Digimon no me pertenece.
Jueves 18 de septiembre de 2008
A lo largo de la primera semana de clases, todos se acomodaron a lo que venía y más de un alumno se sentía aterrado.
Los exámenes de acceso a las distintas universidades estaban a la vuelta de la esquina, logrando poner nervioso a más de un alumno de último año.
Takeru, Daisuke y Yoshio Saito habían cumplido con su castigo. El cual consistió en limpiar los baños de los tres pisos del instituto, tarea que se dividieron y lograron llevar a cabo sin problema alguno.
La segunda semana del mes ya estaba por terminar, escolarmente hablando y ese dia viernes había un par de partidos de los distintos equipos deportivos del centro académico. Todo esto luego de las clases.
El primer equipo en debutar sería el de fútbol, seguido por el equipo de baloncesto y por último el equipo de esgrima que cerraría el día.
Con todas estas actividades presentes, el equipo de animadoras se vio dividido entre baloncesto y futbol, ya que no se solia animar con porras a los esgrimistas.
En los vestidores del gimnasio, Takeru se encontraba platicando por teléfono con su padre, y es que aun le sobraba uba hora libre antes del encuentro.
– Siento no poder ir hijo – se disculpó Hiroaki con su hijo menor
– No tienes por que preocuparte, Mamá vendra y con eso basta –
– Eso me hace sentir peor TK, enserio queria estar presente –
– Tranquilo Papá, si quien no viniera fuera Kari, ahí realmente estaría triste – bromeo el rubio
– Me alegra que las cosas vayan bien entre uds, se nota que eres feliz –
– Que cursi papá, ¿Fuiste igual con mi hermano? –
– Yamato es muy distinto a ti, el no demostraba nada, de no haber sido por Mimi, nunca me hubiera enterado – Se lamento el mayor de los Ishida
– Lo sé. Oye papá, ¿Hablamos luego del juego? debo ir a calentar – se despidió Tk
– ¡Éxito! – animo el mayor, para luego finalizar la llamada
Luego de guardar su móvil en el casillero, tomó uno de los balones que había en la repisa y se encaminó al gimnasio donde estaba el resto del equipo.
"No alcanzaras a llegar Kari."
Las palabras que le había dicho Daisuke seguían en su mente y era simplemente porque la simple frase que había dicho el moreno era totalmente cierta.
Como capitana de la animadoras, Hikari debía estar presente en el primer juego de toda la temporada escolar o al menos de lo que restaba de temporada. Y bueno el primer partido era el del equipo de fútbol.
Le había explicado a TK que haría todo lo posible por ir un rato a su encuentro, luego de este partido, pero ahora veía totalmente imposible el poder llegar. Serian las dos horas mas largas de su vida.
– ¿Por que estas tan angustiada? – pregunto Gatomon, por entre las gradas de la pista atlética
– No quiero dejar solo a Tk – se explico la castaña
– Pues alégrate, iré en tu lugar y animare a Takeru por ti – se ofreció la digital
– Con que vayas esta bien, pero no llames demasiado la atención – pidió la muchacha
– Tranquila – fue lo ultimo que dijo la digital para retirarse del lugar como si fuera un simple gato domestico
La tarde pase mas rápido de lo que todos esperaban, dando como resultado el empate del equipo de baloncesto y la victoria por parte del equipo de fútbol.
Esa tarde Kari volvió sola a casa y es que extrañamente no logro localizar a Tk por ningún lado y sumando el hecho de que le había rogado a su compañera digital que se devolviera a casa una vez terminado el encuentro de Tk.
Cuando llego a casa, lo hizo actuando de manera extraña, era como si durante el trayecto del Instituto a su edificio su energía se hubiera evaporado poco a poco.
Al momento en que Yuuko vio a su hija menor, no pudo evitar preocuparse, puesto que parecía el inicio de una de las tantas gripes que la solían dejar en cama por varios días.
– ¿Segura no tienes fiebre hija? –
– Estoy bien mamá, cansada, pero bien –
– Deberías ducharte e ir a dormir si gustas –
– Lo haré, no te preocupes – respondió la castaña con una sonrisa a medias
– ¿Todo bien con Tk? – quiso saber su madre
– Todo bien, iré a ducharme – dicho esto Hikari desapareció por la puerta de su habitación, dejando a su madre confundida por su actitud
Lunes 22 de septiembre de 2008
El fin de semana paso rápido para Takeru y como no, si se la paso encerrado en su cuarto haciendo una serie de dibujos o avisos como le había dicho a su madre.
