Un gran silencio se formó en la sala, y en él se podía identificar una gran carga de tensión.

― ¿Cuándo van a madurar? Parece que solo convivo con niños ― Comentó Alya, aunque aquello parecía más bien un regaño ― ¿Algo que declarar? ―.

Nino carraspeo, poniéndose de pie.

― En nuestra defensa, el alcohol te obliga a hacer tonterías ― Se excusó.

― Solo tomamos dos cervezas, Nino ― Confesó Adrien, dejando caer sus hombros ― Creo que me deje llevar yo, si iba a ser ridiculizado por la clase, tenía que llevarme a mi mejor amigo conmigo ― Una sonrisa traviesa apareció en su rostro.

― Sí, pero ahora Rose quiere organizarle varias citas a ciegas, y creo que eso no le agradara ― Marinette se atrevió a hablar, observando detenidamente como aquellas actualizaciones de los perfiles de sus amigos habia dado un gran boom a las conversaciones.

Desde palabras de apoyo para Nino por tener la valentía de salir del closet, hasta pequeñas burlas hacia el ex modelo.

― También yo me deje llevar, ahora nadie de la generación va dejar a Adrien en paz hasta que consiga una chica que no comparta tantos intereses en común saben, como las vaginas ― Nino recibió un fuerte golpe proveniente de Alya, quien parecía aun molesta por lo sucedido.

Ambas mujeres se encontraban en el centro comercial para pasar una tarde para ellas solas, lejos de ambos chicos atolondrados, y esperando encontrar algo para lucirlo él día de la reunión de ex alumnos.

Pero vaya fue su sorpresa cuando Chloé no habia dejado de marcarle a Alya, arribándole con la supuesta buena nueva que rondaba por el nuevo sitio en los que podían tener contacto con sus antiguas amistades.

Nino se habia declarado abiertamente homosexual.

Y claro, todo mundo lo habia creído, porque nadie más que sus amistades cercanas tenían conocimiento de la relación que ambos llevaban y, que hasta hace unos meses, habían logrado formalizar con un compromiso.

― Sí, creo que sí, es demasiado drama por hoy y Chloé no está ni cerca de nosotros para variar ― Suspiró, intentando mantener la calma. Después de todo aquello no habia sido culpa de Nino, al menos no directamente ― Marinette, disculpa que no podamos ir a cenar, pero creo que tanto Nino como yo tenemos ciertas cosas de que hablar, ¿Estas bien con eso, chica? ―.

Marinette asintió, tomando una de las cervezas que Adrien habia colocado sobre la barra que daba directamente hasta la cocina.

― Sí, todo bien, tú regaña a Nino y yo lo haré con Adrien ¿Sí? ― Bromeó, dándole un pequeño sorbo a la bebida ― Tienen que madurar algún día ― Atino a decir.

Ambos morenos se despidieron desde la puerta del departamento de sus amigos, cerrándola tras ellos.

Tenían cosas de que hablar, sí, además de que también tenían que dar una buena explicación a todos para evitar confusiones y quizás, revelar que ambos se encontraban a pocos pasos del altar.

― ¿Nunca has pensado en conseguir nuevos amigos? ― Preguntó de la nada Adrien, con una sonrisa juguetona, desde el sofá, girando levemente su cabeza para poder encarar a Marinette.

― Cuando tú y Nino hacen cosas que sacan de quicio a Alya, sí, quien tiene que soportar toda su furia soy yo aunque ya no viva con ella ―.

Él rio por su comentario, levantándose del sofá y acercándose hasta ella, recargándose en la pequeña barra. Ella dejo la cerveza sobre esta, para así con la ayuda de ambas manos lograr treparse y quedar sentada, cruzando sus piernas.

― Siempre fue así, desde el instituto ― Comentó, tomando un tragó de la cerveza de ella ― Es increíble que doce años ya hayan pasado ¿No? ―.

Marinette suspiró, dándole la razón.

― Sí, nuestras vidas han cambiado, pero, parece que nosotros no ― Se atrevió a comentar ― Bueno, ustedes ― Corrigió, mofándose ― Sabes que Kim no te dejará de molestar con eso a partir de ahora y en las próximas reuniones ¿No? ―.

Adrien dejó caer sus hombros, derrotado.

― Supongo que tengo que vivir con eso ― Musitó, observando de reojo a su amiga ― Sabes, Marinette, nunca me arrepentí de casarme con Kagami, realmente fue una gran compañera el tiempo que estuvo a mi lado ― Ella lo escuchaba atenta, mientras daba nuevamente un sorbo a la cerveza, quitándosela de las manos ― Pero, aun así, me pregunto muchas cosas ―.

