Valle verde

Capítulo 1

Sábado por la mañana, un día perfecto para relajarse y olvidarse un momento de la estresante vida de un estudiante, o al menos eso era para algunos estudiantes de UA que no tenían que hacer prácticas en alguna oficina de héroes, ya sea porque no tenían licencia provisional, o porque les habían dado ese sábado libre. Ese era el caso para Midoriya, el cual se preparaba para salir del territorio de la escuela, con dirección a Shibuya. Algo lejos de la escuela, pero ahí era el lugar donde estaba una tienda que Mirio le había recomendado si quería encontrar cosas relacionadas con manejo de quirk.

Vale la pena intentar

Pensó, mientras se colocaba una mochila con sus guantes especiales y su máscara de héroe en la espalda.

Al pasar por la sala noto algo realmente inusual.

Sentada en el sofá, con teléfono en mano estaba Mina, la alegre chica rosa, mirando su celular con una mirada decaída. Algo realmente inusual.

- Mina-san… - Dijo, acercándose a ella.

- Oh, Midoriya-kun… ¿a dónde vas? – Hablo, con una voz ligeramente decaída.

- Yo… voy a Shibuya. Mirio-sempai me recomendó una tienda que esta por ahí… -

- ¡¿Dijiste Shibuya?! – En un segundo había vuelo a su actitud normal.

Midoriya no pudo evitar ponerse rojo al quedar a centímetros de la cara de Mina, la cual había invadido totalmente su espacio personal.

- Bu-Bueno – Desvió su sonrojada mirada – S-Si… pensaba ir… -

- ¡Perfecto! ¿Te molesta si te acompaño?, Ochaco-chan me prometió que me acompañaría, pero la agencia donde trabaja la llamo a una misión y tuvo que aceptar – Conto, mientras inflaba las mejillas.

- Bu-Bueno, si le hablaron para una misión… n-no se puede hacer nada… -

- ¡Pero ya que tú vas para haya! No te molestara desviarte un poco y acompañar a tu linda amiga, ¿Cierto? –

- Bu-Bueno… - Midoriya dio un paso hacia atrás, recuperando un poco su espacio – Si ya planeabas ir para allá, no me molestaría – Aunque parezca una… ci-cita…

- ¡Genial! Deja me arreglo un poco y nos vamos –

Dijo, mientras se alejaba a su cuarto, dando pequeños saltitos de alegría.

….

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No les tomo mucho a ambos estudiantes en llegar a la estación, además todo el trayecto habían estado hablando, así que, sin darse cuenta ya estaban entrando en la estación.

- Oh, ahora que recuerdo – Comento Midoriya – Ha habido más casos de acoso sexual en las estaciones de metro –

- También escuche algo sobre eso. Al parecer con tanta gente es difícil saber quiénes son los responsables –

- ¿Te ha sucedido algo así alguna vez Mina-san? –

- ¡Oh dios no! Que miedo –

- Aunque nos preparen para luchar contra villanos, debe ser difícil lidiar con una situación así – Pensó en voz alta.

En teoría, si sabes mantener la calma durante una pelea contra villanos, deberías saber lidiar con dichas situaciones, pero aun así…

Ambos se pararon frente la parada de tren, notando al instante la gran cantidad de gente esperando.

- Creo que fue mala idea venir a esta hora… -

Cuando al fin llego el tren, la avalancha de gente los arrastro bruscamente hacia el interior, casi ahogándose en un mar de personas.

Y como si fuese un mal chiche, su compañera había quedado de cara a la puerta y justo detrás de él Midoriya, el cual luchaba por no aplastar a Mina, cosa que no lograba muy bien.

- Lo-lo siento Mina-san… -

- N-No te preocupes… -

Aunque nunca había pensado en Midoriya más haya que en un amigo, sentir su cuerpo tan cerca suyo, la ponía como poco… nerviosa.

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En un mundo donde tener un quirk poderoso o creativo te aseguraba un lugar como héroe, algunos simplemente no estaban hechos para eso. Y ese era el caso de un pasajero cualquiera, el cual se dedicaba a usar su quirk para divertirse un rato.

Y, a decir verdad, ¿como un sujeto con un quirk que aumentaba la excitación podría ser héroe?

