KHR no es mio, solo tomo prestados a sus sexys personajes.


Capítulo 1: Que yo… ¡QUE!

Era un día difícil en la vida de cierto joven de cabello corto color rubio platinado, tez clara, ojos color plata, delgado y alto… la razón de eso era muy sencilla: hoy debía ir a ese lugar donde se reunían muchos herbívoros enfermos, si… debía acudir al hospital para realizarse unos estudios que se necesitaban para adquirir su certificado médico, ya que era uno de los requisitos que le pedían para ingresar al cuerpo policiaco.

Pero al parecer no logro acudir a primera hora como lo había planeado para evitar el acumulamiento de gente ya que el medico que realizaba esos certificados solo trabajaba en la tarde, así que no le quedo mas remedio que acudir a su cita programada a las 4:30pm, por lo que debía asistir después de clases.

- Oye Alaude, como te va con los documentos – escucho que le preguntaba uno de sus compañeros de clases.

- Solo me falta el certificado médico – hablo aburrido el rubio.

- En serio… ¿ya conseguiste las cartas de referencia laborales y personales? – pregunto incrédulo otro compañero.

- Hmm… - fue lo único que opino el rubio platinado al mismo tiempo que terminaba de guardar sus libros en su maleta para luego salir del salón de clases.

Tras eso se encamino al hospital, donde se quedó parado en la entrada antes de dejar escapar un suspiro mientras recordaba que eso solo lo hacia porque era necesario para poder cumplir su sueño de entrar al cuerpo policíaco y seguir la tradición de la familia. Se adentro al lugar y se encamino al consultorio según le indico la herbívora recepcionista del lugar, al llegar noto que el medico no estaba, pero una enfermera le indicaba que se recostara en la camilla en lo que llegaba el médico. Maldijo un poco su suerte, pero realizo lo que le indicaron ya que deseaba acabar rápidamente con eso, noto que el medico se retrasaba un poco y como estaba algo cansado decidió cerrar sus ojos para descansar un poco.

Poco a poco empezó a abrir los ojos, sintiéndose algo mareado notando que estaba en una habitación diferente, busco sentarse sintiéndose ligeramente mareado… en verdad odiaba esos lugares ya que solo sentía que era una perdida de tiempo y mas que sanar a los enfermos los enfermaban, decidió olvidar todo por ese día ya que noto que no había nadie a su lado. Al llegar nuevamente a la recepción la herbívora que estaba en ese lugar le dijo que podría pasar al día siguiente por sus análisis… bueno al menos algo salió bien.

Al día siguiente mando por sus resultados y tras eso fue para entregar todos los documentos después de clases.

Las cosas marchaban bien para Alaude, a la semana de haber ingresado su documentación había recibo una respuesta positiva y había conseguido obtener el empleo; algo que hizo sentir muy orgullosos a su madre y aunque no tanto a su padre ya que este siempre dudo de las habilidades de su propio hijo por ser docel dudaba que pudiera llegar a ser algo importante con su vida, debido a que tenia la creencia antigua de que doceles y mujeres solo servían para cuidar el hogar y tener hijos.

- Que te parece si para esta noche hacemos una cena especial por tu graduación – opino sonriente una hermosa mujer de cabellera rubia larga y algo ondulada, ojos color azules, de figura esbelta y cuerpo curvilíneo, la cual en esos momentos usaba un vestido holgado de color rosa pastel y con tacones blancos.

- No es necesario madre.

- Ash, amor deja que te consienta.

- No lo mimes tanto Elena – se escucho la voz grave de un hombre de cabellera corta de color azabache, ojos color grises, tez clara, fornido y alto, el cual usaba un smoking de color azul rey con camisa blanca y zapatos negros.

- Diego, por favor – suplico la mujer.

- … - Alaude solo miro de reojo a su padre para después disculparse con su madre para luego retirarse a su habitación.

- ¿Porque no puedes querer a tu hijo? – pregunto molesta la rubia.

- ¿Porque le llenas la cabeza de ideas estúpidas?, un docel jamás llegara a ser algo en este mundo – dijo de mala gana el azabache – mientras más rápido acepte su realidad será mejor para él – dijo dándole la espalda a su mujer para luego retirarse a su estudio.