Durante los días de descanso Takaishi se aisló de todo su grupo social y eso incluía a Hikari.
– TK – se escuchó desde la sala de su casa
– ¡Ya voy mamá!
El rubio salió con una gran carpeta en las manos y se dispuso a comer lo que su madre le había hecho de desayuno.
– Es tarde Takeru ¿No iras por Hikari? – preguntó Natsuko, bastante intrigada, ya que para la hora que era su hijo debía estar de camino al instituto con su amiga/novis
– No, tú me llevarás al instituto
Natsuko lo observó durante un buen rato intentando descifrar que era lo que su hijo le ocultaba, pero aún así no encontró ningún signo de remordimiento en su rostro.
– En cinco minutos nos vamos – avisó la mujer y continuo limpiando las cosas que había ensuciando para preparar la comida
Takeru hizo caso a su madre y antes del tiempo indicado ya se encontraba de copiloto en el vehículo de su progenitora.
Todo el camino de mantuvo en silencio y se sentía bien con él simple hecho de que su madre noble pidiera explicaciones por su rara actitud de ese día.
La ultima hora ya se hacia presente en las aulas del instituto y casi todo el alumnado deseaba con ansiad poder salir luego de esa tediosa rutina.
En su pupitre Takeru estaba inmerso en su propio mundo, llevaba así todo el día, ignorando a sus amigos y hablando de momentos con Iori y un compañero de este.
Hikari por su lado se sentía desplazada por el rubio y creía entender la indirecta, TK estaba molesto con ella por no cumplir lo que le había prometido el día del partido y ahora posiblemente quisiera romper lo que llevaban de relación, si es que a salir dos semanas podías llamarle relación realmente.
Los minutos pasaban y cuando ya faltaban quince minutos para que el timbre de salida sonará Takeru Takaishi salió del aula como alma que lleva el diablo, dejando a todos su compañeros atónitos, sobre todo a sus amigos que aún no sabían que pasaba con el rubio.
– ¿Que le sucede a Takaishi? –
– No lo sé Daisuke, ya te había dicho eso – respondió molesta Hikari
– No la fastidies Suke, ninguno de nosotros sabe bien que pasa – defendió Ken Ichijouji a su amiga de largo cabello castaño
Hikari siguió ahí, escuchando como sus compañeros soltaban ideas sobre el comportamiento del rubio y en todas las ideas, ella terminaba siendo la culpable de todo.
El timbre de salida daba por finalizada la jornada escolar de ese día y todos los alumnos del instituto apuraron el paso para salir del edificio, a excepción de la castaña que caminaba lentamente junto a Ken y Kaede, no tenía ánimos por ir a la práctica de las animadoras así que se iría de inmediato a casa.
– La entrenadora no estará feliz con que faltes hoy Hikari-chan –
– Solo dile que no me sentía bien, ella lo entenderá – pidió la castaña
– De acuerdo – aceptó la menor de los tres
Ken por su lado se había enfocado en unos afiches que se veían a lo lejos de donde estaban ellos y no lograba distinguir que tenían escrito o dibujados.
– ¿Qué ves Ken? –
– Esos carteles no estaban ahí en el último receso, vamos a verlos – insistió el ojiazil, llevándose consigo a las dos chicas
– Superior Ichijouji, con cuidado – se quejo Kaede luego de haber sido arrastrada a la fuerza junto a Hikari
Llegaron al inicio del camino de pancartas y tanto Hikari como Ken se sorprendieron al ver dibujados los emblemas de la luz y la esperanza, mientras Kaede solo apremiaba el hecho de que eran símbolos muy lindos.
– ¿Que significaran? – pregunto la menor, mas para si misma
– Son la luz y la esperanza, Hikari y Takeru – explico de forma precisa el único hombre que había entre ellas dos
Hikari ya no escuchaba lo que decía su amigo, se había separado de Ken y Kaede, para emprender camino hacia donde se veían mas pancartas, en todas ella había algo diferente, a metros de donde se encontraban los emblemas estaban dibujados los cascos de Angemon y Angewomon con la frase "A pesar de todo siempre coincidimos", casi a final de camino estaba la frase "Déjame ser la esperanza que siempre hará que tu luz brille" y donde Hikari creyó que encontraría a Takeru, vio a Gatomon sentada como si fuera un gato domestico común y corriente.
La felina la miro con una sonrisa, aunque en el rostro de Hikari se reflejara mas duda que otra reacción.
