Saludos a todos, aqui esta el último capitulo de esta historia, es algo mas extenso de lo normal, en lo que preparo el siguiente proyecto, el cual estoy pensando si subirlo en seis capitulos cortos o mejor en una sola historia, sugerencias y comentarios son bienvenidos. Disfruten la lectura.

Capítulo 4: Mundos diferentes.

I

Al día siguiente, Twilight se levantó temprano y acudió a Canterlot para visitar a las princesas y comentarles lo sucedido. Aún estaba tan molesta que apenas pudo dormir, y al llegar lo único que pudo hacer era dar vueltas alrededor del salón del trono, mientras ambas hermanas intercambiaban miradas al verla desahogándose del coraje. La Princesa de la Amistad estuvo maldiciendo durante más de veinte minutos al unicornio gris y a sus tropas empezado con palabras ciertamente desagradables hasta que avanzó palabras cada vez más obscenas e incluso impronunciables para el oído más conservador.

-No puedo creer que ese demente casi mata a Spike! Como es posible que le permitan a alguien así dirigir un ejército! Estoy tan furiosa que le lanzaría el peor de lo hechizos, la peor de las magias oscuras, la peor de las maldiciones a ese cretino y a su ejército de rufianes con armadura, los haría pagar muy caro a esos desgraciados hijos de ….…...

-Twilight –dijo Celestia, para interrumpir la letanía de improperios e insultos de su protegida-déjame ver si entendí bien la situación: Grey Shadow trato de aniquilar a Spike?

-Así es su Alteza –dijo casi al borde del llanto-, si no hubiera estado yo ahí, lo hubiera hecho, y luego trato de justificar sus actos con algo de una supuesta orden real, de no haberlo detenido...yo estaría…..llorando….la muerte de mi pequeño amigo….mi dulce Spike…...

-Princesa Twilight, creo que no debería ser tan severa con él-dijo Luna, mientras usaba sus alas para secar las lágrimas de los ojos de la alicornio color lavanda.

-Perdone Princesa Luna, sé que él es su subordinado, pero como es que justifica esa actitud? No es algo que un pony haga en su sano juicio.

-A decir verdad, no puedes culparlo por lo que hizo, -dijo Luna, quien en cierta forma se sentía culpable por no advertir que, tarde o temprano, una situación así llegaría a pasar-, verás, esa era una de las tareas que tenía encomendadas en la antigüedad.

-Por qué ahora ustedes lo defienden así? No lo comprendo,-dijo Twilight frustrada por no entender la actitud de las dos hermanas–, por que justifican la actitud de ese monstruo?

-Veras Twilight- dijo Celestia con voz apenada- es porque ese protocolo que mencionó para justificarse…..….. fué aprobado personalmente por nosotras hace más de mil años.

-QUEEEE? Por que…..por qué aprobarían ustedes semejante orden? ¿Por qué le dieron carta blanca a alguien así para matar indiscriminadamente?

-Como te lo mencionamos antes, Twilight Sparkle, hace mil años las cosas eran distintas en Canterlot- dijo Luna-, y de entre las múltiples amenazas que existían en Equestria, una de ellas eran precisamente los dragones. Ellos paseaban libremente por nuestro reino, y no pocas veces llegaban a causar muchos estragos, avanzaban devorando y arrasando todo aquello que encontraran en su camino: nuestras cosechas, nuestras aldeas, inclusive a nuestros súbditos. Hubo poblados que fueron diezmados por sus ataques, e incluso pasamos un tiempo en que varias hambrunas azotaron el reino por sus terribles incursiones.