Aquella persona solía viajar a algunos trenes y usaba su quirk en cualquier inocente pasajero, para incitarlo a manosear a quien tuviera en frente. Por desgracia no podía usar su quirk con el mismo.

Su poder era sencillo, podía aumentar la excitación de una persona con solo tocarla, además a la primera persona con la que tuviese contacto, le aumentaría también.

Dando un vistazo rápido noto la escena perfecta, un muchacho no muy lejos de él, acorralando a una chica de piel rosa contra la puerta, intentando no incomodarla. No podía pedir mejor escena.

Aprovechando el movimiento del tren, y de que no faltaba mucho para que llegaran a la primera parada, golpeo ligeramente al muchacho en el hombro, y activo su quirk, para seguido desplazarse hacia la salida, con una sonrisa en su rostro.

..

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El ambiente en aquel tren era sofocante para ambos, pues apenas y tenían espacio para respirar, y para hacerlo peor, el viaje era algo largo, así que tendrían que estar en esa posición por un largo tiempo.

- Lo-Lo siento… - Dijo, mientras intentaba alejarse un poco de ella.

- Vamos Midoriya-kun, no te preocupes –

El ligero olor a perfume que emanaba de Mina lo ponía más y más nervioso. Su corazón no estaba preparado para estar tan cerca de una mujer.

El tren se sacudió un poco, provocando que apretara más a su compañera.

Ojalá la gente se baje en la siguiente estación…

Pero en un momento un fuerte escalofrió recorrió su columna, a la vez que su mente se ponía en blanco. Su respiración se volvió más y más pesada y un profundo calor recorrió su cuerpo.

Pe-pero que…

El tren lentamente se paró y las puertas detrás de él se abrieron, para su mala suerte la misma cantidad de personas que se bajaron, se habían subido.

Sin duda algo andaba mal en su cuerpo.

- Midoriya-kun… ¿Estas bien? – La pesada respiración de Midoriya le había preocupado un poco.

Al girar su rostro se encontró con un Midoriya totalmente rojo, respirando con dificultad y con la mirada perdida.

El tren volvió a estar en movimiento, provocando que sus cuerpos volvieran a estar en contacto.

Cada sentido de Midoriya fue invadido por una extraña sensación. El calor de Mina, su olor, su nerviosa respiración y su hermosa mirada lo cautivaron.

Mientras más segundos pasaban, la mente de Midoriya se ponía más y más en blanco. Un fuerte y ajeno deseo lo invadieron.

- Mi-Midori-iaahhh!~~ - Mina se cubrió la boca con su mano, ahogando un ligero gemido.

Su rostro se puso totalmente rojo al sentir como la mano de su tímido compañero Midoriya masajeaba su trasero con deseo.

Un escalofrió recorrió su cuerpo al sentir la cálida respiración de Midoriya, chocando contra su cuello y oreja.

Algo andaba mal con él. Sin duda Midoriya no era el tipo de chico que iba atacando a mujeres en el metro, no el Midoriya que ella conocía.

- Mi-midorita-k-kun… Detente… -

- Lo-Lo siento Mina-san… Y-yo… No sé qué me sucede – Susurro, mientras la fragancia de Mina invadía sus sentidos – N-No puedo pensar con claridad.

Midoriya hacia un esfuerzo por detenerse, sabía que estaba mal lo que le estaba haciendo a su compañera, pero era difícil evitar que su mente se pusiera en blanco y avanzara más su asalto.

Incapaz de aguantar Midoriya comenzó a depositar profundos besos por todo el cuello de su compañera, mientras seguía disfrutando de la suave piel de Mina.

El cuerpo de Mina comenzaba a sentirse cada vez más caliente, mientras las caricias de Midoriya aumentaban. Un hormigueo recorría su cuerpo y su mente también perdía el control.

Quien hubiera dicho que las manos de Midoriya se sentían tan bien.

Las manos de Midoriya se alejaron de su parte trasera y comenzaron a explorar con picardía su espalda, arrancándole ligeros gemidos.

Mina se mordió el labio con fuerza al sentir las manos de Midoriya explorar sus pechos. Eran demasiadas sensaciones para ella. Otro escalofrió recorrió su cuerpo al sentí algo duro frotando su trasero ligeramente.

