Melith bajo por la rampa de madera que salía hacia el muelle. El viaje en barco había tardado un par de días, pero ella no estaba apurada por llegar. Había sido un paseo relajante después de todo, uno sobre un mar que no estaba lleno de toxinas ni químicos letales.

En el muelle vio a varios marineros que iban y venían, pescadores vaciaban sus cargas en grandes contenedores y había uno que otro FDP rondando por ahí.

Todos estos, habitantes de Paradis.

Sin duda estos tres años habían dado lugar a varios cambios en la vida de los habitantes de Ymir, como había el Administratum bautizado a este sistema por el nombre de aquel que había traído la PCE a este mundo y en honor al ahora Lord general Midas T. Slasveid tras haber descubierto un fragmento de dicha PCE en este mundo. De hecho, muchos habían recibido promociones, inclusive ella, ahora era una Mayor-comisario.

Y por esa razón ella había sido asignada a uno de los primeros regimientos de Ymir. Los primeros regimientos saldrían de esta isla, pues aunque una considerable cantidad de conscriptos habían sido reclutados de varias ciudades, la mayoría había sido repartida entre otros regimientos a los que habían reducido considerablemente. Oficialmente, no había ningún regimiento de Ymir.

Ella fue hacia la carretera, localizada en el muro exterior. Un gran muro que rodeaba la isla evitaba que los 'Hombres de vapor' que aun rondaban por la isla intentaran causar problema alguno. Púes aunque al principio se había considerado exterminarlos, el Mechanicus había negociado para mantenerlos encerrados en esta isla. Después de todo, eran buen material para crear 'Macro-servidores'.

Cuando llego al borde del muro pudo verlo, uno de estos hombres de vapor estaba ocupado llevando pesados bloques de piedra. Su cuerpo había sido modificado y su cabeza estaba adosada con numerosas partes de metal que le daban las órdenes que requería. Detrás de su espalda había, unida a su carne, una mezcladora de rococemento que no paraba de girar. Una vez que el macro-servidor coloco el bloque de piedra sobre una columna que parecía estar en construcción, coloco su mano sobre el bloque. En donde había estado su brazo había una línea de tubería que conectaba a la mezcladora. El rococemento salió de esta y unió el bloque de roca a la columna. Un tecno-sacerdote vigilaba todo el proceso.

"¿mayor-comisario?" ella oyó la voz de alguien que le llamaba. Al voltear se encontró con un oficial de los nuevos regimientos.

"Folch, ¿no es así?" el oficial asintió.

"me han ordenado escoltarla. Debemos dirigirnos hacia el puente para llegar hasta los muros."

Melith acepto y Folch hablo por su Vox. En pocos momentos un automóvil llego y se detuvo frente a ellos. Era de color beige, con lo cristales polarizados. Era una limosina de personal de alto rango, estaba blindada y era de considerable tamaño. Folch se adelanto y abrió la puerta, Melith acepto el gesto y entro. El automóvil se puso en marcha.

En pocos minutos llegaron al puente. Unos de los cuatro puentes principales y los cuales se usaban para llegar hasta los muros. El puente media unos cuarenta metros de altura y había sido construido de forma similar a la que había visto hacer a aquel Macro-servidor. Había unos guardias de la FDP, pero se apartaron enseguida al ver que ella iba a bordo.

"supongo que ya todo debe estar listo." Dijo Melith mientras miraba por la ventana. Era un paisaje radiante y apenas tocado por el hombre, lo cual no tardaría en cambiar. Pues había ricos depósitos de combustible en esta isla.

"todo está listo, mayor-comisario." Dijo Folch. "los tres regimientos están a la espera."

"espero que los soldados de este mundo sean lo suficientemente buenos para servir en la guardia imperial."

"son valientes y están dispuestos a sacrificarse por el Dios Emperador y por la humanidad. Todos han sido entrenados y han peleado contra los titanes por años."

"no estarán peleando contra 'titanes' Folch." Dijo la Comisario al posar su vista sobre el joven. "la galaxia tiene incontables enemigos de la humanidad. Estarán peleando contra traidores y alienígenas. Ten eso en cuenta."

"lo entiendo, Comisario. Mis disculpas."

El camino siguió con algunas charlas casuales, después de un par de horas Melith pudo ver el muro María que se alzaba sobre cincuenta metros.

'esa sería una buena fortaleza' pensó

[X]

La capilla estaba vacía, o al menos casi desocupada. De vez en cuando había sacerdotes del Ministorum que iban y venían atentos a sus obligaciones. También se veían feligreses que en silencio elevaban sus oraciones al Dios-Emperador. El lugar había antes pertenecido a la religión de los muros, pero unos pocos meses después de que el Imperio llegara, habían derribado a toda la secta en un abrir y cerrar de ojos. Las iglesias de la religión de los muros habían sido demolidas y de los cimientos habían construido iglesias en el estilo gótico del imperio para demostrar el poder del Ministorium.

Al principio hubo roces con los ciudadanos, pero en poco tiempo los discursos y sermones de los sacerdotes habían amasado la atención de la gente. La idea de la salvación y la lucha por el emperador contra los enemigos de la humanidad había inflamado los corazones de una gran mayoría de la población, y se sabía que el número aumentaba día con día.

En una de las bancas de la capilla que ocupaba el área dentro de la muralla Sinna se encontraba un hombre. Este no rezaba, en cambio había decidido venir aquí a reflexionar, además de que la calma le daba tranquilidad a su mente.

Levanto uno de sus brazos y volvió a ver la prótesis cibernética que había tomado el lugar de su brazo. Había sido un regalo de un Magos que había venido aquí ya hace tres años. Le habían enseñado los ritos correctos para apaciguar al espíritu maquina dentro del brazo, a limpiarlo y a mencionar las letanías adecuadas.

Unos pasos se oyeron resonando por el eco de la capilla. Era un sonido familiar, de botas moviéndose, de aquellas que un soldado usaría.

"no sabía que eras un hombre religioso. Erwin." Dijo Levi Ackerman detrás de él. Al igual que Erwin estaba vistiendo su uniforme de guardia imperial. En su hombro se veía el símbolo de las alas cruzadas que había sido adoptado por los regimientos de Erde. Se veía también el número del 1° de Erde. El uniforme era del mismo color del cual habían usado hacia años, pero había sido cambiado enteramente por uno diseñado para mejor protección contra el clima.

"sigo las enseñanzas del credo imperial. Pero solo he venido aquí a pensar un poco. Después de todo, el silencio ayuda a despejar la mente." Dijo Erwin mientras se levantaba.

"di eso cuando estemos en batalla. Con tantas bombas y morteros cayendo dudo que podamos encontrar algo de silencio que no sea el silencio que augura a una emboscada."

Erwin simplemente rio un poco ante las palabras de Levi. No había cambiado mucho tras estos años. En sí, estos años habían cambiado mucho del mundo. El imperio de la humanidad les había otorgado a este mundo el nombre de Ymir y habían comenzado a traer maquinaria para explotar las riquezas del suelo. El Minustorium había afianzado su posición en la sociedad, El Adeptus Mechanicus tenía control sobre los titanes y varias tecnologías sobre el planeta y ahora el Munitorum estaba listo para enlistar a los primeros regimientos de Erde.

Esta noticia había tomado a más de uno por sorpresa. Se había creído que sería Marley quien daría los primeros regimientos, pero tras observar su desempeño en la guerra y lo realmente acostumbrados que estaban a combatir al lado de titanes, se había decidido enviarlos a otros regimientos. Por eso ahora Paradis tenía el honor de presentar a los primeros regimientos de Ymir a la guardia imperial. El ahora lord general Slasveid había visto la forma de combatir de los soldados de Paradis y quería usarlos en las campañas del Imperium.

Y hoy sería el día de la primera fundación.

"vámonos." Dijo Erwin. "ya no falta mucho y debemos estar preparados."

[X]

Jean Kirstein volvió a ensamblar su rifle laser. Ya lo había limpiado, doblemente para asegurarse. Una vez que termino le dio una mirada. Era un modelo MK4, ligero y fuerte, cincuenta disparos por carga y con la suficiente potencia de como para cortarle el brazo a un adulto.

De nuevo le dio una hojeada a su equipo personal. Llevaba todo el equipo que debería llevar un guardia imperial. La armadura antifrag estaba en su lugar y las correas y cinturones en orden.

Entonces reviso una vez más el equipo ODM sobre su cuerpo. Había sido modificado por los tecno-sacerdotes del Mechanicum, el antes mecanismo usado para disparar desde la cadera había sido cambiado a los antebrazos. Con un movimiento de su mano los controles retractiles se desengancharon y los resortes lo enviaron directo a su palma. El sistema neumático le permitía una mayor absorción de esfuerzo en el momento de que el cable de acero jalara sus brazos evitándole lesiones. Hablo la letanía para apaciguar al espíritu máquina del equipo mientras introducía una celda de energía en el contenedor que tenía tras su espalda.