-Debido a eso, tuvimos que ordenar tanto a la Guardia Real como a las Legiones la implementación del "Protocolo Thundercolt"–dijo Celestia casi avergonzada-. Ellos tenían la obligación de protegernos de los constantes ataque que sufríamos, y debido a eso, se les dio autorización para que usaran todos los medios necesarios para protegernos, y se volvieron muy eficientes en eso. Con el tiempo, se hicieron famosos por ser grandes guerreros, y grandes cazadores de dragones, y muchos legionarios sacrificaron sus vidas para proteger a nuestro reino, pero sus esfuerzos sirvieron para que muchos de nuestros súbditos sobrevivieran, y esas generaciones se convirtieron en los pilares de las actuales poblaciones que ahora conforman Equestria. También estas medidas sirvieron de lección a los dragones para se abstuvieran de atacarnos, sabedores de que sufrirían las consecuencias de sus actos. Las legiones hicieron muchas aportaciones a nuestro reino también, por ejemplo, ves esas banderas que están en las torres más altas del palacio?

-Si-dijo Twilight- se pueden ver desde aquí.

-Esas banderas fueron colocadas como señales de advertencia para que los dragones desviaran el camino de sus migraciones, porque sabían que estas banderas representaban que este era un territorio protegido por nuestras legiones, así como por tropas de otras naciones que se nos unieron en esa encomienda como el Imperio Grifo cuando estuvo en su máximo esplendor, o la nación de Procyonia. Todo dragón que se atreviera a sobrevolar Canterlot, tendría un final desagradable, y con eso se pudo convenir con ellos una relativa tregua, la que fue ratificada con el Jefe Dragón Torch hace varios siglos, mientras ellos no nos atacaran, nuestras legiones no los cazarían; mucho de eso fue implementado gracias a los esfuerzos del general Grey Shadow y de otros valientes guerreros ponies hace más de mil años, y a la fecha, sigue funcionando ininterrumpidamente- dijo Celestia.

-Yo…. eso no lo sabía.

-Twilight Sparke, debes de comprender que no es fácil para ellos olvidar los usos y costumbres que desempeñaban cotidianamente hace mil años. Yo vivo esa situación a diario. Será su obligación aprender que mucho de lo que hacían ya no es válido en la actualidad, y también tendrán que saber que está permitido y que no. Dales la oportunidad de adaptarse, le aseguro que Grey Shadow no es un ser tan cruel e insensible como aparenta, solo que es alguien…demasiado comprometido con su vocación de guerrero, pero es un pony muy inteligente y consciente de lo que sucede- dijo Luna.

-Bueno, yo….. –titubeo la novel princesa.

-Dale una oportunidad para que pueda comprender el mundo en que vivimos y se adapte poco a poco a las costumbres actuales, -dijo Celestia-. Después de todo, tú eres la nueva princesa de la amistad, no es así? Ofrécele tu amistad en señal de reconciliación.

-Está bien, hare el intento…pero que no se atreva a tocar a Spike.

-Tranquila, después de ver la forma como lo defendiste, no creo que lo intente; él es un guerrero muy rudo, pero no es tonto, y créeme, es alguien que sabe acatar los protocolos y las reglas.-concluyó Luna sonriente, lo que tranquilizó brevemente a Twilight.

II

Tras la visita hecha a las princesas, y una noche completa de reflexión y análisis, seguida de un sueño reparador, Twilight decidió tomar en cuenta los consejos de Celestia y Luna, y esperó a la noche siguiente para presentarse nuevamente en la fortificación de la Legión Oscura. En la entrada la recibieron dos guardias con una reverencia, quienes la dejaron pasar. Entró al interior del recinto y caminó por un largo pasillo, donde estaban las barracas, notando la intensa actividad que había por las noches. Llegó al comedor, donde estaban varias tropas degustando sus platos llenos de avena y heno, listos para iniciar las faenas de la noche, cuando se dieron cuenta de su presencia. Se hizo un silencio casi sepulcral, pero los guerreros prefirieron continuar con sus actividades, aunque eso no impidió que entre varios de ellos se oyeran murmullos al ver a la pony quien un día antes los había insultado, por lo que su presencia resultaba algo incómoda para los legionarios. Vectoria, una pony terrestre de pelaje color lila y melena color amarillo, miembro de las Lancers, notó su presencia, así que de inmediato fue a la habitación del unicornio para informarle de la situación. Unos minutos después, Grey Shadow bajó para atender a la novel princesa.

