• Género: Romance/Humor.

• Categoria: M

Los personajes de Naruto no son míos.


Casero.


De acuerdo, esa situación no era nada habitual. Pero tampoco era como si le desagradara, de hecho, empezaba a gustarle bastante y al parecer, a el también.

—Rayos — se permitió decir esa "mala palabra" al ver que sus tarjetas de crédito no le permitían sacar dinero por alguna razón que desconocía totalmente. No era urgente sacar efectivo en ese momento, pues comida en casa y algunos billetes si tenia, pero el único problema era que ese día tenía que pagar el alquiler de su departamento.

El dueño del lugar pasaba el primer día del mes para cobrarle, a las seis de la tarde para ser exactos. Jamás se había retrasado con algún pago, ella siempre era muy puntual en ese aspecto, pero aún así debía de admitir que le daban nervios tener que pedirle a su casero que la esperará sólo un día.

Salió del banco para ir hacia su coche, se subió a el y arrancó el motor para seguidamente manejar hasta su edificio.

Mientras manejaba pensaba en su casero, ese chico de mirada penetrante e intimidante. Admitía que le atraída, era sumamente apuesto y además era muy amable y educado con ella. Pero aún así, su mirada la incomodaba bastante, haciéndole sentir pequeñita a su lado.

Suspiró entrecortadamente. Definitivamente le afectaba pensar en ese apuesto y encantador azabache.

Estaciono su auto en su lugar de estacionamiento, bajo un par de bolsas de plástico las cuales contenían comida y chucherías. Cerró el auto con llave y comenzó a caminar hasta la entrada de el edificio, lo hizo con prisa pues el cielo estaba gris y había comenzado a relampaguear, augurando con eso una posible lluvia. Saludo amablemente al portero de sesenta años y después tomó el elevador hacia su piso, el cual era el número tres.

Mientras estaba en el cubículo, una canción comenzó a sonar, la cual conocía de pies a cabeza. Mientras tarareaba la rítmica cansion, su mirada se dirigió al espejo que había en el elevador. Su cabello estaba sujeto en una coleta alta, su flequillo y mechones estaban donde debían. Llevaba puesta una blusa informal color púrpura y un holgado pantalón de algodón color gris y sus pies estaban cubiertos por unas cómodas botas de peluche color café. Hasta en ese momento reparó en cómo había ido vestida al mercado y al banco, llevaba las ropas que usaba en casa cuando no había trabajo ni escuela. Río un poco ante su apariencia, sin sentirse incómoda ni avergonzada por haber salido de esa manera.

Las puertas del elevador se abrieron y ella pudo salir al pasillo del piso número tres. Recorrió un corto tramo hasta llegar finalmente a la puerta del departamento, metió y sacó con habilidad la llave de su piso y después pudo entrar a este. Dejó las llaves en un cuenco que estaba en la entrada y después caminó directamente hasta la cocina. Desempaco las bolsas de comida, guardando las galletas, las frituras, el helado, el té y la leche en su lugar.

Suspiró al ver sus compras. Sólo de permitía comer ese tipo de cosas los fines de semana, que era cuando tenía su merecido descanso.

Pensó en ir a la sala de estar para ver una película. Podría poner "Yo antes de ti", hacer palomitas y tomar un poco de refresco de manzana. Con esa idea en mente, se dirigió felizmente hasta su sala, puso Netflix y justo cuando iba a la cocina nuevamente para hacer las palomitas, el timbre sonó anunciando visitas.

Suspiró un poco desanimada pero igualmente se dispuso a caminar hacia el recibidor para abrir la puerta.

La abrió y espero cualquier cosa menos a esa persona. ¿Ya eran las seis de la tarde? Vio de soslayo el reloj que había a un lado de la puerta. No, apenas eran las cuatro de la tarde.

—Uchiha-san — musitó, sintiendo sus mejillas calentarse un poco ante su presencia. Siempre que lo veía pasaba lo mismo, algo en su interior se removía, su rostro se sonrojaba y su penetrante mirada la hacia sentir pequeña —No lo esperaba tan temprano.

El azabache frente a ella sonrió apenado. Si había ido más temprano es por que ya no aguantaba las ganas que tenía de verle...

—Lo siento, Hinata-san. Estaba cerca de aquí y se me ocurrió pasar de una vez al-Lo siento, Hinata-san. Estaba cerca de aquí y se me ocurrió pasar de una vez al edificio — se excusó con lo primero que se le vino a la mente.

