Los personajes son creación de Hiroyuki Takei :D

Este es el primer fic que subo así que estoy nerviosa y feliz de al fin escribir sobre esta pareja. Esto es HoroHoro x Ren


Prólogo.

Buscaba con mi mirada una cabeza de cabellos celestes, bueno eso me dijo mi novia que teníamos que buscar, cosa complicada ya que el lugar estaba repleto.

— ¡Horo! ¡por aquí!

Ella lo había encontrado. Pilika se lanzó a los brazos del nombrado dándole un fuerte abrazo.

— ¡Pilika! ¡Pero que grande estas!— El chico le devolvió el abrazo muy animado.

Analice con la vista al sujeto que abrazaba a mi novia.

— ¡Hermano~! ¡te extrañe mucho!

Me habían dicho que se parecían, pero nadie me dijo que era como Pilika en versión masculina.

Era un tipo muy alto, de tez clara, su cabello era negro en la parte inferior y celeste arriba, lo traía afirmado por una bandana blanca.

Note que tenía una argolla en la oreja izquierda, si no me equivoco su madre odia ese tipo de barbaridades.

Seguí con mi análisis, llevaba puesta una camiseta holgada, manga larga con un gran número cincuenta y dos en el pecho, unos jeans skinny y las clásicas adidas con franjas a los costados.

Supongo que era un look casual, pero que sin duda le quedaba.

Me encontré con aquellos ojos azul oscuro observandome de forma penetrante.

— ¿Y este quien es?— Dijo subiendo y bajando la mirada por mi cuerpo.

Ok, nadie me hablaba así.

Le alcé una ceja dispuesto a responderle.

— ¡Hermano! no seas descortés— Hablo Pilika mirándolo con los ojos abiertos. Ella sabía que yo no tenía el mejor carácter del mundo y lo admitía.

Me acerque caminando con altanería.— ¿Disculpa? Veo que eres un imbécil sin modales, pero como yo no lo soy, mi nombre es Ren Tao y "este" que ves aquí, es el novio de tu hermana.— Le sonreí con ironía pasando un brazo por la cintura de Pilika con posesión.

El tipo me miró huraño.

— Imbecil tu abuela cabeza de antena.

— C-Cómo me llamaste..

¡¿Se estaba burlando de mi peinado?!

— ¡An-te-na! ¡Y aleja tus manos de Pilika! Saca, saca.— Hizo un gesto como ahuyentando mis manos.

— ¡Mira cabeza de puerco espín..!— ¡Yo también podía burlarme de su cabello! e iba a seguir pero Pilika tapo mis palabras con su mano.

— ¡Ya basta de discusiones!— Sentenció Pilika.

— ¡El empezó!—Gritamos ambos. Cosa que no me pareció para nada graciosa.

—¿Porque no me dijiste que tenías un novio Pilika? Y con un peinado ridículo… — Susurro el de cabello celeste haciéndome enfurecer.

— ¡Qué es lo que estás dici...!— Nuevamente mi boca fue tapada por mi novia.

— Pensaba decírtelo Horo, pero no sabia como reaccionarias, o más bien, de qué forma intentarías asesinarlo.— Pilika hizo un gesto de reproche.

— Si me lo hubieras dicho antes ya tendría un plan...— Dijo mirando hacia otro lado.

Ese desgraciado..

— ¡Hermano!

— Pero de todas formas debías contármelo~.— Le dijo el peli celeste con voz berrinchuda.

Que infantil.

— Lo siento, pero luego hablamos de eso ¿si?— Pilika arrastró las palabras mientras agarraba el brazo de su hermano mayor.

— Pues... está bien, solo por ahora.— Le sonrió cálidamente.

— ¡Bien! entonces vamos a tomar un taxi a casa, mamá muere de ganas por verte.

— Y yo también a ella, ¡espero haya cocinado algo rico! ¡AY, como espaguetis!

— Por Dios, que chico tan escandaloso.— Dije algo irritado por su "agradable" timbre de voz.

— Arghh, ¿aun sigues aqui?

Me dijo provocando otra mini discusión.

Rodé los ojos.

Buda, ¿realmente tendría que soportar a este sujeto?

Yo iba en silencio dentro del vehículo, decidí sentarme en el copiloto, así los hermanitos pelicelestes podían parlotear sin parar, de seguro tenían mareado al conductor tanto como lo estaba yo.

Según lo que había entendido de la conversación, era que él era mayor que Pilika y que se había marchado con su padre hace dos años cuando estos se separaron, tenía diecisiete años y que "agradablemente" para MI comenzaría a asistir a la escuela en la que íbamos mi novia y yo.

Ma-ra-vi-llo-so

Puaj.

Esa idea no me hacía nada de gracia, ya que como primera impresión tuvimos un "leve" roce entre nuestros caracteres, no me imaginaba soportándolo dentro del salón.

Lo observe por el espejo retrovisor, mostraba una amplia sonrisa dejando ver sus alineados y blanquecinos dientes.

Este poso sus ojos justo sobre los míos en el cristal.

Una especie de Click sonó en mi cabeza seguido de un escalofríos que me recorrió completo.

