Día 1. Your injured please stay the night, please

(Estás herido por favor quédate esta noche, por favor)

Era un viernes por la noche en la ciudad de París. Marinette se encontraba su habitación haciendo algunos retoques en un vestido veraniego que le había dejado una amiga de su madre. Eran las 11:50 de la noche de un viernes así que la francesa-asiática no tuvo ninguna preocupación por levantarse temprano total mañana para ir a la escuela.

Todo estaba tranquilo y silencioso en la habitación.

Tikki se encontraba dormida en una cómoda cama que le había hecho Marinette en uno de sus cajones de su escritorio.

Marinette estuvo a punto de terminar algunos encajes del vestido cuando de pronto un sonido seco junto a una maceta se escuchó. Los sentidos de la Portadora de la Mariquita se pusieron en alerta mientras trataba de calmar los fuertes y acelerados latidos de su corazón, la chica sin temor subió las escaleras que conducían a su cama y justo ahí ella empujo la trampilla que conducía a su pequeño balcón. Con sumo cuidado ella asomó un poco la cabeza procurando en no arriesgar su vida si se tratara de un ladrón con el intento de robar la panadería.

Gracias a la luz de la luna y de las luces parisinas Marinette pudo visualizar con facilidad el entorno. Ella vio justo en el barandal una silueta tratando de incorporarse a la vez que se escuchaban gemidos y quejido de dolor.

Marinette con mucho sigilo y sin hacer menor ruido posible subió al balcón mientras en cuclillas se dirigía hacia el desconocido sujeto.

Fue en ese momento cuando escuchó su voz que al instante se le hizo tan familiar.

– ¿Princesa?

El corazón de Marinette se aceleró cuando se dio cuenta de que aquella persona quien se encontraba tendida en el suelo no era nadie más ni nadie menos que…

– Chat Noir. – jadeó de sorpresa el nombre del héroe de París.

Con algo de rapidez Marinette se dirigió hacia un pequeño interruptor para encender las luces de su balcón, cuando ella se giró para ver a Chat Noir una expresión de horror se plasmó en su rostro.

Aun tendido en el suelo, el héroe de parís estaba sobre un charco de sangre que éste salía de su costado izquierdo.

Alarmada y asustada Marinette corrió hacia a él mientras que su voz se podía alcanzar un tono de pánico.

– ¡Chat! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué te ocurrió?! – estaba horriblemente preocupada y aterrada, ella no sabía cuan grave era la herida pero al ver la expresión dolida de Chat Noir era más que suficiente.

– No te preocupes Princesa esto no-no es nada… – dijo él para luego dejar un leve gruñido de dolor.

– Llamaré a una ambulancia… esto puede ser grave Chat. – al momento en que Marinette se iba a disponer por ir a su habitación y hacer la llamada, la mano de Chat Noir la detuvo al tomarle de su muñeca.

– ¡No Marinette! Por favor, no llames a emergencias. Enserio. La herida no es tan grave… sólo… sólo deja que recupere mis energías y me iré.

– ¡Ni loca te dejaré así! ¡¿Qué no ves cómo estás?! ¡¿Qué pasaría si la herida es tan grave como lo crees?! – vociferó la chica con la intención de que aquello entrará en razón al héroe de París.

– Entonces cúrame tú. – el rostro de Marinette cambio repentinamente.

– ¿Yo? Pero…

– Por favor Marinette… ya bastante tengo problemas con mi vida de civil no quiero que por este error sea un problema más para mi vida como de héroe.

Algo dentro de Marinette se encogió a la vez que una tristeza y preocupación invadió su pecho.

¿Qué problemas tendría Chat Noir en su vida como civil?

Esa pregunta hizo mortificar aún más a Marinette, pero tuvo que dejar a un lado todos esos pensamientos sobre su compañero y enfocarse en él y en su herida.

– Está bien, te ayudaré Chat. – aquello hizo sentir un alivio al felino.

– Gracias Marinette. En verdad gracias. – dijo él.

– ¿Puedes…? ¿Puedes levantarte? – su voz le había fallado al principio pero tuvo que mantenerse firme por él.

– Lo intentaré.

No dio ni siquiera el primer movimiento cuando Chat Noir sintió la más terrible y dolorosa punzada sobre el costado en la que tenía la herida, había soltado un quejido de molestia y dolor haciendo que Marinette entrará en preocupación.

– Está bien, no te esfuerces. – Marinette al ver la expresión dolida de su compañero sintió como si algo dentro de ella la desgarrara. – Te ayudaré pero necesito que pongas algo de tu parte para llevarte a mi habitación Chat.

– Sí.

Con un poco de impulso Chat Noir se levantó mientras que aquel punzante dolor incrementaba al moverse, Marinette tomó uno de sus brazos y la colocó alrededor de su cuello para después levantarlo cuidadosamente.