Por ultimo limpio la insignia que tenia en el hombro. La insignia que lo distinguía como un sargento del primer Regimiento de Erde.

Dejo las barracas y se dirigió al patio de entrenamiento. Había reclutas de las FDP en prácticas de tiro usando el fuego de sus rifles laser para calcinar los blancos hechos de madera o hierro. Las nuevas armas del imperio eran algo que jamás había soñado antes, eran lo suficientemente potentes como para derribar a un titán con un cuarto de celda de energía y desde un ángulo adecuado. Un rifle laser largo haría el trabajo con solo un tiro y ni que decir de un cañón laser.

Se encontró con los miembros de su escuadra, seis hombres y tres mujeres, dos de ellos eran caras muy conocidas.

Sasha Braun tenía su atención ocupada con un blanco de madera a unos trescientos metros. Su variante de rifle laser largo estaba bien posicionada en sus manos y miraba con total calma por la mira telescópica. Ella presiono el gatillo y un haz de energía salió del cañón con supresor de fogonazo que fue a impactar contra el blanco de madera quemándolo por completo.

Connie Springer daba instrucciones a un par de soldados de su escuadrón. El movió su mano y el gatillo se posiciono en su palma lista para usarse. Jalo el gatillo y el gancho de Adamantio se disparó llevando consigo una cuerda de acero. Connie presiono otro gatillo y se elevó hacia el árbol en donde había colocado el gancho. Los otros dos siguieron su ejemplo y dispararon. Al igual que Jean, y los demás del regimiento, sus rifles estaban asegurados con bandas a sus torsos, dándoles algo de estabilidad si deseaban disparar el arma con una sola mano mientras se movían con el equipo ODM.

Jean llamo a todo su escuadrón y los formo. No era un mal equipo, mientras Connie y Sasha eran los más experimentados del escuadrón –y de la primera compañía- los demás habían sido bien entrenados con el uso de los ODM y no estaban muy detrás de ellos.

"bien." Hablo Jean. "hoy llega el oficial del alto mando para pasar revista sobre los primeros regimientos de Erde. Demostrémosle que no somos una panda de aficionados. Ya hemos pasado por mucho y esto tampoco nos detendrá."

Miradas de aprobación recorrieron los rostros de sus subordinados y rompieron en vítores por él. Jean los llevo a la plaza principal de Sinna en donde se llevaría a cabo la primera fundación.

[X]

Mikasa se ajustó la bufanda roja sobre su cuello para asegurarse de que no callera. Ya había comprobado su equipo y había pulido su insignia. Teniente, le habían asignado a ella. Cuando termino volteo a ver a Armin quien también había terminado de revisar su equipo y se dedicaba a pulir su insignia, esta, sin embargo, era de un capitán. Capitán de la segunda compañía, justo después de la primera que pertenecía a Levi Ackerman. Mientras tanto Eren también pulía una insignia, de sargento, para ser franco.

"¿Cuál es el punto de todo esto?" Hablo Eren. "Nos iremos al espacio solo para pelear por el imperio. Deberíamos primero acabar con lo que queda de Marley y deshacernos de los titanes."

"Marley ya no existe." Respondió Armin con calma. "y los titanes ahora pertenecen al Adeptus Mechanicus. Ya no hay nada porque pelear, al menos aquí."

"pero ¿no te molesta? Hemos perdido a tantos de los nuestros por culpa de esos monstruos ¡y ahora los dejan vivir!"

"ya no son nuestro enemigo." Respondió Armin. "tú los has visto ¿no es así? Ahora no son más que esclavos. Esclavos del Mechanicum."

"pero…"

"Eren…" Mikasa alzo la voz. No fue demasiado alto, pero era lo suficientemente firme para acallar a Eren antes de que saliera con otro montón de palabras sin sentido.

"¿Eres leal al Emperador?"

Esa única pregunta parecía retórica, pero Eren sabia, no, todos sabían bien lo que significaba. Tres años bajo las enseñanzas del Administratum y del Ministorium les habían enseñado bien sobre cómo funcionaban las cosas en el Imperium. Sabían lo que le deparaba a aquellos que se atrevieran a desafiar las órdenes de los altos rangos del Imperio. No había piedad para los traidores, ni misericordia para los débiles. El comisario asignado a las FDP se los había enseñado de la cruda pero efectiva forma.

Eren comprendió y cerro la boca. Estaba más allá de él intentar oponerse a las órdenes del Munitorium. Tomo su rifle laser y lo conecto a la correa corrediza en su torso, el rifle se pegó a su cuerpo. Levanto su saco de equipaje, y, al igual que Armin y Mikasa, salió de las barracas.

[X]

Hanji Zoe reviso su reloj de bolsillo. Solo quedaba una hora para iniciar la ceremonia. Los tres regimientos ya estaban en camino y pronto se formarían. Ella, al igual que otros oficiales, estaba sobre uno de los palcos del palacio del rey y debajo se encontraba la plaza principal en donde se formarían los nuevos guardias imperiales de Erde.

Sintió algo de comezón en su ojo izquierdo, o más bien, la prótesis cibernética que había reemplazado a su ojo perdido hacía ya tres años. La lente de color rojo se ajustaba una y otra vez midiendo y analizando los cambios atmosféricos y de luz. Le daban lecturas de espectros de luz que jamás habría podido captar con sus ojos normales. La tecnología del Mechanicus era algo que le fascinaba en extremo, habría preferido unirse a los tecno-sacerdotes para aprender de ellos, pero Levi se lo había impedido. Necesitaban a un líder competente para ser el segundo al mando de Erwin y la habían vuelto mayor, y con ello habían acabado sus esperanzas para irse a aprender más del Omnissiah.

El coronel Smith estaba allí junto al ahora coronel Dot Pixis. También estaba la reina Historia Reiss quien ahora era la gobernante de Paradis. No estaba al nivel del gobernador de Erde, pero se le había concedido autoridad sobre sus ciudadanos.

"el coronel Zackly no asistirá." Hablo Pixis. "me apena, pero parece que tuvo un contratiempo. Como sea, llegara tan pronto como termine la ceremonia."

"ya veo." Hablo un oficial del Munitorium. "mientras esté presente para el momento de partir estará todo bien. Ah, por cierto. Parece que la Mayor-Comisario ha llegado."

Evidentemente, un automóvil se había estacionado cerca. Para tener tal autoridad para hacer eso solo señalaba que la persona que había llegado debía ser alguien de rango considerable.

Una mujer salió del automóvil. Llevaba un pesado abrigo de cuero y se ciñó a su cabeza una gorra típica del comisariado. Ella entro al palacio y en poco tiempo llego al palco.

"bienvenida, Mayor-comisario." Dijo Historia.

La Comisario dio una reverencia quitándose la gorra. "el placer es mío, su alteza. Por favor, solo díganme comisario, mencionar ambos títulos puede ser agotador."

La comisario camino hacia las barandas de piedra para tener una mejor vista. Los tres regimientos, seis mil hombres en total, estaban formados con todos sus equipos listos.

"se ven ansiosos." Melith dijo en tono de broma. "dicen que sus hombres son buenos en la alta movilidad. Espero que los oficiales no hayan exagerado."

Ante estas palabras Pixis respondió. "la agilidad va de la mano con nuestra gente, comisario. Hemos peleado contra los titane− ejem… los hombres de vapor por décadas y un Ymiriano puede movilizarse tan rápido como lo haría un Valquiria. Le aseguro que no le fallaran al Emperador.

Melith asintió ante las palabras de lealtad del anciano coronel. Ella no podía dictar un juicio sobre estos nuevos regimientos, después de todo, era técnicamente un tipo de regimiento virtualmente nuevo para la guardia imperial. Tener un escuadrón de alta movilidad era diferente de uno de desembarco. El general incluso le había dicho que podrían ser útiles en un asedio y especialmente en Ciudades-colmena.

Melith dio un vistazo a su reloj y con ello inicio la primera fundación.

[X]

La ceremonia había terminado. Y con eso, los tres regimientos de Erde se movieron hacia las naves de transporte de tropas que recién estaban llegando. Cada una con capacidad para más de cien pasajeros. Habían docenas de ella, una vez se llenaban partían hacia la atmosfera y hacia el crucero que los esperaba en la órbita del planeta.

Melith había decidido esperar, ella partiría en su propia nave después de terminar con un par de cosas. La primera, era entregar las órdenes del Lord General y la otra asignar a que regimiento pertenecería ella.

