I


Por lo general el invierno nunca era una buena época para su salud debido a la naturaleza de su particularidad, era extremadamente sensible al frío y a las temperaturas que variaban drásticamente, y aparentemente mucho más aquella mañana. Tsuyu se había despertado congestionada y algo delicada del cuerpo, por lo que cada vez que se movía sentía que sus músculos se tensaban y dolían como si se hubiese ejercitado durante toda la noche con grandes pesas de hierro, sus piernas temblaban con apenas fuerzas para mantenerla derecha y su cabeza daba vueltas por toda la habitación, por lo que pensaba que se descompensaría en cualquier momento. Salir de la cama y vestirse correctamente fue un verdadero martirio, agradecía internamente que el listón de su cabello no estaba muy desordenado para rehacerlo. Necesitaba por lo menos llegar a la primera clase de aquel día, debido al importante examen que Midnight desarrollaría en unas cuantas horas más, luego de eso si se sentía igual o empeoraba en su condición, pensaría en dirigirse a la enfermería para ser atendida por Recovery y descansar adecuadamente.

Mas cuando comenzó a bajar las escaleras se dio cuenta que no sería una tarea sencilla, la constante presión de su cabeza y el severo entumecimiento de los músculos de sus piernas no permitía que mantuviese el equilibrio correctamente, por lo que cuando iba bajando los últimos escalones, cayó en un descuido como un peso muerto sin poder agarrarse de ningún lugar a tiempo, un golpe seco retumbó por todo el salón y escuchó voces sorprendidas desde unos cuantos metros, pero no podía levantarse ante el intenso dolor que sentía tanto en sus piernas como en su rostro por el golpe, su cuerpo no reaccionaba, lo único que pudo hacer fue comprimir sus brazos hacia su pecho quejándose levemente en un vano intento de consolarse a si misma por la fea caída y evitar que las lagrimas cayesen con ella, se sentía terrible no solo físicamente.

Sintió una mano fría tomarla desde el brazo y alzarla para levantarla del suelo con cuidado, Tsuyu aceptó su ayuda y se irguió correctamente, pudo percibir que tanto sus rodillas como su nariz seguramente tendrían raspaduras producto de la caída y seguramente algo de sangre, unos ojos afilados la observaban intrigado mientras aquella mano se colocaba en su frente tratando de buscar alguna otra herida o también podía ser debido a que su rostro seguramente se encontraba fuertemente enrojecido debido a su alta temperatura. Se sentía fresco y la despertaba levemente de su estado narcoleptico, por lo que en un momento solo se dedicó a sentir aquella agradable sensación de parte de un chico que jamás había esperado que actuase amablemente con alguien con quien no hablaba regularmente, o por lo menos, con ella.

— Gracias, Bakugou-chan.

— ¡Tsuyu-chan! ¿Estás bien? — Vio a Uraraka y Kirishima llegar a su lado preocupados, la mano de Bakugou se alejó rápidamente, perdiendo aquella agradable sensación, pero no dijo nada al respecto. — Escuchamos un golpe bastante fuerte y te vimos siendo levantada por Bakugou. ¿Te duele algo? ¿Necesitas ir con recovery girl? ¿Puedes caminar?

— Cierra la boca un segundo. — Pidió Bakugou levemente fastidiado, Uraraka a su vez lo miró con molestia. — Solo se cayó de cinco escalones.

— ¡No es de tu incumbencia, estoy preocupada por mi amiga! — Gritó indignada, mas solo consiguió que la cabeza de Tsuyu sufriera por el ruido. Uraraka se preocupó cuando la vio tambalearse de su propio lugar. Kirishima la tomó de su brazo para que se apoyara de él por el momento. — ¡Tsuyu-chan!

— Bakugou tiene razón, Uraraka. Será mejor que no grites tanto al lado de Tsuyu-chan. — Comentó Kirishima mientras tocaba su mejilla para medir su temperatura. — Te ves terrible, deberías ir a la enfermería inmediatamente.