– No te molestes conmigo por haber desaparecido todo el fin de semana Kari – pidió la felina
– ¿Qué? – articulo la castaña, pero la única respuesta que obtuvo de su compañera fue una indicación con la cabeza a que se volteara
Cuando Hikari giro, por fin se encontró con lo que estaba buscando desde comenzó el camino con cartelitos. Inmediatamente sintió ganas de llorar, no por las cosas que había hecho por ella, si no por no haber hablado con el durante todo el fin de semana y todo ese día.
Así que solo se lanzo a los brazos del rubio como si no lo hubiera visto en años, logrando dejarle todo el cabello en el rostro, haciéndolo reír.
– Se mi novia –
– ¿Qué...? – Hikari no alcanzo a formular toda la pregunta por que fue interrumpida por Tk cuando se separo del abrazo
– Yo no soy como ese idiota, he estado contigo desde que tengo memoria, hemos pasado por cosas que no compartirás con nadie mas, aparte, haría todo lo humanamente y digitalmente posible para hacer que esa sonrisa perdure en tu rostro por toda mi vida si es necesario, quiero ser quien cuide esa luz tan pura que posees y no permitir que nadie la apague, solo si tu quieres que lo sea obviamente –
– ¡Que lindo! – el grito de Kaede atrajo la atención de todos los que estaban observando a Tk y Kari
Por su lado Kari estaba intentando procesar todo. Estaba segura que con Takeru no pasaría por ningún mal momento y si se presentaba un problema lo solucionarían juntos, como siempre lo han hecho.
– ¿Por qué siempre tienes que hacer todo publico? – pregunto Hikari con una risa nerviosa
– Porque así se asegura que nadie ira tras de ti mas tarde – apoyo Ken a su amigo
– Lo que dijo Ken y muchas razones más –
– Te daré una respuesta cuando estemos solos, corrijo, cuando no haya publico presente – hablo Hikari
Takeru pareció aceptar la condición de la castaña, así que procedió a recoger todas las pancartas siendo ayudado por Kaede, mientras Ken y Kari esperaban en la acera por petición del rubio.
– Takeru realmente te quiere –
– Lo sé y yo también lo quiero, desde ese día en la fogata tengo claros mis sentimientos por el, de no ser por el seguiría viéndolo como un simple amigo –
– Debo irme, le prometí a Wormmon que lo llevaría al entrenamiento de fútbol, nos vemos – y sin mas el peliazul se fue del lugar dejando a Hikari a esperas de Takeru
– Gatomon ya baja del árbol – alzo un poco la voz Hikari, llamando la atención de la minina que estaba por dormirse entre las ramas del árbol
La digital al bajar se acomodo en los brazos de Kari, como si fuera un peluche cualquiera, aunque guardo silencio hasta que Kaede se acerco a ellas, pero sin Takeru.
– Hola Kaede – saludo la digital
– ¿Así que eres real? – respondió la chica – ¿Takaishi-senpai igual tiene un amiguito como tu? – pregunto en direccion a Hikari, pero fue Gatomon quien le tomo la palabra
– Todos los humanos tienen un compañero digital, no me sorprendería que el tuyo este esperando en la Isla File –
La joven pareció alegrarse y asustarse ante las palabras de la digital, asi que luego de esa respuesta omitió toda palabra que estuvo por salir de sus labios, hasta que Tk se unió a ellas.
– ¿Acompañaremos a Kaede-chan a su casa? – preguntó el rubio con alegria en su voz
– Ella se queda al entrenamiento, sólo iremos nosotros tres – respondió Hikari con ternura
– Ustedes dos, tengo cosas que hacer – agregó la digital, logrando sorprender a los tres jóvenes que estaban junto a ella
La felina bajo abruptamente de los brazos de Kari y volvió a subirse al árbol como método de camuflaje.
Por su lado los chicos se despidieron de Kaede y emprendieron camino a sus casas, aunque takeru literalmente estaba muerto de nervios ante la respuesta que esperaba de Kari.
– Kari – la llamo el rubio mientras se quedaba unos pasos atrás de la chica – Sabes que yo no quiero jugar contigo...
Esa simple frase logró hacer que la castaña recordara uno de los peores momentos de su vida.
Flash back
Una Hikari de 16 años iba de la mano de un joven trigueño bastante atractivo. Lo conocía hace casi un año gracias a que jugaba futbol con su hermano mayor, aunque hace cinco meses era su novio.