Por eso había reunido a los oficiales de menor nivel a coronel que había en los tres regimientos.

Hanji Zoe, Revan Brown y Joquin Primer. Los mayores del 1°, 2° y 3° regimientos respectivamente.

Ella había leído los reportes y perfiles de cada uno. Había comprendido en que eran buenos y que aptitudes podrían serle útiles. Hanji Zoe era una buena líder, de decisiones rápidas y cabeza fría. Su personalidad curiosa podría ser un poco problemática, pero se había probado más de una vez por lo que había leído.

Revan Brown había sido recomendado por el propio Dot Pixis. Era bueno en situaciones de defensa y tácticas de reubicación y flanqueo. Había logrado evitar que varios hombres de vapor devoraran a unos civiles durante cierto accidente. Con solo un escuadrón logro atraerlos a una zona de muerte y los flanqueo para atacarlos desde múltiples ángulos. No había perdido a nadie.

Joquin Primer tenía fama de despiadado. Se sabía que había sido criado en el distrito subterráneo. Anteriormente había sido acusado por crímenes, pero había sido liberado tras probar ser extraordinariamente bueno para ocultarse y emboscar. El y un grupo de bandidos solían robarle a los adinerados en el distrito interior de Sinna, eran tan buenos que tuvieron que llamar a un arbitrador para dar con el. Pero el tipo era hábil y astuto, matar sigilosamente era parte de su especialidad y sabía que solía enseñar a sus secuaces a hacer lo mismo.

Los tres estaban en posición de atención frente al comisario.

Melith había considerado entrar al 2° regimiento, Brown era valiente y leal. Pero al mismo tiempo prefería hacer las cosas a su modo. No es que fuera algo totalmente negativo, pero ella no quería tener que dispararle a un hombre con buena habilidad.

"es bueno verlos. ¿Listos para ir al vacío del espacio?" pregunto Melith con tono de broma.

"estamos listos para servir al Dios-emperador y al trono dorado de Terra." Respondió Revan que no había tardado para contestar.

Melith solo sonrió y saco su tablilla de datos, encendió el holoproyector y lo mostro a los oficiales. Vio que Zoe no podía evitar maravillarse ante la tecno-magia del imperio. El espectro dibujo un planeta, se veía en su mayoría rocoso, con algunos bosques, pero en su mayoría un desierto de rocas fría.

"asegúrense de entregarle esto a sus oficiales superiores. Lord General Slasveid ha ordenado que nos despleguemos y dividamos. El 1° y 3° regimiento se movilizara hacia una región en el sector Charadon mientras que el 2° ira a la franja este a enfrentar a los Tau. El lord general se ha enfrascado en una guerra sobre un mundo colmena. Una de las tres ciudades colmena del mundo de Caldaros se ha rebelado. El lord general pide refuerzos y piensa que los regimientos de Ymir podrían hallar una forma de entrar en la muralla sin demasiados riesgos."

Melith apago el holoproyector, saco tres portadores de datos y se los entregó a los mayores.

"finalmente, me gustaría anunciar que estaré asignada al 1° de Erde. Espero que podamos entendernos." Dijo ella en un tono más amenazante que cordial.

[X]

Originalmente habían pensado lo emocionante que sería viajar por las estrellas en una de las naves del imperio. Cuando el transbordador llego a la órbita pudieron ver la majestuosidad de aquella nave de un estilo gótico como un templo. Era enorme, con incontables armas que superaban el tamaño de los hombres de vapor y placas de adamantio tan gruesas que harían parecer a los muros como hojas de papel.

Sin embargo, la emoción que esperaban no era la que los había recibido. En el interior del crucero clase dictador no había un ambiente tan parecido a las barracas en Erde. Si, tenían las necesidades necesarias, pero las habitaciones para la guardia eran de veinte metros cuadrados en donde cabían unos cien guardias imperiales en literas de tres niveles. Estaban usadas más allá del tiempo que podría estimarse, uno podía darse cuenta de que las sabanas habían sido usadas tanto tiempo que eran solo telas rasposas y los colchones eran increíblemente incomodos. El olor era rancio, de aceite que había pasado ya varios años allí, se sentía una vejez incomparable en toda la nave, testamento de numerosos siglos de servicio en la flota. Era un ambiente frio, sucio y deprimente.

Pero lo que más había causado incomodidad a los nuevos regimientos, era el viaje por la disformidad.

Pasaron catorce días viajando por el inmaterium. En esos catorce días sucedieron eventos de lo más extraños y perturbadores. Aquellos que merodeaban solos podían escuchar muy claramente susurros que les erizaban la piel, como si algún espectro les susurrara al oído numerosas cosas que no entendían. Otros se sentían inquietos, casi paranoicos, miraban a todos lados jurando y perjurando que habían visto a un ser querido que había muerto ya hacía años. Pero lo que más los asustaba era que todos tenían pesadillas aterradoras, no había noche en la que más de uno despertara gritando, algunos habían preferido no dormir, solo para caer rendidos unos días más tarde y despertar unas horas más adelante gritando, jurando que los demonios venían por ellos.

Armin había decidido pasar su tiempo tratando de ocupar su mente en otras cosas, una de ellas era leer el libro que sus padres le habían dejado. Esta clase de cosas ya no estaba prohibida y podía leerlo sin problemas. Pensaba en los desiertos de hielo y los mares llenos de sal que le habían descrito, cosas que el aún no había tenido la oportunidad de ver con sus propios ojos.

De hecho, no se sentía desanimado por esto. Ahora que el imperio había llegado y que el ahora era parte de la guardia imperial, simplemente lo lleno de emoción el saber que podría tener la oportunidad de viajar a otros mundos con floras y faunas totalmente diferentes. Era increíble el solo pensar en que clase de cosas vería allá afuera.

Pero también sabía que esas cosas podrían ser tenebrosas. Había escuchado de uno de los guardias de seguridad en la nave que habían mundos llenos de contaminación en donde era casi imposible vivir sin una máscara de gas. De planetas en donde había misteriosa actividad xeno activa. Incluso oyó de una criatura en un mundo, dicha criatura podía volar desde un árbol, caer sobre tu cara y comérsela liberando acido corrosivo.

Él había llegado a uno de los puestos de observación. No estaba del todo prohibido, pero los guardias constantemente le arrojaban miradas demostrándole que no era realmente bienvenido allí. Y no era porque fuera un Ymiriano, probablemente ni siquiera conocerían el término, pero había una ventana, pequeña, no más grande que una cabeza. Dicha ventana estaba reforzada con un cristal de varios metros de largo, pero del otro lado podía verse el flujo del Inmaterium . al principio fue su curiosidad lo que le invito a ver qué era lo que les hacía tener tantas pesadillas, pero aquella ventana parecía haber sido opacada apropósito, así que había decidió quedarse allí y pasar el rato.

"allí estabas." Le hablo una voz familiar detrás de el. "la cena esta lista, habrá carne. Apenas y podemos contener a Sasha, deberías apresurarte."

"¿carne? ¿Eso no es demasiado?" le contesto a Eren.

"ni idea. El cocinero dijo que era de algún animal llamado Grox. No tengo idea de que sea, pero dijo que no estaba mal."

Armin sonrió por las palabras de su viejo amigo, se apoyó de los barandales para mirar hacia abajo, había un vacío, una especie de barranco de metal que se decía se extendía hacia los niveles inferiores. Los guardias decían que en ese lugar solo había mutantes pestes que de vez en cuando debían de ser exterminadas.

"¿alguna vez te imaginaste esto?" le pregunto a Eren.

Este último miro también hacia abajo tratando de encontrar lo que sea que hubiera allá abajo.

"siendo sinceros, ni en mis sueños más locos lo habría pensado. Todavía no puedo creerlo. Hace tres años estábamos encerrados tras los muros y ahora estamos en el espacio."

Armin sonrió y miro por la ventana. "si, pero ahora vamos hacia un campo de batalla probablemente mucho peor. No sé qué vayamos a encontrarnos."

Ambos se quedaron en silencio hasta que finalmente Eren rompió la calma. "aun así. Si solo esperamos ganar no creo que logremos sobrevivir."

Armin volteo a ver a su viejo amigo, tratando de hallarle sentido a lo que había dicho. Eren continuo. "debemos pelear. Luchar hasta que nuestros enemigos hayan perecido."

La guerra los esperaba.

[X]

Fue lejos del planeta en donde salieron de la disformidad. Miles de millones de kilómetros alejados de su objetivo, aun así, los oficiales a bordo habían dicho que tardarían algunas horas en llegar hasta Caldaros. Este era un mundo industrial, la atmosfera aún tenía algo de la limpieza que tuvo antaño previo a su colonización, pero sus mares estaban claramente transformados. El antes verde esmeralda ahora era solo un marrón con apenas una fracción de lo que había sido hacía ya varios milenios. Los bosques aún quedaban, pero claramente disminuidos y apartados unos de otros.