— El examen... — Respondió angustiada, pero ninguno de los tres le pareció una razón efectiva, comenzaron a caminar dirección al salón. —

— Si haces la evaluación de Midnight-sensei en ese estado seguramente no podrás responder nada, además estoy segura que te puede dar un plazo extra para que puedas hacerlo otro día. Apenas puedes mantenerte en pie, tu rostro está muy rojo. — Afirmó Uraraka a su lado. — Te llevaremos a la enfermería para que puedas descansar.

La chica no pudo reprochar absolutamente durante el camino, siendo llevada como una muñeca sin voluntad hacia la enfermería de la academia. Pero debía verse realmente mal si cuando pasaron por el salón sus compañeros también cuestionaron si le había sucedido algo, le ardía levemente la rodilla, por lo que asumía que se había herido fuertemente. Sin embargo, agradecía que su nariz no gotease producto del fuerte golpe que había sufrido. No le había agradecido a su compañero en ayudarla a levantarse, pero se aseguraría de hacerlo cuando lo viese nuevamente.

Cuando llegaron Recovery la atendió con pausa, pidiéndole a sus compañeros que se retiraran de la habitación y se fueran a clases inmediatamente, Tsuyu los despidió con un saludo lento pero amable.

Ella no hubiese conseguido llegar sin su ayuda, no si ya tenía grandes sospechas sobre de que se trataba su estado. El invierno solo lo había empeorado, mas su malestar solo era ocasionado por un problema mucho más complejo que un fuerte resfriado.

Y mucho más largo que un día de cama, pero ya no podía hacer nada al respecto. Su corazón había sido infectado.

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Su mente se encontraba en blanco en aquel momento pensando en que comer durante la noche, tratando de relajarse mentalmente agradeciendo que el período de evaluaciones había finalizado al fin. El examen de Midnight no le había dado ningún problema y lo entregó casi al mismo momento que Iida Tenya. Las noches dedicándose en recordar las fechas exactas de eventos destacables en la historia del heroísmo había rendido frutos.

Aunque la mayor parte del tiempo no lo demostraba, si se preocupaba fervientemente de tener un excelente rendimiento académico. Por lo que había alargado sus horas de estudio reduciendo las de su constante entrenamiento, necesitaba hacerlo si quería mantener su excelencia de la que era tan bien conocido. Era un hombre que no dejaba nada a su suerte, a diferencia de quienes consideraba sus amigos, que en ese momento se encontraban desolados por su bajo rendimiento en la mayoría sus exámenes.

— Terminaremos siendo expulsados por Aizawa-sensei esta vez...

— ¡No digas eso, Kaminari!— Respondió Sato asustado. — Tal vez no nos fue tan mal esta vez...

— ¡Respondiste que los primeros héroes de la historia habían aparecido Turquía!— Gritó Mina frustrada. —

— ¿No era así? — Preguntó Kaminari. Yaoyorozu, quien había escuchado su pregunta, golpeo la mesa indignada, asustando a sus compañeros. —

—Si bien Turquía se encuentra geográficamente cerca, los primeros héroes reconocidos en la historia son de la era arcaica griega para diferenciarlos de los dioses y hombres comunes. Desde ahí proviene su etimología, que era la respuesta de la pregunta Nº 2. — Todos quienes habían fallado miserablemente cayeron de rodillas frente al pupitre de Yaoyorozu. Ella los miró incómoda y con algo de lástima. — Por favor no sigan haciendo eso.

— ¡Tuvimos que hacerte caso en atender más las clases!

— No, tuvieron que mover el culo y estudiar más. — Afirmó Bakugou molesto mientras los miraba de soslayo. — Estuvieron jugando toda la maldita semana.

— ¡Cállate, tu no necesitas estudiar para sacar buenas calificaciones!— Respondió Mina mientras lo apuntaba con el dedo. — ¡Odio demasiado tu inteligencia!

— Ashido-san por favor no trates así a Kacchan...