—En-entiendo — contestó con nerviosismo. ¿Y ahora que debía de hacer? No le dio tiempo de pensar en una solución, llegó más temprano de lo acostumbrado. Trago saliva y miró al suelo con pena —. Uchiha-san...

—Itachi.

—¿Eh?

—Llamame por mi nombre, después de todo sólo tenemos cinco años de diferencia — le recordó con una sonrisa.

Hinata lo miro con impresión unos segundos antes de desviar la mirada, sintiéndose completamente extasiada por esa hermosa sonrisa.

—Yo... Itachi-kun.

El azabache asintió complacido.

—Es que... —rasco su brazo mientras miraba hacia otro lado — a pa-pasado un problema en el banco —comenzó a explicar — y no he podido sacar el dinero del alquiler hoy — bajo la mirada, avergonzada.

Itachi la miro con sorpresa unos segundos para despues mirarla con ternura. Era increible ver como se preocupaba tanto por una cosa asi, era obvio que el no estaba enojado pues ademas de que ella le enacantaba tambien estaba el echo de que ella era muy puntual con su paga. Justo cuando Itachi iba a decirle que no había problema y que no se preocupara por eso, recordó a cierto primito que le había aconsejado algo.

Se nota que estás coladito por esa belleza codeo su brazo, sacándolo su ensoñación. Había tenido pegada su mirada a cierta azabache que ayudaba a una anciana con sus bolsas del mercado . Tienes buen gusto, Tachi.

Itachi lo miró de mala manera, con un pequeño sonrojo sobre sus mejillas.

Te equivocas, Shisui.

El tío Shisui jamás se equivoca le pido la mejilla, haciendo que su ceño se frunciera más . Deberías de cortejarla ahora o alguien podría ganartela.

Itachi suspiro.

¿Qué te hace pensar que le interesó? murmuró, observando a la Hyuga quien mientras platicaba amablemente con el portero del edificio.

Dios, eres Itachi Uchiha, las mujeres se derriten al verte le recordó. Y era cierto, Itachi y básicamente todos los Uchiha eran extremadamente populares entre las mujeres.

Ella no es ese tipo de chica aclaró . Supongo que me llevará conquistarla más tiempo de lo que me llevaría conquistar a cualquiera.

Comprendo, Hinata es una en un millón sonrió al ver a su primo sin aún quitarle la mirada. Podía ver a simple vista que ella ya de había dado cuenta de su pesada atención y que por eso de vez en vez actuaba con torpeza . A ella ya le gustas Tachi, ahora sólo falta dar un paso más. Busca cualquier pretexto para estar con ella, pídele una cita o... Su sonrisa se volvió perversa . Podrías aprovechar ser dueño del edificio le guiño el ojo.

Boqueo un poco al recordar todo de golpe. Tal vez Shisui tenía razón, tal vez debería de aprovechar su posición como dueño del edificio. Suspiró ante la mirada confusa de Hinata. Sus ojos se tornaron decididos y más pesados aún, haciendo que Hinata tragara saliva.

—Hinata-chan, ¿puedo pasar? — preguntó educadamente con voz ronca y hasta sensual, poniendo los vellos de punta a la chica.

—S-s-si — contestó en tartamudeo, abriendole paso al azabache. Este dio un asentimiento de cabeza y pasó al apartamento, sorprendiendose por un instante al ver lo limpio y ordenado que estaba.

La dulce voz de Hinata lo sacó de sus pensamientos.

—¿Gustas agua, te... o refresco? — preguntó educadamente, golpeando sus dedo índice con el otro mientras miraba al suelo.

—Agua esta bien, Hinata-chan — respondió educadamente, observando con un poco de descaro sus senos, los cuales eran presionados por sus brazos debido a la posición en la que estaba. Cuando se dio cuenta de eso desvió de inmediato su mirada, concentrándose en cualquier otra cosa que no fuera su hermoso y curvilíneo cuerpo.

—Este... ¿Quiere pasar a la sala para sentarse? — preguntó con timidez, sintiendo nerviosismo al verse sola en su casa con el. ¿A caso estaría enojado por que no le pagó el alquiler? Enserio esperaba que no, aún que sabía que Itachi era muy buena persona y que siempre se comportaba amable con. todos los habitantes del edificio.

—Sientese por favor, no tardaré — apuntó con su mirada el amplio sofá color chocolate que estaba a un lado de él. Asintió y observó como ella iba hacia la cocina, dejándolo sólo.