Era en una habitación de planeación de misiones en donde Melith había reunido a sus oficiales. Una Holo pantalla cubría una gran parte de la habitación que demostraba al planeta y a cuatro naves del imperio. Todas simplemente se encontraban en órbita geocincronica con el planeta, esperando.

"esta es la colmena Plumel…" dijo Melith mientras señalaba la enorme ciudad colmena que cubría un continente y se elevaba hasta el cielo. "Hace treinta y cinco días ceso toda comunicación con las demás colmenas y con las fuerzas imperiales. Al principio se creyó que era un malfuncionamiento. Pero cuando se envió un grupo a investigar este también perdió las comunicaciones con el imperio. Tres días después fueron regresados descuartizados. Esto claramente marcaba un acto de rebelión. Así que las FDP respondieron."

Melith suspiro antes de continuar. "desafortunadamente Plumel es una colmena muy bien defendida. Sus baterías de artillería y antiaéreas están bien mantenidas. La colmena esta equipada para contener un asedio y acceso a los escudos de vacío de la ciudad un bombardeo desde la órbita no ayudara mucho y el Administratum quiere la colmena relativamente intacta o al menos con una buena parte asegurada."

Hanji Zoe levanto la mano, la comisario la vio y acepto su pregunta.

"¿Cómo operaremos para entrar entonces? Si esta tan bien protegido, no podremos hacer mucho daño sin grandes pérdidas."

Melith dejo ver una sonrisa irónica en su rostro. "tienes buen ojo." Ella manipulo el holoproyector y lo situó mirando en un área cercana a la muralla. "el escudo de vacío protege a la colmena de bombardeos y ataques aéreos. Pero el telón amurallado no esta alcanzado por los escudos de vacío." El holograma volvió a cambiar esta vez abarcando una gran parte de la muralla de treinta metros de altura. "un ataque desde el suroeste será efectuado para atraer la atención del enemigo y la artillería. Ustedes se desplazaran desde el norte usando Quimeras. Una vez estén cerca del telón amurallado se desplazaran con sus equipos ODM para subir por la muralla. Una vez dentro nos dividiremos. Hay dos objetivos clave, el primero es encontrar e inhabilitar los generadores de escudo. El segundo es capturar al alto señor de la colmena. Serán desplegados de forma rápida y en diferentes puntos, una vez dentro deberán reagruparse e ir por los generadores."

Ya no hubo más preguntas, Melith continuo con la reunión por algunas horas más.

[X]

La vibración aumentaba más y más mientras el Quimera avanzaba sobre el irregular terreno hacia el telón amurallado. Las explosiones resonaban mientras la artillería enemiga rugía en la distancia respondiendo al asalto blindado.

Naturalmente las bombas ya los habrían aniquilado a todos, pero gracias a la distracción generada por una ataque en desde otro flanco, pocos cañones de artillería habían respondido al ataque. Además de que se habían separado lo suficiente para evitar ser destruidos en masa.

Pero esto no significaba que no estuvieran acumulando bajas. De los treinta quimeras ya habían sido destruidos nueve y aún faltaban trescientos metros para alcanzar la muralla, otra bomba cayo justo encima de otro contando diez mientras era engullido por la letal bola de fuego.

Cuando finalmente llegaron lo suficientemente cerca, las compuertas de las quimeras se abrieron y al mismo tiempo sus cargas escaparon, los guardias imperiales de Erde se apresuraron a activar sus equipos ODM, bajo fuego de láser y balas intentaban escalar con los ganchos y los cables de acero, la lluvia de muerte caía y se cobraba la vida de docenas, algunos eran acribillados al solo salir de la cubierta del blindaje, otros eran derribados en el aire y terminaban como marionetas colgando de un solo hilo, los suertudos que llegaron hasta arriba lograron disparar y matar a los defensores, Jean abrió fuego matando a dos, luego a otro más a quien impacto sobre el visor de su yelmo. La carne quemada hedía en el aire y los cuerpos chamuscados por impactos de descargas de laser se medían por toda la parte superior de la muralla.

"¡destruyan esas baterías de artillería!" gritaba Armin dirigiendo a los zapadores para plantar cargas explosivas para volar los pesados morteros que protegían a la colmena. "¡Vishel! ¡Dame un recuento y fórmalos!" volvió a ladrar ordenes mientras disparaba con su rifle matando a un traidor de la colmena.

Connie salto hacia una de las almenas, una vez cerca arrojo una granada por una de las rendijas que usaba el enemigo par disparar, la granada estallo matando a sus ocupantes, tres Erdianos entraron disparando y matando a cualquiera que quedara con vida.

Sasha se engancho con su ODM hasta el techo de la torre tomada, una vez arriba, monto su rifle laser largo y comenzó a elegir blancos, derribando a todo quien ella creía era algún oficial enemigo.

"¡ciento ochenta y nueve! ¡Perdimos toda la sexta compañía!" grito Vishel, una descarga de laser le alcanzo en la garganta poco después de terminar de reportar. Ella cayo ahogándose con el cuello destruido. Un medico fue hacia ella, pero ya era muy tarde.

Uno de los Ymirianos que había logrado colocar las cargas comenzó a hacerlas estallar, tres morteros fueron destruidos y con eso una parte de las defensas estaban neutralizadas. Pero no pudo disfrutar de su triunfo por mucho tiempo, pues un lanzallamas lo envolvió junto a otros más, el promethium ardiente se pegaba a sus cuerpos derritiendo sus carnes y calcinando sus huesos, los gritos de agonía se escuchaban por todos lados para finalmente morir a manos del fuego laser de sus aliados.

El telón amurallado tenía en la parte superior unos diez metros de ancho, lo cual permitía el flujo de fuerzas enemigas de ambos lados. En poco tiempo la noticia de la guardia imperial logrando atravesar las defensas había corrido como la pólvora y había cientos de traidores yendo a por sus enemigos.

Jean se apresuro a cubrirse tras unas cajas de metal y urgio a su escuadra a hacer lo mismo. Las descargas de laser rebotaban o pasaban de largo, intentando encontrar algún blanco. Mishik, un miembro de la escuadra de Jean fue derribado por cinco disparos de laser que le alcanzaron antes de que lograra ponerse a cubierto. Jean disparo de vuelta matando a dos traidores mas antes de ocultarse por una bala en el hombro que le había alcanzado. Escucho su canal de voz encenderse y oír la voz de Armin. "¡diez minutos para la próxima oleada! ¡aguanten!"

Jean disparo de nuevo matando a otro traidor que intentaba colarse en el flanco. Otro mas cayo con un la cabeza partida a la mitad por el fuego de un rifle laser largo. Connie estaba ocupado tratando de escapar de un grupo de enemigos que lo seguían de cerca. Activo su ODM y se balanceo por el lado interior del muro logrando escapar en una distancia considerable.

Brent y Somel fueron atrapados por el fuego de una bomba improvisada, sus cuerpos bañados por el licor inflamable trataron de escapar de las llamas que los envolvían finalmente cayendo por la muralla.

En todos lados la matanza era intensa. Varios traidores caían, pero al mismo tiempo varios Erdianos también morían. Al estar rodeados sería imposible resistir, pero la estreches de la muralla les permitía un cuello de botella que nivelaba el factor numérico.

Sin embargo, no aguantarían por mucho. El enemigo estaba comenzando a usar lanzallamas y el constante fuego evitaba una movilización adecuada. Varios Ymirianos intentaron usar sus ODM pero eran fácilmente alcanzados por las armas de fuego que estaban comenzando a seguirles el paso.

"¡bayonetas!" grito Armin mientras ajustaba su cuchillo reglamentario. Todos los demás hacían lo mismo, los traidores ya estaban demasiado cerca y el combate cuerpo a cuerpo ya había comenzado. Jean recibió un golpe con la culata de un rifle automático que lo derribo, uno de los traidores estaba encima de él listo para continuar golpeándolo con su rifle, pero el fuego laser de una francotiradora lo derribo. Todo estaba viniéndose abajo.

Fue entonces que del lado exterior de la muralla aparecieron los refuerzos. El capitán de la primera compañía, Rivaille salto por encima y disparo, le siguieron cien más que hicieron los mismo. Desde el cielo, y en un ataque sorpresivo lograron despejar al área y darle un respiro a la primera oleada, de la cual solo ochenta y seis quedaban.

Renovados por los refuerzos y la llegada del capitán Rivaille, los sobrevivientes de la segunda compañía redoblaron su ímpetu y con el fuego de sus rifles quemaron lo que quedaba.

