Quiero escribir un fic de Disgaea. "Pero InuZelda, casi nadie conoce Disgaea y tus seguidores quieren TF2 o Undertale"... pues ale: mezclemos TF2 con Disgaea a ver que sale. Por suerte Disgaea es de esas pocas sagas que puedes mezclarla con cualquier cosa y te sale un resultado decente, además de que es de esta saga de donde se sacaron los items Prinny para TF2. Por otro lado, esta idea la tuve desde que empecé a escribir "El rencor de una sombra" (de hecho, ambas historias son paralelas en el tiempo) así que mientras trato de superar el bloqueo con tengo con ese fic, vamos a darle un poco de caña al equipo BLU.

Si alguien está interesado o está jugando a la saga Disgaea, este fic contiene spoilers del juego original, Disgaea 5 y Disgaea D2. No es necesario haber jugado a los juegos para leer este fic.

Team Fortress 2 es propiedad de Valve, Disgaea es propiedad de Nippon Ichi Software.


Prólogo: bienvenidos al Infierno

"El Inframundo. Tierra maldita donde la oscuridad gobierna y las almas de los pecadores sufren por su actos. Un mundo despiadado habitado por los temibles señores de las tinieblas: demonios, seres conocidos por su crueldad infinita.

Y un grupo de incautos humanos está a punto de descubrir los horrores que este mundo y sus habitantes guardan en su interior"

Les habían dejado tirados.

El equipo BLU aún no terminaba de creerse lo que acababa de suceder. En cuestión de minutos habían pasado de tener una competición "amistosa" para ver que equipo conseguía mandar el cadáver del jefe del otro equipo primero al Inframundo, a completamente olvidarse de que habían establecido una alianza para luchar contra la reciente amenaza de los robots de Gray Mann y entablar una batalla encarnizada, que había acabado con todos ellos en el Inframundo.

Nada más verse allí, rodeados de lava e islas de roca y grava, ambos equipos habían corrido despavoridos hacia el portal que se los había tragado, que amenazaba con cerrarse. El equipo RED había sido mucho más rápido que ellos, todos sus miembros logrando escapar sin problemas... pero alguno de esos capullos había invocado un Monoculus fantasma y evitar los misiles del enorme ojo les había quitado el tiempo que hubieran necesitado para escapar, por no hablar de que el Soldier del RED había seguido disparando con la escopeta mientras se retiraban y había herido a Heavy en la pierna.

Así que no: no habían podido salir del Inframundo. El portal se había cerrado justo en sus narices, Scout, quien había tratado de saltar a través de el cogiendo impulso en el último segundo, estrellándose estrepitosamente contra el suelo.

-Tío... nos han dejado tirados- comentó Demoman, diciendo lo obvio con el fin de romper el silencio incómodo que se había formado ante la situación.

-¡PUES QUE SE JODAN!- bramó Soldier furioso.- ¡Ya llorarán cuando vean que no pueden solos contra los robots!

-Se suponía que iba a ser un entrenamiento amistoso...- gruñó Medic frustrado, mientras extraía la bala de la pierna de Heavy y le curaba con la pistola médica.

-Y tan amistoso: me juego el rifle a que esos cabrones nos han dejado aquí a propósito- apostó Sniper, con fría furia. Una furia que era compartida por todos sus compañeros, salvo Engineer y Pyro.

-Traidores bebés, cobardes y debiluchos - les insultó Heavy enojado, sin querer pensar en lo que significaba quedarse atrapado en el infierno, sin ninguna posibilidad de contactar a su familia.

Por su parte, Engineer estaba demasiado alarmado y preocupado como para poder permitirse estar enfadado. Con Gray Mann atacando MannCo... ¿iban a estar los planes de su familia y la Administradora a salvo? Tendría que haber impedido esa competición absurda. Ambos tendrían que haber impedido esa competición absurda, pero la oportunidad de usar la magia había sido tan tentadora...

-Mierda. Hay que encontrar una forma de volver como sea- se quejaba el texano, la ansiedad creciente palpante en su voz.

-¿Engi? ¿Estás bien?- le preguntó Scout, ya recuperado de su "bocazo", al verle así.- Normalmente estarías tildando al RED de hijos de puta para arriba.

-No es nada. Sólo estoy un poco preocupado: no quiero perder el trabajo- contestó este, haciendo como que le quitaba importancia.

-Ya, y yo tampoco-estuvo de acuerdo el joven.- Pero esos mamones nos han apuñalado por la espalda como si fueran Spy.

- A mi no me eches veneno: yo estuve en contra de este numerito de la magia y la carrera de vagonetas desde el principio- replicó el aludido, quien se había quitado la chaqueta debido al calor.

Pyro parecía ser el único que no lamentaba haberse quedado atrapado allí. De hecho estaba embobado, contemplando el mar de lava que se extendía ante ellos.

-¡Ajá! ¡Por fin te he ganado!

-¿Pero qué dices? ¡He ganado yo!

-Y encima están ellos aquí... -suspiró Engineer con resignación, al oír a los espíritus de Blutarch y Redmond discutir sin parar.

-¿Pueden por favor, señores Mann, cerrar el pico?- pidió Medic irritado y con falsa educación.

-Ja, ni tus mercenarios te respetan- se burló su hermano.

