Este fic ya hacia algún tiempo que estaba prácticamente terminado pero como probablemente sea lo último que escriba (canon seguro) quería que fuese lo más canon posible y por ello yo, tonta de mí, esperé a que terminará tri por si nos daban algo rescatable. Obviamente tri siguió siendo malo hasta el final y obvió los trabajos de los chicos que es de lo que principalmente trata este fic, aún así reescribí algunas escenas para que pudiera quedar acorde con el canon de tri. (aunque para mí no sea digno de considerarlo canon)

Ninguna aclaración más, solo que vuelvo a mis orígenes y lo publico todo de una vez porque lo considero bastante más práctico XD. Espero que disfruten de la historia.

Digimon y sus personajes no me pertenecen.

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EL COLOR DEL UNIVERSO

Las flores se integraban en el espacio de forma natural, dándole un aspecto sereno y calmo a la estancia. Incluso se distinguía alguna variedad propia del Digimundo que le recordaba a la selva donde se perdieron la primera vez que lo visitaron. Volteaban hacia el gran ventanal cuya luz les concedía la vida. Las vistas eran hacia la tranquilidad de las verdes colinas acentuada por el piar de los pajarillos dando la bienvenida a la primavera. En el interior, entre la calma de las plantas, un intruso maniquí con unas telas todavía sin forma definida parecía espiar sus movimientos, sus pensamientos.

Alzó el brazo tal y como Sora le indicó y siguió observando la estancia. En las paredes se alternaban obras abstractas con trabajos más tradicionales. Había un kimono enmarcado de la clase furisode y también diferentes publicaciones e incluso premios, pero al contrario que en la sala de más abajo, —donde se recibía oficialmente a los clientes— que ilustraban los méritos y logros de la firma, las de esta otra habitación hablaban de los reconocimientos a un astronauta.

Sobre la mesa había fotos de hasta tres niños y una foto más antigua, de una mujer que nunca había conocido tan joven como en esa foto y que vestía el kimono enmarcado.

Así era el estudio de su esposa y por muchas veces que estuviese, siempre descubriría algo nuevo, o mejor dicho, siempre sentiría algo diferente.

Volvió la mirada hacia sus piernas, que era el lugar por donde Sora estiraba el metro en ese momento.

—No me creo que no tengas mis medidas.

Sora hizo una anotación en su pulsera y volvió a ponerse en pie y a estirar el metro por el otro costado.

—Cualquiera diría que no te gusta que te mida —sonrió mientras deslizaba una uña por su brazo. Yamato contuvo la respiración tratando de mostrarse sereno pero finalmente rio a la par que su esposa—. Tengo que asegurarme. Con eso de que creces y decreces cada día.

—Eso no es cierto. Nunca lograste demostrarlo.

Yamato estiró el cuello hacia los lados incómodo y Sora observó su movimiento. Tenía la fuerte teoría de que era el cuello lo que se le estiraba tras cada misión. Instintivamente se llevó la mano a su propio cuello y aunque no le sorprendió, digamos que había olvidado que llevaba la cadena. Normal, ya que nunca la llevaba cuando estaba Yamato. Vio la sonrisa de su esposo en cada uno de sus movimientos. Cuando la soltó y cuando dejó caer un anillo sobre su palma.

—¿No echarás de menos hacer esto? —preguntó Yamato, extendiendo su mano. Sora le colocó el anillo y sonrió.

—Creo que no.

—Creo que yo tampoco.

Ambos abortaron su beso al sentir la presencia de Piyomon.

—Ya sé que Yamato necesita mimos siempre que regresa…

—Tienes que dejar de decir eso Piyomon —interrumpió molesto el hombre, mirando de reojo la contenida risa de su esposa.

—…pero después de tantos años creo que la que de verdad necesita mimos es Sora.

—¡Piyomon! —y ahora fue Yamato quien rio, de una forma mucho menos discreta que Sora, que resopló con resignación— ¿Traes el catálogo?

Sora guardó el metro, extendiendo la mano hacia su compañera. Sintiéndose por fin libre, Yamato estiró hasta el último músculo de su cuerpo.

—Aquí están los modelos.

Yamato tocó alguna de esas telas.

—¿En serio tengo que decidir estas cosas?

—Eres un cliente, ¿no? —respondió Sora con provocación. Él resopló y Sora decidió no hacerle sufrir más— Supongo que querrás el hakama tradicional.

—Supongo —confirmó Yamato no demasiado seguro.

—Así que solo hay que elegir el color del kimono, que supongo que lo querrás también tradicional.

No se equivocaba, Yamato no era de colores llamativos ni prendas inapropiadas, pero su esposa había creado un nuevo arte en la prenda tradicional de su país y precisamente era eso lo que le había llevado a pedirle este traje. No quería algo que pareciese sacado de fábrica, quería la vida que Sora ponía en sus diseños desde hacía casi treinta años.

—En realidad había pensado en algo más original —Sora, que ya estaba estudiando los diferentes tejidos en negro, lo miró extrañada—, quiero el color del universo en mi kimono.

La mujer esbozó una sonrisa amable que Yamato imitó pero con un tinte enigmático.

—Negro —dijo ella, regresando la vista a los modelos.

—El universo no es negro —nuevamente el inesperado comentario de su esposo captó su atención.

—¿Azul oscuro? —él negó y Sora empezó a impacientarse. Entrecerró los ojos y examinó su sonrisa traviesa pero sin llegar a ser burlona— ¿Es una adivinanza ? ¿Blanco, porque se puede descomponer en todos los colores?

Ella hizo un gesto despectivo al escuchar la ahora sí, discreta risa de su esposo.

—No es lo que pensaba pero valoro tu ingeniosa respuesta —la besó en la sien antes de irse—. Recuerda, el color del universo.

Aturdida, la diseñadora se asomó por el ventanal. Contempló las colinas, las hojas cobrizas de los árboles que las salpicaban con esa lluvia de pétalos blancos tan característica de la primavera. Incluso se esforzó en percibir el aroma del mar en el horizonte. Desvió la vista al cielo que ese día había amanecido teñido de gris. Algunas gotas caían de vez en cuando apaciguando los cantos de los pájaros. Tendió la mano y quiso tocarlas mientras se preguntaba: «¿De qué color es el universo?»

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N/A:

Japonismos varios:

Tipos de kimono que se van a mencionar en el fic:

Furisode: Se caracteriza por las largas mangas que llegan hasta los tobillos. Suele ser empleado por mujeres solteras para momentos de celebración como bodas, graduación, etc.

Komon: kimono de diario.

Yukata: kimono de verano (sale en todos los animes)

Homongi: kimono más formal que el komon para mujeres casadas.

Hakama: pantalón del kimono masculino.

Shiromoku: kimono blanco nupcial.