Hizo caso y se sentó en el sillón, mirando al frente y dándose cuenta de que había interrumpido una película. Ignoro eso por unos segundos y centro su atención en unas fotos que habían colgadas por la pared. En la primera salía Hinata, con un vestido veraniego color azul y con compañía al lado, quienes podía identificar como el padre de ella, la hermana y al parecer otro familiar que no conocía. La segunda foto se trataba de Hinata en ella y de un chico que...

Sintió una punzada de celos. ¿Quien era ese chico peli blanco?

Decidió ignorar eso y miro las demás fotos, deseo no haber seguido. En la siguiente foto estaba ella y habían dos tipos más, uno a ambos lados de ella. Uno de ellos llevaba unas gafas negras y el otro tenía unas extrañas marcas rojas sobre sus mejillas.

"Pueden ganartela."

Salio de sus turbios pensamientos al escuchar la tierna y suave voz de Hinata, la cual logró apasiguarlo un poco.

—Tomé — puso un vaso de agua con hielo frente a él.

Itachi tomó el vaso de cristal y aprovechó para rozar con sutileza su mano contra la de ella, haciendo sentir nerviosismo a Hinata.

—E-este — movió con rapidez ambas manos y las puso tras su espalda —, respecto a la renta...

—Hinata-chan, sientese conmigo por favor.

Hinata tragó saliva pero obedeció ante la voz sensual y masculina del hombre, sabiendo que sería incapaz no obedecer a ese tono de voz. Se sentó a su lado, pero aún así guardando la distancia posible sin parecer tampoco como si su precencia no le agradara.

—Yo... — quiso continuar con el tema de la renta, ya que se estaba poniendo demasiado nerviosa y no sabía la razón del porque su casero quiso entrar a tomar un vaso de agua, pero de nuevo fue interrumpida por el.

—Sobre la renta, no debe preocuparse. Usted siempre a sido demasiado puntual y no me molesta en absoluto que se retrase ya que se que me pagará.

—¡Claro que lo haré! En cuanto se resuelva el problema en el banco yo le daré su dinero, lo prom...

—El problema es que no puedo aceptar ese dinero.

Hinata parpadeo sintiéndose genuinamente sorprendida. ¿Cómo que no podía aceptar su dinero? ¿Que acaso no recordaba que el era el dueño del lugar y que debía de cobrar por su estancia ahí? No estaba entendiendo absolutamente nada, y que los negros ojos de Itachi la mirarán de esa manera no la estaba ayudando.

Carraspeó tratando de recuperar la compostura.

—¿De-de que habla? —cuestionó confusa —¿Cómo que no puede aceptarlo? No estoy entendiendo.

Itachi respiro profundamente antes de soltar la cosa más arriesgada de toda su vida. Su corazón quería salir de su pecho y su respiración no era muy normal, además de que estaba sudando más de lo que le gustaría. Maldito Shisui y sus ideas perversas.

—No puedo aceptar ese dinero porque quiero otra cosa —soltó, acercándose de poco a poco hacia ella.

Hinata pelo los ojos y comprendió de inmediato lo que estaba apunto de hacer. Por inercia ella retrocedió unos centimetros pero eso no pareció importarle a el, quien siguió avanzando hasta llegar a sólo unos pocos centímetros de su rostro.

Boqueo por varios segundos, sintiendo la sangre subir a su rostro y cuello.

—¿De q-q-que...?

—Besame — pidió este en un pequeño, pero sensual, susurró.

Hinata sintió el impacto con rudeza, ¿Su casero sexy estaba pidiéndole un beso a cambio de la renta de ese mes? Ni en sus sueños más pervertidos había imaginado algo como eso.

— Itachi...— fue callada al sentir la gran mano de Itachi sobre la suya.

—Si dices que no comprenderé, pero debes de saber que deseo mucho ese beso y si tengo que roba... — fue el turno de el ser callado. Hinata tenía su boca sobre la de el. Era un beso torpe pero eso no quitaba lo delicioso que era para ambos. Primero no supo como reaccionar, se quedo impactado ante el acto de Hinata, pero después de pocos segundos se dedicó a cerrar los ojos y a dejarse llevar ante el calio rose. Ninguno de los dos imagino que ese inocente beso se transformaría en algo mas candente...


Continuará...


N/A: Oc, empezamos el año con todo, señores. Tenia tiempo queriendo hacer algo sobre esta parejita y como tenía esto escrito desde hace unos meses decidí sacarlo a la luz por fin. Espero que les haya agradado, prometo no tardar en subir la continuación de este two-shot. Y si, habrá lemon.

¡Nos leemos pronto!