-¡¿Qué manera es esa de hablar a tu jefe?! ¡Despedido!- le gritó Blutarch Mann al alemán.-Y como vuelvas a decir algo más...

Blutarch no terminó la frase puesto que, de repente, una figura encapuchada apareció flotando entre ellos, cortando cualquier discusión, queja y conversación que estuviese teniendo lugar en ese momento. Los mercenarios ni si quiera trataron de sacar las armas: había algo sobrecogedor en aquella figura. Un aura oscura y poderosa que hacía parecer a Merasmus algo menos que una hormiga en comparación.

-Redmond y Blutarch Mann: por fin estáis aquí. Llevamos esperándoos una eternidad- anunció la figura, con una voz tan profunda como el océano.

-¿Qué es este bicho? ¿Le has contratado tú?- acusó Redmon a su hermano, con temor en su voz.

-¡Mercenarios acabad con él!- ordenó Blutarch, completamente atemorizado.

-Esto... ni de coña- se negó Scout.

-¡¿Qúe?!- exclamó Blutarch.

- El contrato duraba hasta que uno de los dos llegase al Infierno primero- le recordó Demoman.

-Además, a mi me acabas de despedir- añadió Medic cruzándose de brazos.

-¡Por no hablar de que esta situación es culpa suya!- acusó Soldier a ambos hermanos.

-Aunque si nos pagan...- comenzó a decir Sniper. Luego contempló una vez más al encapuchado, tragó saliva, y añadió apresuradamente- lo siento: ni aunque nos paguen nos vamos a enfrentar a eso.

La figura encapuchada centró su atención en los mercenarios, quienes no pudieron evitar tragar saliva ante la imponente figura.

-Mm, vosotros estáis vivitos y coleando- dijo esta con un tono de curiosidad.- No es muy común ver humanos vivos en el Inframundo. Pero no es mi trabajo ocuparme de vosotros, así recogeré a estos dos y los llevaré al Hades para que los metan en cintura.- Dicho esto, volvió a dirigirse hacia los hermanos:- os quedan unos siglos muy muy largos.

Y antes de que los espíritus de Redmond y Blutarch se pudiesen quejar, el extraño ser encapuchado los absorbió en el interior de su manga como si de un aspirador se tratase, ahogando los gritos y las quejas de ambos ( y aún así a Redmond le dio tiempo de decir un último "esto es culpa tuya"). Una vez ambos fantasmas habían desaparecido, el espíritu asintió, complacido con haber hecho su trabajo.

-En fin, ahora debo marcharme- anunció el espíritu.

-Espere, señor- se atrevió a detenerle Engineer. La figura encapuchada se giró hacia él con impaciencia, pero no daba la sensación de que se hubiera enojado.- ¿Por casualidad no conocerá una manera en la que podamos regresar a nuestro mundo?

-¿Habéis entrado por el portal que da al mundo T-12078, de donde vienen estos dos?

-Creo que sí- respondió el texano, aunque un poco confundido por la cifra tan exacta.

-Pues mucho me temo que la conexión a ese mundo humano solo se ha establecido mediante ese portal en concreto, el cual sólo se abre el día de lo que vosotros llamáis Halloween- respondió esta- Bueno, si no necesitáis nada más, me marcho, que después de entregar a estos dos tengo que llevar a mi hijo al colegio y hacer la compra. Adiós. Ah, y bienvenidos al Inframundo.

Y dicho esto, la figura encapuchada despareció sin más.

-¿Acaba de decir esa cosa que parecía la muerte en persona que iba a llevar a su hijo al colegio y a hacer los mandados?- preguntó Scout, sin terminar de creerse que un ser tan tenebroso hiciera cosas tan mundanas.

- A mi me preocupa más lo de que el portal sólo se abre en Halloween- comentó Medic.

-Bah bueno, sólo es un año- replicó el joven.

-¡¿Sólo un año?! ¿Sabes la cantidad de cosas que pueden irse a la mierda en sólo un año?- le gritó Engineer, indignado, mientras le sacudía.

-Relájate- trató de calmarle Sniper poniéndole una mano en el hombro. El texano soltó a Scout y le pidió disculpas: él no tenía la culpa de la situación esa vez.- Lo que vaya a pasar este año ya no sería culpa nuestra: los robots son ahora cosa exclusiva del RED- le recordó el australiano.- Nosotros deberíamos de preocuparnos de buscar una manera de sobrevivir a este sitio.

-No es tan simple como luchar contra unos robots...- murmuró Engineer.

-A todo esto, ¿dónde está Pyro?- oyeron preguntar a Demoman.

-Pyro estar allí...- respondió Heavy, señalando con el dedo hacia una escena que dejó pasmados a los mercenarios.

Pyro estaba montado a caballito sobre lo que parecía ser un dragón verde, el cual trataba de sacudírselo de encima con una expresión de temor en su rostro.

-¡Socorro! ¡Que alguien me quite esta cosa de encima!- gritaba el dragón con puro pánico en su voz, mientras Pyro se reía como un maníaco.

Ante lo absurdo de la situación (un dragón de verdad que además hablaba y que además le tenía miedo a Pyro), Engineer no pudo hacer otra cosa sino suspirar con resignación. Intuía que aquello iba a ser el comienzo de una aventura muy bizarra.