Iban de camino a la casa del jóven, ya que se suponía que estarían en una cena con la familia del susodicho. El chico llevaba su bolso de entrenamiento en un hombro y el de Kari en el otro, logrando así que la chica no hiciera esfuerzos y obviamente sintiéndose un caballero ante su novia.
Ya en la residencia, nadie salió a recibirlos cosa que causó extrañeza en la menor de los Yagami, por qué siempre que ella iba era recibida por la pequeña Sakura, la hermana menor de Kenzo.
– Mamá y Saku han ido a comprar algunas cosas para la cena – explico el chico
– No hay problema – respondió Kari, mientras observaba todo a su alrededor, algo le daba la sensación de que algo malo pasaría, quizás ese mismo instinto que le avisaba cuando ocurrirían cosas malas con los digitales
Subieron al segundo piso, en dirección al cuarto del chico, dónde este cerro la puerta con llave, cosa que no pasó desapercibida por la castaña. Kenzo en un movimiento rápido se quitó la camisa y chaqueta del uniforme para ponerse una polera común, logrando hacer que Hikari se sonrojara al verlo unos pocos segundos sin polera.
– Me encanta cuando te sonrojas –
– Lo dices solo por qué soy tu novia – rodó los ojos Hikari al responder
– Es por eso que tengo la obligación y autorización para hacerte los cumplidos que yo quiera – se justifico el joven, atrayendo a Kari hacia el, mientras la abrazaba por la cintura
Ese simple toque hizo que a la castaña se le erizara la piel y no alcanzo a protestar por qué su novio ya estaba besandola y ella simplemente no se iba a negar a eso, tenía que reconocerlo, le encantaban los besos que ese chico mayor le regalaba y aunque siempre se sentía insegura cuando estaba a solas con el, sabía que un par de besos no eran mal plan y menos si sabía que llegaría la familia de el.
Pero todo el ambiente cambió cuando son previo aviso Kenzo la hizo recostarse en la cama y se subió sobre ella, haciéndola temblar como acto reflejo.
– Te quiero –
– Kenz... No quiero esto – se quejó ella, al reconocer hacia donde iba todo el asunto
El chico pareció ignorar lo que Kari decía y comenzó a besarle el cuello de manera frenética y a buscar algo por debajo de la falda de esta.
– Detente –
– Kari, sabes que yo no quiero jugar contigo... – susurró el sin dejar de tocar los muslos de la chica
– Tengo que irme a casa, le prometí a mamá que llegaría temprano – intento salirse debajo del chico pero su fuerza era muy mínima en comparación a la de él
Kenzo pareció notar la incomodidad de la castaña por lo que se hizo a un lado dejándolo levantarse y arreglarse el uniforme.
– No quiero que pase de hoy – reconoció el, con una voz totalmente alejada a la que Kari conocía
– ¿De que estás hablando? –
Hikari no obtuvo una respuesta verbal, porque el chico se abalanzó contra ella, cargándola contra la puerta del cuarto.
– No –
– Si Kari, hoy serás mía – reconoció Kenzo mientras buscaba a tientas la ropa interior de la chica y se acomodaba de forma que podría ingresar en ella de una sola estocada
Hikari no cabía en si del asombro, no creía que el chico tierno con el que llevaba meses saliendo se hubiera transformado en esa cosa que tenía enfrente. De impotencia comenzó a llorar y a pedir, a quien fuera, no importaba, solo quería salir de ahí y el pánico aumento cuando sintió como la anatomía de Kenzo intentaba entrar en ella a la fuerza.
– Yo no quiero jugar contigo Kari... –
Fin flash back
– Kari, ¿Estás bien? – pregunta un preocupado Takeru, al ver como la castaña se sumergio en sus pensamientos y tenía los ojos llenos de lágrimas
– Lo que dijiste... Me recordó a Kenzo –
Tk rápidamente comprendió lo que decía Hikari y sintió la necesidad de volver en el tiempo no haber usado esa frase, pero lo único que logró hacer fue abrazarla y limpiarle las lágrimas que estaban amenazando por salir.
– Lo siento, esa no era mi intención, sabes que soy incapaz de hacerte algo así, tenemos 18 años y aún seguimos durmiendo juntos como cuando teníamos 8, para mi eres la persona más pura e inocente y es por eso que sería incapaz de hacer algo que te dañe – se disculpó rápidamente Takaishi
Ella no respondió, pero entendió todo lo que su amigo le decía y confiaba en el, no por nada habían compartido tantas cosas y tantos años juntos.
– Sí quiero – fue lo único que ella dijo, mientras aún seguía abrazada al pecho de Tk