Lleva casi una hora tratando de completar su tarea de matemáticas. Siente la mirada divertida de su Kwami y no puede evitar fruncir el ceño con molestia, al no poder entender el motivo de su burla. Desde la última batalla con aquel Akuma, Plagg se ha vuelto más bromista de lo usual. Se la pasa riéndose de él sin ningún motivo, mientras come su asqueroso queso y susurra entre dientes.

-¿Qué rayos te pasa Plagg?- pregunta fastidiado sin poder aguantar un segundo más aquella actitud.

-¿De qué hablas chico?- pregunta dejando salir una molesta risa.

-¡Llevas mirándome con esa estúpida cara por horas!- exclama dejando salir toda su molestia en aquella frase- No entiendo por qué estás tan extraño.

-Solo creo que deberías ir por unas gafas Adrien, tal vez así dejes de estar tan ciego.

-Tal vez debería dejar de darte tu asqueroso queso- exclama ofendido regresando la mirada a su tarea.

-Hazlo y jamás sabrás la verdadera identidad de tu "amada"- exclama ofendido y con ganas de desaparecer de su vista.

-¿Qué?- pregunta asombrado- ¿La reconoces?- continua empezando a tartamudear- ¿La conozco? ¿La he visto por la calle alguna vez?

-¡No diré nada!- exclama ofendido- Eso te pasa por bromear con mi queso.

-¡PLAGG!- grita desesperado al ver a su amigo salir huyendo con rapidez por la ventana y dejándolo sin conocer su anhelada respuesta- ¡TE DARÉ TODO EL QUESO DEL MUNDO!

Al otro lado de la ciudad.

Han pasado varias horas en las que ha observado a su Kwami preocupada. Ha estado más callada de lo usual y luego de conocerla por tanto tiempo, es capaz de reconocer la mueca de culpabilidad en su rostro. Su fiel amiga la mira con dulzura, tristeza y se muerde sus manitas con fuerza, como si quisiera evitar que las palabras salieran de sus bonitos labios.

-Tilkki ¿Qué pasa?- pregunta preocupada levantando la mirada de su último diseño y dirigiendo sus ojos hacia ella.

-Marinette ¿Estás segura que no quieres saberlo?- pregunta desesperada.

-Ya hablamos de esto, no es seguro saber la identidad de Chat y no entiendo porque insistes tanto.

-¡Sé que es peligroso!- exclama desesperada- Pero si tú supieras que- es interrumpida por un gesto molesto de su portadora que la hace callar en el acto.

-¡Ya basta!- pidió cansada- Una parte de mi se muere por saberlo, pero no es lo correcto y lo sabes.

-Lo sé- suspira resignada viendo a su portadora regresar la mirada a su hoja dando por terminada la discusión.

Si tan sólo supiera que el dueño de las fotos que están sobre su pared es aquel gato que le jura amor eterno, las cosas cambiarían para siempre.

Tikki ya no quiere verla sufrir por un amor que cree imposible y quisiera revelar la verdad, sin importar las consecuencias. Sin embargo la chica fue muy clara y por primera vez, dejaría de lado su corazón para hacer caso a la razón.

Solo esperaba que cuando sus identidades salieran a la luz, no fuera demasiado tarde para ellos.