"¡desplieguen las posiciones! ¡Preparen los bolters pesados y las ametralladoras pesadas y móntenlos para formar un perímetro a ambos lados! Este será nuestro corredor, hay más de los nuestros viniendo." Levi dio las órdenes. En un espacio de más de ochenta metros se formó un corredor. Equipos de dos llevaban los pesados bolters mientras otros dos cargaban con la munición. Un solo par de hombres era necesario para cargar con una ametralladora pesada, uno llevaba el arma y otro la munición, pero seguían siendo más lentos que los guardias regulares.

Una Ymiriana levanto un arma al cielo, era una bengala. El humo de color verde se elevó por los aires. No hubo respuesta, pero se había confirmado por los canales de voz que habían recibido su señal. Una descarga de laser le alcanzo en la nuca volándole el cráneo. Ella cayó fuera de la muralla.

[X]

La brecha había sido marcada. Tras poco tiempo de haber recibido la señal, una fuerza de más de sesenta chimeras se movilizaron hacia la pared. La tercera y última oleada con todo lo que quedaba de los regimientos de Erdia se acercaron a toda prisa por el norte del telón amurallado. Entre ellos se encontraba Ackerman y Jaeger, quienes iban a la cabeza mientras observaban a lo que tenían al frente. Aún faltaban seiscientos metros para llegar, pero algunas bombas estaban cayendo sobre el terreno, aun así, eran esporádicas y muy mal apuntadas. Solo un Chimera acabo volcado por el impacto de uno de esos obuses.

En poco tiempo llegaron a la muralla. Para Eren, estas eran un tanto parecidas a las de su mundo. De varios metros de altura y que opacarían a cualquier titán regular. Pero estaba mejor defendida y armada. Sabía que aun si el titán colosal apareciera, seria eliminado por los enormes cañones apuntalados por encima del muro.

Aun si se había abierto una brecha, todavía quedaba fuego enemigo que intentaba frenarles el paso. Cuando las rampas y las compuertas se abrieron, una lluvia de fuego laser los recibió, sin embargo, no era tan letal y precisa como la oposición anterior. Y así solo se había cobrado algunas docenas de bajas.

Los ganchos de los equipos ODM se dispararon, los ganchos de Adamantio se clavaron en el Ferrocemento y los cables de acero halaron a sus dueños. Los equipos regulares subieron primero dejando a los de armas pesadas atrás quienes subirían más tarde.

Arriba era algo diferente. Con ayuda de morteros portátiles las fuerzas de Erdia estaban manteniendo apenas a raya al enemigo. Los disparos de láser y armas automáticas iban de un lado a otro, manteniendo a raya a los traidores de la colmena. Los bolters pesados, ya montados y encintados, escupían letales proyectiles explosivos hacia las filas enemigas al igual que los cañones automáticos. Mikasa diviso a Armin dirigiendo un grupo de combate para apuntalar las posiciones defensivas y a Jean que cambiaba la batería de su rifle ladrando órdenes a Connie de que sacara a Sasha que parecía haberse quedado en una torre semi destruida.

"ya era hora." Hablo una voz conocida y sin signo alguno de buenas intenciones. Levi llevaba una pistola laser en una mano y una espada sierra en la otra. Su mirada parecía querer dispararles si no se ponían a trabajar de inmediato, claramente estaba molesto con las bajas que habían sucedido.

"¿a qué esperan? ¡Bajen de una puta vez y tomen el escudo! Mientras no apaguemos esa cosa no tendremos ningún respiro."

Mikasa clavo el gancho de adamantio sobre la orilla del muro. Varios más hicieron lo mismo y descendieron. Ella y los demás subieron a los habitáculos usando los ODM maniobrando entre los edificios. Sasha también los siguió. Cargaba su rifle laser largo sobre su hombro mientras también se movía por los habitáculos.

Eren se había preguntado cómo sería visitar un lugar como este. Aun antes de que el Munitorum los recogiera habría estado entusiasmado de visitar algún otro mundo, de saber que había más allá.

Pero la realidad era otra.

Uno se preguntaría. ¿A dónde iría la población no combatiente de una ciudad colmena? ¿Qué pasaría con los niños o los ancianos? ¿Qué sería de ellos?

La pregunta estaba siendo respondida ante sus ojos.

Había cuerpos, cadáveres amontonados en pequeños grupos de docenas de personas. Todos estaban desnudos y con marcas de tortura y horrores. Algunos habían sido despellejados mientras que a otros se les había cortados los miembros o se les habían sacado los órganos. Los niños tenían las cuencas de los ojos vacías y solo llenas de sangre.

Verlo hizo vomitar a más de uno. La escena era demasiado. Millones de personas habían muerto de esta manera, asesinados por sus propios padres e hijos. Un ritual enfermo y podrido que hacía a esto parecer parte del infierno.

Y sin embargo, esa escena había servido a uno de sus propósitos. Entre los callejones y dentro de los habitáculos salieron los traidores de Plumel disparando con rifles automáticos. Derribaron a cinco Ymirianos que pasaban de tejado sobre tejado y usaban las paredes para ocultarse.

Levi ordeno que todos aterrizaran sobre los tejados de los habitáculos. Intercambiaron fuego contra el enemigo, los tiros de laser golpeaban a los traidores pero no podían reducirlos rápidamente.

Entonces envió a un grupo abajo para enfrascar al enemigo. Usando los ODM, llegar hasta ellos no era difícil. Tras saltar sobre ellos los llenaron con fuego laser devastándolos en poco tiempo.

Sin embargo, había precios que pagar. Bretaim cayó al suelo después de que un tiro laser le atravesara el equipo iniciando una reacción en cadena que hizo explotar el ODM. La mitad inferior de su cuerpo fue a parar al suelo mientras que su torso quedaba colgado de los antebrazos.

Eren recibió un tiro en el pecho, la armadura resistió la descarga, más había quedado fragmentada, solo soportaría uno o dos tiros más antes de volverse inservible. Mikasa se lanzó sobre Eren llevándolo a cubierto tras una chimenea. Mas balas revotaron contra el rococemento erosionando la piedra.

Crisse fue derribado también. El lanzallamas que portaba estallo en una vorágine de llamas que se comió a tres más.

"¡estamos demasiado expuestos aquí!" grito Rivaille. "¡bajen a las calles y rodéenlos! ¡Mikasa! ¡Ve al frente y usa granadas para limpiar el paso!"

Mikasa dejo a Eren y se apresuró a bajar hacia el asfalto. Un traidor salió por el flanco pero ella lo elimino con una descarga de fuego laser.

Cuando finalmente llego a tierra retrajo el cable y preparo su rifle. Varios más bajaron con ella también, pronto, todo el pelotón estaba en el suelo.

Rivaille llamo su operador de radio. Una joven con una gran mochila fue hacia él. Ella le entrego un comunicador que se conectaba al aparato en su espalda.

"Este es pelotón 1. Confirmen posición demás pelotones."

Pronto una serie de voces de los oficiales bajo su mando comenzó a aparecer.

"este es pelotón 4. Nos movemos por la zona este. Estamos por ir al primer generador de escudo. Un par de kilómetros más adelante. Poca resistencia. Pero hemos perdido contacto con el pelotón 3 y hemos confirmado la muerte de todos en el pelotón 5."

"este es 2… nuestro teniente ha muerto, también el sargento… oh mierda… esas cosas están por todos lados… ¡Por el trono! ¡¿Qué es esa cosa!?... ¡corran! ¡corr…!"

Los gritos fueron silenciados al poco tiempo. Sin embargo, la línea no se había cortado. Y pudieron oír una risa malévola, como la de un niño pequeño que venía desde el otro lado.

A Eren se le congelo la sangre al oír las risas. Era un sonido malévolo que emanaba maldad. Levi frunció el ceño ante la situación. No era muy diferente de lo que sería un titán comiendo a un soldado hace ya más de tres años. Sabía que había algo aterrador allí afuera, lo suficiente como para ser comparable con tener a un titán frente a ti.

"muévanse. Debemos llegar hasta uno de los generadores al menos. Si lo tomamos los refuerzos no tardaran en llegar. Dispérsense y avancen por las calles. Solo usen sus ODM si es necesario. Despejen las casas y asegúrense de no dejar ningún enemigo con vida."

Todos siguieron las órdenes y avanzaron por las calles. Mither, sargento del cuarto escuadrón sabía que despejar los habitáculos alentaría en grave medida la misión. Entrar, matar a quien estuviera dentro, arriesgarse a fuego a quemarropa, perder uno o dos efectivos cada vez que abrieran un habitáculo. El proceso se repetiría por un largo tiempo, pero tenían que llegar hasta el generador y destruirlo.

