Besos Desesperados, Consecuencias Inesperadas.

¿Qué estaba haciendo?.

Bien, qué pregunta, ¿no?. Sería más fácil sólo decirlo, sin pensarlo.

La estaba besando, a ella, a Marinette.

Wow. El simple pensamiento nublaba todos sus sentidos haciendo que cada vez sienta más dicha.

Y es que, desde descubrir que sus sentimientos por ella eran amorosos, no dejaba de pensar en ello, de desear aquél beso.

Y vaya forma de conseguirlo. Se sentía tan desesperada por besarla que simplemente la tomó de la muñeca, la dió vuelta y juntó sus labios.

Oh, Chloè estaba en el cielo.

Sabía que cuando Marinette saliera de su sorpresa lo más probable es que saliera huyendo despavorida.

Y no era para menos, pues hace sólo un mes se habían hecho amigas y Chloè en tres semanas ya cayó rendida ante los encantos de la azabache.

Cuando Marinette salió de su sorpresa, la reacción fue exactamente la que la rubia esperó, Marinette salió corriendo, aún cuando esta era su habitación.

La rubia sonrió con un poco de tristeza. Era obvio, a Marinette le gustaba Adrien. Ahora debía afrontar la clara consecuencia de que se deteriorara su reciente amistad y terminaran tachándola de rara.

Observó las paredes de la chica. Las fotos de Adrien que había visto hace un mes estaban ahora reemplazadas por unas en las que estaban ambas (sugerencia, mas bien mandato, de Chloè) haciéndola sonreír.

La última de ellas es la que se sacaron en el momento justo, pues Chloè tenía las mejillas sonrojadas al darse cuenta de que estaba enamorada de la chica. De eso hacía sólo una semana.

Aún así, ese descubrimiento sólo lo empeoró todo. Lo único que debía hacer era seguir siendo su amiga, no debía enamorarse de ella.

Mas lo hizo, cayó hasta el fondo en el oscuro y sin final pozo llamado "amor".

Y es que, ¿Cómo no enamorarse de ella? Recordaba vagamente cómo eran las cosas cuando la "odiaba" y eso que sólo había pasado un mes desde que decidieron hacerse amigas.

Sonrió hacia el buzo que llevaba puesto, sí, era un regalo de ella, de su Marinette.

¿Qué tan enojada estaría la azabache? ¿Llegaría a perdonarla algún día?.

Resignada, ella se dió media vuelta para salir, claro que sin saber que al hacerlo chocaría con su azabache.

_Lo siento_ se disculpó la rubia para luego sorprenderse al sentir que Marinette la había besado _¿Qué fue eso?_ preguntó despacio, casi ausente.

Sentía que estaba en una nube y que cualquier cosas en falso que dijera le arruinaría todo.

_Yo… tú… ¿beso?_ balbuceó Marinette. Juntó coraje, con bastante dificultad, y continuó hablando _Tú me besaste, y yo también lo hice. Asume las consecuencias de tus actos_ finaliza Marinette más confiada.

Puede que haya entrado en pánico, pero dentro de todo la rubia ocupaba parte de su corazón también desde hace dos semanas.

Y pensar que antes era prepotente, arrogante y mimada. Aunque levemente obsesionada con su alter ego, Ladybug.

Pero ahora se quieren, ¿no?. Ninguna se lo dijo a la otra, pero se besaron, y todo beso desesperado obtiene una consecuencia inesperada.

Fin.