Era por el asco de seguro.

El desvió su mirada en un claro gesto de desprecio. Apreté los dientes con enojo. No le respondería.

Idiota.

Llegamos a la casa de la familia Usui, pero su madre aún no volvía, por lo que "el puerco espín" aprovecho para acomodar sus cosas en su habitación.

Pilika por su parte cortaba a la velocidad de la luz unas verduras, estaba muy concentrada. Le gustaba cocinar.

Me pare de la mesa y me puse atrás de ella, la abrace por la cintura apoyando mi barbilla sobre su hombro.

Me ignoró. Fruncí el ceño.

Pase mis labios por el borde de su cuello, besándolo de forma sensual. Con esto si debía llamar su atención. Pero me ignoró otra vez.

¡Argh joder!

Baje la manga de su polera dejando al descubierto su hombro, para así poder saborearlo.

— Ren, si no vas a ayudar mejor ve a otro lado.— Me dijo de forma severa.

Me aleje enseguida como si su cuerpo quemara, ese tono era alarmante para mi salud física. Me crucé de brazos con enojo.

¡Bien! Pues que se entretenga con sus verduras, cuando ella quisiera jugar un rato que ni me buscara.

Mi piel se erizo completa, estaba helando dentro de la casa. Salí de la cocina y subí las escaleras hacia la habitación de Pilika, buscaría el suéter que había dejado ahí.

— Oye Pili...

Detuve mi andar en medio del pasillo al sentir que el bobo hablo desde la habitación de al lado.

No acabo de hablar al ver que era yo y no su hermana.

— Pilika está preparando la cena, quiere tener todo listo para cuando llegue su madre.— Le dije sin expresión alguna.

Nos miramos con cara de pocos amigos. Podía jurar que salían chispas al chocar miradas con el.

— Ya veo .. Oye .. ¿Ben? Así me dijiste que te llamabas, ¿verdad?— Preguntó sobándose la cabeza con duda.

¿Acaso me había llamado BEN?. Sentí un tic en mi ojo.

— Q-Qué dices .. ¡es Ren! ¡idiota! ¡Ren Tao!

— ¡A quien le llamas idiota, Rentado!.— La última palabra la imitó con voz boba.— No tengo muy buena memoria para lo que me tiene sin cuidado y eso solo fue una equivocación ¡A cualquiera le pasa!

— Solo a los maleducados se les olvida el nombre de las personas.— Volteé la mirada con indiferencia.

— ¡No soy un maleducado!

— Si lo eres, por la forma en la que te comportaste cuando te fuimos a buscar ¡y ahora esto!

— Pues de eso te iba a hablar yo, pero tú vas y te enojas por cosas irrelevantes.

— Lo siento, no hablo con mal educados.— Sin más me di media vuelta y me dirigí a la habitación de Pilika.

Entre al rosa lugar y tome mi suéter que estaba sobre la cama. Me dispuse a ponérmelo, pero el bobo peli celeste entró a la habitación jalandome el suéter sin alcanzar a meter ni un brazo en este.

— Vaya, no sabia que el señor Rentado fuera tan infantil.— Expresó burlón.

— Déjame informarte que aquí el único infantil eres tú.

— Arrghh maldito cabeza de antena, sabía que Pilika tenía un gusto terrible, ¡pero contigo se pasó!

— ¡¿Disculpa?! SÉ que soy un gran partido, no como tú y tu horrible aspecto.— La verdad es que podría catalogarse como bastante agraciado, pero aquí lo importante era dañar su orgullo.

— ¡Q-Que! Bien, ¡ya me hartaste! Yo solo venia a pedirte disculpas.

— ¿Eh? ¿dis-disculpas?— Eso me descoloco un poco.

— Si. Como lo oíste, así que serenate.

— ¿Disculpas sobre qué cosa?— Me crucé de brazos.

— Por mi actitud en la estación, como ahora supongo que nos veremos bastante no quería empezar con el pie izquierdo.

Hasta que decía algo sensato.

— Mmm .. Concuerdo contigo, ya que soy el novio de tu hermana.

— Entonces ¿me disculpas?

— ¡Ni de coña!— Me iba a largar de fuera del cuarto, pero el idiota me agarro de la muñeca.

— ¡¿EH?! ¡Eres un resentido!

— ¡No lo soy! ¡ahora suéltame!

— ¡Yo solo quería que nos lleváramos bien enano!

— ¿Enano? ¡Si tenemos casi la misma edad!

— ¡Que se yo! Además te llevo como una cabeza de altura Rentado.

— ¡Para de llamarme así cabeza de tenedor! ¡Y ya dame mi jodido suéter!

— Primero arreglemos las cosas, ¿si?

— ¡No quiero!— Nuevamente me iba a largar, pero esta vez cerró la puerta de la habitación justo antes que yo saliera, intente safarme en vano ya que me tomó de ambas muñecas pegándome sobre la puerta.

— No te largaras hasta que hablemos Ren.

Fruncí el ceño.

¡¿Quien verga se creía para hablarme de esa forma?!

— ¡Pues no quiero!— Le tiré una patada, pero para mi mala suerte fallé.