Mikasa pateo la puerta hecha de metal, esta se deformo mientras la chapa se rompía. Ella más dos Ymirianos entraron apuntando, los tres inspeccionaron el habitáculo hasta estar seguros de que no había nadie. Mikasa estaba comenzando a pensar que esto era una pérdida de tiempo. Tardarían horas antes de encontrar el generador si seguían así. No había visto nada todavía, los soldados plumelianos aparecían muy esporádicamente. Eso quería decir que probablemente estaban vigilando los cielos en busca de algún Ymiriano usando su equipo ODM.

Paso más de una hora mientras el mismo proceso se repetía. Habían encontrado resistencia en al menos quince casas, pero eran menores, más que nada perdiendo solo unos cinco soldados.

Rivaille se estaba desesperando. Estaban yendo muy lento y Armin y sus chicos no podrían soportar por mucho más tiempo. Estaba seguro de que la munición que habían traído con ellos solo era significativamente pequeña y desde que solo ellos habían logrado traerla, tardarían horas para que alguien más llegara con munición fresca para los bolters pesados y ametralladoras pesadas.

"Mither, ve con tu escuadra por la izquierda hacia el este." Dijo Rivaille por el comunicador. "Mikasa, tu ve por el otro lado y llévate a tu pelotón, Melith había dicho que el generador podría estar en esa área. Eren, lleva a tu escuadrón hacia las posiciones del pelotón 2. Quiero saber qué es lo que vieron allá."

Todos obedecieron y el se dirigió hacia el sur. Debían llegar a ese generador costara lo que costara.

[X]

Armin maldijo su suerte mientras intentaba refugiarse de la lluvia de fuego laser que volaba sobre su cabeza. Los bolters y ametralladoras pesadas estaban llegando a su límite y sabían que una vez se quedaran sin munición todos estos traidores Plumelianos se les irían encima igual que una avalancha. Poco podía hacer si solo eran cien de ellos ahora que las bajas se habían acumulado. Podía escuchar los gritos de auxilio y dolor de sus camaradas por todos lados, mas no podía salvarlos, porque una vez saliera seria acribillado por el enemigo.

Kirstein metió su última celda de energía en su rifle laser. Connie se había quedado sin munición ya hacía rato y solo usaba su pistola. Sasha ya ni siquiera disparaba. Ya habían pasado tres horas desde que la compañía de Levi había cruzado y aún no había noticias del generador.

"como sigamos así acabaremos muertos antes de que apaguen esa cosa." Hablo Dimo, sostenía su brazo que casi había sido cercenado por un disparo y ahora se apoyaba con solo una pistola de munición sólida que era un regalo de sus padres en Ymir. Dimo era de los pocos que sabían cómo manejar un comunicador de vox pesado y hacerlo capaz de sobrepasar ciertos sistemas de interferencia.

Pero en su estado ahora ya no podía operar el aparato que había traído consigo. Las transmisiones estaban cortadas y el escudo de vacio también causaba interferencia.

De cualquier forma, Armin sabía que podrían enviar la señal con las bengalas, pero aun así. Si no apagaban el generador, estarían perdidos.

Un nuevo grupo de soldados Plumelianos intento ganar terreno. Uno de ellos, enrollado en explosivos se lanzó sobre un nido de ametralladora y estallo llevándose consigo al equipo de armas pesadas que había estado defendiendo ese agujero. Los traidores tenían una fisura ahora, y no dudaron en aprovecharla. Oleada tras oleada de ellos se abalanzaban tratando de sobrecargar las defensas. Un grupo de Ymirianos se apresuró rápidamente a bloquear esa entrada y disparaban sus rifles laser todo lo que podían, más sin embargo pronto se quedarían sin celdas de energía y en cualquier momento sería igual para todos.

Armin miro hacia la ciudad colmena y rezo al emperador porque Rivaille y sus compañía lograran encontrar el generador.

[X]

Mither avanzo por el callejón entre los habitáculos. Todo estaba cubierto de basura y desechos. Las ratas abundaban por todos lados y una especie de gusanos se arrastraba por las paredes dejando un rastro fangoso y maloliente. Al menos no había enemigos aquí. Habían decidido tomar este camino para avanzar lo más rápido posible. No había tiempo para seguir derribando puertas.

Bulch bajo del techo de un edificio a donde había subido para observar al enemigo y orientarse. Estaban llegando a un mercado en donde docenas de puestos habían mostrado su mercancía. Aun había algo en ellos, sin embargo, era solo fruta podrida que se descomponía en el lugar.

"¿Qué viste?" preguntó Mither.

"despejado. Pero igual podría haber francotiradores en las ventanas. Vi una patrulla de blindados avanzando unas calles a nuestra izquierda. Deben estar buscándonos. También hay un edificio con un gran generador montado arriba. Creo que es el generador"

"podríamos ir por los habitáculos a baja altura y avanzar más rápido. Si alcanzamos al generador podríamos hacer que desactive los escudos." Dijo Mina, quien hacia no mucho se había enlistado en los regimientos de Ymir.

Era una buena idea. Si recordaba una vez durante la guerra civil en los muros, varios miembros de la policía militar habían usado los ODM para desplazarse entre las casas sin ir por los techos. Era una forma rápida para avanzar, y pocos podrían seguir el paso de esa forma.

"muy bien. Todos, iremos por entre las calles y nos moveremos hasta llegar a aquel edificio, lo llenaremos de bombas de fusión y esperemos que sea el generador.#

Todos obedecieron. Los ganchos de adamantio se dispararon y se incrustaron en el ferrocemento. Todos volaron, casi rozaban el pavimento. Más rápido que un salamander, fueron hacia el palacio.

[X]

Mikasa salto impulsándose con su equipo ODM. Los cables de acero se tensaron elevándola a gran velocidad. No dejaba de soltar el rifle. En cualquier momento alguien podría encontrarla, y si eso pasaba debía actuar en instantes para eliminar la amenaza.

El techo del edificio en donde estaba su escuadra se encontraba adyacente a otro mas en donde se encontraba su blanco. Finalmente tras desplegarse demasiado y perder hasta la mitad de su pelotón por fin habían dado con el generador de escudo de vacío. Solo había un problema.

Había un ser, uno cubierto de armadura. Esta era de color roja con símbolos extraños, pero por alguna extraña razón, causaban dolor a la vista. Ella reconoció un símbolo, uno –del cual solo había oído hablar- que era lo único que los generales habían dejado saber a los guardias imperiales. Le habían descrito una estrella en forma de rueda de ocho puntas, muy parecida a la cual estaba viendo ahora mismo.

Pero era el tipo que portaba ese inmundo símbolo el que le erizaba la piel. Ella había enfrentado el miedo luchando contra hombres de vapor y había aprendido a mantener la calma durante el caos de la batalla.

Pero no estaba preparada para esto.

El ser, lo que parecía ser un hombre de más de dos metros de altura, exudaba un aura malévola y sofocante que solo remarcaba lo peligroso que era. Su armadura estaba pintada con tantos símbolos y al mismo tiempo adornado con diferentes cabezas recién cortadas de personas de toda clase de edad.

El ser daba órdenes mientras enviaba a varios traidores de Plumel a reforzar diferentes lugares y a buscar a distintos invitados indeseados que se habían colado. Mangoneaba a los trabajadores a apresurarse para cubrir la cuota necesaria y a guardar algo en un cofre de metal. Una vez que el cofre estuvo listo, este lo levanto sin ninguna dificultad y lo llevo al hombro. Camino hacia la calle, y de alguna forma, desapareció, solo un brillo extraño y fantasmal parecía ser lo único que quedaba. Sea lo que sea, parecía que se había ido. Sin embargo, ella hayo que su cuerpo aun temblaba. Sus manos agarraban el Aquila que colgaba de su pecho y con fuerza los presionaba mientras oraba una plegaria al emperador.

"¿Qué hacemos teniente?" dijo uno de los dos sargentos que le quedaba.

"esperaremos un poco… para asegurarnos de que esa cosa no regrese. Después iremos al techo, ahí es donde está el generador. Le colocaremos algunas bombas de fusión y acabaremos con esto."

Mikasa espero un poco más y tras sentir que su cuerpo ya no temblaba, disparo hacia el techo del edificio. El cable la llevo junto a su escuadra. El aire les pasaba por el cuerpo mientras se alzaban al viento a máxima velocidad. En segundos llegarían hasta la cúspide y destruirían ese maldito aparato.

