregunto incrédulo no entendiendo.
-Bueno… hoy descubriremos si posees la fuerza psíquica- dijo esbozando una sonrisa divertida.
-¡¿Qué?!- casi grito el peli verde en respuesta -¿No sabes si tengo la capacidad? ¡Creí que podría volverme un héroe!-
-Ehhhh, ¿no te lo mencione? No todos los mukosei tienen la capacidad de desarrollar las habilidades...- se frotaba la nuca sonriendo nervioso.
-¡AHHHH! ¡NUNCA TUVE ESPERANZA!- grito desesperado Midoriya, arrojándose al suelo llorando.
-Oh, tranquilo, tranquilo… ya cálmate…- Sakata se agacho, para intentar relajarlo palmeando su espalda -…primero comprobaremos si la posees o no…- dijo reconfortante, provocando que Izuku levantara su depresiva cara -…y si no la posees, yo, llorare contigo, solo relájate un segundo, eres un nudo de tensión... ya tranquilo- decía con voz suave, pero rodando los ojos con fastidio, sin que su aspirante lo notara. Unos minutos después, ambos se encontraban cara a cara sentados.
-La base fundamental de los poderes psíquicos es… concentración…- comenzó a explicar paso por paso su profesor -…la concentración, el enfoque de tu mente, es la fuerza con la que podrás hacer lo que tu cuerpo físico no puede… primero, debemos saber cuál es tu especialidad, mental, psiónica o quinética, y que tipo de habilidad es, sin importar cuál sea su clase-
-Hi, sensei- afirmo, esperando sus instrucciones.
-Bien… ahora, cierra los ojos y concéntrate…- dictaba Sakata con voz muy relajada.
Izuku obedeció de inmediato, haciendo lo que ordeno su mentor y permaneciendo inmóvil y concentrándose lo mejor que podía… ahora solo escuchaba su suave voz, cada vez más baja… indicándole… guiándolo…
-Permanece quieto…-
-…respira… lentamente…-
-…no pienses en nada ni nadie… vacía tu conciencia…-
-…despéjate de ideas… y… escucha tu voz interior…-
Para el peli verde, de alguna manera, la voz de Sakata se perdía… todo a su alrededor se silenciaba, su olfato ya no percibía el aroma a desechos y su cuerpo se sentía desnudo, como si se extinguiera su sentido del tacto, ya no sentía ropa sobre el…
Su mentor seguía mirándolo fijamente, analizaba cada pequeño detalle de la persona al frente suyo… al pasar un tiempo, saco de su bolsillo una muy diminuta pinza y se arrancó varios bellos del brazo, muy pequeños y finos pelitos, que empezó acumular… fue entonces que los posiciono sobre su dedo índice, los acerco a su rostro y los soplo contra su pupilo, los cuales salieron disparados hacia el… sin embargo… ninguno de ellos lo alcanzo, ni el más pequeño llego a tocarlo… porque… una fuerza, barrera, resistencia o lo que sea, totalmente invisible, los detuvo en el aire, dejándolos levitando unos segundos hasta que cayeron al suelo. Al ver lo acontecido, Sakata formo con su boca una media luna, una sonrisa de ilusión y confianza.
Finalmente Midoriya abrió lentamente los ojos, despacio volvió a la realidad, se orientó y percibió el donde estaba y que hacia… -ahhh... finalmente vuelvo, estoy aquí en la playa vertedero con Sakata-sensei, él está ahí, parado a unos metros de mí, esperándome con paciencia… los desechos siguen ahí… escucho claramente las olas del mar… la luz de la tarde ya es tenue...- …pensaba, analizando todo…
-¡Espera un momento! ¡¿Qué no eran las 6 de la mañana hace unos minutos?!- grito exaltado Izuku, el sintió que su tiempo de concentración no fue más allá de 5 minutos.
-Ahhh… sip…- se mofo de él su mentor en un suspiro, acercándose de nuevo al chico -…el tiempo pasa volando cuando logras concentrarte al nivel de la meditación, buen trabajo Izuku… llevas ahí 12 horas implacable…- le explico con una sonrisa risueña.
-¡¿Que?! ¡¿!12 horas?!- grito asombrado, quizás no sobre reaccionando por lo que paso.
-Así es, son casi las 6 de la tarde…- le respondió calmado su mentor -…y ahora… sé…- dio un pausa dramática, causando que el chico abriera los ojos con sorpresa ante la interrogante de su "capacidad" y tragando saliva muy nervioso por sus próximas palabras... -…cuál es tu habilidad psíquica… felicidades…- sentencio con una sonrisa su profesor.
La sonrisa de felicidad en el rostro del mukosei, fue acompañada por lágrimas de dicha y alegría, se puso de pie y… -todo es gracias a ti sensei…- pronuncio sollozante, pero, muy agradable.