- ¡Mi-Mido-Ahh! ~~ - Otro gemido que se escapaba de ella.

Las manos de Midoriya se habían deslizado debajo de su blusa, y ahora lo único que impedía que manoseara sus pechos era su sostén.

El calor en ambos aumentaba más y más, mientras lentamente ambos dejaban de luchar y se dejaban llevar, casi olvidando que estaban en un tren repleto de personas.

- Mina… Mina – Midoriya gruñía su nombre, cosa que la volvía más loca.

Ya no estaba pensando con claridad. Hace rato que había dejado de luchar y ahora disfrutaba de las desesperadas caricias de Midoriya.

Midoriya la tomo de la cintura y la hizo girar hacia ella, dejándola frente a ella.

Mina estaba totalmente roja, con su boca ligeramente abierta, tomando grandes bocanadas de aire, mientras pequeños hilos de saliva recorrían su boca.

Ambos extinguieron el poco espació que los separaba con un profundo beso.

La lengua de Midoriya se introdujo dentro de Mina, explorando cada rincón de ella, memorizando cada sabor.

El calor aumentaba dentro de ella. Había pasado de intentar escapar del agarre de Midoriya a estar acariciando su rizado cabello, disfrutando de aquel beso más de lo que esperaba.

La mano de Midoriya se deslizo pícaramente por el abdomen de Mina, acariciándola lentamente, hasta que su mano se metió dentro del short de su compañera, llegando a una zona que la hizo romper el profundo beso.

Mina mordió la chaqueta de Midoriya, mientras sentía como su mano exploraba su húmeda vagina, arrancándole más de un gemido.

- I-Izuku ~~… - Gruño, mientras lo abrazaba con más fuerza.

Sentir los dedos de Midoriya jugando con una zona tan sensible con tanto ímpetu la volvía loca. No podía más.

Mina se mordió más fuete el labio al sentir como lentamente un dedo se introducía en ella, provocándole más placer.

- Izuku ~~… Más… -

Midoriya comenzó a frotar su interior con más fuerza, mientras invadía sus labios con un apasionado beso. Los fluidos comenzaban a salir más y más del interior de Mina, mientras los sonidos obscenos eran ahogados por el sonido del tren.

La mano de Mina comenzó a explorar cada vez más el cuerpo de Midoriya, hasta que su mano se encontró con el hinchado miembro de él, cosa que lo hizo soltar un gruñido de placer.

Antes de que se dieran cuenta ambos estaban acariciándose el uno al otro. Dejándose llevar por el placer.

Tan caliente… Y duro…

Era más grande de lo que se había imaginado, hecho que le excitaba aún más.

Sus manos lentamente comenzaron a ir más y más rápido, llegando a un punto que tenían que besarse para evitar hacer mucho ruido. Su excitación había llegado a un límite.

La mano de Mina masajeaba el duro miembro de Midoriya, mientras él estimulaba bruscamente su interior.

Mina saco el pene de Midoriya se sus pantalones y comenzó a masturbarlo más rápido, usando su quirk para cubrir su mano con un líquido viscoso, provocándole más placer al muchacho.

Midoriya metió su miembro por un lado del short de Mina, frotándolo con desesperación, hasta que lo inevitable paso.

Ambos llegaron al orgasmo en un ahogado gemido. El semen de Midoriya cubrió por completo la rota interior de Mina, mientras sus shorts se mojaban demasiado, casi parecía que se había orinado.

Mina se dejó caer en el pecho de Midoriya, respirando con pesadez. Sus piernas le temblaban, al punto de casi caerse, si no fuese porque Midoriya la estaba abrazando con fuerza.

Midoriya se quitó la chaqueta y se la coloco a Mina en la cintura, tapándola justo antes de que las puertas frente a él se abrieran.

..

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Ya había pasado más de media hora desde que había entrado al baño, y honestamente no quería salir. La vergüenza le impedía salir de ese pequeño cuarto y encarar a Midoriya, el cual seguramente estaba afuera.

No quería verlo. Y no era por estar enojada, era obvio que algo raro les habían hecho a los dos, más a Midoriya, el cual se había comportado totalmente diferente.

