Aclaraciones:

Narración.

Diálogo —

‹‹Pensamientos››

Advertencias:

Posible OoC en los personajes.

OC's.

No apto para fans NaruHina.

Género: Romance | Drama.

Clasificación: T.

Disclaimer: La serie y sus personajes no me pertenece a mí, si no a ®Masashi Kishimoto.

Nota de Autor:

Yo por aquí de nuevo, se suponía que este escrito debía presentarlo para la actividad de Navidad del foro, desgraciadamente me vi sumamente atareada y aunque lo terminé, no cumplía con el requisito de mil palabras. Sí, me salió un Drabble, y debido a que ya estaba escrito, decidí por fin postearlo. Además, tendrá un par más que seguirán esta secuencia, para explicar un poco de la situación. Es como un minific, por decirlo de alguna manera. Así que espero les agrade, aunque advierto esto no es el famoso escrito navideño de: "felices fiestas". No, para nada.

Ya lo juzgarán ustedes, nos veremos en el próximo Drabble. Que los disfruten.


OSCURA NAVIDAD.

Drabble I.

.

‹‹Si no luchas por lo que amas, no llores por lo que pierdes››.

Anónimo.

.

LA RAZÓN DE TODO.


Navidad era una época que no ansiaba, tal vez tenía que ver con la falta de lazos familiares, amor, afecto… Tal vez su desapego a la festividad se debía a que nunca tuvo una celebración con gente que en realidad lo apreciara. De hecho, si tenía que ser honesto, el festejo le parecía ridículo.

Bueno, a lo mejor era un poco extremista. No se confundan, él no tenía nada en contra de las celebraciones religiosas. No, al contrario. Jamás criticaba los ideales religiosos y rara vez, los políticos. No le agradaba la polémica.

De todas maneras, si lo pensaba un poco más, probablemente no era la festividad lo que le desagradaba sino la hipocresía de las personas que la celebraban. Él no quería ser el Grinch, no, ni más faltaba. Simplemente le parecía ridículo esperar un mes; o en específico una fecha para celebrar a un ser omnipotente. ¿Por qué un mes determinado? ¿Un día? ¿Es que acaso Dios no está en todas partes? ¿Por qué recordarlo solo en una fecha?

No había esa necesidad. A él más bien le parecía una manera de estafar a cuanto idiota se prestara para gastar su dinero en artículos innecesarios. Dar regalos una vez al año, recordar que la familia existe una vez cada doce meses…

¡Era ridículo!

La familia, los amigos están siempre, ¿por qué rememorarlos una vez al año? ¡Joder! Hasta parecía una celebración creada para que las masas enriquecieran los negocios.

En definitiva, la navidad no le agradaba. Y menos ese día, que tenía que asistir a la cena de noche buena que ofrecía su suegro…

Na-Naruto, se nos hace tarde — llamó la suave voz de su esposa.

La miró a través del espejo, durante unos segundos cruzó mesuradamente con los ojos perlados de su mujer haciéndola enrojecer y continuó anudando su corbata azul cobalto.

No creo que tu padre lo note, Hinata — respondió secamente.

Naruto ignoró el esmero que ella había puesto en su decorosa vestimenta, o en el prudente maquillaje. Asimismo pasó por alto la mirada de desilusión que se vislumbró en sus ojos.

Sa-Sabes que mi padre te respeta mucho, Na-Naruto… — murmuró afligida.

Él se tragó un suspiro, sabía perfectamente bien que Hiashi no sentía por él más que admiración. Por esa razón le ofreció la mano de su primogénita. Eso y la promesa de que el enlace entre ellos le brindaría una posición privilegiada para postularse como el próximo Hokage.

Lo sé, Hinata — contestó, intentó esbozar una sonrisa para reconfortarla, una sonrisa falsa.

Un gesto que venía ensayando desde hacía meses, desde que cometió el error de casarse por conveniencia y no por amor.

¡Vaya idiotez!

Dejó escapar su felicidad por ambición, ¿Sakura podría perdonarlo alguna vez?

Ven, vamos, no quiero que tengas problemas con tu padre si nos retrasamos más — dijo acomodándose el saco y echándose un último vistazo en el espejo.

No quería bajo ninguna circunstancia estar desaliñado, Hiashi era demasiado estricto cuando se refería a la etiqueta… Luego le tendió la mano a su esposa, quien se sonrojó y le sonrió tímidamente.

Naruto le devolvió el gesto cordialmente, sus sonrisas sinceras y amigables murieron al darse cuenta que desperdició la mejor oportunidad de ser feliz, por otra que finalmente le brindaría su sueño. ¿Qué valía más? ¿Estar con la mujer que amaba o fingir amar a otra para hacer realidad sus sueños?

Durante el trayecto que los llevaría a la mansión de su suegro observó a Hinata de reojo. Recién notó su cuidadoso arreglo personal, no lo negaría. Su esposa era una mujer guapa, educada, amable y hogareña. La imagen de una portada de revista familiar, la madre amorosa, la esposa perfecta.

Desafortunadamente, él no era fan de las mujeres "perfectas". Las prefería escandalosas y airadas, las que luchaban por sus ideales, las que salían adelante por sí mismas.

Hinata era bonita, una excelente mujer, buena kunoichi; más no lo que él buscaba.

Hinata-sama, Naruto-sama — saludaron respetuosamente con una reverencia los criados en cuanto les abrieron las puertas de la mansión.

Su esposa correspondió al saludo con una sonrisa amable, él se contentó con darles un asentimiento. No tenía la menor intención de fingir comodidad, no era secreto para Hinata que no deseaba estar ahí.

Sobre todo porque…

Hinata-sama — llamó fríamente una voz masculina familiar.

Ambos se giraron y se encontraron con Neji, vestía un impecable traje gris oscuro.

Hiashi-sama los espera desde hace quince minutos — advirtió apático.

L-Lo sentimos, Neji-niisan — musitó Hinata avergonzada.

Deberían ir a saludarlo — sugirió (ordenó) y se retiró sin esperar contestación.

Naruto quiso detenerlo y decirle un par de verdades, todavía no comprendía porque de pronto Neji se había vuelto tan hostil. Claro, no lo entendió hasta ese momento. Cuando lo vio marchar directamente hacia una mata de cabellos rosados envuelta en deliciosa seda roja.

Su corazón latió dolorosamente y se preguntó:

¿Podría él perdonarse algún día por dejar escapar a la mujer que realmente amaba?