"¡Santo Trono! ¿Qué es eso?" grito uno de sus subordinados. Algo voló y atrapo a uno de sus hombres llevándoselo consigo. Ella alcanzo a divisar numerosos dientes que se abrían para engullir a su presa. Cinco de esas criaturas los sobrevolaron, eran horrendas, alas como de murciélago y un torso con una boca bastante chata y llena de hileras de dientes acerrados. Se abalanzaron sobre ellos, eran como halcones que rompían la barrera del sonido.

Abrieron fuego, pero era difícil acertar. Cuatro tiros fueron necesarios para derribar a una de esas criaturas, pero, al mismo tiempo, se había llevado entre los dientes a una chica que grito todo el camino hasta caer y desparramarse junto al monstruo alado sobre el suelo.

Más fauces se abrían y más Ymirianos morían. Dos de las bestias fueron acribilladas por el fuego laser y de precipitaron a tierra. Sin embargo, aún quedaban dos, y estaban esperando a que sus presas hicieran algún movimiento estúpido para aprovecharlo.

Mikasa urgió a sus hombres a ir por todo hacia el techo. Ella también fue al frente, las criaturas iban a por ella pero el fuego laser las apartaba del camino. Cuando llego a la cima, allí estaba, un generador de escudos que trabajaba a toda potencia para mantener una parte del escudo de vacío. Saco una bomba de fusión, pero antes de poder activarla, ella fue empujada a un lado haciéndola perder el equilibrio. Cuando ella volteo vio a Carl, uno de sus hombres, cuyo cuerpo desaparecía entre las fauces de una criatura alada. Como aquella vez. Los dientes se cerraron y cercenaron el cuello dejando la cabeza caer a tierra.

Ese era el último de su pelotón. Todos los demás habían sido devorados y solo quedaba ella. Mikasa activo la bomba y la lanzo al generador. Una explosión nuclear en miniatura envolvió al generador, y con esto, una colosal descarga de energía se liberó.

El generador exploto, la caída del escudo de vacío se bañó en la súper condensación de energía que necesitaba. Mikasa disparo sus ganchos buscando de donde adosarse.

El edificio estallo en mil pedazos. Los escombros cayeron como lluvia sobre Mikasa.

[X]

Eren re direcciono su cuerpo siguiendo la fuerza del empuje de su equipo ODM. Los cables se contrajeron y los volvió a disparar adosándose a los habitáculos de más de seis metros que eran por decir los más pequeños en la base de la colmena.

Rivaille lo había enviado a él y a su escuadra a buscar al pelotón 2. No tenía idea de lo que había pasado desde que había oído las llamadas de auxilio del último de ellos. No pensaba que alguno hubiera sobrevivido. Pero lo que había llamado su atención, y la de los demás, eran esas extrañas risas. Como si demonios jugaran del otro lado. No sabía que significaba, pero cualquiera lo tomaría como un mal agüero.

La verdad era, que desde que el imperio había llegado a su mundo, solo había sentido que eran enviados a una máquina de matar y que solo serían usados para obtener la victoria a base de muertes en masa. Prueba de ello eran las muertes que ahora mismo estaban soportando. Ni siquiera la batalla contra el titán bestia había sido tan devastadora en bajas, doscientos muertos no eran nada ante los miles que se perdían a cada momento.

Por una parte estaba agradecido de que ahora Marley no existiera más. Que ellos tuvieran el honor de ser el primer regimiento Ymiriano. La tecnología que había traído el Adeptus Mechanicus era tremendamente apreciada. Y sobre todo que ahora los titanes ya no eran una amenaza. Pero no pudo evitar pensar que ahora estaban en un peligro mucho mayor.

Era algo irónico de hecho. Si la comisario lo oyera diciendo eso, le volaría la cabeza en un parpadeo. Melith, esa mujer de ojos purpuras que el Munitorium había enviado y ahora era quien supervisaba el regimiento. Claro que la cadena de mando seguía bajo órdenes de Erwin Smith, pero se podía ver claramente que incluso Smith no podría ordenar del todo a Melith, el rango del comisariado podía permitir matar a un oficial superior que mostrara debilidad. Pero no le agradaba, ella no era un Ymiriano, no había pasado por todo lo que él había visto. Ella olía a política, algo que detestaba. Preferiría haberse quedado con las FDP en Ymir.

Un sonido lo saco de sus pensamientos. El sonido de un cuerpo cayendo. Desde las ventanas venia, vio como una chica con el uniforme de Ymir era arrojada desde diez pisos. Sus brazos parecían estar heridos, como la mordida de un titán pequeño. Ella no pudo usar su equipo ODM y se precipito a tierra destrozando su cuerpo como un globo lleno de sangre igual que el otro cadáver que también había sido arrojado.

"Gregor" le hablo a su segundo. "ve a investigar con la mitad de los nuestros. Más no entren en el edificio. Que un francotirador los cubra."

El obedeció y tomo a cinco Ymirianos. Todos subieron al techo del edificio y clavaron sus ganchos de forma de usarlos como anclaje para descender. Trisha, la francotiradora del escuadrón se quedó en otro edificio, planto los soportes de su rifle laser largo y espero.

"algo se mueve por dentro." Dijo Gregor. "no parecen ser soldados enemigos. Tampoco civiles. Se mueven de manera desordenada y se tambalean de un lado a otro."

De repente se oyó un grito, venía desde otra ventana. Eren vio como otra soldado de su regimiento era acercada a una ventana. Esta, sin embargo, parecía intentar salir desesperadamente, apuntaba para disparar el gancho, y lo hizo, pero no pudo moverse, pues un grupo de seres la detenían.

No eran humanos, ni siquiera era posible clasificarlos como eso. Eren solo hayo una palabra para esas cosas: monstruos.

Cubiertos de suciedad, heridas bubosas y numerosas llagas que desprendían fluidos inmundas. En sus cabezas surgían cosas como cuernos y dejaban ver sonrisas retorcidas en sus rostros. Comenzaron a morder a la chica. Ella gritaba mientras intentaba redirigir toda la energía al cable de acero para escapar. Pataleaba y forcejeaba, desesperada por salir de allí. Entonces ella noto a Eren, sus ojos llenos de lágrimas parecían querer comunicar algo, pero antes de poder gritar por ayuda o alivio, su cráneo estallo en una lluvia de color rubí. Otro disparo logro golpear la espalda, en donde estaban el mecanismo y la batería del equipo ODM. Este comenzó a arder y después de algunos segundos estallo como una granada, llevándose consigo a varios de esos monstruos.

"¡Gregor! ¡Aléjate de la ventana!" grito Eren, pero el aviso no había llegado a tiempo. Otro grupo de esos seres atrapo a su subordinado y lo arrastro dentro del edificio. Solo gritos desgarradores se escucharon desde el interior. Y luego un silencio que reflejaba un mal augurio.

"¡quémenlos!" grito Eren de nuevo. "¡quémenlo todo! ¡Ditra! ¡rostízalos!"

La mujer que cargaba el lanzallamas comenzó a bañar las paredes con promethium ardiente. Usaba su equipo ODM para desplazarse sobre el edificio y arrojar el fuego por las ventanas. En pocos minutos, y tras gastar al menos tres cilindros de promethium. El edificio de diez pisos ardía en llama. Los monstruos en el interior se volvían ceniza y la estructura se debilitaba.

"salgamos de aquí. Ya sabemos lo que le paso al pelotón 2. Es hora de volver. Apoyaremos a los demás."

Todos dispararon sus ganchos y desparecieron sin dudar.

[X]

Dos estallidos se divisaron en la distancia. Tan potentes como para destruir docenas de habitáculos sin problemas. En segundos, el escudo de vacío que sostenían comenzó a menguar y un poco más tarde este cayo.

Armin vio todo esto y sin dudar levanto una mano que portaba una pistola de bengalas. Dimo estaba incapacitado y el operador de radio que tomo su lugar había muerto junto al comunicador de vox que se había derretido sobre su carne y le había quemado los órganos internos.

El humo de color amarillo voló cientos de metros en el aire dando la señal de que habían completado la misión. Sin embargo, el trabajo aún no estaba completo, todavía debían esperar a que el coronel Smith llegara con el resto del regimiento para acabar con las defensas en el telón amurallado.

Pero la caída del escudo de vacío había marcado en sus ojos y la de sus compañeros una señal de que la victoria estaba cerca. Con renovado valor levanto su rifle y disparo sin dudas. Pues la muerte de los enemigos del emperador ahora estaba asegurada.

"¡la victoria es nuestra! ¡Aguantad solo un poco más! ¡Luchen, luchen hasta dar su último aliento!"

[X]

Los Thunderbolts y Marauders descendieron sobre el telon amurallado. Bombas de racimos e incendiarias plagaron el muro reduciendo las tropas enemigas. Dieron la vuelta dando otra pasada sesgando lo que quedaba con los cañones automáticos y bolters pesados. Ahora que el escudo de vacio había fallado, tenían el camino libre.