Quizás, si deseaba que el presente llegará hasta él, debía hacer un esfuerzo.

Ella enarcó una ceja al ver como él callaba de repente.

― ¿Y cuáles son esas cosas? ― Preguntó curiosa, después de todo Adrien podía ser una caja de sorpresas, y no podía adivinar con qué tontería podría terminar diciendo ― Dime por favor que no es un delirio de personalidad como el que tuviste hace un mes ― Agregó rápidamente, observando el semblante levemente serio que habia tomado.

Él negó con su cabeza.

― ¡No! Además eso ocurrió por estrés ― Se apresuró a contestar, observando como ella soltaba una suave risa ― Bueno, son cosas que ya me habia preguntado, pero, que hoy Nino sacó a colación de mi mente ―.

― ¿Y qué es eso para tenerte tan enigmático? ―.

Adrien tragó saliva, intentando juntar el valor para plantearle a Marinette lo que por mucho tiempo le habia dado vueltas a la cabeza y que, con los recuerdos rozando peligrosamente su mente, aquel pensamiento solo se hizo más fuerte.

― ¿Qué sería de nosotros si yo hubiese aceptado tus sentimientos en aquella ocasión, Marinette? ― Soltó de repente.

Ella, quien se encontraba con un brazo recargado sobre la barra donde se encontraba sentada, sintió como ese le comenzaba a fallar, doblándose por la impresión de aquella confesión.

― Espera ¿Qué? ― Preguntó ella, aturdida.

― En ocasiones me pregunto que hubiese sido de nosotros si no hubiese sido un patán ― Se explicó.

Marinette lo observó con dulzura, pues parecía que un pequeño puchero habia aparecido en su rostro.

― No fuiste un patán, Adrien, fuiste sincero ― Lo corrigió ella, posando su mano sobre el hombro de él.

― Sí, pero quizás ahora no tendría que soportar la angustia sobre las futuras burlas ― Comentó, intentando no reír ― Chloé se sentirá con total libertad de decirme su "Te lo dije" frente a todos este fin de semana ―.

Y sí, ellos habían llegado a pensar que Chloé podía ser una especie de bruja o vidente, por qué cuando Adrien habia comenzado a salir con Kagami durante la universidad, ella no podía dejar de advertirle que era más que evidente que era lesbiana, aunque en su momento todo mundo creía que aquellos comentarios eran simplemente para fastidiar al rubio y por qué en realidad ella no le agradaba para nada.

― Debes admitir que tenía razón ― Nuevamente se burló de él, pero él no se inmuto. Las pequeñas burlas que recibía de ella no hacían mella en él, simplemente porque era Marinette ― Además, nada te asegura que hubiésemos terminado juntos, quizás aun así te hubieses casado con ella ―.

Él suspiró, dándole la razón.

― Quizás, pero ― Hizo una pausa, girándose hacia ella y recargando sus brazos sobre las piernas de ella. Marinette por instinto bajó un poco más su falda roja para poder cubrir sus rodillas ― ¿Qué tal ahora? Podríamos casarnos ―.

Lo observó, confundida.

Y entonces, captó bien la idea.

― Oh no, Adrien, ni en sueños ¿De nuevo con esa broma? ― Se apresuró a decir mientras sus palabras se atropellaban y en sus mejillas se aglomeraba un color carmín ― ¡De verdad necesitas madurar! ― Exclamó, intentando bajarse del lugar donde se encontraba, pero el cuerpo de Adrien la detuvo.

Se habia colocado entre sus piernas, acorralándola y presionando levemente sus muslos para que no hiciera algún movimiento brusco.

― ¡Vamos, solo escúchame! ― Ella soltó un bufido, Adrien no evito sonreír ― Ambos somos adultos, sin ánimos por buscar más despechos amorosos y lo más importante, somos amigos y nos queremos ¿Por qué tendría que salir mal? Además, sabemos nuestras preferencias sexuales ― Lo último lo dijo con un tono de burla que logró que ella rodara los ojos.

― Entonces ¿El matrimonio es la solución para todo? ― Cuestionó ella ― Ahora es para que las burlas sobre tu ex esposa no brinquen ante ti en esta reunión, antes fue porque tenías miedo a quedarte solo cuando ella estaba por regresar a Japón ― Agregó, señalando su pecho con un dedo.

― ¡Ugh, Marinette! No es eso ― Llevó una de sus manos a su cabeza ― Quizás me exprese mal, pero estas son las cosas que en ocasiones llegó a pensar y me preguntó ¿Por qué no? ―.