Elena se sentía frustrada… en verdad amaba a su esposo pero a veces le molestaba esa actitud "machista" que tenia con su propio hijo… con su hijo, la verdad es que tenía una actitud positiva de que tal vez todo cambiaria cuando su pequeño creciera, pero nada había cambiado y le dolía ver que sin importar lo que Alaude hiciera para buscar su aprobación este jamás se la daría… solo rogaba que algún día Diego recapacitara de su propia actitud… seco sus lágrimas, para luego ir a retirarse igual a su habitación, ya no tenía ganas de nada.

Por su parte el rubio platinado, estaba apoyado en la puerta de su habitación… siempre era igual, pese a su orgullo le dolía notar que era el causante de las peleas de sus padres, por esos siempre buscaba ser el mejor en todo… alguien del que se podría estar orgulloso, así que solo le dedicaría a obtener un buen lugar en el cuerpo policiaco con la esperanza de que eso fuera suficiente.

Tras pasar dos meses llego el día de su graduación donde salió como el primero de la clase y solo su madre acudió a la ceremonia.

- Felicidades amor – indico alegre la rubia.

- Hmm… - opino sonriendo de lado.

- Hehe ya se, que tal si vamos a celebrar a algún restaurante los dos – sugirió alegre Elena, la cual no espero respuesta de su hijo y le tomo de la mano para que ambos se encaminaran a algún lugar a celebrar.

Alaude se sentía alegre al notar esa actitud tan energética y optimista de su madre, quien fue la única que le apoyo todo ese tiempo, donde si lo pensaba bien realmente la opinión de su padre dejo de importarle hace mucho y solo quería ser el mejor por ella, para demostrarle con sus logros una forma de agradecerle todo su apoyo.

Llegaron a un restaurante italiano, donde ordenaron algo de pasta para comer, pero justo cuando la comida llego esta le provoco nauseas al rubio platinado causando que este fuera al baño a vomitar su desayuno de ese día. Obvio que eso preocupo bastante a la rubia por lo que sin esperar respuesta u opinión llevo a su hijo al hospital.

- Omnívora ya te dije que estoy bien – replico algo enojado Alaude, ya que no deseaba regresar de nuevo a ese ridículo lugar.

- Y yo ya te dije que no me importa, ya que esos mareos no son normales en ti – le regaño la rubia para después ingresar al consultorio del médico familiar.

Aun con todo y quejas Elena ingreso al consultorio donde su medico de confianza examino a Alaude y le realizo algunas pruebas.

- Esto no era necesario, de seguro fue algo que me callo mal – dijo con molestia el rubio platinado.

- No me fio, prefiero que un profesional me diga – repitió Elena con diversión.

- Bueno ya regresé y aquí tengo los resultados – dijo el médico.

- Y que tiene mi hijo.

- Am… bueno, digamos que esto es algo complicado de explicar – opino algo nervioso.

- ¿Que ocurre herbívoro? – pregunto molesto Alaude.

- Am… pues…

- Habla de una vez – dijo molesta Elena.

- Alaude, esta embarazo.

- … - tanto Elena como Alaude le miraron como si hubiera dicho alguna clase de mala broma.

- Jajajajaja que buen chiste – dijo Elena – eso es imposible, mi bebe aun es un niño, así que…

- Am… si, lo sé - dijo de forma nerviosa el médico – lo que pasa es que… am esto es difícil de explicar.

- Habla claro - dijo Elena molesta.

- Pues… si estas en lo correcto, Alaude aún es virgen, pero si esta embarazo… tiene 2 meses de embarazo.

- … - ante esas palabras Alaude tenia un tic en el ojo.

- Am… es que al parecer el día que se hizo sus análisis para su certificado médico, una de las enfermeras se confundió y… lo inseminaron por accidente – hablo muy asustado el medico mientras de forma lenta retrocedía ya que la mirada que le dedicaban madre e hijo era demasiado aterradora y prometía una muerte lenta y dolorosa.