— ¡Hey, casi me golpeas en el entre pierna!

— ¡Ahí era donde apuntaba!

— Maldito niñato.

Aprisiono mis piernas con las suyas. Ahora sí estaba completamente acorralado por su cuerpo.

Era una posición bastante incómoda y la cercanía entre nosotros no lo hacía mejor. Ya me comenzaba a molestar en serio que invadiera mi espacio personal.

— Ya ¿te serenaste?— Me preguntó con calma.

Suspire. Bien, intentaría hablar con el bobo. Hice un sonido como respuesta afirmativa.

— Bien, comenzare esto de la forma en la que tuvo que ser.

— ¿Presentándote al fin?— En realidad ya sabía su nombre, pero odiaba la mala educación.

— Pues sí.— Respondió alegre.— Mi nombre es Horokeu Usui, mis amigos me llaman Horo.

— ¡Tú eres el famoso Hoto Hoto!— Fingí sorpresa.

— ¿Porque dices el famo...? ES HORO.

— Los Asakuras hablan todo el santo día de ti, "Ay si el Hoto ya viene, estoy tan ansioso jijiji" ¡es todo lo que he oído desde que comenzó el jodido año!

— ¡Hao e Yoh, AY los he extrañado tanto!— Sus ojos se iluminaron.

Hao e Yoh Asakura, esos gemelos eran mis amigos de la escuela, que para mi "buena suerte" también eran amigos del bobo sujeto que tenía enfrente.

— Ay no puede ser cierto que tenga amigos en común con alguien tan desesperante como tú.— Dije cerrando los ojos apoyando mi cabeza en la puerta, donde por cierto aún seguía acorralado.

— No seas amargado Rentado, quien sabe, quizás tenemos los mismos amigos porque en el fondo el destino quiere que nos llevemos bien.— Me sonrió despreocupado.

— ¿Yo? ¿amigo de alguien como tu? ¡no me hagas reeir! ¡ahora suéltame ya!— Le forcejeé.

— ¡Pero que tipo tan desagradable! ¿que pasa por la mente de mi hermana al ser tu novia?

— Pues tengo mucho para ofrecer cabecita de puerco espín.— Le dije altanero.

— ¡Si claro! Primero esta tu estúpido peinado, que no es muy atractivo, tu actitud ¡ni de coña! y tus ojos… bueno, quizás tus ojos si están un poco pasables.— Se acercó un poco más observando de forma fija mis ojos.

Me sentí algo avergonzado. Yo no acostumbraba a mucha cercanía con las personas, y menos desconocidos. Estaba a punto de gritarle que se alejara, pero de pronto hablo.

— Wow.. tus ojos.. es impresionante verlos de cerca.

¡Sin mi autorización, mis mejillas habían comenzado a arder!— T-Tu estúpido...— Hable entre dientes enfadado.

— Oh ¡estás sonrojado!— Abrió los ojos burlándose de mí.

¡Ya estaba harto!

— ¡Que no es cierto joder!— Intente safarme de su agarre, pero me tenía realmente firme de mis muñecas.

— Aún no arreglamos la cosas Ren.

— ¡Pues ya terminó la conversación!

— ¡Noo! ¡solo conseguí que me insultaras y que te sonrojaras!

— ¡No me sonroje!— Grité. De seguro tenía mi rostro más rojo que un tomate.

— Ay si mira nada mas, tienes tus mejillas todas rosadas.— Soltó uno de sus agarres posando con burla su mano en dicho lugar de mi cara.

Aunque su gesto había sido para molestarme, aquello realmente me dejó pasmado. Había sido sorpresivo, hasta extraño entre hombres. Este tipo era tan impredecible.

Ambos nos quedamos mirando, sentía su cuerpo apoyado en mí causándome incomodidad, pero aun así no lograba moverme ni alejarlo con mi mano libre.

— ¡Vengan a arreglar la mesa para mamá!— Gritó Pilika desde la planta baja sacándonos abruptamente de aquel… lo que sea.

Horokeu se salió enseguida de encima mio, yo carraspeé un poco fingiendo desinterés.

— ¿Podrías devolverme mi suéter?

— Ahí tienes tu feo suéter.— Me lo extendió mientras yo se lo arrebataba para ponérmelo.

— Es cien por ciento lana y es sumamente sofisticado, alguien como tú de seguro no tiene buen gusto.

— ¡T-Tu jodido...!

— ¡Ya dejen de discutir y vengan a poner la puta mesa, juro que le cortare lo que mas les duele si siguen peleando como estúpidos!— Nuevamente la voz de mi querida novia retumbó en toda la casa.

A ambos nos recorrió un exagerando escalofrío, sabíamos que no bromeaba.

Bajamos de mala gana en silencio.

Le di una última ojeada al hermano mayor de mi pareja. Realmente me negaba a compartir amistad con este retrasado, confianzudo y...

ESCANDALOSO, si, esa era la palabra. Retrasado, confianzudo y escandaloso sujeto.


Espero les haya gustado :3 Agradecería mucho si comentaran o cualquier cosilla.

Sin mas que decir, saludos desde el Inframundo!

-Amanecer