Disclaimer: Duffer brothers, les debo mi vida y todo lo que ven aquí.


I

"What's different about her?

I don't really know"

The rolling stones


— Ok, mama, Ok, tía Claudia, cuidaré de Dustin como si fuera mi propio hijo… sea lo que sea que eso signifique —dijo la muchacha mirando hacia la casa de sus tíos con desánimo. No tenía problema en cuidar a Dustin, después de todo, el chico era genial, pero ¿Y sus pequeñísimas vacaciones de invierno con sus amigos en la nieve? ¿Qué podría hacer en Hawkins, en cambio?

— Volveremos más pronto de lo que piensas —dijo su madre, sonriendo.

Los adultos habían pensado que después de tantas cosas extrañas en el pueblo, lo mejor para olvidarse de cualquier irregularidad sería salir, irse a un spa, hacer cosas que los adultos encuentran fascinantes. La muchacha bajó del coche y sacó su gran bolso del maletero, lo arrastró hasta la acera y se quedó de pie a su lado.

— ¡Pásenla bien! —y de pronto estaba alzando la mano para despedirse como una tonta.

Quizás estaba exagerando, tan solo era una semana en casa de los Henderson con Dustin, nada fuera del planeta.

— Cariño, si Dustin necesita algo, lo que sea…

Su mamá hizo partir el coche y su tía Claudia no alcanzó a terminar lo que quería decirle sobre Dustin, pero ¿Qué más daba? Se lo había repetido una millonada de veces hasta el momento.

A propósito ¿Dónde estará ese niño?

Se giró y, tomando sus cosas, se encaminó hacia la casa.


— Mira, no tengo más motivo para pasar el rato contigo, y aún así estoy aquí ¿No? —se excusó Steve. Dustin, tras su fracaso en el baile de invierno, sobre todo cuando Mike, Lucas y Will tuvieron pareja y se divirtieron sin él, se encontraba realmente triste. Steve diría que devastado, pero era solo un niño, no podía ser tan malo ¿O sí?

Lo había llevado a los videojuegos, luego a comer el helado más grande de todo Hawkins, y todo había sido en vano. Dustin seguía culpándolo a él y sus consejos por lo que había pasado, decía que jamás en la vida volvería a ponerse aquella cosa de Farrah Fawcett en el cabello, y en sus momentos más críticos —lo que había sucedido después del baile— había jurado que no volvería a utilizar su gruñido en toda la vida.

Bueno, Steve estaba de acuerdo con eso, pero vamos, el gruñido era Dustin, era su esencia. El niño estaba perdiendo su identidad solo porque, al parecer, las chicas no lograban ver más que su exterior, lo cual suele suceder a su edad, pero a Steve le era difícil explicárselo.

— Si tienes un motivo para estar aquí conmigo, tú eres el culpable de todo esto —lo apuntó el niño.

— No lo soy…

— ¡Sí lo eres! Me dijiste que ignorara a Max… digo, a la chica que me gusta, ¡Y besó a Lucas!

Bueno, eso no lo sabía.

— ¿Besó a Lucas? —Steve enarcó una ceja y Dustin bajó la mirada—. Ok, ok. Dustin, mírame, te lo dije una vez, eres muy joven para que te rompan el corazón y esa mierda, así que no vas a morir por esto.

— Hay algo que no te dije —el rubio miró hacia arriba con sus ojos desanimados y Steve lo miró, esperando a que continuara con una de sus manos en el volante su coche—. Sí bailé con alguien… Nancy.

Dustin no era idiota, ni tampoco un niño inocente que no se da cuenta de lo que pasa en la vida de los que son mayores que él. Él sabía que Nancy Wheeler era una espina para Steve Harrington, lo que no sabía era si él estaba enterado de que la chica no había dejado de mirar a Jonathan Byers durante toda la noche con ojos de amor, y no estaba seguro de querer decírselo.

A pesar de estar totalmente enfadado con él por sus estúpidos consejos de niño bonito, no quería que sufriera. Steve era su amigo, o eso creía, habían pasado por momentos difíciles juntos y lo admiraba como al hermano mayor que jamás tuvo. Mike tenía a Nancy, Lucas era el hermano mayor en su caso, Will tenía a Jonathan, pero él nada.

Recordar cómo llegó a reclutarlo para salvar el mundo porque nadie atendía a su código rojo aquella tarde siempre lo dejaba riendo a carcajadas sin que nadie entendiera. Agradecía haberlo hecho, claro, pero no dejaba de ser ridículo y desesperado.

Volviendo al tema, observó con algo de culpa cómo la mueca en el rostro de Harrington se descomponía un poco, demostrando su vulnerabilidad ante Nancy.

— Pues…

— Sé que no cuenta porque ya es mayor y lo hizo porque yo estaba… —bueno, tampoco le había contado que no había soportado la humillación y había terminado llorando solo como un idiota en el baile—. Porque yo estaba solo —mintió.

— No, lo hizo porque es dulce, amable, porque quería bailar contigo —supuso Steve—. ¿Ves? No todo fue tan malo, deberías dejar de quejarte…

La mirada del menor cambió a una de confusión. Sabía que Steve, lejos de ser el matón que era en el 83', cuando recién comenzaba a salir con la hermana de Will, era una gran persona, pero ¿Por qué seguía tan enamorado de alguien que ya no lo está de él? Era incluso más triste que ser rechazado por las chicas en el baile.