-Saludos, Princesa Twilight- dijo fría pero cortésmente mientras inclinaba la cabeza-, en que puedo servirle?

-Tenemos que hablar, sígame –dijo mientras enfilaban a la entrada, lo que logró romper la tensión que se respiraba en la atmosfera del recinto, mientras los legionarios retomaban sus actividades, y rumoreaban entre si el propósito de la inesperada visita.

Ambos ponies salieron y dieron un breve recorrido por los jardines que estaban fuera de las barracas, los cuales también fueron remodelados recientemente. La noche estaba fresca y tranquila, la brisa nocturna y los olores del bosque ayudaron a la alicornio a relajarse y poner en orden sus ideas, y tras inhalar y exhalar un poco, comenzó a hablar.

-Estos jardines son hermosos, y el aroma a lavanda, seguro fue idea de la princesa Luna.

-En efecto –dijo Grey Shadow rápidamente-, es la directriz que nos dio en la antiguedad y la seguimos aplicando en esta época, pero estoy seguro que no viene aquí para alabar nuestros jardines o nuestras recientes remodelaciones, cierto?

-Así es –suspiró Twilight- , y antes que nada, quiero que comprenda que no demerito su actuar ni sus funciones, es solo que…..ver a alguien tratando de lastimar a mi amigo…...me hizo enfurecer demasiado, no quiero que lo tome personal, pero supongo usted haría lo mismo si alguien tratara de dañar a sus tropas, o a la Princesa Luna.

El unicornio no dijo nada, solo observaba fijamente a una nerviosa Twilight, quien tomó un respiro para recuperar el aliento, y retomó la palabra.

-Yo…..siento mucho lo que paso ayer, me deje llevar por mis emociones y creo que lo juzgue mal, las princesas me contaron ciertos aspectos de la época en que usted sirvió a la corona y de las circunstancias por las cuales han pasado, lo que me dio una idea de que ustedes vivieron una época muy complicada y difícil, algo que no es fácil de entender para nosotros porque no lo hemos vivido, así que…..…..le ofrezco una disculpa a usted y a sus guerreros por todas las palabras que dije.

Grey Shadow guardó silencio por unos breves instantes, lo que hizo que Twilight no supiera que hacer, si animarse a hablar más o esperar la réplica del unicornio gris, por lo que comenzaba a desesperarse, pero para su alivio, el general decidió contestar.

-No se preocupe, Princesa- dijo el unicornio gris- estuve reflexionando ayer y me di cuenta que ambos comprendemos que las épocas que hemos vivido son diferentes, ustedes viven en una era muy pacifica, una paz que nunca hubiéramos concebido, y nosotros venimos de un pasado muy violento y turbulento, realmente somos nosotros quienes debemos adaptarnos a estos tiempos modernos, así que también me disculpo ante usted por las molestias ocasionadas tanto a su persona como a su "amigo", y acepto gustoso su disculpa.

-Creo que ambos tenemos mucho que aprender los unos de los otros, General, compartir las experiencias para ir forjando un nuevo futuro para todos, y así evitar malos entendidos.

-Sabias palabras ha dicho, Princesa Twilight, y me alegra saber que esto nos ayude a comprendernos mejor.

-Tiene razón -dijo la alicornio más tranquila-, ahora, si no le importa, le gustaría ir a mi biblioteca para leer un poco de la nueva historia del reino?

El general asintió con la cabeza. Twilight usó su magia y se teletransportaron a Ponyville. Entraron a la biblioteca de la Princesa y Spike estaba a punto de recibir a su amiga en la entrada, pero al ver que el unicornio gris la acompañaba, corrió a ocultarse en la repisa superior, detrás de una gruesa pila de libros, dispuestos como si fueran una barricada.

-Creo que Spike no está contento por verlo aquí- dijo Twilight un tanto apenada.