''Ahí esta de nuevo.'' Pensó para sus adentros cuando Midoriya comenzó a defenderlo, mayormente detestaba cuando se colocaba la capa del héroe a su favor, pero no tenía intenciones de seguir discutiendo con Ashido. Ignoró la conversación tan rápido como Kirishima había comentado si ''Tsuyu-chan se encontraba bien. '' La habían llevado a la enfermería antes de a primera hora de clases, por lo que suponía que en ese momento estaría durmiendo.

Había tenido una fea caída, si bien se apresuró a ayudarla por mero instinto cuando la vio en el suelo, afligida como una niña pequeña. Su corazón se contrajo cuando la levantó con apenas fuerza para mantenerse erguida, estaba demasiado débil y no supo como reaccionar o que hacer en algo así. No era bueno para ese tipo de cosas, mucho menos cuando casi nunca hablaba con ella.

Pero no era su problema de todas formas, Asui era amiga de prácticamente todo el mundo, incluso del extraño chico de cabello de payaso. Estaba seguro que habrían muchas personas preocupados en atenderla y no pasaría sola ningún momento.

Entonces por qué... ¿Seguía pensando en su estado?

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— ¿Estás segura que no hay oportunidad de hacerlo por el método fácil? — Inquirió Recovery luego de tener los resultados en sus manos. — Una chica como tu de seguro podría-

— Es imposible... — Afirmó tajante mientras bebía del líquido excesivamente amargo que le había dado la heroína. Ella sin más afirmó con la cabeza. —

— Es una pena. — Luego de unos segundos, escuchó a alguien llamar a la puerta. — Ya voy. — Tsuyu pensaba al punto en el que había llegado, viendo el reflejo del líquido en sus manos, no podía hacer mucho más que esperar a que la medicina hiciese efecto. Cuando vio una silueta acercarse a su cama, levantó la vista sorprendida. — Aizawa-sensei vino a verte, tengo que atender unos asuntos. Pero de seguro estarás bien él por unos minutos.

— Si... — Fue lo único que pudo responder, tenía su atención fija en su profesor. No esperaba que la fuese a ver. A ella... Cuando Recovery se fue, Aizawa se sentó en una de las sillas cercanas a su cama. Tsuyu no sabía que decir, por lo que se creo un pequeño silencio que no alcanzó a ser incómodo. —

— Cuando me dijeron que habías enfermado durante la mañana no esperaba que fuese algo muy grave, pero te has saltado toda la jornada escolar. Incluyendo el examen de Nemuri, así que vine a ver como te encontrabas, Asui. — Al escuchar su nombre, la chica sonrió. —

— Solo fue el estrés y el invierno, sensei. Estaré mejor en unos días más, kero.

— ¿Estás preocupándote de mantenerte abrigada mientras estás en el edificio? — Inquirió preocupado. —

— Si, pero el cambio de temperatura al salir también me afecta... — Respondió tímidamente. —

— Pues es inevitable entonces, solo procura no volver a decaer de esa forma, si no fuese por Kirishima y Uraraka seguramente no hubieses venido a la enfermería directamente. — Dio una pequeña mirada de reproche a su comportamiento, ella solo mostró su lengua, había sido atrapada.— Cuando te sientas levemente enferma, tienes que avisar.

— Lo haré, lo prometo.

Vio una ligera sonrisa en su rostro, no una que dirigía generalmente cuando molestaba a sus compañeros o amenazaba con expulsarlos. Sino una sincera y indudablemente... Llena de aprecio por ella. El corazón de Tsuyu comenzó a sentirse agitado, doloroso. Como los otros días, como todo el tiempo que veía esa faceta en su profesor. Bebió un poco más de la medicina que Recovery le había entregado para apaciguar aquel malestar, mas el suave sonido de la voz de Aizawa solo conseguía que volviese con más fuerza, como si estuviese avisándole que no se iría sin luchar sobre su existencia, sobre lo que significaba su sufrimiento.

— Sensei, tengo que prepararme para ir a mi habitación, por lo que necesito cambiarme. — Había interrumpido a Aizawa de manera abrupta, pero de verdad necesitaba tanto, tanto, que esa sonrisa desapareciera de su vista. —

— Entiendo. Nemuri vendrá a verte para ver si puedes realizar el examen después de clases. — Se levantó con calma para nada ofendido, no había visto las reales intenciones de su alumna. — Espero que mejores y disfrutes de tus vacaciones, Asui.