— ¿Todavía la quieres? —lo interrumpió de pronto.

— ¿Ah? —Steve paró de golpe su discurso y frunció el ceño—. ¿Qué dices?

— A Nancy, la quieres aún —ahora lo estaba aseverando.

— Uh, no —respondió con aires de grandeza—. Me preocupo por ella… como por ustedes, por ti, qué se yo… no deberíamos estar hablando de mí ahora, me tienes atrapado contigo porque estás a punto de lanzarte de un barranco por un fracaso que en un par de años más olvidarás por completo. Amigo, te estás ahogando en un vaso de agua.

— Y tú —sonrió Dustin—. Te libero, amigo. Solo llévame a casa porque no traigo la bicicleta en el bolsillo para dejarte solo.

— Dustin…

El niño siguió sonriendo y prendió la radio. Supuso que tenía mucho que aprender de la vida, pero Steve también, solo que estaba demasiado ciego y orgulloso como para aceptarlo aún.


Cuando ella vio que Dustin bajaba de un coche desde la ventana de la cocina, dejó de limpiar el desastre que había hecho para cocinar la cena para ambos, se echó el paño al hombro y corrió hacia la puerta de entrada. Ese niño la escucharía.

— ¡Dustin! —gritó.

Dios, a eso se referían con cuidarlo como si fuera su madre.

— Hijo de perra… —dijo Dustin por lo bajo mientras le daba la mano a Steve como despedida y se volteó. Steve ladeó un poco la cabeza para lograr ver a quien venía desde la casa de los Henderson—. ¡Jules, hola! —se volteó el chico con una gran sonrisa de "aquí no pasa nada".

— Tía Claudia dijo que estarías aquí por las seis, ¡Y son las nueve!

— Eh sí, lo que pasa es que…

— ¡Estaba tan preocupada! —y lo abrazó como a un muñeco de felpa. Dustin a penas se volteó y miró a Steve con un gesto que gritaba auxilio, así que el joven se bajó del coche y lo rodeó hasta llegar al lado de los primos.

— Esto es probablemente mi culpa, así que…

La muchacha, Jules, como le llamaba Dustin, Julia, como aparecía en su identificación, se giró hacia Steve y lo miró de pies a cabeza, pero no para darse un vistazo como todas las chicas lo hacían cuando lo veían pasar, sino con un aire materno de ¿Qué diablos haces saliendo tú con mi hijo, malandrín?

— ¿Quién eres tú?

— Steve.

— Steve…

— Harrington.

Dustin se rio, su prima hacía que Steve balbuceara como un general a un soldadito.

— ¿Y no tienes reloj, Steve Harrington?

— Ok, Jules, deja de jugar con él —dijo Dustin, cruzado de brazos, disfrutando de la función—. Adentro te explico ¿Vale?

De pronto, la jovencita de largos rizos color ceniza, casi iguales a los de Dustin, se volteó hacia su primo y le guiñó un ojo, cambiando de semblante drásticamente. Steve aún estaba espantado.

— Soy Julia, este niño gusta de decirme Jules —extendió su mano.

— Ste… o sea, ya sabes mi nombre —soltó el castaño, sin saber qué más decir.

— Sí, claro —sacudieron sus manos y luego Julia le revolvió el cabello a su primo—. ¿Listo para comer? —y se volteó nuevamente hacia Steve—. ¿Él también se quedará? Hice sopa de cebolla y lasaña.

— Wow —Dustin ya sentía hambre—. ¿Te quedas? —le preguntó amablemente a Steve, quien negó con la cabeza y se devolvió por sus pasos con un aire algo ausente y espantado—. Bueno, tú te lo pierdes. ¡Nos vemos, eh! —siguió el niño, alzando su mano con una risa burlesca.

Steve se despidió sobriamente e hizo partir el coche hasta que desapareció por una esquina. Dustin se largó a reír y luego, mientras iba hacia adentro con su prima, meneó la cabeza sin dejar de sonreír como un loco.

— Qué primera impresión tuvo de ti el rey Steve —se maravilló.

Julia se volteó y lo miró, confundida.

— ¿Rey Steve?

— Es el más popular de la escuela, Jules —le explicó, entusiasmado, tanto que cargó mucho la voz en el "más" para darle dramatismo—. Y casi se muere. Supongo que no está acostumbrado a las chicas de la gran ciudad.

Ante eso, ella solo rio.

— Sí, también me da gusto verte, osito de peluche —meneó la cabeza, restándole importancia.

— Me dices así ante mis amigos y me lanzo al rio —la amenazó.

Luego se fueron a comer y a ver televisión juntos, todo a la vez, esa era la ventaja de tener la casa sola y no tener adultos rodeándolos. Poco a poco, Dustin ya casi olvidaba lo que había sucedido días atrás en ese baile escolar.


Ok, este es mi primer fic sobre Stranger things y toda su justificación es que no odio del todo el Jancy (Jonathan/Nancy) pero siento que Steve no es tan malo como para que lo dejen solito con un bate con clavos y defendiendo a sus niños.