― Por qué somos amigos ―.

Y ante aquella respuesta él se llevó una mano hacia su pecho, fingiendo dolor por aquellas palabras.

Aunque, en realidad, una pequeña punzada de dolor si habia aparecido, pues aquellas habían sido las palabras que él habia ocupado hacía muchos años atrás.

― ¿Qué tal en la fiesta de navidad? ― Se atrevió a cuestionarle.

― Estábamos ebrios, Adrien, no mezcles una cosa con otra ― Refutó, empujando con suavidad a su amigo para que se moviera y así librarse, en definitiva no quería seguir discutiendo ese asunto.

Él por su parte, comenzaba a sentir un cosquilleo por todo su cuerpo al sentir como los muslos de ella se removían alrededor suyo, intentando alejarse de él.

Marinette era su amiga, por lo tanto la quería. Pero se sentía un poco tonto siempre que estaba con ella, con ganas de decir cualquier cosa solo con hacerle reír.

Además, el cariño que le profesaba a ella estaba claro que era superior al que le profesaba a sus amigos, siempre lo habia sabido.

Ya no era un niño que no sabía lo que quería, a estas alturas de su vida ya lo sabía y desde hace ya un tiempo aquella idea rondaba su mente, y hasta hace no mucho fue capaz de aceptarlo. No se arrepentía de desposar a Kagami, aun sentía un gran cariño, amistad y gratitud, pero en ocasiones no dejaba de sentirse algo tonto por dejarse deslumbrar por ella y no prestarle atención a quien habia estado dispuesta a entregarle su amor desde el principio.

― Eres mi amiga, y te quiero ― Le dijo, tomando de sus muñecas ― No es algo que salga de repente, lo he pensado mucho, Marinette ― Hizo una pausa ― Somos adultos responsables ¿Por qué no pensarlo? ¿Quién mejor que nosotros que siempre hemos estado ahí? ―.

Marinette dejo de moverse durante unos instantes, observándolo.

― También te quiero, Adrien, eres alguien muy importante para mi aunque en ocasiones eres un poco bobo ― Una suave risa salió de sus labios, logrando que él también riera con ella ― Pero no puedes pensar que esa es una solución ― Acaricio con suavidad su rostro, esperando que comprendiera.

El solo pudo sonreír derrotado ante las palabras de ella, aunque la razón no fuese aquella, no podía discutir con ella, solo sería entrar en un terreno peligroso.

― Bien, lo siento ― Se disculpó, levantando sus manos hacia el aire justo como si estuviese siendo arrestado ― Solo era una idea, por qué realmente no puedo sacarme de la cabeza de qué manera estaríamos si aquello hubiese sido diferente ― Confesó.

Una sonrisa tímida se postro en el rostro de él y Marinette no pudo evitar pensar en lo encantador que Adrien podía ser en ocasiones.

Además, todas sus palabras habían logrado que una sensación cálida se instalara en su pecho, sí, habia sido doloroso para ella el rechazo en un principio, pero después comprendió que valía mucho más tenerlo a su lado como su amigo fiel a que un amor de adolescente estropeara lo que ambos habían construido con sacrificio, que aquellas murallas que habia antes se reconstruyeran por que algo saliera mal.

Y ¡Dios! Simplemente el que pusiera aquella idea sobre su cabeza de manera tan repentina habia puesto una alarma a sonar en su cabeza, agregando también el suave toque de sus manos contra sus muslos.

― Prefiero lo que tenemos ahora, chatón, quien sabe si lo que planteas hubiese llegado a algo tan bueno como nuestra amistad ― Aquello logró que él hiciera una mueca, que no pasó desapercibida por ella.

Adrien pensó que incluso podía ser una venganza divina.

Todo lo que le decía a Marinette era cierto, cada una de sus palabras habían sido dichas con la verdad, y no sabía por qué habia elegido ese momento para poner las cartas sobre la mesa; ¿El poco alcohol que habia consumido? No, definitivamente no habia bebido mucho ¿Las insistentes bromas sobre Nino? Tampoco eran una opción, ya estaba acostumbrado ¿El pensar en él hubiera? O ¿Simplemente era porque no quería que aquello terminara y que ella se alejara de él?

― Sí, lo siento si te incomode, creo que he tenido demasiados viajes al pasado que me he empeñado en pensar en todo eso, tú sabes, con esto de la reunión ― Se disculpó nuevamente, juntando un poco más su cuerpo al de ella para poder descansar su cabeza sobre su hombro ― Eres importante para mí, Marinette ― Soltó, mientras al hablar rosaba de manera involuntaria el hombro de ella por sobre la fina prenda de color blanco que ella llevaba.