Una vez que el héroe de París ya se encontraba de pie, ambos adolescentes se dirigieron hacia la entrada de la habitación. Una vez dentro el felino se encontraba recostado en la cama de la chica. La Dupain-Cheng observó la herida, aunque la sangre ya se encontraba algo coagulada se podía ver que aún se encontraba fresca.

– Chat Noir… ¿Tu traje tiene algún cierre especial? – preguntó Marinette temerosa y nerviosa, temía a que si el traje no tendría alguna abertura entonces tendría mucha dificultad para atender a su compañero en su forma civil. Después de todo ella siempre le había dicho que sería muy arriesgado revelar sus identidades.

– El cascabel. Sólo jala del cascabel. – pronunció Chat Noir.

Marinette suspiró aliviada.

La suerte estaba de su lado.

Ella jalo del cascabel hasta que éste se detuvo en la parte del vientre del muchacho. fue en ese preciso momento en que la francesa-asiática casi iba a desmayarse debido a que la sangre había golpeado su rostro haciendo que éste tuviera un terrible sonrojo después de que viera el torso desnudo y marcado de su compañero.

Ay Dios mío. – pensó avergonzada la pobre Portadora de la Mariquita.

– Marinette, ¿Te encuentras bien? – preguntó Chat Noir a su amiga sacándola de sus pensamientos.

– S-Sí. E-Estoy bien… t-tengo que revisarte la herida.

Ella volvió a dirigir su mirada hacia el torso de Chat Noir con el único objetivo de tratar su herida. Pero al momento de enfocarse en la herida sus ojos se dilataron del horror y la preocupación, no además el costado presentaba una cortada mediana sino que había unos horribles moretones en algunas partes de su cuerpo.

– Chat Noir… ¿Qué te paso? ¿Qué son todas heridas? – preguntó aún más preocupada Marinette.

– Salve a un civil antes de que fuera asaltado. Logre detener a los asaltantes pero antes de contactar a la policía recibí una cuchillada por uno de ellos… me distraje por el ataque y ahí fue cuando recibí los golpes por parte de ellos. Afortunadamente volví a enfocarme en la pelea y los dejé noqueados. – explicó Chat su relato de esa noche cuando hacia su patrullaje.

Marinette estuvo en ese momento aterrorizada. Las imágenes de ese escenario donde su amigo fue atacado por esos ladrones hicieron que toda su paz se desmoronara.

– Chat Noir…

– Vaya suerte que tiene este gato, ¿No lo crees Princesa? – bromeó el felino a su amiga pero al parecer esto no le pareció nada gracioso para la chica.

– ¡Deja de bromear por un segundo gato tonto!

– ¿Marinette?

El Portador del Gato jamás había visto actuar de esa forma tan molesta y amarga a su compañera de clases.

– ¡Pudiste haber muerto Chat! ¡¿Qué no sabes del riesgo que pudiste haber tenido con enfrentarte a esos asaltantes tu solo?! ¡¿Por qué no contactaste a Ladybug en primer lugar?!

– Marinette… tranquila por favor. Estoy bien. Es lo único que importa ahora. Además es mi deber como héroe de París de proteger a los civiles tanto de Hawkmoth como de los crimines. Y sobre de Ladybug, ella… yo…

– Ella debió estar ahí. Ella debió estar contigo. Ella debió ayudarte en enfrentar a esos asaltantes. Ella… ella… ella es tan injusta…

Marinette se juraba que en cualquier momento las lágrimas les saldrían. Entre tanto Chat Noir sólo se le quedo viéndola anonadado, su corazón latió tan deprisa como si fuera una locomotora. Una débil sonrisa compasiva y a la vez de tristeza decoró los labios del felino, con mucho cuidado él se enderezó hasta quedarse sentado en el colchón de la cama, con su mano derecha la poso sobre el hombro izquierdo de la chica haciendo que ella se sobresaltará y lo viera atentamente mientras que el héroe el dijo.

– No seas dura con Ladybug, Marinette. Ella no tiene la culpa de que este gato sea tan impulsivo. Además ella y yo acordamos que hoy sería mi turno en patrullar París.

– Pero…

– Dejemos el asunto de Ladybug para otra ocasión Princesa. Ahora más que nada es que tenemos que tratar con mi herida.

Es cierto. Casi me olvido de la herida de Chat. – pensó alarmada. – ¡Lo siento tanto Chat! ¡E-Enseguida te atiendo! ¡De-Déjame ir por el botiquín!

Rápidamente Marinette se dirigió al baño para después salir de ahí con un botiquín color blanco con una cruz roja en el centro de la tapa. Chat Noir la miró con incredulidad y sorpresa al ver lo rápida que era su compañera.

– Vaya a eso le llamo rapidez. ¿Eres acaso la hermana perdida de Flash? – bromeó el felino robándole una sonrisa a la muchacha.

– Creo que es la costumbre de hacer rápido las cosas. – confesó Marinette.

– Bueno sea costumbre o habilidad eres muy rápida. – Chat Noir miró como la expresión de Marinette cambio al ver de nuevo la herida. – Lo siento.