Cerró la puerta con delicadeza mientras ella le despedía con su mejor sonrisa. Luego de unos minutos, lo único que se escuchaba en aquella habitación eran gemidos retenidos por un doloroso corazón roto que ahogaba su alma y una tos que se volvía cada vez más fuerte.

— Voy a morir...

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— ¡Kacchan!

— Que mierda quieres... — Respondió tan rápido cuando había escuchado aquel apodo de Midoriya. Al fin podía dirigirse a su habitación cuando Kirishima y Kaminari lo obligaron a afirmar su salida el fin de semana con el resto de la clase. —

— Necesito ir hacia el salón para ayudar con la limpieza de la semana. — Comentó ansioso. — ¿Podrías por favor entregarle esto a Tsuyu-chan? — Pidió extendiendo un cuaderno hacia su cuerpo. — Son los apuntes de las clases de hoy del profesor Snipe.

— No. — Afirmó tajante, pero Midoriya no lo dejó partir, quedando en frente de él en la dirección opuesta. Casi todos estaban ocupados u ordenando el salón por los turnos correspondientes de aquella semana. —

— ¡Por favor! — Antes de darse a vuelta para evitar darle un puntapié, pudo escuchar a Aoyama llamar al chico para tirar la basura de la semana que se había acumulado. Sin esperarselo, Midoriya le empujó el cuaderno hacia su pecho y salió corriendo. —

— ¡Oye pedazo de mierda! — Bufó colérico, pero había sido lo suficientemente rápido para correr y alejarse de su agarre. —

— ¡Gracias, Tsuyu-chan está muy enferma, no puede perder tantas clases!

Y sin mas, desapareció en las escaleras. Solo había perdido la mitad de una, por lo que no sería tan importante el atraso que tendría. Pensó que podría lanzarlo desde la ventana y hacerse el desentendido con el asunto. Pero tan rápido como el pensamiento vino a su mente, también lo fue cuando la encontró aquella mañana. La culpa comenzó a carcomer su cabeza cuando recordó como se encontraba tan débil que su mano sintió que tocaba un cálido fuego.

Fastidiado, se dirigió a su habitación, mientras más rápido lo hiciera no perdería tanto tiempo. Así al menos tenía una razón para golpear a su antiguo amigo al día siguiente. Pensó en dejárselo a alguna de sus compañeras para que se lo entregaran directamente, pero parte de él también quería saber como se encontraba en ese momento, solo por mera curiosidad.

Una vez llegó a su puerta, golpeó con bastante fuerza para que le abriese e irse rápidamente. Mas no pudo escuchar nada más que un silencio absoluto. Recordaba que en ese piso solo estaba ella y Hagakure, por lo que con algo de suspicacia entró a su habitación, nadie lo tacharía de degenerado de todas formas siendo que la chica invisible se encontraba en la sala común. Además no le daba buena espina demasiado silencio. Cuando entró, no la encontró en su cama y rápidamente unos sonidos enigmáticos en el baño se hicieron presente.

Dejó el cuaderno caer en cualquier lugar y fue a ver si seguía con vida o tenía que llamar a alguno de sus profesores, pero no se esperaba encontrar pétalos rojos esparcidos en toda su entrada al abrir la puerta, que hacían un camino hacia el excusado, y en ese mismo lugar, ella aferrándose con las pocas fuerzas que demostraba tener. Sus ojos estaban vidriosos y su boca repleta de sangre con un sudor en su piel que exponía el sobreesfuerzo que estaba ejerciendo. Era un desastre total.

Bakugou, asustado, se acercó a ella para tomarla antes de que cayese con las pocas fuerzas que le quedaban, y pudo ver que en su boca caía un pétalo blanco manchado por la sangre que Tsuyu vomitaba en el proceso.

— Esos son... ¿Pétalos escarlata?

Ahora entendía todo.


¡Feliz Navidad!