-No fue nada…- respondió divertido su mentor a la gratitud de su alumno, pero, al ver que no dejaba de llorar -tranquilízate Izuku, acabas de despertarlos, puedes volverte un héroe…- decía intentando de reconfortarle de algún modo.
-Sí, sensei…- seguía sollozante -…pero… me duele el cuerpo entero… estoy todo entumido…uhhhh…- pequeños quejidos seguían brotando de él.
-Jajajaja…- Sakata rodo los ojos riendo, al explicar su evidente "dolor".
Unos minutos después, el mukosei se tranquilizó y dejo de llorar, para recibir más indicaciones de su profesor… -Bien, ahora… dobla esta cuchara…- dijo con voz cortante y mirada seria, extendiéndole ese utensilio que empuña.
-¿Eh? ¿Qué?- apenas reacciono el peli verde, con expresión muy incrédula y sorprendida.
-Tu habilidad… es la telequinesis psiónica…- le explico torciendo una sonrisa, que borro de inmediato alzando una ceja, por la tonta expresión de Izuku que daba a entender que no entendió nada -…ahhh…¿más específico? tienes el poder de controlar cualquier cosa que sea materia, a través de la energía psíquica que puede generar tu mente, pudiendo de igual modo, materializar esa misma energía en la realidad y controlarla a placer…- dio un suspiro para explicarle con más calma y serenidad -…así que, tu primera prueba es esta... dobla esta cuchara- volvió a extenderle el utensilio. Midoriya por su parte aún seguía sin entender nada, tomo la cuchara entre sus manos, pero tuvo cuidado de no volver a poner la expresión de interrogativa, -Sakata-sensei, es escuchaba molesto conmigo, ¿habré hecho algo mal?- se preguntaba nervioso.
-Nooo…- contesto a sus pensamientos en otro suspiro de tranquilidad, causando que el chico abriera los ojos como platos y recordara ese pequeño detalle, sobre lo que podía hacer su maestro -…no es algo que hiciste Izu-kun… es que…- continuo su respuesta dudando un momento en seguir hablando, era algo vergonzosa la razón de su molestia, pero, la curiosidad plasmada en el rostro de su pupilo lo resigno -…estoy un poco celoso de tu poder… es genial- agrego llevándose la mano a la cara para cubrir sus ojos de la pena.
-Jajaja…- rio ligeramente el peli verde -…gracias sensei- dibujo una sonrisa inocente, que enterneció al adulto, no debía olvidar que solo era un chico de 12 años.
-Ahora… has lo que te dije…- reitero Sakata, volviendo a tomar la compostura.
-Hi- respondió el chico, cambiando a un humor serio y empuñando con fuerza el utensilio para comer.
-Mira fijamente esa cuchara…- empezó a guiarlo su profesor con la misma voz serena -…al igual que hace varias horas, concéntrate en esto… solo en lo que quieres que haga la cuchara… imagínalo y usa tu energía para lograrlo…-
Midoriya obedeció en todo, su atención y visión estaban totalmente concentradas en la orden que le dieron, doblar ese objeto en sus manos, continuando así por unos minutos… hasta que…
¡FUUUTZZZ! Se escuchó el metal torciéndose, esa cuchara se dobló como si fuera de plástico.
-¡WOW!- se exalto Izuku muy asombrado por lo que logro.
-¡SI!- grito emocionado su profesor –¡si, así se hace muchacho!- le palmeo el hombro con júbilo.
-¡Increíble! ¿Yo hice eso?- preguntó retóricamente al no poder creer que esto realmente pasaba.
-Por supuesto…- tomaba la cuchara torcida de sus manos -…pero, ya es un poco tarde y debes volver a casa o tu madre se preocupara- explico su profesor, ya que el sol no tardaría en ocultarse.
-¡Ah!…- reacciono el peli verde dándose cuenta del panorama -…eh, si es verdad- acepto con algo de decepción en su voz, quería seguir para ir mas allá con su nuevo poder.
-Está bien…- coloco su mano en el hombro del chico -…volveremos mañana después de que salgas de la escuela para continuar- agrego para animarlo.
-Hi- asintió moviendo la cabeza hacia abijo con entusiasmo. Entonces salieron del basurero llamado playa, para encaminarse hacia el hogar de chico, Sakata seguía siendo responsable por él, así que lo acompaño.
Con el pasar de los días, continuaron con lo mismo, Sakata e Izuku llegaban a ese lugar a diario sin excepción, el chico entrenaba y mejora cada día su habilidad psíquica, empezando con mover y controlar cosas pequeñas, como latas, botellas y demás, eventualmente pasando a cosas un poco más grandes como tostadoras, licuadoras, bolsas grandes y cajas, sin olvidar la precisión al momento de usar su reciente poder, "debes controlar tu poder, no que él, te controle a ti" Sakata le repetía esas palabras siempre, habían días, a veces semanas en las que su profesor se iba a "atender otros asuntos", pero, jamás detuvo al chico, que siguió entrenando con las indicaciones que el telépata nunca olvidaba darle.