– ¿Por qué te disculpas? – preguntó ella mientras preparaba todo para tratar la herida de su compañero.

– Si hubiese sido más cuidadoso no estaría dando molestias. – las orejas felinas de Chat se inclinaron mostrando tristeza y disculpas.

– El hubiera no existe. Y no te culpes de esto Chat Noir, uno no sabe qué cosas nos esperan en el futuro. – sentenció Marinette. – Ahora no te muevas, voy a ponerte alcohol para que la herida no se te infecte.

– Dame algo para no gritar, así no llamaré la atención de tus padres.

– No te preocupes por ellos. Mis padres están en una cena o más bien en una reunión de amigos de la preparatoria. – explicó Marinette.

Una vez que la herida fue tratada y vendada Marinette guardo las cosas en el botiquín mientras que Chat Noir volvió a subir la cremallera de su traje ignorando aquel dolor de su lastimado cuerpo.

– Gracias por atender a este gato callejero, Princesa.

– Por nada Chat Noir. Siempre puedes contar conmigo para lo que necesites y más cuando estés herido de alguna batalla ahí estaré. – las palabras de Marinette habían tocado y despertado algo en el corazón del héroe francés mientras que él sentía como sus mejillas le ardían cálidamente.

– Gracias Marinette, otra vez. – agradeció una vez más. – Bien creo que ya es hora de irme. Aún no he acabado con el patrullaje.

Justo cuando Chat Noir estaba dispuesto a irse por el tragaluz el dolor de su herida hizo que emitiera un quejido de dolor a la vez que él apretara su costado izquierdo para apaciguar el punzante dolor. Esto hizo que no además alertara a Marinette sino que aquella preocupación incrementara sabiendo que su compañero aun no estaba en condiciones para seguir continuando con su labor de héroe.

– Será mejor que no te esfuerces demasiado Chat. Es más, creo que es mejor que te quedes por esta noche hasta que tu herida este mejor.

Ambos jóvenes se quedaron sorprendidos por el comentario, más en especial Marinette.

Chat Noir le dedicó a su compañera de clases una tierna sonrisa junto a una cálida mirada que hizo latir frenéticamente el corazón de ella.

– Agradezco tu hospitalidad Princesa, pero ya has hecho mucho por mí esta noche. Quedarme sólo hará que este gato callejero se acostumbre a quedarse todo el tiempo posible. Es mejor que me vaya no quiero ser una carga ni mucho menos invadir tu espacio personal.

Marinette se había quedado sorprendida por las sinceras y nobles palabras de su compañero, jamás pensó que ella conocería otra parte de Chat Noir. Pero aun así ella siguió insistiendo sin importar lo que le esperaría en el futuro por dejar a ese felino quedarse en su habitación.

– Correré el riesgo. Pero por favor Chat, estás herido quédate solo por esta noche, por favor. – volvió ella a suplicarle a su compañero.

Si había algo que a Chat Noir lo debilitaba eran por dos obvias razones; su Lady y aquella mirada de súplica e inocencia de la tierna y linda Marinette.

Eran como si los roles cambiaran en ese momento.

Fue en ese instante que Chat Noir por primera vez en su vida había sido vencido por una civil. Pero no una civil cualquiera sino Marinette; su querida amiga de clases.

– Si es lo que mi Princesa desea entonces que se haga. – sentencio Chat Noir.

La Dupain-Cheng sintió como el aire se le escapó de sus pulmones a la vez que sintió como su sangre había golpeado sus mejillas por el acto que le hizo su compañero.

Esa misma noche Chat Noir se había quedado en la habitación de Marinette, disfrutando ambos de su compañía como al igual que otras noches.


Hola mis Ladies y mis Lords.

Aquí con un nuevo proyecto que he estado esperando por tanto tiempo, desde hace un mes, haré el reto de 31 días de mi pareja favorita: LE MARICHAT.

Haré todo lo posible con tal de subir los capítulos ya que últimamente he estado muy ocupada que casi no tengo para mi misma.

También debo informarles que mi otra historia "MLB: Arenas de Tiempo" la seguiré continuando, sé que me he tardado mucho en publicar mis otras historias en especial esa pero tal como les dije he estado muy ocupada ademas he estado perdiendo mucha imaginación e insparación. Así que sean pacientes por favor.

Bien espero que sea de su agrado esta nueva historia/proyecto.

Que tengan un hermoso día, tarde o noche.

Otra cosa más mis queridos lectores...

¡¿QUIÉN ESTA PREPARADO PARA EL EPISODIO 14: SYREN (SIRENA) DE MLB?!

Yo lo estoy aun estoy contando los días para poder al fin verla. Espero que cumplan con lo prometido estoy emocionada por ver que sucedera en el episodio y más aun... VER LOS NUEVOS PODERES DE CHAT NOIR Y LADYBUG.

Sin más que decir me despido.

Bye, bye petite papillon.