-Descuide Princesa, sé que no me perdonara tan rápido por lo que le pasó, pero espero que algún día vea que no solo soy el cruel y sanguinario monstruo que vio ese día.

Caminaron por la biblioteca, y con su magia Twilight tomo varios libros que le entregó al unicornio gris.

-Primero le prestare estos libros, espero le agraden, abarcan el periodo que comprende desde la caída de Nightmare Moon, pasando por la época de esplendor del reino, hasta su nuevo arribo como la Princesa Luna, incluso creo que vera algunos que describen tanto mi participación como la de mis amigas en estos últimos acontecimientos.

-Es muy amable de su parte, Princesa, y en agradecimiento a tan noble gesto, quiero que acepte esto- dijo mientras usaba su magia para teletransportar un grueso libro que decía "Bitácora de Sucesos de Guerra de la Legión Oscura".

-En este libro diversos miembros de la Legión Oscura escribimos nuestras memorias y pensamientos, así como anotaciones de batallas y acontecimientos de la época que nos tocó vivir, lo cual le dará un panorama en general de la era antigua de Canterlot, y estoy seguro que le será muy útil para conocer la historia del reino en el pasado.

-Gracias General –dijo Twilight feliz al ver tan tentadora fuente de material histórico-, prometo que se lo devolveré más tarde. Veo que usted no es una persona cruel e insensible como yo pensaba, y nuevamente, le ofrezco una disculpa a usted y su legión, así como mi más sincera amistad.

Ambos ponies se despidieron respetuosamente y se retiraron con sus respectivas encomiendas de lectura. Una vez que salió Grey Shadow y Twilight cerró la puerta, Spike salió de su improvisado escondite, blandiendo un grueso libro de artes marciales.

-Twilight, te volviste loca? Porque traes aquí a ese psicópata?

-Tranquilo Spike, hablé con las princesas y con el General, creo que hemos llegado a un punto de acuerdo y pudimos dialogar con madurez. Además, parece estar realmente arrepentido de haberte atacado.

-No se veía muy arrepentido cuando entró -digo el dragón algo molesto.

-Relájate, vamos a descansar, es tarde y mañana será otro día.

La alicornio apago las luces y se metió a su cama, quedando profundamente dormida.

III

La noche había avanzado, y la Princesa Twilight descansaba plácidamente en su cama, soñando con probar todo ese conocimiento antiguo que esperaba a leer. Spike hacía lo propio en su pequeña canastilla, al lado de su amiga. Ambos estaban tan profundamente dormidos que no notaron que algo abrió la ventana del cuarto de la alicornio y una energía purpúrea sacó al dragón de su cesta y lo levitó a las afueras de la biblioteca. Al sentir el piso frio, Spike se levantó y se encontró en el piso. Abrió pesadamente los ojos, y frente a él, se encontraba Grey Shadow. Aun en la oscuridad, se podía distinguir esa armadura azul zafiro, así como su mirada fría e impasible, y su porte imponente e intimidante, todo fundido en una imagen amenazante, digna de una pesadilla. Spike estaba seguro que iba a terminar el trabajo de exterminio que su amiga interrumpió, y ahora escudado en la noche no fallaría y le daría muerte, como había hecho con otros dragones en el pasado. Se asustó tanto que estuvo a punto de gritar por ayuda, cuando el unicornio se lo impidió al poner su inmensa pezuña en su boca, ahogando toda posibilidad de auxilio.

-MMmmpphh!- trató de gritar Spike, pero la enorme pezuña de Grey Shadow no le permitía emitir sonido alguno. Sus ojos miraban desesperadamente en todas direcciones, rogando por encontrar a alguien que pudiera avisar a sus amigas, pero vio que nadie acudiría en su ayuda. Estaba al borde del llanto y pensando en su inevitable final.

-Ssshhhhh, no hagas ruido, prometo no hacerte daño, pero si gritas, juro que te lastimare tanto que desearas una muerte rápida! Comprendes? –dijo susurrando el unicornio.