Una descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo al sentir aquel fino rose, provocando que todo ápice de ternura que sentía al respecto de la propuesta que su amigo le habia planteado, se desvaneciera.

― Todo está bien ― Dijo ella, evitando titubear ― Me tomaste desprevenida con tus locas ideas, siempre ocurren cuando pasas demasiado tiempo con Nino ― Intentó bromear, e incluso reír.

Pero se detuvo al momento que él se despegó de su cuerpo, Adrien la observó fijamente.

― No es una locura, para mí no lo es ― Comentó, llevando su mano hasta su rostro y acariciarlo suavemente ― ¿Quién no querría pasar el resto de su vida contigo? , no es simplemente por las burlas, es algo que he pensado mucho y por eso me lamento un poco de perder la oportunidad, solo eso ―.

Marinette tragó saliva ante tales palabras, pues se sentía completamente indefensa ante él.

No estaba enamorada de él, no como hacía muchos años atrás donde su sola presencia lograba que sus piernas fallaran y su cerebro se desconectara de su boca, logrando así que muchas palabras sin sentido salieran.

Pero si lo quería, era alguien sumamente importante en su vida, y no podía negar que en esos instantes su corazón bailaba de felicidad, completamente frenético.

Mordió su labio ligeramente, sintiendo un suave cosquilleo en la parte baja de su estómago, el cuerpo de Adrien estaba demasiado cerca y compartían leves roses.

Y al mirarlo directamente a los ojos supo que en esos momentos, Adrien la deseaba.

Suspiró, mandando al diablo todos sus argumentos anteriores, mandando al diablo que realmente era una idea completamente descabellada.

Se inclinó un poco hacia él y, tomándolo de los hombros lo atrajo con un movimiento hacia su cuerpo, logrando que las distancias se acortaran, chocando entre ellos.

Marinette buscó los labios de Adrien, y sin pensarlo más, lo besó.

Él durante algunos segundos se quedó atónito por la acción de ella, sintiéndose completamente ofuscado, más no tardó en comenzar a acoplarse a los suaves movimientos que ella hacía con sus labios sobre los suyos.

Llevó sus manos hasta la cadera de ella para poder impulsarla a quedar un poco más cerca, juntando con un brusco movimiento sus cuerpos.

Adrien mordió con lentitud el labio inferior de ella, succionándolo levemente, saboreándolo con delicadeza.

Pudo escucharla suspirar entre sus labios, mientras su pequeña mano pasaba por su cuello, posándose sobre su nuca y comenzando a acariciar el nacimiento de su cabello, provocándole un suave cosquilleo.

No pudo evitar soltar una risita ante aquello, separándose unos centímetros de ella, admirando su rostro completamente sonrojado.

― ¿Fue un sí? ― Preguntó, observando como hacia una mueca de molestia.

― Solo quería que guardaras silencio ― Se excusó, pasando saliva al caer en cuenta en la posición en la que se encontraban.

Ella rodeaba con sus piernas la cadera de él, atrayéndolo hacia su cuerpo, estando a escasos centímetros de sus rostros.

― Tal como en la fiesta de navidad ― Repuso, con una suave sonrisa.

Claramente aquel beso habia cambiado por completo su estado de ánimo, generando un ápice de esperanza en su interior, pues quizás no podría saber nunca lo que hubiese ocurrido si sus decisiones hubiesen sido otras en el pasado, pero ahora podía tener altas probabilidades de ver lo que podría suceder.

Ya no tendría que preguntarse eso durante sus noches de insomnio.

― Eres un tonto, Adrien ― Ella golpeo con suavidad su hombro, pegando su frente sobre la de él.

Simplemente observándose.

― No quiero perderte ¿Sabes? ― Escuchó como ella comenzaba a murmurar, bajando levemente la vista ― Las palabras que has dicho tienen mucho peso ―.

Adrien asintió.

― Lo sé, y cada una de ellas es enserio, no quiero desperdiciar algo así contigo ―.

― No me casaré contigo solo por qué una reunión está removiendo tus sentimientos, Agreste ― Declaró, mientras posaba un suave beso en su mejilla ― Aun así, podemos ver a donde nos llevan las cosas ¿No? ― Agregó, ahora llevando su vista hasta los ojos de él, que no podían dejar de mirarla.

Todo su cuerpo se estremeció al pronunciar aquellas palabras, pero no se sentía insegura.

Él tenía razón, solo en ciertas partes. Eran adultos y era imposible negar que algo existía entre ellos.

Una sonora carcajada salió de su boca, depositando un beso sobre la frente de ella.