Melith guardo su catalejo y Smith regreso los magnoculares a su funda. Ambos se encontraban sobre un Salamander, a su alrededor habían más de doscientas chimeras esperando por sus órdenes. Cada una llena con un escuadrón de guardias imperiales de Ymir.

"parece que lo han logrado, Smith." Dijo Melith con una sonrisa irónica. "la valía de los Ymirianos es notable, debo decirlo."

"gracias." Contesto Erwin. "también debo agradecer al comandante Holms por permitirnos movernos en sus chimeras."

"no se preocupen. Después de todo si no pueden ser usados para transportar personal no sirven de nada."

Erwin Smith levanto su brazo de metal y dio la señal de avance, los motores de multicombustible de los quimeras revivieron y se movieron. En minutos alcanzaron la máxima velocidad. En su interior los chimeras transportaban a las tropas que serían la punta de lanza en esta operación.

Los escudos de vacío podrían haber caído, pero el enemigo seguía adentro. Sin embargo, no podían simplemente bombardear la ciudad debido a que había recursos allí que habían hecho decidir al Munitorum que una destrucción total de la ciudad colmena sería una perdida demasiado grande.

Y aunque ya no había defensas, loa siervos del caos eran tercos. Una movilización con valkyrias sería igual de arriesgado si tenían defensas antiaéreas.

Los chimera se movieron por el yermo que rodeaba la ciudad colmena desde el norte. Los motores rugieron llevando su preciada carga de forma segura hasta los muros. Ya no había artillería que los detuviera. Una vez cerca, las puertas se abrieron dejando salir a sus ocupantes.

Ganchos de adamantio se dispararon y cables de acero se tensaron enrollándose directamente hasta llegar a la cima de los muros.

Fue como un tsunami que se estrella en un rompe olas. Miles de Ymirianos ascendieron llevando con ellos el fuego de sus rifles laser. Los herejes intentaban desesperadamente defender la posición. Pero en minutos fueron sobrepasados.

Melith subió con su propio equipo ODM. La victoria sobre el telón amurallado era segura. Sin embargo, la ciudad no había sido tomada. Había reportes de otros regimientos rompiendo las defensas en distintos lugares y más tropas Plumelianas saliendo de diferentes sitios. Pero la batalla aun no terminaba. Melith miro hacia el palacio del gobernador planetario. Lo que sea que estuviera pasando por su mente ya no importaría. La venganza del emperador venía a por su cabeza.

Su comunicador de vox personal se activó llamándole. Si alguno de sus oficiales estaba usando una frecuencia directa con los comandantes probablemente significaba que habían encontrado algo. Escuchar información de aquellos que había enviado y reconocer sus logros sería bueno para la moral.

Pero tras recibir la transmisión, después de unos minutos ella ya no se movió. Más solo se limitó a decir.

"Trono…"

[X]

Freudem caminaba por el enorme pasillo que conectaba al hangar. Su nave personal, Ascencion justa, un crucero ligero clase Endeavour. Sus 4600 metros avanzaban por el vacío a velocidad subluz hacia un planeta. Recién habían salido del inmaterium y los ritos de mantenimiento estaban siendo resumidos para revisar que ninguna entidad de la disformidad se hubiera colado en la nave.

Hacia unas horas había recibido un mensaje uno de sus astropatas. Había sospechas de actividad del caos en cierto planeta. Y se había dirigido a toda prisa hacia ese lugar.

Ahora mismo se dirigía a abordar su nave principal. Una cañonera thunderhawk bien equipada y con blindaje de ceramita extra. Sus bolters pesados brillaban así como su cañón destructor turbolaser sobre esta. No solo eso, la nave tenía un escudo resplandor instalado que permitía desviar toda clase de ataques, aunque este no era tan potente como un escudo de vacío, todavía era apreciado.

Naturalmente, su guardaespaldas no le había dejado ni por un segundo. Ella lo seguía sin dudas a donde fuera. Así fuera a su muerte misma, ella no se lo preguntaría dos veces.

Sin embargo, hoy, había alguien más acompañándolos.

"¿Annie? ¿Sucede algo?" dijo El inquisidor mientras se detenía para ver a su nueva adición a su sequito.

Annie Lionheart se había quedado en la entrada del hangar contemplando los cientos de personas que iban de un lado a otro. Las docenas de naves que se formaban esperando a por su salida y el imponente tamaño del lugar que abarcaba cientos de metros.

Todo esto era nuevo para ella, nuevo desde que había sido sacada de ese pilar de cristal. Cuando vio por primera vez al inquisidor, su primer pensamiento fue transformarse en titán y escapar. Lo aplastaría en el proceso con tal de salir de ese lugar.

Pero esa idea se había disipado como el humo cuando el inquisidor poso su atención en ella. Era imponente, oscuro, poderoso. Ella sabía que no importaba que hiciera, ella moriría sin dudas si intentaba algo. Y el inquisidor los sabía y por lo tanto no se molestó en hacer nada más.

Cuando se enteró de lo que le había pasado a Marley, su primera reacción fue la negación, no tanto por lo que le hubiera pasado al país, más bien por su familia. Pero cuando había escuchado que Marley había enviado a todos los Eldianos a morir en la guerra contra el imperio, todo rastro de lealtad como guerrera había desaparecido. Maldijo a Marley desde el fondo de su corazón y juró que jamás volvería a ser su títere.

Pero para cuando se dio cuenta de la situación, realmente temía por su vida. Ahora la isla Paradis la condenaría a muerte y no tenía ningún lugar a donde ir. Fue ahí cuando este hombre −este inquisidor− le hizo la oferta. "trabaja para mí y hallaras amnistía. Purga tus pecados con la sangre de los enemigos de la humanidad y haya la redención llevando la justicia y el honor de servir al sagrado Ordo Hereticus."

Ya habían pasado tres años desde ese día. Al principio era torpe, aprender todo lo que los demagogos del imperio y los catecismos de la eclesiarquia había sido un proceso agotador y pesado. Aprender todos esos textos le había hecho marear más de una vez, incluso ahora debía seguir estudiando más libros de eventos pasados.

En el combate ella había pasado sin problemas, estaba más que entrenada para el combate cuerpo a cuerpo. Y en el manejo de armas de fuego logro operar el rifle laser que le habían como las tantas veces que había manejado un rifle en los entrenamientos en Marley cuando pequeña.

Y aun así, el inquisidor le había dicho que debía aprender de él, aprender el arte de la investigación y de poder mirar más allá de lo obvio. A encontrar la pieza faltante en el rompecabezas y no dejar ningún sitio sin revisar.

"solo me preguntaba, mi lord…" dijo Annie con el respeto que había aprendido. "Cual es este mundo al que vamos. ¿Qué podemos esperar de este?"

Freudem volteo a verla y dijo sin más.

"Plumel. Un mundo de una sola ciudad colmena. Ahora toma tu equipo y prepárate para bajar, será tu primera misión de campo, aparte de esas interrogaciones. Saldremos en dos horas."

Ella obedeció. Se dirigió de regreso a su casillero. Cuando lo abrió tomo su armadura de caparazón y su rifle laser modelo Triplex Phal. Granadas, raciones, celdas de energía extras y demás. Ella también tomo una caja de metal pequeña. Cuando la abrió tomo una de las píldoras y se la llevo a la boca.

Por último se puso de nuevo su anillo. Lo último que le quedaba de su padre.

[X]

Woahm once mil palabras. Debo decir que hubo veces en las que no sabia que poner y tuve que volver a leer diversos libros militares para armar una escena como esas. Aunque siento que no es suficiente, después de todo, tienes que manejar diversos escenarios y manejar diversos personajes. A veces me olvidaba que había matado a uno y lo había vuelto a poner unos párrafos más abajo, así que debía volver a revisar.

Finalmente vemos a estos chicos en una batalla a favor del imperio. Deben recordar que el Ministorium pidió seis mil soldados por regimiento, aunque creo que mate como a mil aquí. Creo que fue menos, no lo sé. Cuando ves el anime y te cuentan las muertes no puedes evitar reírte cuando en el imperio se le llama a eso "una tarde".

Si consideras que hay pocas personas en paradis para cuando termina la retoma de la muralla maria… Pero supongo que hay suficientes para formar algunos regimientos.

Realmente quisiera comenzar ese fic con goblin Slayer matando gretchins, pero ya tengo demasiado entre manos. Tratare de actualizar eternal war online, pero quiero enfocarme primeramente en RE:Recreators.

Bueno, es todo por ahora, voy a traducir esto y a comenzar con Re:Recreators. Nos vemos…