Ahora que se había calmado y que podía pensar con claridad, los recuerdos de los sucesos de hace poco, la agitada respiración de Midoriya y la sensación de sus manos explorando su cuerpo.

- ¿Q-q-que estoy pensando? –

Mina tomo un pequeño espejo de su bolso y comenzó a verse el cuello, confirmando lo que temía, marcas de besos por su cuello y hombros, dejados por el chico que ahora debe estar cien veces más avergonzada que ella.

Una pequeña vibración la saco de su hilo de pensamiento.

Mina tomo su teléfono y lo encendió, encontrándose con un mensaje.

Entenderé si me odias…

Solo eso.

Midoriya debía estar sumamente arrepentido por lo que había hecho, obviamente pensaba que lo odiaba. Cosa que no era verdad.

Ella sabía que todo había sido obra del quirk de algún gracioso que lo había activado en ambos.

Debía salir. Debía mostrarse frente a Midoriya, al menos para decirle que no lo odiaba.

Además…

- N-no es que h-haya sido desagradable –

Mina salió del cubículo y salió del baño, encontrando a Midoriya recargado en la pared, con la mirada perdida.

-M-Midoriya… -

El tímido chico volteo a verla con rapidez, con un rostro sumamente rojo y ligeramente encogido, como la primera vez que lo vio.

Peor

- Yo… -

- N-No… Está bien Midoriya – Dijo, dedicándole una pequeña sonrisa – Sé que no eres esa clase de personas… No tienes que sentirte mal –

- Pe-Pero yo te hice algo muy malo… -

- No hiciste nada malo… Solo… fue algo que paso, algún efecto de un quirk, estoy segura que alguien te obligo a actuar así –

- Aunque sea verdad yo… Debí haberme contenido… No debí abusar de ti… -

Sin duda Midoriya se sentía como basura. Le había hecho algo tan obsceno a una de sus compañeras, había hecho algo que no lo hacía ver diferente a cualquier villano.

- A-abuso… hubiera sido un abuso si… Hubiera sido desagradable – Hablo, con el rostro sumamente rojo.

El rostro de Midoriya se puso totalmente rojo al escuchar aquellas palabras.

Sus ojos se encontraron con la avergonzada mirada de Mina, la cual luchaba por no desviar su mirada.

Le era imposible odiar a alguien tan amable y honesto como Midoriya.

- V-Vamos de vuelta a la academia… P-puedo comprar ese blue-ray luego – Hablo, con una nerviosa voz.

El camino de vuelta en tren estuvo mucho más vació que antes, eso sí, la tensión que había entre ambos era insoportable. Pero no había nada que hacer, el aún se sentía culpable, y ella no sabía que decir y era inútil iniciar una conversación.

Y al final ambos llegaron al campus y se fueron a sus alcobas. Ninguno tenía ganas de ver nada ni a nadie.

..

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Al llegar a su cuarto lo primero que hizo fue ponerse algo más cómodo, aun sentía su ropa interior pegajosa y algo mojada. Luego de eso solo se tiró a la cama y enterró su cabeza en la almohada. Ahora que iba a hacer. Si había sido incomodo el camino hacia la academia, ir a la escuela todos los días sería una tortura.

Como demonios lo miraría a la cara si cada vez que lo hacia las obscenas imágenes de lo ocurrido asaltaban su mente.

Mina se miró las manos un momento, recordando la sensación del miembro de Midoriya entre sus manos, su olor y su calor.

Sin poder detenerse sus manos comenzaron a explorarse lentamente, recordando las escenas del tren.

- ¡Ahh! ~~ Izuku… -

Era tan grande…

- Más… -

Su olor era tan fuerte…

- ¡Izuku…! –

"- Mina ~~-"

- Izuku … – El recuerdo de su voz la invadió.

Sus dedos iban cada vez más profundo, mientras la imagen de Midoriya asaltando su interior la hacían enloquecer.

Sus dedos iban cada vez más rápido, mientras mordía su almohada, evitando que se escucharan sus gemidos.

- ¡Izuku! – Grito, mientras su cuerpo llegaba al orgasmo – "Agitada" … ¿Cuando deje llamarlo Midoriya-kun…-

-…-

No quería ir a la escuela.

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