― No puedo creer que hacer creer a toda la generación de que Nino es Gay me pusiera en esta posición ― Marinette arqueo una ceja, confundida por la espontanea reacción de él ― Es la mejor decisión inmadura que he tomado ―.

― Puede ser ― Se atrevió a añadir de manera tímida, para después acariciar su rostro ― Las cosas no se tornaran raras entre nosotros ¿Verdad? ―.

Él negó con la cabeza.

― Somos dos adultos que buscaran tener una relación saludable con alguien a quien aprecian, quieren y respetan ―.

Y, antes de que ambos volvieran a juntar sus labios, pudieron escuchar como a la perfección la puerta del departamento se abría.

― Chicos, ¿Creen que se vería muy desesperado intentar solucionar el malentendido ahora o esperar hasta la reunión? El director Damocles acaba de llamar a Nino para felicitarlo por su decisión y el pobre no puede pensar bien ¿Qué piensan? ― Entró al lugar sin prestarles mucha atención, completamente al pendiente de su teléfono hasta que decidió levantar la mirada, encontrándose con una escena completamente erótica ― ¡¿Qué demonios hacen?! ― El grito de Alya resonó por todo el lugar.

Quedo completamente paralizada cuando los observó detenidamente; Marinette rodeaba las caderas de Adrien con sus piernas mientras se encontraba sentada sobre la barra que daba a la cocina, con sus rostros peligrosamente cerca y con las manos de ella sobre el cuello.

― ¡No es lo que parece! ― Se apresuró a contestar Adrien, haciendo una leve pausa para pensar en aquello ― No, olvídalo, sí es lo que parece ― Se corrigió.

― ¡Adrien! ― Exclamó Marinette, soltando de inmediato el agarre que tenía con sus piernas sobre él.

Un silencio se apoderó del lugar, dejando a ambos completamente nerviosos ante la mirada de su amiga.

― ¡Nino, ya se dé algo que distraerá a todos de lo que sucedió! ― Gritó a todo pulmón, mientras en su rostro se formaba una sonrisa pícara ― Chicos, si me sorprendí, pero a decir verdad era obvio que esto ocurriría algún día, Adrien tiene un fetiche con las asiáticas ― Agregó, guiñándole un ojo a Marinette.

Ella se sonrojo por aquel comentario, observando cómo sin previo aviso Alya comenzaba a marcharse del departamento.

― Creo que nos usaran como bala de cañón, y tendrás lo que querías, desviar tu atención de, ya sabes ― Marinette se atrevió a romper el silencio que se habia formado entre ellos cuando su amiga habia salido del lugar.

Adrien besó nuevamente la frente de ella para posteriormente pegar la suya con ella.

― No, realmente lo que quería era esto ―.

― ¿Uh? ―.

― Una oportunidad de saber lo que pudo existir con nosotros, pero mucho mejor ― Atinó a decir.

Dicen que no importa cuánto tiempo te tardes en encontrar el camino, lo importante siempre es hallarlo y no perderse nuevamente.

Y, eso era justo lo que habia sucedido.

Eran adultos, ya no eran unos adolescentes hormonales que difícilmente podían pensar en las consecuencias, y aunque eso hacia las aventuras un poco menos emocionantes, tener la seguridad de sus propios sentimientos y lo que en verdad anhelan era lo mejor que podían pedir.

Más importante aún, ambos podían asegurar que ya no eran unos adultos confundidos, a pesar de que aun habia muchos sentimientos que definir.

Aunque las aventuras a los treinta no eran tan emocionantes como las que un adolescente puede tener, estaban seguros que serían las mejores de su vida, más si se encontraban juntos.

Claro, ahora tendrían que ver a donde los llevaría ese camino.

[…]

Fanfic algo fandom que comencé a escribir ayer, pero que me quede estancada. De verdad agradezco mucho a JuuMLB por leer la primera parte que escribí y soportar mis indecisiones, e igualmente a Alex-Sol por todos sus consejos y como me animo a continuar, puro love señor sol.

¿Saben de donde salio esto? Despues de estar viendo Friends (Nuevamente), de hecho la estupidez que cometieron Nino y Adrien esta inspirado en algo que sucedió con Chandler y Ross, los amo tanto (Pobre ross, Carol lo dejo por susan :u)

Al principio quería poner algo de lemon, pero no quería etiquetar algo tan divertido /Según yo/ con un +18, entonces quedó en algo sumamente sano, pero con algunas diferencias.

¡En fin! Espero que se la hayan pasado bien con este pequeño fanfic de dos capítulos ¡Un besote!