El dragón asintió con la cabeza, y el general quito su pezuña de su boca. Spike escupía para quitarse el sabor metálico de la herradura del corcel, y trataba de recuperar el aliento.

-Muy bien, lamento el histrionismo de esto, pero no quiero arriesgarme a otro sermón de tu princesa –dijo el unicornio, mientras hacia una seña a un subordinado que lo acompañaba, un pony terrestre, alto y delgado, envestido en una armadura azul, de pelaje color blanco con delgado bigote y crin de color café, quien se acercó a su superior.

-Jean Pierre, la caja.

Spike se puso nervioso cuando vio que el guerrero acercó una caja al unicornio, y sin saber qué hacer, cerró los ojos, esperando lo peor, pero tras unos instantes, se dio cuenta que no ocurría nada, solo escuchaba el sonido de la brisa nocturna, y su propia respiración agitada, así que se atrevió a mirar y vio una caja que el unicornio levitaba frente a su rostro.

-Escucha, creo que empezamos mal todo esto. No estoy acostumbrado a estas cosas y mucho menos con un dragón, así que prefiero que mis acciones sean las que hablen por mí: te ofrezco este humilde presente a manera de disculpa, espero lo aceptes.

Spike tomó cuidadosamente la caja y la abrió con cuidado. Dentro había un pequeño pero hermoso pastel, el cual estaba decorado con exquisitas piedras preciosas: rubíes, esmeraldas y turquesas adornaban en el betún, del cual emanaba un profundo y delicioso aroma a vainilla y mantequilla. Para rematarlo, tenía colocado un enorme zafiro azul a manera de cereza. El pequeño dragón estaba fascinado por la presentación del bello postre.

-Jean Pierre Croissant, mi cocinero aquí presente, lo hizo especialmente para ti.

-Espero le agrade mi repostería, monsieur dragon -dijo el cocinero con un fuerte acento francés.

Spike tomó el delicioso pastel con sus garras, lo olio, y le dio una buena mordida.

-Mmmhhhh, esta delicioso -dijo mientras masticaba el lujoso pastel y disfrutaba el sabor de las joyas en cada mordida-. Sabe, creo que yo lo juzgue mal también. No es un lunático asesino de dragones como pensaba, y entiendo su actitud, yo mismo sé que muchos dragones son bastante agresivos, e incluso peligrosos con su propia especie, aunque la verdad si me dio un buen susto ayer, pero entiendo que era su trabajo hacer esas cosas en el pasado. Descuide general, acepto su disculpa, y su delicioso presente.

El general y su cocinero sonrieron satisfechos, mientras el dragón disfrutaba su regalo con enorme placer.

-Bueno, tenemos que ir a patrullar, nos veremos después, pequeño Spike, ya están informadas mi tropas para que no vayan a "protocolizarlo" la próxima ver que lo vean.

-Errr, gracias por ese detalle, supongo ya podré visitarlos más seguido.

-Claro que sí, pequeño Spike, será bien recibido en nuestra fortificación.

-Se lo agradezco. Oigan, como voy a…? -en un parpadeo, el general teletransportó al dragón nuevamente a la acogedora estancia donde Twilight dormía.

-GRACIAS! -gritó Spike desde el interior.

-Es usted muy noble, monsieur General-, en otra época usted lo hubiera partido en dos con sus espadas, y sus restos ya serían parte de sus trofeos de caza.

-Aun me cuesta trabajo aceptar que es lo correcto o incorrecto en estos tiempos, Jean Pierre, pero espero que pronto nos adaptemos, mientras tanto, hagamos nuestro recorrido, quiero regresar para disfrutar una buena taza de ese delicioso café que sabes preparar.

-Oui, monsieur General- asintió el cocinero.

Ambos ponies continuaron su patrullaje y avanzaron por las tranquilas calles de Ponyville, protegidos por la noche, especulando sobre el futuro, mientras dejaban a un pequeño dragón satisfecho por su refrigerio nocturno, y soñando con deliciosos pasteles de gemas.

FIN