[6 MESES DESPUÉS]
Un Midoriya recién graduado de primaria, se preparaba para su primer día de escuela secundaria en el colegio Innocence, institución en el que su mentor trabajaba, ahora sería su profesor oficial, no tenía dudas en su corazón, en que este gran paso cambiaría su vida, un nuevo inicio, sin Bakugou, sin risas de toda la clase y sobre todo, dejando atrás a su yo anterior.
-Ahhh, se me hace tarde y es el primer día…- murmuraba preocupado poniéndose los zapatos en la puerta de su hogar.
-Izuku…- lo llamo su madre de pie atrás de él, volteo su atención hacia ella -…esfuérzate en tu primer día ¿sí? ten mucho éxito- le dijo con ánimo.
En seguida él sonrió alegre por su optimismo -claro que si mama, ya debo irme- se despidió saliendo rápidamente.
Caminaba velozmente por las calles hasta la estación, subió, bajo, volvió a caminar por las calles y finalmente llego a su objetivo, su nuevo colegio, respiraba lentamente, estaba nervioso, intentaba tranquilizarse, inhalaba profundo y exhalaba despacio.
-Bueno… es hora- murmuro motivado y esperanzado por lo que enfrentaría a partir de ahora.
El edificio era pequeño para ser una escuela, pero como su mentor le menciono unos meses atrás, el campus sí que era grande, y hablando del diablo… -Buenos días, Izuku- escucho detrás de él, mientras buscaba su aula.
-¡Oh!- volteo hacia atrás de inmediato –buenos días, Sakata-sensei- reverencio ligeramente con mucho respeto.
-Buena suerte… nos veremos en clase- agrego el adulto con el pulgar arriba.
-¡Hi, contare con usted sensei!- contesto firme y educado, viendo alejarse para continuar su labor.
No tardó mucho en encontrar el aula 1-A que buscaba, abrió la puerta, descubriendo a unos cuantos de sus nuevos compañeros, solo eran unos 6 chicos, que ocupaban un amplio salón con sillas para unos 4 más. Casi todos solo lo miraron de reojo, estaban conversando entre ellos, otros solo estaban sentados en silencio.
Sin buscar, Midoriya encontró un asiento libre, lo ocupo, sentándose e intentando calmarse, pues, seguía muy nervioso, cerró los ojos pensando en sus asuntos, -somos muy pocos aquí, ¿realmente todos serán mukosei como yo? Bueno… tiene sentido, ya que aquellos sin particularidad son solo una décima parte de la población, por tant--
-Oye, ¿sabes que estás pensando en voz alta? jejeje…- es escucho la voz divertida de alguien a su lado, sacándolo de sus cavilaciones.
-¡¿Eh?! ¿Qué?- reacciono mirando su panorama en todas direcciones encontrando solo miradas extrañas dirigidas a él, -¡lo siento mucho!- se disculpó intentando enterrar la cabeza en la paleta de su pupitre.
-Jajajaja… tranquilo, yo también estoy nervioso- llamo su atención la misma voz que le advirtió lo que hacía, levanto la vista curioso, y sentado en su propio lugar a su derecha, el rostro amable de un chico de su misma edad le sonreía.
-Mi nombre es Masaru Tadashi, sí, soy un mukosei como tú, y es un gusto conocerte- se presentó siendo cordial y sonriente.
-Soy Mi-midoriya Izu-zuku, es un gusto- tartamudeo nervioso, su compañero era de características muy únicas al igual que él, su cabello corto y blanco hacia abajo, y mirada muy serena, como si sus ojos siempre estuvieran cerrados lo definían.
-Voy a estar sentado a tu lado a partir de ahora, así que… llevémonos bien Midoriya-kun, cuento contigo- hablo de nuevo muy suave y risueño.
-Ah, sí, igualmente- Izuku se dio el lujo de sonreír al responder.
A partir de ese día, mi camino para volverme un héroe, se forjo, en un mundo nuevo para mí, conociendo nuevos amigos, esforzándome física y mentalmente, todo en nombre de mi sueño, jamás cambiaría nada de lo que paso para estar aquí, ya que es gracias a "esto" que descubrí mi verdadero poder… voluntad, los sueños se vuelven realidad con ella… ¡ah, cierto! Olvide mencionar que esta es la historia de cómo me volví el mejor héroe de todos.
Y así… ya tres años han pasado...
[CONTINUARÁ]